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Monday, February 12, 2007

NOVELA

EL AVIADOR
(FRAGMENTOS)
NOVELA INEDITA
AUTOR: DIANA MARGARITA CANTON MARTINEZ.


Al menos desde 1989 Diana se empezó a escribir con minúscula, quizás porque fue una perestroika retardada e irremediable. Los otros que padecieron la pandemia se adaptaron y o salieron de su "crisis ideológica" a tiempo.

diana, serafina, el Aviador y todos sus amigos tenían el cerebro avitaminado y padecían de locura lírica para proteger la virtud y seguir comprometidos con la gente, en tiempos en que los padres alertaban a los hijos no hacerlo para que no los marginaran, apresaran, deportaran...

Los padres con su miedo habían regalado balsas, bombos, visas, jineteos...La mala educación heredada era detestada hasta por los elefantes y yamas del Perú aplatanadas.
Casi nadie hacía caso de Martí porque los acusarían de tergiversarlo.
Mas algunos valores universales llegaban indirectamente a través de El Principito.
Por eso alguien pensó en escribir "El Aviador".

I-El Unicornio Azul se fue por culpa de un frondoso baobabs que apareció en el camino y que fue la reencarnación de Lucifer.Sus ramas eran de ignorancia y sus frutos de miedo, incomprensión, indolencia, insensibilidad y abulia.

El Principito regresó a su asteroide porque los sedientos y aplastantes camellos del desierto estaban tan ciegos que no vieron el profundo pozo de agua que había en el oasis.El agua era muy pura, procedía de un magnífico manantial que estaba en el centro mismo de la tierra. El agua tenía el color del Amor, el sabor de la Amistad, la ternura y el cariño y tenía el olor de la fe y la confianza.

Era todo un torrente de confesiones, sabiduría y antídoto contra todos los males del mundo.

Los camellos tenían escopetas,fusiles, granadas, antiaéreas y todo tipo de armas convencionales, nucleares y hasta por inventar; pero eran tan brutos y torpes que despidieron a la fuerza al Principito e hicieron partir al Aviador que más temprano que tarde tendría que partir de todos modos a otra larga guerra contra el fascismo en la que perdería la vida física, aunque finalmente sería eterno como el Amor mismo.

Los camellos parecían no ver que a su alrededor se ahogaban los seres humanos en alcohol fermentado con excretas de infantes, los chicos andaban descalsos, morían intoxicados, empezaban a fumar a los quince años, se drogaban, prostituían, vagaban hambrientos por las callejas de arena y perros satos escuálidos, sin trabajar, sin ser útiles a los demás, sin prepararse para el futuro.

El Aviador no era una monjita azul de favela ni llegó allí tan casualmente.En otro siglo nació y se crió en aquel lugar, pero tuvo que cumplir misiones en el extranjero y hasta en otras galaxias. Regresó rojo y consagrado a acabar con los males de su pueblo.
Al menos eso había soñado. Trajo la ciencia en sus motores y se puso a hacer experimentos con flores, muñecas, animales y toda suerte de instrumentos novedosos que traía en la mochila para contrarrestar las quemaduras del exceso de sol, lo cual no es más que una transfiguración de la sombra o el fuego fatuo de aquel cementerio al que todos temían porque sí, de aquel cementerio del desierto brotaban unas luces espantosas cada noche.

Los niños temían cruzar los oscuros caminos aunque fuera luna llena. Los brujeros preparaban unos caldos de sapos terribles que llevaban a cualquiera al otro mundo en cuestión de minutos.
Los curanderos del desierto hacían unos amarres eficaces para que los Doños Juanes lamieran hasta los pies de sus mujeres y fueran más fieles que Penélope.Después ellas no podrían volver a ser libres aunque quisieran.
Así le ocurrió a varias negras y mulatas hermosas que hicieron yuntas con mancebos blancos de estoico aspecto.Solo Julio, Juana, Filomena y unos cuantos hermanos trataban de abrir los ojos de los vecinos hablándoles de la tienda de Dios, de su trono y promesas de limpiar lágrimas y acabar con muerte, lamentos,clamor y dolor. Las cosas anteriores habrían pasado y Jehová haría nuevas todas las cosas.Este panorama encontró el Aviador al regresar a su aldea-desierto.

Pero los camellos miraron por el anteojo de la desconfianza a este ser extraño que aterrizó premeditadamente una tarde y empezó a leer poemas en un montículo de arena y a dar vino y té en vez de gualfarina de la constante y la sonante, de la de fabricación casera, con marca especial de calidad,superior a la coronilla, al chispaetren y todos los inventos anteriores. Esta era capaz de cerrar cualquier entendedera y evitar rebeliones, sublevaciones y todo gónero de trifulcas transformadoras del desierto.

No importaba que las personas a veces se entraran a machetazos, puñaladas; que familias enteras utilizaran combustibles y fuegos de todos los tipos para aniquilarse mutuamente ni que nietos hicieran prácticas de tiro al blanco con ladrillos y piedras contra la cabeza de los abuelos. Había que saber tirar y tirar bien.

Lo importante era la paz? de los camellos que parecían ser más inteligentes que los hombres y mujeres.
Dirigían el Consejo de Ancianos de la tribu, tomaban las decisiones esenciales, declaraban la guerra a los desiertos de ultramar y conservaban la estabilidad interna.
Hacían unos informes objetivos, realistas, sensatos a los dromedarios(superiores) que jamás respiraban la arena, apoyándose en encuestas,números,porcientos,datos computarizados manipulados donde más con menos siempre daba más. Estaban al día en todos los avances tecnológicos del Complejo Universal de los Desiertos.Usaban impresionistas máquinas de moler criterios subjetivos, individualidades atrofiadas que pudieran descollar como futuros líderes pensadores, reformadores sociales.

Las flores y los poetas eran el alimento predilecto de los camellos y dromedarios, como el de unos asnos que vivían más allá de la frontera, de la misma manera que los puercos comían perlas en los dominios cristianos.Olvidaron las fábulas de Herminio Almendros y a la Biblia no le dieron casi nunca ni un vistazo.

El Aviador se apareció con acuarelas, lápices de colores, libros clásicos universales para adultos y niños. Puso al Principito a empinar papalotes, a escuchar canciones y poemas raros, y lo más audaz: les repartió libretas para que inventaran poemas y cuentos propios.Quién ha visto creatividad en un desierto en donde imperan los camellos y la sed?.
Qué se creyó este Aviador loco, aventurero, romántico?. Cómo venir a bailar en casa del trompo?. A emplumar a La Florida-dijeron a puro coro desértico.

En eso había consistido su guerra, pero había que darle una lección. Y gracias que lo mandaron para Francia con una buena evaluación para que no se queje. Bastaba ya de entrevistas, cuestionarios, encuestas, dibujos, composiciones, juegos, divertimentos que sacaban manchas a los soles y que podían poner en peligro con sus resultados multiplicadores el puesto de los camellos fundadores,consetudinarios, sordos,ciegos,brujos de escobas temibles acostumbrados a dar con el martillo y a levantar pisos ajenos.

El Principito hasta se había hecho dramaturgo. Escenificaba tan bien que llenaba de flora y fauna el desierto. Podía convertirse en el animal predilecto,ayudar al resto de sus amigos, aunque hubiera escaso alimento, frío, tormenta..Sí, porque en este desierto podía hasta nevar con la imaginación.

El Aviador había enseñado a reparar los sueños, a ver Unicornios y todo tipo de seres mitológicos y bellos capaces hasta de dar masajes y echar bronceador en las espaldas y con un cubo y una roldana extraer el preciado líquido de la fuente de la vida.

El Principito estaba aprendiendo demasiado con el Aviador y eso era muy conflictivo, podía acarrear la regresión a un estadío inferior del desarrollo del desierto. Era mejor dejar las cosas como estaban y no crear tantos rollos y problemas.

Eso lo decían los camellos y sus superiores y las personas mayores estaban muy asustadas porque se había descubierto lo de las pirámides, las cajas fuertes, los números del sortilegio, las infidelidades, los brujazos, los golpes, los negocios(al por mayor y al por menor), hasta de ojitos de yeso, protectores contra la mala suerte, las emigraciones, los éxodos,los robos y toda suerte de cosas incalculables e impensables.

Todo se sabía en el desierto y más allá también, pero las máscaras eran perfectas, se quitaban o se ponían en dependencia de las circunstancias. Solo a los amigos, a los sabios y a los santos podía-y en privado- mostrarse la verdad.
Esto lo enseñó un famoso teólogo a los primeros camellos del desierto a quienes hizo dios de barro, arena y costilla.Les insufló un alma capaz de doblarse y desdoblarse de manera oportuna.
Tan bien se había aprendido la lección del impostor que los padres, los abuelos, los tíos, amigos y vecinos se asustaron mucho cuando los pequeños fueron llevados al Confesionario por el relambío Aviador, infiltrado por la CIA, o al menos por los de LOS DERECHOS HUMANOS en el arenoso desierto-eso era lo que se decía, era la bola echada a rodar por los poderosos.

La noticia fue corriendo de boca en boca hasta que el Principito y el Aviador se separaron.Claro habría que ver si ya, pese a todo el Principito no aprendió la lección de reparar, encender,fundar; si en otro lugar, en otro desierto, más o menos adelantado,un Unicornio no reaparecería para unirse al Aviador y continuar tocando juntos El Azul, con la estrella que ilumina y mata.

Filomena y sus hermanos mientras leían a sus incrédulos vecinos ..."No profanes a tu hija haciéndola prostituta, para que la tierra no cometa prostitución y la tierra realmente se llene de moral relajada".


Continuará....