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Wednesday, March 12, 2008

CRONICA


La Visita del Papa a Cuba(Escrito en 1998)

(3ra Parte)


Por: Diana M. Cantón


Cuando el señor Papa Juan Pablo II arribó a "la siempre fiel Isla de Cuba" La Serafina y yo nos asombrábamos de lo que estaba sucediendo en Educación, Salud Pública, la Gastronomía,los Cultivos Varios, las plantas medicinales, la zafra del tabaco, la Construcción, las microbrigadas, los Círculos Infantiles (Day Care)...Nos asombrábamos de lo que para todos ya era normal.

Por ejemplo de que hasta el psiquiatra también resolviera el petróleo en el hospital, del mismo modo que el obrero agrícola semidelincuente al que nombré Robin Hood; de que ambos lo hicieran porque no tenían combustible para cocinar, aunque el Doctor vivía en el campo y "el de la bolaita" en El Maica, en la ciudad pinareña, en uno de sus suburbios más famosos, en el arrabal, en la periferia del Casco Urbano, y aunque el mulato lo revendía para comprar dólares y gualfarina para esperar la subida del santo y la bajada del muerto en el bembé del 17 de diciembre (Día de San Lázaro).Me asombraba yo de todos los preludios de la Venida del Papa.

Mi asombro social venía sobre todo de 1989 y 1992 y 1994 hacia acá, en que nos sacaron de la urna de cristal acuático, isleño. Me asombraba ya menos de la autorización de la celebración de la Navidad por una vez.
En realidad la quería en ese entonces para siempre pues la asociaba con la abundancia de comidas exquisitas, alegría, fiestas de esos días en la Infancia y Adolescencia, más que porque me llevaran a la Iglesia, ni a la Misa del Gallo, ni nada de eso. Mi familia no tenía esos hábitos .

Me asombraba con los amigos y conocidos camellos y hasta dromedarios cambiando y comprando pescado, bonito y langosta en el Puerto de La Coloma para traficarlo por dólares en La Habana, algunos de los cuales se hicieron después Másters y Doctores, viajaron por muchos países, cumplieron diversas misiones, subieron a las Tribunas Abiertas en Convenciones....Generales y Doctores de toda laya.

Me asombraba de los que devenían en corredores de permutas ilegales porque"había que escapar";todos teníamos sangre isleña,china,negra,india en menor magnitud.

La Serafina (mi amiga) y yo nos asombrábamos infantilmente, izquierdistamente de nuestro entorno raro, de nuestra realidad mágica,fantasmagórica, alucinante, infernal, surrealista, dadaísta, esotérica.
Estábamos perplejas de tanta ficción,de tanto absurdo.Eramos niñas ingenuas,candorosas,desahuciadas.

Nos alarmábamos con nuestros hijos coleccionando etiquetas de productos vendidos en las tiendas por dólares.Las pegaban en libretas y todo y el signo dólar era para nosotras como la marca de la bestia.
Nuestros hijos eran expulsados de la escuela por problemas de violencia aparentemente,pero sabíamos que en el fondo era por gustarles el Inglés y no el Ruso y el Rock and Roll y no la música y los bailes en español;aunque después se fueran expandiendo inevitablemente.
Como nos sentíamos las madres de todos los cubanos, sufríamos por los que vendían cosas ilegales y hasta dólares,por los que se hicieron jineteros para vestirse regular, a la moda y no ser tan Doñas Perfectas como nosotras y poder ir a La Habana a ver un concierto de Rock o de Varela: el nuevo héroe rebelde y patriota.

Nos lamentábamos mi amiga y yo de habernos perdido en nuestra juventud las orgías de los Festivales de Varadero, y solo haber conocido la maravillosa Playa en nuestra luna de miel de invierno,en que había menos demanda, el precio se rebajaba y de proteina solo había pescado, leche, sus derivados,lo que obligaba a emigrar a comer a Las Cuevas de Bellamar,a Colón y hasta a Jovellanos, cosa que también tenía sus verdaderos encantos.
Nos faltó siempre audacia práctica y pragmática, cosa que ya era cotidiana también en nuestro mundo.

Nos habíamos asombrado de descubrir que muchos editores y escritores hasta de nuestra cofradía amistosa eran gueys, de que varios de ellos publicaron y viajaron más con el sexo que con las Letras mismas, aunque al final acabaran fregando o lavando platos en España.

Nos asombrábamos de que nuestro amigo poeta y novelista que llegó a la fama por su talento real llevara chicas a los extranjeros y guardara hasta los negativos pornográficos argumentando que"sólo se podía escribir cuando se acumulaban vivencias de todo tipo y que además solo así podía mantener a su familia; era culpa de sus circunstancias y no solo de su curiosidad".

Nos asombrábamos de nuestra propia corrupción gradual, inevitable, aplastante, ineludible, destructiva, salvadora de la carne y el estómago propios y ajenos,que nos sometía a un permanente conflicto moral interno.

Tratábamos de achacarlo a nuestra naturaleza humana;pero nosotras siempre nos creímos diosas,extraterrestres,suprahumanas también como El Aviador.

Acaso La Serafina y El Aviador eran falsas espectativas,desdoblamientos fantásticos de mi personalidad?.

Así andaban las cosas cuando esperaba a mi padre,el colchonero porque bastantes que arregló a hurtadillas antes de irse por el Mariel en 1980.
Mi padre el vendedor de perfumes, sobrecamas, medallitas de santos, mi padre el creyonista que pintaba de colorado los labios de una muerta y tenía que huir con su primo Lalo por una broma tan pesada a los guajiros.

Sí, La Serafina era a la vez de algún modo impropuesto camella como yo y a la vez persona y extraterrestre.Así éramos en ese tiempo las dos.
Y eso nos traía muchos líos con todo el mundo,reduciéndonos a desierto evidente,a granos de arena,a mitades dispersas.
Continuará.....