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Tuesday, March 24, 2009

Los Hijos:

Lunes 30 de marzo
Por cuanto la sentencia contra una obra mala no se ha ejecutado velozmente, por eso el corazón de los hijos de los hombres ha quedado plenamente resuelto en ellos a hacer lo malo (Ecl. 8:11).
Los hijos no solo deben conocer las reglas familiares, sino que también necesitan saber las consecuencias de desobedecerlas. Y una vez que comprendan a qué se exponen, hay que hacer valer dichas normas. No se les hace ningún favor si siempre se les advierte del castigo y luego nunca se aplica. Claro, los padres bondadosos tal vez decidan no aplicar el castigo en público o cuando el joven está con sus compañeros, pues no quieren avergonzarlo. Ahora bien, los hijos tienen que saber que cuando los padres les dicen "sí", quieren decir que sí, y cuando les dicen "no", quieren decir que no, y esto incluye las advertencias de que serán castigados. Entender este hecho contribuirá a que se sientan más seguros y a que respeten y quieran más a sus padres (Mat. 5:37). Obviamente, los padres bondadosos adaptarán a las necesidades de cada hijo el castigo y la forma de administrarlo. w07 1/9 1:12, 13

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Los jóvenes preguntan...
¿Qué debería saber sobre las salasde charla en Internet?
Temas relacionados:
Cómo evitar los peligros de Internet
¿Qué tiene de malo hablar de sexo por teléfono?
“Como nadie me conoce, en las charlas en línea puedo hablar con gente con quien normalmente no lo haría por mi timidez.”—Pedro.*
“En los chats te sientes con la libertad de decir lo que quieras.”—Abigaíl.
LAS SALAS DE CHARLA son “áreas” de Internet donde pueden mantenerse conversaciones en tiempo real por medio de mensajes escritos. En ellas hay cabida para multitud de usuarios, que pueden leer y responder los mensajes que se envían entre sí.
Algunas de estas salas atraen a muchos jóvenes. Todos los días, millones de adolescentes de distintas culturas intercambian opiniones sobre prácticamente cualquier tema. Hay escuelas que ya están sacando provecho de este recurso. Por ejemplo, estudiantes de Estados Unidos supervisados por un maestro pueden hablar de temas sociales con alumnos de España, Inglaterra o de cualquier otro país. Para hacer un trabajo escolar, los estudiantes incluso pueden asesorarse con un ingeniero, un químico u otro especialista.
Sin embargo, a mucha gente que visita estas salas no le interesa hablar de ninguna asignatura. ¿Cuáles son algunos peligros que puedes encontrar en Internet?
Los depredadores sexuales están al acecho
“Estaba en una sala de charla —cuenta Abigaíl—, cuando un hombre me preguntó si conocía a alguien de 14 años con quien pudiera tener relaciones sexuales. Me dijo que estaba dispuesto a pagarle si era necesario.”
Este no es un caso aislado. Hay tantos depredadores sexuales en Internet que algunos gobiernos han editado guías para proteger a los jóvenes. En Estados Unidos, por ejemplo, una publicación del FBI aconseja tener cuidado con las personas que de inmediato empiezan a hablar de sexo. También advierte que hay quienes “poco a poco seducen a sus víctimas interesándose en ellas, siendo cariñosos y bondadosos e incluso enviándoles regalos”.
La guía del FBI señala los métodos que emplean: “Saben escuchar e identificarse con los problemas de los niños. Conocen lo último en música, así como sus aficiones e intereses. Para que el niño baje la guardia de forma gradual, van incorporando lentamente vocabulario y temas sexuales en sus conversaciones”.
Pero los adultos pervertidos no son el único peligro. También hay que cuidarse de los jóvenes que desconocen o no respetan las normas morales bíblicas. Piensa en lo que le ocurrió a un chico llamado Carlos. Durante una conversación con otros jóvenes por Internet, una chica le propuso seguir hablando en un área privada. Allí le hizo una atrevida pregunta de carácter sexual. Carlos tuvo la fuerza de voluntad para poner fin a aquella charla de inmediato.
No obstante, es posible que debido a la curiosidad natural por el sexo se te haga difícil reaccionar como Carlos. Pedro, mencionado antes, admite: “Me creía capaz de terminar con una cibercharla en la que empezara a hablarse de sexo, pero nunca lo hacía. Luego me sentía mal”. Con todo, tal vez pienses que no va a perjudicarte mantener conversaciones eróticas en Internet porque nadie sabe quién eres.
¿Son inofensivas las conversaciones sobre sexo en la Red?
La Biblia habla abiertamente de sexo (Proverbios 5:18, 19). Y hay que reconocer que durante la adolescencia se incrementa el interés por el tema. De modo que debes hablar de sexo, pues así aclararás todas las dudas que te surjan al respecto.# No obstante, el modo como satisfagas esa curiosidad influirá enormemente en tu felicidad presente y futura.
Si decides conversar sobre sexo en Internet, aun cuando recurras a personas que dicen ser tus amigos, puede acabar pasándote lo mismo que a cierto muchacho mencionado en la Biblia. Este joven callejeaba curioseando cerca de la casa de una prostituta. Al principio, ella solo conversaba con él. Pero llegó un momento en el que hablar ya no era suficiente. “De repente él va tras ella, como toro que viene aun al degüello, [...] tal como un pájaro se mete apresurado en la trampa.” (Proverbios 7:22, 23.)
Del mismo modo, tus conversaciones sobre temas sexuales quizás te empujen a satisfacer tus deseos de otras maneras. “En medio de una cibercharla —recuerda un adolescente llamado Felipe— me apareció una foto pornográfica en la pantalla. Me la había enviado la persona con quien estaba hablando.” Una vez que se despierta el deseo de ver imágenes eróticas, es probable que quieras ir un poco más allá y conectarte, por ejemplo, a salas de charla para adultos.% Mucha gente que cae en la trampa de la pornografía acaba cometiendo un acto inmoral y, luego, sufre las inevitables consecuencias (Gálatas 6:7, 8).
A las personas que quieren hablar contigo de sexo en la Red no les preocupa tu bienestar. Lo que estos extraños buscan es que intervengas en sus conversaciones inmorales —y seguramente también en sus actos— para satisfacer sus deseos.^ Tratando de proteger a su hijo de la persona que tal vez quisiera abusar de él, el rey Salomón le aconsejó: “Mantén tu camino alejado del lado de ella, y no te acerques a la entrada de su casa, para que no des a otros tu dignidad, [...] para que los extraños no se satisfagan de tu poder” (Proverbios 5:8-10). Este consejo podría aplicarse al tema que estamos analizando y resumirse así: no te acerques a las salas de charla de contenido sexual para no perder tu dignidad en manos de extraños que solo buscan satisfacer sus deseos aprovechándose de ti.
“Los que esconden lo que son”
No obstante, quizás a ti no te atraiga hablar de sexo en Internet. Al igual que Pedro y Abigaíl, los jóvenes mencionados al principio, tal vez veas los chats como lugares donde expresarte anónimamente con toda libertad, sin miedo a decir algo que no debas.** Aun así, tienes que estar al tanto de otro peligro con el que podrías encontrarte.
El anonimato de las cibersalas pudiera inducirte a mentir. “Para encajar en el grupo, adoptaba otra identidad”, cuenta Abigaíl. Es posible que tú también sientas la tentación de hacer lo mismo que ella. Incluso puede que llegues a imitar la forma de hablar del grupo y a adoptar sus intereses en un intento de hacer amigos. Por otro lado, puede que recurras a las salas de charla para expresar ideas y sentimientos que crees que tus padres o amigos desaprobarían. En ambos casos, siempre terminas engañando a alguien. Si finges ser quien no eres, engañas a aquellos con los que hablas en Internet. Y si no revelas tus verdaderos sentimientos y opiniones a tu familia y amigos, los engañas a ellos.

Las cibercharlas pueden ser peligrosas

Pese a que las salas de charla son un fenómeno relativamente reciente, la tendencia del ser humano a mentir y engañar es tan antigua como la historia de la humanidad. La Biblia muestra que el primer mentiroso, Satanás, dio origen a la táctica que emplean algunos de los que visitan estas salas. El Diablo ocultó su verdadera identidad antes de mentir por primera vez (Génesis 3:1-5; Revelación [Apocalipsis] 12:9, 10). Si no quieres que los mentirosos te engañen, sigue el ejemplo del rey David, quien dijo: “No me he sentado con hombres de falsedad; ni entro con los que esconden lo que son” (Salmo 26:4).
Al principio del artículo se mencionó la utilidad de ciertas salas de charla. Con todo, los jóvenes que desean agradar a Jehová deben tener cuidado cuando recurran a este moderno medio de comunicación. Si tienes que acceder a alguna sala de charla, por ejemplo, para realizar un trabajo escolar, pide a tus padres o a otro adulto maduro que se sienten contigo mientras lo haces. Un artículo futuro planteará otras dos razones por las que deberías ser cuidadoso cuando te conectes a las salas de charla. También se explicará cómo resolver problemas concretos que puedan surgir pese a tomar precauciones.
* Se han cambiado algunos nombres.
# El libro Lo que los jóvenes preguntan. Respuestas prácticas ofrece buenos consejos bíblicos sobre las relaciones sexuales antes del matrimonio, la masturbación y otros asuntos relacionados.
% En teoría, a las salas de charla para adultos solo pueden acceder personas mayores de cierta edad debido a que los temas que se tratan y las fotografías que se envían suelen ser de carácter pornográfico. No obstante, varios estudios revelan que niños de hasta nueve años mienten sobre su edad y consiguen entrar en estas áreas restringidas.
^ Dado que es imposible verificar la identidad de las personas con las que hablas, puedes estar conversando con alguien que afirma ser del sexo contrario y que, en realidad, no lo sea.
** La publicación A Parent’s Guide to Internet Safety (Guía para padres acerca de la seguridad en Internet) recomienda a los usuarios no revelar nunca el nombre, la dirección o el número de teléfono a extraños que conozcan en salas de charla.


Publicado en ¡Despertad! del 22 de septiembre de 2005

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Copyright © 2006 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania. All rights reserved.

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¿Qué tiene de malo hablar de sexo por teléfono?
“Como nadie me conoce, en las charlas en línea puedo hablar con gente con quien normalmente no lo haría por mi timidez.”—Pedro.*
“En los chats te sientes con la libertad de decir lo que quieras.”—Abigaíl.
LAS SALAS DE CHARLA son “áreas” de Internet donde pueden mantenerse conversaciones en tiempo real por medio de mensajes escritos. En ellas hay cabida para multitud de usuarios, que pueden leer y responder los mensajes que se envían entre sí.
Algunas de estas salas atraen a muchos jóvenes. Todos los días, millones de adolescentes de distintas culturas intercambian opiniones sobre prácticamente cualquier tema. Hay escuelas que ya están sacando provecho de este recurso. Por ejemplo, estudiantes de Estados Unidos supervisados por un maestro pueden hablar de temas sociales con alumnos de España, Inglaterra o de cualquier otro país. Para hacer un trabajo escolar, los estudiantes incluso pueden asesorarse con un ingeniero, un químico u otro especialista.
Sin embargo, a mucha gente que visita estas salas no le interesa hablar de ninguna asignatura. ¿Cuáles son algunos peligros que puedes encontrar en Internet?
Los depredadores sexuales están al acecho
“Estaba en una sala de charla —cuenta Abigaíl—, cuando un hombre me preguntó si conocía a alguien de 14 años con quien pudiera tener relaciones sexuales. Me dijo que estaba dispuesto a pagarle si era necesario.”
Este no es un caso aislado. Hay tantos depredadores sexuales en Internet que algunos gobiernos han editado guías para proteger a los jóvenes. En Estados Unidos, por ejemplo, una publicación del FBI aconseja tener cuidado con las personas que de inmediato empiezan a hablar de sexo. También advierte que hay quienes “poco a poco seducen a sus víctimas interesándose en ellas, siendo cariñosos y bondadosos e incluso enviándoles regalos”.
La guía del FBI señala los métodos que emplean: “Saben escuchar e identificarse con los problemas de los niños. Conocen lo último en música, así como sus aficiones e intereses. Para que el niño baje la guardia de forma gradual, van incorporando lentamente vocabulario y temas sexuales en sus conversaciones”.
Pero los adultos pervertidos no son el único peligro. También hay que cuidarse de los jóvenes que desconocen o no respetan las normas morales bíblicas. Piensa en lo que le ocurrió a un chico llamado Carlos. Durante una conversación con otros jóvenes por Internet, una chica le propuso seguir hablando en un área privada. Allí le hizo una atrevida pregunta de carácter sexual. Carlos tuvo la fuerza de voluntad para poner fin a aquella charla de inmediato.
No obstante, es posible que debido a la curiosidad natural por el sexo se te haga difícil reaccionar como Carlos. Pedro, mencionado antes, admite: “Me creía capaz de terminar con una cibercharla en la que empezara a hablarse de sexo, pero nunca lo hacía. Luego me sentía mal”. Con todo, tal vez pienses que no va a perjudicarte mantener conversaciones eróticas en Internet porque nadie sabe quién eres.
¿Son inofensivas las conversaciones sobre sexo en la Red?
La Biblia habla abiertamente de sexo (Proverbios 5:18, 19). Y hay que reconocer que durante la adolescencia se incrementa el interés por el tema. De modo que debes hablar de sexo, pues así aclararás todas las dudas que te surjan al respecto.# No obstante, el modo como satisfagas esa curiosidad influirá enormemente en tu felicidad presente y futura.
Si decides conversar sobre sexo en Internet, aun cuando recurras a personas que dicen ser tus amigos, puede acabar pasándote lo mismo que a cierto muchacho mencionado en la Biblia. Este joven callejeaba curioseando cerca de la casa de una prostituta. Al principio, ella solo conversaba con él. Pero llegó un momento en el que hablar ya no era suficiente. “De repente él va tras ella, como toro que viene aun al degüello, [...] tal como un pájaro se mete apresurado en la trampa.” (Proverbios 7:22, 23.)
Del mismo modo, tus conversaciones sobre temas sexuales quizás te empujen a satisfacer tus deseos de otras maneras. “En medio de una cibercharla —recuerda un adolescente llamado Felipe— me apareció una foto pornográfica en la pantalla. Me la había enviado la persona con quien estaba hablando.” Una vez que se despierta el deseo de ver imágenes eróticas, es probable que quieras ir un poco más allá y conectarte, por ejemplo, a salas de charla para adultos.% Mucha gente que cae en la trampa de la pornografía acaba cometiendo un acto inmoral y, luego, sufre las inevitables consecuencias (Gálatas 6:7, 8).
A las personas que quieren hablar contigo de sexo en la Red no les preocupa tu bienestar. Lo que estos extraños buscan es que intervengas en sus conversaciones inmorales —y seguramente también en sus actos— para satisfacer sus deseos.^ Tratando de proteger a su hijo de la persona que tal vez quisiera abusar de él, el rey Salomón le aconsejó: “Mantén tu camino alejado del lado de ella, y no te acerques a la entrada de su casa, para que no des a otros tu dignidad, [...] para que los extraños no se satisfagan de tu poder” (Proverbios 5:8-10). Este consejo podría aplicarse al tema que estamos analizando y resumirse así: no te acerques a las salas de charla de contenido sexual para no perder tu dignidad en manos de extraños que solo buscan satisfacer sus deseos aprovechándose de ti.
“Los que esconden lo que son”
No obstante, quizás a ti no te atraiga hablar de sexo en Internet. Al igual que Pedro y Abigaíl, los jóvenes mencionados al principio, tal vez veas los chats como lugares donde expresarte anónimamente con toda libertad, sin miedo a decir algo que no debas.** Aun así, tienes que estar al tanto de otro peligro con el que podrías encontrarte.
El anonimato de las cibersalas pudiera inducirte a mentir. “Para encajar en el grupo, adoptaba otra identidad”, cuenta Abigaíl. Es posible que tú también sientas la tentación de hacer lo mismo que ella. Incluso puede que llegues a imitar la forma de hablar del grupo y a adoptar sus intereses en un intento de hacer amigos. Por otro lado, puede que recurras a las salas de charla para expresar ideas y sentimientos que crees que tus padres o amigos desaprobarían. En ambos casos, siempre terminas engañando a alguien. Si finges ser quien no eres, engañas a aquellos con los que hablas en Internet. Y si no revelas tus verdaderos sentimientos y opiniones a tu familia y amigos, los engañas a ellos.

Las cibercharlas pueden ser peligrosas

Pese a que las salas de charla son un fenómeno relativamente reciente, la tendencia del ser humano a mentir y engañar es tan antigua como la historia de la humanidad. La Biblia muestra que el primer mentiroso, Satanás, dio origen a la táctica que emplean algunos de los que visitan estas salas. El Diablo ocultó su verdadera identidad antes de mentir por primera vez (Génesis 3:1-5; Revelación [Apocalipsis] 12:9, 10). Si no quieres que los mentirosos te engañen, sigue el ejemplo del rey David, quien dijo: “No me he sentado con hombres de falsedad; ni entro con los que esconden lo que son” (Salmo 26:4).
Al principio del artículo se mencionó la utilidad de ciertas salas de charla. Con todo, los jóvenes que desean agradar a Jehová deben tener cuidado cuando recurran a este moderno medio de comunicación. Si tienes que acceder a alguna sala de charla, por ejemplo, para realizar un trabajo escolar, pide a tus padres o a otro adulto maduro que se sienten contigo mientras lo haces. Un artículo futuro planteará otras dos razones por las que deberías ser cuidadoso cuando te conectes a las salas de charla. También se explicará cómo resolver problemas concretos que puedan surgir pese a tomar precauciones.
* Se han cambiado algunos nombres.
# El libro Lo que los jóvenes preguntan. Respuestas prácticas ofrece buenos consejos bíblicos sobre las relaciones sexuales antes del matrimonio, la masturbación y otros asuntos relacionados.
% En teoría, a las salas de charla para adultos solo pueden acceder personas mayores de cierta edad debido a que los temas que se tratan y las fotografías que se envían suelen ser de carácter pornográfico. No obstante, varios estudios revelan que niños de hasta nueve años mienten sobre su edad y consiguen entrar en estas áreas restringidas.
^ Dado que es imposible verificar la identidad de las personas con las que hablas, puedes estar conversando con alguien que afirma ser del sexo contrario y que, en realidad, no lo sea.
** La publicación A Parent’s Guide to Internet Safety (Guía para padres acerca de la seguridad en Internet) recomienda a los usuarios no revelar nunca el nombre, la dirección o el número de teléfono a extraños que conozcan en salas de charla.


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¿Qué debería saber sobre las salasde charla en Internet?
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Cómo evitar los peligros de Internet
¿Qué tiene de malo hablar de sexo por teléfono?
“Como nadie me conoce, en las charlas en línea puedo hablar con gente con quien normalmente no lo haría por mi timidez.”—Pedro.*
“En los chats te sientes con la libertad de decir lo que quieras.”—Abigaíl.
LAS SALAS DE CHARLA son “áreas” de Internet donde pueden mantenerse conversaciones en tiempo real por medio de mensajes escritos. En ellas hay cabida para multitud de usuarios, que pueden leer y responder los mensajes que se envían entre sí.
Algunas de estas salas atraen a muchos jóvenes. Todos los días, millones de adolescentes de distintas culturas intercambian opiniones sobre prácticamente cualquier tema. Hay escuelas que ya están sacando provecho de este recurso. Por ejemplo, estudiantes de Estados Unidos supervisados por un maestro pueden hablar de temas sociales con alumnos de España, Inglaterra o de cualquier otro país. Para hacer un trabajo escolar, los estudiantes incluso pueden asesorarse con un ingeniero, un químico u otro especialista.
Sin embargo, a mucha gente que visita estas salas no le interesa hablar de ninguna asignatura. ¿Cuáles son algunos peligros que puedes encontrar en Internet?
Los depredadores sexuales están al acecho
“Estaba en una sala de charla —cuenta Abigaíl—, cuando un hombre me preguntó si conocía a alguien de 14 años con quien pudiera tener relaciones sexuales. Me dijo que estaba dispuesto a pagarle si era necesario.”
Este no es un caso aislado. Hay tantos depredadores sexuales en Internet que algunos gobiernos han editado guías para proteger a los jóvenes. En Estados Unidos, por ejemplo, una publicación del FBI aconseja tener cuidado con las personas que de inmediato empiezan a hablar de sexo. También advierte que hay quienes “poco a poco seducen a sus víctimas interesándose en ellas, siendo cariñosos y bondadosos e incluso enviándoles regalos”.
La guía del FBI señala los métodos que emplean: “Saben escuchar e identificarse con los problemas de los niños. Conocen lo último en música, así como sus aficiones e intereses. Para que el niño baje la guardia de forma gradual, van incorporando lentamente vocabulario y temas sexuales en sus conversaciones”.
Pero los adultos pervertidos no son el único peligro. También hay que cuidarse de los jóvenes que desconocen o no respetan las normas morales bíblicas. Piensa en lo que le ocurrió a un chico llamado Carlos. Durante una conversación con otros jóvenes por Internet, una chica le propuso seguir hablando en un área privada. Allí le hizo una atrevida pregunta de carácter sexual. Carlos tuvo la fuerza de voluntad para poner fin a aquella charla de inmediato.
No obstante, es posible que debido a la curiosidad natural por el sexo se te haga difícil reaccionar como Carlos. Pedro, mencionado antes, admite: “Me creía capaz de terminar con una cibercharla en la que empezara a hablarse de sexo, pero nunca lo hacía. Luego me sentía mal”. Con todo, tal vez pienses que no va a perjudicarte mantener conversaciones eróticas en Internet porque nadie sabe quién eres.
¿Son inofensivas las conversaciones sobre sexo en la Red?
La Biblia habla abiertamente de sexo (Proverbios 5:18, 19). Y hay que reconocer que durante la adolescencia se incrementa el interés por el tema. De modo que debes hablar de sexo, pues así aclararás todas las dudas que te surjan al respecto.# No obstante, el modo como satisfagas esa curiosidad influirá enormemente en tu felicidad presente y futura.
Si decides conversar sobre sexo en Internet, aun cuando recurras a personas que dicen ser tus amigos, puede acabar pasándote lo mismo que a cierto muchacho mencionado en la Biblia. Este joven callejeaba curioseando cerca de la casa de una prostituta. Al principio, ella solo conversaba con él. Pero llegó un momento en el que hablar ya no era suficiente. “De repente él va tras ella, como toro que viene aun al degüello, [...] tal como un pájaro se mete apresurado en la trampa.” (Proverbios 7:22, 23.)
Del mismo modo, tus conversaciones sobre temas sexuales quizás te empujen a satisfacer tus deseos de otras maneras. “En medio de una cibercharla —recuerda un adolescente llamado Felipe— me apareció una foto pornográfica en la pantalla. Me la había enviado la persona con quien estaba hablando.” Una vez que se despierta el deseo de ver imágenes eróticas, es probable que quieras ir un poco más allá y conectarte, por ejemplo, a salas de charla para adultos.% Mucha gente que cae en la trampa de la pornografía acaba cometiendo un acto inmoral y, luego, sufre las inevitables consecuencias (Gálatas 6:7, 8).
A las personas que quieren hablar contigo de sexo en la Red no les preocupa tu bienestar. Lo que estos extraños buscan es que intervengas en sus conversaciones inmorales —y seguramente también en sus actos— para satisfacer sus deseos.^ Tratando de proteger a su hijo de la persona que tal vez quisiera abusar de él, el rey Salomón le aconsejó: “Mantén tu camino alejado del lado de ella, y no te acerques a la entrada de su casa, para que no des a otros tu dignidad, [...] para que los extraños no se satisfagan de tu poder” (Proverbios 5:8-10). Este consejo podría aplicarse al tema que estamos analizando y resumirse así: no te acerques a las salas de charla de contenido sexual para no perder tu dignidad en manos de extraños que solo buscan satisfacer sus deseos aprovechándose de ti.
“Los que esconden lo que son”
No obstante, quizás a ti no te atraiga hablar de sexo en Internet. Al igual que Pedro y Abigaíl, los jóvenes mencionados al principio, tal vez veas los chats como lugares donde expresarte anónimamente con toda libertad, sin miedo a decir algo que no debas.** Aun así, tienes que estar al tanto de otro peligro con el que podrías encontrarte.
El anonimato de las cibersalas pudiera inducirte a mentir. “Para encajar en el grupo, adoptaba otra identidad”, cuenta Abigaíl. Es posible que tú también sientas la tentación de hacer lo mismo que ella. Incluso puede que llegues a imitar la forma de hablar del grupo y a adoptar sus intereses en un intento de hacer amigos. Por otro lado, puede que recurras a las salas de charla para expresar ideas y sentimientos que crees que tus padres o amigos desaprobarían. En ambos casos, siempre terminas engañando a alguien. Si finges ser quien no eres, engañas a aquellos con los que hablas en Internet. Y si no revelas tus verdaderos sentimientos y opiniones a tu familia y amigos, los engañas a ellos.

Las cibercharlas pueden ser peligrosas

Pese a que las salas de charla son un fenómeno relativamente reciente, la tendencia del ser humano a mentir y engañar es tan antigua como la historia de la humanidad. La Biblia muestra que el primer mentiroso, Satanás, dio origen a la táctica que emplean algunos de los que visitan estas salas. El Diablo ocultó su verdadera identidad antes de mentir por primera vez (Génesis 3:1-5; Revelación [Apocalipsis] 12:9, 10). Si no quieres que los mentirosos te engañen, sigue el ejemplo del rey David, quien dijo: “No me he sentado con hombres de falsedad; ni entro con los que esconden lo que son” (Salmo 26:4).
Al principio del artículo se mencionó la utilidad de ciertas salas de charla. Con todo, los jóvenes que desean agradar a Jehová deben tener cuidado cuando recurran a este moderno medio de comunicación. Si tienes que acceder a alguna sala de charla, por ejemplo, para realizar un trabajo escolar, pide a tus padres o a otro adulto maduro que se sienten contigo mientras lo haces. Un artículo futuro planteará otras dos razones por las que deberías ser cuidadoso cuando te conectes a las salas de charla. También se explicará cómo resolver problemas concretos que puedan surgir pese a tomar precauciones.
* Se han cambiado algunos nombres.
# El libro Lo que los jóvenes preguntan. Respuestas prácticas ofrece buenos consejos bíblicos sobre las relaciones sexuales antes del matrimonio, la masturbación y otros asuntos relacionados.
% En teoría, a las salas de charla para adultos solo pueden acceder personas mayores de cierta edad debido a que los temas que se tratan y las fotografías que se envían suelen ser de carácter pornográfico. No obstante, varios estudios revelan que niños de hasta nueve años mienten sobre su edad y consiguen entrar en estas áreas restringidas.
^ Dado que es imposible verificar la identidad de las personas con las que hablas, puedes estar conversando con alguien que afirma ser del sexo contrario y que, en realidad, no lo sea.
** La publicación A Parent’s Guide to Internet Safety (Guía para padres acerca de la seguridad en Internet) recomienda a los usuarios no revelar nunca el nombre, la dirección o el número de teléfono a extraños que conozcan en salas de charla.


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Peligros de Internet

Testigos de Jehová. Sitio oficial de Watchtower Society

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Los jóvenes preguntan...
¿Qué debería saber sobre las salasde charla en Internet?
Temas relacionados:
Cómo evitar los peligros de Internet
¿Qué tiene de malo hablar de sexo por teléfono?
“Como nadie me conoce, en las charlas en línea puedo hablar con gente con quien normalmente no lo haría por mi timidez.”—Pedro.*
“En los chats te sientes con la libertad de decir lo que quieras.”—Abigaíl.
LAS SALAS DE CHARLA son “áreas” de Internet donde pueden mantenerse conversaciones en tiempo real por medio de mensajes escritos. En ellas hay cabida para multitud de usuarios, que pueden leer y responder los mensajes que se envían entre sí.
Algunas de estas salas atraen a muchos jóvenes. Todos los días, millones de adolescentes de distintas culturas intercambian opiniones sobre prácticamente cualquier tema. Hay escuelas que ya están sacando provecho de este recurso. Por ejemplo, estudiantes de Estados Unidos supervisados por un maestro pueden hablar de temas sociales con alumnos de España, Inglaterra o de cualquier otro país. Para hacer un trabajo escolar, los estudiantes incluso pueden asesorarse con un ingeniero, un químico u otro especialista.
Sin embargo, a mucha gente que visita estas salas no le interesa hablar de ninguna asignatura. ¿Cuáles son algunos peligros que puedes encontrar en Internet?
Los depredadores sexuales están al acecho
“Estaba en una sala de charla —cuenta Abigaíl—, cuando un hombre me preguntó si conocía a alguien de 14 años con quien pudiera tener relaciones sexuales. Me dijo que estaba dispuesto a pagarle si era necesario.”
Este no es un caso aislado. Hay tantos depredadores sexuales en Internet que algunos gobiernos han editado guías para proteger a los jóvenes. En Estados Unidos, por ejemplo, una publicación del FBI aconseja tener cuidado con las personas que de inmediato empiezan a hablar de sexo. También advierte que hay quienes “poco a poco seducen a sus víctimas interesándose en ellas, siendo cariñosos y bondadosos e incluso enviándoles regalos”.
La guía del FBI señala los métodos que emplean: “Saben escuchar e identificarse con los problemas de los niños. Conocen lo último en música, así como sus aficiones e intereses. Para que el niño baje la guardia de forma gradual, van incorporando lentamente vocabulario y temas sexuales en sus conversaciones”.
Pero los adultos pervertidos no son el único peligro. También hay que cuidarse de los jóvenes que desconocen o no respetan las normas morales bíblicas. Piensa en lo que le ocurrió a un chico llamado Carlos. Durante una conversación con otros jóvenes por Internet, una chica le propuso seguir hablando en un área privada. Allí le hizo una atrevida pregunta de carácter sexual. Carlos tuvo la fuerza de voluntad para poner fin a aquella charla de inmediato.
No obstante, es posible que debido a la curiosidad natural por el sexo se te haga difícil reaccionar como Carlos. Pedro, mencionado antes, admite: “Me creía capaz de terminar con una cibercharla en la que empezara a hablarse de sexo, pero nunca lo hacía. Luego me sentía mal”. Con todo, tal vez pienses que no va a perjudicarte mantener conversaciones eróticas en Internet porque nadie sabe quién eres.
¿Son inofensivas las conversaciones sobre sexo en la Red?
La Biblia habla abiertamente de sexo (Proverbios 5:18, 19). Y hay que reconocer que durante la adolescencia se incrementa el interés por el tema. De modo que debes hablar de sexo, pues así aclararás todas las dudas que te surjan al respecto.# No obstante, el modo como satisfagas esa curiosidad influirá enormemente en tu felicidad presente y futura.
Si decides conversar sobre sexo en Internet, aun cuando recurras a personas que dicen ser tus amigos, puede acabar pasándote lo mismo que a cierto muchacho mencionado en la Biblia. Este joven callejeaba curioseando cerca de la casa de una prostituta. Al principio, ella solo conversaba con él. Pero llegó un momento en el que hablar ya no era suficiente. “De repente él va tras ella, como toro que viene aun al degüello, [...] tal como un pájaro se mete apresurado en la trampa.” (Proverbios 7:22, 23.)
Del mismo modo, tus conversaciones sobre temas sexuales quizás te empujen a satisfacer tus deseos de otras maneras. “En medio de una cibercharla —recuerda un adolescente llamado Felipe— me apareció una foto pornográfica en la pantalla. Me la había enviado la persona con quien estaba hablando.” Una vez que se despierta el deseo de ver imágenes eróticas, es probable que quieras ir un poco más allá y conectarte, por ejemplo, a salas de charla para adultos.% Mucha gente que cae en la trampa de la pornografía acaba cometiendo un acto inmoral y, luego, sufre las inevitables consecuencias (Gálatas 6:7, 8).
A las personas que quieren hablar contigo de sexo en la Red no les preocupa tu bienestar. Lo que estos extraños buscan es que intervengas en sus conversaciones inmorales —y seguramente también en sus actos— para satisfacer sus deseos.^ Tratando de proteger a su hijo de la persona que tal vez quisiera abusar de él, el rey Salomón le aconsejó: “Mantén tu camino alejado del lado de ella, y no te acerques a la entrada de su casa, para que no des a otros tu dignidad, [...] para que los extraños no se satisfagan de tu poder” (Proverbios 5:8-10). Este consejo podría aplicarse al tema que estamos analizando y resumirse así: no te acerques a las salas de charla de contenido sexual para no perder tu dignidad en manos de extraños que solo buscan satisfacer sus deseos aprovechándose de ti.
“Los que esconden lo que son”
No obstante, quizás a ti no te atraiga hablar de sexo en Internet. Al igual que Pedro y Abigaíl, los jóvenes mencionados al principio, tal vez veas los chats como lugares donde expresarte anónimamente con toda libertad, sin miedo a decir algo que no debas.** Aun así, tienes que estar al tanto de otro peligro con el que podrías encontrarte.
El anonimato de las cibersalas pudiera inducirte a mentir. “Para encajar en el grupo, adoptaba otra identidad”, cuenta Abigaíl. Es posible que tú también sientas la tentación de hacer lo mismo que ella. Incluso puede que llegues a imitar la forma de hablar del grupo y a adoptar sus intereses en un intento de hacer amigos. Por otro lado, puede que recurras a las salas de charla para expresar ideas y sentimientos que crees que tus padres o amigos desaprobarían. En ambos casos, siempre terminas engañando a alguien. Si finges ser quien no eres, engañas a aquellos con los que hablas en Internet. Y si no revelas tus verdaderos sentimientos y opiniones a tu familia y amigos, los engañas a ellos.

Las cibercharlas pueden ser peligrosas

Pese a que las salas de charla son un fenómeno relativamente reciente, la tendencia del ser humano a mentir y engañar es tan antigua como la historia de la humanidad. La Biblia muestra que el primer mentiroso, Satanás, dio origen a la táctica que emplean algunos de los que visitan estas salas. El Diablo ocultó su verdadera identidad antes de mentir por primera vez (Génesis 3:1-5; Revelación [Apocalipsis] 12:9, 10). Si no quieres que los mentirosos te engañen, sigue el ejemplo del rey David, quien dijo: “No me he sentado con hombres de falsedad; ni entro con los que esconden lo que son” (Salmo 26:4).
Al principio del artículo se mencionó la utilidad de ciertas salas de charla. Con todo, los jóvenes que desean agradar a Jehová deben tener cuidado cuando recurran a este moderno medio de comunicación. Si tienes que acceder a alguna sala de charla, por ejemplo, para realizar un trabajo escolar, pide a tus padres o a otro adulto maduro que se sienten contigo mientras lo haces. Un artículo futuro planteará otras dos razones por las que deberías ser cuidadoso cuando te conectes a las salas de charla. También se explicará cómo resolver problemas concretos que puedan surgir pese a tomar precauciones.
* Se han cambiado algunos nombres.
# El libro Lo que los jóvenes preguntan. Respuestas prácticas ofrece buenos consejos bíblicos sobre las relaciones sexuales antes del matrimonio, la masturbación y otros asuntos relacionados.
% En teoría, a las salas de charla para adultos solo pueden acceder personas mayores de cierta edad debido a que los temas que se tratan y las fotografías que se envían suelen ser de carácter pornográfico. No obstante, varios estudios revelan que niños de hasta nueve años mienten sobre su edad y consiguen entrar en estas áreas restringidas.
^ Dado que es imposible verificar la identidad de las personas con las que hablas, puedes estar conversando con alguien que afirma ser del sexo contrario y que, en realidad, no lo sea.
** La publicación A Parent’s Guide to Internet Safety (Guía para padres acerca de la seguridad en Internet) recomienda a los usuarios no revelar nunca el nombre, la dirección o el número de teléfono a extraños que conozcan en salas de charla.


Publicado en ¡Despertad! del 22 de septiembre de 2005

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Los jóvenes preguntan...
¿Qué debería saber sobre las salasde charla en Internet?
Temas relacionados:
Cómo evitar los peligros de Internet
¿Qué tiene de malo hablar de sexo por teléfono?
“Como nadie me conoce, en las charlas en línea puedo hablar con gente con quien normalmente no lo haría por mi timidez.”—Pedro.*
“En los chats te sientes con la libertad de decir lo que quieras.”—Abigaíl.
LAS SALAS DE CHARLA son “áreas” de Internet donde pueden mantenerse conversaciones en tiempo real por medio de mensajes escritos. En ellas hay cabida para multitud de usuarios, que pueden leer y responder los mensajes que se envían entre sí.
Algunas de estas salas atraen a muchos jóvenes. Todos los días, millones de adolescentes de distintas culturas intercambian opiniones sobre prácticamente cualquier tema. Hay escuelas que ya están sacando provecho de este recurso. Por ejemplo, estudiantes de Estados Unidos supervisados por un maestro pueden hablar de temas sociales con alumnos de España, Inglaterra o de cualquier otro país. Para hacer un trabajo escolar, los estudiantes incluso pueden asesorarse con un ingeniero, un químico u otro especialista.
Sin embargo, a mucha gente que visita estas salas no le interesa hablar de ninguna asignatura. ¿Cuáles son algunos peligros que puedes encontrar en Internet?
Los depredadores sexuales están al acecho
“Estaba en una sala de charla —cuenta Abigaíl—, cuando un hombre me preguntó si conocía a alguien de 14 años con quien pudiera tener relaciones sexuales. Me dijo que estaba dispuesto a pagarle si era necesario.”
Este no es un caso aislado. Hay tantos depredadores sexuales en Internet que algunos gobiernos han editado guías para proteger a los jóvenes. En Estados Unidos, por ejemplo, una publicación del FBI aconseja tener cuidado con las personas que de inmediato empiezan a hablar de sexo. También advierte que hay quienes “poco a poco seducen a sus víctimas interesándose en ellas, siendo cariñosos y bondadosos e incluso enviándoles regalos”.
La guía del FBI señala los métodos que emplean: “Saben escuchar e identificarse con los problemas de los niños. Conocen lo último en música, así como sus aficiones e intereses. Para que el niño baje la guardia de forma gradual, van incorporando lentamente vocabulario y temas sexuales en sus conversaciones”.
Pero los adultos pervertidos no son el único peligro. También hay que cuidarse de los jóvenes que desconocen o no respetan las normas morales bíblicas. Piensa en lo que le ocurrió a un chico llamado Carlos. Durante una conversación con otros jóvenes por Internet, una chica le propuso seguir hablando en un área privada. Allí le hizo una atrevida pregunta de carácter sexual. Carlos tuvo la fuerza de voluntad para poner fin a aquella charla de inmediato.
No obstante, es posible que debido a la curiosidad natural por el sexo se te haga difícil reaccionar como Carlos. Pedro, mencionado antes, admite: “Me creía capaz de terminar con una cibercharla en la que empezara a hablarse de sexo, pero nunca lo hacía. Luego me sentía mal”. Con todo, tal vez pienses que no va a perjudicarte mantener conversaciones eróticas en Internet porque nadie sabe quién eres.
¿Son inofensivas las conversaciones sobre sexo en la Red?
La Biblia habla abiertamente de sexo (Proverbios 5:18, 19). Y hay que reconocer que durante la adolescencia se incrementa el interés por el tema. De modo que debes hablar de sexo, pues así aclararás todas las dudas que te surjan al respecto.# No obstante, el modo como satisfagas esa curiosidad influirá enormemente en tu felicidad presente y futura.
Si decides conversar sobre sexo en Internet, aun cuando recurras a personas que dicen ser tus amigos, puede acabar pasándote lo mismo que a cierto muchacho mencionado en la Biblia. Este joven callejeaba curioseando cerca de la casa de una prostituta. Al principio, ella solo conversaba con él. Pero llegó un momento en el que hablar ya no era suficiente. “De repente él va tras ella, como toro que viene aun al degüello, [...] tal como un pájaro se mete apresurado en la trampa.” (Proverbios 7:22, 23.)
Del mismo modo, tus conversaciones sobre temas sexuales quizás te empujen a satisfacer tus deseos de otras maneras. “En medio de una cibercharla —recuerda un adolescente llamado Felipe— me apareció una foto pornográfica en la pantalla. Me la había enviado la persona con quien estaba hablando.” Una vez que se despierta el deseo de ver imágenes eróticas, es probable que quieras ir un poco más allá y conectarte, por ejemplo, a salas de charla para adultos.% Mucha gente que cae en la trampa de la pornografía acaba cometiendo un acto inmoral y, luego, sufre las inevitables consecuencias (Gálatas 6:7, 8).
A las personas que quieren hablar contigo de sexo en la Red no les preocupa tu bienestar. Lo que estos extraños buscan es que intervengas en sus conversaciones inmorales —y seguramente también en sus actos— para satisfacer sus deseos.^ Tratando de proteger a su hijo de la persona que tal vez quisiera abusar de él, el rey Salomón le aconsejó: “Mantén tu camino alejado del lado de ella, y no te acerques a la entrada de su casa, para que no des a otros tu dignidad, [...] para que los extraños no se satisfagan de tu poder” (Proverbios 5:8-10). Este consejo podría aplicarse al tema que estamos analizando y resumirse así: no te acerques a las salas de charla de contenido sexual para no perder tu dignidad en manos de extraños que solo buscan satisfacer sus deseos aprovechándose de ti.
“Los que esconden lo que son”
No obstante, quizás a ti no te atraiga hablar de sexo en Internet. Al igual que Pedro y Abigaíl, los jóvenes mencionados al principio, tal vez veas los chats como lugares donde expresarte anónimamente con toda libertad, sin miedo a decir algo que no debas.** Aun así, tienes que estar al tanto de otro peligro con el que podrías encontrarte.
El anonimato de las cibersalas pudiera inducirte a mentir. “Para encajar en el grupo, adoptaba otra identidad”, cuenta Abigaíl. Es posible que tú también sientas la tentación de hacer lo mismo que ella. Incluso puede que llegues a imitar la forma de hablar del grupo y a adoptar sus intereses en un intento de hacer amigos. Por otro lado, puede que recurras a las salas de charla para expresar ideas y sentimientos que crees que tus padres o amigos desaprobarían. En ambos casos, siempre terminas engañando a alguien. Si finges ser quien no eres, engañas a aquellos con los que hablas en Internet. Y si no revelas tus verdaderos sentimientos y opiniones a tu familia y amigos, los engañas a ellos.

Las cibercharlas pueden ser peligrosas

Pese a que las salas de charla son un fenómeno relativamente reciente, la tendencia del ser humano a mentir y engañar es tan antigua como la historia de la humanidad. La Biblia muestra que el primer mentiroso, Satanás, dio origen a la táctica que emplean algunos de los que visitan estas salas. El Diablo ocultó su verdadera identidad antes de mentir por primera vez (Génesis 3:1-5; Revelación [Apocalipsis] 12:9, 10). Si no quieres que los mentirosos te engañen, sigue el ejemplo del rey David, quien dijo: “No me he sentado con hombres de falsedad; ni entro con los que esconden lo que son” (Salmo 26:4).
Al principio del artículo se mencionó la utilidad de ciertas salas de charla. Con todo, los jóvenes que desean agradar a Jehová deben tener cuidado cuando recurran a este moderno medio de comunicación. Si tienes que acceder a alguna sala de charla, por ejemplo, para realizar un trabajo escolar, pide a tus padres o a otro adulto maduro que se sienten contigo mientras lo haces. Un artículo futuro planteará otras dos razones por las que deberías ser cuidadoso cuando te conectes a las salas de charla. También se explicará cómo resolver problemas concretos que puedan surgir pese a tomar precauciones.
* Se han cambiado algunos nombres.
# El libro Lo que los jóvenes preguntan. Respuestas prácticas ofrece buenos consejos bíblicos sobre las relaciones sexuales antes del matrimonio, la masturbación y otros asuntos relacionados.
% En teoría, a las salas de charla para adultos solo pueden acceder personas mayores de cierta edad debido a que los temas que se tratan y las fotografías que se envían suelen ser de carácter pornográfico. No obstante, varios estudios revelan que niños de hasta nueve años mienten sobre su edad y consiguen entrar en estas áreas restringidas.
^ Dado que es imposible verificar la identidad de las personas con las que hablas, puedes estar conversando con alguien que afirma ser del sexo contrario y que, en realidad, no lo sea.
** La publicación A Parent’s Guide to Internet Safety (Guía para padres acerca de la seguridad en Internet) recomienda a los usuarios no revelar nunca el nombre, la dirección o el número de teléfono a extraños que conozcan en salas de charla.


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Los jóvenes preguntan...
¿Qué debería saber sobre las salasde charla en Internet?
Temas relacionados:
Cómo evitar los peligros de Internet
¿Qué tiene de malo hablar de sexo por teléfono?
“Como nadie me conoce, en las charlas en línea puedo hablar con gente con quien normalmente no lo haría por mi timidez.”—Pedro.*
“En los chats te sientes con la libertad de decir lo que quieras.”—Abigaíl.
LAS SALAS DE CHARLA son “áreas” de Internet donde pueden mantenerse conversaciones en tiempo real por medio de mensajes escritos. En ellas hay cabida para multitud de usuarios, que pueden leer y responder los mensajes que se envían entre sí.
Algunas de estas salas atraen a muchos jóvenes. Todos los días, millones de adolescentes de distintas culturas intercambian opiniones sobre prácticamente cualquier tema. Hay escuelas que ya están sacando provecho de este recurso. Por ejemplo, estudiantes de Estados Unidos supervisados por un maestro pueden hablar de temas sociales con alumnos de España, Inglaterra o de cualquier otro país. Para hacer un trabajo escolar, los estudiantes incluso pueden asesorarse con un ingeniero, un químico u otro especialista.
Sin embargo, a mucha gente que visita estas salas no le interesa hablar de ninguna asignatura. ¿Cuáles son algunos peligros que puedes encontrar en Internet?
Los depredadores sexuales están al acecho
“Estaba en una sala de charla —cuenta Abigaíl—, cuando un hombre me preguntó si conocía a alguien de 14 años con quien pudiera tener relaciones sexuales. Me dijo que estaba dispuesto a pagarle si era necesario.”
Este no es un caso aislado. Hay tantos depredadores sexuales en Internet que algunos gobiernos han editado guías para proteger a los jóvenes. En Estados Unidos, por ejemplo, una publicación del FBI aconseja tener cuidado con las personas que de inmediato empiezan a hablar de sexo. También advierte que hay quienes “poco a poco seducen a sus víctimas interesándose en ellas, siendo cariñosos y bondadosos e incluso enviándoles regalos”.
La guía del FBI señala los métodos que emplean: “Saben escuchar e identificarse con los problemas de los niños. Conocen lo último en música, así como sus aficiones e intereses. Para que el niño baje la guardia de forma gradual, van incorporando lentamente vocabulario y temas sexuales en sus conversaciones”.
Pero los adultos pervertidos no son el único peligro. También hay que cuidarse de los jóvenes que desconocen o no respetan las normas morales bíblicas. Piensa en lo que le ocurrió a un chico llamado Carlos. Durante una conversación con otros jóvenes por Internet, una chica le propuso seguir hablando en un área privada. Allí le hizo una atrevida pregunta de carácter sexual. Carlos tuvo la fuerza de voluntad para poner fin a aquella charla de inmediato.
No obstante, es posible que debido a la curiosidad natural por el sexo se te haga difícil reaccionar como Carlos. Pedro, mencionado antes, admite: “Me creía capaz de terminar con una cibercharla en la que empezara a hablarse de sexo, pero nunca lo hacía. Luego me sentía mal”. Con todo, tal vez pienses que no va a perjudicarte mantener conversaciones eróticas en Internet porque nadie sabe quién eres.
¿Son inofensivas las conversaciones sobre sexo en la Red?
La Biblia habla abiertamente de sexo (Proverbios 5:18, 19). Y hay que reconocer que durante la adolescencia se incrementa el interés por el tema. De modo que debes hablar de sexo, pues así aclararás todas las dudas que te surjan al respecto.# No obstante, el modo como satisfagas esa curiosidad influirá enormemente en tu felicidad presente y futura.
Si decides conversar sobre sexo en Internet, aun cuando recurras a personas que dicen ser tus amigos, puede acabar pasándote lo mismo que a cierto muchacho mencionado en la Biblia. Este joven callejeaba curioseando cerca de la casa de una prostituta. Al principio, ella solo conversaba con él. Pero llegó un momento en el que hablar ya no era suficiente. “De repente él va tras ella, como toro que viene aun al degüello, [...] tal como un pájaro se mete apresurado en la trampa.” (Proverbios 7:22, 23.)
Del mismo modo, tus conversaciones sobre temas sexuales quizás te empujen a satisfacer tus deseos de otras maneras. “En medio de una cibercharla —recuerda un adolescente llamado Felipe— me apareció una foto pornográfica en la pantalla. Me la había enviado la persona con quien estaba hablando.” Una vez que se despierta el deseo de ver imágenes eróticas, es probable que quieras ir un poco más allá y conectarte, por ejemplo, a salas de charla para adultos.% Mucha gente que cae en la trampa de la pornografía acaba cometiendo un acto inmoral y, luego, sufre las inevitables consecuencias (Gálatas 6:7, 8).
A las personas que quieren hablar contigo de sexo en la Red no les preocupa tu bienestar. Lo que estos extraños buscan es que intervengas en sus conversaciones inmorales —y seguramente también en sus actos— para satisfacer sus deseos.^ Tratando de proteger a su hijo de la persona que tal vez quisiera abusar de él, el rey Salomón le aconsejó: “Mantén tu camino alejado del lado de ella, y no te acerques a la entrada de su casa, para que no des a otros tu dignidad, [...] para que los extraños no se satisfagan de tu poder” (Proverbios 5:8-10). Este consejo podría aplicarse al tema que estamos analizando y resumirse así: no te acerques a las salas de charla de contenido sexual para no perder tu dignidad en manos de extraños que solo buscan satisfacer sus deseos aprovechándose de ti.
“Los que esconden lo que son”
No obstante, quizás a ti no te atraiga hablar de sexo en Internet. Al igual que Pedro y Abigaíl, los jóvenes mencionados al principio, tal vez veas los chats como lugares donde expresarte anónimamente con toda libertad, sin miedo a decir algo que no debas.** Aun así, tienes que estar al tanto de otro peligro con el que podrías encontrarte.
El anonimato de las cibersalas pudiera inducirte a mentir. “Para encajar en el grupo, adoptaba otra identidad”, cuenta Abigaíl. Es posible que tú también sientas la tentación de hacer lo mismo que ella. Incluso puede que llegues a imitar la forma de hablar del grupo y a adoptar sus intereses en un intento de hacer amigos. Por otro lado, puede que recurras a las salas de charla para expresar ideas y sentimientos que crees que tus padres o amigos desaprobarían. En ambos casos, siempre terminas engañando a alguien. Si finges ser quien no eres, engañas a aquellos con los que hablas en Internet. Y si no revelas tus verdaderos sentimientos y opiniones a tu familia y amigos, los engañas a ellos.

Las cibercharlas pueden ser peligrosas

Pese a que las salas de charla son un fenómeno relativamente reciente, la tendencia del ser humano a mentir y engañar es tan antigua como la historia de la humanidad. La Biblia muestra que el primer mentiroso, Satanás, dio origen a la táctica que emplean algunos de los que visitan estas salas. El Diablo ocultó su verdadera identidad antes de mentir por primera vez (Génesis 3:1-5; Revelación [Apocalipsis] 12:9, 10). Si no quieres que los mentirosos te engañen, sigue el ejemplo del rey David, quien dijo: “No me he sentado con hombres de falsedad; ni entro con los que esconden lo que son” (Salmo 26:4).
Al principio del artículo se mencionó la utilidad de ciertas salas de charla. Con todo, los jóvenes que desean agradar a Jehová deben tener cuidado cuando recurran a este moderno medio de comunicación. Si tienes que acceder a alguna sala de charla, por ejemplo, para realizar un trabajo escolar, pide a tus padres o a otro adulto maduro que se sienten contigo mientras lo haces. Un artículo futuro planteará otras dos razones por las que deberías ser cuidadoso cuando te conectes a las salas de charla. También se explicará cómo resolver problemas concretos que puedan surgir pese a tomar precauciones.
* Se han cambiado algunos nombres.
# El libro Lo que los jóvenes preguntan. Respuestas prácticas ofrece buenos consejos bíblicos sobre las relaciones sexuales antes del matrimonio, la masturbación y otros asuntos relacionados.
% En teoría, a las salas de charla para adultos solo pueden acceder personas mayores de cierta edad debido a que los temas que se tratan y las fotografías que se envían suelen ser de carácter pornográfico. No obstante, varios estudios revelan que niños de hasta nueve años mienten sobre su edad y consiguen entrar en estas áreas restringidas.
^ Dado que es imposible verificar la identidad de las personas con las que hablas, puedes estar conversando con alguien que afirma ser del sexo contrario y que, en realidad, no lo sea.
** La publicación A Parent’s Guide to Internet Safety (Guía para padres acerca de la seguridad en Internet) recomienda a los usuarios no revelar nunca el nombre, la dirección o el número de teléfono a extraños que conozcan en salas de charla.


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Acepta Jesus

a todos los que dicen ser sus seguidores?

Muchos me diran en aquel dia:

"Senor,Senor,no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre ejecutamos muchas obras poderosas?. Y sin embargo, entonces les confesare: Nunca los conoci!. Apartense de mi, obradores del desafuero."

Jesus(Mateo 7:22, 23).

Entren por la puerta angosta;:

porque ancho y espacioso es el camino que conduce a la destruccion, y muchos son los que entran por el;mientras que angosta es la puerta y estrecho el camino que conduce a la vida, y pocos son los que la hayan."

Jesus(Mateo 7:13,14)