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Wednesday, May 22, 2013

Cumpla con su papel de evangelizador:

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LA ATALAYA (EDICIÓN DE ESTUDIO) MAYO DE 2013

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Cumpla con su papel de evangelizador

“Haz la obra de evangelizador, efectúa tu ministerio plenamente.” (2 TIM. 4:5)
1. ¿Por qué puede afirmarse que Jehová es el primer y principal Evangelizador?
UN EVANGELIZADOR es alguien que proclama buenas noticias. El primer y principal Evangelizador es Jehová. Inmediatamente después de la rebelión de nuestros primeros padres, él anunció la buena noticia de que la serpiente, es decir, Satanás, será destruida (Gén. 3:15). A lo largo de los siglos inspiró a hombres fieles para que escribieran detalles sobre cómo se eliminará el oprobio arrojado sobre su nombre, se reparará el daño causado por Satanás y se recuperarán las oportunidades que Adán y Eva perdieron.
2. a) ¿Qué papel desempeñan los ángeles en la evangelización? b) ¿Qué norma fijó Jesús para los evangelizadores?
2 Los ángeles también son evangelizadores, pues anuncian buenas nuevas y ayudan a otros siervos de Dios a hacer lo mismo (Luc. 1:19; 2:10; Hech. 8:26, 27, 35; Rev. 14:6). ¿Y qué puede decirse del arcángel Miguel, que al venir a la Tierra fue Jesús? Durante su ministerio fijó la norma para los evangelizadores humanos: hizo que su vida girara en torno a difundir las buenas nuevas (Luc. 4:16-21).
3. a) ¿Qué buenas noticias anunciamos? b) En vista de que somos evangelizadores, ¿qué preguntas nos interesan?
3 Jesús mandó a sus discípulos que fueran evangelizadores (Mat. 28:19, 20; Hech. 1:8). El apóstol Pablo instó a su colaborador Timoteo: “Haz la obra de evangelizador, efectúa tu ministerio plenamente” (2 Tim. 4:5). ¿Cuáles son las buenas noticias que los seguidores de Jesús proclamamos? Entre ellas figura la alentadora verdad de que nuestro Padre celestial, Jehová, nos ama (Juan 3:16; 1 Ped. 5:7). Una importante expresión de su amor es su Reino, y por eso anunciamos al prójimo que todos los que se someten a ese gobierno, obedecen a Dios y hacen lo que es justo pueden ser sus amigos (Sal. 15:1, 2). De hecho, Jehová se ha propuesto acabar con todo el sufrimiento que las injusticias han producido y hasta con los recuerdos dolorosos del pasado. ¡Qué buenas noticias! (Is. 65:17.) Puesto que somos evangelizadores, analicemos la respuesta a dos importantes preguntas: 1) ¿Por qué es vital que la gente oiga las buenas nuevas hoy día? 2) ¿Cómo podemos cumplir con nuestro papel de evangelizadores?

¿POR QUÉ NECESITA LA GENTE OÍR LAS BUENAS NUEVAS?

Las preguntas bien pensadas ayudan a la persona a determinar qué razones apoyan sus creencias
4. ¿Qué mentiras circulan sobre Dios?
4 Imagínese que le dijeran que su padre los ha abandonado a usted y al resto de su familia. Suponga que algunos que afirmaran conocerlo le aseguraran que es distante, reservado y cruel, y que otros le dijeran que no vale la pena intentar reanudar el contacto con él porque está muerto. En realidad, a muchas personas se les han contado historias parecidas sobre Dios. Se les ha enseñado que él es un misterio, que es imposible conocerlo o que es cruel. Por ejemplo, algunos líderes religiosos afirman que castiga a los malos para siempre en un lugar de tormento. Otros le echan la culpa del sufrimiento que provocan los desastres naturales y, a pesar de que estos matan a personas buenas y malas por igual, alegan que son castigos de Dios.
Las preguntas abren su mente y corazón para que acepte la verdad
5, 6. ¿Cómo han perjudicado a la gente la teoría de la evolución y las doctrinas falsas?
5 Otras personas aseguran que Dios no existe. A este respecto, pensemos en la teoría de la evolución. Muchos de sus promotores sostienen que la vida surgió sin la intervención de una fuerza inteligente, sin necesidad de un Creador. Hay quienes hasta han dicho que el ser humano es solo un animal más y que, por tanto, no debe sorprendernos que a menudo tenga un comportamiento animal. Opinan que los fuertes que oprimen a los débiles solo están siguiendo las llamadas leyes naturales. De ahí que muchos crean que las injusticias siempre existirán. Como vemos, la evolución deja a sus partidarios sin verdadera esperanza.
6 Sin duda, la teoría de la evolución y las doctrinas falsas han contribuido a las calamidades que la humanidad ha padecido en estos últimos días (Rom. 1:28-31; 2 Tim. 3:1-5). Estas enseñanzas humanas no han producido ninguna buena noticia de efectos permanentes. Más bien, como señala el apóstol Pablo, han dejado a las personas “en oscuridad, y alejadas de la vida que pertenece a Dios” (Efes. 4:17-19). Además, la teoría de la evolución y las doctrinas falsas han dificultado que la gente acepte las buenas noticias que proceden de Dios (lea Efesios 2:11-13).
Las preguntas también la ayudan a razonar y llegar a las conclusiones correctas
7, 8. ¿Cuál es la única forma de que alguien pueda entender las buenas nuevas?
7 Para reconciliarse con Jehová, las personas deben convencerse primero de que existe y de que hay buenas razones para acercarse a él. Nosotros podemos ayudarlas a adquirir el conocimiento que necesitan para convencerse. Un modo de lograrlo es animarlas a observar la creación, pues cuando esta se examina sin ideas preconcebidas, se perciben la sabiduría y el poder de Dios (Rom. 1:19, 20). A fin de despertar su asombro por los logros de nuestro Magnífico Creador, podemos utilizar los folletos ¿Es la vida obra de un Creador? y El origen de la vida. Cinco cuestiones dignas de análisis. Pero la creación por sí sola no contesta algunas de las preguntas más desconcertantes de la vida, como por qué permite Dios el sufrimiento, cuál es su propósito para la Tierra o si se interesa por cada uno de nosotros.
8 La única forma de que nuestros semejantes puedan entender las buenas nuevas y el propósito de Dios es estudiando la Biblia. ¡Qué privilegio tenemos de ayudarlos a dar respuesta a sus preguntas! Sin embargo, para llegar a su corazón no basta con exponerles los hechos; debemos persuadirlos (2 Tim. 3:14). Y podemos hacerlo mejor si seguimos el ejemplo de Jesús. ¿Por qué fue él tan eficiente? Una razón es que supo hacer buenas preguntas. Veamos cómo podemos imitarlo.

LOS BUENOS EVANGELIZADORES UTILIZAN PREGUNTAS BIEN PENSADAS

9. ¿Qué debemos hacer para ayudar a nuestros oyentes en sentido espiritual?
9 ¿Por qué debemos imitar a Jesús y valernos de preguntas en nuestra labor evangelizadora? Pues bien, imagine la siguiente situación. Su médico le dice que tiene una buena noticia que darle: puede curarse si se somete a una operación complicada. Usted quizás le crea. Pero ¿y si le hace esa promesa antes de preguntarle siquiera qué le ocurre? En ese caso, será improbable que usted deposite su confianza en él. Sin importar lo hábil que sea, el médico debe hacerle preguntas y escuchar cuáles son sus síntomas antes de poder recomendarle cualquier tratamiento. De modo parecido, para que nuestros oyentes acepten las buenas nuevas del Reino debemos dominar el arte de hacer preguntas, pues solo podremos ayudarlos si tenemos un cuadro claro del estado espiritual en que se encuentran.
Para llegar al corazón de nuestros oyentes, debemos persuadirlos
10, 11. ¿Qué logramos al imitar el modo de enseñar de Jesús?
10 Jesús sabía que las preguntas bien pensadas no solo ayudan al maestro a conocer mejor al estudiante, sino que envuelven a este en la conversación. Por ejemplo, cuando quiso darles a sus discípulos una lección de humildad, primero les planteó una pregunta que los hizo pensar en sus motivos (Mar. 9:33). Para enseñar a Pedro a razonar basándose en principios, le hizo una pregunta con diferentes opciones de respuesta (Mat. 17:24-26). En otra ocasión, cuando quiso sacar a la luz lo que los discípulos tenían en su corazón, les hizo una serie de preguntas de opinión (lea Mateo 16:13-17). Al combinar las preguntas con las afirmaciones, Jesús no se limitó a proporcionar datos, sino que llegó al corazón de sus oyentes y los motivó a actuar en armonía con las buenas nuevas.
11 Cuando imitamos a Jesús utilizando preguntas bien pensadas, logramos al menos tres cosas: averiguamos el modo de ayudar más a las personas, vencemos objeciones y mostramos a los mansos cómo beneficiarse de su estudio. Veamos tres situaciones que ilustran cómo podemos dar buen uso a las preguntas.
12-14. ¿Cómo podría ayudar a su hijo a ganar confianza para declarar las buenas nuevas? Dé un ejemplo.
12 Primera situación. ¿Qué haría usted si su hijo adolescente le dijera que no está seguro de poder defender su fe en la creación al hablar con un compañero de clase? Sin duda, usted querría ayudarlo a ganar confianza para declarar las buenas nuevas. Por eso, en vez de regañarlo o de apresurarse a aconsejarlo, ¿por qué no imitar el ejemplo de Jesús y plantearle algunas preguntas de opinión? ¿Cómo podría hacerlo?
13 Después de leer con su hijo algunas secciones del folleto El origen de la vida. Cinco cuestiones dignas de análisis, podría preguntarle qué argumentos le parecen más convincentes. Anímelo a determinar por qué está convencido él mismo de que existe un Creador y por qué desea hacer su voluntad (Rom. 12:2). Dígale que sus razones no tienen que coincidir exactamente con las de usted.
14 Explíquele que cuando hable con su compañero de clase puede seguir ese mismo procedimiento. Es decir, su hijo podría referirse a algunos hechos y luego hacerle preguntas orientadoras o de opinión. Por ejemplo, podría pedirle a su compañero que leyera el recuadro de la página 21 del folleto El origen de la vida y luego preguntarle: “¿Es verdad que a pesar de los avances tecnológicos nada iguala la capacidad del ADN para almacenar información?”. Lo más seguro es que el joven responderá que sí. La siguiente pregunta podría ser: “Si los técnicos informáticos no pueden lograr algo así, ¿cómo podría conseguirlo la materia sin inteligencia por sí sola?”. Para que su hijo se sienta más cómodo al conversar sobre su fe, convendría que usted ensayara con él periódicamente. Si le enseña a utilizar bien las preguntas, lo ayudará a cumplir con su papel de evangelizador.
15. ¿Cómo podríamos utilizar las preguntas para ayudar a alguien ateo?
15 Segunda situación. En la predicación nos encontramos con personas que dudan de la existencia de Dios. Supongamos que alguien nos dice que es ateo. En vez de dejar que ese comentario detenga la conversación, podríamos preguntarle con todo respeto desde cuándo es ateo y qué lo llevó a adoptar ese punto de vista. Tras escuchar sus respuestas y felicitarlo por pensar seriamente en el tema, podríamos preguntarle si cree que habría algo malo en leer alguna información que presentara pruebas de que la vida fue creada. Si la persona no tiene prejuicios, muy posiblemente responda que sería razonable examinar tales pruebas. Entonces podríamos ofrecerle los folletos ¿Es la vida obra de un Creador? o El origen de la vida. Cinco cuestiones dignas de análisis. Las preguntas prudentes y amables tal vez sean la llave que abra su corazón a las buenas nuevas.
16. ¿Por qué no debemos conformarnos con que el estudiante de la Biblia lea las respuestas?
16 Tercera situación. Al dar clases bíblicas, podríamos limitarnos a pedirle al estudiante que lea las respuestas. Sin embargo, de esa manera frenaríamos su progreso espiritual. ¿Por qué? Porque si repite las respuestas sin meditar en ellas, será improbable que desarrolle raíces espirituales profundas, y es fácil que termine siendo como una planta que se marchita con el calor de la oposición (Mat. 13:20, 21). Para evitarlo, debemos preguntarle qué opina sobre lo que está aprendiendo. Intentemos descubrir si está de acuerdo o no. Y, aún más importante, procuremos que nos diga por qué piensa así. Entonces ayudémoslo a razonar basándose en las Escrituras, de modo que acabe siendo capaz de llegar por sí mismo a las conclusiones correctas (Heb. 5:14). Si usamos con eficacia las preguntas, será más probable que los estudiantes se arraiguen sólidamente en la fe y resistan la presión de quienes se opongan a ellos o los aconsejen mal (Col. 2:6-8). ¿Qué más podemos hacer para cumplir con nuestro papel de evangelizadores?

LOS EVANGELIZADORES PRODUCTIVOS SE AYUDAN ENTRE SÍ

17, 18. ¿Cómo podemos colaborar unos con otros al acompañarnos en el ministerio?
17 Jesús envió a sus discípulos a predicar de dos en dos (Mar. 6:7; Luc. 10:1). Posteriormente, Pablo mencionó a algunos “colaboradores” que se habían “esforzado lado a lado [con él] en las buenas nuevas” (Filip. 4:3). Siguiendo dicho precedente bíblico, los proclamadores del Reino emprendieron en 1953 un programa en el que unos capacitaban a otros para el ministerio. *
18 Cuando usted acompaña a otro cristiano a predicar, ¿cómo pueden trabajar como equipo? (Lea 1 Corintios 3:6-9.) Busque en su Biblia los textos que lea su compañero. Mantenga su atención centrada en él o en la otra persona, dependiendo de cuál de los dos esté hablando. Siga atentamente la conversación por si surge la necesidad de ayudar a su compañero a vencer una objeción (Ecl. 4:12). Sin embargo, permítanos un consejo: resista la tentación de interrumpirlo mientras él esté desarrollando una línea eficaz de razonamiento. Su desbordante entusiasmo podría desanimarlo a él y confundir a la persona. A veces quizás sea apropiado que usted intervenga. Pero si opta por decir algo, limítese a hacer un breve comentario o dos y deje que su compañero prosiga con la conversación.
19. ¿Qué nos conviene recordar, y por qué?
19 ¿Cómo pueden usted y su compañero ayudarse al ir de una puerta a otra? ¿Por qué no aprovechar el tiempo para ver maneras de mejorar su presentación? Tenga cuidado de que sus comentarios sobre quienes viven en el territorio no sean negativos. Igualmente, no caiga en la trampa de concentrarse en los defectos de otros evangelizadores (Prov. 18:24). Nos conviene recordar que somos “vasos de barro” y que es una extraordinaria expresión de bondad que Jehová nos haya confiado el tesoro del ministerio de las buenas nuevas (lea 2 Corintios 4:1, 7). Demostremos nuestra gratitud por ese tesoro haciendo todo lo posible por cumplir con nuestro papel de evangelizadores.

Fortalezca su matrimonio con buena comunicacion:

LA ATALAYA (EDICIÓN DE ESTUDIO) MAYO DE 2013

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Fortalezca su matrimonio con buena comunicación

“Como manzanas de oro en entalladuras de plata es una palabra hablada al tiempo apropiado.” (PROV. 25:11)
1. ¿Cómo ha ayudado la buena comunicación a algunos matrimonios?
“PREFIERO estar con mi esposa antes que con cualquier otra persona —dijo un cristiano de Canadá⁠—. Con ella las alegrías se disfrutan el doble y las penas duelen la mitad.” Un esposo de Australia escribió: “Llevamos once años juntos, y no ha pasado un día en que no hayamos conversado. Ninguno de los dos se siente inseguro o preocupado en cuanto a la fortaleza de nuestro matrimonio. Una razón fundamental es la comunicación frecuente y de calidad”. Y una hermana de Costa Rica declaró: “La buena comunicación no solo ha enriquecido nuestro matrimonio, sino que nos ha acercado más a Jehová, nos ha protegido de tentaciones, nos ha unido como pareja y ha profundizado nuestro amor”.
2. ¿Qué factores pueden dificultar la comunicación en el matrimonio?
2 ¿Disfrutan usted y su cónyuge de conversaciones agradables, o les cuesta comunicarse de verdad? Es normal que surjan situaciones difíciles, pues el matrimonio es la unión de dos individuos imperfectos con personalidades distintas y características que reflejan su formación y crianza (Rom. 3:23). Además, ambos pueden tener formas diferentes de comunicarse. Con razón los investigadores John M. Gottman y Nan Silver afirman que “para mantener una relación duradera hace falta valor, decisión y resistencia”.
3. ¿Qué ha ayudado a muchas personas a fortalecer su matrimonio?
3 Sin duda, tener un buen matrimonio requiere mucho esfuerzo; pero uno de los beneficios es sentirse inmensamente feliz. En efecto, dos cónyuges que se quieren pueden disfrutar de su vida de familia (Ecl. 9:9). Piense en la amorosa unión de Isaac y Rebeca (Gén. 24:67). Aun después de haber estado casados por algún tiempo, nada indica que su amor se apagara. Y lo mismo puede decirse de muchos matrimonios de la actualidad. ¿Cuál es el secreto? Han aprendido a expresarse sus ideas y sentimientos con franqueza, pero con bondad, gracias a que han cultivado y demostrado perspicacia, amor, profundo respeto y humildad. Como veremos a continuación, cuando estas cuatro cualidades fundamentales son parte del matrimonio, las líneas de comunicación permanecen abiertas.

SEAN PERSPICACES

4, 5. ¿Cómo contribuye la perspicacia a que los cónyuges se comprendan mejor? Mencione algún ejemplo.
4 En Proverbios 16:20 dice que “el que está mostrando perspicacia en un asunto hallará el bien”. Estas palabras se cumplen de modo especial en el matrimonio y la vida familiar (lea Proverbios 24:3). La mejor fuente de perspicacia y sabiduría es la Palabra de Dios. En Génesis 2:18 leemos que Dios hizo a la mujer para que fuera un complemento del hombre, no una copia de él. Este hecho se refleja en su modo de comunicarse. Por supuesto, cada mujer es diferente, pero a la mayoría de ellas les gusta hablar de sus sentimientos, de las personas y de las relaciones humanas. Ellas valoran la comunicación afectuosa e íntima, pues las hace sentirse amadas. Por otro lado, muchos hombres están menos dispuestos a hablar de sus sentimientos; prefieren conversar sobre problemas y soluciones o sobre actividades como el trabajo o la recreación. Además, los hombres desean que se les respete.
5 “Mi esposo quiere resolver los problemas rápidamente en lugar de escucharme —comentó una hermana del Reino Unido⁠—. Eso puede ser muy frustrante cuando lo único que necesito es un oído atento y comprensivo.” Un esposo escribió: “Al principio de nuestro matrimonio, siempre me apresuraba a buscar soluciones a todo problema que ella tuviera. Pero pronto me di cuenta de que ella solo quería que la escuchara” (Prov. 18:13; Sant. 1:19). El esposo perspicaz tiene en cuenta los sentimientos de su esposa y trata de adaptarse a la situación. También le demuestra que sus ideas y sentimientos le importan (1 Ped. 3:7). Por su parte, ella se esfuerza por entender la forma de pensar de él. Cuando ambos comprenden, valoran y cumplen el papel que la Biblia les asigna, disfrutan de una relación muy hermosa. Juntos pueden tomar decisiones sabias y equilibradas, y llevarlas a la práctica.
6, 7. a) ¿Cómo puede el principio de Eclesiastés 3:7 ayudar a los cónyuges a ser perspicaces? b) ¿Cómo puede la esposa ser prudente, y qué debe tratar de hacer el esposo?
6 Un matrimonio perspicaz también sabe que hay “tiempo de callar y tiempo de hablar” (Ecl. 3:1, 7). “Ahora comprendo que en algunas ocasiones no es bueno tratar ciertos temas”, comentó una hermana que lleva diez años casada. Y añadió: “Si mi esposo está cargado de trabajo y obligaciones, dejo pasar un poco de tiempo antes de hablar de ciertos asuntos. Gracias a eso, nuestras conversaciones son mucho más calmadas”. La esposa prudente también se expresa con amabilidad, consciente de que una palabra bien elegida y “hablada al tiempo apropiado” es atrayente y valiosa (lea Proverbios 25:11).
Con muy poco se puede lograr mucho en el matrimonio
7 Un esposo cristiano debe hacer su parte no solo escuchando a su esposa, sino también tratando de expresar sus sentimientos con claridad. Un anciano que ha estado casado por veintisiete años dijo: “Me cuesta trabajo decirle a mi esposa lo que hay en mi corazón”. Un hermano que lleva casado veinticuatro años comentó: “Puedo reprimir mis sentimientos si pienso: ‘Ya se me pasará si me quedo callado’. Pero me he dado cuenta de que expresarlos no me convierte en alguien más débil. Cuando se me hace difícil comunicarme, le pido a Jehová que me ayude a encontrar las mejores palabras y la mejor manera de decirlas. Entonces respiro hondo y empiezo a hablar”. También es útil buscar un momento oportuno, quizás cuando ambos estén a solas analizando el texto diario o leyendo la Biblia.
8. ¿Qué motivación extra tienen los cristianos para procurar que su matrimonio tenga éxito?
8 Es importante que los dos cónyuges valoren la oración y estén decididos a ser mejores comunicadores. Claro está, cambiar viejas costumbres puede ser difícil. Pero cuando un matrimonio ama a Jehová, le pide su espíritu y considera que su unión es sagrada, cuenta con la motivación que a muchos les falta. Una hermana casada desde hace veintiséis años escribió: “Mi esposo y yo nos tomamos muy en serio lo que Jehová piensa del matrimonio, así que ni nos planteamos la separación. Por eso nos esforzamos más por resolver los problemas con buena comunicación”. A Dios le agrada esa lealtad y devoción, y bendice a quienes la demuestran (Sal. 127:1).

ÁMENSE CADA DÍA MÁS

9, 10. ¿Qué pasos prácticos pueden dar los casados para fortalecer su amor?
9 La cualidad más importante en el matrimonio es el amor, “un vínculo perfecto de unión” (Col. 3:14). Cuando dos cónyuges son leales y pasan unidos por buenos y malos momentos, el amor verdadero crece; su amistad se estrecha y el deseo de estar juntos aumenta. Una unión así no se construye con un puñado de impresionantes muestras de amor, como se ve en las películas, sino con una infinidad de detalles: un abrazo, unas palabras amables, un gesto considerado, una sonrisa cariñosa o una pregunta sincera, como “¿qué tal te fue hoy?”. Con tan poco se puede lograr mucho en el matrimonio. Una pareja que lleva diecinueve años felizmente casada se llama por teléfono o se envía mensajes durante el día. El esposo cuenta: “Lo hacemos tan solo para saber cómo nos va”.
10 El amor también impulsa a los cónyuges a seguir conociéndose (Filip. 2:4). Y al conocerse mejor, su amor se profundiza y fortalece a pesar de las imperfecciones. Un matrimonio feliz no se estanca, sino que sigue enriqueciéndose y haciéndose más fuerte con el paso de los años. Así que si usted está casado, pregúntese: “¿Conozco de verdad a mi pareja? ¿Comprendo sus sentimientos y opiniones? ¿Con cuánta frecuencia pienso en mi cónyuge, tal vez en las cualidades que me gustaron cuando nos conocimos?”.

MUÉSTRENSE RESPETO

11. ¿Por qué es el respeto imprescindible en el matrimonio? Ponga un ejemplo.
11 Hasta el más feliz de los matrimonios es imperfecto, así que dos personas que se aman no siempre están de acuerdo. Eso es lo que les ocurrió a Abrahán y Sara (Gén. 21:9-11). Ahora bien, sus diferencias no abrieron una brecha en su unión. ¿Por qué? Porque se trataron con dignidad y respeto. Por ejemplo, Abrahán le dijo a Sara “por favor” (Gén. 12:11, 13). Y ella le obedecía y lo consideraba su “señor” (Gén. 18:12). La falta de respeto en la pareja suele manifestarse en la forma de hablar y en el tono de voz (Prov. 12:18). Si no resuelven el problema de fondo, su matrimonio podría acabar siendo un desastre (lea Santiago 3:7-10, 17, 18).
12. ¿Por qué necesitan los recién casados hacer un esfuerzo especial por hablarse con respeto?
12 Quienes necesitan hacer un esfuerzo especial por hablarse con bondad y respeto son los recién casados. Deben crear un ambiente en el que sea fácil expresarse con libertad y franqueza. “Los primeros años de matrimonio, aunque alegres, a veces pueden ser frustrantes —admitió un esposo⁠—. Hasta que el hombre se adapta a los sentimientos, costumbres y necesidades de su esposa, y ella a los de él, hay altos y bajos en la relación. Pero les será muy útil ser razonables y humildes, tener buen sentido del humor, armarse de paciencia y confiar en Jehová.” ¡Qué palabras tan ciertas!

SEAN HUMILDES

13. ¿Por qué es vital la humildad para un buen matrimonio?
13 La buena comunicación es como un arroyo que discurre tranquilamente por un parque. Ser “de mente humilde” es vital para que ese arroyo siga fluyendo (1 Ped. 3:8). “La humildad es la vía más rápida para resolver problemas porque te impulsa a pedir perdón”, observó un hermano que lleva casado once años. Un anciano que ha disfrutado de su matrimonio por veinte años comentó: “A veces decir ‘lo siento’ es más importante que decir ‘te quiero’”. Y añadió: “Uno de los mejores recursos para actuar con humildad es la oración. Cuando los dos oramos juntos a Jehová, nos viene a la mente nuestra imperfección y su bondad inmerecida, y ese pequeño recordatorio me ayuda a ver las cosas en su justa perspectiva”.
No descuiden la comunicación
14. ¿Cuál es el efecto del orgullo en el matrimonio?
14 En cambio, el orgullo no contribuye para nada a llevarse bien. Dificulta la comunicación, pues quita el deseo de pedir perdón y el valor que se requiere para hacerlo. En lugar de ser humilde y decir “lo lamento, perdóname”, la persona orgullosa pone excusas. En lugar de ser valiente y reconocer sus debilidades, busca las faltas de su cónyuge. Cuando se siente atacada, en lugar de hacer las paces, se ofende y hasta contraataca con palabras hirientes o dejando de hablar (Ecl. 7:9). No hay duda: el orgullo puede destruir el matrimonio. Nunca olvidemos que “Dios se opone a los altivos, pero da bondad inmerecida a los humildes” (Sant. 4:6).
15. Explique cómo puede el consejo de Efesios 4:26, 27 ayudar a los matrimonios a resolver las diferencias.
15 Claro, sería de ingenuos pensar que el orgullo nunca va a surgir. Por eso, si surge, debemos admitirlo y tomar medidas rápidamente. Pablo les dijo a sus hermanos: “Que no se ponga el sol estando ustedes en estado provocado, ni dejen lugar para el Diablo” (Efes. 4:26, 27). Cuando pasamos por alto los consejos de la Palabra de Dios, sufrimos sin necesidad. “En algunas ocasiones, mi esposo y yo no hemos seguido el consejo de Efesios 4:26, 27 —lamentó una hermana⁠—. ¡Y pocas veces he dormido tan mal!” Es mucho mejor aclarar los asuntos enseguida con el objetivo de hacer las paces. Por supuesto, tal vez necesitemos concedernos mutuamente un poco de tiempo para calmarnos. También es oportuno pedirle a Jehová que nos permita tener la actitud correcta, la cual, entre otras cosas, incluye la humildad. Esta cualidad contribuirá a que nos concentremos en el problema, no en nosotros mismos. De lo contrario, la situación solo empeorará (lea Colosenses 3:12, 13).
16. ¿Cómo puede la humildad ayudar a un matrimonio a ver las virtudes de cada uno desde la perspectiva correcta?
16 La humildad y la modestia contribuyen a que los casados aprecien las virtudes del otro. Por ejemplo, tal vez una esposa tenga algunas habilidades sobresalientes que contribuyen al bienestar de su familia. Si su esposo es humilde y modesto, no se sentirá amenazado, sino que la animará a seguir empleando esos dones. Así le demostrará que la quiere y la valora (Prov. 31:10, 28; Efes. 5:28, 29). Y por otro lado, la esposa humilde y modesta no presumirá de sus aptitudes ni rebajará a su esposo. A fin de cuentas, ambos son “una sola carne”, y lo que lastima a uno lastima a los dos (Mat. 19:4, 5).
17. ¿Cómo pueden los cristianos casados ser felices y hacer que su unión dé gloria a Dios?
17 Seguro que usted y su cónyuge desean que su matrimonio dé gloria a Jehová y sea feliz y duradero, como el de Abrahán y Sara o el de Isaac y Rebeca. Para lograrlo, hagan suyo el punto de vista de Dios sobre la unión matrimonial. Busquen perspicacia y sabiduría en la Biblia. Cultiven el amor verdadero —“la llama de Jah”⁠— valorándose mutuamente (Cant. de Cant. 8:6). Esfuércense por mostrar humildad y trátense con respeto. Si hacen todas estas cosas, su unión los hará felices y alegrará a su Padre celestial (Prov. 27:11). De hecho, quizás se sientan como un hermano que después de veintisiete años casado escribió: “No puedo imaginar la vida sin mi esposa. Nuestro matrimonio sigue haciéndose más fuerte cada día. Las claves son nuestro amor por Jehová y la comunicación constante entre nosotros”.
 

Comunicacion entre padres e hijos:

El papel del amor en la comunicación entre padres e hijos
“Todo hombre tiene que ser presto en cuanto a oír, lento en cuanto a hablar, lento en cuanto a ira.” (SANT. 1:19)
¿QUÉ RESPONDERÍA?
¿Por qué es importante dedicar tiempo a comunicarse?
¿Cómo pueden los padres aplicar Santiago 1:19?
¿Cómo pueden los hijos aplicar Santiago 1:19?
SI DE alguna manera descubrieras que tus padres morirían mañana, ¿qué sería lo que más quisieras decirles hoy?” Esta pregunta se hizo a cientos de adolescentes de Estados Unidos. Curiosamente, en lugar de centrarse en algún problema o algún desacuerdo que hubiera entre ellos, un 95% respondió que les dirían “lo siento” y “los amo muchísimo” (Solo para padres, de Shaunti Feldhahn y Lisa Rice).
2 Por lo general, los hijos quieren a sus padres y los padres quieren a sus hijos. Esto es así especialmente en los hogares cristianos. No obstante, aunque a padres e hijos les encantaría disfrutar de una relación estrecha, no siempre les resulta fácil comunicarse. Incluso en los casos en que la comunicación es franca y abierta, hay ciertos temas que se evitan por completo. ¿Qué obstáculos suelen estorbar la buena comunicación? ¿Qué se puede hacer para superarlos?
No permitan que las distracciones los aíslen y estorben la comunicación en su familia
“COMPREN TIEMPO” PARA CONVERSAR
3 A muchas familias les resulta difícil encontrar tiempo para tener comunicación de calidad. Sin embargo, no siempre ha sido así. Los israelitas debían enseñar a sus hijos las leyes de Dios. Moisés les dijo: “Tienes que inculcarlas en tu hijo y hablar de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino y cuando te acuestes y cuando te levantes” (Deut. 6:6, 7). Los hijos pasaban el día con la madre en casa o con el padre en el campo o en su lugar de trabajo. Todos disponían de muchísimo tiempo para estar juntos y conversar. Eso permitía a los padres conocer a fondo las necesidades, los deseos y la personalidad de sus hijos. Y estos, a su vez, podían conocer bien a sus padres.
4 ¡Cómo han cambiado los tiempos! En algunos países, los niños comienzan su educación preescolar muy pronto, a veces cuando apenas tienen dos años. Muchos padres y madres trabajan fuera de casa, y en el poco tiempo que están con sus hijos, la comunicación compite —y a menudo sale perdiendo— con la computadora, la televisión y otros aparatos electrónicos. Con frecuencia, los padres y los hijos llevan vidas separadas; prácticamente son extraños. En hogares como esos, la comunicación es casi inexistente.
5 ¿Puede usted “comprar” tiempo de otras actividades para dedicárselo a su familia? (Lea Efesios 5:15, 16.) Algunas familias se han puesto de acuerdo para limitar el tiempo que pasan frente al televisor o la computadora. Otras se esfuerzan por juntarse a comer al menos una vez al día. El programa de adoración en familia brinda a padres e hijos una oportunidad de oro para conocerse mejor y estudiar con calma asuntos espirituales. Reservar todas las semanas una hora más o menos con ese propósito es un buen comienzo, pero hace falta algo más para abrir la puerta a la comunicación profunda: hay que hablar todos los días. Antes de que los niños salgan para la escuela, dígales algo animador, analice con ellos el texto del día o hagan juntos una oración. Eso puede hacer que tengan un día mucho mejor.
6 Algunos padres han hecho cambios en su vida a fin de pasar más tiempo con sus hijos. Por esta razón, Laura,* que tiene dos niños pequeños, dejó un empleo de jornada completa. Ella comenta: “Por la mañana, todos salíamos corriendo para ir al trabajo o la escuela. Cuando regresaba a casa por la noche, mis hijos estaban durmiendo: ya los había acostado la niñera. Como dejé el trabajo, hemos tenido que arreglárnoslas con menos dinero, pero ahora sé qué es lo que piensan mis hijos y cuáles son sus problemas. Escucho lo que le dicen a Jehová cuando oran y puedo guiarlos, animarlos y enseñarles”.
“PRESTO EN CUANTO A OÍR”
7 Después de entrevistar a muchos adolescentes, las autoras del libro Solo para padres destacaron otro obstáculo para la comunicación: “La queja más común entre los chicos acerca de sus padres fue: ‘No escuchan’”. Pero esa es solo una cara de la moneda. A menudo, los padres dicen lo mismo de sus hijos. Así que para mantener abiertas las líneas de comunicación, todos deben prestar atención —verdadera atención— cuando los demás hablan (lea Santiago 1:19).
8 Padres, ¿escuchan de verdad a sus hijos? No es tan fácil cuando uno está cansado o cuando le parece que están hablando de algo de poca importancia. Pero lo que a ustedes les parece trivial puede ser muy importante para ellos. Ser “presto en cuanto a oír” no solo implica estar atento a lo que su hijo dice, sino a cómo lo dice. Su tono de voz y su lenguaje corporal les dará una idea de lo que él siente y piensa. No olviden, además, hacerle preguntas, pues la Biblia indica que “el consejo en el corazón del hombre [es decir, sus pensamientos] es como aguas profundas, pero el hombre de discernimiento es el que lo sacará” (Prov. 20:5). El discernimiento y la perspicacia son fundamentales para descubrir lo que su hijo piensa sobre temas delicados.
9 Hijos, ¿son obedientes a sus padres? La Palabra de Dios aconseja: “Escucha, hijo mío, la disciplina de tu padre, y no abandones la ley de tu madre” (Prov. 1:8). Recuerden que sus padres los aman y solo desean lo mejor para ustedes. Por eso conviene que los escuchen y obedezcan (Efes. 6:1). Cuesta menos ser obediente cuando uno se siente amado y hay buena comunicación. Así que díganles a sus padres lo que piensan, pues de este modo será más fácil que ellos los entiendan. Claro está, ustedes también tienen que tratar de entenderlos.
10 Ustedes, los jóvenes, deben tener cuidado a la hora de escuchar un consejo de alguien de su edad. Quizás les diga algo que quieren oír pero que al final no les ayude para nada, o que hasta los perjudique. Como no tienen la sabiduría y experiencia que vienen con la edad, a muchos les cuesta ver las consecuencias de las decisiones que toman. Recuerden lo que le pasó a Rehoboam, el hijo del rey Salomón. Cuando ascendió al trono de Israel, siguió las malas recomendaciones de los jóvenes con los que se había criado, en vez de escuchar a los más ancianos. ¿El resultado? Perdió el apoyo de la mayoría del pueblo (1 Rey. 12:1-17). No sigan ese mal ejemplo. Traten de ser sinceros con sus padres; ábranles su corazón. Aprovechen los consejos que les den y benefíciense de su sabiduría (Prov. 13:20).
11 Padres, si no desean que sus hijos consulten sus inquietudes con otros jóvenes, asegúrense de ser accesibles, de saber escuchar. Una adolescente escribió: “En cuanto menciono el nombre de algún chico, mis padres se ponen nerviosos. Entonces yo también me pongo nerviosa y se me quitan las ganas de seguir hablando”. Otra hermana joven se expresó así: “Muchos adolescentes desean que sus padres los aconsejen, pero si los padres no los toman en serio, van a buscar a alguien que sí lo haga, aunque tenga menos experiencia”. Si están dispuestos a escuchar con comprensión a sus hijos sin importar cuál sea el tema, probablemente ellos les abran su corazón y acepten su guía.
“LENTO EN CUANTO A HABLAR”
12 Surge otro obstáculo para la comunicación cuando la reacción de los padres a lo que les dicen sus hijos es exagerada o negativa. Puesto que vivimos en “los últimos días”, rodeados de peligros espirituales y de otros tipos, es normal que los padres cristianos deseen proteger a sus hijos (2 Tim. 3:1-5). Sin embargo, lo que para los padres es una protección amorosa, para los hijos puede ser un control agobiante.
13 Los padres hacen bien en no precipitarse a opinar. Es verdad que no siempre es fácil quedarse callado cuando un hijo cuenta algo preocupante, pero es importante escucharlo atentamente antes de responder. El sabio rey Salomón escribió: “Cuando alguien responde a un asunto antes de oírlo, eso es tontedad de su parte y una humillación” (Prov. 18:13). Si usted mantiene la calma, no solo captará mejor lo que oiga, sino que sus hijos seguirán hablando. Para ofrecer ayuda, es indispensable que tenga el cuadro completo. Tras el “habla desatinada” puede haber un corazón agitado (Job 6:1-3). Los padres amorosos usan los oídos para entender a sus hijos y la lengua para curarlos.
14 Hijos, también ustedes deben ser “lento[s] en cuanto a hablar”, sin rechazar de inmediato lo que les digan sus padres, ya que ellos tienen la responsabilidad de educarlos (Prov. 22:6). Quizás ellos hayan atravesado situaciones como las que ustedes enfrentan ahora. Además, lamentan los errores que cometieron en su juventud y desean sinceramente que no tropiecen en esas mismas piedras. Por eso, vean a sus padres como aliados y no como adversarios, como consejeros y no como enemigos (lea Proverbios 1:5). Honren a sus padres y demuéstrenles que los aman tanto como ellos los aman a ustedes. Así les facilitarán la labor de educarlos “en la disciplina y regulación mental de Jehová” (Efes. 6:2, 4).
“LENTO EN CUANTO A IRA”
15 A veces nos impacientamos con las personas que amamos. “A los santos y fieles hermanos en unión con Cristo en Colosas”, el apóstol Pablo escribió: “Esposos, sigan amando a sus esposas y no se encolericen amargamente con ellas. Padres, no estén exasperando a sus hijos, para que ellos no se descorazonen” (Col. 1:1, 2; 3:19, 21). Asimismo, a los cristianos de Éfeso les aconsejó que se libraran de “toda amargura maliciosa y cólera e ira y gritería y habla injuriosa” (Efes. 4:31). Cultivar la gran paciencia, la apacibilidad y el autodominio —que son aspectos del fruto del espíritu— nos ayudará a mantener la calma incluso cuando estemos bajo presión (Gál. 5:22, 23).
16 Los padres pueden fijarse en el ejemplo de Jesús. Imaginemos la inmensa tensión que debía de sentir mientras celebraba su última cena con los apóstoles. Sabía que en pocas horas iba a sufrir una muerte lenta y dolorosa. La santificación del nombre de su Padre y la salvación de la familia humana dependían de su fidelidad. Pero en aquella misma cena “se suscitó entre [los apóstoles] una disputa acalorada sobre quién de ellos parecía ser el mayor”. Jesús no se puso a gritarles ni a reprenderlos, sino que con calma razonó con ellos. Recordó que habían permanecido a su lado en momentos difíciles. Y aunque Satanás iba a ponerlos a prueba, Jesús expresó su confianza en que se mantendrían fieles y hasta hizo un pacto con ellos (Luc. 22:24-32).
¿Escucha atentamente a sus hijos?
17 Los hijos tampoco deben perder la calma. En especial al llegar a la adolescencia, podrías pensar que tus padres quieren dirigirte porque no confían en ti. Aunque a veces podría parecerlo, tienes que reconocer que su preocupación es una señal de que te quieren. Si los escuchas con paciencia y colaboras con ellos, te ganarás su respeto y te verán como una persona responsable. De ese modo muy bien pudieran darte algo más de libertad. Lo más prudente es que aprendas a dominarte. Cierto proverbio bíblico declara: “Todo su espíritu es lo que el estúpido deja salir, pero el que es sabio lo mantiene calmado hasta lo último” (Prov. 29:11).
18 Por eso, queridos padres e hijos, no se desanimen si la comunicación en su familia no es tan buena como quisieran. Sigan luchando por mejorarla y por vivir la verdad (3 Juan 4). En el nuevo mundo seremos perfectos y también lo será nuestra comunicación con los demás, pues estará libre de malentendidos y desacuerdos. Ahora, sin embargo, todos hacemos cosas que después lamentamos. De modo que no duden en pedir perdón y perdonar. “Estén unidos armoniosamente en amor.” (Col. 2:2.) El amor tiene mucho poder, ya que “es sufrido y bondadoso [...], no se siente provocado. No lleva cuenta del daño. [...] Todas las cosas las soporta, todas las cree, todas las espera, todas las aguanta” (1 Cor. 13:4-7). Sigan cultivándolo, y la comunicación florecerá para la alegría de su familia y la alabanza de Jehová.
[Nota]
Se ha cambiado el nombre.
[Preguntas del estudio]
1, 2. ¿Cuáles son los sentimientos normales entre padres e hijos, pero qué dificultad surge a veces?
3. a) ¿Por qué les resulta difícil a muchas familias tener comunicación de calidad? b) ¿Por qué era fácil para las familias del antiguo Israel pasar tiempo juntas?
4. ¿Por qué les cuesta a muchas familias comunicarse?
5, 6. ¿Cómo han “comprado” tiempo muchos padres para dedicárselo a sus hijos?
7. ¿De qué suelen quejarse tanto los padres como los hijos?
8. ¿Cómo pueden los padres escuchar de verdad a sus hijos?
9. ¿Por qué deben los hijos escuchar a sus padres?
10. ¿Qué aprendemos del relato bíblico de Rehoboam?
11. ¿Qué puede suceder si los padres no son accesibles?
12. ¿Cómo podría la reacción de los padres obstaculizar la comunicación con sus hijos?
13. ¿Por qué no deben los padres apresurarse a opinar?
14. ¿Por qué deben los jóvenes ser “lento[s] en cuanto a hablar”?
15. ¿Qué nos ayudará a no impacientarnos ni irritarnos con nuestros seres queridos?
16. ¿Cómo corrigió Jesús a sus discípulos, y por qué es tan notable este hecho?
17. ¿Qué ayudará a los hijos a no perder la calma?
18. ¿Cómo contribuye el amor a la buena comunicación?
[Ilustración de la página 19]
[Ilustración de la página 20]
No permitan que las distracciones los aíslen y estorben la comunicación en su familia
[Ilustración de la página 23]
¿Escucha atentamente a sus hijos?

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Tomado del Libro Acerquemonos a Jehova ( el libro que me cambio la vida):

Capítulo 23
“Él nos amó primero”
HACE casi dos mil años, en un día de primavera, se juzgó a un inocente, se le declaró culpable de delitos que no había cometido y se le torturó hasta morir. Aunque no era la primera ejecución cruel y arbitraria de la historia, ni sería, por desgracia, la última, aquella muerte fue diferente de todas las demás.
2 Durante las horas de agonía de la víctima, hasta el cielo marcó la trascendencia del suceso. En pleno mediodía se abatió la oscuridad sobre la tierra, de modo que, como dice un historiador, “falló la luz del sol” (Lucas 23:44, 45). Luego, poco antes de exhalar su último aliento, aquel hombre pronunció estas inolvidables palabras: “¡Se ha realizado!”. Así es, al entregar su vida, logró algo maravilloso. Aquel sacrificio fue la mayor muestra de amor que haya dado un ser humano (Juan 15:13; 19:30).
3 Seguramente ya hemos deducido que el ajusticiado era Jesús. Son bien conocidos los suplicios y la muerte que soportó aquel triste 14 de Nisán del año 33 E.C. No obstante, a menudo se pasa por alto un factor trascendental: aunque Cristo padeció atrozmente, hubo quien sufrió más. De hecho, aquel día se realizó un sacrificio aún mayor, la más grandiosa demostración de amor que haya efectuado persona alguna en el entero universo. ¿De qué se trató? La respuesta a esta pregunta sirve de introducción idónea al tema más importante que podamos tratar: el amor de Jehová.
La mayor muestra de amor
4 El centurión que estuvo a cargo de la ejecución de Jesús se quedó atónito, tanto por la oscuridad que la antecedió como por el violento terremoto que se produjo tras esta, de modo que dijo: “Ciertamente este era Hijo de Dios” (Mateo 27:54). Resultaba obvio que Jesús no era un hombre común y corriente. ¡Aquel militar romano había colaborado en la muerte del Unigénito del Dios Altísimo! Ahora bien, ¿cuánto apreciaba el Padre a este Hijo?
5 La Biblia llama a Cristo “el primogénito de toda la creación” (Colosenses 1:15). Pensémoslo detenidamente: el Hijo de Dios ya existía antes que el universo físico. Entonces, ¿cuánto tiempo estuvieron juntos Padre e Hijo? Según cálculos científicos, la edad del cosmos asciende a trece mil millones de años. ¿Logramos siquiera imaginarnos lo que abarca todo ese tiempo? Para ayudar a los visitantes a comprender tal magnitud, un planetario ha trazado una línea cronológica de 110 metros de largo. Al ir caminando junto a esta, cada paso que se da equivale a setenta y cinco millones de años en la existencia del universo. Al final, la historia del hombre se representa por una raya del grosor de un cabello. Sean estos cálculos correctos o no, la recta entera siempre será más corta que la vida del Hijo de Jehová. Entonces, ¿qué hizo Jesús durante tantos millones de años?
6 El Hijo sirvió gustoso a su Padre en calidad de “obrero maestro” (Proverbios 8:30). Las Escrituras indican que “sin él ni siquiera una cosa vino a existir” (Juan 1:3). De modo que trabajó junto a Dios para formarlo todo, disfrutando con él de momentos llenos de dicha y emoción. Pues bien, suele aceptarse como un hecho que el cariño entre padres e hijos es profundísimo, y, como sabemos, el amor “es un vínculo perfecto de unión” (Colosenses 3:14). Entonces, ¿quién logrará hacerse una mínima idea de la fuerza de un vínculo que ha existido por un período tan inmenso? Es patente que a Jehová y a Cristo los unen los lazos afectivos más firmes que pueda haber.
7 Con todo, Dios envió a la Tierra a su Hijo amado para que naciera como niño, lo que implicó tener que privarse de la estrecha relación con él en el cielo por algunas décadas. Desde allí lo observó con gran interés durante todo su crecimiento, hasta que llegó a ser un hombre perfecto y se bautizó, cuando tenía unos 30 años. No hay que adivinar cuáles eran los sentimientos de Jehová para con él, ya que habló desde las alturas y dijo: “Este es mi Hijo, el amado, a quien he aprobado” (Mateo 3:17). En vista de que Jesús cumplió fielmente todas las profecías y todo lo que le había pedido, su Padre tuvo que sentirse sumamente complacido (Juan 5:36; 17:4).
8 Ahora bien, ¿cómo se sintió Jehová el día 14 de Nisán del año 33 E.C.? ¿Cuáles fueron sus emociones al ver que Jesús era traicionado; que una turba lo detenía de noche; que lo abandonaban sus amigos; que lo sometían a un juicio ilegal; que recibía burlas, esputos y puñetazos; que lo flagelaban hasta dejarle la espalda hecha jirones, y que lo clavaban de pies y manos en un poste donde sufrió terribles humillaciones públicas? Sí, ¿qué sentimientos le causó que su Hijo amado clamara a él en su agonía, exhalara su último suspiro y, por vez primera desde el principio de la creación, dejara de existir? (Mateo 26:14-16, 46, 47, 56, 59, 67; 27:38-44, 46; Juan 19:1.)
9 Nos faltan las palabras. En efecto, el dolor que le ocasionó la muerte del Hijo a Jehová, quien tiene profundos sentimientos, nos resulta imposible de expresar. Lo que sí podemos señalar es por qué permitió que ocurriera, por qué estuvo dispuesto a aguantar tales emociones. El Creador nos revela algo maravilloso en Juan 3:16, un versículo tan importante que se le ha llamado el Evangelio en miniatura: “Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna”. Los motivos de Jehová se resumen en una sola palabra: amor. Ciertamente, la dádiva que nos hizo al enviar a su Hijo para que sufriera y muriera por nosotros fue la mayor muestra de amor de todos los tiempos.
La definición del amor divino
10 ¿Qué es el amor? Se ha dicho que es la mayor necesidad del ser humano. Durante toda la vida lo buscamos, prosperamos con su calor, y languidecemos y morimos si nos falta. Con todo, resulta muy difícil definirlo. Aunque es el tema de innumerables conversaciones, libros, canciones y poemas, estos no siempre aclaran su sentido. De hecho, se abusa tanto del término, que parece que cada vez cuesta más determinar su verdadero significado.
11 Sin embargo, las enseñanzas bíblicas sobre este particular son muy claras. El Diccionario expositivo de palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento exhaustivo, de W. E. Vine, señala: “El amor solo puede conocerse a base de las acciones que provoca”. Pues bien, las acciones de Jehová que refiere la Biblia nos enseñan mucho sobre el benevolente afecto que siente por sus criaturas. Por poner un caso, ¿qué podría revelar más sobre esta cualidad que la demostración suprema que antes mencionamos? En los capítulos siguientes examinaremos muchos otros ejemplos de este atributo divino en acción. Además, si analizamos las expresiones bíblicas originales con que se lo nombra en la Palabra de Dios, entenderemos mejor en qué consiste. En griego antiguo existían cuatro vocablos para “amor”.* El que se usa con más frecuencia en las Escrituras Cristianas es a·gá·pe, del que un diccionario bíblico dice que “no hay término más poderoso para designar el amor”. ¿Por qué razón?
12 A·gá·pe se refiere al amor guiado por principios. No es, por tanto, la mera reacción emotiva ante otra persona. Posee un campo de actuación más amplio y una base más racional y deliberada. Sobre todo, está exento de egoísmo. Para ilustrarlo, volvamos a Juan 3:16. ¿Qué es el “mundo” al que tanto amó Dios que dio a su Hijo unigénito? Es el conjunto de seres humanos redimibles, entre quienes figuran muchos que viven en pecado. ¿Los quiere Jehová como si fueran amigos íntimos, con el mismo cariño que sentía por el fiel Abrahán? (Santiago 2:23.) No, pero es amoroso al tratarlos a todos con bondad, aunque pague un alto precio por ello. Desea que todos se arrepientan y cambien de proceder (2 Pedro 3:9). Muchos lo hacen, y entonces él se complace en recibirlos como amigos.
13 Algunas personas, sin embargo, tienen un concepto erróneo del a·gá·pe, ya que lo consideran un amor frío e intelectual. Pero lo cierto es que suele conllevar afectuosidad, como cuando Juan dice: “El Padre ama al Hijo”. Dado que en esta afirmación se emplea un verbo de la familia de a·gá·pe, ¿se trata de un amor desprovisto de calidez? No. Notemos que Cristo señala que “el Padre le tiene cariño al Hijo”, y en este caso se usa el verbo fi·lé·o (Juan 3:35; 5:20). Es patente que el amor de Jehová incluye en muchos casos la ternura. No obstante, no está dominado por los sentimientos, sino que se rige por los sabios y justos principios divinos.
14 Ya hemos visto que los atributos de Jehová son siempre excelsos, perfectos y atrayentes, pero el amor es el más atrayente de todos. Nada nos impulsa tanto a acercarnos a Dios como esta cualidad que, por fortuna, es la dominante. ¿Cómo lo sabemos?
“Dios es amor”
15 La Biblia dice del amor lo que de ninguna otra virtud cardinal de Jehová. Nunca afirma que Dios sea poder, justicia o incluso sabiduría. Cierto, él posee estas tres cualidades, es su fuente última y las manifiesta de forma inigualable. Pero las Escrituras dicen algo más profundo sobre el cuarto atributo: “Dios es amor” (1 Juan 4:8).* ¿Qué implican con ello?
16 La afirmación “Dios es amor” no es una ecuación simple que equivalga a “Dios es igual al amor”. No podemos invertirla y decir: “El amor es Dios”, ya que Jehová es mucho más que una cualidad abstracta; es una persona con una amplia gama de sentimientos y cualidades, aparte del amor. No obstante, este atributo impregna todo su ser. De ahí que una obra de consulta indique lo siguiente sobre el citado versículo: “La esencia o la naturaleza divina es el amor”. En líneas generales, podemos seguir este planteamiento: las acciones de Jehová son posibles por su poder y están guiadas por la justicia y la sabiduría; sin embargo, son motivadas por el amor, cualidad siempre presente cuando él hace uso de sus demás atributos.
17 Oímos a menudo que Jehová es la personificación del amor. Por tanto, para aprender acerca del amor regido por principios, es preciso adquirir conocimiento referente a Dios. Claro, también observamos esta hermosa cualidad en los seres humanos. Pero ¿por qué se halla presente en ellos? Durante la creación, el Todopoderoso pronunció estas palabras, dirigidas por lo visto a su Hijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza” (Génesis 1:26). En efecto, el hombre y la mujer son los únicos habitantes de la Tierra que, en imitación de su Padre celestial, tienen la opción de amar. Recordemos que cuando el Ser supremo se valió de varias criaturas para simbolizar sus atributos cardinales, eligió al hombre, su mayor creación terrestre, como símbolo del atributo dominante: el amor (Ezequiel 1:10).
18 Cuando amamos altruistamente, rigiéndonos por principios, reflejamos la cualidad dominante de Jehová. Es tal y como escribió el apóstol Juan: “En cuanto a nosotros, amamos, porque él nos amó primero” (1 Juan 4:19). Ahora bien, ¿en qué sentidos nos ha amado primero?
Jehová tomó la iniciativa
19 El amor no es una cualidad nueva. A fin de cuentas, ¿qué movió a Jehová a comenzar la creación? No fue que estuviese solo y necesitara compañía, ya que él es completo y autosuficiente, al grado de no carecer de nada que se le pueda brindar. Pero su amor es una cualidad activa que le infundió naturalmente el deseo de hacer partícipes del gozo de existir a criaturas inteligentes capaces de apreciar tal don. “El principio de la creación por Dios” fue su Hijo unigénito (Revelación [Apocalipsis] 3:14). Luego, el Altísimo se valió de este Obrero Maestro para formar todas las demás cosas, comenzando por los ángeles (Job 38:4, 7; Colosenses 1:16). Dotados de libertad, inteligencia y sentimientos, estos poderosos espíritus tenían la oportunidad de establecer lazos afectivos entre sí y, sobre todo, con el Ser supremo (2 Corintios 3:17). Así, amaban porque habían sido amados primero.
20 Otro tanto ocurrió con la humanidad. Desde el comienzo, Adán y Eva vivieron rodeados del amor del Padre. En su hogar paradisíaco de Edén, veían pruebas de este sentimiento divino dondequiera que fijaran la vista. Observemos lo que dice la Biblia: “Jehová Dios plantó un jardín en Edén, hacia el este, y allí puso al hombre que había formado” (Génesis 2:8). ¿Hemos visitado un jardín o parque de extraordinaria hermosura? ¿Qué fue lo que más nos gustó? Tal vez, cómo se filtraba la luz entre las hojas en un rincón sombreado; o la llamativa disposición de los colores en un macizo floral; o el fondo musical del murmullo de un arroyo, el canto de las aves y el zumbido de los insectos, o, quizás, el aroma de los árboles, las frutas y las flores. Sea como fuere, ningún parque actual podría compararse al de Edén. ¿Por qué no?
21 Al haberlo plantado el propio Jehová, debe de haber sido de una belleza indescriptible. Albergaba todo árbol hermoso o de delicioso fruto, y era un huerto bien regado, espacioso y repleto de una fascinante variedad de animales. Adán y Eva poseían todo cuanto necesitaban para disfrutar de una vida plena, lo que incluía un trabajo gratificante y compañía ideal. Su Padre celestial los había amado primero, y ellos tenían sobradas razones para corresponderle. Sin embargo, no lo hicieron, puesto que no le obedecieron y, en demostración de egoísmo, se rebelaron contra él (Génesis, capítulo 2).
22 ¡Cuánto tuvo que haberle dolido a Jehová esta rebelión! ¿Pero se llenó de amargura su afectuoso corazón? No, “porque su bondad amorosa [“amor leal”, nota] es hasta tiempo indefinido” (Salmo 136:1). Por consiguiente, se propuso de inmediato disponer lo necesario para redimir a los descendientes de Adán y Eva que tuvieran la debida actitud. Como hemos visto, tales medidas incluían el sacrificio redentor de su Hijo querido, sacrificio por el que el Padre pagó un precio muy elevado (1 Juan 4:10).
23 Desde el principio Jehová ha tomado la iniciativa en la demostración de amor a la humanidad. “Él nos amó primero” en un sinnúmero de formas. Dado que el amor fomenta la armonía y el gozo, no es de extrañar que al Creador se le llame el “Dios feliz” (1 Timoteo 1:11). Pero surge una pregunta importante: ¿de verdad nos ama Jehová a nivel individual? Este asunto se tratará en el próximo capítulo.
[Notas]
En las Escrituras Griegas Cristianas se emplea a menudo el verbo fi·lé·o, que significa “tener cariño o afecto fraternal, querer como a un amigo íntimo”. En 2 Timoteo 3:3 se emplea un término compuesto a partir de la voz stor·gué, la ternura propia de la familia, con el cual se indica que dicho sentimiento escasearía mucho en los últimos días. É·ros, el amor romántico entre hombre y mujer, no se utiliza en las Escrituras Griegas Cristianas, aunque la Biblia sí habla de él (Proverbios 5:15-20).
Otras afirmaciones bíblicas siguen una estructura similar: “Dios es luz” y “Dios es [...] un fuego consumidor” (1 Juan 1:5; Hebreos 12:29). Pero deben tomarse en sentido metafórico, ya que equiparan a Jehová a realidades físicas. Así, él es semejante a la luz en vista de que es santo y justo, y no alberga “oscuridad”, o impureza alguna. De igual modo, es comparable a un fuego por el uso que da a su poder destructivo.
Preguntas para meditar
Salmo 63:1-11 ¿Cuánto valor debemos dar al amor de Jehová, y qué confianza nos inspira dicho amor?
Oseas 11:1-4; 14:4-8 ¿Cómo demostró Jehová amor paternal a Israel (es decir, Efraín), y qué actos desobedientes había cometido aquel pueblo?
Mateo 5:43-48 ¿Cómo muestra Jehová amor paternal a la humanidad en general?
Juan 17:15-26 ¿Cómo nos garantiza que Jehová nos ama la oración que dirigió Jesús a favor de sus discípulos?
[Preguntas del estudio]
1-3. ¿Qué factores distinguen la muerte de Jesús de todas las ocurridas a lo largo de la historia?
4. ¿Cómo llegó a ver un militar romano que Jesús no era un hombre común y corriente, y a qué conclusión llegó?
5. ¿Cómo pudiéramos ilustrar la enorme cantidad de tiempo que pasaron juntos en el cielo Jehová y su Hijo?
6. a) ¿Qué labores realizó el Hijo de Jehová antes de vivir como hombre? b) ¿Qué vínculo existe entre Jehová y su Hijo?
7. ¿Cómo expresó Jehová sus sentimientos para con su Hijo cuando este se bautizó?
8, 9. a) ¿Qué tuvo que soportar Jesús el 14 de Nisán del año 33 E.C., y cuál fue el efecto en su Padre celestial? b) ¿Por qué permitió Jehová que sufriera y muriera su Hijo?
10. ¿Qué necesidad tiene el ser humano, y qué ha ocurrido con el significado de la palabra amor?
11, 12. a) ¿Dónde aprendemos mucho acerca del amor, y por qué allí? b) ¿Qué tipos de amor se indicaban con distintas palabras en griego antiguo, y cuál de ellas aparece más veces en las Escrituras Cristianas? (Véase también la nota.) c) ¿Qué es a·gá·pe?
13, 14. ¿Qué indica que el a·gá·pe suele conllevar afectuosidad?
15. ¿Qué dice la Biblia sobre el atributo divino del amor, y en qué sentido es singular dicha afirmación? (Véase también la nota.)
16-18. a) ¿Por qué dice la Biblia que “Dios es amor”? b) ¿Por qué es el hombre la criatura terrestre que mejor representa su atributo del amor?
19. ¿Por qué decimos que el amor fue esencial en la obra creativa de Jehová?
20, 21. ¿Qué pruebas tenían Adán y Eva de que Jehová los amaba, y, pese a ello, cómo respondieron?
22. ¿Cómo demuestra la reacción de Jehová ante la rebelión edénica que su amor es leal?
23. ¿Cuál es una de las razones por las que Jehová es el “Dios feliz”, y qué cuestión fundamental se tratará en el siguiente capítulo?
[Ilustración de la página 230]
“Dios [...] dio a su Hijo unigénito”
Tomado de Acerquemonos a Jehova: