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LA VIOLACION (NOVELA) DIANA M CANTON


¨Aprendí que no se puede dar marcha atrás, 
que la esencia de la vida es ir hacia adelante. 
La vida, en realidad, es una calle de sentido unico ..."  

                                                      Agatha Christie (1891-1976) Novelista inglesa.
PROLOGO

 La violación es una novela sagaz de lenguaje coloquial y preciso, donde se narra la vida de varias muchachas y sus avatares, mezclando la realidad con la ficción, e  introduciendo al lector en un entorno vivencial donde la violación toma un sentido general dentro de una sociedad cerrada donde los valores éticos y estéticos comienzan a degradarse.
El amor, las circunstancias, los sentimientos, la inocencia envuelta en una gama de matices, eróticos, sexuales, y familiares, que a veces nos resultan tiernos y llenos de pasión y otras espeluznantes, pero tan reales en la vida de cualquier mujer, que sin encasillar orígenes ni ubicarla en una sociedad especifica, por su generalidad en el campo de las relaciones, indudablemente sus ramajes  nos llevan a raíces totalmente cubanas.

La violación toca un tema muy contemporáneo donde la excelente escritora Diana Margarita Cantón, va narrando los diferentes encuentros de esta muchacha, retomando  un conjunto de leyendas, mitos y realidades en toda su intensidad, pero sin dejar de que fluya magistralmente el contenido profundo y reflexivo como argumento principal

Es una novela llena de sorpresas, costumbres, entornos y ficción donde su magia nos lleva por túneles de convivencia y desarrollo humano,  desde el presente al pasado, y viceversa, retomando a cada paso la retrospectiva como rejuego dentro de la interesante trama, donde solamente el lector tiene la última palabra.
Lic Adela Soto Álvarez 
Periodista, Escritora y poeta cubano americana)


        
PRIMERA PARTE

CAPITULO 1
Las Consultas

-Pues sí, Doctor Nadium, siento una energía muy grande dentro de mí, mi cuerpo es un puro corto circuito. No puedo dormir en mi cama, ni casi ya en el sofá de la sala. Me tiro al piso. Me arrodillo y oro incesantemente, sin lágrimas, pero con devoción.-

Las noches despiadadas me obligan a ejercitar mi cuerpo adolorido aún en contra de mi voluntad. Me acuesto y me levanto y voy incesantemente al baño y a la cocina a tomar agua y a veces a tomar o comer algo con gran ansiedad y como una autómata.

Trato de ir a la computadora para relajarme un poco. En el invierno empeoro, ya no me place caminar por las calles, los parques, las orillas del río, los lagos y mucho menos subir a las montañas.

-Lee muchas noticias, Norma?.

-Es por rachas. Antes sí. La política para mi llegó a ser una obsesión permanente desde la infancia. Todo en mi vida, hasta el amor, giró siempre en torno a ella.

Fue como que el Estado, el Gobierno, invadió hasta mis sueños y mi intimidad. Eso nos ocurrió a muchos de mi generación.

Con la desilusión eso fue cambiando un poco. Pero hay momentos, Doctor, en que todo eso aflora de nuevo de un modo arrollador e incontrolable.

Por eso le cuento todo esto; me alivia, ya que ni llorar puedo, pese a tanta tristeza y desconsuelo. Ni siquiera confío en que tenga usted poder ni medicinas que me alivien. Me perdona?

-Sí, le entiendo. Hay muchos así, al menos en su país. Le diría que los hay peores. Pero, continúe, por favor, contándome sobre lo que siente.

-Mire, siento algo nuevo y espantoso. Siempre creí, que mi primer gran amor, fue eso. Y de un tiempo a esta parte, después de leer ciertas cosas, de meditar, comparar, analizarlas más fríamente, he llegado a la conclusión inaudita de que fui violada casi de niña por un hombre que para mi representa hoy, más que un hombre en sí mismo, al poder político. Y sinceramente se lo digo sin pasión alguna.

Porque ya no me apasiona ningún Proyecto humano. He perdido la fe en todos. Aunque a veces me emocionan ciertos actos heroicos de algunos jóvenes que se me parecen a mi alguna vez.

-Por hoy está bien, no quiero cansarla. Le pondré una inyección que relaje un poco su cerebro. Está muy cargado y por eso son sus migrañas y todo lo demás.

También su cuerpo, sus músculos, están muy tensos. Se va a enfermar mucho más si no se cuida. No piense ni escriba tanto en su Diario, al menos por estos días en que quiero observar su comportamiento y evolución.

Después, sí quiero que escriba acerca de eso que me acaba de decir sobre esa violación por su novio. OK?

-De acuerdo, Doctor Nadium, esta vez no seré tan terca. Sobre todo, si sus drogas me ayudan a dormir. Y le aseguro que nunca he creído en ellas. Pero bueno, es imprescindible, según veo.

- Sí, no queda más remedio. Ya vendrá la enfermera. Nos veremos pronto para que me lea lo que ha escrito dentro de una semana de tratamiento recluida. Adiós y que Dios nos ayude a ambos.

-Gracias, Doctor. Hasta la próxima conversación o taller?





CAPITULO 2
 Diarios novelados.

-Buenos días, Norma, Como se siente?.
-Bien y mal, Doctor Nadium.
-Qué quiere decir?
-Bien porque he dormido casi corrido una semana.
Mal porque no he podido escribir nada.

Estoy aturdida, con la mente casi en blanco.
-Era necesario, Norma. Usted debe descansar un poco.
-Así lo he hecho. He sido obediente aún en contra de mi voluntad.
-No desea conversar entonces hoy?
-No puedo, pero le tengo algo aquí mejor.
La señora abrió el closet, extrajo una grande y raída maleta negra y empezó a sacar libretas gruesas enumeradas del 1 al 50 y a dárselas al experimentado galeno, agregando:
-Qué año prefiere leer primero?
-Creo que me interesa el año 1970. Me llevo esa, después se la devuelvo y hablaremos cuando se recupere un poco.
Norma se retira y Nadium empieza afanoso la lectura:
“Juan de Los cielos me llegó una mañana de enero: alto, delgado, trigueño; con una barba larga y roja, que unos meses después descubriría que tenía continuidad en el pubis.
Yo tenía dieciséis años y él treinta.

Trabajábamos cerca uno del otro en la Región Becas, en Miramar, en La Habana, en escuelas diferentes.

Me lo presentó mi antigua profesora, aquella mulata a la que los muchachos apodaron “achatada en los polos y abultada en el Ecuador”, no porque impartiera Geografía, sino por la forma de su cuerpo. Yo había sido su monitora y me quería mucho.

Mi futuro pretendiente estaba en La Escuela al Campo movilizado en la Zafra de Los Diez Millones, “los que iban, de que iban, iban”, pese a los malos augurios de aquel profesor de Economía del Instituto de Superación Educacional que lo desaparecieron del mapa enseguida.

Mi machetero no me dio exactamente las primeras clases de Comunismo, pero sí las de Heterodoxia y sobre todo las más importantes lecciones de Amor (Amor completo, no dividido. De ese Amor de cuerpo, mente, corazón literal y figurativo, espíritu, psiquis, interrelacionados, como debe ser el Amor). Al menos así creía entonces que sería aquella relación. Así de hermosa”.

CAPITULO 3
Su cuerpo.

“Su cuerpo lo descubrí atlético en junio, no aquel amanecer luminoso. Estábamos ya desnudos en un albergue del Instituto Nacional de la Industria Turística y comprendí que sus espaldas eran anchas y que dormía con un hombre fuerte; casi me asombraron sus espaldas, tanto como lo rojizo de sus bellos en contraste con su cabellera castaña.

Pero no me gusto desde el principio. Su cabeza alguien me dijo luego parecía ser de yunque: era más ancha arriba que abajo. Sus ojos, su boca, no tenían nada espectacular; aunque eso sí: carismático, agradable, atractivo para la Amistad y las relaciones humanas en general. Un tipo muy sociable y divertido. Así era!

Mi mejor amiga de entonces cuando lo conoció casualmente en el portal de la Tienda El Bazar Cubano me dijo:

“Está buenísimo, durísimo. No por gusto te tiene así”.

Regresábamos esa tarde-noche de tomar helados Coppelia, y lo encontramos allí, en aquella esquina, tan esbelto como una palma real. Mi amiga era santera y nosotros comunistas. Me di cuenta mucho tiempo después. Yo iba a su casa en Buena Vista y me quedaba y todo, pero siempre andaba en Babia cuando aquello. Era tan alegre y confiada. Era una época de bellas promesas creíbles. No había aún desilusión ni en el Amor ni en la Política”.



CAPITULO 4:
 El suicidio

-Qué tal, Norma, cómo amaneció?
-Mal, Doctor, quiero escribir y no puedo todavía. Sabe que no puedo respirar sin escribir. Quiero irme de alta.
-Es muy pronto, Norma. El tratamiento requiere un período de adaptación para que vea la mejoría. De todos modos, no quiero presionarla. Si es su voluntad, se va por una semana, si se compromete a seguir las instrucciones que le dará la enfermera.

-De acuerdo, Doctor. En una semana regreso.

-Doctor Nadium, Doctor Nadium, mire, Norma ha dejado su maleta negra en el closet con una nota para usted:

“Muchas gracias, Doctor, por su ayuda, desinterés y sensibilidad. Ha sido el mejor psiquiatra con el que he tratado. Pero mi mal es incurable, y decidí rebelarme contra el mundo definitivamente. Le dejo mi historia, pues sé que tiene recursos y relaciones para darla a conocer.

Me doy cuenta de que usted soñó también con ser escritor. Le confieso que yo hubiera querido ser psiquiatra para salvar muchas vidas, pero uno es lo que es y no lo que quiere ser necesariamente. Adiós y perdóneme de nuevo. Ha fracasado el mundo, no usted: Norma”.

-Sí, es el Doctor Nadium. Quién habla?

-Es el hijo de Norma. Mi mamá se ha suicidado, Doctor. Ha sido terrible! Todavía buscan su cuerpo en el río helado. Se ha lanzado por la ventana de su cuarto, en el tercer piso, sobre las rocas, cerca de la cascada. Probablemente ya esté en el mar, junto a sus hermanos balseros que tanto la entristecían. Estoy muy abatido! Necesito su ayuda!

-Sí, iré inmediatamente junto a usted, Danilo.
-Abre la puerta, Michael, debe ser el Doctor.
-No, papa, son dos hombres con trajes, con sacos, corbatas y todo y con Biblias y unos maletines.
-Sí, son los Testigos de Jehová. Por favor, hoy sí ábreles. Necesito mucho consuelo y esperanza para seguir adelante contigo, mijo.

CAPITULO 5
El triangulo.

“En el 71 andaba como una loca, buscando a Juan de Los Cielos por La Cenicienta, por todos los lugares posibles y probables. Aconteció que nuestro Amor se había vuelto Tragedia. Ya entonces el vestía precoces pitusas, enviados del Norte tal vez por la madre de Juana de Los Caprichos. Parecía mi amado el Rey Salomón escapado de la Biblia y de su Palacio.

Nilda, era amiga de Juan y de Juana. Juan y Juana se casaron antes de conocernos Juan y yo. Tenían un hijo de un año de edad: Camilo. Se divorciaron legalmente y Juana se fue a vivir con su hijo a la aldea, heredando la casa y demás fortuna de sus antepasados“apátridas”, dejando a Juan solo en la capital del país.

Nilda autorizada por mi padre, a veces me sacaba de pase de la beca, y me acompañaba a la Terminal de Ómnibus de La Habana, para viajar sola a mi provincia.

Yo era su alumna preferida. Hasta me llevo una vez un fin de semana para la casa de su tía en La Habana Vieja. Mi profesora residía en realidad en Guanabacoa, la tierra de Los Babalaos y de Rita Montaner, que conocí después a través de un Museo y de libros.

Su familia me atendió muy bien, me regalaron unos blúmer muy bonitos, tuvieron atenciones y diferencias conmigo. Pero después la vida nos distancio relativa y definitivamente.

Al concluir el primer semestre de noveno grado, me fui voluntaristamente a un Curso Emergente de Formación de Profesores de Secundaria Básica, a una escuela que se llamaba Julio Antonio Mella, en La Lisa, que radicaba en un antiguo Preuniversitario para formar médicos.

Los albergues eran en La Coronela. Tenía 15 años, pero yo me puse que tenía 16 en los papeles, para que no me rechazaran. Todos mis profesores de Español pusieron el grito en el cielo, pues, como mi abuela paterna, me creían una” superdotada”? que podía aspirar a estudiar Filología, Letras…o Periodismo. Y para ello debía hacer mi Preuniversitario antes.

Si, se pensaba que la Pedagogía y la Historia eran más fáciles, y yo no lo veía así, y en cierto sentido estaba huyendo por segunda vez de un medio que se me estaba haciendo hostil por razones más políticas que sociales en sí mismas. El Curso en El Mella fue intensivo, y duro de febrero a agosto aproximadamente.

Nilda me quería mucho, porque yo iba a los Concursos Nacionales de Conocimientos y de Monitores de Historia, español, Ortografía. Escribía para Talleres Literarios informales y casi fantasmas y declamaba hasta mis propios poemas de amor, más fantásticos y atrevidos que reales. Me empezaron a apodar “La Tórtola” por recitar y actuar mucho los versos de milanés:

Ay de mi tórtola, mi tortolita
Que al monte ha ido
Y allá quedo.”

CAPITULO 6
El Villano

“De qué astucias se valió El Villano, el extraño, Satanás disfrazado de serpiente o Ángel de la Aurora para que cayera en sus redes celestiales aquella virgencita tan cándida y prejuiciada?, aquella niña que todavía era? Aunque Miguel de las Estrellas después me dijo:

“Los niños no son tan inocentes nada, lo que aún no están tan enajenados por la realidad, como para que les dañen tanto las cosas, pero las captan, las perciben, las comprenden más que lo que suponemos”.

Por supuesto que Juan de los Cielos me dijo que estaba divorciado de alguien (lo que probó espontáneamente con un Certificado que me entregó voluntariamente, antes de que se armara el lío, que no esperaba entonces; yo estaba muy confiada, aún Nilda no me había contado nada).

Después, misteriosamente, aquel documento legal se traspapeló y se perdió definitivamente. No le di importancia alguna.

En ese tiempo para mí no era importante el matrimonio, aunque sí el Amor. Por qué desconfiar además de alguien que me cayó atrás cinco meses y andaba baracutey en La Habana viviendo en un albergue?

En Julio, Juana se encargaría de aclararme que era cierto que se habían divorciado, pero que siguieron teniendo sexo cuando él iba a Pinar del Río y hasta se volvieron a legalizar por segunda vez. Ese certificado de segundas nupcias nunca llegué a verlo ni a pedirlo-por supuesto.

Juan me ocultó que su mujer estaba embarazada de nuevo de él y que se seguían acostando de vez en cuando. La verdad la empecé a descubrir yo misma antes de salir de vacaciones de verano. Un día se apareció ella con la barriga a la boca por el Instituto de Superación Educacional.

Ese martes no apareció él en Línea y G a asesorarse, como de costumbre, ni a darle el frente a la situación. Se quedó el muy cobarde por casa de unos parientes con los que paró con ella esos días en La Habana Vieja.

Me di cuenta de que era Juana porque efectivamente la había visto algunas pocas veces en la Secundaria en que había estudiado y sobre todo por las conversaciones que sostuvo con sus amigos y conocidos casi delante de mí en la Institución y después en la cola de la Cafetería El Potín o El Carmelo, ni me acuerdo ya bien, de la Calle Línea, donde merendamos dulces y helados al mediodía, en mesas separadas.

En la espera para sentarnos marcamos con algunas personas de por medio entre ella y yo. La pobre niña Tamara venía en camino y nacería anormal a los pocos días de aquel infeliz desencuentro que sí me hizo ya dudar de Juan.

Ese incidente precipitó la ruptura de algo que fue tan bonito, y que he dejado para narrarlo al final. Tengan paciencia!

Mi primer amante significativo fumaba mucho; ya la nicotina manchaba sus dientes con rigor. Casi no tenía ropa que ponerse:

-Me robaron el maletín en La Terminal de Ómnibus en un descuido cuando viajaba a Pinar. Incluso perdí hasta las fotografías de Camilito!

Juan se ponía unos pantalones carmelitas, de tela caqui (de uniforme de alumnos becados) adaptados a su esbeltez y flaquencia constitucional y apenas una camisa blanca, otra verdecita tierna (de mangas cortas, con bordaditos en las mangas) y para las fiestas una de listas blancas y rojas muy linda y otra azul Prusia de mangas largas.

Los zapatos eran botas rusas (las mismas para marchar, dar clases, cortar caña, defender la Patria, producir). No recuerdo que entonces tuviera otros atuendos!

Años después escuché comentarios desagradables sobre él en una Escuela en el Campo:

-Juan es un Don Juan. A mí también me enamoró, pero no me gustó no solo por su cabeza de yunque, sino porque parecía una vara de tumbar gatos.

-Yo también lo planché. A todas les hace un cuento. Ni que fuera tan precioso. -agregaba Oichi Machete.

Los muchachos la apodaron así por sus facciones japonesas y por los sables que sacaba.

Era un lazo de cuero en las reuniones, las cortes militares…En las guardias de albergue, los inundaba para que los limpiaran bien, vaciaba las gavetas privadas para que las organizaran “como debía ser”, enrollaba los colchones y sacaba debajo de ellos: machetes, cuchillos, naranjas y una vez hasta un preservativo de una alumna de 10mo Grado.

Aquello fue penoso en aquel tiempo (la llamaron a contar y todo por eso, y ni sé en lo que paró el asunto). Pero con Oichi, eso sí, adquirí buenas habilidades para llegar a ser después una buena Subdirectora de Albergues!

Ya había algunos alumnos que se quejaban por estas “violaciones de la privacidad” y de los Derechos Humanos, aunque el término se acuñó y se hizo famoso después.

Hasta hippies habían en las escuelas, y pintaban en sus sombreros de campo el símbolo de Amor y Paz, que la mayoría desconocíamos.

Esos desprecios hacia mi Juan de los Cielos los escuché ya por el 72 o el 73, cuando me moría de soledad e inestabilidad amorosa, después de los desgarramientos del fracaso del Primer Gran Amor.

El propio Juan me enseñó, para mi sorpresa, que “se puede amar de verdad varias veces en la vida”.

Juan, mi Don Juan, antes de llevarme al Cielo, a los Cielos, unas cuantas veces, se arrastró cauteloso por la Tierra, reptó lentamente, comió polvo para seducirme con aquello de que:

“Eres la reina de mi vida….Sé que tú serás la reina de mi vida…sé que tú serás la reina de mi Amor” (Canción de moda).

A su compás calificábamos los exámenes de los alumnos al final del primer Semestre.

(Era enero o principios de febrero de 1970). Habíamos profesores de varias escuelas de la Región Becas y hacíamos el trabajo de conjunto, o de equipo, o de mesa, especializándonos por preguntas, cuyas respuestas aproximadas se definían muy bien en las claves de calificaciones.

A veces Juan me tocaba, como por casualidad, con el pie por debajo de la mesa. Hacía muchos chistes, era muy alegre y simpático; irradiaba melodía y felicidad. Nunca más me sentí así, a ese grado. Tenían la radio puesta y para nada perturbaba la Historia, ni la Pedagogía, ni la Didáctica.

Compartía sus habitaciones Juan, en aquel apartamento albergue, con sus amigos de Biología y Matemáticas.

Uno tenía ya fama de mujeriego y abandonó una linda muchacha de Guantánamo para encontrar la horma de su zapato casándose con alguien de Mayarí, que tenía un apartamento en Santos Suárez, pero convivía conmigo en el albergue de 3ra y 32 en Miramar.

El otro hombre era un pobre desdichado al que lo dejaba el AMOR DE SU VIDA y lloraba y sufría, hasta que se empató con la hermana del Director, que llegó por lo menos a Vice Ministro de Cultura, cosa que les vino de perilla cuando llegó el llamado“Período Especial”.

Ya ni saludaron más nunca a Juan. En ese tiempo anterior, el Director botó de la Escuela a un alumno que se hizo famoso por trovar-según él “por leer un libro de Marxismo “en la escuela. Parece que ya-desde entonces el Marxismo era subversivo en la Cuba Socialista. Y si es mentira, el mentiroso es él, que me lo contó con alguien de testigo. No habló con rencor, incluso dijo:

-Un día le voy a preguntar por qué lo hizo? Jamás lo he entendido.

Juan era el Capitán de esa tropa comunista y de otra más extensa que incluía otros amigos, profesores y alumnos de su escuela. Vivían La Dulce Vita en La Mejor Escuela de Becas.

Las tías les guardaban la mejor y mayor cantidad de comida posible, los malcriaban bastante!

Les limpiaban el albergue, al que llegaban a deshoras, o no llegaban algunas noches, sin que nadie les cerrara el portón del pasillo ni las puertas, cerca de la Rotonda de 60, como sí le hacían a las mujeres.

La comida no era en realidad tan buena entonces en ninguna parte, que se supiera, ni en las casas de nadie de la media. Pero la de mi escuela, era poca e incomible, hasta para los perros.

Acabamos almorzando y comiendo, punto fijo casi, en la Pizzería de La Copa. Allí coincidíamos todos los amigos de esa época bella, en los ratos de ocio. Nos marcábamos unos a otros en las extensas colas o líneas de espera. Las pizzas y los espaguetis los acompañábamos con cervezas y o vino vermut.

Todo era bastante barato y el dinero todavía tenía valor.

Los platos fuertes eran a un peso y veinte centavos y la cerveza a sesenta centavos y el vino como a cinco pesos la botella y a un peso el vaso, en la única moneda existente en el país.

Mi sueldo de profesora emergente era de ciento veintidós pesos y cuarenta y cinco centavos.

Enviaba cien para mi casa en Pinar y con lo que me quedaba pasaba modestamente el mes. No había tampoco mucho que comprar y mis padres me buscaban lo esencial. Yo no era nada exigente con las cosas materiales. Todavía soy así. Jamás pedía nada. Todo me apenaba.

Hasta rechazaba las cosas a veces porque éramos tan pobres y tenía más hermanos. Entonces había vergüenza y muchos valores humanos.

Aunque no todos eran como yo. Había ya de todo, pero la gente no andaba atrás de marcas y esas cosas.

El país no se había dolarizado. No había Turismo Internacional. Y los pocos que se drogaban lo hacían a escondidas en los clubes con meprobamato ligado con alcohol o cerveza, escuchando los discos en inglés que se pasaban envueltos en periódicos porque eso era “divisionismo ideológico”.

Todavía yo no siento ese gran placer estético al escuchar ni a los Beatles, que eran la locura de varios de mi Generación. Ahora ya sabemos que “los Beatles eran socialistas?, y hasta le hicieron una estatua a Lennon en La Habana, y le robaron los espejuelos y todo.
A consecuencia de mi pasado todavía yo rechazo involuntariamente el Inglés llevando veinte años en “las entrañas del Monstruo”?...”

-Doctor Nadium, lo espera Dianelys.

-Sí, gracias, enseguida estoy con la Señora.

CAPITULO 7
“Venecia y las Constelaciones"

“Eres un sueño muy antiguo y de nubes. Todos los días-casi todos hago el amor con él. Podría hacerlo todos los días, pero a veces pienso que me prostituyo si lo hacemos, porque te extraño a ti, te anhelo a ti.

Eres un amor imposible, un recuerdo idealizado, tal vez de otra vida, un ser constelado, volador, a veces viajas en ovni, en un platillo; y cuando voy a palparte, te me escapas, Otros, cuando me levanto, siento algo quemante tras de mí, pero sin rostro, tú me hablas, me proteges, llegas dolorosamente a mí, sin material, sin perfume, como una flor galáctica.

Te hallé en la adolescencia, en una tumba, en una de tus muertes; eras un Quijote moderno, raptado prematuramente por la prostituta de la muerte.

Ahora vuelves a decirme extrañamente que soy solo una pequeña partícula de ti, que no tengo vida propia. Ahora vienes diabólicamente a convidarme a que me rebele contra todo lo escaso de Ética, contra mi propio doblez de algunas veces, contra esta corrupción humana que asquea, que me asquea y contamina.

Me dices: muere y vivirás conmigo. Ahora me ordenas la insubordinación contra todo lo obsoleto e injusto, venga de quien venga.

Eres mi amante por control remoto, mi problema parapsicológico-dicen, mi desdoblamiento de personalidad, mi evasión de la realidad, mi construcción irreal por descompensación, el sustituto de lo que me falta y necesito.

Mi amiga me aconseja un psicólogo, cuando ellos están como yo o peor: toman, fornican a la ligera, o hacen cosas más malas para rebasar sus crisis existenciales.

Primero iré a ver a la barajara del desierto más desierto de la tierra , al brujo más experto de la tribu, pero jamás a que rompan el encanto de mis diálogos contigo , que empezaron secretos y unilaterales, y ya se leen más que los de Platón en las Bibliotecas de Alejandría.

Daría cualquier cosa por tu aliento, por el saludo de tu mano, o el murmullo de tu voz en mis oídos. Pero no creas que no conozco tu voz, sí, es peculiar. No sé a veces si es la de Dios o la del Diablo.

Mi amigo, que tal vez lo tiene encarnado, me convenció de que era más la mala fama que otra cosa, de que fue un ser bello y con virtudes y de que si se iba a ver, Dios, su Padre, era más malo, por tirano y asfixiador de las perspectivas ajenas.

Desde entonces el Diablo mide seis pies, es trigueño, de ojos verdes, tiene un porte muy marcial y anda melenudo y con guitarra, el Diablo eres tú.

Daría cualquier cosa por una carta o un poema tuyo, por tu platónico y mágico amor.

Cuando escucho una canción nueva por la radio, creo que la has compuesto para mí, si se publica un libro de versos de amor nuevo, me parase que esa mujer innombrable, celosamente oculta por el poeta, soy yo…”

-Dejémoslo por hoy ahí, Dianelys, es muy interesante su monólogo.

Pero me aguardan otros pacientes. Continúe con el Lamictal, el Medasepam y el Clonozepan, y no cese de escribir y socializar por INTERNET, pero con cordura. No discuta con nadie. Ni se tome nada a pecho. Eh.

_ Si, así lo hare, Doctor Nadiun.

CAPITULO 8:
Dianelys.

-Cómo le ha ido con el tratamiento, Dianeys?._Muy bien, Doctor; eso sí, no pude dejar de reescribir mi Monólogo.

_Sí, continúe su lectura. Es interesante. Me gustaría que lo actuara en " Música y Estrellas", el Festival de Verano.

-Usted cree, Doctor?.

_ Por qué no?

_ Cree que tenga calidad? Me daría vergüenza!

_ Léalo y ensáyelo, por favor. Creo en él.

-"Cuando gozo con mi esposo, porque en verdad gozo con él, después siento un gran peso (por mi corazón dividido).

A veces me asaltas, en el preludio y en el orgasmo mismo. Cómo negarte la miel de su sexo, la ternura de su espíritu y de su cuerpo humano?

Pero sufro la terrible soledad de los espíritus que no tienen dónde rebotar? No me bastan mis versos y mi cama, necesito un alma sin rostro definido y entonces le pongo el del recuerdo del primer amor, allá en un tiempo remoto, o el del último poeta importante que conocí. No, no soy decididamente la fiel Sulamita que rechazó al Rey.

Mi hombre real arde, puede arder día y noche como el fuego de un hogar multifamiliar, pero no basta.

De día trabaja, pesca, siembra,... hace todas las cosas comunes que hacen la mayoría de los hombres. Ya le conté casi todo lo de mi vida. Llevamos más de un siglo juntos, tenemos varios hijos, pero las cosas que él podría comprender de mi, ya se agotaron.

La magia entre nosotros, si es que verdaderamente existió alguna vez, si es que no fue un espejismo, ya se esfumó, y queda solo un vacío y una distancia horribles. Y lo peor del caso es que a veces siento que lo amo, porque él no es una rosa estelar, es un perfume real y muy agradable y necesario.

Una vez comprobé que me moría con su ausencia. Nos separamos un tiempo. El se vengó de mí, de mis fugas, de mis escapes espirituales y emocionales y de mi tiranía monógama física. Me sorprendió escribiendo una carta furtiva y loca, me asusté, la rompí y la eché a las aguas negras.

Buscó otra en un carnaval, otra de su pasado. Estaba en tragos y con un amigo. Ante todos quedó como el traidor, el mujeriego, el que abandonó a su mujer y sus hijos, y ganó en su ego, se reafirmó su seguridad y su machismo porque yo lo perdoné, le caí atrás y lo recuperé. Y no por celos, por hembrismo, ni por dañar a mi rival, sino por amor, gusto, deseo renovado; necesité que volviera con sus mimos, su dulzura, su cariño, su pasión, sus provocaciones, que tienen el don de sacarme de las casillas hasta en la cocina.

A su lado me vuelvo un erizo; a veces me siento infeliz y el insomnio asalta con frecuencia mi patología. A veces rechazo sus caricias, me huele distinto a los primeros años, en que me parecía un universo inagotable: era joven, presumido, muy limpio.

Después me olió a veces a pan con tortillas de huevos, yogurt, croquetas y hasta a hamburguesas; y yo quiero olor a selvas, a bosques, a playa, a aserrío de madera recién cortada y a galaxias desconocidas.

El acaba riéndose de mis locas confesiones. Casi siempre estoy hosca.

El a veces trabaja en una cafetería. Jamás le importa ver una película, leer un libro clásico, ver una obra de teatro (se ríe de la escenografía, o de los transverstis) ni qué decir de una ópera o de una función de ballet. Nada de refinamiento o ilustración.

“Esos son gustos burgueses o propios de homosexuales"-me dice... Ahora quería irse del país y que yo aceptara ciertas propuestas que nos sacaran las castañas del fuego. Es un hombre casi vulgar, aunque muy simpático y sociable.

Todos lo buscan para reír de lo lindo con sus chistes y ocurrencias, que si se hubiera dedicado a escribirlos, le habrían dado celebridad y dinero.

Tiene talento humorístico, carisma, y me divierte mucho...

Pero ni un show de cabaret le interesa. Ni con eso se atreve a romper con la rutina, a mi manera.

Claro que en este desierto en que vivimos, escasean el agua, la cerveza, las bebidas de calidad, la miel, los restaurantes, los cabarets; todo ya requiere dólares y relaciones, y nosotros no hemos sido gente de éxito, ni tenemos vínculos con extranjeros. No somos bonitos ni afortunados.

A su lado mi espíritu es una veleta.

Qué sabe él de cada uno de los recodos y laberintos que tiene? Qué le importa saberlo? Es más fácil y en parte mejor ignorar. Me gusta que no indague tanto, que respete mi individualidad, mi privacidad. No entendería.

A veces lo tomo como desamor, desatención, indiferencia. Soy muy tímida e introvertida. Hay que tener a Freud a la mano para descifrar cada misterio de mi inconsciente. La incomunicación entre nosotros es muy grande, aunque no lo parezca.

Me siento muy vacía a su lado, a pesar de la aparente compañía, de las comidas juntas, de tantas cosas materiales compartidas, incluido el sexo a tope, las zonas erógenas, exploradas milenariamente por él, hasta hacerlas estallar una y otra vez.

Pero mi melancolía él no la agota, mi miedo él no lo hace desaparecer, mi soledad, él no la puede poblar. Podría realmente alguien lograrlo?

Podrías acaso tú, si fueras material, humano?

Para ello tendría que recobrar mi ingenuidad, mi candor, mi inocencia, mi confianza en otros y hasta en mi misma.

Siento que cualquier amigo o vecino de él (mi pareja) puede saber mejor que yo de su destino. El piensa que pierde hombría si me informa, si lo sigo a todas partes, como algunas mujeres.

En realidad, al principio, me iba hasta a pescar con él.Pero ya no le encuentro encanto, lo rechazo, creo que también porque no hay transporte ni tiempo y porque mis nervios no soportan que viaje en bicicleta.

No me gusta averiguar mucho ni andar detrás de él, acabé no preguntando nada y dejando que su tiempo libre transcurriera en donde lo deseaba realmente.

Yo sin embargo, no estoy donde quiero, ni como quiero. Casi siempre me aburro, me deprimo a veces, ansío volar alto, muy alto, viajar por carreteras o líneas férreas, porque le temo, sobre todo a los aviones, algo menos a los barcos. No temo, es curioso, a las naves espaciales de mi imaginación.

Constantemente irrumpo en la luna, en las estrellas, en el sol, y me considero hija del mar, estoy segura de proceder de su vientre y de que en él me aguardan.

El mar me atrae mucho, pero le temo, como al aire real. Aparentemente mi vida matrimonial es un lecho de rosas, está llena de paz y armonía. Pero en realidad no soy libre ni feliz."

-Es excelente, Dianelys, lo que me revela, pero ahora entrevistaré a unos balseros que acaban de arribar a "tierras de libertad", algunos han perdido la familia en la travesía; es muy doloroso!

-Si, comprendo. Mis primos tampoco llegaron vivos!

-Es excelente, Dianelys, lo que me revela, pero ahora entrevistaré a unos balseros que acaban de arribar a "tierras de libertad", algunos han perdido la familia en la travesía; es muy doloroso!

-Si, comprendo. Mis primos tampoco llegaron vivos!

CAPITULO 9
La indiferencia.

-La libertad siempre tiene opciones, Doctor Nadium. Y si te desilusionas o son indiferentes contigo, te queda la opción de seguir amando a otros o a ti misma y de contar y dialogar tus vivencias. Aunque también te desilusiones y te dañe. Pero una se crece.

-Qué diferente tu actitud a la de Norma. Me encantan los escritos de ambas, Dianelys. Pero contigo puedo dialogar. A ella solo pude y puedo leerla.

-Algo es algo, Algo es bastante, Doctor. A veces decimos más de nosotros y otros escribiendo. Porque nos desinhibimos.

-Escucho ese Soliloquio suyo sobre la indiferencia como modo también de violación. Y después prosigo con la Norma de los 60 a los 2000.

-"El próximo unicornio puede ser espejismo, y ya nunca más darse con él....Siguen las hojas en el suelo, como mis tristezas.

Siguen las llamadas caídas....Siguen las decepciones de las puertas cerradas...Sigo con zonas del alma virgen, creyendo todavía en la esperanza...

Por naturaleza tengo Amor. Por oficio paciencia. Persevero y voy triunfando a cuenta gotas...

Hay secretos que no cuento ni siquiera a mi conciencia. Pero la gente los sabe de memoria y o los inventa.

El teléfono, el entorno, todo tú, y hasta yo! estamos mal educados, incultos. No te llames a engaño.

Una señal neurótica? no es necesariamente erótica, y mucho menos vulgar. Amor no es sexo, aunque pudiera incluirlo. El sexo puede agobiar.

El Amor profundo, sincero, singular, Jamás! Un tronco seco en la oscuridad puede parecer una escultura de Milo en el Jardín de Edén. Soy hipersensible como la flor del romerillo (como tú) y me has herido hoy.

Por eso te (les) envío esta Carta sin Destinatario y sin Poeta:

"Excúsenme la voz, la letra, el alma. Disculpen los excesos, desenfados, imprudencias, desafueros, molestias, insensateces, desatinos, transparencias, tuteos..

Son cosas de poeta, bien lo saben! Perdonen las flores (que no quise ingirieran, digirieran)...Dispensen los coloquios de estrellas, la lágrima, el pañuelo, la imagen atrapada, el nombre mitad guerra, mitad sabiduría, mitad sorpresa.

Excúsenme caracol, mariposas, polvo de meteorito, los signos astrológicos, la fe, los credos. Disculpen mi pecho desnudo interiormente, mis altares, ruegos, peticiones...

Perdonen sobre todo mis poemas, cartas, telegramas, llamadas, el tiempo que les robo, la luz que le quito a sus ojos. Dispensen a Deimos, Fobos, Ares, Cástor, Pólux, Kaus Australis, Nunki, Askela....

Excusen Geminidas, Miridas...Disculpen a Omega, al polvo, a Júpiter, Mercurio; a sus vicarias y rosas que fui tan lejos a buscar. Perdónenme la muerte, la maravilla mustia, el desaliño, agujeros, machete redentor, innovaciones, lanzas....

Disculpen, señores, que los ame sin sexo. Extraterrestremente, por ahora, Dispensen esta carta sin destinatario, que se la apropie el viento.

Excusen mi imposible, mi sueño, mi delirio, mi mentira. La realidad nunca se escribe. Bien lo saben! Disculpen los irrite con mi majadería. Perdonen el Amor, la amistad, las diferencias. Y muchas gracias por haberme soportado y por aceptar a veces lo que no pedí".

-Se ve a las claras una relación paralela y bajo control, con intermediarios., casi militar.

-En los Estados Totalitarios usted sabe que es así!

CAPITULO 10
Soliloquio

Y qué será de mí
Cuando no sea conciencia
Y todo se torne oscuro,
Silencio, ausencia insípida,

In flor, in poesía?
Te olvide, mágico pez de la indiferencia,
Que jamás se detuvo
En el Océano de mi tortuosa vida.
Te olvide en la sobre vivencia propia
Y de los míos,
Como olvide pintar mis unas,
Ir a la peluquería,
Como no sigo el curso
Del precio de cosméticos,

Ahogada de ensueños
Que se frustran-como tú.
Toda la noche
Espere por tu cuerda de veinte años,
Pero pasaste fugaz
Como mi sueno
Y mi espejismo de pez dorado.

Me sepulto en nieve,
Compañía falsa,
Piel, pan y mimos.
Tú te me enredas
En los sueños
Y cuando voy a palparte,
Te derrites también
Para mi carne yerta
Que prefiere ser el aire que respiras,

Tu jardín o tu perro,
O el café que te saluda.
Bajo siete llaves

Esta tu Intimidad:
Fabuloso tesoro del Instinto.
Soy Sor Juana Inés
Crucificada por el ansia
En este lecho tibio
Que no incendias.


Alfonsina a fin de Siglo:

Nunca me propuse seducirte
Con elegancia femenil.
Más bien amarte a distancia,
Como se ama a las estrellas,
Aunque parezca loco
Y de verdad lo sea.
Este tenerte y no tenerte,
Como se tiene el mar
Y el misterio todo.
Este tenerte sin latitud,
Sin longitud,
Sin meridiano y paralelo,

Sin espacio y sin tiempo,
Como quien tiene el aire
En su poder,
Aunque no tenga el dólar,
Ni titulo, ni categoría, ni grado....,
Como se tiene el infinito.
Este tenerte sin canción, ni verso,
Ni trino para mí,
Como se tiene el pentagrama,
Las musas, el aletear del universo.
El tenerte sin piel ni sexo
Que me queme,
Como se tiene el sol de Prometeo,
La luz de Tréveris.
Pobre de mi amor
A un corazón de ágata
Por el que peleo
Sin cansarme
Vagamente.

Cepeda no contesto,
No lo hará nunca,
Al Soliloquio de Gertrudis.
El me responde anticipadamente,
Por control remoto,

Cuando hay temblores de tierra
En Los Ángeles,
Ola de Frio en India Nápoles,
Naufragio en las costas de República Dominicana
Y cuando a los jóvenes importa un bledo
El texto en un Concierto.
Solo el papel y el grafito,

Las Penas y el Amor
Que me quedan
Pueden salvar mis nervios.
Conocí mi ideal, mi cisne salvaje.
Descubrí que los que mas
Se aproximaron,
Estuvieron lejanos,
Muy lejanos de él,
Tan bello, casi perfecto.

Pero este es el más imposible
De los astros: mi ideal.
Los pretendientes me asedian
El misterio.
Mas el no me pretende,
No me asedia.
El es el máximo Misterio.
Aclaro y busco un nuevo

Príncipe para la Adoración,
Para los ritos,
Aunque solo tú hayas sido el verdadero,
El más cercano al Ideal
Que Dios me concedió,
Y que acepto solo en la cuarta,
En la mas intima de las
Cuatro esferas del espejo
Del alma,
O la conciencia.

-Maravilloso, Dianelys. Pero no le asusta sentir así?
-Ya no siento así, Doctor Nadium.
-Dejo de sentir y de escribir esas cosas tan bellas?
-Las seguí sintiendo y escribiendo un tiempo más, hasta que llego la Desilusión.
-OK…Escríbame en una lista todo lo que la estresa hoy por hoy.

Trate de hacerlo de abajo hacia arriba, por orden de prioridad de ser posible y de limitarlo a 10 cosas, las más graves del 5 al 10, y por favor, respóndame esta encuesta y se la deja a mi enfermera antes de irse.

Muchas gracias por su cooperación. Me agrada mucho comunicarme con pacientes que escriben Poesía.

-Lo hace usted, Doctor?.

-Lo he intentado, le confieso.

Reescrito en varias ocasiones, entre ellas en 2004 y en 2010-11 con el título de Amorescencias.

CAPITULO 11
La relación amorosa.

-Y cómo fue, Norma, esa relación que tuviste?
-Pienso que fue una violación, Doctor Boris.
-Pero fue un novio?
-Sí, ya lo éramos! Pero de todos modos ahora lo pienso como una violación. Antes no lo había visto así.
-Pero, estás loca, Norma. Cómo le dijiste eso al Psiquiatra, si siempre has dicho que esa fue la relación más hermosa de tu vida?
-Sí, pero me hizo mucho daño, un daño irreversible, Elia.

"La relación amorosa creció poco a poco y con detalles románticos irrepetibles.
Hubo enamoramiento, noviazgo y después sexo intenso, extenso, detenido, profundo.
En enero y casi hasta mayo amaba a Pedro, mi jefe de cátedra. Nos visitábamos casi todas las clases el uno al otro, me asesoraba y yo trataba de tomar de su experiencia pedagógica, aunque era sólo algo mayor que yo.

Qué simpático era Pedro! Bajito, delgado, menudo, de piel blanca, con las huellas del acné juvenil en sus mejillas, de pelo negro y lacio. De él se me pegó el lenguaje en boga:

"Ese es tremendo barco".
“Subdesarrollo Pérez" (Por la película Memorias del subdesarrollo y por la gráfica cómica).

Después se agregaría a ese léxico:

"Aquí, matando canallas" (Por la canción de Silvio Rodríguez).

La profesora de 8vo Grado, de más experiencia en todo, me aconsejó que lo enamorara, era un hombre muy tímido, pero se " moría por mi".

Yo no lo creía, aunque también me moría ya por él, pero mi orgullo de mujer, mi educación cristiano-comunista de entonces me impedía tal audacia.

Íbamos juntos al comedor a almorzar, me sacaba y pagaba el ticket. Veíamos juntos las películas de estreno por las tardes los dos y algunos pocos amigos y amigas más. Nunca solos.

A veces también comíamos en la pizzería y teníamos frecuentes fiestas y actividades juveniles de las que se escurría mi amado al lograr su objetivo político.

Nunca bailamos y el milagro del enamoramiento y la declaración amorosa no se produjo nunca. No hubo fiestas de disfraces ni carnavales juntos.

Recuerdo que se burlaba más bien de Eddy, aquel recluta de Guane que desde septiembre del 69 me escribía e iba a buscarme a la escuela, a las cortes militares, de día y de noche.

Había sido un auto embullo, una superficialidad mía, que ya me pesaba demasiado. Me había llevado a conocer su hermana a Marianao y tenía planes matrimoniales conmigo, como antes Lachy de Galiano y Damián del arroz, el de la manilla y la cepilladla guajira. Pero yo era hija del maltrato.

Conocí a Eddy en un viaje de Pinar a Miramar, en un tumulto para tomar la ruta 35 para Artemisa, de allí para Marianao, en La Habana, y finalmente la 96 hasta cerca de la escuela en 32 y 1ra Avenida.

En ese tiempo yo viajaba sola, desde la Secundaria Nilda me acompañaba solo hasta la Terminal de Ómnibus, y cuando llegaba a mi ciudad de provincia, nadie me esperaba.

El teléfono-decíamos mi tía y yo era de bejuco de boniato, y muchas veces hasta llegaba de sorpresa y de noche con la compañía de algún perro sato callejero que se enamoraba de mí.

Porque de mí se enamoraban hasta los perros, pero no siempre quien yo quería. Así aprendí a ser demasiado independiente, libertina y reservada, características que he ido modificando-excepto la independencia (relativa).

Esa tarde-noche de domingo primero se me presentó su amigo, Rubén II (su compañero del " verde", que era como le decían a los del Servicio Militar Obligatorio). Mis contemporáneos lo sustituíamos a veces por "aguacate o habichuela"-en alusión al color de la esperanza.

Este Rubén era alto, blanco, no muy delgado, de cara un poco maltratada también por el acné; no lucía mal, me regaló varias veces que nos reencontramos cajas de cigarros suaves, que por monería abría, encendía y fumaba alguno sin absorber, porque mi cuerpo y mi mente siempre rechazaron instintivamente lo dañino, quizás era virtuosa por naturaleza, una especie de " elegida", aunque la soledad y las malas compañías hayan hecho mella sobre mí.

El caso fue que Eddy de la papa caliente se le adelantó a su "amigo"?, y fue con él que hubo durante el viaje de pie, apretados, a oscuras, algunos besos casi primerizos que al bajarnos perdieron el encanto erótico.

Ya me había desilusionado de su cara grasienta y de su uniforme al parecer invisible por el embrujo inicial. Concienticé el olor a botas rusas que me perseguiría-por lo menos hasta 1980 de maneras diferentes.

Así estuvimos un tiempo, haciendo de tripas corazón" y él "apretando" de noche -conmigo medio ausente- frente a La Copa casi en el portal penumbroso del Marcelo Salado (una escuela de deportistas nadadores).

Allí descubrí sus manos y su boca en mis senos, en la sombra apenas dibujada de mis aureolas y pezones casi inexistentes aún y sí que me agradó o le agradó a mi adrenalina, a mis hormonas más bien.

Pero era el deseo puro de la carne corrupta (pasajero, sin fijador), la pedantería, el acoso, la matraquilla, la persecución y mi irresponsabilidad de adolescente-gaviota, sin riendas ni control en la gran urbe, entonces bastante sana, pero llena de peligros potenciales.

En fin que se fastidió también Eddy de la papa caliente, como antes Rubén II, Rubén I, Damián el de los arrozales, su besito de lengua, el beso único y furtivo con Lachy, al fondo de mi casa, sujetando las motonetas de mi cabeza de catorce años, esperando el aviso del silbido de su sobrina, si aparecía una señal de alarma, Lachy el treintañero de los carruseles y el pomito de perfume de cristal verde forrado de piedrecitas brillosas, de envoltura irrepetible, singular.

El de los cañaverales, las cartas, las ausencias, las canciones de Manzanero... Historias amorescentes, más fantásticas que reales todas.

Lo de Pedro- claro que no se materializó nunca ( fue tan idílico y platónico como aquellos amores infantiles de los cinco a los catorce años, y como otros que vinieron después de Juan de los Cielos hasta Miguel de las Estrellas, mi último gran Amor).

El villano se encargó de convencerme de que Pedro de la Timidez no me amaba. Me dijo que se lo había preguntado-sin contar conmigo-cuando me hizo confesarle:

-No puedo aceptarte, Juan, porque amo a otra persona.

Se aprovechó de nuestra amistad para que le revelara el secreto y a mis espaldas, sin contar conmigo averiguó si él me correspondía. Al menos eso fue lo que me contó mi violador comunista. Nunca lo verifiqué con Pedro-por supuesto...

No me le iba a declarar! Confié en Juan de los Cielos. Pero mi amiga oriental, ( la profesora de Biología que antes intercambiaba la ropa conmigo: la saya carmelita de tela de caqui de becada con los bolsillos grandes y corte de moda de ella, por la mía negra de listas blancas Tan graciosa! confeccionada por mi madre- por ejemplo) me sembró la duda:

-Normita, la libreta donde escribí: Normita y Juan ya son novios llena de corazones flechados se la enseñé a Pedro y se puso rojo, verde, de todos los colores. Ese hombre está cogido contigo! Te ama de verdad!

Pero finalmente acabé enamorándome de quien no debía? y pagaría el precio de mi pecado.

Nunca más volví a ver a Pedro después de septiembre de 1970, ni por Internet, ni por Faceboock, ni por todos los inventos modernos...

Supe por la entonces Secretaria de la Juventud Comunista que se casó, tuvo una niña, engordó mucho.

Tal vez se espabiló o dio con una más audaz que yo para esos trajines-en ese tiempo memorable! Creo que él vivía también por Guanabacoa o por El Cerro?

No sé bien! Me enseñó con su buen ejemplo a llevar fotos, láminas, mapas, gráficos-como medios de enseñanza de Historia de Cuba. Era muy curioso y original!

Qué gran hombre me perdí! Hasta a mi madre le decía lo que sentía por él y cuánto le respetaba y admiraba!

Las largas conversaciones pre noviazgo con Juan de los Cielos tuvieron su escenario principal en el parquecito de 3ra y 42.

Ese año el frío fue muy intenso hasta abril! Allí nos sentábamos sin abrigos noche por noche cuatro y cinco horas a contarnos el pasado y el presente y a hacer planes para el futuro-al menos eso sentía yo.

El afecto creció-sobre todo cuando mi galán resultó ser parte del dúo de crecimiento del Partido Comunista del país. Vino la Asamblea de Trabajadores Ejemplares y todo el proceso en mi centro laboral.

Allí me propusieron sorpresivamente "Ejemplar" cuando casi era todavía "pionera". Salieron ejemplares también Pedro y la Secretaria del Comité de Base-entre otros; ella sin obstáculos.

El era un excelente, un purísimo muchacho que no transigía con nada "mal hecho" viniera de quien viniera! Me doy cuenta de que marcó mi personalidad. Traté " de ser como él ".al menos lo intenté. Y hasta su lenguaje se me pegó, al menos cierto tiempo eso involuntariamente.

Era tal el trajín político de mí después amado Juan de los Cielos que se dormía en las largas reuniones, cabeceaba escandalosamente.

Porque eran horas y horas ante todos y después o antes en privado entre ellos-los del dúo y sus superiores. Juan me llamaba por teléfono al Sector de las tías en la Beca, cerca de mi albergue, y me decía cosas bellas y tiernas y cariñosas. Me llamaba "mi Chiny" y todo-cosa ahora para mí hasta ridícula.

Me fue seduciendo y convirtiéndose en "mi héroe" poco a poco. Me convencía de que tenía tanto trabajo que no nos podíamos ver " ni de domingo a domingo, cielito lindo"(canción al parecer de moda en su adolescencia propia). Sí, porque como recordarán él nació en 1940 y yo en 1953.

Me llevaba 13 años; le podrían echar en Estados Unidos casi veinte años de cárcel si alguien lo hubiera denunciado; cosa que jamás imaginé hacer, ni creo que realmente en Cuba habría tenido mayor efecto que un matrimonio forzado.

En realidad creo que hasta lo hubiera aceptado él de buena gana, pero no habríamos sido felices tampoco por los arrastres de su mujer fantasma y de sus hijos.

Finalmente decidieron no hacerme el proceso del Partido en mis dulces dieciséis, pese a mis "evidentes méritos". Quedó claro que "no había hecho ninguna proeza militar"-que eran las que más contaban.

En realidad no las he hecho nunca.

Hasta los treinta años estuve en la Unión de Jóvenes Comunistas hasta que fui baja natural. Ya en los 80 cambiaron de carné y el nuevo se me perdió, lo reclamé, pero nunca me lo volvieron a dar, supongo que porque ya no creían mucho en mí y no le caía muy bien al Secretario.

Pero fue después de esa década mundialmente convulsa que me empezaron a notar como una militante muy "conflictiva e hipercrítica". De modo que conservé el carné viejo de la Juventud con la foto de los trece o catorce años, pero no el nuevo.

Eso fue hasta el año 2000 aproximadamente, que lo devolví por correo al " Señor Presidente “Fidel Castro Ruz. Para mí había dejado de ser el " Compañero Fidel". Devolví también el carnet de aspirante y militante del Partido Comunista. 

Me había transformado en reo de camellos y dromedarios del desierto y a cado rato me analizaban por mi opiniones disidentes “naturales" expresadas "públicamente"(cada vez más atrevidas y contestatarias hasta con el sistema mismo-sin darme cuenta.

Después de 1988 me volví " indeseable" para ellos, pues se me abrieron desorbitadamente los ojos sociales y políticos, y ni qué hablar de lo que vino después del 92, 93, 94, 96, 98, 99, 2000....

A diferencia de la mayoría de la izquierda, a mi la Perestroika, la Glasnost, la caída del Muro de Berlín y del Campo Socialista me hicieron más socialista y comunista, aunque me leí muchos Sputniks y muchas revistas Tiempos Nuevos.

Pero acabé hablando maravillas y todo de Gorbachov y hasta las escribí y presenté al Núcleo del Partido, que me volvió a analizar por ello. Hoy de Gorbachov ni sé ni me interesa nada-como a tantos!

Pero mi despertar más notorio del fanatismo comunista se produjo después de la "dolarización. Yo quería comer casabe antes que "abrirme al mundo". Pero lo bueno le gusta a todo el mundo, hasta a mí ahora.

Siempre fui una comunista sincera, combativa, y eso me trajo serios problemas, primero en la base y después en las altas esferas de poder.

Llegué a ser muy famosa! A mí que me interesa un bledo la fama y el poder hasta literario!

CAPITULO 12
El librito rojo de Juan de los Cielos

"No tuve nunca ninguna motivación especial por viajar a ninguna parte fuera de la isla grande, aunque firmaba todos los compromisos de misiones en el extranjero que aparecían, y hasta estuve dispuesta a irme a la Isla pequeña una vez más bien para huir de las presiones estudiantiles de adolescente.

Ya me quería ir para cualquier parte, pero no para La Luna, ni para Groenlandia, ni para el Oeste Americano..., ni nada de eso.

Más respetaba mucho a los hombres y mujeres capaces de arriesgar y dar sus vidas por los desarrapados del Orbe.

Creía en esas cosas. Creí en la etapa del siglo XX. Ya en el XXI era "una mujer nueva", pero no en el sentido en que se propusieron. Había perdido mi vieja fe y tal vez "mi cordura “convencional.

El librito rojo de Juan lo conservé hasta el 2004 y se lo entregué a su hermana.

Tiene algunas páginas extraviadas, mis propios subrayados, muchas anotaciones mías, dibujos de mi hermano, el que murió en Angola heroicamente como tanquista, un reloj Poljot 17 Joel U:R:S:S?, una moto, un motociclista con sombrero, un vaso con un dibujo: un barco? que dice "Operación Jugo", un carro que va por una carretera con curva, una señal de tránsito ya pasada; palabras escritas por mi hermana la que se murió de sida en Miami, después de emigrar por el Puerto del Mariel, más joven que yo.

Mi hermanita escribió: "Final del libro de Normita, la n...a de J...n compañera. Quizás trató de ocultar el noviazgo nuestro para evitarme problemas. No lo sé. Mis hermanos sabían que el libro y el novio eran esenciales y únicos para mí, irrepetibles.

Mi hermana nunca coincidió con mis ideales, aunque se comunicaba muy bien conmigo-Pensaba que yo era su mamá y me lo contaba casi todo.

A mi hermana la salvó de morir en el presidio el tío político "Seguros" con aquello de que:

-En esta parentela todos están locos. No los tomen tan en serio.

Empecé a firmar como Juan, con sus iníciales antes, para parecérmele. El librito dice delante con tinta: Normita, probablemente con la letra de mi hermana.

Después está escrito por mi algo de Martí que me gustó:

“Una mujer sin ternura. Qué es sino un vaso de carne repleto de veneno"?. Y mi firma (como la de Juan, con el mismo rabito).

Yo hasta me cambié el nombre, al menos me le adicioné otro después de mi fracaso amoroso, lo hice más pagano y más mítico, pero no lo escribí nunca en ninguna pared, ni arena de playa, ni en ninguna nueva carta a los primeros amores, pues no tuve más sus direcciones exactas y casi no volví a ver jamás a ninguno de ellos.



CAPITULO 13
Gracias a Juan

“Gracias a Juan de los Cielos fue que conocí palabras como dogma, esquema, liberal, formulista....El quería revolucionarlo todo, no solo la sociedad, sino el Amor, el sexo, la relación de pareja, el lenguaje....

Le gustaba mucho una canción de moda que decía:

Me contaba que se la cantaba a Juana de los Caprichos para que lo soltara y lo dejara en paz.

Esa frase: " Por favor" se generalizó en el lenguaje popular, por lo menos en Cuba:

-Por favor, señores, hagan silencio, por ejemplo.

No solo las canciones de Silvio marcaron el lenguaje de esa época.

Juan fue mi primera Universidad en sexo, política, filosofía, Amor, lenguaje. Me dijo seguramente muchas mentiras?-como aquello de que se acostó en el Festival de Varadero con La Massiel, la cantante española que en la película iba abriendo montones de zippers de sus ropas hasta que se desnudaba casi completamente?

En ese tiempo pusieron también la de Julio Iglesias que nuestra generación y hasta otras la han visto montones de veces sobre todo por las canciones-diría yo.

Entonces no suponía que yo iba a ser como aquella Chiquilla del Hotel:

Juan murió por el 2002 fidelista y comunista; pero no fue nunca un Aviador, sino un hombre muy pragmático. Tal vez por eso no llegamos a encadenarnos-al menos físicamente.

El librito rojo de Juan fue motivo de inspiración de un extenso e intenso monólogo interior en el que supuestamente conversaba después con Miguel de las Estrellas en 1996.

Pero fue Juan quien descubrió que era experta en ese género literario de hablar conmigo misma para espantar mi soledad, y mi padre el que descubrió que mis cartas eran demasiado profundas y lastimosas; podían dañar a otros y a mi misma de tan sinceras que las escribía.

Para mi revisión, como Amor son palabras confusas-como revisionismo, problemas ideológicos...

Para los totalitarios el Amor es pecado mayor, aunque se hagan los libertinos, libertarios, librepensadores, liberales o libres y hasta aprueben finalmente el homosexualismo...No sé.

Lo cierto es que no guardé el original ni las copias de aquellas revelaciones tan conmovedoras al Arcángel, aunque de algún modo las haya repetido.

Me estaban desgarrando el Comunismo y hasta al Che-al que lloré como a un pariente muy querido y cercano cuando mandaba mis cartas de Amor a Lachy a la Granja Capitán Tomás y a Galiano., con sellos con su efigie con estrella en la boina.

Juan me decía que no escribía cartas sino monólogos interiores. Parece que desde entonces confundía o mezclaba los géneros literarios y las cosas, no sabía dónde estaba mi centro, mi yo, mi abandono, mi soledad.

Era una mujer tímida, introvertida, que para saberse lo que sentía y pensaba, se necesitaba-según él-tener al psiquiatra Freud al lado.

Con Juan fui precisamente a ver esa película sobre la vida del famoso, que me la sé casi de memoria, como Diario de una esquizofrénica, como la italiana La Felicidad.

Juan tenía mucho interés en que viera esa-especialmente, sobre todo ese.

Trataba de darme mensajes subliminales siempre, de sugerirme cosas, más que explicármelas.

Creo que quería que comprendiera que se podía amar a dos mujeres a la vez: a una por el sexo y a otra por la espiritualidad-o algo así.

Eso para mí era absurdo, lo es aún de otra manera. Era demasiado inocente!

En realidad nunca me dijo tan crudamente esas cosas, o él mismo no era consciente de lo que iba a suceder.

Más bien me decía ya que no amaba a Juana hacía rato. Tal vez me quiso decir otras cosas que nunca comprendí. Ya más madura no he vuelto nunca a ver esa película para hacerle otras lecturas.

Nunca estuve preparada para compartir el Amor Sexual con nadie. Nunca soporté las indefiniciones o medias tintas. Aunque formen parte de lo humano.

Nunca fui consciente de haber establecido con Juan una relación con un hombre casado. Aquella además fue para mí muy sublime hasta el 2008 por lo menos-cuando hablé con el Doctor Boris.

Nada se precipitó con Juan, cada día él conquistaba una pequeña porción de mi cuerpo, mente, corazón, espiritualidad.

Al principio no retenía su imagen ni su voz en mi memoria. Lo confundía al tratar de armarlo en mi cabeza, con Danilo, un muchacho que estudió conmigo antes-del cual-paradójicamente-fui una de las pocas muchachas que no se enamoró de él en el aula.

Más bien me molestaba la adulonería y dependencia de muchos y muchas, el culto que le rendían al líder indiscutible del grupo. Quizás porque siempre fui isla... Parecía ya descabellado mi proceder, y con una autocrítica oportuna lo salvé todo.

Había que tener la conducta esperada, tenía quince años y no me había leído....Utopía, La ciudad del sol, los Diálogos de Platón...y mucho menos La Granja, ni 1984.

Juan se me pareció a Danilo-más bien en lo físico: en la estatura, en el color de la piel, aunque Danilo era más blanco, en el pelo y hasta en la testa de yunque. Se parecían en la cara, en sus rasgos, en la boca...A mí se me parecían-al menos.

Danilo era muy carismático como Juan, atraía a la gente. Danilo era el comunista esperado por la mayoría visible. Juan no era tanto el esperado.

Era más disidente; aunque" natural”. Danilo en realidad le caía mal a algunos guachos de San Luis, pero lo disimulaban. Desde entonces ya había "doble moral" o inmoralidad inducida y o cobardía.

CAPITULO 14
Juan estaba influido por las ideas librepensadoras

Danilo tenía algo que a mí y a otros nos inspiraba cierto recelo inefable, intuitivo. Mas poco a poco su imagen se fue borrando casi totalmente de mi cerebro, y la de Juan se imponía con cada rasgo y detalle , lo que no impedía que a veces después, en los tumultos, en las concentraciones populares, al bajar de un ómnibus, en una playa....lo confundiera con otra persona parecida y estuviera a punto de saludarla.

Eso me pasó muchas veces. Y eso que su figura era inconfundible!

El decía lo mismo de mí en el único poema que me escribió que yo sepa:

"Busco tu figura y nuestro Amor en las multitudes".

Era el único verso que sobrevivió en mi memoria a los celos de José del Sol, que me indujo a quemarlo todo: su único poema, su única carta, su única foto tipo carné.

En la carta Juan afirmaba:

"Como dice un Viejo proverbio: " Una retirada a tiempo puede ser Victoria".

Juan estaba muy influido por las ideas librepensadoras -no solo de Carlos Marx y Federico Engels, sino por las en boga desde los años sesenta del siglo XX sobre el amor libre. No soportaba a "los veladores de calzoncillos y blúmer", a los "perseguidores anti-sex", aunque dudo que haya leído 1984.

Por supuesto que no hablaba nunca de Dios, ni para bien, ni para mal. No sé si al final de su vida cambió su concepción del mundo y buscó algún asidero sobrenatural para compensar su padecimiento que debe haber sido terrible y agónico, no sé si alguien le predicó, si escuchó o si se burló, o si cerró la puerta...; pero lo recuerdo como un ateo convencido, mas no extremista en nada.

Yo no, yo venía de un medio social y familiar muy ecléctico en política y en religión: mi madre, mis abuelos y tíos-muchos de ellos-eran creyentes, aunque no practicantes consecuentes.

Mi educación fue rígida, fanática, dogmática, formulista, y eso me puso a la deriva muchas veces. Todo se empezó a desmoronar dentro de mí y a complicar el 1ro de enero de 1959, en febrero de1966 cuando me bequé, especialmente en enero, mayo y junio de 1970-cuando conocí y me convertí en la mujer ilegal de Juan de los Cielos.

En política también él era herético: sabía desde el principio que la Ofensiva Revolucionaria de 1968 había sido el peor error de la Revolución por acabar con la mediana y hasta con la pequeña propiedad privada, desestimulando la productividad del trabajo, lo comprendió al parecer a la par que el Arcángel.

-Acabaron hasta con los cabarets. Qué exageración! Me decía Juan.

Entendía que:

-Los servicios gastronómicos, de transporte y otros funcionan mejor de forma particular. El Estado echa a perder todo eso con su control absoluto aparente.

Jamás aceptó las Escuelas en el Campo:

-Los hijos deben estar cerca de los padres en esas edades, al lado de la familia, no se deben desarraigar tan pronto, sin echar alas.

Yo hasta me ofendía con las cosas que me hablaba, pues creía ciegamente todavía en lo que me decían desde niña en la escuela, el trabajo, la radio, sobre todo mi abuela paterna y hasta los sesenta mi papá, hasta que lo mordió el comunismo real y no el de los manuales que tenía en su cabeza porfiada acusada de herética o micro fraccionista.

Ahora no sé si es que le faltaba un químico en su cerebro o va y le sobraba. Cada día me confundo más. Mi madre-al parecer-fue más clarividente en política y filosofía, aunque no sabría definir aún qué es esta última?

Pero tratando de no una adaptar socialmente a sus hijos no contradecía mucho las cosas, al extremo de influirnos demasiado; pero al final cada hijo sacó sus conclusiones propias e hizo lo que quiso.

Por eso fui de los fundadores de las Escuelas en el Campo convencida de que "íbamos a construir el hombre Nuevo" y "la sociedad ideal".

Me fui y dejé a Juan en las Escuelas Secundarias Básicas urbanas de la aldea, sin luchar mi Amor.

Mi religión y mi Amor eran ante todo el Comunismo. Nuestro Amor era ante todo un Amor comunista y pedagógico.

Lloraran por mi suerte
Criticaran las lenguas
Este Amor que no mengua
Ni siquiera en la Muerte.
Mirare las estrellas
Cual las mirara un ciego
Sin pensar que les niego
El elogio de bellas.
Moriré yo bebiendo
El agua transparente
Que se aloja en la fuente

De quien vive muriendo.
Cuando ya casi muerta
Repose en el lecho
Recordare tus besos
Y me abrirás la puerta.
Recordare los mitos
De los héroes troyanos
Pensare en mis hermanos
Y nuevamente en ti
Fijare la memoria
Para morir feliz.

Después de los Amores pedagógicos, vendrían un nuevo amor Eros militar, un Amor de Playa y Pesca, unos Amores poéticos, editorial, artesanal, musicales, plásticos, escultórico, mas los amores secundarios, superficiales que recogí en un poema llamado Insensibilidad.

En mi familia todos son muy enamorados y locos.

Volviendo a la política que en mi fue tan importante como los Amores, claro que muchas cosas de mi sociedad nunca me gustaron, pero no pensaba antes que dependían de las estructuras del sistema; las atribuía a las imperfecciones humanas de los de “la base”, como si los de arriba no fueran imperfectos y humanos también.

Eso me costó mucho tiempo, trabajo, neuronas, sudor y sangre comprenderlo. Creo que lo acabe de comprender a los cuarenta y siete anos.

Después de los cincuenta tuve una importante conversación con un profesor que milito en mi núcleo comunista y me había advertido varias veces de que no me manifestara públicamente del modo en que lo hacía “en el seno del Partido”. Y agrego unas palabras que parafraseare de alguna manera:

Si no puedes machacarle
Los huevos al sistema:
No te lances
Porque tú serás la machacada
Deja a Pedro, a Juan,
A Chicho y a José.
Es el Sistema
-aseguro a tiempo
Aquel camello
Que persiste en las jorobas
Sin quererlo.

En 1970 era demasiado cuerda? Todavía, creyente y hasta religiosa del comunismo. Ya estoy tan loca que digo y escribo casi todo lo que siento y pienso.

Me da lo mismo ya que el sol salga por el Levante que por el Poniente. He perdido los miedos y las inhibiciones-al menos relativamente.

Siempre me gusto inventar historias, relatos, novelas, personajes, vivirlos, protagonizarlos y escribirlos. En ese invento ando todavía y me apuro porque me queda poco en la virtualidad y o en la realidad.

Las primeras conversaciones con Juan de los Cielos fueron más bien amistosas.

Era un hombre educado, culto, caballeroso, cuando caminábamos por las aceras, siempre me hacia avanzar por la parte de adentro para protegerme del paso de los vehículos o cualquier peligro potencial.

Me decía que parecían cosas de Viejo, pero que él era así.

Me sentía muy segura con mi violador en todo: al cruzar las calles-por ejemplo. Mis grandes paranoias vinieron después.

Tampoco aceptaba que yo pagara nada, ni siquiera que lo ayudara: él era el hombre Viejo y yo la mujer nueva que estaba a punto de nacer o más bien de ser abortada.

En realidad estaba de acuerdo con que las mujeres estudiáramos, trabajáramos, defendiéramos la Patria y los países hermanos.

Pero nunca le gusto que las mujeres mandaran o gobernaran. (Pero sabía que yo era ingobernable casi). Mas podían participar de algún modo en todo.”.

El doctor Nadium seguía lamentando no haber podido apenas entrevistar a la suicida y tener que conformarse solo con leer aquellos Diarios novelados.

Pero en la consulta le esperaban Dianelys y otros pacientes de varias generaciones para conversar, aconsejar, aprender, ensenar, guiar en la comprensión de sus jeroglíficos u hojas de vida e indicarle algunas terapias.

CAPITULO 15
Se me declaró abiertamente una tarde….

Sentados en un banco del Parque Almendrares.

No llegamos a ir nunca al Bosque de La Habana porque además había visto la película Terror en el Bosque.

Habíamos caminado desde Miramar bajo un sol refulgente, ya casi primaveral: flores, pájaros cantores, una naturaleza exuberante que incitaba a la sensualidad; pero no había prisa en aquel lobo estepario o marino.

Esperó a conquistar mi espíritu, mi psiquis ( a que borrara todo? mi pasado-presente hasta con Pedro que era puro espejismo-de hecho,) para llegar a un acercamiento físico más comprometido.

Fue el enamoramiento y el noviazgo casi clásico, convencional,-como ya no se usaba. La osadía estuvo en que sin firmar un papel llegamos al sexo total. Nada-o casi nada?-fue forzado o precipitado.

Casi esperó a que yo pidiera el Nuevo paso en su invasión cautelosa a mi ser, a mi alma, a mi piel, a mi mundo interior-que se me asemejó en cierto sentido al personaje de Miguel de Carrión en “Las Honradas”, pero de un modo más hermoso y sincero.

Me contó Juan de sus luchas en la Clandestinidad en el Movimiento 26 de Julio, de las bombas, los petardos, del tabaco que quemó en San Juan y Martínez, de Guane,

Tenería, de lo que le hizo a las vegas de su propio abuelo y a las casas de curar las hojas, de las veces que los encarcelaron y torturaron y de cómo habló con sus compañeros y les dijo francamente que si lo volvían a detener, se quitaría la vida antes de sufrir aquellas crueldades otra vez, tendría que matarse antes de delatarlos.

Después descubrí su pie desnudo y una huella de bala de un tiro de los bastitanos. Me conmoví.

Un día en Centro Habana, cerca del Hotel Oasis y la Cafetería Los Parados me contó de cómo a los dieciocho años se fajaba a tiros con ellos, y estuvo a punto de ser mártir de la Revolución.

Esa parte me la narró después del 26 de Julio de 1970, en agosto, cuando mentí a mis padres y regresé a la capital, en plenas vacaciones, por una semana para pasarla con él. Entonces despisté afirmando:

-Trabajaré de voluntaria en el Censo de Población y Viviendas. Es una tarea de la Escuela y del Comité de Base de la Juventud Comunista. No puedo faltar, es algo muy importante de la Revolución. Ya saben cómo es eso. No se opongan!

Con mi héroe había aprendido también a decir algunas mentiras-para mi elemental entonces-para proteger nuestro Amor.

No sabía que el que miente en lo poco, lo hace en lo mucho. La Biblia estaba perseguida, escondida!

Hice también mentiras por omisión a ellos y a todos, los mayores y los menores, por miedo...

No me daba cuenta de que me mentía también él a mí, y mucho, una y otra vez, más por Amor que por desamor? No lo sé bien todavía.

El amor fingido y el desamor se conocen a la legua y el real también. Lo cierto es que como él me amó-o creí yo que me amó-así no me amó nadie jamás! Por lo menos yo no lo percibí!

Antes de esas vacaciones, coincidíamos en las manifestaciones, marchas y concentraciones populares, en la Plaza de la Revolución, rumbo a ella, frente a la Embajada Suiza, o en la Oficina de Intereses de Estados Unidos en Cuba.

El-al frente de su aguerrida tropa de alumnos comunistas, gritó hasta desgaznatarse contra los “yanquis”.

Yo menos apasionada en asuntos de aspavientos ridículos-pero entre “la masa “también capitana de mis propios estudiantes (la mayoría negros y negras altos y fornidos, procedentes de la Escuela de Superación y Preparación o Perfeccionamiento Atlético (E.S.P. A), casi de mi edad, o mayores que yo hasta dos años, por el retraso escolar que había aún, más grandes de estatura física además. 

Casi todos gritando fanática y apasionadamente para que devolvieran unos Pescadores capturados, con una perra cargada con un letrero en una pancarta que decía:

-Nixon (Presidente Americano), hijo mío.

Otros con cartel más agresivos:

-Nixon, asesino, hijo e ‘perra, devuelve a los Pescadores!

Otros tal vez más exagerados, tirando huevos a la embajada, contra los cristales, hacienda una tortilla gigante, con huevos pintados de rojo y de negro, como el 26 de Julio, de Comunismo.

Después añoraríamos, como al maná del cielo en el desierto, aquellas posturas de gallina, pero aún:

-"Chícharo and revertí (revoltillo de huevos) ver da". (Parodia estudiantil de los años sesenta en La Habana).

Los menos, entretenidos en saludar, besar, abrazar y apretar a amigos, compañeros, noviecitos, mariditos y mujercitas de turno o definitivos. Eso sucedió así hasta en la Velada Solemne por la muerte del Che.

CAPITULO 16
 “Juan de los Cielos y yo nos hicimos novios…

El 22 de mayo de 1970.

Me había dicho haber sido piloto de Guerra y finalmente de la Aviación agrícola, gracias a un accidente que le afectó un ojo. Perdió su veinte por veinte, aunque no sus casi seis pies y demás atributos viriles.

Había abandonado las Carreras de Medicina y Ciencias Políticas en el 2do y 3er Año respectivamente, y se decidió finalmente por la Pedagogía, que era la demanda principal del país entonces.

Casi se la convalidaron completamente en el Instituto de Superación Educacional, mientras yo tuve que hacer un Curso Introductorio en el que nos dieron hasta Matemática, Español…, estudiar después cinco años por Cursos Dirigidos quincenales para graduarme de profesora de Secundaria Básica, para poder ir a la Universidad y estudiar cinco años más, licenciarme en Educación, hacerme profesora de Secundaria Superior y recibir un montón de Postgrados, y por poco una Candidatura, una Maestría y un Doctorado.

En realidad mi conocimiento de Ciencias Naturales y Exactas fue de 8vo ó 9no Grado formalmente siempre, y solo lo rebasé de algún modo de manera autodidacta, que es la Universidad más importante en las partes bajas del planeta.

Cuando vine a ver Juan había sido Jefe de Cátedra de Marxismo-Leninismo y de Computación en la Facultad Obrero-Campesina y hasta en la Universidad Pedagógica, que anduvo dispersa por La Alameda, por el antiguo hospital, la Secundaria Básica del Reparto Llamazares, el antiguo Instituto de Segunda Enseñanza o Preuniversitario Urbano que desapareció con las Escuelas en el Campo, la escuela Carlos Hidalgo en Botequín, las Escuelas Primarias Semi internas Hermanos Cruz y José Antonio Echeverría, en El Calero-antes de llegar a su local definitivo al parecer-en la Calle Los Pinos, en la ciudad pinareña.

A Juan lo llegaron a bautizar de diferentes modos sus estudiantes. El grupo de Elena Castillo que fue antes discípula de Juana de los Caprichos lo apodó Martín Lutero en la Filial Pedagógica de Sandino. Y aunque no toleraba “La Escuela Nueva “fue a parar a ella al menos transitoriamente, porque un no rotundo e inoportuno se paga muy caro en el Comunismo. Y Juan era muy moderado en el fondo.

Rápidamente matriculó un Curso Dirigido y o Libre de Derecho y se fue de Nuevo con Juana y sus hijos para la capital-huyéndole al “Monasterio de Nuevo tipo”, a Educación y o a mí, que había dejado de ser tardíamente” pinareña ausente”.

La última vez que lo vi, en 1997, era el Asesor Jurídico de la Fábrica de Tabacos de Marianao, en La Habana, y negociaba clandestinamente los puros para compensar los gastos crecientes del Mercado y de lo que se avecinaba.

Me dijo:

-Las computadoras de ETECSA-Empresa Telefónica-gravarán nuestros bolsillos nada más que levantemos el aparato cuando suene.

Había ya un negocio con mexicanos, italianos…y las calles de Marianao estaban rotas, llenas de cables subterráneos. Juan esperaba que le pusieran pronto el teléfono-como otros.

No había economía de Mercado, ni pluripartidismo, ni elecciones libres….; pero sí Empresas Mixtas de capitalistas extranjeros y comunistas-socialistas tropicales, y la gente estaba en el medio-como siempre, como toda la vida, pese a mártires, héroes, balazos en los pies….

-Hay que sobrevivir, sin mucha bulla-alegó.

Para que no les pasara como a mí por “abrir el pico”, “en boca cerrada no entran moscas”, “Al lechero no lo mataron por echarle agua a la leche, sino por la lengua", “No seas escalera de nadie”,

”Al final los grandes se arreglan entre ellos”, “El día menos pensado amanecemos con negociaciones entre los de acá y los de allá dándose la lengua”-sentenciaba el vulgo con su sabiduría popular de cuerdos-perdedores-conformistas?

Por supuesto que Juan-ya de la Tierra- no me dijo así. No era un hombre vulgar, mal hablado, del populacho, ni un opositor político.

Creo que ya lo dije-y lo recalco-era algo así-como yo también siempre-de algún modo, sin saberlo-un” disidente natural”, pero no tenía nada de ingenuo. No llegó nunca a ser un disidente abierto ni un opositor político-como yo después.

Cuestionó siempre aspectos de la política oficial, en los pasillos, con amigos y hasta con cualquiera, pero jamás-que yo sepa en una reunión muy pública. No se buscó nunca problemas mayores.

En todo caso pensaría lo que otros que “Todo está manipulado totalmente por el Poder, por los poderosos de Nuevo tipo”, que superan a los Emperadores romanos, el fascismo, el nazismo, el falangismo, el salinismo…y todo lo que han inventado los políticos para sobrevivir y con riquezas.

Sí escuché que habló con nostalgia de los Buenos tiempos que vivió en Miramar, en la Antigua Región Becas, y del cambio que se había operado en algunos de sus antiguos amigos de los setenta, que ya eran de “otra clase social”. Pero lo de él era-como lo de todos, o casi todos-“sobrevivir”, “escapar”, “capear el temporal”…

Juan y yo nos hicimos novios una noche en la calle 42 en Miramar, cerca del parquecito de 3ra, después de ver en el cine Arenal el filme Romance Inacabado. Aquel título a mí me pareció contradictorio.

Cómo un romance no tendría fin?-eso dije cuando veía y oía aquella historia que tenía que ver con algo así como un parque infantil. Pudo persuadirme sin embargo mi hombre de que sí era posible:

-Sí, se puede vivir en Romance Toda la Vida.

Fue tan elocuente!:

-El Amor nuestro será así! Te podrás casar con otro, tener hijos, y nunca olvidarás esto, sus detalles sublimes, sus espacios, sus escenarios, su tiempo, nuestra propia historia.

Nunca Juan me prometió exactamente una relación física eterna-ni siquiera sé si yo misma estaba preparada para eso-era tan niña.

Pero sí habló de un Romance Eterno, porque tal vez eso le había sucedido ya antes. Recuerden que me llevaba trece años. Me explicaba que La Dialéctica también se cumplía en el Amor.

Cuando aquello ni sabía qué era esa palabra? Aunque con frecuencia mi padre la usaba. Pero ninguno de los dos supo o quiso explicármelo bien.

Papi se limitó a decirme:

-Es lo contrario de la Metafísica.

Y yo:

-Y qué es la Metafísica?.

Y él:

-Es muy complicado. Ya lo comprenderás cuando crezcas, mija.

CAPITULO 17
Nos dimos el primer beso

“Juan de los Cielos-por su parte-no quiso darme una clase de Filosofía, sino muchas clases de Amor, Amor del bueno. Lo de los métodos filosóficos y esas cosas tan abstractas, lo descubrí por mi misma en el Manual de Spirkin y O. Yajot-los rusos-en 1976-preparando una clase para mis alumnos de la Facultad Obrero-Campesina donde casualmente él era el Jefe de Cátedra de Marxismo Leninismo. Ya casada y con un hijo, lo perseguía, sin volver a acostarme jamás de Nuevo con él y sin que volviéramos a hablarnos de Amor después de 1971 ó 1972.

Sus mentiras siempre las perdoné y hasta justifiqué, aunque no las olvidé; me incapacitaron psicológicamente para la entrega física normal con él, por lo que ya sé que fue un crimen de lesa humanidad.

El llanto, el dolor la limitaron después de agosto de 1970, y todo se fue apagando en menos de dos años-todo lo carnal-al menos. Pero la idealización de aquel fantasma se avivaba.

Desde entonces sería Penélope de espíritu y de emociones; no de cuerpo; solo mi espíritu y mis emociones serían leales y fieles, de un modo bifurcado, multifurcado, complejo, incomprensible por mí misma.

Seguiría siendo de él y de varios de maneras diferentes e incompletas.

Nos dimos el primer beso, un solo beso, aquella noche en Miramar! Yo quería más besos, pero no se los pedí, ni se los di, seguía tímida!

Otros de los lugares más frecuentados por nosotros en esos tiempos eran el night-club el Johnny Dream y la Cafetería Asalta, muy cerca del Túnel.

Allí merendábamos a veces, refrescábamos, oíamos música y ocasionalmente bailábamos, porque Juan no podía seguirme en eso. Yo era más bailadora que él gracias a la edad, pero también a las lecciones bien aprendidas en la beca con mi amiga la negrita Lisa, de Alta Habana, que me sacó de la Infancia triste, amargada, “neurasténica”-según mi padre.

Con ella aprendí a marcar el jazz, a bailar Mozambique, casino…, no mucho, porque no tengo grandes dotes, pero me defiendo, y con una Buena pareja, hacemos el show. En realidad aprendí lo suficiente para divertirme algunas veces, máxime en ese tiempo de rosas.

Juan fue el primer hombre que me habló cosas interesantes sobre las Estrellas. Recuerdo que nos sentamos sobre la hierba en la 5ta Avenida. Gentilmente colocó su pañuelo debajo de mí.

Era un Gentil-Hombre, casi un Caballero Medieval-al menos lo parecía y yo le creía. Desde esa noche necesité una fuga ciega y sensual con él; aunque no tuviera valor para ello.


CAPITULO 18
Desde aquella noche estrellada

Después, una noche, de camino a Ceiba 6, José del Sol, me profundizo en asuntos de Topografía Militar y su relación con las estrellas.

Toda una clase magistral! Aprendí de cada estrella, constelación, como localizarlas en el cielo?...Su jaket verde olivo era muy coqueto. José se había vaciado completo por descuido un pomo de perfume. Repugnaba en realidad aquel exceso.

Quizás por eso no se aun orientarme de verdad mucho de noche. Luego junto a Luis de la Luna estudie y leí un manual ruso sobre el cielo estelar muy detallado en Astrología, Astronomía y hasta Mitología que me fue útil para mi Literatura.

Luis se enamoro más del libro que de mi misma y con unos anteojos recorre ya más el cielo que mi cuerpo.

Desde aquella noche estrellada con Juan en el Ano de los Diez Millones nuestra comunicación fue en aumento.

Le conté de cómo me trepaba en las matas de mango y aguacate, me acostaba a dormir los atardeceres bajo los palmares acechados por majaes Santamaría y toros cebúes, cerca de las lagunas y arroyos.

Infinidad de anécdotas como aquella de mi primera nota helada en el Cabaret Rumayor en la Carretera de Vinales, una borrachera con hielo picado a los 10 anos, un 31 de diciembre, junto a mis tíos paternos Meno, Macho, Nenita, sus respectivas parejas y mi abuelastra. Mientras bailaban y se besaban furtivamente, yo en la mesa comía y me daba mis propios tragos primerizos.

Por mi memoria andan las fiestas casi diarias en los meses de junio y Julio de 1970. Todas las noches casi en los Círculos Sociales Obreros en las Playas de Marianao o en nuestras respectivas escuelas en Miramar.

Uno de mis compañeros, era de Los Zafiros o al menos lo era uno de sus hermanos y además impartía Historia Antigua. Estaba de moda Bellecita.

El Partido Comunista oriento que todos sus militantes tenían que legalizar sus matrimonios y celebraron fiestas masivas para acabar con los concubinatos y la fornicación.

Eran fiestas colectivas en los Centros de Trabajo o en los Círculos Sociales Obreros, que antes, en el capitalismo, habían sido playas privadas y prohibidas de hecho para los pobres y los negros. La comida, la cerveza, la música y el baile abundaron gratuitamente para tales menesteres, y si cobraban la cerveza era a un precio bien módico (centavos).

Así fue como me emborrache la primera vez de verdad con cerveza, a los 16 anos, y me dio mucha risa dentro del baño y al salir de él, porque una profesora amiga, ya mayor, la que daba Historia de América, estaba también algo contenta, y confundió su vejiga con la cadena del tanque que descargaba la taza del baño. No salía, y era que sentía el agua caer, y creía que todavía estaba orinando.

Aquello me puso casi histérica, más que eufórica. Raras veces me he reído con tantas ganas. La primera vez en la Secundaria de mi pueblo nos reímos mucho de la profesora de español porque llevo un mono igualito al del indio Hatuey que salía dibujado en las botellas de malta y de cerveza. La segunda vez en la beca cuando a una oriental de Santiago se le viro el cuello en el Estudio Individual.

En vez de sentir pena, o demostrarla, los nervios me atacaron, y por poco me expulsan recién acabada de llegar. La tercera vez fue estudiando ya para profesora Emergente cuando el profesor de Historia menciono a un dirigente cuyo apellido se me pareció a yogur.

Por poco el paciente profesor pierde la tabla porque la risa mía era contagiante al resto del grupo. Y hasta en la Universidad un profesor de Filosofía se sintió molesto con mi hilaridad que en realidad era de felicidad y gozo, y no de falta de respeto o burla. Estas escasas veces he querido ahogar las tristezas de toda mi vida.

Juan como todos los demás profesores y adultos se molesto aquella vez con mi excesiva, ocasional e inoportuna alegría-se puso bien serio y me regano casi con sana

-Eres un muchacho. Ubícate! A ti no te da pena? A ver que ocurrió tan simpático?

Pero más risa me daba contarlo, y no podía entenderlo. Varias veces uso conmigo y otros esa palabra de moda:”Ubícate”. Parece que muchos estábamos desubicados de tantas cosas en que nos querían ubicar, centrar, amoldar…!

Cuando me calme, la Secretaria del Comité de Base no quiso que me fuera con Juan. Pensó quizás que se aprovecharía de mi estado para poner fin a mi VIRGINIDAD.

Aquella actitud tan maternal fue en realidad un poco retrasada porque ya hacia unos pocos días dormíamos juntos de noche y a veces hasta por las tardes, y sin borrachera de alcohol ni de hielo alguno.

Me escapaba al mediodía, después de las clases, con él para la pizzería de La Copa y para las camas de La Coronela y las Playas de Marianao.

La primera noche y vez fue casual- al menos de mi parte. No lo premedite ni lo consentí totalmente. Me entrampo!

Mi amiga la bióloga-me daba clases para que no fuera tan boba:

-Los novios pueden hacer muchas cosas, lo que no deben llegar es a “lo positivo”!

Ella era novia de Carlos, de su edad, hacia anos. El era alumno del Preuniversitario Carlos Marx, por El Laguito. Allí apretaban, se besaban…y nada más.

El estaba para la Zafra en la Escuela al Campo cuando nos conocimos. Andaba por Camagüey, no en el Central Manalich.Nunca se habían acostado me decía ella, pero hacían muchas fantasías eróticas con la mente, los ojos, las manos y hasta con los genital, pero sin penetración.

Mi amiga de aquel tiempo-en ausencia de su novio-coqueteaba y salía mucho con un profesor de Física que le llamaba a Juan “El Capitán”.

Éramos ya todos amigos y soldados de su tropa. El físico la empezó a enamorar, se ilusiono, pero finalmente ella no llego a nada más profundo con él. Sólo quería divertirse, distraerse, dejar que pasaran los días y los meses que la separaban de su amado.

Mi profesora de Amor, una noche se quedo atrás en las clases que daba a su aventajada alumna. Mi Nuevo profesor era Juan de Los Cielos y las clases eran prácticas, no solo teóricas.

Mi amiga se alarmo con mi locura?, entrega?, violación? Y hasta me hizo cierto rechazo por los prejuicios? de la época; rechazo que yo le hubiera podido hacer a ella por su flirteo o salseo con el físico, pero no. Ella se justificaba muy bien:

-Yo probé mi Amor por Carlos, y fue más fuerte que la aventura trivial amistosa. No pensaba ella en como quedo el Corazón de aquel joven con el que salió durante meses?

Aunque a mí no me había sucedido algo exactamente así, lo entendí. Cada cual tiene sus propias circunstancias concretas; y para juzgar Jehová Dios y su hijo Jesucristo!


CAPITULO 19
La primera escapada importante

Mientras más avanzaba en su lectura de los Diarios novelados de Normita, El Doctor Nadium, menos comprendía su suicidio y ni siquiera su violación sexual.

Todo parecía tan bello!, porque hasta en la parte política y social del asunto, en cierto sentido, Juan era otra víctima! Al menos hasta ahora eso le parecía al joven psiquiatra.

“Después, cuando Juan, casi me la dejó en la mano,

“porque tenía que regresar a la tierra natal a criar a sus hijos, a cuidarlos de su mujer medio loca, que le daba escándalos, le hacía escenas de celos”, y según él mismo-“hasta la sorprendió una noche regándole alcohol alrededor de la cama donde dormían y con una caja de fósforos en la mano derecha para acabar con su existencia”.

Y a hacerle un tercer hijo: Junior-que hubiera podido ser Junior-si hubiera nacido hembra y si hubiera sido mía-como habíamos acordado-si quedaba embarazada. Pero Juan temía que se traumatizaran sus hijos. Con él aprendí también esa palabra “traumatizar”.

Acaso no se daba cuenta de que yo era también otra niña que quedaría traumatizada de por vida, aunque en parte también lo estuviera ya desde antes por el divorcio de mis propios padres, por la violencia doméstica o intrafamiliar, por la soledad en que casi siempre viví, por las mentiras de todos…?.

Después cuando para olvidar a Juan- me empaté con un oriental ingeniero, en algo olvidado por la brevedad, y de nombre-creo que Antonio, mi amiga, la profesora de Erótica, me cuestionó mucho, a pesar de que estaba de moda lo de que” un clavo sacaba otro clavo”, pues ella sabía que mi amado-desamorado:

-No te lo perdonará si se entera! Los hombres son así! ( hasta los comunistas.“Bájate de esa nube”, Normita.

Nunca se lo conté a Juan ni a casi nadie más, aunque tampoco me escondí para andar con Tony? por los mismos sitios, incluidos los naight-clubs del Vedado y exceptuando los hoteles rico? De Centro Habana y los pocos hoteles en general. Con Tony? no hubo nada profundo ni físico, ni emocional, ni espiritual, ni siquiera intelectual.

No pude llegar muy lejos, ni con él, ni con nadie, por lo menos en un año de recuperación erótica-tal vez en más tiempo. Y mi corazón jamás lo volví a entregar por completo-creo que a nadie-lo hice solo mío y a medias-y lo separé del cuerpo, al igual que mi mente. 

Mis futuras entregas siempre serían además con la compañía de ese espectro, de ese cadáver, de ese amante espiritual, al que siempre seguí fiel y leal, aún en el más absorbente de mis futuros pasiones y amores-y hasta grandes amores, como José del Sol, Luis de La Luna y Miguel de las Estrellas, con el que me despediré de este mundo de desamores y sufrimientos.

La primera escapada con Juan de los Cielos, fue después de un altercado con él por negarme a que durmiera en mi cuarto de soltera en el albergue, que yo no lo compartía con nadie, pero estaba casi contiguo al de otras profesoras y alumnas. Se puso muy enfadado (bravísimo), y un poco que me chantajeó emocionalmente:

-Al pasar frente al edificio de 3ra (mi albergue), me gritaron groserías respecto a ti y a mí, y me dieron a entender que hay mala opinión de tu comportamiento moral en las estudiantes.

-Qué te gritaron?-pregunté.

No lo debo escribir. No soporto las obscenidades-ni habladas!

Pero por qué me juzgaba y tan a la ligera Juan, tan libre pensador, tan moderno-si es que realmente escuchó tales improperios?

Por qué no me invitaba a su albergue y mandaba para la calle a sus amigos que dormían-claro-en su propio cuarto?-aunque tampoco yo habría aceptado la propuesta.

Jamás mezclé mi vida privada, laboral, estudiantil, profesional. Nunca pude frente a un albergue, en un albergue, en un privado o cátedra, en un aula, en una escuela, en un sitio tan abierto, pública o y sagrado para mí desatar mis pasiones.

Lo del Marcelo Salado con Eddy había sido de noche, frente a locales u oficinas apagadas y vacías, en la calle, en lo oscuro, no había nadie cerca, no pasó gran cosa, no era mi escuela, no me conocían, nunca hubo evidencias de comentarios de ese tipo sobre mí.

Si hubiera sido real, me habrían llamado a capítulo enseguida “los guardianes del sexo”. Y nunca lo hicieron! Aunque tampoco descarto que las adolescentes, casi de mi edad, o de mi edad, gritaran cosas o se metieran con Juan!

En otra ocasión mi amante insinuó inseguro e injustamente que quizás fingía mi virginidad. Fue realmente el primer hombre con el que viajé a los infinitos cielos.

Pero era Juan un hombre de su tiempo, de su cultura machista, criolla, rellolla, pese a su Marxismo alemán, ingles y sobre todo ruso. Y quizás esperaba un río de sangre!

Aquella braveza por lo de mi cuarto duró poco. Ninguno de los dos pudo soportarla. Me refugié en la Poesía como siempre-en mi amante primera desde los doce años. A los pocos días fue a hacer las paces conmigo y me regaló un poema, el único, el definitivo. Nunca me regaló el de otro poeta con su firma.

En eso fue muy auténtico. Yo le di otro a él, hecho en esos días de dolor, del que se apoderó Juana de los Caprichos en el terruño, probablemente lo destruyó o se lo llevó a España consigo alguna vez.

Ya había volado demasiado alto con nuestro hombre común sin proponérmelo, pero la primera acostada fue días después de escribir el poema.

Por qué nadie me advirtió en cinco o seis meses, ni la profesora Nilda, ni Juana, ni la Secretaria…., ni nadie?

Creo que mi poema fue quien puso en guardia a Juana de que su Juan estaba en andanzas amorescentes , buscadas por él insistentemente, antes que por mí misma. Ya verán cómo ocurrió todo.


CAPITULO 20
Empezamos a amarnos en la Glorieta

Empezamos a amarnos una noche en la Glorieta del Parque de 5ta Avenida y 26. Juan palpaba suavemente ya mis genitales en lo oscuro.

Pero el día de nuestra reconciliación fuimos a parar a la Rotonda de 3ra y 60, cerca de su albergue.

Allí hablamos y se hizo muy tarde. Yo siempre trataba de regresar antes de las once. Pero entre palabras, besos y caricias sutiles y excitantes, nos cogieron las doce campanadas de Cenicienta adelantada, y no perdí el zapato de cristal, sino que no tuve la llave del candado que le ponían al portón del pasillo del edificio de la beca, que quedaba casi detrás de mi escuela, cuyo frente daba a 1ra entre 32 y 34 en Miramar.

Hubiera tenido que sentarme a esperar que amaneciera, llamar y exponerme a hostigamiento antisex, o confiar en que mi Romeo tropical y del siglo XX me respetaría y me llevaría a un lugar seguro donde pasar las penumbras, para al otro día temprano llegar a mi trabajo.

Hacían dieciocho días que había cumplido mis diecisiete años y tenía una ingenuidad preciosa todavía, que conserve por mucho tiempo, por lo que opte por la ultima variante.

Agarramos un ómnibus o guagua, supongo que una 32 o una 132 hacia las Playas de Marianao. Mi Capitán Juan al mando de las decisiones importantes.

Allí nunca nos bañamos excepto en sudor y líquidos libidinosos.

Pero no me condujo al Patricio, al Mella, ni a ningún otro Círculo Social Obrero, cerrados ya a esa hora, ni al Connie Island o Águila o Eagle a montar ningún aparato infantil o romántico.

No, me llevo mi amado amante por una zona marginal, desconocida, a la que volvería en mi adultez o madurez tras Miguel de las Estrellas, solo para comprobar que era un rey sin poder real para acabar con la pobreza. 

Había muchos árboles. Nos detuvimos frente a un caserón Viejo de mampostería, medio despintado, con unas luces encendidas verdes, rojas, amarillas, azules…que me encandilaron. Parecía un Danzing Light.

A danzar iba, si, en las olas del Amor prohibido! Era un lugar raro de olor virgen, medio extraño, y sentí mucho miedo.

Pero Juan me aseguro que no me ocurriría nada malo, y yo confié en aquel extraño? que se demoro tanto para mirarme, tocarme, besarme, llegar a mis senos, mi entrepierna y todas mis profundidades.

Como seis meses-todo suave, delicadamente, sin prisa, como todo un Caballero Medieval Que prisa había en el amor sensual de un mes y seis días, contando desde el primer beso?

Que prisa había en un progreso erótico de invierno a primavera, casi de verano, de enero a los temporales de junio? Ya era el 28 de junio!

Solo faltaba para la perfección una casualidad? como aquella y una oportunidad de soledad de dos que ya eran "una sola carne"-sin papeles, abogado, sacerdote!

Era la primera vez sola con un hombre, en una habitación, con una cama, almohadas, sabanas, un baño, agua?, cervezas frías?....

No recuerdo que hayamos tomado esa noche, al menos yo no, y el sí lo hizo fue poco.

Solo sé que se desnudo, me desnudo sin prisa, estuvimos verticales y horizontales, había desabrochado hábilmente mi ajustador, visto por vez primera y con la luz encendida mis senos casi infantiles y mi pelvis los vio iluminados, detenidamente y se asombro.

Se fascino también con todos mis bellos y cabellos rojizos.

Me miraba en el gran espejo y en la realidad misma.

Detrás de la subsion de aquellos pequeños huevos de paloma, ya cualquier cosa podía suceder, pero reaccione, proteste, resistí, dije C...oo y todo. Ya no quería.

Pero era tarde para no ir con alas a cada cielo y rincón del universo, con angelitos, serafines, querubines….

Su pene coronado de bellos rojizos como su barba de enero, de Central Manalich, rompía mi frágil himen, sin provocar apenas ningún sangra miento.

Si sentí un fuerte, un terrible dolor que maldije y odie en ese instante. No estaba entrenada-como la oriental en juegos y manualidades con mi vagina. Fue Juan el primero en tocarla y penetrarla!

En la alborada de la traumática vez, sin embargo me hablo de modo convincente:

-Te amo. Me amas. Todo es muy hermoso! Ya eres mi mujer. Nos casaremos!

Sentí que la fealdad se hacía belleza, el me hacía sentir orgullo de mujer completa!

Eran unas sensaciones y sentimientos superiores a los de la menarquía a los doce años, para la que no me habían preparado lo suficiente, pero que me dio gran felicidad finalmente.

Juan me declamaba, me cantaba, me acariciaba, me besaba cada parte de mi cuerpo, que decía estar amielado, azucarado, salobre; jamás profanado, sucio, corrupto. Lo cubría todo de lirios, jazmines, claveles, nardos, rosas….

Afuera llovía intensamente como símbolo de purificación? De mi pecado? De entrega? Por Amor.

Al menos así lo creí mucho tiempo, hasta que me asalto la duda de que hubiera sido una violación lo que sufrí y se lo dije a aquel psiquiatra.

Llovió tanto que llegue tarde a cuidar un examen de fin de curso con mí vestido algo corto, estampado en rojo y negro y algo ceñido al cuerpo adolescente, amorescentes.

Tuve problemas con Carnavalito-la Subdirectora Docente-vestida siempre de negro, vieja y con labios pintados de Colorado-pese a que le hice un cuento de ficción o de camino-parecido, pero distinto a esta novela:

-Fui anoche a ver a mi tía a San Miguel del Padrón. Esta muy enferma. Y me cogió tremendo aguacero y las guaguas no pasaban.

Cogida estaba yo en las tenazas o tentáculos de Juan, que para mí fue mi Lazarillo durante casi toda mi vida loca.

Me pase muchos días caminando con las piernas más separadas, adolorida aun; pero lo peor: las dudas, las insinuaciones de Juan en ocasiones no faltaron.

Juan ya de los Cielos plenos y totales tal vez esperaba una hemorragia fenomenal, apoteósica y un ingreso hospitalario pos desfloración.

Mas pronto me acariciaba, me besaba, se disculpaba y vencía mi ira por su desconfianza, tal vez dada por alguna experiencia anterior de hipocresía mujeril, que lo dejo tan inseguro...

Juana agregaba a mi madre:

-Han sido frecuentes sus aventuras paralelas durante nuestro matrimonio. Yo no lo voy a perder. El tendrá que quedarse conmigo y ayudarme con los niños.

Me insulté con lo que hizo esta mujer: inmiscuir a mi familia en un asunto tan personal. No imaginaba las cosas que podían hacer los celosos!

Busqué a Juan una tarde en el Círculo Infantil donde esperaba fuera a recoger su hijo. Quería contarle lo que había hecho su ex-mujer.

Andaba vestida de Amorescencias, con un vestido de guinga de tirantes, calzaba unos zapatos escolares de niña, de correas y hebillas, bajitos; seguía muy delgadita, menuda; y me sorprendió de pronto la esbeltez y fortaleza de mi héroe, acompañada de Juana recién parida de Tamara, desencajada, pálida, ojerosa, con una bata negra, ancha, medio desteñida, toda desaliñada, como una loca!. No pensaba encontrarla allí, ni así, en ese estado.

Sabía ya de la existencia del embarazo, pero Juan me había confundido:

-Sí te lo había dicho, Chiny, pero no me entendiste.

-Tú solo me hablaste del divorcio, de ella y del niño, pero no de un Nuevo embarazo.

-Sí, mi Amor, tienes razón, pero si te lo hubiera dicho todo desde el principio, completo, no me habrías aceptado. Tuve que omitir y hasta mentir por Amor. No quería perderte. Perdóname.

Lo perdoné, pero ya no era igual; tampoco ya yo era la misma después del 28 de junio!

Cuando me bajó la menstruación en Julio, tuve tal júbilo que le prometí a Dios de modo casi subconsciente, no volver a pecar? Más ni ir Amor, ni por trampa, ni p ir nada. Quise dejarlo y quedarme callada, no contarlo a nadie jamás.

Pero pronto fue más fuerte Satanás hecho hombre sexy y espiritual. No tuve fuerzas para resistir la nueva seducción y el modo en que argumentaba sus sentimientos, cantándome Margarita y Wendollyn, de moda en ese entonces.

Quería ponerles esos nombres a nuestras hijas. Ya desnudos en el lecho me cantaba Desde aquel día del español Rafael y me contaba de su homosexualismo.

Me pidió que me pusiera “un anillo” o dispositivo intra-uterino. Me enfurecí. El argumentó que la Secretaria y muchas mujeres solteras ya lo tenían puesto.

Y yo rebelde:
-Así es como me amas?

-No, Chiny, si no quieres, no, nos casaremos. No te obligo a nada. Tendremos a Junior, Margarita, Wendollyn y todos los hijos que deseemos.

No hablamos más del asunto y jamás nos cuidamos para evitar los hijos.

CAPITULO 21
El golpe bajo

“Juana de Los Caprichos había dejado a mi madre su dirección en una de las calles de los mártires, para que yo fuera a hablarle.

Allá me dirigí ya algo indignada. Pero no la encontré. Y los curiosos vecinos me hablaron de las locuras que hacía: dejaba el niño solo, la casa abierta (como en aquella ocasión), no solo para buscar los mandados a la bodega, sino que se iba y volvía cuando le parecía, sin decir nada a nadie.

Miré por la ventana y la puerta al interior de la sala y parte de los cuartos de la casa, vi el cuadro con la foto de la boda de ella con mi novio, colgada en la pared!” El mundo se me vino encima”.

La gente se desinhibió fácilmente conmigo al decirles que era una prima de ella que venía a verla.

De allí me dirigí al Círculo Infantil cansada de esperarla, pensando en encontrar solo a Juan, y no a la pareja. Llegué como a las cinco, y estuve allí sola, ansiosa, como hasta las seis de la tarde, dando paseítos y buscando su figura hasta que asomara por la calle.

Aquella escena acabó de decepcionarme, cuando los vi juntos en busca del fruto común, no de brazos, pero juntos indudablemente.

Ella se esmeró en decirme y hacerme ver que estaban unidos hasta en la cama, que él vivía con ella. Le llamaba”Mi Chiny “delante de mi (zalamería que usaba él conmigo en la intimidad y que nunca le devolví ni en privado, mucho menos en público). No es mi estilo!

A solas lo llamaba por su nombre entre suspiros y le decía:

-Juan…, te amo….

Juana trató de dejarme claro que no renunciaría a él, que no volvería a La Habana conmigo, ahora menos que nunca, tendría que quedarse a su lado, pues ya eran dos niños, una recién-nacida y con problemas graves, que todavía estaba en el cunero del Hospital de Maternidad, tras los cristales en Prematuros.

El se vio en una situación muy embarazosa y comprendió mi molestia. Me preguntó:

-Qué hizo ella? Te dañó?

Lo que había hecho –al parecer-él no lo sabía. Se lo tuve que contar después. Me pidió:

-Por favor, ten calma, no te enfades, espera. Tengo que irme con ella y aplacarla. Es capaz de cualquier disparate. No puedes ni imaginarte!

Y en efecto, se fueron los dos con el hijo común para la patriótica calle, y yo regresé a mi desierto destruida.
Por supuesto que le respondí a ella con altivez cuando me preguntó:

-Es cierto que” metiste la pata”?-

-No te interesa. Son asuntos nuestros!-

Trataba de hacerse la Buena, la comprensiva, de modo hipócrita, humillándome. La dejé con la duda!

En mi casa, por supuesto que lo negué todo: el embarazo que nunca existió, aunque después confundí a Juan diciéndole que lo había interrumpido con ayuda de otras personas en La Habana, cuando estuve varios días sola, sin que apareciera.

A mis padres negué la pérdida de mi virginidad, cosa que sé que mi papá nunca creyó, pero si no lo hubiera negado, hubieran obligado a Juan a casarse conmigo, y mi orgullo y mis convicciones de entonces, no me habrían dejado tampoco ser feliz.

Además, entendí que era mejor romper por el bien de aquellos inocentes, en especial de la niña.

También razone que la situación de Juan era bien compleja: elegir entre sus hijos, en especial de la discapacitada y yo, que ya tenía diecisiete años, desde entonces más “loca”, “loca”, “loca”…-como dice la canción.

Pobre eso, aunque fue difícil y lento el desmontaje de aquel Amor disparejo, comprendí que se imponía y que tenía que tener entereza.

A veces llamaba por teléfono a casa de mi suegra al número que todavía me sé y hablaba con esta y o con la Hermana de Juan y le mandaba recados tontos como:

-Dile que no quiero verlo más, que venga a recoger el vaso del vino que se llevó del restaurante, la camisa de listas rojas y blancas, la verdecita de bordaditos en las mangas-que me trajo para que se las lavara “y aprendiera a tener un esposo”.

Pero Juan acababa convenciéndome siempre? De sus razones y verdades, hasta que todo se fue apagando poco a poco con el tiempo y la distancia.

Llegó un momento en que hasta cambiaron el número de teléfono alegando-dijo su mama:

-Alguien llamaba mucho aquí a molestar, después no respondía y colgaba o decía cosas aterrorizantes. Por so cambiaron el número.

Por supuesto que nada tenía yo que ver con aquello, incluso solo llamaba a veces cuando andaba de paso por la ciudad de los pinos tristes. Jamás lo hice desde la capital.

Parece que otra loca andaba en el camino de Juan de los Cielos.

CAPITULO 22
Lo Prohibido.

El Doctor Nadium seguía atendiendo sus pacientes aún vivos y más jóvenes, incluida Mariela, cuya hija de diez años Claudia había clavado un cuchillo a su abuela Luisa, después de ver muchas películas y video-juegos violentos que afectaron su psiquis frágil de por sí. Mariela hasta se cortó las venas después de perder su madre en esa tragedia.

Pero al llegar a casa retornaba a la lectura del Diario de Normita (una de las suicidas):

"Pero antes de la ruptura con Juan de los Cielos, fue el 26 de Julio de 1970. El se fue solo para La Habana, para la plaza de la revolución. Fidel Castro habló de las manos y la mascarilla del Che y aquello se volvió un velorio masivo-me contó. Juan regresó muy deprimido de la capital.

Antes fueron también los carnavales de agosto y seguimos noviando con muchas regulaciones y chaperonerías aldeanas retrasadas, fuera de lugar a esas Alturas de nuestras relaciones de pareja (amatorias ignoradas).

Mi madre nos acompañó una noche al Parque Francés o del Bosque. Cantaba Tejedor y a Juan le encantaban esas cosas de viejos? A mí en realidad no me molestaba nada romántico y bailamos muy apretaditos! Tomamos cervezas en jarros de lata allí y por todas las calles.

Ella se enfureció pues lo consideró algo indigno de una mujer decente.

Al regresar a casa, antes de llegar al portal, en el jardincito de los jazmines, las mariposas, los marpacíficos y demás florería, me abofetearon, pero no sentí dolor ni vergüenza. Solo le respondí muy eufórica:

-Mami, no cojas lucha! (frase de moda). Qué nota tan rica tengo!

Mi galán de noche ya se había marchado. Fue la última vez que me levantó la mano. Casi no lo hacía desde que me bequé. Casi tampoco estaba en casa ya nunca.

Al otro día se lo conté a Juan y se murió de la risa.

Durante todo el mes de vacaciones inventaba por el día-sobre todo-para escaparme con mi amante para la pizzería de los gatos y la lluvia, para casa de mis suegros a tomarnos unos tragos que él preparaba en la batidora con hielo, limón. Y azúcar de caña y de allí para las camas de cemento y lozas.

Eso era un escándalo entonces en esa ciudad particularmente! Se pensaba no en un humilde rincón de Amor, única opción por la escasez de viviendas, dinero y de todo, sino en que eran sitios frecuentados por prostitutas, mujeres fáciles e infieles.

Varias veces pasaron hombres y mujeres en camiones por nuestro lado gritándonos groserías y palabrotas.

En una ocasión vimos una mujer negra que entró furtivamente en uno de estos sitios, acostada en el asiento de atrás de un auto para que no la descubrieran los curiosos. Había muchas cañas bravas a la entrada, árboles, parqueos; y todo el ritual de entrada y salida se efectuaba con mucha cautela.

Hasta los viejitos enamorados iban a esos albergues I. N.I. T.Recuerdo una vez en la de La Coronela (la mejor a la que íbamos en La Habana) que una parejita de ancianitos estaba con nosotros en la larga cola y conversamos amistosamente todo.

Juan me dijo después:

-Tú y yo vamos a hacer como esos viejitos; aunque llevemos muchos años casados y vivamos juntos en un hogar y tengamos muchos hijos, a veces nos escaparemos para romper la rutina a uno de estos lugares prohibidos para recordar nuestro pasado.

Pero no fue así. Ya él murió y ahora lo guardo y lo reguardo en este Diario."

CAPITULO 23
La fuga

"Ahora siento mucha añoranza cuando paso por estos lugares que me traen a Juan de los Cielos (Cadáver en segunda fase de muerte). Veo el Viejo caserón que antes fue su escuela, ahora remozado y que no sé si es un Palacio de Artes o la empresa cárnica.

Esta ciudad cada vez me es más ajena! No sé si el Palacio lo rige el famoso pintor Salvador X Salí! Creo que en realidad está más arriba de la esquina de Martí y la calle Cuarteles!

Un día me invitaron a leer poemas allí y como fueron impuntuales los del jurado del concurso literario, no averigüé dónde quedaba y me fui...

Se había emborrachado-como de costumbre-en el Hotel más famoso del pueblo y no habían llegado a la librería donde nos citaron a las ocho de la mañana a varios. Dos o tres nos fuimos y no leímos nada Total:

Los Premiados seguros estaban borrachos también.

Veo que en la Botica Hernández Padrón (ahora Farmacia Piloto) hay que traer los pomos para los medicamentos, a pesar de todos los que recogen? los Comités de Defensa de la Revolución como materias primas.

En realidad no hay transporte? para recogerlos, se rompen, se acumulan y a nadie le importa nada?

El Bazar Cubano? es la Panamericana? ahora Tienda Recaudadora de Divisas que pronto serán cambiadas todas por Chavitos. Las calles siguen llenas de gente que cada vez trabajan menos, pero parecen más prósperas?

Las colas atrás de las rebajas y las musarañas por dólares son tan grandes como antes para coger lo que daban por las libretas de productos industriales racionados. Es mejor al parecer ese lugar por donde anda en paz Juan?.

Millones de hijos derramamos en pañuelos en el edificio en construcción que se añeja en la calle Maceo?

Y mi amiga Berta, la psicóloga, tratando de sacarme del Pasado y La Literatura que- no da nada y sugiriéndome que me ponga como ella a hacer y vender panatela Charly (como el ciclón) sin huevos. Tengo azúcar, harina de pan con gorgojos, agua, limón,

Fogón de balón, cuchillo, caldero, grasa. No tengo bicarbonato, lo gasté de desodorante, no tengo leche, ni naranja, ni canela, ni vainilla, ni aní, ni mantequilla, ni olla de presión (la vendí para largarme). Mejor sigo con mi novela?, aunque no la publiquen? Y por qué no, si puede ser un "botellera?

Después fue que pudimos fugarnos Juan y yo una semana para la capital en agosto de 1970 y pasarla en un hotel de segunda o tercera categoría, cerca de la cafetería-bar " Los Parados".

Juan todavía de los Cielos-intentó una reservación en un hotel de primera que entonces no era para los extranjeros. Hicimos tremenda cola en los bajos del Habana Libre y hasta dijo que estaba embarazada-lo que aparentaba con mi beibidor floreado de tela de algodón hecho por mi madre para tenerme a la moda.

Utilizó mil ardides para que nos dieran prioridad, pero no pudo conseguir algo mejor que el Oasis? de La Habana, no el de Varadero-la playa más linda del mundo.

Pero la pasamos de maravilla! Y nos hicimos amigos de un solitario oriental que se quedó embarcado esperando a su gran Amor que nunca llegó en todos aquellos días.

Juan llamó por teléfono a su prima de La Habana Vieja y le dijo que sí, que andaba con "la leve flor" ( yo). La prima le dijo algo así como:

-Picarón, no cambias, estás acabando con los jardines del Universo. Tu mujer te va a matar!

Pero yo no lo oí, solo sé que rio mucho con lo que le dijo. Trabajaba ella en el Instituto cubano de Arte e Industria Cinematográfica.

Así vimos todas las películas que se exhibieron en todos los cines de toda la gran ciudad esos siete días! Salíamos de una para otra sin parar día y noche casi.

Almorzamos y comimos en El Cochinito, Rancho Luna, El Carmelo de 23 ( había rabo encendido?

Lo descubrí!). el barrio Chino (comimos arroz con palito, maripositas?...).

En El Cochinito una noche mi Amadísimo se robó un vaso con vino vermut y se montó en la guagua con él. Yo traté de que no lo hiciera, pero estaba tan borracho! Había gastado cien pesos. No me hizo caso, se lo llevó de verdad, no era un juego, no.

Creo que lo hizo más por llevarme la contraria para que viera que sí era capaz de hacerlo. Hasta derramó el vino encima de alguien y se disculpó, yo también pedí disculpas y no cayó tan mal su comportamiento.

Nos pasamos esa semana de nuestra creación del mundo en colas, anotándonos, marcando, confirmando pases de listas para eliminar fallos.

Era difícil la vida en esos tiempos, muy difícil! Pero estábamos jóvenes y nos sentíamos felices, alegres, pese a que el Castillo de arena ya se venía abajo!

Visitamos tíos y primos de él en La Habana Vieja, en la calle Lagunas? Me aprendí el número, las entrecalles y fui sola algunas veces más después.

Habíamos ido antes al Hospital Calixto García a ver al tío de Juan, operado de cáncer de garganta. Cumplí una misión de Juan en la calle Gloria, ni recuerdo bien, pero era algo importante para él, debí entregar algo que me dio. Sabía algo del Vedado y Miramar, pero nada de La Habana Vieja... Mas preguntando llegué a Roma. No hubo problemas!".

CAPITULO 24:
La parentela

"Solo una tía de Juan en la aldea, que vivía en la calle Santa Rosa-que yo sepa-mostró una hostilidad manifiesta hacia mí, aunque en realidad no le veían futuro a aquella relación amorescentes...

El ya había fracasado hasta con la Doctora nieta del gran mambí Donato Mármol. Me la presentó y todo un día en La Alameda! Me contó toda la historia de ellos, cómo la frustró con sus celos y su locura enfermiza Juana; total para después acabar traicionando? a su imprescindible con un militar oriental con el que duró muchos años-según me contó hace poco la hermana de Juan en persona.

Juan me habló de los detalles y hasta de sus intimidades con la Doctora y otras de sus relaciones, ella estuvo muy enamorada de él y su hermana lo confirmaba...

Me dijo de los bistés que tenían que comerse cuando acababan de amarse (si es que podían consumirlos, pues ya la carne animal estaba escasa y se había encarecido mucho con el comunismo que culpaba a su vez al bloqueo norteamericano).

Me mostró el texto de la canción "Luna de miel", que él conservaba escrito de puño y letra de ella., me la cantó y todo. Y mi Amor no era celoso.

Lo escuché con atención. Sabía que se la cantaba a ella y o la cantaban juntos. Pero nuestra comunicación era excelente.

Éramos amigos ante todo. Saber esas cosas de su pasado y hasta de su presente me ayudaba a conocerlo y a tratar de superar aquellas vivencias de un modo original, espontáneo que lo marcara también de otro modo, y de más está decir que le contaba también algunas cosas de mi breve vitae amorosa, cosa que a él si le molestaba, pero no tanto.

Siempre quedó claro que el pasado no contaba, pero la fidelidad, la lealtad presente y futura (sobre todo la espiritual), sí. Y por eso estoy al volante de esta escritura!

Como ya dije las camas de nuestro Amor Celestial fueron a veces de cemento y loza, a veces rodeadas de espejos, en los que podíamos contemplarnos durante el coito en todas las posiciones que me enseñó y a las que daba diferentes y ocurrentes nombres desde tijera....hasta infinito...

No dejaba de reír a su lado. Ni de pensar en que la vejez, el dolor..., la muerte no existían. Eran pura invención de los mortales.

Una noche después de las pérdidas de Juan, que se iba volviendo de la Tierra y no de los Cielos, le conté a mi suegra que mi padre desde que yo tenía como doce años estaba medio-loco, y ella se asustó mucho, pues temió por la vida del villano? de su hijo.



Pero la tranquilicé con que " lo protegería siempre". Y así fue: le dije a mi padre que Juan no me interesaba, que yo me iría sola en septiembre a la capital. Parece que mi madre no le contó nada de la visita de Juana a nuestro hogar, aunque tuve evidencias de que él lo intuía todo.

Años después supe por una tía que dudaba mucho que hubiera llegado virgen al matrimonio después de tantos años sin familia en La Habana".

                                                  






SEGUNDA PARTE

CAPITULO 25
Las primas, los Quince, la Boda

"Mis primas-sobre todo Estela, sabían los pormenores de mi relación con Juan de los Cielos. En esa época nos intercambiabamos los vestuarios, joyas y zapatos por la pobreza que teníamos y porque casi éramos de la misma edad.

 El vestido blanco de encajes y de tul, de Anita, lo usamos todas.

Anita se casó con su único novio al que apodaron Pelón, aunque le sobraba el pelo. Pero Juan lo bautizó como Carlos III por el modo en que se peinaba, un poco a la antigua.

Juan y yo seríamos los padrinos de su boda, pero aconteció que me molesté porque ya a cada rato se me perdía en el Bosque de Juana ( no era como antes del 22 de julio de 1970 que estaba más disponible).

Y aunque habíamos acordado ir al casorio acordes con el rol que íbamos a jugar, me fui como a la una de la tarde ese día para casa de mi tía Francisca y de mis primos a la despedida de solteros sin Juan y estuve comiendo y bebiendo desenfrenadamente y vomité y tuve que irme para mi casa a dormir y tratar de pasar aquello.

La boda era en el Palacio de los Matrimonios por la noche. Lo cierto fue que como a las cinco de la tarde llegó mi Juan, y me encontró en tal estado que ni me levanté a recibirlo; se tuvo que ir y hubo que buscar a la carrera otros padrinos.

Aquello le cayó simpático pues era un alcohólico en embrión, jamás dejó de trabajar, hasta que se enfermó y se retiró ya con edad de hacerlo y poco antes de morir. Esto lo supongo por lo que me contó su hermana misma a finales de septiembre o principios de octubre de 2004 y por lo que me dijo su hijo mayor en 1997, cuando me lo reencontré décadas después.

Juan y yo, claro esta, no nos casamos nunca.

En 1970 se había estrenado la película de un personaje llamado Ismael que decía ser primerizo en el Amor y que hacía un papel medio sonso. De modo que Juan bautizó también a Pelón como Ismael en tono burlón, a sus espaldas desde luego.

Pero al que nombraron de verdad así fue al fruto del amor con mi prima, amor que ha durado por los siglos de los siglos, que yo sepa sin ninguna infidelidad de ninguna de las dos partes. Se hicieron novios desde muchachos.

Ella: ama de casa clásica, hacendosa, casera, dedicada a su marido, hijos y nietos, costurera, bordadora, pequeña negociante, busca vida y con un nivel de casi clase media, burlando infinitas leyes absurdas muchas veces.

Su esposo: obrero, constructor, camionero, gente de esa que negocea e inventa, siembra, pesca, recolecta, hace lo preciso para no dejarse aplastar por la vida por dura que esta sea.

Una vez me fui para el albergue INIT con Juan con el pantalón de corduroy carmelita de Anita y la blusa estampada en blanco y azul de su hermana Onilda, y se armó tremendo lío. Ella, Onilda, también llegó virgen y temprano al matrimonio y después como Estela acabó con la Quinta y con los mangos, como casi todo el mundo.
Hace poco hasta vino a llamar por teléfono a mi casa a un americano cuya dirección encontró en una revista,  para que se casara con ella y se la llevara para El Canaán norteño a esta edad de casi cincuenta anos. Mi hijo le traducía en Inglés.

Pero Onilda también es una excelente ama de casa, costurera, negociante, que no se becó en La Habana,  ni estudió más allá del sexto grado. Al poco tiempo de casada, se divorció. Ahora me envidia, espero que sanamente,  porque soy yo la que tiene la visa para Estados Unidos."

CAPITULO 26
Jamás tuvo esta flor dos primaveras.

" Ni aquella Primavera ni aquél Verano con Juan de Los Cielos se repetiría. A finales de agosto tuve que regresar a Miramar para iniciar el nuevo curso escolar 1970-71. Creo que esa misma semana o en los primeros días de septiembre conocí casualmente en la pizería de La Copa a Antonio?. Tony? era un hombre bien parecido y culto. Vivía también en un albergue, era ingeniero en algo vinculado al azúcar.

De besos y apretones no pasó aquella breve aventura "para olvidar las penas" o "sacar el clavo", como ya se decía.Comparaba su estatura más baja, su esqueleto más lleno, su musculatura mayor, su pene ( solo palpado por encima del pantalón en las sombras de los nigth clubs Sherezada?, La Zorra y el Cuervo,...infinitos, perdidos en la memoria, en el Vedado, en La Rampa, cerca de Línea y Calzada?. Aquello duró bien poco y por mi culpa. (O por culpa de mi Amor por Juan de los Cielos Perdido en La Tierra Natal).

Rápidamente apareció una "tarea de choque" pedagógica, de la Revolución, de la Juventud Comunista: me habían escogido para trabajar en una Escuela Especial en el campo. Yo de un origen marginal tendría que reorientar la conducta de los estudiantes que la Región Becas había desahuciado desde por mirar huecos a todas las rusas de Alamar, como el mulato de las bembas grandes, hasta por robarse una lata de leche condensada por hambre. Pobre Jasiel, no el Jorobado de París, sino El Derecho de Cuba.

Allí los hubo delincuentes, semidelincuentes y maravillosos que cayeron en desgracia, todos eran varones.Antes la Escuela había reorientado? a "los hippies". 

El profesor de Geografía era un poco raro. Un día lo sorprendimos tocando con el puntero el trasero de un alumno. Todos éramos demasiado jóvenes: el Director, el Mayor, de dieciocho años. Estuvimos como un mes en una fase preparatoria y vacacionando en las tarde-noches en los cines, cafeterías.

Nos fuimos conociendo y haciendo las amistades y noviazgos. Andamos toda La Ciudad de La Habana , antes de partir casi permanentemente a la zona agraria.

Antonio me iba a recoger, la última vez con una camisa blanca de mangas largas. Después de los paseos me acompañaba hasta el elevador de Quince Pisos en El Vedado. Nos despedíamos y así iban pasando los días del Olvido-Recuerdo.

Pero antes de que se acabara septiembre resucitó Juan, y ni sé cómo logré deshacerme esos días y para siempre de Tony de los Azúcares. Menos mal que no coincidieron nunca.

Mas ya el guajiro, aunque estaba enamoradísimo de mí, lo sé, estaba también en fase final de extinción, no por Tony, del que dudo se haya enterado jamás, sino por sus arrastres. Andaba en realidad ultimando lo de su traslado laboral y político y vino a interrumpirme el Borrón pretendido.

Por dos o tres años no hubo nada verdaderamente importante en mi vida amorosa. Solo efímeras, esporádicas, intrascendentes historias, hasta que llegó Pedro José del Sol.

Tony insistió al principio, pero se cansó de mi indiferencia y rechazo nada cruel, o simplemente se enteró de todo, o yo no le importaba tanto.Salió de mi vida con la misma rapidez que entró!. 

Tiempo después, cuando quise recuperarlo, no contestó mis llamadas y mi amiga se hizo pasar por mí sin decir mi nombre y sin timidez y con gran coquetería para recuperármelo, pero nos mandó a freir tusas a las dos. Así partimos juntas a nuestro Proyecto Pedagógico y perdimos la gran ciudad casi por completo.

Algunos fines de semana parábamos en su casa, pero ya con escaso tiempo. Vendrían otros sustos campestres y alguna que otra eventualidad, riesgo, peligro nuevo en la capital!.

Ya en La Finca recibí una sola y única carta de Juan de La Tierra Natal, muy linda, contestando las extensísimas y frecuentes mías y mi lluvia de nostálgicos poemas de Amor que Juana de Los Caprichos seguro descubría, leía, rompía, quemaba?.

Recibí mi carta y la leí mientras oía a Nino Bravo:

 " .. Que por qué te estoy queriendo, no me pidas la razón, pues yo mismo no me entiendo con mi propio corazón....Al llegar la madrugada mi canción desesperada te dará la explicación..."

Fumaba o me hacía la que fumaba los cigarros suaves que nos regalaban o vendían muy baratos para calmar nuestras ansiedades adolescentes. No absorbía el humo.

Mi Amado en aquella carta demasiado madura para mí, me decía o citaba el viejo Proverbio:
" Una retirada a tiempo puede ser Victoria".

 CAPITULO 27
El Olvido

El Doctor Nádium trabajaba arduamente con todos sus pacientes con una abnegación cristiana innata. Lo hacía con mujeres, niños,niñas, adolescentes, jóvenes, hombres, ancianos y ancianas de toda clase.

 Los había prostitutas, delincuentes, asesinos, criminales de toda laya. Y a todos los trataba con dignidad y compasión. Los había drogadictos, sidosos, pistoleros, artistas, intelectuales, obreros, trabajadores manuales de diversos oficios.

Sus terapias iban desde la Mayéutica hasta el análisis de dibujos y escritos donde captaba la tan compleja naturaleza humana. Sus enfermos aprendían a salir de la cruenta realidad contemplando un paisaje marino, una bahía,una playa, un barco de velas, unas matas de coco, unas montañas, un río caudaloso, un arroyuelo, unos árboles deshojados y o expuestos a las fuertes nevadas...

Sus resultados los exponía en Congresos internacionales. Podía llorar las penas y sufrimientos de cualquier ser humano. Podía ponerse en su lugar y no solo en sus zapatos.

 El hoby del médico seguía siendo La Literatura, no solo Clásica y de Famosos, sino la de sus infelices locos, especialmente se había enamorado de los poemas y Diarios novelados de Dianelys y de Normita la Suicida.

"Pero Juan y yo seguimos viéndonos como dos años más, aunque de manera ocasional. Era yo quien lo buscaba ya. Le regalé una alianza que parecía de plata, pero era de fantasía, que no se puso nunca ni delante de mi, alegando que le hacía daño.Creo que fue el único anillo de compromiso que regalé jamás.

También le di unas fotografías en blanco y negro que puedo imaginar también el destino que tuvieron en las garras de Juana, o escondidas en la casita de desahogo del patio de mis suegros..

En una mi amiga habanera y yo aparecíamos con el vestuario intercambiado. Yo planchaba encima de una tabla en el albergue campestre. A ella le gustaba mi escasa ropa y realmente yo salía beneficiada,  pues ella era de clase media.

Durante muchos años fui recibida en esa casa como otra hija más. Mas que la crisis económica fue la de valores humanos y el terror lo que nos separó relativamente. Su mamá me cosía algún que otro vestido y me regalaba ropas y zapatos y nos llevaban a comer afuera y compartían todo conmigo.

Fuimos hasta a Tropicana y el Cabaret Parisién en el Hotel Nacional. Estaban de moda Mirta Medina y los Van Van. Bailaron mucho Mariluz y conocimos personalmente a Pupi, el negrón alto del sombrero,  sobre todo, que se acercó a nuestra mesa y charló amablemente con nosotros. 

Casi no pude ver el show del pase que cogí ligando cerveza y vino vermouth congelado. Solo vi estrellitas y luces en colores y oía distante la música. Ni bailar pude. En ese tiempo mi papá me compraba ese vino, pues era mi preferido y abundaba, hasta que se desapareció,  como casi todo. Llegamos de madrugada a la casa y mis amigos tuvieron que ponerme hielo en la cabeza después de vomitar hasta la vida.

Traumática había sido mi relación con Juan de Los Cielos, más lo había sido la de Tony del Olvido, porque desde entonces le cogi más miedo a los hombres, me fui quedando con mi bella Soledad y aproveché para leer al español Benito Pérez Galdós, especialmente Fortunata y Jacinta y Tristana, que tanto me marcó.

 Lei al norteamericano Heminway, al francés Balzac, el que dicen que cuando escribía sus novelas donde levantaba acta de su tiempo, se encerraba, no comía, ni se bañaba, ni dormía, ni nada, para aprovechar la inspiración. Me lei todos los escritores importantes que pude.

Leí Las Mil y una Noches, Los Cuentos del Decamerón del italiano Boccacio. Leí Papá Goriot, Germinal, Fiesta, que me pareció una novela homosexual, Las Honradas, Las Impuras de Miguel de Carrión, que me parecieron escritas por una mujer y no por un hombre, lo que demuestra por lo menos que el escritor se metió bien en la psicología femenina.

Leí y escribí mucho, sobre todo Poesía, hasta que un buen día le regalé a Juan de la Tierra Natal un bulto de poemas inéditos míos envueltos en un papel amarillo de bodega.Se los hice llegar con una prima lejana del terruño, que trabajaba en su escuela.

El ultimo poema del compendio se llamaba así precisamente: "El ultimo poema". Era una pretendida ruptura hasta espiritual con Juan, que nunca se materializó  totalmente, ni hoy: el es mi adolescencia, mis amorescencias, mi juventud, mi primer gran Amor. Después seguí escribiendo para él, sobre todo en mis nuevas crisis de Soledad o de Soledad acompañada. 

Se volvio mi muso poético y literario en general,  y ya era Juan Del Desamor. Nunca del Odio.!.

Antes de que las cosas llegaran a este estadío,  fui a buscarlo dos o tres veces más y estuvimos en los albergues eróticos natales, en el cabaret de La Alameda "El Pío" donde quise ilusamente que fuéramos novios nadamás para no embarazarme, pero todo acababa siempre haciendo el amor completo lo mismo en el pasillo de un edificio en construcción que frente a la puerta del cementerio. 

Por supuesto que ni usabamos preservativos. No había ni Sida ni la Paranoia de ahora!. No tuve un Juanito o una Normita porque Dios es muy grande y siempre me amparó. Simplemente no lo deseaba, no tenía valor para asumir una producción independiente y sus consecuencias, ni quería un matrimonio forzado o aparente.Y ni me podía asear.

 Me colocaba uno de los pañuelos bordados por Juana. Tenía una colección con las iniciales de nuestro amante común. Pero aquello me asqueaba a mi misma!.

Una tarde lo localicé al salir de un acto político en el Parque de la Independencia e hicimos el Amor, con sus chancletas de baño porque tenía hongos en los pies y un trastazo por un objeto que le arrojó Juana en uno de sus ataques de celo. Asi fue de loco y aguerrido nuestro Amor!.

Pero me cansé un buen día de vivir así y decidí no buscarlo más para acostarme con él o hacerlo de pie en cualquier rinconera oscura..

Lo seguí persiguiendo a veces, eso si, casi toda mi vida, pese a la distancia física relativa. Lo persigo todavía en la Muerte con esta Novela?.

Ya ni se gastaba voluntariamente conmigo el dinero en hoteles, albergues populares, restaurantes, pizzerías, ni se llevaba un bolso, un posuelo con carne de puerco frita, chicharrones, vino...para recuperarnos de las batallas campales cuerpo a cuerpo, mente a mente, espíritu a espíritu, alma a alma, corazón a corazón.

No, ya era todo a la fuerza y de gratis, cuando jamás le pedí o exigí nada. Era como si me estuviera prostituyendo, corrompiendo después de un Amor tan puro y con Mayúsculas.

Me cansé de Juan, de su cobardía y de la mía también.De su Violación?.Juan de los Cielos era el Amor? y la política, ya saben".


CAPITULO 28
 " Señal de Alerta".

"Lo sentía mucho por Juan y sus hijos, sobre todo por la más pequeña, pero tenía que amarme a mi misma, constituir un día mi propia familia y ser feliz.

Juan me había contado que lo de la niña fue por las locuras de Juana de Los Caprichos que hizo una promesa para recuperarlo y caminó no sé cuántos kilómetros ya embarazada, para llegar al Rincón un 17 de diciembre en que se adoraba a San Lázaro.

Usó magias, espiritismo, santería...(todo mezclado para lograr sus propósitos egoistas). Supongo que Juan  no me haya mentido en algo tan sensible que involucraba a la infeliz criatura.Juana seguramente culpó a Juan y hasta a mí o se sintió culpable ella misma. No lo sé. A él por haberle sido infiel otra vez. A mí  por pensar que yo quería arrebatárselo?. No lo sé exactamente!.

Pero por qué amor de migajas y de penas, amor sin sol, ni aire, ni luz, amor de zozobra, amor furtivo, amor de los frutos perseguidos?. Esclavos de quién su alma y la mía?. Por qué esa cobardía ante el desafío de la vida?. Por qué seguir sin paz, sufrir desdenes, humillaciones, después de un Amor tan lindo y tan público como el que tuvimos?.

 Tenía que darme mi lugar, tener verguenza, dignidad, orgullo!.Quién era él?. Además me había hablado claro en aquella carta, lo que yo no lo había querido entender: "Se había arrepentido a tiempo" de su error"?.

Pero en agosto de 1971 confirmé todo, cuando inventé el modo de pasar algo así como una Ayuda Técnica o Asesoramiento de Verano que daban en el Instituto de Superación Educacional en todo el país, y en vez de hacerlo en el Vedado-como me pertenecía- me fui al pueblo de Infancia. Dije que tenía problemas personales y me fui para La Alameda a pasar el curso como quince días para reencontrarme con Juan y confirmar lo que sospechaba.

Pronto alguien se fijó en mí  en el grupo, pero yo no estaba para nadie en ese tiempo. Así que una vez logrado mi objetivo, a los pocos días me desaparecí tan inesperadamente como había llegado. 

Cuál no sería mi sorpresa al reencontrarme con Juan de La Aldea Natal convertido en Juan del Desamor con su mujer recién parida otra vez de un varón. Era la confirmación total de que sí tenían sexo, cosa que siempre me negó el muy embustero. 

No estaba con ella nada por un problema puramente humanitario!, ni por sus hijos, ni por la pequeña discapacitada, sino por ella misma: Juana.

La niña se llamaba como una alumna de Juan, de la que me contó él mismo que también se había enamorado y de la cual Juana también se puso muy celosa. 

Era muy amiga esta alumna de otro alumno llamado Ernesto que sí llegué a conocer pues seguía siendo muy amigo de Juan. En ese tiempo muchos se llamaron Tania, Tamara, Ernesto. Había pasado un poco la moda de los Fidel, los Raúl y los Camilo.

Cuando lo de Juan de Los Cielos estaba todavía en la etapa ascendente y angelical, ocurrió algo que sirvió de señal de alerta para mí: vinimos unos días a Pinar. Ya éramos novios con permiso relativo. 

El visitaba mi casa. 

Era domingo y quedamos en reencontrarnos en la Terminal de Omnibus en la cola de la ruta treinta y cinco que iba hasta Artemisa. Allí, como siempre, cogeríamos otra hasta Marianao y regresaríamos a los respectivos albergues y trabajos.

Pero yo decidí llevarme a mi hermana pequeña conmigo sin contar con nadie, excepto con mis padres. Quería que conociera La Habana y se divirtiera un poco fuera del terruño. Y la llevé para mi albergue, cuarto, cama ( inocentemente ).

Aquella tarde-noche en la Terminal ponían incesantemente por los altavoces la canción del español Luis Gardey que casi me la sé completa:

...Te llamé una noche y los truenos respondieron...Te escribí una carta y la lluvia la emborronó...Dónde vas a encontrar un amor como el mío...Te verás en el mar como un barco perdido...

Era como una premonición para mí!. Un amigo, un Amor como Aquel, jamás lo volví a encontrar!. Era casi perfecto Juan en lo físico, lo emocional y lo espiritual. Pero un Amor demasiado Difícil. Y es que lo imposible, lo difícil es lo más bello e inolvidable, aunque sea falso, aparente, cobarde.

Ese día pasaron las horas y las horas y mi amante no llegaba!. Se hizo de noche tarde y me cansé de contarle a mi hermanita adorada cada pormenor de aquella relación volcánica. 

A mi no me agotaba realmente hablar de lo nuestro, lo hacía con placer y orgullo. Me inspiraba unos sentimientos, unos deseos tan hermosos!. Supo mi confidente que no me arrepentiría nunca del punto al que habíamos llegado sucediera lo que sucediera.

Lo vivido ya sería superior a cualquier pérdida o desgarramiento. Por supuesto que no debí a su edad contarle aquellas cosas, pero yo era otra niña de diescisiete años.Y no podía decírcelo ni a mis padres ni a ninguna amiga.No me entenderían.

Casi a las doce de la noche llegó Juan de la Impuntualidad o el Embarque diciendo que se había quedado dormido con su sobrina en casa de sus padres. Desde las tres de la tarde lo esperábamos pues el transporte era caótico, sobre todo los fines de semana.
En los días sucesivos fui descubriendo las omisiones y mentiras de Juan que siempre trató de ocultar la realidad y o ésta lo fue atrapando lentamente, sin darse cuenta?.

Lo de llevarme a mi hermana me trajo tremendo conflicto con la Directora de la Escuela, una negrona gorda, pedantísima e inhumana: Dorotea. Me hizo regresar a casa a devolver a mi hermana a mis padres, pues no podía estar allí en el albergue conmigo, aunque sobrara espacio, eso -dijo- dañaba la disciplina y yo no había contado con ella..

Tuve que perder como tres días de clases por aquel extremismo. No pudo esperar ni al próximo fín de semana. Y no pude protestar. De paso aprovechó para decirme lo que le había contado de mi la Secretaria del Comité de Base de la Juventud Comunista ".


CAPITULO 29
La Educacion comunista?

"Creyendo que la Secretaria era mi amiga y algo más: mi hermana mayor, dos o tres veces y en su presencia me eche de su perfume para salir con Juan de Los Cielos. Pero en vez de llamarme la atención en privado por mi “exceso de confianza”?,  se lo dijo a la Directora Dorotea, y ésta me lo sacó el día del atrevimiento mio de llevar a mi hermana para el albergue.

Era tan tímida y miedosa que me quedé callada ante ambas al respecto. Así le perdí la confianza a esta persona mayor que debía ser mi ejemplo a imitar. Creo que de verdad llegué a pensar que procedí  bien mal.

El miedo es un sentimiento asociado al instinto de conservación de la especie y a la cordura. Los jóvenes a veces tienden a temer más y a creer más las cosas y en las cosas impuestas. 

Al menos yo fui asi. Y creo que casi toda mi generación fue así. No éramos tan bobos, nos dábamos cuenta de muchas cosas que andaban mal, pero casi a nivel inconsciente debido al terror a enfrentar el poder absoluto que simbolizaban personas como éstas ( de la base de la sociedad).

No me pelee con la Secretaria y hasta la busqué de nuevo en 1986 para reanudar nuestra amistad interrupta por razones laborales y por su frialdad e indiferencia, de la que no era muy consciente.

Dorotea en mí solo dejó  un mal recuerdo, casi intrascendente.

Juan había tenido problemas con su Asesora Regional mulata por el modo sui géneris en que daba las clases: no en el aula, sino debajo de los árboles, en los parques,  para “romper la rutina”, los esquemas, las fórmulas preestablecidas y motivar a sus estudiantes. Un día lo sorprendió infraganti dando la clase de la Segunda Guerra Mundial cuando lo fue a controlar y evaluar. La que se armó fue de ampanga y por poco lo botan de Educacion por ser un mal ejemplo.

Pero no, era revolucionario, confiable, socio del Director, del Subdirector que había dirigido la escuela represiva de Pino del Agua y que después estuvo en el Congreso de Educación y Cultura y socio de todos los socios comunistas!.

Todo quedaba siempre en casa!.

Luego en la aldea Juan tuvo muchos problemas con una Directora también negra casualmente?. En su subconsciente o inconsciente era, como la mayoría, racista, aunque tuviera también algunos amigos y sobre todo compañeros negros y mulatos, como el esposo de la Secretaria y el cuñado del Director blanco, que llegaron a puestos nacionales políticos, administrativos, culturales.

A Juan definitivamente le molestaba que lo mandaran los negros, sobre todo si eran “empachados” o “extremistas”, como le calificaban muchos a nivel de pasillo. Y Juan, en el fondo, era una bola de reguero. Nunca fue organizado, metódico, fanático, dogmático, obediente …, como yo.

Pero a pesar de sus defectos, Juan Perdido,  siguió en aluvión entre mis dedos adolescentes, seguía inspirándome en él,  incumplía mis promesas, no se marchaba de mi inminencia, pese a todos sus desdenes y mentiras. Seguia de pie en mis atardeceres cantándole a mi juventud que se iría, a mi adultez y casi a mi vejez y tal vez a mi muerte pequeñita, a mi nueva muerte inmensa.

Seguía clavando espuelas al esqueleto de mi Amor,  que me transportó no sé a qué planeta de magia y fantasía que retaría siempre a toda realidad. A su lado el tiempo fue siempre un juguete mío,  mecánico y de cuerda ( El tiempo no era objetivo).

Un día Juan fue a controlarme la clase del espacio y el tiempo, cuando yo lo seguía persiguiendo por gusto. Y me dio desaprobada. Era mi Nuevo Jefe de Cátedra y me suspendió por prepararme solo por el manual ruso de Spirkin y O. Yajot.

Ese Manual había estado discontinuado un tiempo por unas broncas entre rusos y chinos en las que los cubanos estábamos en el medio. 

Juan dijo que tenía que prepararme por el Manual de Afanasiev, otro ruso que creo que después de la Perestroika y la Glasnot publicó sus libros antiestalinistas y hasta antisocialistas en general, como otros académicos rusos después de que "destaparon la botella” de la libertad de expresión. 

Juan tuvo que prestarme el escaso libro de Afanasiev para que " elevara mi nivel teórico.”

En realidad no quería dañarme y enseguida fue a controlarme otra vez con otro grupo la misma clase y me dio el máximo de calificación. Nunca quiso hacer nada malo a nadie, aunque era realmente muy mujeriego, como casi todos “los grandes hombres”?.

Recuerdo que en el proceso de matrícula de aquella nueva escuela en que no por casualidad coincidimos, cuando yo trataba de aplicar con rigor los requisitos establecidos, él me llamaba aparte para que flexibilizara y " le diera un chance a la gente”. A él le gustaba “ resolver” y que “ le resolvieran”.

Eramos unos “Filósofos”? improvisados , como casi todos en el pais, donde se menosprecia tanto la ciencia del pensamiento y la teoría. Gente de Matemáticas, Física, Geografía…se hicieron profesores de Filosofía de modo autodidacta ( como yo) o pasando breves cursos en la capital. Pocos estudiaron esa Carrera completa en la Universidad por los prejuicios contra los filósofos y los pensadores en general.

Después me propusieron estudiar Economía en La Habana, pero a mi me gustaba especular, inventar, poetisar, exprimir mi subjetividad.

En realidad casi nadie sabía nada ni de Filosofía, ni de Economía, ni de Socialismo, ni de Comunismo, ni de nada. Ahora se sabe menos todavía, no solo en mi país, sino en el mundo entero. Por eso mismo: por no saber nada de nada de eso: esas asignaturas las impartía cualquiera y fue sobre la marcha que algunos llegamos a ser buenos y otros excelentes en esa enseñanza tan poco práctica.

Pero que a la vez nos ayudaba a saber investigar, cuestionar, dudar,inquirir.Lo que hacía falta en ese tiempo era audacia, atrevimiento y motivación. 

Yo sabía menos de Filosofía que de Astronomía, Medicina, Estadística, Pelota…Pero leía, resumía los manuales y los clásicos y zumbaba las clases. Y cuánto le gustaban a mis alumnos!. Quizás el trabajar en ese tiempo breve con Juan me estimulaba a darlas todavía mejor.

El caso fue que di el espacio y el tiempo por Afanasiev y no por Spirkin, me lucí y acabé con Juan que había sido de Los Cielos para que le quedara claro que estaba allí, pero ya “ su espacio y su tiempo” conmigo habían finalizado?. 

Me gané el máximo de un modo tan implacable y absoluto como el tiempo mismo. Escribí un cuento y todo sobre eso,  que nunca leyó porque no se lo di, como tampoco le dí  esta novela? misma. No le di a leer nada mío jamás, desde el bulto de poemas que le mandé antes con aquella profesora de Pinar".


CAPITULO 30
Mi concepción amatoria.

“Dice mi amiga Marina, la filósofa filosa, que cuando Carlos Marx escribió El Capital y todo lo demás, ni comía, ni hacía el amor; solo fumaba tabacos y tomaba café y se pasaba los días en eso.

Pero yo no, tengo que cocinar picadillo de soya, o lo que se recolecte, caze, pesque, luche. Tengo que fregar, limpiar, lavar, barrer, sacudir alguna telaraña…y además escribir.

Juan me enseñó a vencer los miedos, el hambre, la espera, la fatiga, las largas colas en pizzerías, restaurantes, cafeterías, terminales de ómnibus. Siempre " resolvía” porque era el más socio de todos los socios, me colaba con él en todas partes.

Con él vivía como en castillos medievales aéreos, azules, rosados. Me había penetrado tanto que hasta me había cambiado la personalidad en algunos aspectos como un demiurgo omnipotente, tanto me había marcado que su esqueleto primario siempre junto a mí se dormíría, se embriagaría en mis copas y vasos, oiría mis canciones, danzaría en mis fiestas, reiría mi risa, lloraría mis penas y me las consolaría, aunque las provocara.

Eso sucedería siempre lo mismo en los Cielos, que en el Sol, que en la Luna, que en la Tierra, que hasta en las Estrellas más imposibles y desangrantes!.

Su nombre en mis labios hizo nidos, cascadas, echó raíces. A veces ante el espejo del baño lo pronuncié en los lugares más inapropiados, en ocasiones con unos tragos de más. Me penetró tanto Juan de los Cielos que morí con su muerte Amatoria que lo convirtió en un misterioso cadáver primario.

Muchas veces salí a buscarlo como la loca,  que ya era, no solo en la aldea, sino por las calles de La Habana, por sus playas. Le mandaba recados con todos para que fuera a verme, para saludarlo. Sabía que sería para la misma bobería de siempre: vernos, saludarnos, contarnos y nada más. Le era imposible ser solo mi amigo.

A veces casualmente nos encontrábamos en casa de una amiga común, cerca de la piscina de un hotel. Y siempre me preguntaba por los hijos ajenos. Siempre me creía embarazada. Varias veces quemé, rompí o lancé al mar mi papelería personal. Pocas cosas se salvaron de los naufragios nihilistas de mi pasado.

Aquél Amor nuestro nunca prometió nada serio, jamás tuvo garantías legales ni de ningún tipo; solo pidió cariño, libertad, verdad. Solo prohibió ataduras, convencionalismos. Fue muy responsible, para mí al menos..

Me di, lo acogí. No pedí nombramientos, artificios, formales apariencias. Lo seguí amando hasta hoy, hasta siempre ( aunque ya sin sexo), como ama el sol a la mañana, el vapor a la nube, el agua a las depresiones. 

Para mí esa era la pureza en el Amor: hallar, dejar, encontrar, estar en alguien para siempre ( de algún modo), dejar a alguien para siempre en uno ( su lugar) ( de alguna manera) ( del modo más importante: en el espíritu, en la mente, en la memoria personal y hasta ajena a través del arte: la literatura).

En mi concepción amatoria “no hay dueños”, nadie es el primero, o el primero puede ser intrascendente ( no sensibilizarnos, no dejar huellas profundas), el último puede ser el primero, puede amarse a varios a la vez ( de maneras diferentes, en viajes cósmicos diferentes). Nadie conquista a otro de por vida ( su piel, su carne, sus órganos, su corazón figurativo, su mente, su alma, su espíritu).

Siempre el Amor será un reto, una Aventura inacabada, un “romance inacabado" , como aquella película; la vida es un darse a otro (s) constante, una conquista permanente de aromas, perfumes, colores, olores, sabores, imágenes, formas, un despertar los sentidos y cosas más profundas y esenciales.

Nadie es un objeto, una cosa de la que otro tenga derecho a adueñarse de por vida ( egoistamente). Nadie es un propietario perpetuo de otro. El Amor es sembrar, cultivar, trabajar. No es vagancia, complacencia, parasitismo, corrupción. No tiene los brazos cruzados.

El Amor es una lucha, una guerra que genera paz. Es un desafío permanente, una autosuperación”.


CAPITULO 31
Eva María se fue:

“Tuve necesidad a veces de rodar tras la mariposa del Recuerdo ( ya casi absurdo?) de Juan de los Cielos. Quería estar con él en una jaula, presa, morir junto a él, debajo de su trampa. Volaba, respiraba; pero perseguía todavía al mariposón de mis sueños Celestiales, espirituales, inventados por mi misma y por un pasado real, material, también sexual, erótico. Sabía que ya era un Imposible, no un Amor Difícil solo, pero deseaba caer en la trampa mortal una mañana prohibida. Pecaba, pecaba bien, de pensamiento, de deseo.

Pese a la gran decepción física que me provocó en 1997 ( la última vez que lo vi), después, muchas veces, hasta enterarme hace tan poco de su muerte absurda, sentí deseos de buscarlo y contarle sobre todo el berenjenal que se había vuelto mi vida de retazos; pero no tuve valor, no creía que pudiera comprenderme ni que valiera la pena a esas alturas .Cada cual se comprende apenas a sí mismo y comprende poco o nada a los otros. Solo Dios puede escudriñar los corazones humanos!.

Claro que ya tenía su dirección en La Habana y que sabía que estaba solo, divorciado, tal vez abandonado?, siempre relativamente, por Juana de los Caprichos, pero no me decidí a complicar más las cosas, máxime si había sobrevivido tantos años sola o casi sola.

Tampoco Juan me llamó ni me buscó nunca más desde septiembre de 1970.

Juan de los Cielos era casi mi Ideal ( o mi Ideal Real alguna vez), era mi pirámide de Keops por lo antiguo y perdurable. Con él rompí esquemas amorosos y sociales.

Recordarlo, recrearlo era como buscar fósiles insospechables. Eramos como dos partes de una misma gota de agua, o de albúmina, o de vida; era mi complemento; éramos dos porciones que se juntaron alguna vez y se multiplicaron. 

Erizábamos la piel uno del otro y era como si la evolución de las especies y el origen del hombre de las teorías se reprodujeran en nuestra historia personal.

En la rotonda había dado permiso para que el durmiera en mi regazo, primero por la casualidad impuesta por los prejuicios? de una época también fascista ( de otro modo), totalitaria, sí, y después por mi modernidad que hizo posible que la castidad siguiera quedándose en la calle y en cualquier sitio natural o social. 

En Juan de los Cielos se quedaron los parques más floridos, las flores y la fruta de Eva, los alcoholes más purificados, los hoteles mas lujosos? y húmedos y la hierba más verde.

Así lo recuerdo, aunque esté muerto de verdad y también enterrado ni sé en qué cementerio, aunque ayer 29 de octubre no supiera que era su cumpleaños porque nunca lo pasamos juntos, ni en 1970, y después de todo, nunca fui tan aferrada a ninguna celebración o tradición. Nunca me importó tanto homenajear a los mortales. 
Mas bien creía que su cumpleaños era en septiembre, y nunca pensé en su signo zodiacal; eso me lo enseñó el poeta A: mi maestro de espiritismo.

Juan de los Cielos o del Desamor está físicamente muerto en " El Reino de este mundo", pero podrá vivir no solo en esta novela, sino en nuevos Cielos, en la nueva Tierra que Dios creará o restaurará. Prefiero creerlo para estar menos triste.

En uno de nuestros viajes a La Habana en 1970, en el ómnibus oscuro y en marcha, Juan palpaba mis senos tras una seda o muselina bordada de una blusa finísima y blanca que me había regalado mi madre. Aquellas caricias discretas eran el éxtasis de los Cielos. Aquello era capaz de llevarme al clímax erótico.

De pronto el checo ( la ruta treinta y cinco) pareció que se volcaría al impactarse contra un buey que se soltó o dejaron suelto cerca de la Carretera Central. El animal lo frustró todo!. Por suerte el chofer no perdió el control del vehículo y no nos matamos!. Todavía no sabía que el ómnibus de nuestro Amor sería impactado también por el toro del Destino? O del Olvido? O de la cobardía?.

Si actué bien o mal, no lo sé todavía. De lo que sí estoy segura es de que actué de acuerdo a mi intuición, a mi verdad propia en cada momento de mi vida, de que jamás fui egoista, ni quise dañar a nadie. Fui consecuente con mis sueños y con mis propias realidades personales y colectivas.

Juan, aún de los Cielos, me contó de un accidente anterior en uno de aquellos carros o en una Especial donde otro lo impactó y se llevó completa una banda; murió mucha gente, entre ellos una pareja de amantes. No sé si él estaba ese mismo día allí y lo presenció todo ( desde la banda de la buena suerte?). Lo narraba tan vívidamente!.

En otro viaje de regreso a Pinar cogimos botellas en varios lugares del camino. Recuerdo a Fierro, una bodega?, una cafetería?. Recuerdo Consolación. Tomamos un camion que traía un cerdo grandísimo dentro, que se defecó y todo casi encima de nosotros: el Amor, la Juventud, la Belleza, los Sueños, la Pulcritud!.

Tal vez era la premonición o el símbolo de lo que somos y seremos al final: carne corrupta, gusanos, heces fecales, cenizas, polvo, pecadores?. Pecadores bien!.

Solo sé que fuimos muy alegres y muy felices ( al menos un tiempo, al menos aquella primavera y aquél verano de rosas y jazmines imaginarios de 1970).

En los carnavales de 1971? yo andaba solitaria; no soportaba a nadie, ya saben. Buscaba mi héroe, mi guerrillero, mi internacionalista; y él andaba con Juana y sus hijos. 

El tomando cervezas cerca de la cafetería El Pollito y su esposa y familia sentados en los palcos que se reservaban en la Calle Real para ver los paseos de las carrozas y las comparsas .Eran la burguesía y nosotros el populacho.

Yo de pie, en el tumulto, con el vestido azul prusia, con una franja blanca y con bolitas azules ( de mi madre) observándolos a relativa distancia, sin que ellos me vieran!.
Yo reprimiendo mis lágrimas adolescentes y tomando también!. Hasta que saliera el sol!.

Subi la calle Marti hasta la tienda La Quincallera, y ya venia la carroza y sus muchachas bailando al son de…EVA MARIA se fue…buscando el sol en la playa, con su maleta de piel y su viquinis de rayas...

Despues baile yo tambien mucho al lado de la tarima o estrado que habia al costado del Teatro Milanes. Tome y baile toda la noche, pero no lo busque, ni ame a nadie. La orina coria por las calles repletas de gente. La gente orinaba cerveza en los banos improvisados cerca de los tragantes. Ya tenía dieciocho anos!.


CAPITULO 32
El mal amigo, tu fantasma y mi novela.

“Desde agosto de 1970 empecé a coleccionar los libros que Juan de los Cielos dejó en La Habana en casa de un amigo falso, que trabajaba en su antigua escuela como Administrador; era casado, un Don Juan, que después se reveló morboso con la pequeña hija de la profesora de Física, un depredador sexual realmente.

Rolando, que así se llamaba, me dio los libros de Juan de las Guerras Mundiales, la Revolución Industrial, las Revoluciones Burguesas de Inglaterra y Francia, Cuatro Documentos del Che Guevara y otros más con sus subrayados, anotaciones, huellas, que después de leerlos y releerlos con mi curiosidad histórica y amatoria, se llenaron de polillas.

Aprovechó el viejuco para invitarme al cabaret de Tropicana a comer ranas fritas con cerveza y ver el show, oportunidad que no desaproveché, y bien hice, porque no pude volver jamás. Y por supuesto que me enamoró sin ningún recato, pero no sabía que era un sinverguenza y casi un violador. 

A mi no me gustaba y me repugnaba el hecho de haberlo visto siempre en el Yonny Drink, con mujeres distintas.Para estar con él, mejor seguiría con su amigo? Juan, aunque fuera de Pascua a San Juan y o por control remoto. Nada, que tuve que sacarle el pie a las invitaciones aparentemente amistosas de Rolando que me hubieran garantizado comidas, fiestas, bebidas, bailes nocturnos frecuentes, entonces tan importantes para mí, joven no religiosa en general. 

Pero no estaba para eso, qué va!. No era mi concepción del mundo, de la vida, del Amor, de la Amistad; ni era mi tipo tampoco-ya lo dije.

El era punto fijo de los comederos nocturnales que teníamos ese fín de curso de mi Iniciación como mujer de Juan de los Cielos.Había visto a Rolando, cerca de nosotros, apretando con rubias, trigueñas, pelirrojas, mulatas, negras,altas, bajitas, gordas, flaquitas, nuevas, Viejas…Y todo en menos de dos meses!.

Mi amado estaba perdido en la Tierra Natal en los glaciares de las hojas en las que languidecía. Era mi Apolo, mi David en escultura de sangre, hueso y carne poética, perfecto, húmedo, frío ( en ese tiempo y hasta hoy).En su madero ( del Recuerdo) yo ardía, a pesar del silencio en el que quedé varada hasta hoy, entrando en el Templo del Amor . Cuando llovía solo me quedaba tejer su estatura real e inventada con palabras.

Así me fui volviendo Penélope ( más que Sirena; aunque también lo fui a la vez).

Juan de Los Cielos había sido mi Ulises y yo en cierto sentido más que Penélope: la Sirena,( una Sirena distinta; más audaz, que le destapó los OIDOS, le cantó y lo amó, sin saber que alguien lo esperaba caprichosamente en ITACA- PINAR).

Ya sé que nadie es tan fiel-como yo imaginaba a los diecisiete años. Ni yo misma lo he sido ( al menos del modo convencional, esperado por la sociedad).

Ahora me agoto poro a poro y neurona a neurona, pero sigo creyendo en el Amor. Siempre habrá primaveras haciéndome cosquillas y otros gorriones cantarán mi garganta y otras rosas llegarán a apuntalar mi fe. Sé que es posible el funeral de cualquier catarsis.

No me he vuelto a enamorar más de nadie de modo espectacular, pero aprendí otras cosas más importantes, poco a poco, dolorosamente-eso sí.

Me creía invadida por la consagración eterna a Juan de Los Cielos, imposibilitada de superar mi pretérita entrega; pero un día salió el Sol, aparecieron nuevos enigmas, vino un gran silencio, alguien más erótico que Eros, más perfecto que Apolo; y una nueva verdad me atomizó el pasado".


CAPITULO 33
Las Muertes

“En fin que los amores y Los Amores van y vienen; muy pocos nos acompañan, como los amigos,a la tumba, al infierno, a la Gloria, al cielo, a la tierra, porque finalmente no se a donde iremos a parar en el próximo estadio.

Me he pasado EL Reino de este Mundo buscando, persiguiendo, acosando al AMOR, sonando con Los Cielos, el Sol, la Luna, las Estrellas imposibles, la Poesia, con todos los objetos lejanos, voladores, meteoritos y partículas del Universo; viviendo mi fuego y mi frio de presente y recibiendo a Juan de los Cielos solo, sin querer, sin que yo quiera. Sigo bajo los arboles de troncos helechados, sobre las hojas de almendros, encima de la glorieta; con su astucia y mi impureza angelical.

El lo sabia (rey, capitán, corsario, loco, hacedor de versos a medio estar, cazador de estrellas a media luz), que yo esperaria siempre por el; aunque fuera Penelope a medio consumar: Penelope de espiritu (NO DE ALMA QUE INCLUYE TAMBIÉN AL CUERPO).

Yo Margarita Gotier o Debayle, vayase a ver!, Wendollyn…con zapatos Primor perdidos a media noche al romperse el hechizo de ratones y calabazas, con zapatos blancos de punteras y tacones; en Alta Habana, en Indaya, en el Rancho, en Miramar, en el Vedado, en Marianao, en Boise, o en La Conchinchina: da igual!, junto al mar o al arroyo gris o al rio Snake; esperaria siempre por el, por su voz de amante que “ por mi daba la vida”,“desde aquel dia”, sin “hallar otro Amor”.

Yo aqui cursi o refinada, con Endrigo, Rafael, Galara, Gardey, Julio Iglesias, Nino Bravo…, Vallejo,Gelman, Neruda, Dario, Lezama, Silvio, Marti….”siempre estaria con el”, en la vida, en la muerte, en el Amor: siempre con el”: Fiel, leal en mi personal sentido de lafidelidad y la lealtad.

Tampoco fui immune a las embestidas del triangulo. Yo, animal geometrico ( como casi todos), pero buscando siempre mi estado natural: el despeje. Evitando siempre o tratando de evitar lo denigrante.

Perdi el Principe, el Unicornio, el elefante Azul, una, varias veces. Pero lo encontre y de cierto modo lo retuve. 

Quise hallarlo, no me canse de buscarlo y por eso fui alegre y hasta lo sigo siendo de algun modo frente a la computadora de Juan Carlos y Lianna. No estoy tan triste nada. Gozo. Recreo. Vivo en mis papeles!.

Conoci a Juande los Cielos por vez primera en la Zafra del 70, ya lo saben!.No alce la cana que corto, pero bebí su azúcar y su alcohol. Descubri con el las arboledas, los bancos, la glorieta, la rotunda, el Viejo caseron de luces multicolores….todos los CIELOS. Era ingenua, candida, romantica, pura, angel, niña violada?. Me hizo Mujer!. Lo honro!.Y lo deshonro!.

Perdí luego mis poemas de adolescencia en las garras del fuego, en los dientes del mar, en las gavetas llenas de polillas, en las garras de su mujer ( que “le arreglo los papeles del retiro”-segun la Hermana de Juan, que fue quien me lo conto). Juana parece que lo cuido en parte de su vejez no tan vieja y en parte de su enfermedad que ignoraba y seguro fue a su mortuorio y entierro, ella le dio mas hijos y nietos.

Pero como me perdi tantas cosas, hoy quiero regalar esta NOVELA DE AMOR a Juan mas que a la POSTERIDAD,(esa senora tan abstracta!). Que leal y que fiel soy a la MEMORIA de ese MI PRIMER GRAN AMOR de verdad!.No importan para nada mi acidez, amargura, dolor, laceraciones, desgarramientos, perdidas, jirones y muertes propias.

Me sacudio otro Mayo en 1992!. Me sacudieron muchas PRIMAVERAS, muchos Veranos, OTONOS e INVIERNOS!. El pasado se fue?, pero lo salvo con mi lealtad, con mi fidelidad suigeneris.

Se fue mi delgadez con lozania, mi aire de TRISTANA, mi rebeldia sin bridas, aquel pedir tanto al universo, mi neceser repleto de papeles que converti en cenizas, instigada por Pedro del Sol, siempre husmeandolo todo. 

Se trago la atmosfera aquellas cenizas. Se fue el citrico verde, el sudor de guatacas, la bicicleta de carreras que me prestaba el carpintero Aparicio, que despues murio en ella en la estrecha y serpenteante carretera de mi juventud. Dicen que murio Aparicio con el nino de dos profesores y que el padre de este iba con el.

Se fue la tabla de planchar que me hizo Aparicio. Deje de montar bicicletas por miedo a los carros, a los accidentes, a los restrellones, a las quemaduras con el pavimento…Se fueron los Planes Vacacionales en los que recogiamos café por las mananas y nos recreabamos en las tardes-noches.

Recuerdo que andaba con mi prima Minerva y creimos que nos arrollarian y nos tiramos por la cuneta y la guardarraya con las bicis. Sentimos las carcajadas del chofer del camion. No supimos si fue para asustarnos o si se nos tiraria encima realmente. Teniamos los reflejos excelentes.

Pero me traume y no volvi a montar mas bicicletas hasta el Periodo Especial en tiempo de paz que dura todavia. En el noventa y siete desisti de montarlas definitivamente, aunque las aprendi a montar yo sola y sin caerme nunca desde los diez anos. 

Pero ya tan adulta y madura estaba demasiado nerviosa y me caia y me raspaba las rodillas, casi me tiraba por miedo a los carros. La ultima vez tuve severas quemaduras en una rodilla cuando fui a ver a mi hija a la Escuela al Campo en Ovas.

Se fueron las pistas que coria ( no muchas), las piscinas en las que me tiraba exprofeso para que el salvavidas me sacara; aun no sabia nadar a los veinte anos. Aprendi con Pedro del Sol y con Jose de la Luna vinieron los Amores de Playa. Habia ido a la Playa de Las Canas a los doce anos una vez con mis padres ( pero casi ni nos dejaron banar a mi y mis hermanos; estaban aburridos y apurados; no se metieron al agua ni un instante, seguro discutiendo sus asuntos personales.)

Habíamos ido a Vinales, a Los Jazmines una sola vez. Pero no pudimos bañarnos en la piscina del Motel ni montar caballos ni nada. Solo mirar el maravilloso Valle desde lo alto!.Había ido también a las Playas del Este de La Habana ( a Santa María y a Guanabo) porque la escuela ponía una guagua y la comida que la ayudábamos a hacer nosotros mismos. 

Hacíamos tremendas tamaladas. Yo siempre en la Comisión Gastronómica para todas las cumbanchas que se organizaban, al principio con faisanes gracias a los contactos del cocinero con la Casa de Visita del Comandante en Jefe y después con pescado asado que no era de nuestra predilección, pero bueno, había ensaladas frías, cervezas, cake y otras cosas, se bailaba mucho, apagaban las luces para apretar el que quisiera, en fin, era tremendo vacilón aquellos dancings a todo color inventados en el Colectivo del edificio de vivienda de los trabajadores de la Educación, el Deporte, la Ciencia y la Cultura.

Así aprendí a nadar después de la mayoría de edad y no tanto como mis nuevas parejas y mis hijos y nietos. Mas peor fue lo de mis abuelas y mis padres que no lo hicieron nunca a pesar de vivir en una Isla caribeña.

Mis hijos fueron bastante a piscinas Olímpicas, a las Playas de Boca de Galafre y Bailen, a Vinales, al Hotel Pinar del Rio y ocasionalmente a Varadero uno de ellos y a muchos campismos de bajo costo y hasta gratuitos y a numerosos Planes Vacacionales; eso fue antes de Nuestra Era, antes de nuestra gran muerte proletaria y guajira-claro esta.

Yo fui solo a un Campismo en la Playa de la Altura en Bahia Honda y la pase exquisitamente, comiendo cangrejos cocinados solo con Kétchup y agua de mar. No había nada más de sazones ni agua potable. Los cangrejos subiendo por el catre a media noche y yo asustada, pidiendo auxilio a José de la Luna que sonaba con el Desierto de Ogaden en Etiopia a donde lo mandaron de guerrero antes que Menjistu se robara las Arcas del Estado y antes de que le diera las Medallas que echo luego al ratón de la basura. 

José gritaba más que yo, pero finalmente arranco las tenazas de los animales y siguió cazando y cocinando toda la madrugada. Que sabroso sabían con cervezas!.

Pero esas oportunidades se acabaron para nosotros. El Periodo Especial acabo la diversión y nos sumimos en la Gran Muerte!.

En 1973 sentía una nostalgia absurda? por mis carencias de risa, llanto, humo, alcohol; por las esporádicas colillas de beber en la fuente del pecado? a hurtadillas. Ya quería casarme y tener un hijo.se lo decía a mi hermana cuando caminábamos juntas por las calles de Artemisa y mirábamos las tiendas con ropas y calzado y juguetes de bebitos tras los cristales.

El tiempo se iba llevando implacablemente mis minifaldas, mono chores y cancanes ( aquella preciosa, atrevida y juvenil ropa que mi madre con sus propias manos sabia hacerme). No soportaba coser, sino que componer decimas era lo que le gustaba, y sonar con su primer Gran Amor.

Pero tuvo que aprender a la fuerza a hacer ropa para sus numerosos hijos y ella misma porque no podía pagar por comprarla ya hecha y o mandarla a coser. Éramos tan pobres. Se quedo en Sexto Grado, se caso a los dieciséis y a los diecisiete ya me estaba pariendo, total para tener infinitas muertes, y no solo las infinitas muertes de poeta.


CAPITULO 34
Masoquismo.

“Eres tan remoto como la Adolescencia misma, tan sombrío como tu calle esta madrugada de la des fortuna, en que voy de visita al Manicomio, donde un día puedo quedarme para casi siempre o para siempre, si no me sacudo el demonio que llevo dentro, antítesis del ángel que me eleva al Amor, a la Belleza, al Sufrimiento.

Tu calle prejuiciada, prohibida, siempre se interpuso a la ternura ingenua de la primavera del brazo del otoño, que pudo ser el otoño del brazo del invierno. 

Ya eres el invierno, tal vez su fin cercano, consumado, mas no puedo acorralar la nostalgia que me asalta antes del alba, cuando espero la salida del ómnibus del sol, cuando se que me anejo para el próximo estadio, cuando fui alegre un breve tiempo, cuando sigo triste, como casi siempre, tal vez porque solo así puede garantizarse que la nube sea aguacero, diluvio del Infierno.

Sigues pasado bello retando el ideal que me aguarda platónico y reluciente los Proyectos de Vida, donde tu serás siempre una invitación capitana a la cuesta, o a la espira, donde tu triunfante sonreirás diciendo:

”Te lo advertí: estaremos juntos, aunque no queramos; vivimos en el aire, suspendidos, presos del “No puede ser”, “Llegaste tarde”.

Ahora pasa un esbelto anciano por la acera, y tiemblo, como hace un siglo, pero hace un lustro que no te veo ni por fotografías, de esas amarillas, que atacan las polillas o que rompe por celos otro amante, o te hace la Guerra para que parezca una consciente y voluntaria decisión, sin saber que ese Amor te buscara en las multitudes del tiempo, será verso trunco más perfecto, solo superable por el mismo Ideal que creo Dios y que una vez pensaste que fue exactamente tu Primer Gran Amor ( autentico). Después estudiaste la Dialéctica, te ensenaron que eso era idealismo, misticismo y casi religión (el mayor pecado?).

Pero siguio la Dialectica y te dijo:

“Somos un pueblo mistico, hay que reverenciar, tener simbolos, historia, Jefes que ordenen, piensen, decidan.”

Y ahora no sabes-en tan cruel laberinto, si eres mas mistica que nadie, pero de otro modo.

Aclaro y busco un Nuevo Principe para la Adoracion, para los Ritos, aunque solo tu hayas sido el verdadero, el mas cercano al Ideal que Dios me concedio y que acepto solo en la cuarta, en la mas intima de las cuatro esferas del espejo del alma o la conciencia ( donde aun el Corazon figurativo era completo)”.





CAPITULO 35
El reencuentro.

“Ya trataba de tener mis propios Proyectos de Vida que me llevaron al desastre.O finalmente a la Salvacion?.Rompia con mi pasado, con mi Adolescencia, con mi Juventud. Parecia que mi Infancia y sus raices se impondrian.

La ultima vez que vi a Juan de los Cielos fue en 1997 en su modesto apartamento de Marianao, cerca del cine Lido. El motivo que justifico el reencuentro temido fue su asesoramiento juridico en el proceso de mi separacion definitiva del Ministerio.Fui demasiado tarde a ver a este abogado, como antes a otro que me dijo:

-Pero Usted ha venido a ver al profesor despues que suspendio hasta los examenes extraordinarios y de arrastres, Normita. Por que no lo hizo antes de su conducta descabellada, o al menos antes de apelar al Ministerio. Se ha embarcado.

Lo siento. Esto es el Senor de los Anillos.No ha visto esa pelicula?. No ha leido el Libro, usted que tanto lee?.

Así me dijo el compañero, el camarada.

Fui a ver entonces a Juan con mi amiga que había sido repatriada de Ciudad Habana a Pinar del Rio y perdió su casa en este por hacer una permuta ilícita con una Doctora, lo que le costó broncas que estuvieron a punto de homicidios y asesinatos y en las que tuvo que intervenir la Policía, pues golpearon y asustaron a los hijos de mi amiga. 

Al final ella perdió la casa de Guanabacoa y la del frente al cementerio católico:” su casa verdadera”-como siempre me decías, porque ella llego a tener do casas, una en la capital y otra en la aldea.

A la Doctora la tranquilizaron dándole otra encima de un Consultorio del Médico de la Familia y después la mandaron a cumplir misión en Venezuela para que calmara su ira y su necesidad económica.

Mi amiga Elsa estaba a punto del suicidio y disfrutaba de la música, el canto, la poesía y el espiritismo, sabia casi todo de mi, y me acompaño a ver para ambas al experto Juan .
Ni el problema de ella ni el mío tenían solución, nos dijo Juan sin titubear, porque en Cuba:- “no hay estado de derecho. Todas las cosas son en realidad del Gobierno, los profesores tienen que ser activistas de la política del Partido Comunista, gústeles o no, impera la dictadura del proletariado, que no es tal, en realidad “el poder de los sin poder”. 

No hay democracia real, no se respeta la libertad de expresión, ni los derechos civiles y políticos de los ciudadanos. O que te creías, Normita, que estabas en Paris o en New York?. 

O en la Cuba del Mayor Ignacio Agramonte o por lo menos en la de Carlos Manuel de Céspedes que entrego el poder cuando varios no lo querían?. En qué mundo tu vives?”

Yo me suponía que si, pero la vida ubicaría las cosas en su justo lugar.

Juan antes de 1980 tampoco pudo ayudarme con mis hermanos que fueron a parar a la cárcel por cosas de muchacho, hasta que se fueron por Mariel o se los comieron los tiburones.

Pero pensaba ilusamente que por mi quemaría las naves. Pero no, se limito a hablarnos claro, con mucho escepticismo. Quedo en darnos respuesta definitiva a los pocos días en que regrese sola a confirmar lo que ya se suponía desde el inicio.

Habíamos ido Elsa y yo antes a todos los sitios que se podía ir a quejarnos y ella hasta por poco se corta las venas en el Comité Central. Y nada.

Me dijo Juan que el Jefe inmediato lo decidía todo, que el Ministerio enviaba inspectores, pero era un proceso formal y que luego se limitaban a firmar y punto.

La pobre inspectora no tenía la culpa, no había hecho bien en darle la hoja de tabaco y decirle que "estaba en mi Presidio Modelo de El Sitio, cerca del Mar de La Coloma".

Juan y su hijo Camilo fueron muy caballerosos con Elsa y conmigo, muy atentos, gentiles, amables y hospitalarios (Juan enseguida preparo una merienda que nos vino de perilla, y no podía faltar un trago de ron tipo daiquiri). 

Hasta nos ofreció comida, almuerzo para el otro día y hasta techo para “dormir y callar”. Pero nada de eso aceptamos ni Elsa ni yo. Entonces nos acompañaron hasta el camello del Lido para viajar de regreso a La Cenicienta.

Sé que le impresione después de como 15 años sin volver a verme. Miraba mi retaguardia al subir sin reparos. El a mi también me impresiono, pero de otro modo.

Elsa y yo éramos mujeres casadas y “aguas pasadas no mueven molinos”, “segundas partes nunca fueron buenas”, “el no era a quien Penélope de espíritu había esperado”: estaba aun más delgado que de costumbre, aunque no sabía que estaba especialmente enfermo, se demoro mucho en ir al médico, por miedo, cosa típica en los hombres, aun cuando sean guerreros y héroes de verdad.

Descubrieron bien tarde su neoplasia de garganta, en el 2000, y padeció terriblemente sin mí, hasta el DIA DE LOS PADRES del 2002.

Cuando nos reencontramos en el 97 se estaba sacando las piezas de la boca, fumaba y bebía mas que nunca. 

Su propio hijo me lo advirtió antes de que el llegara después de coordinar por teléfono el esperado reencuentro, gracias a que la hermana de Juan me dio el numero de su centro de trabajo. En su casa no tenia teléfono todavía. Camilo me dijo:

-El no es el que tu dejaste de ver, Normita Bebe mucho. Es tremendo borracho!(casi que lo dijo con orgullo).

Luego Juan aclaro:

-Pero si Camilo es más borracho que yo. Figurate, vivio siempre conmigo. Después estudio en la Unión Soviética, se caso allá con una rusa, tuvo hijos, trabaja allá, en Moscú. Ahora está de vacaciones, y vive aquí conmigo, aunque construyo su propia casa encima de la de la madre, cerca del Hospital Militar Finlay. Casi siempre la tienen alquilada a los extranjeros, pero es de él.

El muchacho que nació poco antes de la Zafra de los Diez Millones quiso llevarse a Elsa a dormir allí. En esos días no estaban los turistas! Pero ella no acepto-como tampoco yo acepte irme a dormir en la cama de hierro, nada celestial ya, de Juan.

Elsa les dijo que lo que tenía que hacer yo era irme del país después de lo que me habían hecho y Juan le respondió:
-Muchacha, si Normita es comunista desde chiquitica.

Y dirigiéndose a su hijo agrego:

-Camilo, Normita por poco es tu mama.

Y todos reímos con ganas.

Mi amiga que también podía haber sido nuestra hija (cosa que entonces ella añoraba) le dijo a Juan:

-Tú has sido una persona muy importante en su vida. Jamás te ha olvidado!.

Pero ya no era aquella niña de 16 a 18 anos, de 95 libras, una inocencia e ingenuidad proverbiales. Estaba casada con José de la Luna y tenía hijos con nombres sacados de El infierno de Alibech y de todos los Cuentos del Decamerón y de Las Mil y una Noches, no de las Leyendas Históricas.

Esos nombres me había dicho la hija del Secretario del Partido:

-Son tremenda ridiculez, Normita. No se los pongas, por favor, todos se reirán en la escuela de los niños.

Y le hice caso, aunque después pensara la Asesora que los había sacado de la Biblia, aun cuando casi no la había leído. No sabía ni siquiera como se llamaban el Padre ni el Hijo de Dios.

Asi evite ciertos traumas en mis hijos y las burlas.

Pero los hijos de Juan y de Juana de Los Caprichos, esos si se llamaron como el Che y como Tania La Guerrillera. Y el más chiquito como un cantante español homosexual que era la pasión de Juan de los Cielos.

Pedro del Sol se perdió en la Muerte en abril del 2000 cumpliendo una importante misión secreta y Juan en Junio del 2002. Como dijo otra amiga-“que no se cree poeta”:

-La gente se nos va PERDIENDO, Normita. Se nos va PERDIENDO, si.

CAPITULO 36
Curas de caballos.

"Juan de los Cielos siempre afloraba en los malos y buenos tiempos.

Recordaba yo que los muertos se podrían, se deshacían, volaban sus cenizas en el cementerio católico de La Alameda y El Rancho, (que son limítrofes), y él y yo jóvenes, hacíamos el Amor en sus narices, frente a la puerta de su casa.

Mi amiga siempre andaba enamorada de su muerto, que vio allí en una foto, y después la perseguía por toda la ciudad y hasta en la cama.

Y nosotros: Juan y yo, vestidos, verticales, sangrábamos la vida PROSCRITOS frente a las tumbas y mi papelería que no leyó más.
En junio del 2000 volvía a escribir para mi Viejo y siempre eterno y absurdo Amor, aunque nunca se enterara tampoco:

"Necesito andar por las calles de mi ciudad ajena, tomar sola algún helado, sentarme en un parque, después de escudriñar las tiendas prohibidas, mirar el flamboyán que también fue de mis hermanos, detenerme en los rojos ladrillos, en los grises bancos del Parque del Bosque o Francés o de Tejedor, en los pinos y demás vegetación, testigos de juegos de chapas de carros ilegales, oír el concierto de los pájaros y relajarme y descansar, a ver si sube otra vez mi presión arterial, si me olvido de toda ignominia, ofensa y apatía, a ver si olvido que algunos o muchos piensan que soy culpable, irresponsable.

Necesito del verde, del naranja, del blanco y el Azul de esta tarde de soltera que me he dado, víspera del tabaco ámbar que despalillaré a los 47 años. Tuve antitéticos regalos de cumpleaños: el de la iglesia católica del pueblo y el del Consejo de Estado, y me deprimí finalmente.

Necesito mirar la pizzería de los gatos y la lluvia de mi Infancia y mi primera Juventud, recordar la cerveza y el vino de aquella otra tarde ingenua en que extasiados veíamos distante, pero prometedor este siglo XXI, este 2000 tan denso.

Las farolas ya están apedreadas por el tiempo, y no fui Penélope, en el sentido literal, ni tú eres Ulises tampoco.

Hoy negocias los puros en tu fábrica porque después de todo, cada vez que levantes el teléfono, la computadora gravará en tu bolsillo, qué caray!.

Hoy no me salvan tus leyes del estado de Derecho.

Hoy tal vez tus calles sigan deshechas y llenas de cables subterráneos en Marianao. Sigan los apagones, más que nunca, y los boquetes de las bombas en los pechos sean inasibles.

Hoy no incineras el tabaco de tu abuelo, almacenado, ni tiroteas en las esquinas de La Habana o de República Dominicana. Hoy no eres guerrillero en Suramérica. Ya se apagó tu héroe y aquél Encanto.

Hoy no criticas la Ofensiva Revolucionaria (cuando yo la defendía por el micrófono de mi Adolescencia de Pionera), ni criticas las Escuelas en el Campo, ni a los veladores de calzoncillos y blúmer. Hoy no te duermes en las largas reuniones o Asambleas, siendo Dúo de Crecimiento del Partido Comunista.

Hoy no das clases de la Segunda Guerra Mundial bajo los árboles, ni te coge infraganti la Asesora de Historia. Hoy no doy la Batalla de Moscú grabando bombas y ruido de aviones con libros cayendo y silbidos en la Cátedra de mi Ceiba 2, 3,4,5,6...?. Hoy no nos vemos ni "de domingo a domingo, CIELITO LINDO " Hoy como eres, no me importas. Hoy como soy,  tal vez te importara más que ayer. (Soy DISIDENTE).

Y nada de " natural"!.

Ahora mismo una loca interrumpe esta soledad meditabunda, "espera un marido"-dice- en mi banco, y su madre se marcha hacia la iglesia retrasada..

Se me hace tarde a mi también para entrar a la parroquia a oir BUENAS NUEVAS de un CRISTO tan distante hace apenas dos días, un CRISTO que aún no sé si es EL HOMBRE MAS GRANDE DE TODOS LOS TIEMPOS o sea HIJO DE DIOS o DIOS PADRE_HIJO_ESPIRITU SANTO. 

El profesor me pasó por el lado hace unos minutos atento y amable, más que nadie ( valiente, compasivo). Es su costumbre desde que lo conocí en el Obispado en una Conferencia sobre SOR JUANA INES. Creo fue a principios de los 90.

Yo publicaba bastante de gratis en los periódicos, más bien en EL GUERRILLLERO, en su SECCION DE TODO. Era confiable!?. Y la envidia no había echado mucha lengua todavía ( al menos contra mí ). El profesor me presentó esa noche como a una respetable figura de la CULTURA PINARENA. Nadie me había hecho aún tanto HOMENAJE.!?.

Me puso entonces moralmente en su VITRAL.

Habíamos cuatro o cinco de la UNIVERSIDAD y dos o tres del Partido Comunista mirándonos recelosos y cómplices a la vez por la osadía de ir a la CASA DE DIOS ( como en las Iglesias de CAMAGUEY cuando el EVENTO DE EXTENSION CULTURAL UNIVERSITARIA).

El Diploma de Personalidad Distinguida? que después se perdió Misteriosamente? junto con todos mis demás documentos en el proceso nacional para hacerme miembro de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, me lo dieron alrededor de 1992, cuando hice aquellos Proyectos Culturales con el Museo y la Casa de la Cultura.

Había planes bastante adelantados de publicar mi primer libro de Poesía. Jesús Carrete y Julito me habían hecho los diseños, y ya tenía un Prólogo de un entendido y todo. Fui la Propuesta del Asesor del Taller Literario..

La Directora de la Fundación Hermanos Loynaz me pedía mucha colaboración para todo al principio. 

La UNEAC provincial me había aprobado como miembro, pero desde 1988-89 estaba "haciendo demasiados ruidos en el sistema" con el Coloquio Nacional de la Crítica Artística y Literaria al que me invitó el Director de la Revista El Caimán Barbudo.

Me estaba haciendo demasiado "famosa"?, yo que prefería pasar inadvertida. Entonces alguien ordenó "cortarme las alas".

Salía por los periódicos y a alguien se le ocurrió publicar que era la Misionera Cultural más importante de mi Provincia, cosa que molestó a algunos. Decían que era crítica y periodista-sin serlo de oficio. Lo decían algunos expertos. Y más se enfurecían los envidiosos!.

El profesor de Catolicismo Dagoberto Valdés quiere ser como Cristo, ese Cristo de corazón de paz.

Mi amigo? Febrero no aceptó mis carnés, y tenía razón. Pensó que estaba enfadada con él.

-Los has dado a la persona equivocada-dijo.

En realidad ahora quién se acuerda de eso?.. Por qué no los entregué en 1996?. A quién le importa ya eso?.Con quemar esos recuerdos de mi pasado tenía. Más no tuve valor. Siempre he vivido aferrada a mi PASADO.

Tuve muchas dudas, la lámpara oscilaba en el techo. Debí destruirlos de verdad hace rato, y no tan de mentira. Volví a ser tonta, impulsiva, niña, como contigo, Juan de los Cielos.

Me dormí la noche antes a las 3:30 de la madrugada dándole vueltas a esa madeja del "destino"? de esos símbolos o fetiches malditos que me pesan, me lastiman, como tú, que alimentan todavía una Esperanza, una ILUSIÓN ( como la de mis sueños de adolescente de 12 a 17 años con el arreglo de mis padres, hasta que justamente cuando te conocí y me llevaste a todos los Cielos, me cansé de sus conflictos, y yo misma los separé de por vida por el daño que hacían a mí y a todos mis hermanos con aquellas conversaciones por la cerca, de las que hasta tú fuiste tal vez testigo silente, desde antes de que tu mujer fuera a mi casa a inventar o a repetir tus mentiras de que "llevaba un hijo tuyo en las entrañas, y que por eso te casarías conmigo").

Desde entonces aprendí las soluciones de "curas de caballos", Juan de LOS CIELOS".


CAPITULO 37
Leyendo a Cabrera Infante:
Adiós Ismael "el primerizo",que se quedó en el nombre del hijo de mi prima, La vida sigue igual....(películas y cines de La Habana Vieja, Marianao, Centro Habana, Las Cañas, San Antonio de los Baños..) .Adiós: el Tritón, el Riviera, Radiocentro ( Yara), el Lido.... perdidos en la memoria).

Adiós los cines y los teatros ( el Mella, Hubert de Black, la Cinemateca de Cuba, el Carlos Marx). 

Adiós los Conciertos de Mirta Medina, Silvio Rodríguez, Eduardo Aute, el español,....Adiós los clubes del Vedado y Miramar, sus tragos escasos y helados...Adiós el Yohnny's Dream, Kasalta, las noches estrelladas, Tropicana y sus ranas fritas, El Patricio, Río Cristal, sus huellas en mi pierna....Adiós las fiestas, los bailes y el Eros de las Playas de Marianao, La Coronela y las casas indistintas sitiadas por cañas bravas, ojos censores y lenguas malditas. Adiós los cuartos con paredes de espejos, las camas de cemento y lozas...

Ni cines, ni teatros, ni "sardinas" ( ni con los 100 dólares de tres años de ahorro? de mi hermana de Miami). 

Adiós amor de manos en el ómnibus Habana-Pinar, amor militar o habichuela o aguacate cerca de los catorce años que partió para la guerra prejuiciosa y temerosa de las lenguas viejas, y no se reencontró en el cine Aida ( Praga), como había convenido al llegar al pueblo con la becada de saya larga carmelita de caky-cuestionada por una mujer en la calle, en una esquina por hablar de cita con el uniforme puesto, cerca del teatro Milanés y de la Terminal de Omnibus.

Adiós amor de ojos en otra guagua u ómnibus, amores reclutas e insensatos, de penumbras, de aceras y glorietas y bancos de parques. Adiós amor de roce en el brazo de un ómnibus con una portañuela que se quedó en la próxima parada por calientapollas y "se quedó en eso". Adiós amores fugaces, inolvidables, amores de senos y piel más íntima explorados para la guerra Helénica.

Nada malo ha sucedido extrañamente en este viaje interprovincial, excepto el churre que ya llevamos encima de todo el cuerpo y en los equipajes en este tren decente hacia la esperanza? y la vida? de Carmen 324, de Gladys, Manzano?, Abelito?. Sigo sin dinero para comprarme un reloj desde hace 15 años. 

El último que tuve fue uno sin manilla en el Pedagógico; lo llevaba suelto en la mano y una profesora de Biología que me admiraba comentó a alguien: " Esa mujer tan humilde es un gran talento"?. Otra me había apodado "la heroína"? en una Encuesta después de hablar en público a teatro lleno varias veces en distintos lugares. 

Y eso que me callé la boca el día que fue Vilma Espín con aquella ropa tan costosa y habló en el Teatro Mella. Pero no, bastó lo que dije a Natividad y a Martaneli, de Provincia, para solidaridades silenciosas en los pasillos.. 

Alguien me alertó de que encuestaban sobre mis encuestas e investigaciones, solo modificadas y ampliadas un tanto por mi, eran de otro profesor y finalmente la misma que hicieron a Carlos Marx. Pero la Seguridad se preocupó y pidió al Comité del Partido Comunista que una supuesta amiga mía indagara al respecto.Dijo defenderme con creces; cualquiera sabe!.

Recuerdo ahora al viejo Navarrete diciendo en sus clases de Historia de Cuba, que estuvo en las huelgas con sus amigos Mella y Villena, y nadie se lo creía y se burlaban de él. 

Recuerdo al viejo Machado protestando después de una borrachera en la fábrica de zapatos de Regla, donde trabajaba Enrique, el tío de mi amiga Marta ( su sobrina) porque no la dejaban en los 70 orinar en el cine Payret.Tuvo que hacerlo finalmente en la calle"como una perra", pues no tenía entrada para el cine y no encontró baños públicos en La Habana. Habíamos bailado mucho con los Van Van la pieza Maryluz y mi amiga se pasó también de tragos y era "la que más m...a en La Habana y Santa Clara" y no se podía quitar de la mente aquel amor adolescente o amorescente. Machado también había peleado duro contra las dictaduras de Machado y Batista, pero por gusto para los del cine aquella noche.

En aquellos tiempos muchas cosas estaban prohibidas: canciones, bailes,discos, modas "extranjeras"-sobre todo, extravagancias, "diversionismos ideológicos", canciones y hasta películas en Inglés ( varias) y por supuesto orinar sin papeleta, tike o entrada en el cine.

Pero algunos no nos preocupábamos mucho por esas "nimiedades"?; no nos habían confiscado nada, no nos fusilaron o encarcelaron a nadie-al menos mucho tiempo, excepto quizás por arreglar colchones por cuenta propia o ilícitamente. 

No fuimos hippies, homosexuales, testigos de Jehová, opositores, disidentes,; no estuvimos en la UMAP, no fuimos deportados...

Los árboles todos y las cañas están quemados. Nos seguimos ensuciando. La Salud, La Habana está cerca. Cerca La Habana Vieja. Todo el monte está ardido tras las ventanillas ( incerrables todavía varias).

Adiós al cineámbulo de Luyanó, El Cinecito cerca de los leones y el Teatro?. Adiós su regreso de Africa, su pullover, su pañuelo ( regalos), mi disco de la Pequeña Compañía inglesa que quería y que fue a parar a otra cuñada. Adiós su soledad compartida en Lucco, entre Concha y Velasco? brevemente, tras la frustración eros-militar más significativa: " 

Lo nuestro ya es insostenible". Adiós el pomo de salfumán en el baño, los cigarros ocasionales, traumáticos, los papelazos, la inapetencia, la flaquencia, "desamor con desamor se paga", "un cuerno saca otro", pensar en quejarse al jefe!?( estupidez), pagar taxi caro a presunta querida (ridiculez!); la real estaba joven y bonita y hasta almidonaba y planchaba los calsoncillos, era buena con el hijo nuestro que llegó contándolo todo a la mujer del cuñado y el primo, locas porque lo supiera para que me largara al no poder soportar la humillación.

 "Era de la Seguridad del Estado" ( la mujercita). Mentira, "de la Seguridad de la c...a)"-como dijo Clara, la vecina oriental. Adiós la confesión mutua de pecados, la película Teresa, la falsa decisión de perdonarnos y volver a empezar como hacían casi siete años en aquel cine de Artemisa vestido él de verde olivo y caky de campaña y con grados de alférez en "Remanganagua"o "Remangalapuerca" o Vereda Nueva.

"Esta Revolución es hija de la cultura y las ideas"...Más consignas, traiciones y violaciones. " Aeropuerto Internacional José Martí"después del alfilerazo a Infante en el cine Actualidades. Pronto seré difunta de mi habanicidad?, de mi manía de trenear-por ejemplo-tras la instigación en la panadería que me desquició unos días, aunque debió alegrarme; total?.

Paisaje verde y hasta tierno ( sin quemar). " El Partido es inmortal". Vía Azul paralela a la línea y al pito pertinaz. Romerillos, aguirnaldos morados, florecitas amarillas ( como de muertos-como las del patio de Sabino?, Antoñica?, Moisés? ( el testigo de Jehová), cualquier antepasado o vecino). Puentes, postes y cables eléctricos, telefónicos?.

El pan con jamón a 4 pesos no ha faltado, ni el pan con queso a $3.50, ni el bombón a dos pesos. El agua, el refresco?. Eso si brilla por su ausencia!. Algunos ( más precabidos) traen el agua de casa en pomos congelada todavía. Parece un buen viaje aún!." Cerro".

 Torre alta. Atrás( en mi recuerdo): barajas, briscas, sota, caballo, as, rey, oro, copa, espada, vasto, cartas blancas sobre todo; hasta que llegue el triunfo y no valgan. Atrás mi ignorancia de todos los juegos ( incluídos el Amor y la Literatura: los que mejor domino).

Matas de mango verde-amarillos y flores de enero de los mangos..

Dos y media ( de la tarde)-dice alguien.

"Siempre es 26"-pasó veloz.

Palmas, muchas palmas. Lomas y plátanos rápidos.

De cotorra a ave blanca, zancuda, de pico largo. Alfombra de flores blancas desconocidas. Cercas de cinz. Pitazos largos. Techos de zinc y fibra-cemento.Casas pobres y modestas y mejores. Carreta de buey.Area de chatarra . Omnibus parqueados. Rutas 2, 79...Omnibus Metropolitanos. BUSSCAR 3768, 3554; 174 Lawton en marcha. 

Hombre que friega, restriega, limpia con manguera. Ruta 23. Chofer sube y domina el timón. Hombres conversan. Uno se extasía con las cabras que pastan. Cercas y enredaderas nuevas. Señor que guataquea. Matas de calabazas silvestres. Habanera amulatada en chancletas. 

Flores moradas. Signos y pinturas raros. Este tramo final siempre es el que más rinde!. Las transiciones siempre son más lentas que los trenes y las revoluciones!. Viajo en el tren 22, coche 4, asiento 48. Salí a las 8:45 a.m. 

Enredé el hilo dental?( un hilo de saco plástico) en el zíper del monedero( sin darme cuenta al abrirlo). Alguien me dijo temprano que " si me sacaba el diente de leche ( con el cordelito)?". Manía, obsesión , compulsión higiénica bucal por seis o siete operaciones de encías y para preservar mi completa y bastante sana dentadura de casi 51 años de existencia, pese a escaseces y tropiezos de todo tipo.

..."Mayo por la unidad" en un muro ( fragmento visual). Emsuna". Parque. " Las Ideas pueden más que las armas". Policía. Carros patrulleros por debajo. Motos.Arboles frondosos. Estoy en otra Habana, Infante, en otra que tal vez me entierre, y por si acaso, rememoro desde hace 46 años ( por lo menos); desde que vine la primera vez del pueblo mío.

"Defiendo el socialismo"-anuncia el muro.

Parque inmenso.

" Revolución""Welcome". Se unen raramente el Español y el Inglés-seguro por el turismo.

"La Habana Vieja por un 2004 de Victorias". Antes: Capitolio a la vista, Mar y barcos a la derecha. 

Techos musgosos, ladrillos desnudos, tejas, cúpulas, P, grúas? anaranjadas, calle angosta:Izquierda, Derecha, Izquierda ( mi vista) ( como en las marchas militares de la beca en los años 66 al 69). Mis ojos marchan!. Policías!. Más policías!.Muros derruidos!. Locomotora, trenes, Estación Central!, Ferrocarriles de Cuba!. Catalejos?. Bandera cubana. Che Guevara8317. Tren 11-12,8303. Llegamos!Otros, Otros se van!.

Llegué a la Calle Carmen a las 3:30 de la tarde con Gladys y los suyos. Es ya el 2004".

CAPITULO 38
Recitales de Poemas.

-Me ha encantado, Señora Dianelys, esas lecturas de Poemas Eróticos que me ha grabado con su propia voz y musicalizado y acompañado de imágenes bien sugerentes en su blog personal.

-Gracias, Doctor. Aunque me gustaría hacerlo en vivo.No me basta con poner mis propios videos en You Tube.

-Ok. Y por qué no lo intentamos?.

-Es que tendría que ser en Inglés y no puedo.

-Y si lo hacemos en el Centro Cultural Hispano de la ciudad e invitamos a todos ellos, a los bilingues, a todos los que quieran?.

-Allí, Doctor, prefieren vender tamales. Da más dinero.

_ Pero allí leen poetas y escritores en Español. Yo he asistido.
-Sí, pero famosos y millonarios, que pueden dar más dinero a los Promotores (americanos o mexicanoamericanos).

-No sea pesimista,mujer, intentémoslo de nuevo. Vi su Proyecto Cultural. El que me escribió usted misma. Y es fantástico. Manos a la obra!.

-Ojalá su entusiasmo no se paralice por la realidad de la pesadilla americana.

-Aquí hay emigrantes triunfadoras. Una indígena tiene una imprenta de mujeres.

-Sí, que publica en Inglés o en Español a los pobres de la Tierra fuera del país, y a amigos del Gran Hermano que los invita a donde no pueden ir los nacionales y de gratis.
-Veo que domina 1984.

-Sí lo leí poco antes de salir a este Exilio junto con el Infante Difunto, Kundera.....y hasta esto que le traigo aquí; es solo un extracto, leí un libro completo sobre esta poeta suicida americana que tanto se me parece a Norma!.Escribí un poema sobre la Sexton, que anda por ahí también.

La mujer le extiende el artículo al Galeno


"Anne Sexton
Anne Gray Harvey -
(EEUU, 1928-1974) 

Seudónimo de Anne Gray Harvey, poeta norteamericana nacida en Newton (Massachussets). Estudió en el Garland Junior College y vivió casi toda su vida en Boston. Casada a los 19 años y después de haber nacido su primera hija en 1953, ingresó en un hospital psiquiátrico para reponerse de un intento de suicidio. Fue su médico quien la apoyó para que desarrollara el interés en la poesía que había mostrado en la escuela secundaria.

Condujo su carrera inmersa en un contexto de desórdenes mentales que eludieron cualquier diagnóstico, pasando por repetidas hospitalizaciones en clínicas mentales. 

En 1957 conoció a la también poetisa Silvia Plath, y a partir de entonces sus vidas se unieron en una relación que lindaba la identificación mutua y la rivalidad poética. Su primer libro de poesía To Bedlam and Part Way Back (1960), es una narración de su colapso mental. A éste siguieron All My Pretty Ones (1962), Live or Die (Premio Pulitzer, 1966), Transformations, extraña recreación de 17 cuentos de hadas de los hermanos Grimm; Love Poems, The Book Of Folly, The Death Notebooks (1974), The Awful Rowing Toward God (1975) y Words for Dr. Y., éste último póstumo. Sus poemas, editados en Harper's, The Newyorker y Partisan Review, de Nueva York, entre otras publicaciones, acusan una influencia de Robert Lowell. En 1963 recibió el American Academy Of Arts and Letters Award y en 1967 los premios Shelley y Pulitzer. Fue profesora en la Universidad de Boston y en la de Colgate y en 1968 fue distinguida por la Universidad de Harvard por la totalidad de su obra. Considerada “poeta confesional”, junto a Silvia Plath, Robert Lowell y W.D. Snodgrass, ofreció en su poesía una mirada íntima de su angustia emocional. Hizo de la experiencia de ser mujer un tópico central y a pesar de soportar críticas por hablar de temas como la menstruación, el aborto, el incesto, la homosexualidad y la adicción a las drogas, es evidente que su talento como poeta trascendió cualquier controversia. Se suicidó en 1974 inhalando el monóxido de carbono de su coche, quedando para siempre como una de las voces más importantes de la poesía norteamericana de este siglo. © Griselda García"

-Excelente artículo. Tiene sus libros?.-

-No, pero podríamos buscarlos en Internet o por Amazona.com

Textos
La balada de la masturbadora solitaria

Galardones
Pulitzer (1967)
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Los mejores resultados para anne sexton poetisa suicida americana

Anne Gray Harvey - (EEUU, 1928-1974), Sexton. Seudónimo de Anne Gray Harvey, poeta norteamericana nacida en Newton (Massachussets). Estudió en el... Ir al texto »

-Mire esta otra información, pero lea su biografía completa. Le ayudará para esa tesis que quiere hacer sobre sus pacientes, la mayoría emigrantes también:

"Anne Sexton

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DATOS BIBLIOGRÁFICOS

Anne Gray Harvey (Anne Sexton, 1928-1974), nació en Massachusetts en 1928. Se casó con Alfred Muller Sexton a los 19 años. Un año después de nacida su primera hija le diagnosticaron depresión post-parto, sufriendo su primer crisis mental e ingresando a un hospital neuropsiquiátrico. Regresaría allí varias veces, sobre todo luego de sus intentos de suicidio, que se agudizaron luego del nacimiento de sus segunda hija.

Fue su médico quien la apoyó para que desarrollara el interés en la poesía que había mostrado en la escuela secundaria.
En el otoño de 1957 se inscribió en un taller de poesía en donde conocería a Sylvia Plath. Unidas en una relación con matices que lindaban entre la identificación mutua y la rivalidad poética, fueron influencias la una para la otra, llegando a competir en las clases por quien escribía el mejor poema.

En 1974, a pesar de su éxito como escritora –había ganado el Premio Pulitzer de poesía por su libro Live or Die- perdió su batalla contra la enfermedad mental.

Luego de almorzar con su mejor amiga, Sexton fue hasta el garage, encendió el motor de su auto y se suicidó con el monóxido de carbono.

Como Robert Lowell, Sylvia Plath, W. D. Snodgrass y otros llamados "poetas confesionales", Sexton ofrece al lector una mirada íntima de la angustia emocional que caracterizó su vida.

Hizo de la experiencia de ser mujer un tópico central en su poesía y a pesar de soportar críticas por hablar de temas como la menstruación, el aborto y la adicción a las drogas, es evidente que su talento como poeta trascendió cualquier controversia.

Anne Sexton

POEMAS

Deseando morir

Ahora que lo preguntas, la mayor parte de los días no puedo recordar.

Camino vestida, sin marcas de ese viaje.

Luego la casi innombrable lascivia regresa.

Ni siquiera entonces tengo nada contra la vida.

Conozco bien las hojas de hierba que mencionas,

los muebles que has puesto al sol.

Pero los suicidas poseen un lenguaje especial.

Al igual que carpinteros, quieren saber con qué herramientas.

Nunca preguntan por qué construir.

En dos ocasiones me he expresado con tanta sencillez,

he poseído al enemigo, comido al enemigo,

he aceptado su destreza, su magia.
De este modo, grave y pensativa,

más tibia que el aceite o el agua,

he descansado, babeando por el agujero de mi boca.

No se me ocurrió exponer mi cuerpo a la aguja.

Hasta la córnea y la orina sobrante se perdieron.

Los suicidas ya han traicionado el cuerpo.

Nacidos sin vida, no siempre mueren,

pero deslumbrados, no pueden olvidar una droga tan dulce

que hasta los niños mirarían con una sonrisa.

¡Empujar toda esa vida bajo tu lengua!

que, por sí misma, se convierte en pasión.

La muerte es un hueso triste, lleno de golpes, dirías,

y a pesar de todo ella me espera, año tras año,

para reparar delicadamente una vieja herida,
para liberar mi aliento de su dañina prisión.

Balanceándose allí, a veces se encuentran los suicidas,

rabiosos ante el fruto, una luna inflada,

Dejando el pan que confundieron con un beso

Dejando la página del libro abierto descuidadamente

Algo sin decir, el teléfono descolgado

Y el amor, cualquiera que haya sido, una infección.


El asesino

La muerte correcta está escrita.

Colmaré la necesidad.

Mi arco está tenso.

Mi arco está listo.

Soy la bala y el garfio.

Estoy armada y lista

Desde mi mira, lo tallo

como un escultor. Moldeo

su última mirada a todos.

Cambio sus ojos y su cráneo

constantemente de posición.

Conozco su sexo de macho

y lo recorro con mi dedo índice.

Su boca y su ano son uno.

Estoy en el centro de la sensación.

Un tren subterráneo

viaja a través de mi ballesta.

Tengo un cerrojo de sangre

y lo he hecho mío.

Con este hombre tomo en mis manos

su destino y con este revólver

tomo en mis manos el periódico y

con mi ardor tomaré posesión de él.

Se inclinará ante mí

y sus venas saldrán en desorden

como niños… Dame

su bandera y sus ojos.

Dame su duro caparazón y su labio.

Él es mi mal y mi manzana y

lo acompañaré a casa.







Los bombarderos

Nosotros somos América.

Somos los que rellenan los ataúdes.

Somos los tenderos de la muerte.

Los envolvemos como si fuesen coliflores

La bomba se abre como una caja de zapatos.

¿Y el niño?

El niño decididamente no bosteza.

¿Y la mujer?

La mujer lava su corazón.

Se lo han arrancado

y se lo han quemado

y como último acto

lo enjuaga en el río.

Este es el mercado de la muerte.

¿Dónde están tus méritos,

América?


Cerdo

Oh tú máquina de tocino marrón,

cuán dulcemente yaces,

engordando una libra y media por día,

tú, par de calcetines enrollados,

tú, pesadilla de perro,

tú, con el hocico aplastado

pero las orejas extendidas,

tus ojos blandos como huevos,

cerdo, grande como un cañón,

cuán dulcemente yaces.

Por la noche estoy tendida en mi cama

en el armario de mi mente

y cuento cerdos en un corral,

marrones, moteados, blancos, rosados, negros,

avanzan por la lanzadera hacia la muerte

del mismo modo en que mi mente avanza

buscando su propia pequeña muerte.

La balada de la masturbadora solitaria

Al final del asunto siempre es la muerte.

Ella es mi taller. Ojo resbaladizo,

fuera de la tribu de mí misma mi aliento

te echa en falta. Espanto

a los que están presentes. Estoy saciada.

De noche, sola, me caso con la cama.

Dedo a dedo, ahora es mía.

No está tan lejos. Es mi encuentro.

La taño como a una campana. Me detengo

en la glorieta donde solías montarla.

Me hiciste tuya sobre el edredón floreado.


De noche, sola, me caso con la cama.

Toma, por ejemplo, esta noche, amor mío,

en la que cada pareja mezcla

con un revolcón conjunto, debajo, arriba,

el abundante par en espuma y pluma,

hincándose y empujando, cabeza contra cabeza.

De noche, sola, me caso con la cama.

De esta forma escapo de mi cuerpo,

un milagro molesto, ¿Podría poner

en exhibición el mercado de los sueños?

Me despliego. Crucifico.

Mi pequeña ciruela, la llamabas.

De noche, sola, me caso con la cama.

Entonces llegó mi rival de ojos oscuros.

La dama acuática, irguiéndose en la playa,

un piano en la yema de los dedos, vergüenza

en los labios y una voz de flauta.

Entretanto, yo pasé a ser la escoba usada.

De noche, sola, me caso con la cama.

Ella te agarró como una mujer agarra

un vestido de saldo de un estante

y yo me rompí como se rompen una piedra.

Te devuelvo tus libros y tu caña de pescar.

El periódico de hoy dice que se han casado.

De noche, sola, me caso con la cama.

Muchachos y muchachas son uno esta noche.

Se desabotonan blusas. Se bajan cremalleras.

Se quitan zapatos. Apagan la luz.

Las brillantes criaturas están llenas de mentiras.

Se comen mutuamente. Están más que saciadas.

De noche, sola, me caso con la cama.



La música se desliza hacia mí

Espere señor. ¿Para qué lado queda casa?

Ellos apagaron la luz

Y la sombra se mueve en la esquina.

No hay señales en este cuarto,

Cuatro mujeres, de más de ochenta,

Cada una con pañales.

La la la, oh… la música se desliza hacia mí,

Y puedo sentir la melodía que tocaban

La noche en que me dejaron

En este instituto privado sobre la colina.

Imagínenlo. Una radio sonando

Y todos aquí estaban locos.

Me gustó y bailé en un círculo.
La música se derrama sobre la razón

Y, de una manera divertida

La música ve más que yo.

Quiero decir que se acuerda mejor;

Recuerda la primer noche aquí.

Estaba el sofocante frío de Noviembre,

Hasta las estrellas estaban adheridas al cielo

Y esa luna demasiado brillante,

Pasando a través de los barrotes para pegarme

Con un canto en la cabeza.

He olvidado todo el resto.

Me atan a esta silla a las 8 A.M.

Y no hay señales que indiquen el camino,

Sólo la radio, sonando para ella misma
Y la canción que recuerda

Más que yo. Oh, la la la

Esta música se desliza hacia mí.

La noche en que llegué bailé en un círculo

Y no tuve miedo.

¿Señor?


El Beso

Mi boca florece como una herida.

He estado equivocada todo el año, tediosas

noches, nada sino ásperos codos en ellos

y delicadas cajas de Kleenex, llamando llora bebé

¡llora bebé, tonto!



Antes de ayer mi cuerpo estaba inútil.

Ahora está desgarrándose en sus rincones cuadrados.

Está desgarrando los vestidos de la Vieja Mary, nudo anudo

y mira, ahora está bombardeada con esos eléctricos cerrojos.

¡Zing! ¡Una resurrección!

Una vez fue un bote, bastante madera

y sin trabajo, sin agua salada debajo

y necesitando un poco de pintura. No había más

que un conjunto de tablas. Pero la elevaste, la encordaste.

Ella ha sido elegida.

Mis nervios están encendidos. Los oigo como

instrumentos musicales. Donde había silencio

los tambores, las cuerdas están tocando irremediablemente. 

Tú hiciste esto. Puro genio trabajando. Querido, el compositor ha entrado al fuego.

Estos poemas pertenecen a LA BALADA DE LA MASTURBADORA SOLITARIA y otros poemas

Traducción de Griselda García

La inclusión de los poemas de Anne Sexton en Poéticas es una atención de

Biblioteca Virtual BEAT 57


-Me interesa como cultura esto, y trataré de hallar más información, pero no quiero desviarme de su historia, de su poesía, de la de Norma, de las de los balseros, de los drogadictos y alcohólicos y de las de las jineteras. 

Ahí quiero centrarme. En cómo los violaron y en cómo quizás se tornaron en victimarios también.

Quizás sea muy ambicioso, pero tengo un tin que me apoya. Hacemos trabajo de mesa, entrevistamos, leemos, escuchamos y vemos videocintas, hacemos visitas de terreno. Es engorroso, agotador, pero nos sentimos muy útiles ayudando a las personas como usted y sus familias.

-Ok, Gracias, le ayudaré en lo que pueda...-

-Gracias a usted, Dianelys.-

-Adiós, Doctor Nadium..-

Adiós, Dianelys.

CAPITULO 39
Mi Nueva Canción.

"Cuando El Arcángel acabó de desilusionarme prohibiendo que dejara mis escritos en su Palacio, me refugié de nuevo en el Juan de los Cielos que yo misma me había inventado. 

La Poesía, La Literatura eran más que El Vanidoso, eran Amorescencias. Juan fue mi Primer Gran Amor Real, al que no le bastaron el cabaret o el club, la música, los tragos, el saladito, la media luz románticos, la fuga, el escondite...Mi vestido era un muro inadmisible al apuro de su edad, casi igual a la de mi madre, que parecía su hermana.

Juan era feliz lobo, hambrienta sed. Yo en cambio era una feliz CAPERUCITA ROJA, de carne virgen y rosa que cantaba: QUIEN LE TIENE MIEDO AL LOBO?...Yo era una fuente de inagotable azul y Juan me hizo laguna, lotos, violetas, monte toda. 

El me cantaba mejor que Rafael. No fue Andy y Lucas, pero sus Amores mataban, engañaban, enloquecían, jugaban, faltaban, reían, lloraban, amargaban, espantaban..

Y si no habían sido una Violación, eran una cobarde Seducción, y de todos modos una Violación Social, una horrenda Violación definitivamente a mi Inocencia, a mi Pureza.

Juan me pintaba mejor que Rafael, el del Renacimiento, me esculpía en la cama de piedra, ante el espejo de sudores desnudos, que yo eternicé en el Recuerdo, ante mi pelo arco iris de lluvia, ante mi JUVENTUD danzadora y ritual. 

Entonces la rosa de mis piernas, mis pétalos, turgencias, aguas, sales, azúcares y mieles de mi cuerpo se enroscaban en sus labios, su lengua; estallaban en sus dientes dándome la FELICIDAD real, no la de ficción, no la de la película, música, poesía, novela...: la felicidad inventada o recreada para compensación.

Así se mofa una de la VANIDAD HUMANA concreta y abstracta. La Poesía, La Literatura toda era más que el INVENTO. Era mi VENGANZA? contra el IMPOSIBLE, EL DESAMOR, LA DIFICULTAD, EL DOLOR y la FEALDAD. La POESIA, LA LITERATURA  TODA ERA AMORESCENCIA, adultez, climaterio, vejez, muerte, seol, muerte segunda, RESURRECCION y VIDA ETERNA.

Los años 90 me sorprendieron estudiando en serio la Biblia con los humildes Testigos de Jehová. Mi Dios utilizó una niña para meterme en mi nueva carrera. No me cegó, al contrario, abrió desorbitadamente mis ojos. 

El nuevo RECINTO no sería en EL VEDADO habanero ni en Columbia, sino cerca de una fábrica de bloques de arena y cemento, en la Carretera a Viñales, y en el Reparto Maica,  en mi ciudad de provincia. Y  Mis nuevos cantos, MI NUEVA CANCION,  serían espirituales de verdad:

HOMBRES A TIENTAS POR SIGLOS HAN ANDADO.

Grandes esfuerzos han sido VANIDAD.
La INIQUIDAD todo va dominando.
TRISTE va el hombre a su final.
Pronto el REINO ya nos regirá,
y es CRISTO quien nos dará LIBERTAD.
Pronto por fín, todo AY pasará.
Asid la ESPERANZA FELIZ de JEHOVA.
Nos satisface saber por qué JEHOVA DIOS
permite la iniquidad por tanto ya.
CRISTO la terminará a su tiempo.
Con GOZO hay que cantar a DIOS...
En estos días LAS NUEVAS se proclaman.
Hombres no tienen razón para TEMBLAR.
Dios LIBRARA a los que hoy GEMIMOS;
Es la ESPERANZA que DIOS DA...."
CAPITULO 40
Penelopea.
"Recorde como en paralelismo a Emelina, aquella negra gorda y vieja del Sector de la beca de 16 entre 1ra y 3ra en Miramar ( en una antigua residencia burguesa), creyendose "nueva senora" comunista. La rememoro el dia que me boto de alli cuando entusiasta y jovial regrese un fin de semana de Ceiba del Agua en Habana Campo, de mi "heroica tarea de choque"?.

Tenia todavia 18 anos!. Fui a tratar de quedarme en el albergue vacio para pasear La Habana Nuestra? y regresar a dormir , despues de comer algo, tomar un helado, ver una pelicula o una obra de teatro.

Andaba con unos pocos bultos para pasar el fin de semana. Y ella, la criada de nuevo tipo, me dijo:

-Lo siento, Normita, pero ya tu no trabajas aqui. Permitirte eso seria una indisciplina en el regimen de Becas de la Revolucion.

Como si Ceiba y yo no fueramos entonces la Revolucion. Como si la Revolucion no se hubiera convertido ya en mi mama.

Me trague las palabras, me enjugue las lagrimas, recogi mi bulto y regrese a mi escuela en el campo. 

En lo adelante pasearia por Artemisa, Las Canas, San Antonio de los Banos, Vereda Nueva...cuando no tuviera trabajo o guardia, algun sabado o domingo, despues de coger un ruidoso y escaso checo para trasladarme.

Me utilizaban y me deshechaban-como Juan de los Cielos. Pero era demasiado joven, inexperta y fragil como para comprender con claridad que Emelina, como Dorotea y otros, eran simples piezas de un sistema desamorado, el unico en el que habia vivido con relativa conciencia. 

La sociedad me traicionaba y me mentia como Juan-su producto, del que su madre despues me decia, cuando llamaba:

-Ese hombre ya no vive en esta casa.

Apenas intuia que vivia en casa de Juana de Los Caprichos y que yo era la estupida guajirita enganada por partida doble.

La vida iria demostrando que los HEREJES o HERETICOS eran varios en el AMOR y en la POLITICA. Y lo que antes era una HEREJIA, se iba convirtiendo en religion de muchos. 

En todo caso habiamos sido precursores de un desbordamiento amoroso o del desafuero colectivo o libertinaje que trajo una libertad sin responsabilidad, que es en realidad mas esclavitud.

Tal vez por eso la nueva Directora de Escuela, joven tambien, llamo a contar al Administrador cuando embarazo a Isis, la casi adolescente profesora de Quimica, y el viejuco no queria asumirla ni a ella ni a su criatura indefensa, despues de fornicar con creces.

Tuvo que ubicar tambien a Lupillo, que no queria casarse tampoco con la rubia oriental de ojos verdes que los alumnos bautizaron como Capitan Tormenta. 

Lupillo armo tremendo pataleteo en el Comite de Base de la Juventud Comunista, alegando que la inmoral era ella porque era la mujer. Se quejo de que violaran su vida privada, pero tuvo que ceder para no perder la militancia y el puesto y para evitar el escandalo pedagogico y social. Lo casaron casi con camisa de fuerza! para divorciarse al poco tiempo.

El fuego habia castigado nuestras carnes, en especial las de las mujeres, su aceite avivo el fuego inquisitivo. Pero el verdor se impondria hasta burlar a las cenizas. Al menos eso crei mucho tiempo.

Mas que Penelope, si, habia sido Sirena burlandome de los marineros, volviendome duende para subir al mastil, zafar nudos, apartar la cera de los oidos y cruzar junto a Juan de los Cielos ( mi pretendido Ulises) en el vientre de la oveja. El ciclope no pudo percatarse. Pero Itaca lo aguardaba. Penelope se tornaba ciega ( la otra Penelope).

Los pretendientes malgastaban la fortuna y Telemaco no podia caer en sus manos. Ella carecia de escamas, espinas y frialdad; aprenderia todo el misterio del MAR. Tal vez burlo tambien los marineros y a Polifemo. Ahora ella iba a la guerra tambien!. Por eso Ulises aprendio todos los misterios del MAR y de la TIERRA ( natal y capital).

Fui la sirena que persiguio palomas con mi lanza y emancipo a Minerva. La tripulacion irrumpio y grito a coro a Ulises que habia incinerado todos los calendarios y decidido vivir para siempre en la TIERRA. 

Traia algo en mi vientre de pez ( un nino, la noche o el invierno). Ulises, mi Ulises, mordio sus labios y se golpeo en la frente. Ya la sirena era tan audaz como el mismo!. Y Penelope no era la de la ODISEA ni la de la ITACA clasica o convencional!.

Ahora la ODISEA se tornaba PENELOPEA, y ella ( la fiel, la leal, la de siempre) araba la arena, se hacia la loca y sembraba su sal en los surcos. Sembraba incluso el sol!. Cuando le acostaron el hijo frente al arado, tuvo que zarpar sin alternativa. No pudo tejer y destejer, ni entretener a los pretendientes. Se acosto con alguno!.

Telemaco se subia a los tejados, fabricaba papalotes, se sumergia en los rios, fumaba hasta la prohibida marihuana, oia y bailaba con grandes cabezazos ( parecidos a los de Juan de los Cielos en la Asamblea de Ejemplares del Partido) un estruendoso rock and roll, mientras sus hermanos oraban y estudiaban la Biblia, para al final, irse a los Conciertos y Discotecas a oir rap, jaz, jip jop, regueton y bailar en las nuevas carrozas al son de los cantos de Yemaya, Chango, Ochun...e ir a parar al Palacio de Artesanias, al Cafe Pinar o La Picuala ( en el patio del aun sin remozar Teatro Milanes, segun la gente con un manantial debajo que acabaria con la sequia de La Cenicienta, la Capital y hasta de Camaguey y las tierras orientales) vencidos por el espiritu pecaminoso del mundo.

Los nuevos no perdonan esta guerra, aunque Penelope no haya surcado la inocencia, haya lactado lo que pudo a sus hijos ( nunca lo que quiso), haya velado sus suenos, cantado nanas hasta en hospitales, aunque hizo cuentos y hasta los invento y escribio algunos especiales para ellos, a golpe de libros, herramientas y fusiles.

En el fondo, Penelope no tiene tanta astucia nada, eso se creyo ella; aunque tuvo lucidez a veces para avisorar el horizonte y ser confundida como heroina y hasta reina. Hoy molesta su voz de estupida!

Penelope sabe que el ciclope ha contado las ovejas. Ella ha vencido ninfas, amazonas y sirenas, pero tambien necesitaba a Ulises ( el verdadero o el inventado), cuando a ITACA la repartia en todo el ORBE.

En su tiempo se era a veces SIRENA, a veces Penelope, indistintamente!."