El Topo
La IDOLATRIA a Fidel Castro:
POR: Diana Margarita Cantón
Frente a mi edificio, el 111, parquearon camiones y otros medios de transporte provenientes de varios municipios como Los Palacios y otros tan distantes que ya pertenecen a La Habana, como Artemisa y Guanajay. Todos presentes en la acción de gracia de la mística revolucionaria y de la idolatría a Castro.
Los pinareños, dispersos por toda Cuba, recordaron su condición a parientes y amigos por teléfono, telegramas y otros medios. De Colón me llamaron unos tíos que hacía rato no se comunicaban conmigo asombrados por la belleza del acto.
De más está decir que el transporte estuvo y está malo antes y después de la Tribuna Abierta por falta de petróleo, que se gastó en traer pinareños de toda la provincia y en entretener a la plebe que miraba a un avión dar numerosas vueltas y hacer cuantiosas piruetas en el aire. Casi todos supusieron que Fidel los saludaba desde arriba. En realidad debe haber venido soterrado: como el topo.
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