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Saturday, May 09, 2009

Encuentro con Fidel:

La improbable entrevista de Gianni Minà

Toda una retórica –tan extendida en los años sesenta del siglo pasado- da sus coletazos moribundos en este milenio que recién comienza. Es una forma de discutir que me recuerda a las “barricadas”, en eso de parapetarse y lanzarle al oponente –desde un lugar seguro- insultos en lugar de argumentos. Gianni Minà ha desempolvado un poco esa gastada artillería. El arsenal que ha arrojado sobre mí se compone de las acusaciones de que soy fabricada desde el Norte y que he olvidado mencionar –premeditadamente- las ventajas del actual sistema cubano. Para concluir, me repite el estribillo de que soy una “desconocida” en Cuba, olvidando que siempre he alardeado de mi pequeñez y mi insignificancia.
Minà, sin embargo, sí tiene un historial de grandes acciones. Logró entrevistar a quien ha regido los destinos de mi país por cinco décadas, cuando los propios cubanos no hemos podido cuestionarlo o responderle con una boleta dejada en la urna. El libro resultante de aquel encuentro estuvo en las librerías durante los años en que yo pensaba abandonar el preuniversitario, por no tener zapatos que ponerme. Del lado de acá y lejos de las vitrinas donde se exhibía la extensa entrevista en una edición de lujo, algo muy diferente ocurría: los bolsillos se vaciaban, la frustración crecía y el miedo campeaba. Ninguno de esos puntos aparecía en las alabadoras frases de aquella publicación y el autor no ha querido hacer una segunda entrega para reparar esos olvidos.
Me gustaría sugerirle un par de preguntas para un nuevo encuentro entre él y Fidel Castro, que probablemente jamás ocurrirá. Indague usted señor Minà –usted que puede hablar con Él- por qué no decreta una amnistía para Adolfo Fernández Saínz y sus colegas, que ya cumplieron seis años de prisión por delitos de opinión. Anote en su agenda, por favor, las dudas que tiene mi vecina sobre la negativa para que su hermano entre a Cuba, después de “desertar” en medio de un congreso en el extranjero. Transmítale la interrogante de mi hijo Teo, quien no entiende que para estudiar en el nivel superior deba cumplir con una serie de requisitos ideológicos.
Si usted puede acercarse a Él -más de lo que cualquiera de nosotros lograría- pídale que deje a estos “desconocidos” ciudadanos asociarse, fundar un periódico, crear una emisora de radio, postular a un presidente o disfrutar de ese derecho -que usted ejerce a plenitud- de escribir públicamente opiniones muy diferentes a las del gobierno de su país. Le aseguro que esa entrevista –la que usted nunca hará- será un bestseller en esta Isla.

Tomado de Generación Y.

Lo material y lo espiritual:

Sábado 9 de mayo
No de pan solamente debe vivir el hombre, sino de toda expresión que sale de la boca de Jehová (Mat. 4:4).
Como parte de su propósito para el ser humano, Dios quiere que cuidemos bien de nosotros mismos y de nuestras familias, tanto en sentido físico como espiritual. Ahora bien, necesitamos equilibrio para que los intereses materiales no eclipsen los intereses espirituales, que son los más importantes (Mat. 6:33). Lamentablemente, muchas personas centran su vida casi por completo en adquirir cosas materiales. Pero no es sensato pensar que las cosas materiales pueden satisfacer todas nuestras necesidades. Una encuesta reciente efectuada entre millonarios asiáticos revela que muchos de ellos “viven preocupados y no se sienten seguros a pesar de la posición social y el sentido del logro que les ha proporcionado su riqueza” (Ecl. 5:11). Jesús habló del “poder engañoso de las riquezas” (Mar. 4:19). ¿En qué sentido son engañosas? Porque parece que dan felicidad, pero no es así.

Nota: Este texto parcialmente fue citado por mí en una reunión con comunistas ; y un funcionario del Comité Central del Partido Comunista lo completó a su manera: Yo había dicho que no sólo de pan vive el hombre, y él agregó: "ni del espíritu santo". Como aún no era una estudiosa de la Biblia, me quedé callada. Yo había criticado las tendencias al materialismo vulgar que veía en las filas partidistas y clamaba por más espiritualidad; pero pensaba en una espiritualidad marxista, leninista, fidelista, cheista, martiana y hasta en la que captaba en las canciones de Silvio Rodríguez. Aún mo conocía a Jehová!.Mi estudio serio de la Biblia fue después de 1994 y especialmente después de 1999.