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Friday, October 19, 2012

El Rey del Norte y el Rey del Sur y los días del fín

Biblia en línea
TRADUCCIÓN DEL NUEVO MUNDO DE LAS SANTAS ESCRITURAS

Daniel 10:1–21

1En el tercer año de Ciro el rey de Persia un asunto fue revelado a Daniel, a quien se llamó por nombre Beltsasar; y el asunto era verdadero, y había un gran servicio militar. Y él entendió el asunto, y tuvo entendimiento en la cosa vista.
2En aquellos días sucedió que yo mismo, Daniel, estuve de duelo por tres semanas completas.3Pan exquisito no comí, y ni carne ni vino entraron en mi boca, y de ninguna manera me unté aceite hasta completadas las tres semanas enteras.4Y en el día veinticuatro del primer mes, mientras sucedía que yo mismo estaba en la ribera del gran río, es decir, Hidequel,5también procedí a levantar los ojos y ver, y aquí estaba cierto hombre vestido de lino, con sus caderas ceñidas con oro de Ufaz.6Y su cuerpo era como crisólito, y su rostro como la apariencia del relámpago, y sus ojos como antorchas de fuego, y sus brazos y el lugar de sus pies eran como la vista de cobre bruñido, y el sonido de sus palabras era como el sonido de una muchedumbre.7Y yo vi, yo Daniel por mí mismo, el aparecimiento; pero en cuanto a los hombres que se hallaban conmigo, no vieron el aparecimiento. No obstante, hubo un gran temblor que cayó sobre ellos, de modo que se pusieron a correr y esconderse.
8Y a mí... a mí se me dejó solo, de modo que vi este gran aparecimiento. Y no quedó en mí ningún poder, y mi propia dignidad llegó a cambiarse sobre mí hasta arruinamiento, y no retuve ningún poder.9Y empecé a oír el sonido de sus palabras; y al oír el sonido de sus palabras, sucedió que también me hallé profundamente dormido sobre mi rostro, rostro a tierra.10Y, ¡mire!, hubo una mano que me tocó, y gradualmente me agitó para [que me pusiera] sobre las rodillas y las palmas de las manos.11Y procedió a decirme:
“Oh Daniel, hombre muy deseable, ten entendimiento en las palabras que te hablo, y ponte de pie donde estabas parado, porque ahora he sido enviado a ti”.
Y cuando él habló conmigo esta palabra, sí me puse de pie, retemblando.
12Y pasó a decirme: “No tengas miedo, oh Daniel, porque desde el primer día que diste tu corazón a entender y a humillarte delante de tu Dios tus palabras han sido oídas, y yo mismo he venido a causa de tus palabras.13Pero el príncipe de la región real de Persia estuvo plantado en oposición a mí por veintiún días, y, ¡mira!, Miguel, uno de los príncipes prominentes, vino a ayudarme; y yo, por mi parte, permanecí allí al lado de los reyes de Persia.14Y he venido a hacer que disciernas lo que acaecerá a tu pueblo en la parte final de los días, porque es una visión todavía para los días [venideros]”.
15Ahora bien, cuando me habló palabras como estas, yo me había puesto rostro a tierra y había enmudecido.16Y, ¡mire!, uno parecido a la semejanza de los hijos de la humanidad estaba tocando mis labios, y empecé a abrir la boca y hablar y decir al que estaba de pie enfrente de mí: “Oh mi señor, debido al aparecimiento mis convulsiones fueron vueltas dentro de mí, y no retuve ningún poder.17Así que, ¿cómo podría el siervo de este mi señor hablar con este mi señor? Y en cuanto a mí, hasta ahora no siguió subsistiendo en mí ningún poder, y ningún aliento en absoluto quedó en mí”.
18Y aquel como la apariencia de un hombre terrestre procedió a tocarme de nuevo y a fortalecerme.19Entonces dijo: “No tengas miedo, oh hombre muy deseable. Ten paz. Sé fuerte, sí, sé fuerte”. Y tan pronto como habló conmigo ejercí mi fuerza y finalmente dije: “Hable mi señor, porque me has fortalecido”.20Así que pasó a decir:
“¿Sabes realmente por qué he venido a ti? Y ahora regresaré a pelear con el príncipe de Persia. Cuando yo vaya saliendo, ¡mira!, también el príncipe de Grecia viene.
21No obstante, te informaré las cosas apuntadas en la escritura de la verdad, y no hay nadie que resulte fuerte conmigo en estas [cosas] sino Miguel, el príncipe de ustedes.
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