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Sunday, December 02, 2012

La valentía ante los golpes de la vida.

Tomado de WWW.jw.org/es

Afrontemos con valentía los golpes de la vida

REPRODUCIR EN “Dios es para nosotros refugio y fuerza, una ayuda que puede hallarse prontamente durante angustias.” (SAL. 46: 1)



¿QUÉ RESPONDERÍA?

¿Cómo podemos impedir que las desgracias nos abrumen?

¿Qué motivos tenemos para ser valientes?

¿Qué ayudas nos ha proporcionado Jehová para afrontar los problemas?

1, 2. ¿Qué desgracias son comunes hoy, y qué necesitamos los siervos de Dios?



VIVIMOS en una época de grandes desgracias. Terremotos, tsunamis, incendios, inundaciones, volcanes, tornados, tifones y huracanes causan estragos en todo el mundo. Además, las personas sufren todo tipo de problemas personales y familiares que las llenan de temor y tristeza. La Biblia lleva mucha razón cuando afirma que a cualquiera nos puede ocurrir un “suceso imprevisto” (Ecl. 9:11).



2 En conjunto, los siervos de Dios nos hemos enfrentado con valor a todas esas circunstancias difíciles. No obstante, necesitamos estar preparados para lo que pueda venir según se acerca el fin de este sistema. ¿Cómo podemos afrontar los problemas sin dejar que nos abrumen? ¿Qué nos ayudará a sobrellevar con valentía los golpes de la vida?



IMITEMOS A QUIENES AFRONTARON LA VIDA CON VALENTÍA

3. Según Romanos 15:​4, ¿qué puede alentarnos cuando sufrimos problemas?



3 Aunque los problemas afectan hoy día a más gente que nunca, lo cierto es que existen desde hace milenios. Veamos cómo lograron afrontar los golpes de la vida algunos siervos de Dios de tiempos bíblicos (Rom. 15: 4).



4. ¿Qué tuvo que padecer David, y de dónde sacó las fuerzas?



4 En primer lugar, hablemos de David. Entre otras cosas, tuvo que soportar la cólera de un rey, los ataques de sus enemigos, la captura de sus esposas, la traición de sus propios hombres y una enorme angustia emocional (1 Sam. 18:​8, 9; 30:​1-5; 2 Sam. 17: 1-3; 24:​15, 17; Sal. 38:​4-8). Los relatos bíblicos de su vida reflejan muy bien lo mucho que sufrió. Sin embargo, los problemas no acabaron con su espiritualidad. ¿De dónde sacó las fuerzas? Rebosante de fe, dijo: “Jehová es la plaza fuerte de mi vida. ¿De quién he de sentir pavor?” (Sal. 27:1; léase Salmo 27:​5, 10).



5. ¿Cómo lograron Abrahán y Sara encarar las numerosas dificultades de su vida?



5 Pensemos ahora en Abrahán y Sara. Ambos vivieron la mayor parte de su vida como extranjeros en tiendas de campaña. Y aunque las cosas a veces se ponían difíciles, encararon con decisión problemas como el hambre y los conflictos con naciones vecinas (Gén. 12:10; 14:​14-16). ¿Cómo lo lograron? La Palabra de Dios señala que Abrahán “esperaba la ciudad que tiene fundamentos verdaderos, cuyo edificador y hacedor es Dios” (Heb. 11:​8-10). En lugar de dejarse arrastrar por el mundo que los rodeaba, los dos se concentraron en el futuro.



6. ¿En qué debemos imitar a Job?



6 Por su parte, Job también soportó presiones muy intensas. Para él debió de ser horrible ver como su vida parecía derrumbarse a su alrededor (Job 3:​3, 11). Y lo peor era que no comprendía por qué le estaba ocurriendo todo aquello. Pero nunca se dio por vencido, sino que mantuvo su fe en Dios (léase Job 27: 5). ¡Qué gran ejemplo de integridad!



7. ¿Qué situaciones vivió Pablo durante su servicio a Dios, y qué le dio valor para seguir adelante?



7 Veamos a continuación el ejemplo de Pablo. Este apóstol atravesó “peligros en la ciudad”, “en el desierto” y “en el mar”. Además, soportó “hambre y sed”, “frío y desnudez”. Incluso dijo que estuvo “una noche y un día [...] en lo profundo”, refiriéndose seguramente a uno de sus varios naufragios (2 Cor. 11:​23-27). Pero siempre manifestó una buena actitud, como lo demuestra lo que dijo tras estar a punto de perder la vida por servir a Dios: “Esto fue para que no tuviéramos nuestra confianza en nosotros mismos, sino en el Dios que levanta a los muertos. De tan grande cosa como la muerte nos libró y nos librará” (2 Cor. 1:​8-10). Pocas personas han vivido tantas situaciones extremas como Pablo. No obstante, podemos identificarnos con sus sentimientos y cobrar ánimo al examinar su ejemplo de coraje.



NO DEJEMOS QUE LAS DESGRACIAS NOS ABRUMEN

8. ¿En qué situaciones podemos vernos? Cuente un caso real.



8 A mucha gente le abruman los desastres, problemas y presiones del mundo actual. Hasta a algunos cristianos les ocurre. Lani, * que servía de tiempo completo junto con su esposo en Australia, recibió como un jarro de agua fría la noticia de que tenía cáncer de mama. Ella recuerda: “Los tratamientos me dejaron muy enferma y con la autoestima por el suelo”. Para colmo, su esposo se sometió a una operación de la columna vertebral y ella tuvo que cuidarlo. ¿Qué podemos hacer si nos vemos en una situación parecida?



9, 10. a) ¿Qué debemos impedirle al Diablo? b) ¿Qué efecto deben tener en nosotros las palabras de Hechos 14: 22?



9 No olvidemos que Satanás se vale de los problemas que tenemos para atacar nuestra fe. No permitamos que nos robe la alegría de vivir. Proverbios 24:10 advierte: “¿Te has mostrado desanimado en el día de la angustia? Tu poder será escaso”. Si reflexionamos en ejemplos bíblicos como los que hemos analizado, podremos afrontar con valentía los golpes de la vida.



10 Por supuesto, no es realista esperar que nunca nos ocurra nada malo; más bien es al contrario (2 Tim. 3:12). Hechos 14:22 asegura que “tenemos que entrar en el reino de Dios a través de muchas tribulaciones”. Pero en vez de tirar la toalla, debemos ver los problemas como oportunidades de demostrar valor y fe en la ayuda divina.



11. ¿Cómo podemos evitar que las desgracias nos abrumen?



11 Necesitamos concentrarnos en cosas positivas. La Palabra de Dios explica: “Un corazón gozoso tiene buen efecto en el semblante, pero a causa del dolor del corazón hay un espíritu herido” (Prov. 15:13). Hace mucho que los científicos conocen los beneficios físicos del optimismo. Muchos de los pacientes a los que se les administra un placebo mejoran simplemente porque creen que están recibiendo un medicamento real. De hecho, también se ha demostrado la existencia del efecto contrario, conocido como nocebo: los pacientes empeoran simplemente porque alguien les dijo que el fármaco que estaban tomando les perjudicaría. Si nos obsesionamos con situaciones que no podemos cambiar, solo conseguiremos desanimarnos. La buena noticia es que Jehová nunca nos da simples “placebos”. Cuando sufrimos una desgracia, nos fortalece de manera real con su Palabra, con nuestra amorosa hermandad y con el espíritu santo. Recurriendo a estas tres ayudas, recuperaremos las fuerzas. Por tanto, en lugar de seguir dándole vueltas a lo negativo, tomemos medidas prácticas para afrontar cada problema y concentrémonos en las cosas buenas de nuestra vida (Prov. 17:22).



12, 13. a) ¿Qué ha ayudado a los siervos de Dios a superar las consecuencias de los desastres? Dé algún ejemplo. b) Cuando ocurre un desastre, ¿cómo se hace evidente lo que es más importante?



12 En los últimos años, varios países han sufrido desastres muy graves, y los cristianos que viven allí han manifestado un aguante admirable. A principios de 2010 se produjeron en Chile un potente terremoto y un tsunami que arrasaron las viviendas de numerosos hermanos. Muchos de ellos perdieron sus posesiones, y algunos, su medio de vida. Pero su espiritualidad se mantuvo intacta. Samuel, quien perdió su hogar, aseguró: “A pesar de esta situación tan dura, mi esposa y yo nunca dejamos de ir a predicar y a las reuniones. Creo que eso nos ayudó a no desesperarnos”. Junto con muchos otros, siguieron adelante sirviendo a Jehová.



13 En septiembre de 2009, las lluvias torrenciales inundaron más del 80% de Manila, la capital de Filipinas. Cierto hombre adinerado que perdió mucho en el desastre dijo: “Las inundaciones nos han puesto a todos al mismo nivel; ricos y pobres estamos padeciendo los mismos problemas”. Esto nos recuerda el sabio consejo de Jesús: “Acumulen para sí tesoros en el cielo, donde ni polilla ni moho consumen, y donde ladrones no entran por fuerza y hurtan” (Mat. 6:20). Quienes dedican la vida a conseguir cosas materiales —que tan rápido se esfuman — suelen acabar desilusionados. Es mucho mejor centrarnos en cuidar nuestra relación con Jehová, una posesión que no se ve afectada por nada de lo que suceda a nuestro alrededor (léase Hebreos 13:​5, 6).



TENEMOS MOTIVOS PARA SER VALIENTES

14. ¿Qué motivos tenemos para ser valientes?



14 Jesús avisó a sus discípulos que durante su presencia se producirían problemas, pero luego les dijo: “No se aterroricen” (Luc. 21: 9). En efecto, con él como Rey y con el Creador del universo a nuestro lado, tenemos motivos de sobra para ser valientes. Pablo animó a Timoteo con las siguientes palabras: “Dios no nos dio un espíritu de cobardía, sino de poder y de amor y de buen juicio” (2 Tim. 1: 7).



15. ¿Quiénes demostraron tener una confianza inquebrantable en Dios, y cómo podemos cultivar un valor similar?



15 Muchos siervos de Dios expresaron su inquebrantable confianza en él. Por ejemplo, David afirmó: “Jehová es mi fuerza y mi escudo. En él ha confiado mi corazón, y se me ha ayudado, de modo que mi corazón se alboroza” (Sal. 28: 7). Pablo declaró: “En todas estas cosas estamos saliendo completamente victoriosos mediante el que nos amó” (Rom. 8:37). Y Jesús, al verse ante el peligro, dejó claro que tenía una sólida relación con Dios cuando dijo: “No estoy solo, porque el Padre está conmigo” (Juan 16:32). Las palabras de todos ellos evidencian que confiaban por completo en Jehová. Si imitamos su actitud, tendremos valor para hacer frente a cualquier problema (léase Salmo 46:​1-3).



JEHOVÁ NOS AYUDA A SER VALIENTES

16. ¿Por qué es tan importante que estudiemos la Palabra de Dios?



16 Los cristianos no somos valientes porque confiemos en nosotros mismos, sino porque conocemos a Dios y nos apoyamos en él. Para ello debemos estudiar su Palabra, la Biblia. Una hermana que padece de depresión explica lo que a ella le ayuda: “Leo una y otra vez los pasajes que más me consuelan”. ¿Y qué hay de la exhortación de dedicar tiempo regularmente a adorar a Dios en familia? ¿Lo estamos haciendo? Si así es, podremos cultivar la actitud del salmista que dijo: “¡Cómo amo tu ley, sí! Todo el día ella es mi interés intenso” (Sal. 119:97).



17. a) ¿Qué nos ayudará a mantener una actitud positiva? b) Mencione alguna biografía que lo haya ayudado en su caso.



17 También disponemos de publicaciones bíblicas que fortalecen nuestra confianza en Jehová. A numerosos hermanos les han ayudado muchísimo las biografías de nuestras revistas. Por citar un caso, una hermana de Asia que sufre trastorno bipolar leyó la historia de un hermano que había sido misionero y que estaba luchando con éxito contra la misma enfermedad. Agradecida, escribió: “Me ayudó a comprender mi problema y me infundió esperanza”.





Cuando la vida lo golpee, aproveche las ayudas que nos proporciona Jehová



18. ¿Por qué debemos aprovechar al máximo la oración?



18 Además, contamos con una ayuda que está disponible en cualquier situación: la oración. El apóstol Pablo destacó su gran valor cuando dio este consejo: “No se inquieten por cosa alguna, sino que en todo, por oración y ruego junto con acción de gracias, dense a conocer sus peticiones a Dios; y la paz de Dios que supera a todo pensamiento guardará sus corazones y sus facultades mentales mediante Cristo Jesús” (Filip. 4:​6, 7). ¿Aprovechamos al máximo esta ayuda para buscar fuerzas cuando las cosas se ponen cuesta arriba? Alex, un joven británico que lucha contra la depresión desde hace mucho, explica: “Hablar con Jehová y escuchar lo que dice a través de su Palabra es para mí un salvavidas”.



19. ¿Cómo debemos ver la asistencia a las reuniones?



19 Otra ayuda que tenemos a nuestra disposición son las reuniones cristianas. Un salmista escribió: “Mi alma ha anhelado, y también se ha consumido, en su vivo deseo por los patios de Jehová” (Sal. 84: 2). ¿Nos sentimos como él? Lani, mencionada anteriormente, cuenta cómo veía las reuniones: “Asistir no era opcional. Sabía que si quería que Jehová me ayudara, tenía que estar allí”.



20. ¿Cómo nos ayuda la predicación?



20 Predicar las buenas nuevas del Reino también nos ayuda a ser valientes (1 Tim. 4:16). Una hermana de Australia que ha pasado por diversos problemas señala: “Un anciano me invitó a predicar, y aunque en ese momento era lo último que quería hacer, acepté. Y debe de ser que Jehová me estaba ayudando, porque cada vez que salía al ministerio me sentía muy feliz” (Prov. 16:20). Muchos cristianos han comprobado que, cuando fortalecen la fe de los demás, al mismo tiempo fortalecen la de ellos. Además, alejan de la mente sus problemas y se concentran en “las cosas más importantes” (Filip. 1:​10, 11).



21. ¿De qué podemos estar seguros?



21 Jehová nos ha proporcionado numerosas ayudas para afrontar con valentía los golpes de la vida. Si las aprovechamos, reflexionamos en los relatos de los siervos de Dios e imitamos su ejemplo de valor, podemos estar seguros de que lograremos enfrentarnos con éxito a los problemas que se nos presenten. A medida que se acerca el fin de este sistema, es posible que nos ocurran cosas negativas, pero podemos hacer nuestras estas palabras del apóstol Pablo: “Se nos derriba, pero no se nos destruye. [...] Por lo tanto no nos rendimos” (2 Cor. 4:​9, 16). Mientras tengamos a Jehová de nuestro lado, podemos afrontar con valentía los golpes de la vida (léase 2 Corintios 4:​17, 18).



^ párr. 8 Se han cambiado algunos nombres.



La Navidad

Tomado de WWW.j.w.org/es

LA ATALAYA DICIEMBRE DE 2012




¿Qué es para usted la Navidad?

REPRODUCIR EN “El barullo de la temporada nos atrapa fácilmente. Las tradiciones navideñas se suman a una larga lista de tareas pendientes que pudieran limitar el tiempo que pasamos con la familia y los amigos. Y a veces el estrés termina opacando la felicidad que deberíamos sentir.” (BRAD HENRY, EX GOBERNADOR DE OKLAHOMA [ESTADOS UNIDOS], 23 DE DICIEMBRE DE 2008)



CUANDO llega la época navideña, la música, los programas de televisión y el cine fomentan un ambiente festivo impregnado de alegría y emoción: el llamado espíritu de la Navidad. Y usted, ¿qué espera de esta época? De los siguientes aspectos, ¿cuál cree que debería ser el más importante?



 Recordar a Jesús

 Sentir la dicha de dar regalos

 Ayudar a los necesitados

 Reunirse con la familia

 Promover la paz

Lo cierto es que —como señala el ex gobernador Brad Henry⁠— a muchas personas les cuesta cumplir con todo lo que se han propuesto hacer durante esta temporada, que a menudo se caracteriza por el ajetreo, el estrés y, sobre todo, el consumismo. ¿Será imposible, entonces, obtener la paz y felicidad que la gente espera de las fiestas navideñas?



A fin de saber la respuesta, primero hay que tomar en cuenta que la Biblia enseña que debemos recordar a Jesús, ser generosos, ayudar a los necesitados, dedicar tiempo a la familia y promover la paz. Por eso, más que centrarnos en si está bien celebrar la Navidad o no, en esta serie de artículos analizaremos las siguientes cuestiones: *



 ¿Qué razones tienen algunas personas para celebrar la Navidad?

 ¿Por qué se les hace difícil lograr lo que esperan de la época navideña?

 ¿Cómo ha ayudado la Biblia a millones de personas a encontrar algo mejor que la Navidad?

^ párr. 10 Para conocer las razones bíblicas por las que algunos han decidido no celebrar la Navidad, véase el artículo “Nuestros lectores quieren saber: ¿Por qué algunas personas no celebran la Navidad?”.






Tiempo de recordar a Jesús

 “Sigan haciendo esto en memoria de mí.” (LUCAS 22:19)



Razón por la que algunos celebran la Navidad.

Para algunos, la Navidad es un tiempo para recordar el nacimiento de Jesús.



¿Por qué se les hace difícil lograrlo?

Muchas de las canciones y costumbres navideñas tienen poco que ver con Jesucristo. De hecho, millones de personas que celebran la Navidad no son cristianas, y algunas ni siquiera creen que Jesús haya existido. En el mundo comercial, esta celebración es más un pretexto para anunciar un sinfín de productos que una ocasión para recordar a Cristo.



Cómo puede ayudar la Biblia

“[Jesús] vino [...] para dar su alma en rescate en cambio por muchos.” (Marcos 10:45.) La noche antes de morir, Jesús instituyó una ceremonia sencilla para que sus discípulos conmemoraran su muerte y pronunció las palabras que aparecen al principio del artículo. Pero ¿por qué habría querido que sus discípulos recordaran su muerte, en vez de su nacimiento? Porque gracias a que él dio su vida como sacrificio, quienes obedezcan los mandatos divinos tienen la perspectiva de vivir para siempre. La Biblia declara: “El salario que el pecado paga es muerte, pero el don que Dios da es vida eterna por Cristo Jesús nuestro Señor” (Romanos 6:23). Por eso, los cristianos recuerdan cada año a Jesús, no en la Navidad, como un bebé indefenso, sino en el aniversario de su muerte, como “el salvador del mundo” (Juan 4:42).



“Cristo sufrió por ustedes, dejándoles dechado [o un modelo] para que sigan sus pasos con sumo cuidado y atención.” (1 Pedro 2:21.) A fin de recordar a Jesús y darle honra, hay que estudiar su ejemplo. Piense en el hombre inteligente y perfecto que era, alguien con el valor de hacer siempre lo correcto y que además fue paciente y compasivo. ¿Podría usted buscar oportunidades de imitarlo en su vida?



“El reino del mundo sí llegó a ser el reino de nuestro Señor y de su Cristo, y él reinará para siempre jamás.” (Revelación [Apocalipsis] 11:15.) Cuando piense en Jesús, recuerde lo que está haciendo ahora: gobernando en los cielos. La Palabra de Dios predijo respecto a él: “Con justicia tiene que juzgar a los de condición humilde, y con rectitud tiene que administrar censura a favor de los mansos de la tierra” (Isaías 11:4). Es obvio que estas virtudes no corresponden a un recién nacido, sino a un poderoso Rey.






Tiempo de dar regalos

 “Hay más felicidad en dar que en recibir.” (HECHOS 20:35)



Razón por la que algunos celebran la Navidad.

Tal como Jesús señaló, la generosidad causa alegría tanto al que da como al que recibe. Y con tal de experimentar esa satisfacción, muchos hacen de los regalos el punto central de la Navidad. Por ejemplo, una encuesta realizada en Irlanda reveló que, a pesar de la crisis económica del año pasado, cada familia esperaba gastar más de 500 euros (unos 660 dólares) en regalos navideños.



¿Por qué se les hace difícil lograrlo?

Un gran número de personas cree que dar regalos navideños causa más tensiones que alegrías. ¿Por qué? Porque muchos consumidores se sienten obligados a adquirir artículos que están más allá de sus posibilidades. Además, hacer sus compras en tiendas atestadas de gente y tener que esperar en las interminables filas les genera mucha ansiedad.



Cómo puede ayudar la Biblia

“Practiquen el dar.” (Lucas 6:38.) * Con estas palabras, Jesús nos exhorta a tener la costumbre de dar espontáneamente. Por tanto, no tenemos por qué limitarnos a hacer regalos en una época específica del año en la que se espera que todo el mundo lo haga.



“Que cada uno haga tal como lo ha resuelto en su corazón, no de mala gana ni como obligado, porque Dios ama al dador alegre.” (2 Corintios 9:7.) Según un comentarista bíblico, este versículo indica que “el dar no ha de hacerse [...] por necesidad (compulsión; ‘a la fuerza’)”. Un “dador alegre” jamás se siente obligado a regalar cierto artículo a cierta persona en cierta época, algo que suele pasarle a la gente en Navidad.



“Si primero está allí la prontitud, es especialmente acepto según lo que tiene la persona, no según lo que no tiene.” (2 Corintios 8:12.) Dios no quiere que sus siervos se endeuden por comprar regalos costosos. Para él, aquello que la persona da “según lo que tiene”, es algo más que aceptable: es algo “especialmente acepto”. ¡Qué diferente al mensaje de “compre ahora y pague después” que se escucha durante estas fiestas!





Tiempo de ayudar a los necesitados

REPRODUCIR EN “El que es bondadoso de ojo será bendecido, porque ha dado de su alimento al de condición humilde.” (PROVERBIOS 22:9)



Razón por la que algunos celebran la Navidad.

Puesto que Jesús ayudó a enfermos, pobres y desamparados, muchas personas tratan de imitarlo. A su entender, el mejor momento es durante la Navidad, época en que las organizaciones benéficas suelen redoblar sus esfuerzos por recaudar fondos.



¿Por qué se les hace difícil lograrlo?

Durante la temporada navideña, muchas personas invierten casi todo su tiempo, dinero y energías en ir de compras, organizar fiestas y visitar a familiares y amigos. Como mucho, lo que hacen por los pobres y necesitados es darles un donativo.



Cómo puede ayudar la Biblia.

“No retengas el bien de aquellos a quienes se les debe, cuando sucede que está en el poder de tu mano hacerlo.” (Proverbios 3:27.) Las personas pobres, hambrientas y desamparadas no sufren solamente durante las festividades. Si se da cuenta de que alguien necesita ayuda y “está en el poder de [su] mano” dársela, ¿por qué esperar hasta Navidad? La bondad y la compasión que le muestre sin duda serán recompensadas.



“Cada primer día de la semana, que cada uno de ustedes en su propia casa ponga algo aparte en reserva según vaya prosperando.” (1 Corintios 16:2.) El apóstol Pablo dio este consejo a los cristianos del primer siglo que querían ayudar a los pobres. ¿Cree usted que podría apartar regularmente cierta cantidad de dinero para donárselo a personas u organizaciones que le darían buen uso? De este modo, se aseguraría de ayudar a los necesitados conforme a lo que usted tiene.



“No olviden el hacer bien y el compartir cosas con otros, porque dichos sacrificios le son de mucho agrado a Dios.” (Hebreos 13:16.) Además de “compartir cosas con otros”, no debemos olvidar “el hacer bien”, es decir, realizar buenas obras. Por ejemplo, los padres responsables enseñan a sus hijos a prestar ayuda a los ancianos, a mostrar interés por los niños pobres o discapacitados y a animar a los enfermos visitándolos, llamándolos por teléfono o enviándoles notitas o tarjetas. De este modo, los niños aprenden a ser amables y generosos todo el año.



Los padres responsables enseñan a sus hijos a prestar ayuda a los ancianos, a los enfermos y a los niños pobres o discapacitados. De este modo, los niños aprenden a ser amables y generosos todo el año


LA ATALAYA DICIEMBRE DE 2012PUBLICADO EN




Tiempo de reunirse con la familia

 “¡Miren! ¡Qué bueno y qué agradable es que los hermanos moren juntos en unidad!” (SALMO 133:1)



Razón por la que algunos celebran la Navidad.

Puesto que los israelitas descendían del mismo hombre, Jacob (o Israel), todos se consideraban hermanos. Y reunirse en Jerusalén para sus celebraciones era algo “bueno y [...] agradable”. Hoy, muchas personas esperan con ansias la Navidad para ver a sus familiares y pasar con ellos momentos buenos y agradables.



¿Por qué se les hace difícil lograrlo?

Cierta obra declara: “Las tensiones familiares que van acumulándose durante el año a menudo explotan cuando la familia se reúne en las fiestas” (Encyclopedia of Christmas and New Year’s Celebrations).



Cómo puede ayudar la Biblia

“Aprendan [...] a seguir pagando la debida compensación a sus padres y abuelos.” (1 Timoteo 5:4.) Todos deberíamos hacer lo posible por visitar regularmente a nuestros familiares. Si viven lejos, tengamos la costumbre de comunicarnos con ellos, sea por carta, teléfono o Internet, pues la buena comunicación reduce los malentendidos.



“Se hallan apretados y escasos de lugar en sus propios tiernos cariños. [...] Ensánchense.” (2 Corintios 6:12, 13.) Los familiares que solo se ven una vez al año pudieran convertirse en extraños, especialmente para los niños. Algunos creen que no tienen nada en común con sus abuelos o con otros parientes. Por lo tanto, incluya a los de edad avanzada en sus reuniones familiares y anime a sus hijos a mostrarles tierno cariño. * Los niños que se acostumbran a pasar tiempo con ancianos suelen ser más considerados y atentos.



“¡Es hermoso decir lo correcto en el momento oportuno!” (Proverbios 15:23, Nueva Traducción Viviente.) ¿Qué se puede hacer para evitar que los malentendidos y otros problemas perjudiquen las relaciones familiares? Tratemos de resolver las dificultades “en el momento oportuno”. Mantener abiertas las vías de comunicación con nuestra familia nos facilitará resolver cualquier problema que surja y nos permitirá disfrutar de los buenos momentos que pasemos juntos.


LA ATALAYA DICIEMBRE DE 2012PUBLICADO EN




Tiempo de promover la paz

 “Gloria en las alturas a Dios, y sobre la tierra paz entre los hombres de buena voluntad.” (LUCAS 2:14)



Razón por la que algunos celebran la Navidad.

Todos los años, el papa y otros líderes religiosos predican mensajes de paz con la esperanza de que durante la época navideña se cumpla la siguiente declaración angélica: “Sobre la tierra paz entre los hombres de buena voluntad”. Hay quienes hasta hacen peregrinaciones para esa ocasión.



¿Por qué se les hace difícil lograrlo?

La paz que puede haber durante la Navidad es, como mucho, temporal. Por ejemplo, en diciembre de 1914, mientras Europa estaba en plena primera guerra mundial, los soldados británicos y los alemanes hicieron una tregua y salieron de sus trincheras para celebrar la Navidad. Intercambiaron comida, bebidas y cigarrillos. ¡Hasta jugaron al fútbol juntos! No obstante, la paz no duró mucho. En una carta que envió desde el frente de batalla, un soldado británico relató que uno alemán le dijo: “Hoy estamos en paz, pero mañana tú pelearás por tu país, y yo por el mío”.



Cómo puede ayudar la Biblia.

“Un niño nos ha nacido [...]. Y por nombre se le llamará [...] Príncipe de Paz. De la abundancia del regir principesco y de la paz no habrá fin.” (Isaías 9:6, 7.) ¡Qué hermosa esperanza nos ofrece esta profecía! Jesús no vino a la Tierra para darnos solo un día de paz al año. Bajo su gobierno celestial, la paz reinará por toda la eternidad.



“Les he dicho estas cosas para que por medio de mí [Jesús] tengan paz. En el mundo están experimentando tribulación, pero ¡cobren ánimo!, yo he vencido al mundo.” (Juan 16:33.) Incluso ahora, Jesús hace que sus seguidores gocen de paz. Es cierto que los cristianos enfrentan problemas. No obstante, la Biblia les ha ayudado a entender por qué existe el sufrimiento y que Jesús pronto acabará con él. Gracias a esto, disfrutan de paz interior.



Seguir las enseñanzas de Jesús permite a los testigos de Jehová convivir en paz, sin importar cuál sea su nacionalidad, raza, etnia o idioma. ¿Por qué no va a una de sus reuniones y lo comprueba por sí mismo? Tal vez concluya, al igual que muchos otros, que la paz que allí se respira es mucho mejor que la que pudiera ofrecer la Navidad.



Los testigos de Jehová conviven en paz, sin importar cuál sea su nacionalidad, raza, etnia o idioma. ¿Por qué no va a una de sus reuniones y lo comprueba por sí mismo?






Encontraron algo mejor

REPRODUCIR EN HAY millones de cristianos que no celebran la Navidad. ¿Se arrepienten de haber tomado esa decisión? ¿Echan de menos alguna cosa? ¿Creen sus hijos que se están perdiendo algo bueno? Veamos qué opinan algunos testigos de Jehová de distintas partes del mundo.





Eve

 Recordar a Jesús. “Antes de ser testigo de Jehová, rara vez pisaba la iglesia. Solo iba en Navidad o Pascua, y no siempre. Pero ni aun en esas ocasiones pensaba en Jesús. Ahora, que no celebro la Navidad, me reúno con mi congregación dos veces a la semana y le enseño a otras personas lo que la Biblia dice sobre Jesús.” (EVE, AUSTRALIA.)





Reuben

 Dar regalos. “Me pongo muy contento cuando me hacen regalos que no espero. ¡Me encantan las sorpresas! Además, me gusta hacer tarjetas o dibujos y regalárselos a otros. Así ellos están más contentos, y yo también.” (REUBEN, IRLANDA DEL NORTE.)





Emily

 Ayudar a los necesitados. “Disfrutamos mucho de preparar comidas para los enfermos. A veces, también les llevamos un postre, flores o un regalito que los ayude a sentirse mejor. Y esto es algo que se puede hacer en cualquier momento del año.” (EMILY, AUSTRALIA.)





Wendy

 Reunirse con la familia. “Cuando la familia se reúne en un ambiente relajado, los niños tienen oportunidad de conocer mejor a sus tíos, abuelos y primos. Como no estamos atados a tradiciones y fiestas, nuestros familiares saben que los visitamos porque los queremos y no por obligación.” (WENDY, ISLAS CAIMÁN.)





Sandra

 Promover la paz. “En las Navidades tenía tanto que hacer, que no me quedaba tiempo ni para pensar en la paz. He aprendido lo que la Biblia promete para la humanidad y he hallado verdadera paz. Sé que mis hijos vivirán en un mundo mejor.” (SANDRA, ESPAÑA.)






Nuestros lectores quieren saber



¿Por qué algunas personas no celebran la Navidad?

REPRODUCIR EN  Por todo el mundo, unos dos mil millones de personas celebran la Navidad el 25 de diciembre, y al menos otros doscientos millones, el 7 de enero. Sin embargo, también existen millones de personas que no la celebran. ¿Por qué?



Para empezar, porque muchos no son cristianos. Ni los judíos, ni los hinduistas, ni los sintoístas —por mencionar solo algunos⁠— tienen esa tradición. Por otra parte, los ateos, los agnósticos, los librepensadores y los partidarios del humanismo secular creen que la historia del nacimiento de Cristo es tan solo un mito.



Ahora bien, un número considerable de personas que sí creen en Jesús rechazan las tradiciones navideñas. A continuación analizaremos cuatro de las razones por las que no celebran la Navidad.



La primera es que no creen que Jesús haya nacido ni en diciembre ni en enero. Si bien la Biblia no indica la fecha exacta, dice respecto a la noche en que nació Jesús: “Había en aquella misma zona pastores que vivían a campo raso y guardaban las vigilias de la noche sobre sus rebaños. Y de repente el ángel de Jehová estuvo de pie junto a ellos, y [...] les dijo: [...] ‘[L]es ha nacido hoy un Salvador, que es Cristo el Señor’” (Lucas 2:8-11).



Los hechos apuntan a que Jesús tuvo que haber nacido a principios del mes de octubre, época del año en la cual los pastores aún pasaban la noche en el campo con las ovejas. En diciembre y enero, los meses más fríos en la zona de Belén, los pastores guardaban sus rebaños en refugios durante la noche.



La segunda razón es que saben que la única conmemoración que Jesús instituyó fue la de su muerte, no la de su nacimiento. Para ello, bastó con una sencilla comida de comunión (Lucas 22:19, 20). También hay que tener en cuenta que en los Evangelios de Marcos y Juan no se menciona para nada el nacimiento de Jesús.



La única conmemoración que Jesús instituyó fue la de su muerte, no la de su nacimiento



La tercera razón es que, pese a que sí es posible afirmar que los primeros cristianos conmemoraban la muerte de Cristo, no hay pruebas de que celebraran su nacimiento (1 Corintios 11:23-26). No fue sino hasta trescientos años después de que Jesús viniera a la Tierra que la cristiandad comenzó a celebrar oficialmente su nacimiento el 25 de diciembre. Llama la atención que en el siglo XVII tanto el Parlamento inglés como el Tribunal General de Massachusetts (Estados Unidos) prohibieron la celebración de la Navidad. ¿Cuál fue el motivo? El libro The Battle for Christmas (La batalla en pro de la Navidad) dice: “Ni la Biblia ni la historia permiten establecer el 25 de diciembre como la fecha en la que nació Jesús”. Y añade que para los puritanos, “la Navidad no era más que una fiesta pagana con disfraz cristiano”.



Eso nos lleva a la cuarta razón: las raíces paganas de la celebración. Las festividades navideñas tienen su origen en diversas fiestas romanas en honor a Saturno (dios de la agricultura) y al Sol Invicto, también llamado Mitra. Los antropólogos Christian Rätsch y Claudia Müller-Ebeling, autores del libro Pagan Christmas (La Navidad pagana), comentan: “Al igual que sucedió con otras costumbres y creencias precristianas, la antigua fiesta que conmemoraba el regreso anual del Sol se consagró para recordar el nacimiento de Cristo”.



¿Comprende ahora por qué no celebran la Navidad los cristianos verdaderos?