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Wednesday, March 27, 2013

1 de Corintios 15:3-7:

3 Porque les transmití, entre las primeras cosas, lo que yo también recibí:+ que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras;+ 4 y que fue enterrado,+ sí, que ha sido levantado+ al tercer día+ según las Escrituras;+ 5 y que se apareció a Cefas,+ entonces a los doce.+ 6 Después de eso se apareció a más de quinientos hermanos de una vez, de los cuales la mayoría permanece hasta ahora,+ pero algunos se han dormido [en la muerte]. 7 Después de eso se apareció a Santiago,+ luego a todos los apóstoles;

Razas de la humanidad:

Razas de la humanidad
Definición: Según se usa el término aquí, raza significa una división de la humanidad que posee en proporciones características ciertas combinaciones de rasgos físicos hereditarios que bastan para distinguir al grupo como un tipo humano distinto. Sin embargo, debería notarse que el hecho de que personas de una raza puedan casarse con personas de otra y reproducirse muestra que todas las razas son en realidad un solo “género” en el sentido bíblico, y todas son miembros de la familia humana. Por eso, las diversas razas son simplemente facetas de toda la variación que es posible en la humanidad.
¿De dónde provinieron las diversas razas?
Gén. 5:1, 2; 1:28: “En el día que creó Dios a Adán lo hizo a la semejanza de Dios. Macho y hembra los creó. Después los bendijo y por nombre los llamó Hombre [o Humanidad] en el día que fueron creados.” “Los bendijo Dios y les dijo Dios: ‘Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra.’” (Así que todos los humanos son descendientes de la primera pareja humana, Adán y Eva.)
Hech. 17:26: “[Dios] hizo de un solo hombre [Adán] toda nación de hombres, para morar sobre la entera superficie de la tierra.” (Por eso, prescindiendo de cuáles sean las razas de que se componga una nación, todos los miembros de ellas son descendientes de Adán.)
Gén 9:18, 19: “Los hijos de Noé que salieron del arca fueron Sem y Cam y Jafet. [...] Estos tres fueron los hijos de Noé, y de éstos se esparció la población de toda la tierra.” (Después que Dios destruyó al mundo impío mediante el diluvio global en los días de Noé, la nueva población de la Tierra —entre ella todas las razas conocidas hoy— se desarrolló de los descendientes de los tres hijos de Noé y sus respectivas esposas.)
¿Fueron Adán y Eva simplemente personas alegóricas (imaginarias)?
  La Biblia no apoya ese punto de vista; véase, entre las secciones principales de este manual, la titulada “Adán y Eva”.
¿De dónde consiguió Caín su esposa, si había una sola familia?
  Gén. 3:20: “Adán llamó a su esposa por nombre Eva, porque ella tenía que llegar a ser la madre de todo el que viviera.” (Así, todos los humanos habían de ser descendientes de Adán y Eva.)
  Gén. 5:3, 4: “Siguió viviendo Adán ciento treinta años. Entonces llegó a ser padre de un hijo a su semejanza, a su imagen, y lo llamó por nombre Set. Y los días de Adán después de engendrar a Set llegaron a ser ochocientos años. Entretanto llegó a ser padre de hijos e hijas.” (Uno de los hijos de Adán fue Caín, y una de las hijas de Adán tiene que haber llegado a ser esposa de Caín. En aquel tiempo de la historia humana, cuando los seres humanos todavía disfrutaban de un grado excepcional de salud y vitalidad físicas, como lo indica lo que duraba su vida, no había mucha probabilidad de transmitir defectos a la prole por casarse con algún pariente cercano. Pero después de unos 2.500 años de historia humana, cuando la condición física de la humanidad se había deteriorado grandemente, Jehová dio a Israel leyes que prohibían el incesto.)
  Gén. 4:16, 17: “Con eso se fue Caín de ante el rostro de Jehová y se puso a morar en la tierra de la Condición de Fugitivo [o Nod] al este de Edén. Después Caín tuvo coito con su esposa [“conoció Caín a su mujer”, es decir, íntimamente, VV (1977), VM; “Caín se unió a su mujer”, NBE] y ella llegó a estar encinta y dio a luz a Enoc.” (Note que a Caín no le fue presentada por primera vez su esposa en la tierra a la que huyó, como si ella hubiera sido de otra familia. Más bien, fue allí donde él tuvo relaciones sexuales con ella para engendrar un hijo.)
¿A qué se puede atribuir el desarrollo de las varias características raciales?
  “Todos los hombres que viven hoy pertenecen a una sola especie, Homo sapiens, y se derivan de un tronco común. [...] Las diferencias biológicas entre los seres humanos se deben a diferencias en la constitución hereditaria y a la influencia del ambiente en dicho potencial genético. En la mayor parte de los casos esas diferencias se deben a la interacción de estos dos conjuntos de factores. [...] Muchas veces las diferencias entre personas que pertenecen a una misma raza o a una misma población son mayores que las diferencias medias entre razas o poblaciones.” (Un cuerpo internacional de científicos convocado por la UNESCO, según la cita en Statement on Race, Nueva York, 1972, tercera edición, Ashley Montagu, págs. 149, 150.)
  “Una raza es simplemente uno de los conjuntos de genes parcialmente aislados en que llegó a estar dividido el género humano durante su esparcimiento geográfico primigenio y después. En términos generales se ha desarrollado una raza en cada una de las cinco principales zonas continentales de la Tierra. [...] El hombre en realidad se ramificó genéticamente durante esta fase de la historia, y podemos medir y estudiar los resultados de dicha ramificación en lo que queda hoy de las razas geográficas antiguas. Como sería de esperar, la ramificación parece estar correlacionada con el grado de aislamiento. [...] Cuando en los continentes tuvo lugar la formación de las razas, quedando ‘embotelladas’ miles de poblaciones en conjuntos aislados de genes por todo el mundo, se establecieron las diferencias por frecuencia de genes que vemos en la actualidad. [...] La paradoja que se nos presenta es que cada grupo de seres humanos parece diferente en lo exterior, y, sin embargo, debajo de estas diferencias hay una similitud fundamental” (Heredity and Human Life [La herencia y la vida humana], Nueva York, 1963, H. L. Carson, págs. 151, 154, 162, 163). (Así, pues, a principios de la historia humana, cuando un grupo de personas quedaba aislado de otros grupos y las personas se casaban con miembros de su propio grupo, en su prole se enfatizaban ciertas combinaciones de características genéticas distintivas.)
¿Enseña la Biblia que las personas de la raza negra hayan sido maldecidas?
Esa idea se basa en un entendimiento equivocado de Génesis 9:25, donde se citan las siguientes palabras de Noé: “Maldito sea Canaán. Llegue a ser él el esclavo más bajo para sus hermanos”. Lea usted cuidadosamente ese texto; no dice nada respecto al color de la piel. La maldición se debió a que el hijo de Cam, Canaán, evidentemente había cometido un acto vergonzoso, por el cual mereció que se le maldijera. Pero ¿quiénes fueron los descendientes de Canaán? No fueron gente de piel negra, sino pueblos de piel más clara que vivieron al este del mar Mediterráneo. Debido a sus prácticas depravadas, sus ritos demoníacos, su idolatría y su práctica de sacrificar a sus infantes, llegaron a estar bajo juicio divino, y Dios dio a Israel la tierra que ocupaban los cananeos (Gén. 10:15-19). No se destruyó a todos los cananeos; algunos fueron asignados a trabajos forzados, en cumplimiento de la maldición. (Jos. 17:13.)
¿De cuál de los hijos de Noé descendieron las personas de piel oscura? “Los hijos de Cus [otro de los hijos de Cam] fueron Seba y Havila y Sabta y Raama y Sabteca” (Gén. 10:6, 7). Posteriormente, las referencias bíblicas a Cus equivalen por lo general a Etiopía. Seba se usa luego con referencia a otro pueblo de la parte oriental de África y evidentemente cercano a Etiopía (Isa. 43:3, nota, NM, edición con referencias, en inglés.)
¿Son hijos de Dios todos los seres humanos?
El ser hijos de Dios no es algo a lo cual nosotros los humanos tengamos derecho por nacimiento. Pero todos somos prole de Adán, quien, cuando fue creado en la perfección, fue “hijo de Dios”. (Luc. 3:38.)
Hech. 10:34, 35: “Dios no es parcial, sino que en toda nación el que le teme y obra justicia le es acepto.”
Juan 3:16: “Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna.” (Para que cualquiera de nosotros llegue a tener la clase de relación con Dios que Adán perdió tiene que ejercer fe genuina en el Hijo de Dios. Ese privilegio está disponible a personas de toda raza.)
1 Juan 3:10: “Los hijos de Dios y los hijos del Diablo se hacen evidentes por este hecho: Todo el que no obra justicia no se origina de Dios, tampoco el que no ama a su hermano.” (Por eso Dios no considera hijos de él a todos los seres humanos. Desde el punto de vista espiritual, los que practican deliberadamente las cosas que Dios condena tienen al Diablo como padre suyo. Véase Juan 8:44. En cambio, los cristianos verdaderos reflejan cualidades que manifiestan devoción piadosa. De entre estos, Dios ha seleccionado a una cantidad limitada para que rijan como reyes con Cristo en el cielo. A estos Dios los llama sus “hijos”. Para más detalles, véase la sección de este manual titulada “Nacer otra vez”.)
Rom. 8:19-21: “La expectativa ansiosa de la creación aguarda la revelación de los hijos de Dios [...] la creación misma también será libertada de la esclavitud a la corrupción y tendrá la gloriosa libertad de los hijos de Dios.” (La humanidad experimentará liberación cuando los “hijos de Dios” —después de haber recibido vida celestial— queden ‘revelados’ tomando medidas positivas a favor de la humanidad bajo la dirección de Cristo. Después que los fieles de la Tierra [a quienes se llama “la creación” en este texto bíblico] hayan alcanzado la perfección humana y hayan demostrado lealtad inquebrantable a Jehová como Soberano Universal, entonces también disfrutarán de la excelente relación de hijos de Dios. Personas de todas las razas tendrán parte en esto.)
¿Estarán algún día verdaderamente unidas como hermanos y hermanas personas de toda raza?
A los que habían de ser sus verdaderos discípulos, Jesús dijo: “Todos ustedes son hermanos” (Mat. 23:8). Posteriormente agregó: “En esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos, si tienen amor entre ustedes mismos”. (Juan 13:35.)
A pesar de las imperfecciones humanas, ese sentido de unidad fue realidad entre los cristianos primitivos. El apóstol Pablo escribió: “No hay ni judío ni griego, no hay ni esclavo ni libre, no hay ni macho ni hembra; porque todos ustedes son una persona en unión con Cristo Jesús”. (Gál. 3:28.)
La hermandad cristiana sin la mancha de distinciones raciales es una realidad entre los testigos de Jehová del siglo XX. El escritor William Whalen dijo en la publicación U.S. Catholic: “Creo que una de las características más atractivas de [la organización de los testigos de Jehová] ha sido su norma tradicional de igualdad racial”. Después de efectuar un extenso estudio de los testigos de Jehová africanos, el sociólogo Bryan Wilson, de la Universidad de Oxford, declaró: “Los testigos tal vez tengan más éxito que todo otro grupo en lo que tiene que ver con la rapidez con que eliminan la discriminación tribual entre sus nuevos adherentes”. En un reportaje sobre una reunión internacional a la que asistieron Testigos provenientes de 123 países, The New York Times Magazine dijo: “Los Testigos dejaron impresionados a los neoyorquinos, no solo por su cantidad, sino también por su diversidad (entre ellos hay personas de toda condición social), porque no manifiestan consciencia de sus diferencias raciales (muchos Testigos son negros), y por su comportamiento apacible y ordenado”.
Dentro de poco el Reino de Dios destruirá al presente sistema de cosas impío, y con él a todos los que no aman genuinamente ni a Jehová Dios ni a su semejante (Dan. 2:44; Luc. 10:25-28). La Palabra de Dios promete que los sobrevivientes serán personas “de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas” (Rev. 7:9). Todas estas personas, unidas por la adoración del Dios verdadero, por su fe en Jesucristo y por su amor de unas para con otras, ciertamente formarán una familia humana unida.

Tomado de Razonamiento a partir de las Escrituras en WWW.j.w.org/es

Lucas 6:

6 Ahora bien, un sábado sucedió que él iba pasando por los sembrados de grano, y sus discípulos arrancaban+ y comían las espigas, tras frotarlas con las manos.+ 2 Por esto, algunos de los fariseos dijeron: “¿Por qué hacen ustedes lo que no es lícito+ en día de sábado?”.+ 3 Pero Jesús, respondiendo, les dijo: “¿Nunca han leído ustedes lo que hizo David+ cuando él y los hombres que estaban con él tuvieron hambre?+ 4 ¿Que entró en la casa de Dios y recibió los panes de la presentación*+ y comió y dio parte a los hombres que estaban con él, lo que no es lícito a nadie comer, sino solo a los sacerdotes?”.+ 5 Y pasó a decirles: “Señor del sábado es lo que el Hijo del hombre es”.+
6 En el transcurso de otro sábado+ entró en la sinagoga y se puso a enseñar. Y estaba allí un hombre cuya mano derecha estaba seca.+ 7 Los escribas y fariseos entonces estuvieron observándolo+ detenidamente para ver si curaría en día de sábado, a fin de hallar alguna manera de acusarlo.+ 8 Él, sin embargo, conocía sus razonamientos;+ no obstante, dijo al hombre de la mano seca: “Levántate y ponte de pie en medio”. Y él se levantó y quedó de pie.+ 9 Entonces Jesús les dijo: “Les pregunto: ¿Es lícito en el sábado hacer bien,+ o hacer daño?, ¿salvar un alma,* o destruirla?”.+ 10 Y después de mirar alrededor a todos ellos, dijo al hombre:* “Extiende la mano”. Él lo hizo, y la mano le fue restaurada.+ 11 Pero ellos se llenaron de insensatez, y se pusieron a hablar unos con otros en cuanto a qué podrían hacerle a Jesús.+
12 En el transcurso de aquellos días él salió a la montaña a orar,+ y pasó toda la noche en oración a Dios.+ 13 Pero cuando se hizo de día llamó a sí a sus discípulos y escogió doce de entre ellos, a los cuales también dio el nombre de “apóstoles”:+ 14 Simón, a quien también dio el nombre de Pedro,+ y Andrés su hermano, y Santiago y Juan,+ y Felipe+ y Bartolomé, 15 y Mateo y Tomás,+ y Santiago [hijo] de Alfeo, y Simón que es llamado “el celoso”,*+ 16 y Judas [hijo] de Santiago, y Judas Iscariote, que se volvió traidor.+
17 Y bajó con ellos y se apostó en un lugar llano, y había una gran muchedumbre de sus discípulos, y una gran multitud del pueblo+ de toda Judea y de Jerusalén y del país marítimo de Tiro y Sidón, que vinieron a oírle y a ser sanados de sus enfermedades.+ 18 Hasta aquellos a quienes perturbaban espíritus inmundos eran curados. 19 Y toda la muchedumbre procuraba tocarlo,+ porque de él salía poder+ y sanaba a todos.
20 Y él alzó los ojos sobre sus discípulos y se puso a decir:+
“Felices* son ustedes, los pobres,+ porque de ustedes es el reino de Dios.
21 ”Felices son ustedes los que tienen hambre+ ahora, porque serán saciados.+
”Felices son ustedes los que lloran ahora, porque reirán.+
22 ”Felices son ustedes cuando los hombres los odien,+ y cuando los excluyan y los vituperen y desechen+ su nombre como inicuo por causa del Hijo del hombre. 23 Regocíjense en aquel día y salten, porque, ¡miren!, su galardón es grande en el cielo, porque esas son las mismas cosas que hacían los antepasados de ellos a los profetas.+
24 ”Mas ¡ay de ustedes los ricos,+ porque ya disfrutan de su consolación completa!+
25 ”¡Ay de ustedes los que están saciados ahora, porque padecerán hambre!+
”¡Ay, ustedes que ríen ahora, porque se lamentarán y llorarán!+
26 ”¡Ay, cuando todos los hombres hablen bien de ustedes, porque cosas como estas son las que los antepasados de ellos hicieron a los falsos profetas!+
27 ”Pero les digo a ustedes los que escuchan: Continúen amando a sus enemigos,+ haciendo bien+ a los que los odian, 28 bendiciendo a los que los maldicen, orando por los que los insultan.+ 29 Al que te hiera en una mejilla,+ ofrécele también la otra; y al que te quite+ tu prenda de vestir exterior, no le retengas siquiera la prenda de vestir interior. 30 Da a todo el que te pida,+ y al que te quite lo tuyo, no [lo] pidas de vuelta.
31 ”También, así como quieren* que los hombres les hagan a ustedes, háganles* de igual manera a ellos.+
32 ”Y si ustedes aman a los que los aman, ¿de qué mérito les es? Porque hasta los pecadores aman a los que los aman.+ 33 Y si hacen bien a los que les hacen bien, ¿de qué mérito, realmente, les es a ustedes? Hasta los pecadores hacen lo mismo.+ 34 También, si prestan [sin interés]+ a aquellos de quienes esperan recibir, ¿de qué mérito les es? Hasta los pecadores prestan [sin interés] a los pecadores para que se les devuelva otro tanto.+ 35 Al contrario, continúen amando a sus enemigos y haciendo bien y prestando+ [sin interés], sin esperar que se les devuelva nada; y su galardón será grande, y serán hijos del Altísimo,+ porque él es bondadoso+ para con los ingratos e inicuos. 36 Continúen haciéndose misericordiosos, así como su Padre es misericordioso.+
37 ”Además, dejen de juzgar, y de ninguna manera serán juzgados;+ y dejen de condenar, y de ninguna manera serán condenados. Sigan poniendo en libertad, y se les pondrá en libertad.+ 38 Practiquen el dar, y se les dará.+ Derramarán en sus regazos* una medida excelente, apretada, remecida y rebosante. Porque con la medida con que ustedes miden, se les medirá en cambio”.+
39 Entonces les habló también una ilustración: “Un ciego no puede guiar a un ciego, ¿verdad? Ambos caerán en un hoyo, ¿no es cierto?+ 40 El alumno no es superior a su maestro, pero todo el que esté perfectamente instruido será como su maestro.+ 41 ¿Por qué, entonces, miras la paja que está en el ojo de tu hermano, pero no observas la viga que está en tu propio ojo?+ 42 ¿Cómo puedes decir a tu hermano: ‘Hermano, permíteme extraer la paja que está en tu ojo’, mientras que tú mismo no miras la viga en ese ojo tuyo?+ ¡Hipócrita! Primero extrae la viga de tu propio ojo,+ y entonces verás claramente cómo extraer la paja que está en el ojo de tu hermano.+
43 ”Porque no hay árbol excelente que produzca fruto podrido; de nuevo, no hay árbol podrido que produzca fruto excelente.+ 44 Porque cada árbol es conocido por su propio fruto.+ Por ejemplo, no se recogen higos de espinos, ni de la zarza se cortan uvas.+ 45 El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón produce lo bueno;+ pero el hombre inicuo produce lo que es inicuo de su [tesoro] inicuo; porque de la abundancia del corazón habla su boca.+
46 ”Entonces, ¿por qué me llaman ‘¡Señor! ¡Señor!’, pero no hacen las cosas que digo?+ 47 Todo el que viene a mí y oye mis palabras y las hace, les mostraré a quién es semejante:+ 48 Es semejante a un hombre que, al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la masa rocosa. Por consiguiente, cuando sobrevino una inundación,+ el río rompió contra aquella casa, pero no tuvo la fuerza para sacudirla, porque estaba bien edificada.+ 49 Por otra parte, el que oye, y no hace,+ es semejante a un hombre que edificó una casa sobre tierra sin fundamento. El río rompió contra esta, y esta inmediatamente se desplomó, y la ruina+ de aquella casa vino a ser grande”.+

Lucas 5:

5 En cierta ocasión, cuando la muchedumbre se agolpaba sobre él y escuchaba la palabra de Dios, él estaba de pie junto al lago de Genesaret.+ 2 Y vio dos barcas atracadas al borde del lago, pero los pescadores habían salido de ellas y estaban lavando sus redes.+ 3 Subiendo a una de las barcas, que era de Simón, le pidió que se apartara un poco de la tierra. Entonces se sentó, y desde la barca+ se puso a enseñar a las muchedumbres. 4 Cuando cesó de hablar, dijo a Simón: “Rema hasta donde está profundo, y echen sus redes+ para la pesca”. 5 Pero respondiendo Simón, dijo: “Instructor, toda la noche nos afanamos y no sacamos nada,+ pero porque tú lo dices bajaré las redes”. 6 Pues bien, cuando hicieron esto, encerraron una gran multitud de peces. En realidad, se les rompían las redes. 7 De modo que hicieron señas a sus socios [que estaban] en la otra barca para que vinieran y les prestaran ayuda;+ y ellos vinieron, y llenaron ambas barcas, de manera que estas se hundían. 8 Viendo esto, Simón Pedro+ cayó a las rodillas de Jesús, y dijo: “Apártate de mí, porque soy varón pecador, Señor”.*+ 9 Pues, ante la redada de peces que habían pescado, quedaron pasmados él y todos los que con él estaban, 10 y así mismo Santiago y Juan, hijos de Zebedeo,+ que eran partícipes con Simón. Pero Jesús dijo a Simón: “Deja de tener miedo. De ahora en adelante estarás pescando vivos a hombres”.+ 11 De modo que volvieron a traer las barcas a tierra, y abandonaron todo y le siguieron.+
12 En otra ocasión, mientras él estaba en una de las ciudades, ¡mira!, ¡un varón lleno de lepra! Cuando alcanzó a ver a Jesús, este cayó sobre su rostro y le rogó, diciendo: “Señor, si tan solo quieres, puedes limpiarme”.+ 13 Entonces, extendiendo la mano, él lo tocó, y dijo: “Quiero. Sé limpio”. Y al instante desapareció de aquel la lepra.+ 14 Y él dio al hombre órdenes de no decirlo a nadie:+ “Mas vete y muéstrate al sacerdote,+ y haz una ofrenda+ relacionada con tu limpieza, así como prescribió Moisés, para testimonio* a ellos”.+ 15 Pero su fama se extendía cada vez más, y se juntaban grandes muchedumbres para escucharle y para ser curados de sus enfermedades.+ 16 Sin embargo, él continuaba en retiro en los desiertos áridos, y orando.+
17 En el transcurso de uno de los días, estaba enseñando, y estaban sentados allí fariseos y maestros de la ley que habían venido de toda aldea de Galilea y de Judea y de Jerusalén; y el poder de Jehová* estaba allí para que él hiciera curaciones.+ 18 Y, ¡mira!, unos varones que llevaban en una cama a un hombre paralítico, y buscaban la manera de introducirlo y ponerlo delante de él.+ 19 Por eso, al no hallar la manera de introducirlo a causa de la muchedumbre, subieron al techo, y por las tejas lo bajaron con la camita en medio de los que estaban enfrente de Jesús.+ 20 Y cuando él vio la fe de ellos, dijo: “Hombre, tus pecados te son perdonados”.+ 21 Por lo tanto, los escribas y los fariseos comenzaron a razonar, diciendo: “¿Quién es este que habla blasfemias?+ ¿Quién puede perdonar pecados sino Dios solo?”.+ 22 Pero Jesús, discerniendo lo que razonaban, les dijo en respuesta: “¿Qué razonan en sus corazones?+ 23 ¿Qué es más fácil?, ¿decir: ‘Tus pecados te son perdonados’, o decir: ‘Levántate y anda’?+ 24 Pero para que sepan que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados... —dijo al paralítico—: Te digo: Levántate y toma tu camita y ponte en camino a tu casa”.+ 25 Y al instante este se levantó delante de ellos, tomó aquello en que antes se había acostado, y se fue a su casa, glorificando a Dios.+ 26 Entonces un éxtasis+ se apoderó de todos sin excepción, y se pusieron a glorificar a Dios, y se llenaron de temor, y decían: “¡Cosas extrañas hemos visto hoy!”.+
27 Ahora bien, después de estas cosas él salió y vio a un recaudador de impuestos de nombre Leví sentado en la oficina de los impuestos, y le dijo: “Sé mi seguidor”.+ 28 Y dejándolo todo+ atrás, él se levantó y se puso a seguirlo. 29 También, Leví le hizo un gran banquete de recepción en su casa; y había una gran muchedumbre de recaudadores de impuestos y otros que estaban con ellos reclinados a la mesa.+ 30 Por esto los fariseos y sus escribas se pusieron a murmurar, y decían a los discípulos de él: “¿Por qué comen y beben ustedes con recaudadores de impuestos y pecadores?”.+ 31 Respondiendo, Jesús les dijo: “Los que están sanos no necesitan médico,+ pero los que se hallan mal sí.+ 32 No he venido a llamar a justos, sino a pecadores a arrepentimiento”.+
33 Ellos le dijeron: “Los discípulos de Juan ayunan frecuentemente, y hacen ruegos, y así mismo los de los fariseos; pero los tuyos comen y beben”.+ 34 Jesús les dijo: “Ustedes no pueden hacer ayunar a los amigos del novio* mientras el novio está con ellos, ¿verdad?+ 35 Sin embargo, vendrán días en que el novio+ sí les será quitado;+ entonces ayunarán en aquellos días”.+
36 Además, siguiendo, les dio una ilustración: “Nadie corta un remiendo de una nueva prenda de vestir exterior y lo cose en una vieja prenda de vestir exterior; pero si lo hace, entonces el remiendo nuevo se arranca, y, además, el remiendo de la prenda nueva no hace juego con la vieja.+ 37 Por otra parte, nadie pone vino nuevo en odres viejos; pero si lo hace, entonces el vino nuevo revienta los odres,+ y se vierte, y los odres se echan a perder.+ 38 Pero el vino nuevo tiene que ponerse en odres nuevos. 39 Nadie que haya bebido vino añejo quiere el nuevo; porque dice: ‘El añejo+ es exquisito’”.*

Libro de Lucas. Capitulos 4-6:

4 Ahora bien, Jesús, lleno de espíritu santo, se apartó del Jordán, y el espíritu* lo condujo por aquí y por allá en el desierto+ 2 por cuarenta días,+ mientras lo tentaba+ el Diablo. Además, no comió nada en aquellos días, y por eso, cuando estos hubieron concluido, tuvo hambre. 3 Entonces el Diablo le dijo: “Si eres hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan”. 4 Pero Jesús le respondió: “Está escrito: ‘No de pan solamente debe vivir el hombre’”.*+
5 De modo que lo llevó hacia arriba y le mostró todos los reinos de la tierra habitada en un instante de tiempo; 6 y el Diablo le dijo: “Te daré toda esta autoridad*+ y la gloria de ellos, porque a mí me ha sido entregada, y a quien yo quiera se la doy.+ 7 Por eso, si tú haces un acto+ de adoración delante de mí, todo será tuyo”. 8 Respondiendo, Jesús le dijo: “Está escrito: ‘Es a Jehová* tu Dios+ a quien tienes que adorar, y es solo a él a quien tienes que rendir servicio sagrado’”.*+
9 Entonces lo condujo a Jerusalén y lo apostó sobre el almenaje+ del templo y le dijo: “Si eres hijo de Dios, échate abajo desde aquí;+ 10 porque está escrito: ‘A sus ángeles dará encargo acerca de ti, que te conserven’,+ 11 y: ‘Te llevarán en sus manos, para que nunca des con tu pie contra una piedra’”.+ 12 Respondiendo, Jesús le dijo: “Dicho está: ‘No debes poner a prueba a Jehová* tu Dios’”.+ 13 De modo que el Diablo, habiendo concluido toda la tentación, se retiró de él hasta otro tiempo conveniente.+
14 Entonces Jesús volvió en el poder del espíritu a Galilea.+ Y su fama se extendió por toda la comarca.+ 15 También, enseñaba en las sinagogas de ellos, y era honrado por todos.+
16 Y vino a Nazaret,+ donde había sido criado; y, según su costumbre en día de sábado, entró en la sinagoga,+ y se puso de pie para leer. 17 De modo que se le dio el rollo del profeta Isaías, y abrió el rollo y halló el lugar donde estaba escrito: 18 “El espíritu de Jehová*+ está sobre mí, porque él me ungió* para declarar buenas nuevas a los pobres, me envió para predicar una liberación a los cautivos y un recobro de vista a los ciegos, para despachar a los quebrantados con una liberación,+ 19 para predicar el año acepto de Jehová”.*+ 20 Con eso enrolló el rollo, se lo devolvió al servidor, y se sentó; y los ojos de todos [los que estaban] en la sinagoga se fijaron atentamente en él. 21 Entonces comenzó a decirles: “Hoy se cumple esta escritura que acaban de oír”.*+
22 Y todos daban testimonio favorable acerca de él y se maravillaban de las palabras llenas de gracia+ que procedían de su boca, y decían: “Este es hijo de José, ¿verdad?”.+ 23 Entonces les dijo: “Sin duda me aplicarán esta ilustración:* ‘Médico,+ cúrate a ti mismo; las cosas+ que oímos que sucedieron en Capernaum,+ hazlas también aquí en tu propio territorio’”.+ 24 Pero dijo: “En verdad les digo que ningún profeta es acepto en su propio territorio. 25 Por ejemplo, les digo en verdad: Había muchas viudas en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses, de modo que vino una gran hambre sobre toda la tierra;+ 26 sin embargo, Elías no fue enviado a ninguna de aquellas [mujeres], sino únicamente a Sarepta*+ en la tierra de Sidón, a una viuda. 27 También, había muchos leprosos en Israel en tiempo de Eliseo el profeta; sin embargo, ninguno de ellos fue limpiado, sino Naamán el hombre de Siria”.+ 28 Entonces todos los que oyeron estas cosas en la sinagoga se llenaron de cólera;+ 29 y se levantaron y lo sacaron apresuradamente de la ciudad, y lo llevaron hasta la cumbre de la montaña* sobre la cual había sido edificada la ciudad de ellos, para despeñarlo.+ 30 Mas él pasó por en medio de ellos y siguió su camino.+
31 Y bajó a Capernaum,+ ciudad de Galilea. Y les enseñaba en día de sábado; 32 y estaban atónitos de su modo de enseñar,+ porque su habla tenía autoridad.+ 33 Ahora bien, en la sinagoga había un hombre con un espíritu,+ un demonio inmundo,* y este gritó con voz fuerte: 34 “¡Ah! ¿Qué tenemos que ver contigo,*+ Jesús, nazareno?+ ¿Viniste a destruirnos? Sé+ exactamente quién eres: el Santo de Dios”.+ 35 Pero Jesús lo reprendió, y dijo: “Calla, y sal de él”. Entonces, después de derribar al hombre en medio de ellos, el demonio salió de él sin hacerle daño.+ 36 Ante esto, todos quedaron pasmados, y conversaban unos con otros, y decían: “¿Qué clase de habla es esta, porque con autoridad y poder ordena a los espíritus inmundos, y salen?”.+ 37 De modo que las noticias respecto a él salían a todo rincón de la comarca.+
38 Después de levantarse y salir de la sinagoga, él entró en casa de Simón. Ahora bien, la suegra de Simón estaba angustiada con una fiebre alta, y le hicieron petición a favor de ella.+ 39 De modo que se puso cerca de ella y reprendió la fiebre,+ y esta la dejó. Al instante ella se levantó y se puso a ministrarles.+
40 Pero cuando estaba poniéndose el sol, todos los que tenían enfermos de diversas dolencias los trajeron a él. Poniendo las manos sobre cada uno de ellos, él los curaba.+ 41 Salían también demonios de muchos,+ clamando y diciendo: “Tú eres el Hijo+ de Dios”. Pero él, reprendiéndolos, no les permitía hablar,+ porque sabían que él+ era el Cristo.+
42 Sin embargo, cuando se hizo de día, salió y prosiguió a un lugar solitario.+ Pero las muchedumbres andaban buscándolo y llegaron hasta donde estaba, y trataron de detenerlo para que no se fuera de ellos. 43 Pero él les dijo: “También a otras ciudades tengo que declarar las buenas nuevas del reino de Dios, porque para esto fui enviado”.+ 44 Por consiguiente, iba predicando en las sinagogas de Judea.+

Dios nos habla mediante Jeremias:

Capítulo 7
“Saturaré al alma cansada”
EL NUEVO mundo.” Al oír esas palabras, ¿acuden a nuestra mente imágenes de las bendiciones materiales predichas en la Biblia? Un cuerpo perfecto, alimento nutritivo en abundancia, animales mansos, vivienda segura... Hasta podemos citar pasajes que respaldan tales expectativas. Sin embargo, no olvidemos esta otra bendición: la salud espiritual y emocional. Sin ella, todos los demás deleites pronto se esfumarían.
2 Cuando Dios predijo mediante Jeremías el retorno de los judíos cautivos en Babilonia, destacó lo que sentiría su pueblo: “Te engalanarás con tus panderetas y realmente saldrás en la danza de los que están riéndose” (léanse Jeremías 30:18, 19 y 31:4, 12-14). Y añadió estas motivadoras palabras: “Saturaré al alma cansada, y ciertamente llenaré a toda alma que languidece”. La Nueva Biblia de los Hispanos vierte así la promesa divina: “Porque Yo he de satisfacer al alma cansada y he de saciar a toda alma atribulada” (Jer. 31:25).
3 ¡Qué magnífica esperanza! Jehová dijo que saturaría, o satisfaría plenamente, a quien estuviera cansado y sin fuerzas. Y él cumple lo que promete. Los escritos de Jeremías nos dan la confianza de que nosotros también veremos saciadas nuestras necesidades. Es más, nos muestran cómo cobrar ánimo y ver las cosas con optimismo aun ahora. También nos enseñan formas prácticas de animar a otros, ayudándoles a satisfacer sus almas cansadas.
4 Aquella promesa fue una fuente de ánimo para Jeremías, y puede serlo igualmente para nosotros. ¿En qué sentido? Recordemos que en el capítulo 1 de esta obra comentamos que Jeremías, tal como Elías, era un “hombre de sentimientos semejantes a los nuestros” (Sant. 5:17). Siendo esto así, veamos algunas razones por las que a veces el profeta pudo desalentarse o hasta deprimirse un poco. Al mismo tiempo, pensemos en cómo nos hubiéramos sentido nosotros y por qué ciertas situaciones podrían deprimirnos (Rom. 15:4).
5 El desánimo de Jeremías pudo provenir en parte de Anatot, ciudad levita que lo vio nacer, situada a unos cuantos kilómetros al noreste de Jerusalén. Allí tendría conocidos y hasta parientes. Mas como dijo Jesús, un profeta no tiene honra en su propia tierra, y ese fue el caso de Jeremías (Juan 4:44). Sus paisanos no solo fueron indiferentes e irrespetuosos con él, pues Dios dijo que ‘los hombres de Anatot anduvieron buscando su alma’. De hecho, dijeron amenazantes: “No debes profetizar en el nombre de Jehová, para que no mueras a mano de nosotros”. ¡Los mismos que debían estar de su lado —sus paisanos y, posiblemente, sus parientes— tramaban contra su vida! (Jer. 1:1; 11:21.)
[Ilustración de la página 83]
6 Si nos hallamos bajo la presión de vecinos, condiscípulos, compañeros de trabajo o hasta familiares, nos animará saber qué hizo Jehová a favor de Jeremías. “Voy a dirigir mi atención a” los hombres de Anatot, sentenció (léase Jeremías 11:22, 23). Sin duda, saber que Dios tomaría cartas en el asunto contribuyó a que el profeta superara el desánimo que pudiera haberlo invadido. La “atención” de Dios significaría que vendría una “calamidad sobre los hombres de Anatot”, y así fue. Nosotros podemos sentirnos tranquilos sabiendo que Jehová presta atención a todas las cosas y actúa al debido tiempo (Sal. 11:4; 66:7). Si persistimos en nuestra adhesión a las enseñanzas de la Biblia y en hacer lo que es correcto, ayudaremos incluso a algunos de nuestros enemigos a que se salven de la calamidad que de otro modo les sobrevendría (1 Tim. 4:16).
¿Cómo indica el libro de Jeremías que Dios se interesa por los sentimientos de su pueblo, y qué efecto tuvo este hecho en el profeta?
 
Tomado de WWW.j.w.org/es

Texto Biblico Diario:

Miércoles 27 de marzo
Hay, de hecho, muchas otras cosas también que Jesús hizo, que, si se escribieran alguna vez en todo detalle, supongo que el mundo mismo no podría contener los rollos que se escribieran (Juan 21:25).
Una de las labores que Cristo realizó en su breve y dinámico ministerio fue seleccionar, preparar y organizar a varones que asumieran la dirección de la obra una vez que terminara su vida en la Tierra. Así, cuando ascendió al cielo en el año 33, ya había dejado sentadas las bases de una extraordinaria congregación que en poco tiempo contó con miles de miembros (Hech. 2:41, 42; 4:4; 6:7). Hoy, sigue habiendo una gran necesidad de hombres que lleven la dirección espiritual. Todo hermano que trabaja duro para poder asumir esta responsabilidad es digno de elogio y “desea una obra excelente” (1 Tim. 3:1). Para ocupar una posición de servicio en la congregación hay que cumplir requisitos espirituales. No importan tanto las aptitudes y logros como las cualidades cristianas. w11 15/11 5:1-3
Lectura bíblica para la Conmemoración:  Lucas 22:66-71  (14 de nisán durante el día)