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Wednesday, April 17, 2013

Sobreviviremos como Jeremias?

Capítulo 8
¿Sobreviviremos, como Jeremías?
TRAS instar Josué a los israelitas a elegir a quién servirían, les aseguró: “En cuanto a mí y a mi casa, nosotros serviremos a Jehová” (Jos. 24:15). Josué estaba decidido a ser leal a Dios y confiaba en que los suyos también lo serían. Años después, ante la inminente destrucción de Jerusalén, Jeremías le dijo a Sedequías que si se rendía a los caldeos, ‘él mismo y su casa seguirían viviendo’ (Jer. 38:17). El rey tomó una mala decisión, la cual repercutió no solo en sí mismo, sino también en sus esposas e hijos. A estos últimos los asesinaron ante sus ojos, y él fue cegado y llevado cautivo a Babilonia (Jer. 38:18-23; 39:6, 7).
2 En ambos ejemplos se menciona tanto a la persona implicada como a su familia. Esto es lógico, porque si bien cada adulto era responsable ante Dios, la mayoría de los israelitas se casaba y formaba una familia. La familia era importante para ellos, y también lo es para nosotros. Así lo percibimos en nuestra lectura bíblica y en lo que estudiamos en las reuniones sobre el matrimonio, la crianza de los hijos y el respeto en el hogar (1 Cor. 7:36-39; 1 Tim. 5:8).
UN MANDATO POCO COMÚN
3 Jeremías fue uno de los supervivientes de la destrucción de Jerusalén, aunque sus circunstancias personales eran diferentes a las de la mayoría (Jer. 21:9; 40:1-4). Dios le había mandado que no se casara ni tuviera hijos y que se abstuviera de ciertas actividades normales de la vida judía (léase Jeremías 16:1-4).
4 En la época y cultura del profeta, lo común era casarse y tener hijos. Y así lo hacían casi todos los judíos, con lo que se mantenían las herencias territoriales dentro de la tribu y la familia (Deu. 7:14).* ¿Por qué no podría hacerlo Jeremías? En vista de lo que se avecinaba, Dios le ordenó que no participara en las ocasiones de duelo o de alegría. No había de consolar a los dolientes ni comer con ellos tras el funeral, ni disfrutar del júbilo de las bodas. Tanto los festines fúnebres como los alegres banquetes de bodas estaban a punto de terminar para siempre (Jer. 7:33; 16:5-9). Con su conducta, Jeremías respaldó sus palabras y destacó la gravedad del venidero juicio. Al tiempo llegó la calamidad. ¿Podemos imaginarnos cómo se sintieron entonces quienes cayeron en el canibalismo o quienes vieron a sus seres queridos convertirse en simple carroña? (Léase Jeremías 14:16; Lam. 2:20.) Así que no había razón para compadecerse de Jeremías porque fuera soltero. Aunque los dieciocho meses de sitio segaron la vida de familias enteras, él no tuvo una esposa o hijos que llorar.
5 Ahora bien, ¿es aplicable a los cristianos el pasaje de Jeremías 16:5-9? No, pues se nos exhorta a “consolar a los que se hallan en cualquier clase de tribulación” y a “regoci[jarnos] con los que se regocijan” (2 Cor. 1:4; Rom. 12:15). El propio Jesús asistió a una boda y contribuyó a la alegría de la fiesta. No obstante, lo que le aguarda a este malvado mundo es muy grave, y quizás los cristianos hasta pasemos penurias y privaciones. Jesús subrayó la necesidad de aguantar y mantenerse fieles a toda costa, como nuestros hermanos del siglo primero que huyeron de Judea. Por eso, permanecer soltero, casarse o tener hijos son asuntos que merecen seria reflexión (léase Mateo 24:17, 18).
[Ilustración de la página 94]
6 ¿Qué relevancia tiene el mandato que Dios le dio a Jeremías de no casarse ni tener hijos? En la congregación hay cristianos fieles que son solteros o que están casados pero no tienen hijos. ¿Qué pueden aprender de Jeremías? ¿Y por qué deben prestar atención a este aspecto de la vida del profeta incluso los matrimonios con hijos?
7 Recordemos primero que Jeremías no había de engendrar hijos. ¿Y los cristianos? Jesús no mandó a sus seguidores que se abstuvieran de criar una familia; aun así, es notable que pronunciara un “¡ay!” por las mujeres embarazadas o las que estuvieran amamantando cuando llegara la tribulación sobre Jerusalén entre los años 66 y 70 de nuestra era. Dadas las circunstancias, sería una época especialmente difícil para ellas (Mat. 24:19). Nosotros nos acercamos a una tribulación mayor, lo cual debería hacer pensar seriamente a las parejas cristianas que dudan entre tener o no tener hijos. ¿No es cierto que cada vez es más difícil bregar con estos tiempos críticos? Además, los matrimonios admiten que cuesta mucho criar a los hijos en el camino de la vida. Aunque cada pareja debe decidir si tendrá hijos o no, vale la pena analizar el caso de Jeremías. Pero ¿y el mandato divino de que ni siquiera se casara?
¿Qué mandato poco común recibió Jeremías, y qué motivo de reflexión nos proporciona?
APRENDAMOS DE LA SOLTERÍA DE JEREMÍAS
8 Al pedirle a Jeremías que no se casara, Dios no estableció una norma para todos sus siervos. El matrimonio es bueno. Jehová mismo lo fundó a fin de poblar la Tierra y como un medio de gran deleite y satisfacción (Pro. 5:18). Sin embargo, a lo largo de la historia no todos sus siervos se han casado. En la época de Jeremías, de seguro había eunucos entre el pueblo de Dios, además de viudas y viudos.* Así que el profeta no era el único que no tenía cónyuge. Desde luego, contaba con razones para mantenerse soltero, tal como algunos cristianos de hoy.
9 Muchos cristianos contraen matrimonio, pero no todos. Jesús no se casó, y dijo que algunos discípulos tendrían el don de “hacer lugar para” la soltería en su mente y corazón. Animó a cuantos pudieran a seguir su ejemplo (léase Mateo 19:11, 12). Así que no deberíamos bromear con el estado civil de los que desean quedarse solteros en pro del servicio a Dios, sino encomiarlos. Por supuesto, algunos permanecen solteros temporalmente debido a diversas circunstancias. Por ejemplo, quizás no han encontrado a un cónyuge cristiano adecuado con el cual unirse en matrimonio y están decididos a sostener la norma divina de casarse “solo en el Señor”, una decisión que merece nuestro aplauso (1 Cor. 7:39). Y, claro, algunos son viudos o viudas, por lo que están solos.* Ninguno de ellos debe olvidar jamás que Jehová y Jesús siempre los tienen presentes (Jer. 22:3; léase 1 Corintios 7:8, 9).
10 En vista de lo anterior, Jeremías podía recurrir a Dios mientras se mantuviera soltero. ¿Cómo? Recordemos que el profeta se deleitaba en la palabra de Jehová, la cual le resultó una fuente de fortaleza y consuelo durante los años en que desempeñó su comisión divina. Aparte de eso, hizo lo posible por evitar la compañía de quienes pudieran ridiculizarlo por ser soltero; de hecho, prefirió ‘sentarse absolutamente solo’ antes que alternar con aquellos individuos (léase Jeremías 15:17).
11 Numerosos cristianos solteros, tanto hombres como mujeres de todas las edades, siguen el modelo de Jeremías, y sus experiencias demuestran que es muy útil estar inmerso en el servicio a Dios, es decir, participar de lleno en las actividades espirituales. Por ejemplo, una Testigo de una congregación china señala: “El precursorado le da rumbo a mi vida. Ser soltera me permite llevar una vida ocupada y plena, lo cual me ayuda a evitar el sentimiento de soledad. Al final del día estoy satisfecha porque veo que mi ministerio beneficia de verdad a la gente, y eso me hace muy feliz”. Una precursora de 38 años opina: “El secreto de la felicidad consiste en disfrutar de los aspectos positivos de cualquier situación en que te encuentres”. Y una hermana soltera del sur de Europa admitió con franqueza: “Tal vez mi vida no sea exactamente como yo esperaba que fuera, pero soy feliz y seguiré siéndolo”.
[Ilustración de la página 97]
12 ¿Es posible que Jeremías pensara que su vida no era como la había planeado? Quizás. Pero puede que también viera que lo mismo les sucede a quienes se casan y tienen hijos. Una precursora española explica: “Conozco matrimonios que son felices y otros que no lo son. Esta realidad me convence de que mi felicidad no depende de que me case o no”. Sin duda alguna, la experiencia de Jeremías —una entre miles— demuestra que los solteros pueden disfrutar de una vida satisfaciente y feliz. Otro caso que lo corrobora es el del apóstol Pablo, quien escribió: “Digo a los no casados y a las viudas: les es bueno permanecer así como yo” (1 Cor. 7:8). Probablemente Pablo era viudo; de cualquier modo, no estaba casado mientras fue misionero (1 Cor. 9:5). ¿No es lógico pensar que su estado civil contribuyó a que se entregara tan de lleno a su servicio? Así es, pudo “atender constantemente al Señor sin distracción”, lo que se tradujo en grandes beneficios (1 Cor. 7:35).
13 Pablo también escribió por inspiración: “Los que [se casen] tendrán tribulación en la carne”. Y luego añadió esta profunda verdad: “Si alguno está resuelto en su corazón [...] [a] guardar su propia virginidad, hará bien. Por consiguiente, también el que da su virginidad en matrimonio hace bien, pero el que no la da en matrimonio hará mejor” (1 Cor. 7:28, 37, 38). Jeremías nunca leyó estas palabras, pero lo que hizo con su vida demuestra que la soltería no es un estorbo para ser dichoso en el servicio a Dios. Todo lo contrario: resulta de gran ayuda para llevar una vida con sentido, centrada en la adoración pura. El rey Sedequías, que era casado, no atendió el consejo del profeta y murió; en cambio, Jeremías, que era soltero, obró de tal manera que sobrevivió.
¿Qué podemos aprender del hecho de que Jeremías permaneciera soltero durante muchos años?
RECONFORTEMOS Y SEAMOS RECONFORTADOS
14 Como ya se ha dicho, la mayoría de los hombres y mujeres del tiempo de Jeremías se casaban y formaban sus familias. Y lo mismo cabe decir de los contemporáneos de Pablo. Es razonable pensar que, en general, los cristianos con familia no tenían la posibilidad de mudarse al extranjero para participar en el ministerio como Pablo, pero había mucho que hacer en sus localidades, lo que incluía apoyar a los solteros. Recordemos que cuando Pablo llegó a Corinto, Áquila y Priscila lo acogieron en su casa y trabajaron con él en el mismo oficio. Pero la cosa no quedó ahí; la amistad que le brindaron a Pablo seguramente resultó muy enriquecedora. Imaginemos los buenos ratos que pasarían compartiendo una comida o las ocasiones en las que pudieron animarse mutuamente. ¿Tuvo Jeremías compañeros así? Aunque aprovechó su soltería para servir a Dios, no era un ermitaño, ni mucho menos. Es muy probable que disfrutara de la reconfortante compañía de las familias de siervos devotos de Dios, como Baruc y Ébed-mélec (Rom. 16:3; léase Hechos 18:1-3).
[Ilustración de la página 100]
15 Los cristianos solteros de la actualidad también se benefician de la afectuosa compañía que les brindan las familias que imitan a la de Áquila. Y la nuestra, ¿ofrece ese tipo de compañía a quienes no están casados? Cierta hermana confesó: “He dejado el mundo y no quiero volver a él. Pero sigo necesitando cariño y afecto. Le pido a Jehová que nos dé a los solteros más alimento espiritual y ánimo. No somos invisibles, y no todos estamos deseosos de casarnos. Sin embargo, en cierto sentido parece que estamos solos. Es verdad que podemos recurrir a Jehová, pero cuando necesitamos calor humano, ¿podemos recurrir a nuestra familia espiritual?”. Miles de solteros pueden responder con un sincero “sí”, pues gozan de buen compañerismo en la congregación. Su círculo de amigos no se reduce a Testigos de su misma edad. Como son muy sociables, disfrutan de la amistad que les dan tanto los jóvenes como los mayores.
16 Si lo planeamos, podemos ser una fuente de ánimo para los solteros al incluirlos de vez en cuando en las actividades de la familia, como en la Noche de Adoración en Familia. Invitar a un hermano soltero a comer puede significar mucho más que simplemente compartir un plato de buena comida. ¿Y si quedáramos para salir al ministerio del campo juntos? O ¿qué tal si le pedimos que venga con nosotros a trabajar en el mantenimiento del Salón del Reino o incluso de compras alguna vez? Hay familias que han invitado a un viudo, una viuda o un precursor soltero a que viaje con ellos a la asamblea o a un lugar de vacaciones. Tal compañerismo ha sido muy reconfortante para todos.
17 Otro aspecto que les concierne a los hermanos solteros es el cuidado de los padres envejecidos. En los tiempos de Jesús, algunos judíos prominentes evitaban con astucia atender a sus padres. Afirmaban que los deberes religiosos que ellos mismos se habían impuesto tenían prioridad sobre las obligaciones impuestas por Dios en cuanto al cuidado de sus progenitores (Mar. 7:9-13). No debería ser así en el caso de las familias cristianas (1 Tim. 5:3-8).
18 Pero ¿qué ocurre cuando los padres mayores tienen varios hijos cristianos? Si uno de ellos no está casado, ¿se convierte ineludiblemente en su cuidador principal? Una hermana japonesa escribió: “Me gustaría casarme, pero no puedo porque debo cuidar de mis padres. Tengo la plena confianza de que Jehová comprende la presión que supone atender a los padres y el dolor de corazón que sentimos los solteros”. ¿Podría ser que ella tuviera hermanos y hermanas casados que hubieran decidido, sin consultarle, que debía encargarse de atender a los padres? En casos como estos, cabe señalar que Jeremías tuvo hermanos que no lo trataron con justicia (léase Jeremías 12:6).
19 Jehová comprende a los solteros y se compadece de los que atraviesan tiempos difíciles (Sal. 103:11-14). De todas maneras, los padres envejecidos o enfermos son los progenitores de todos sus hijos, no solo de los solteros. Puede que algunos estén casados y tengan familia; pero esto no rompe los lazos afectivos naturales con sus padres ni los exime de cumplir con su deber cristiano de ayudar cuando hace falta. Pensemos en Jesús que, aun cuando estaba a punto de morir en el madero, reconoció su deber y no se desentendió del cuidado de su madre (Juan 19:25-27). La Biblia no da normas detalladas sobre cómo organizar la atención de los padres mayores o enfermos; tampoco dice en ninguna parte que los hijos no casados sean automáticamente más responsables que los demás. En este tema tan delicado, los familiares han de llegar a un acuerdo manifestando buen juicio y consideración mutua, sin olvidar el ejemplo que Jesús dejó al ocuparse de su madre.
20 Bajo inspiración, Jeremías predijo que habría compañerismo y hermandad dentro del pueblo de Jehová (Jer. 31:34). Nosotros ya disfrutamos en la congregación de una sobresaliente camaradería que incluye, por supuesto, a los hermanos y hermanas no casados. No cabe la menor duda de que todos deseamos intercambiar estímulo con ellos y ver que permanecen en el camino de la vida.
Con relación a los hermanos no casados, ¿qué otros pasos podría dar usted para reconfortar y ser reconfortado?
[Notas]
En las Escrituras Hebreas no hay palabra para “soltero”.
Isaías se dirigió proféticamente a los eunucos literales de su día, quienes tenían una participación limitada en la adoración. Profetizó que mediante su obediencia se ganarían “algo mejor que hijos e hijas”: Dios les daría en Su casa “un nombre hasta tiempo indefinido” (Isa. 56:4, 5).
Otros puede que vivan solos porque su cónyuge, posiblemente un no creyente, se separó u obtuvo un divorcio legal.
[Preguntas del estudio]
 1, 2. ¿Por qué es lógico que nos interesemos tanto en los individuos como en las familias?
 3, 4. ¿De qué manera difería la situación de la mayoría de la de Jeremías, y cómo lo benefició?
 5. ¿Qué relación tienen con los cristianos las instrucciones recogidas en Jeremías 16:5-9?
 6. ¿Quiénes pueden beneficiarse de reflexionar en el mandato de Dios a Jeremías?
 7. ¿Por qué es motivo de reflexión el que Jeremías no tuviera hijos?
 8. ¿Por qué decimos que no es preciso estar casado para agradar a Dios?
 9. ¿Qué consejo inspirado sobre el matrimonio deberíamos tomar a pecho?
10, 11. a) ¿Qué ayudó a Jeremías a ser feliz en su soltería? b) ¿Cómo confirman las experiencias de nuestros hermanos que se puede disfrutar de una vida plena sin estar casado?
12, 13. a) ¿Cuál es un punto de vista realista sobre la soltería y el matrimonio? b) ¿Qué destacan la vida y consejos de Pablo sobre la soltería?
14. ¿Qué resalta la relación de la familia de Áquila con Pablo?
15. ¿Cómo pueden apoyar las familias cristianas a los no casados?
16. ¿Qué cosas sencillas podemos hacer para apoyar a los no casados de nuestra congregación?
17-19. a) ¿Por qué se necesita equilibrio al organizar el cuidado de los padres mayores o enfermos? b) ¿Qué nos enseña el hecho de que Jesús se ocupara de su madre?
20. ¿Cómo se siente al ver la hermandad que reina en la congregación?
[Ilustración de la página 94]
[Ilustración de la página 97]
[Recuadro de la página 98]
  “Valoro sobremanera los momentos de soledad. Puedo comunicarme con Jehová en oración y disfrutar de la meditación y el estudio personal sin distracciones. [...] La soltería ha contribuido mucho a mi gozo.” (Babette)
[Ilustración de la página 100]
 
Tomado de WWW.j.w.org/es 

Valoramos nuestra herencia espiritual?

LA ATALAYA (EDICIÓN DE ESTUDIO) FEBRERO DE 2013

PUBLICADO EN

¿Valoramos nuestra herencia espiritual?

“Dios [...] dirigió su atención a las naciones para sacar de entre ellas un pueblo para su nombre.” (HECH. 15:14)
1, 2. a) ¿Qué era “la cabaña de David,” y cómo sería reconstruida? b) ¿Quiénes sirven juntos a Dios hoy día?
EN EL año 49, el consejo que dirigía la congregación cristiana celebró una reunión trascendental en Jerusalén. En esa ocasión, el discípulo Santiago dijo: “Symeón [Pedro] ha contado cabalmente cómo Dios por primera vez dirigió su atención a las naciones para sacar de entre ellas un pueblo para su nombre. Y con esto convienen las palabras de los Profetas, así como está escrito: ‘Después de estas cosas volveré y reedificaré la cabaña de David que está caída; y reedificaré sus ruinas y la erigiré de nuevo, para que los que queden de los hombres busquen solícitamente a Jehová, junto con gente de todas las naciones, personas que son llamadas por mi nombre, dice Jehová, que está haciendo estas cosas, conocidas desde la antigüedad’” (Hech. 15:13-18).
2 La profecía de Amós que citó Santiago menciona “la cabaña de David”: su dinastía real. Esta cayó cuando Sedequías dejó de ser rey (Amós 9:11). Sin embargo, la “cabaña” sería reconstruida por Jesús, un descendiente de David que gobernaría para siempre (Ezeq. 21:27; Hech. 2:29-36). En aquella histórica reunión, Santiago afirmó que la obra de recoger a los herederos del Reino, judíos y no judíos, marcaba el cumplimiento de esa profecía. Hoy, los cristianos ungidos que aún están en la Tierra y millones de “otras ovejas” de Jesús predican unidos las verdades bíblicas como siervos de Jehová (Juan 10:16).

UNA PRUEBA PARA EL PUEBLO DE JEHOVÁ

3, 4. ¿Qué ayudó al pueblo de Jehová a mantener viva su espiritualidad cuando estaba en Babilonia?
3 Cuando los judíos fueron desterrados en Babilonia, quedó claro que “la cabaña de David” había caído. Ellos llegaron a una ciudad donde reinaba la religión falsa y tuvieron que estar allí setenta años, del 607 al  537 antes de nuestra era. ¿Qué los ayudó a mantener viva su espiritualidad? Lo mismo que ayuda hoy al pueblo de Dios en este mundo gobernado por Satanás: una rica herencia espiritual (1 Juan 5:19).
4 La Palabra de Dios forma parte de esta herencia. Es verdad que los judíos exiliados en Babilonia no tenían las Escrituras completas, pero sí tenían la Ley mosaica, que incluye los Diez Mandamientos. También conocían “las canciones de Sión” y los animadores relatos de siervos de Dios que vivieron antes que ellos. Además, podían recordar muchos proverbios. No es de extrañar que lloraran al pensar en Sión y que no se olvidaran de Jehová (lea Salmo 137:1-6). Su herencia espiritual los ayudó a mantenerse cerca de Jehová pese a las innumerables doctrinas y prácticas religiosas falsas de Babilonia.

LA TRINIDAD NO ES UNA DOCTRINA NUEVA

5. ¿Qué pruebas hay de que en Babilonia y Egipto existían tríadas, o trinidades, de dioses?
5 La tríada, o trinidad, divina era una característica sobresaliente de la religión de Babilonia. Una trinidad babilónica la componían Sin (dios Luna), Shamash (dios Sol) e Istar (diosa de la fertilidad y la guerra). En el antiguo Egipto se adoraba a familias de tres dioses, compuestas por un padre, una madre y un hijo. La obra Mitología General dice que los egipcios formaban “lo que se conoce con el nombre de tríada divina, cuyo dios-padre no es siempre el jefe, pues cuando la divinidad principal del lugar es una diosa, aquél se ve reducido al papel de príncipe consorte”. Una de esas tríadas estaba integrada por el dios Osiris, la diosa Isis y Horus, su hijo.
6. ¿Qué es la Trinidad, y cómo se nos ha protegido de esa creencia falsa?
6 La cristiandad tiene su propia tríada: la Trinidad. Sus líderes enseñan que el Padre, el Hijo y el espíritu santo son un solo Dios. Esta creencia da a entender que Jehová no es tan poderoso, pues lo reduce a la tercera parte de una deidad. Sin embargo, su pueblo ha sido protegido de esa enseñanza falsa porque acepta esta declaración inspirada: “Escucha, oh Israel: Jehová nuestro Dios es un solo Jehová” (Deut. 6:4). Si el propio Jesús citó estas palabras, ¿cómo podría contradecirlas un cristiano verdadero? (Mar. 12:29.)
7. ¿Por qué no acepta Dios la dedicación y el bautismo de una persona que cree en la Trinidad?
7 Jesús mandó a sus seguidores: “Hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo” (Mat. 28:19). La doctrina de la Trinidad no encaja con este mandato. Para que alguien sea bautizado como cristiano verdadero y testigo de Jehová debe reconocer la superioridad del Padre, Jehová, y la posición y autoridad de su Hijo, Jesús. También debe creer que el espíritu santo es la fuerza activa de Dios, y no una parte de la Trinidad (Gén. 1:2). Por tanto, es imposible que Dios acepte la dedicación y el bautismo de alguien que cree en esa doctrina. ¡Qué agradecidos estamos de que nuestra herencia espiritual nos haya protegido de una enseñanza que deshonra a Dios!

EL OCULTISMO APARECE EN ESCENA

8. ¿Qué creían los babilonios sobre los dioses y los demonios?
8 La religión babilónica estaba inundada de doctrinas falsas, deidades, demonios y ocultismo. Según el libro Historia Religionum. Manual de Historia de las religiones, “los babilonios creían que todo el cosmos estaba lleno de dioses y espíritus, unos buenos y otros malignos. [...] Toda enfermedad se atribuía a la intervención de estos demonios [...]. Había que expulsar[los] de la enfermedad utilizando  ciertos elementos materiales, ritos y exorcismos [...]. Estos demonios jugaban un papel desmesurado en la vida diaria; lo mismo puede decirse del número de los textos mágicos destinados a combatirlos”.
9. a) Después del destierro en Babilonia, ¿cómo cayó un buen número de judíos en la trampa de las enseñanzas falsas? b) ¿Cómo nos protege Jehová del contacto con los demonios?
9 Después del destierro en Babilonia, muchos judíos cayeron en la trampa de las enseñanzas falsas. A medida que el pensamiento griego se iba extendiendo por el mundo, fueron aceptando la idea de que no todos los demonios eran malos, que existían demonios buenos, y así se expusieron a su control. Pero nuestro legado espiritual nos protege del contacto con ellos, pues hemos aprendido que Dios condenó las prácticas ocultistas de Babilonia (Is. 47:1, 12-15). Obedecer lo que Dios dice sobre el ocultismo nos protege (lea Deuteronomio 18:10-12 y Revelación 21:8).
10. ¿Qué se puede decir de las prácticas y creencias de Babilonia la Grande?
10 El ocultismo no solo era común entre los antiguos babilonios, sino que también lo ha sido entre quienes han apoyado a Babilonia la Grande, que es el conjunto de religiones falsas de este mundo (Rev. 18:21-24). Una obra especializada indica que “Babilonia [la Grande] abarca más que un imperio o cultura. La definen mejor la idolatría extrema que los límites geográficos o temporales” (The Interpreter’s Dictionary of the Bible, vol. 1, pág. 338). Babilonia la Grande, repleta de ocultismo, idolatría y otros pecados, aún existe, pero no será por mucho tiempo (lea Revelación 18:1-5).
11. ¿Qué advertencias sobre el ocultismo han aparecido en nuestras publicaciones?
11 En cierta ocasión, Jehová dijo: “No puedo soportar el uso de poder mágico” (Is. 1:13). El ocultismo, a veces llamado espiritualismo, era muy popular en el siglo XIX. De ahí que un artículo de la Zion’s Watch Tower (La Torre del Vigía de Sión) de mayo de 1885 advirtiera: “La creencia de que los muertos están vivos en otra esfera o condición no es nueva; formaba parte de la religión antigua y es la raíz de todas las mitologías”. La revista añadía que la enseñanza antibíblica de que los muertos se comunican con los vivos “ha servido de tapadera e impulso a los demonios, que han engañado a la gente tras el disfraz de espíritus humanos. Los demonios han aprovechado al máximo esta forma de esconder su identidad y así han logrado dominar la mente y la vida de muchas personas”. El folleto What Say the Scriptures About Spiritism? (¿Qué dicen las Escrituras acerca del espiritismo?), publicado unos años más tarde, contenía advertencias parecidas. Y nuestras publicaciones más recientes también nos avisan de los peligros del ocultismo.

¿HAY ALMAS SUFRIENDO EN EL MÁS ALLÁ?

12. Bajo inspiración divina ¿qué dijo Salomón en cuanto a los muertos?
12 “Todos los que han llegado a conocer la verdad” saben cuál es la condición de los muertos (2 Juan 1). Por eso estamos de acuerdo con estas palabras de Salomón: “Un perro vivo está en mejor situación que un león muerto. Porque los vivos tienen conciencia de que morirán; pero en cuanto a los muertos, ellos no tienen conciencia de nada en absoluto [...]. Todo lo que tu mano halle que hacer, hazlo con tu mismo poder, porque no hay trabajo ni formación de proyectos ni conocimiento ni sabiduría en el Seol [la sepultura], el lugar adonde vas” (Ecl. 9:4, 5, 10).
13. ¿Cómo influyeron en los judíos la religión y la cultura griega?
13 Los judíos tenían a su alcance la verdad sobre los muertos. Sin embargo,  cuando Grecia quedó dividida entre los generales de Alejandro Magno, se intentó unir a Judá y Siria mediante la religión y la cultura griega. Como resultado, los judíos aceptaron las doctrinas falsas de que el alma humana es inmortal y que hay un lugar de tormento en el más allá. Ahora bien, la enseñanza de que existe un sitio repleto de almas sufriendo no se originó en Grecia. Los babilonios ya creían en “un mundo de ultratumba [...] plagado de horrores y que [estaba] presidido por poderosos y crueles dioses y demonios” (The Religion of Babylonia and Assyria). No hay duda de que en Babilonia se creía en la inmortalidad del alma.
14. ¿Qué sabían Job y Abrahán de la muerte y la resurrección?
14 Aunque el justo Job no tenía las Escrituras, conocía la verdad sobre la muerte. Además, sabía que Jehová es un Dios amoroso y que querría resucitarlo (Job 14:13-15). Abrahán también creía en la resurrección (lea Hebreos 11:17-19). Estos fieles siervos de Dios no pensaban que el alma humana fuera inmortal, pues es imposible resucitar a alguien que no puede morir. Seguro que el espíritu de Dios ayudó a Job y a Abrahán a comprender lo que les ocurre a los muertos y a tener fe en la resurrección. Estas enseñanzas verdaderas también son parte de nuestra herencia espiritual.

EL RESCATE, UNA VERDAD FUNDAMENTAL

15, 16. ¿Cómo se nos ha liberado del pecado y la muerte?
15 Estamos agradecidos a Dios porque nos ha enseñado lo que hizo para liberarnos del pecado y la muerte que heredamos de Adán (Rom. 5:12). Sabemos que Jesús “no vino para que se le ministrara, sino para ministrar y para dar su alma en rescate en cambio por muchos” (Mar. 10:45). Realmente es maravilloso entender “la liberación por el rescate pagado por Cristo Jesús” (Rom. 3:22-24).
 16 En el siglo I, tanto los judíos como los no judíos debían arrepentirse de sus pecados y demostrar fe en el sacrificio de Jesús. Si no lo hacían, sus pecados no serían perdonados. Y hoy es igual (Juan 3:16, 36). Si alguien se empeña en creer en doctrinas falsas, como la Trinidad o la inmortalidad del alma, no puede beneficiarse del rescate. Pero nosotros sí podemos, pues sabemos la verdad sobre el Hijo de Dios, “por medio de quien tenemos nuestra liberación por rescate, el perdón de nuestros pecados” (Col. 1:13, 14).

SIGAMOS SIRVIENDO A JEHOVÁ

17, 18. ¿Dónde podemos encontrar información útil sobre nuestra historia, y cómo nos beneficia analizar esa información?
17 Se podría decir mucho más de las enseñanzas verdaderas que amamos, de nuestras experiencias como siervos de Dios y de todas las bendiciones espirituales y materiales que disfrutamos. Durante décadas, por ejemplo, hemos leído en el Anuario emocionantes relatos sobre la actividad que realizamos por todo el mundo. Nuestra historia se cuenta en los videos Historia de fe viva (partes 1 y 2) y en publicaciones como Los testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios. Y nuestras revistas a menudo contienen animadores relatos autobiográficos de nuestros queridos hermanos.
18 Lo cierto es que analizar la historia de la organización de Jehová nos beneficia, tal como benefició al pueblo de Israel reflexionar en cómo Jehová los había liberado de Egipto (Éx. 12:26, 27). Al final de su vida, Moisés podía hablar de los actos extraordinarios de Dios. Por eso aconsejó al pueblo de Israel: “Recuerda los días de la antigüedad, consideren de generación en generación los años pasados; pregunta a tu padre, y él podrá informarte; a los tuyos que han envejecido, y ellos podrán decírtelo” (Deut. 32:7). Como pueblo y rebaño de Jehová, lo alabamos con gozo y hablamos a otros de sus poderosos actos (Sal. 79:13). Además, nos viene bien conocer nuestro pasado, aprender de él y hacer planes para el futuro.
19. Puesto que disfrutamos de luz espiritual, ¿qué debemos hacer?
19 Estamos agradecidos por disfrutar de la luz espiritual que Dios nos da, en vez de andar perdidos en un oscuro laberinto de enseñanzas falsas (Prov. 4:18, 19). Por tanto, estudiemos con esmero la Palabra de Dios y prediquemos con empeño la verdad. Así podremos imitar la actitud del salmista, quien alabó con estas palabras al Señor Soberano Jehová: “Mencionaré tu justicia, la tuya sola. Oh Dios, tú me has enseñado desde mi juventud en adelante, y hasta ahora sigo informando acerca de tus maravillosas obras. Y aun hasta la vejez y canicie, oh Dios, no me dejes, hasta que informe acerca de tu brazo a la generación; a todos los que han de venir, acerca de tu poderío” (Sal. 71:16-18).
20. ¿Qué dos asuntos se han cuestionado, y cuál es su postura al respecto?
20 Somos el pueblo dedicado de Jehová y entendemos que se han cuestionado dos asuntos relacionados entre sí: la soberanía divina y la lealtad del ser humano a Dios. Por eso predicamos la verdad innegable de que Jehová es el Soberano del universo y que merece toda nuestra adoración (Rev. 4:11). Gracias a su espíritu, anunciamos las buenas nuevas a la gente mansa, vendamos a los quebrantados de corazón y consolamos a los que están de duelo (Is. 61:1, 2). A pesar de los inútiles intentos de Satanás por controlar al pueblo de Dios y a la humanidad, nosotros valoramos nuestra herencia espiritual, deseamos ser leales a Jehová y proclamamos que él es el Señor Soberano, ahora y siempre (lea Salmo 26:11 y

Hijos de Dios:

¿Son hijos de Dios todos los seres humanos?
El ser hijos de Dios no es algo a lo cual nosotros los humanos tengamos derecho por nacimiento. Pero todos somos prole de Adán, quien, cuando fue creado en la perfección, fue “hijo de Dios”. (Luc. 3:38.)
Hech. 10:34, 35: “Dios no es parcial, sino que en toda nación el que le teme y obra justicia le es acepto.”
Juan 3:16: “Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna.” (Para que cualquiera de nosotros llegue a tener la clase de relación con Dios que Adán perdió tiene que ejercer fe genuina en el Hijo de Dios. Ese privilegio está disponible a personas de toda raza.)
1 Juan 3:10: “Los hijos de Dios y los hijos del Diablo se hacen evidentes por este hecho: Todo el que no obra justicia no se origina de Dios, tampoco el que no ama a su hermano.” (Por eso Dios no considera hijos de él a todos los seres humanos. Desde el punto de vista espiritual, los que practican deliberadamente las cosas que Dios condena tienen al Diablo como padre suyo. Véase Juan 8:44. En cambio, los cristianos verdaderos reflejan cualidades que manifiestan devoción piadosa. De entre estos, Dios ha seleccionado a una cantidad limitada para que rijan como reyes con Cristo en el cielo. A estos Dios los llama sus “hijos”. Para más detalles, véase la sección de este manual titulada “Nacer otra vez”.)
Rom. 8:19-21: “La expectativa ansiosa de la creación aguarda la revelación de los hijos de Dios [...] la creación misma también será libertada de la esclavitud a la corrupción y tendrá la gloriosa libertad de los hijos de Dios.” (La humanidad experimentará liberación cuando los “hijos de Dios” —después de haber recibido vida celestial— queden ‘revelados’ tomando medidas positivas a favor de la humanidad bajo la dirección de Cristo. Después que los fieles de la Tierra [a quienes se llama “la creación” en este texto bíblico] hayan alcanzado la perfección humana y hayan demostrado lealtad inquebrantable a Jehová como Soberano Universal, entonces también disfrutarán de la excelente relación de hijos de Dios. Personas de todas las razas tendrán parte en esto.)
¿Estarán algún día verdaderamente unidas como hermanos y hermanas personas de toda raza?
A los que habían de ser sus verdaderos discípulos, Jesús dijo: “Todos ustedes son hermanos” (Mat. 23:8). Posteriormente agregó: “En esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos, si tienen amor entre ustedes mismos”. (Juan 13:35.)
A pesar de las imperfecciones humanas, ese sentido de unidad fue realidad entre los cristianos primitivos. El apóstol Pablo escribió: “No hay ni judío ni griego, no hay ni esclavo ni libre, no hay ni macho ni hembra; porque todos ustedes son una persona en unión con Cristo Jesús”. (Gál. 3:28.)
La hermandad cristiana sin la mancha de distinciones raciales es una realidad entre los testigos de Jehová del siglo XX. El escritor William Whalen dijo en la publicación U.S. Catholic: “Creo que una de las características más atractivas de [la organización de los testigos de Jehová] ha sido su norma tradicional de igualdad racial”. Después de efectuar un extenso estudio de los testigos de Jehová africanos, el sociólogo Bryan Wilson, de la Universidad de Oxford, declaró: “Los testigos tal vez tengan más éxito que todo otro grupo en lo que tiene que ver con la rapidez con que eliminan la discriminación tribual entre sus nuevos adherentes”. En un reportaje sobre una reunión internacional a la que asistieron Testigos provenientes de 123 países, The New York Times Magazine dijo: “Los Testigos dejaron impresionados a los neoyorquinos, no solo por su cantidad, sino también por su diversidad (entre ellos hay personas de toda condición social), porque no manifiestan consciencia de sus diferencias raciales (muchos Testigos son negros), y por su comportamiento apacible y ordenado”.
Dentro de poco el Reino de Dios destruirá al presente sistema de cosas impío, y con él a todos los que no aman genuinamente ni a Jehová Dios ni a su semejante (Dan. 2:44; Luc. 10:25-28). La Palabra de Dios promete que los sobrevivientes serán personas “de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas” (Rev. 7:9). Todas estas personas, unidas por la adoración del Dios verdadero, por su fe en Jesucristo y por su amor de unas para con otras, ciertamente formarán una familia humana unida.

Imitemos las Cualidades de Jehova:

 8 Jehová* es misericordioso y benévolo,+
tardo para la cólera y abundante en bondad amorosa.+
 9 No por todo tiempo seguirá señalando faltas,+
ni hasta tiempo indefinido se quedará resentido.+
10 No ha hecho con nosotros aun conforme a nuestros pecados;+
ni conforme a nuestros errores ha traído sobre nosotros lo que merecemos.+
11 Porque así como los cielos son más altos que la tierra,+
su bondad amorosa es superior para con los que le temen.+
12 Tan lejos como está el naciente del poniente,+
así de lejos ha puesto de nosotros nuestras transgresiones.+
13 Como un padre muestra misericordia a sus hijos,+
Jehová ha mostrado misericordia a los que le temen.+
14 Pues él mismo conoce bien la formación de nosotros,+
y se acuerda de que somos polvo.+( Salmos 103).
 
 9 Así es que no desistamos de hacer lo que es excelente,+ porque al debido tiempo segaremos si no nos cansamos.+ 10 Realmente, pues, mientras tengamos tiempo favorable para ello,+ obremos lo que es bueno para con todos, pero especialmente para con los que están relacionados con [nosotros] en la fe.+( Galatas 6 ).

Lucas 13-17:

13 En aquel mismo tiempo estaban presentes algunos que le informaron acerca de los galileos+ cuya sangre Pilato había mezclado con los sacrificios de ellos. 2 Y en respuesta les dijo él: “¿Se imaginan ustedes que porque estos galileos han sufrido estas cosas eso prueba que ellos eran peores pecadores+ que todos los demás galileos? 3 No, les digo en verdad; más bien, a menos que ustedes se arrepientan, todos ustedes igualmente serán destruidos.+ 4 O aquellos dieciocho sobre quienes cayó la torre de Siloam,* matándolos, ¿se imaginan ustedes que con eso se probó que fueran mayores deudores que todos los demás hombres que habitaban en Jerusalén? 5 No, les digo en verdad; más bien, a menos que ustedes se arrepientan, todos ustedes serán destruidos de la misma manera”.+
6 Entonces pasó a decirles esta ilustración: “Cierto hombre tenía una higuera plantada en su viña,+ y vino buscando fruto en ella,+ pero no lo halló.+ 7 Luego dijo al viñador: ‘Mira que ya van tres años+ que he venido buscando fruto en esta higuera, pero no lo he hallado. ¡Córtala!+ ¿Por qué, realmente, debe hacer que la tierra permanezca inútil?’. 8 En respuesta él le dijo: ‘Amo, déjala+ también este año, hasta que cave alrededor de ella y le eche estiércol; 9 y si entonces produce fruto en el futuro, [bien está]; pero si no, la cortarás’”.*+
10 Ahora bien, estaba enseñando en una de las sinagogas en día de sábado. 11 Y, ¡mira!, una mujer que tenía un espíritu+ de debilidad desde hacía dieciocho años, y estaba encorvada y no podía levantarse de manera alguna. 12 Al verla, Jesús se dirigió a ella y le dijo: “Mujer, se te pone en libertad+ de tu debilidad”. 13 Y puso las manos sobre ella; y al instante ella se enderezó,+ y se puso a glorificar a Dios. 14 Pero, en respuesta, el presidente de la sinagoga, indignado porque Jesús había hecho la curación en sábado, empezó a decir a la muchedumbre: “Seis días hay en que se debe hacer trabajo;+ en estos, por lo tanto, vengan y sean curados, y no en día de sábado”.+ 15 Sin embargo, el Señor* le contestó y dijo: “Hipócritas,+ ¿no desata del pesebre cada uno de ustedes en día de sábado su toro o su asno y lo lleva a beber?+ 16 ¿No era propio, pues, que esta mujer que es hija de Abrahán,+ y a quien Satanás tuvo atada, ¡fíjense!, dieciocho años, fuera desatada de esta ligadura en día de sábado?”. 17 Pues bien, cuando él dijo estas cosas, todos sus opositores empezaron a avergonzarse,+ pero toda la muchedumbre empezó a regocijarse de todas las cosas gloriosas que él había hecho.+
18 Por lo tanto, siguió diciéndoles: “¿A qué es semejante el reino de Dios, y a qué lo compararé?+ 19 Es semejante a un grano de mostaza que un hombre tomó y puso en su huerto, y este creció y se hizo árbol, y las aves del cielo+ se albergaron en sus ramas”.+
20 Y de nuevo dijo: “¿A qué compararé el reino de Dios? 21 Es semejante a la levadura, que una mujer tomó y escondió en* tres medidas grandes* de harina hasta que toda la masa quedó fermentada”.+
22 Y pasó de ciudad en ciudad y de aldea en aldea, enseñando y continuando su viaje hacia Jerusalén.+ 23 Entonces le dijo cierto hombre: “Señor, ¿son pocos los que se salvan?”.+ Él les dijo: 24 “Esfuércense+ vigorosamente* por entrar por la puerta angosta,+ porque muchos, les digo, tratarán de entrar, pero no podrán,+ 25 una vez que el amo de casa se haya levantado y [haya] asegurado la puerta con cerradura, y ustedes comiencen a quedar de pie afuera y a tocar a la puerta, diciendo: ‘Señor, ábrenos’.+ Pero en respuesta él les dirá: ‘No sé de dónde son’.+ 26 Entonces ustedes comenzarán a decir: ‘Comimos y bebimos delante de ti, y enseñaste en nuestros caminos anchos’.+ 27 Pero él hablará y les dirá: ‘No sé de dónde son. ¡Apártense de mí, todos ustedes los obradores de lo injusto!’.+ 28 Allí es donde será [su] llanto y el crujir de [sus] dientes,+ cuando vean a Abrahán y a Isaac y a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios,+ pero a ustedes echados fuera. 29 Además, vendrá gente de partes orientales y occidentales, y del norte y del sur,+ y se reclinarán a la mesa en el reino de Dios.+ 30 Y, ¡miren!, hay aquellos últimos que serán primeros, y hay aquellos primeros que serán últimos”.+
31 En aquella misma hora ciertos fariseos se acercaron, y le dijeron: “Sal y vete de aquí, porque Herodes* quiere matarte”. 32 Y él les dijo: “Vayan y digan a esa zorra:+ ‘¡Mira! Echo fuera demonios y llevo a cabo curaciones hoy y mañana, y al tercer día terminaré’.*+ 33 No obstante, tengo que seguir mi camino hoy y mañana y el día siguiente, porque no es admisible que un profeta sea destruido fuera de Jerusalén.+ 34 Jerusalén, Jerusalén, la que mata+ a los profetas y apedrea+ a los que son enviados a ella... ¡cuántas veces quise reunir a tus hijos de la manera como la gallina reúne su pollada debajo de las alas,+ pero ustedes no [lo] quisieron!+ 35 ¡Miren! Su casa+ se les deja abandonada a ustedes. Les digo: No me verán de ningún modo hasta que digan: ‘¡Bendito es el que viene en el nombre de Jehová!’”.*+
 
14 Y en una ocasión cuando entró en la casa de cierto gobernante de los fariseos en día de sábado para tomar una comida,+ lo estaban observando detenidamente.+ 2 Y, ¡mira!, estaba delante de él cierto hombre que tenía hidropesía. 3 De modo que, tomando la palabra, Jesús habló a los que estaban versados en la Ley y a los fariseos, y dijo: “¿Es lícito curar en sábado, o no?”.+ 4 Mas ellos guardaron silencio. Con eso, él se asió [del hombre], lo sanó y [lo] despachó. 5 Y les dijo: “¿Quién de ustedes, si su hijo o su toro cae en un pozo,+ no lo saca inmediatamente en día de sábado?”.+ 6 Y no pudieron contestar respecto a estas cosas.+
7 Entonces pasó a decir a los invitados una ilustración, puesto que reparó en cómo escogían para sí los lugares más prominentes, y les dijo:+ 8 “Cuando alguien te invita a un banquete de bodas, no te recuestes en el lugar más prominente.+ Puede que alguien más distinguido que tú haya sido invitado por él en ese tiempo, 9 y que venga el que los invitó a ti y a él y te diga: ‘Deja que este tenga el lugar’. Y entonces tendrás que irte con vergüenza a ocupar el lugar más bajo.+ 10 Pero cuando se te invita, ve y reclínate en el lugar más bajo,+ para que cuando venga el que te haya invitado te diga: ‘Amigo, sube más arriba’. Entonces tendrás honra delante de todos los demás convidados contigo.+ 11 Porque todo el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado”.+
12 En seguida prosiguió a decir también al que lo había invitado: “Cuando des una comida o una cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos. Quizás alguna vez ellos también te inviten a ti en cambio, y esto llegue a ser tu pago correspondiente. 13 Pero cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los cojos, a los ciegos;+ 14 y serás feliz, porque ellos no tienen con qué pagártelo. Pues se te pagará en la resurrección+ de los justos”.
15 Al oír estas cosas, cierta persona de entre los convidados con él le dijo: “Feliz es el que coma pan* en el reino de Dios”.+
16 [Jesús]* le dijo: “Cierto hombre daba una gran cena, e invitó a muchos.+ 17 Y a la hora de la cena envió a su esclavo a decir a los invitados: ‘Vengan,+ porque las cosas ya están listas’. 18 Pero todos a una comenzaron a rogar que se les excusara.+ El primero le dijo: ‘Compré un campo y tengo que salir a verlo; te pido: Excúsame’.*+ 19 Y otro dijo: ‘Compré cinco yuntas de bueyes y voy a examinarlas; te pido: Excúsame’.+ 20 Uno más dijo: ‘Acabo de casarme+ con una esposa, y por eso no puedo ir’. 21 De modo que el esclavo vino al amo y le informó estas cosas. Entonces el amo de casa se airó, y dijo a su esclavo: ‘Sal pronto a los caminos anchos y a las callejuelas de la ciudad, y trae acá a los pobres y a los lisiados y a los ciegos y a los cojos’.+ 22 Andando el tiempo, el esclavo dijo: ‘Amo, se ha hecho lo que ordenaste, y todavía hay lugar’. 23 Y el amo dijo al esclavo: ‘Sal a los caminos+ y a los lugares cercados, y oblígalos a entrar, para que se llene mi casa.+ 24 Porque les digo a ustedes: Ninguno de aquellos varones que fueron invitados gustará mi cena’”.+
25 Ahora bien, grandes muchedumbres viajaban con él, y él se volvió y les dijo: 26 “Si alguien viene a mí y no odia a su padre y madre y esposa e hijos y hermanos y hermanas, sí, y hasta su propia alma,*+ no puede ser mi discípulo.+ 27 El que no lleva su madero de tormento* y viene en pos de mí no puede ser mi discípulo.+ 28 Por ejemplo, ¿quién de ustedes que quiere edificar una torre no se sienta primero y calcula los gastos,+ a ver si tiene lo suficiente para completarla? 29 De otra manera, pudiera poner el fundamento, pero no poder terminarla, y todos los que miraran pudieran comenzar a burlarse de él, 30 diciendo: ‘Este hombre comenzó a edificar, pero no pudo terminar’. 31 ¿O qué rey, al marchar al encuentro de otro rey en guerra, no se sienta primero y delibera si puede con diez mil soldados hacer frente al que viene contra él con veinte mil?+ 32 En realidad, si no puede hacerlo, entonces, mientras aquel todavía está lejos él envía un cuerpo de embajadores y pide paz.+ 33 Por consiguiente, puedes estar seguro: ninguno de ustedes que no se despida de todos sus bienes+ puede ser mi discípulo.
34 ”La sal, de seguro, es excelente. Pero si hasta la sal pierde su fuerza, ¿con qué será sazonada?+ 35 Ni para la tierra, ni para el estiércol es apropiada. La echan fuera. El que tiene oídos para escuchar, escuche”.+
 
15 Ahora bien, todos los recaudadores de impuestos+ y los pecadores+ seguían acercándose a él para oírle. 2 Por consiguiente, tanto los fariseos como los escribas seguían murmurando, diciendo: “Este hombre recibe con gusto a pecadores, y come con ellos”.+ 3 Entonces él les habló esta ilustración, y dijo: 4 “¿Qué hombre de ustedes que tiene cien ovejas, al perder una de ellas, no deja las noventa y nueve atrás en el desierto y va en busca de la perdida hasta que la halla?+ 5 Y cuando la ha hallado, la pone sobre sus hombros y se regocija.+ 6 Y cuando llega a casa convoca a sus amigos y a sus vecinos, y les dice: ‘Regocíjense conmigo, porque he hallado mi oveja que estaba perdida’.+ 7 Les digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente+ que por noventa y nueve justos que no tienen necesidad de arrepentimiento.+
8 ”¿O qué mujer que tiene diez monedas de dracma,* si pierde una moneda de dracma, no enciende una lámpara y barre su casa y busca cuidadosamente hasta que la halla? 9 Y cuando la ha hallado, convoca a sus amigas y vecinas, y dice: ‘Regocíjense conmigo, porque he hallado la moneda de dracma que perdí’. 10 Así, les digo, surge gozo entre los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente”.+
11 Entonces dijo: “Cierto hombre tenía dos hijos.+ 12 Y el más joven de ellos dijo a su padre: ‘Padre, dame la parte que me corresponde de la hacienda’.+ Entonces él les dividió su medio de vivir.+ 13 Más tarde, no muchos días después, el hijo más joven recogió todas las cosas y viajó al extranjero a un país distante, y allí malgastó su hacienda viviendo una vida disoluta.+ 14 Cuando lo hubo gastado todo, ocurrió un hambre severa por todo aquel país, y él comenzó a padecer necesidad. 15 Hasta fue y se acogió a uno de los ciudadanos de aquel país, y este lo envió a sus campos a guardar cerdos.+ 16 Y deseaba saciarse de las algarrobas que comían los cerdos, y nadie le daba [nada].+
17 ”Cuando recobró el juicio, dijo: ‘¡Cuántos asalariados de mi padre tienen pan en abundancia, mientras yo aquí perezco de hambre! 18 Me levantaré y haré el viaje+ a donde mi padre, y le diré: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.*+ 19 Ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo. Hazme como uno de tus asalariados”’. 20 De modo que se levantó y fue a donde su padre. Mientras él estaba todavía lejos, su padre alcanzó a verlo, y se enterneció, y corrió y se le echó sobre el cuello y lo besó tiernamente. 21 Entonces el hijo le dijo: ‘Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.*+ Ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo. Hazme como uno de tus asalariados’.*+ 22 Pero el padre dijo a sus esclavos: ‘¡Pronto!, saquen una ropa larga, la mejor, y vístanlo+ con ella, y pónganle un anillo+ en la mano y sandalias en los pies. 23 Y traigan el torillo cebado,+ degüéllenlo,* y comamos y gocemos, 24 porque este hijo mío estaba muerto y volvió a vivir;+ estaba perdido y fue hallado’. Y comenzaron a gozar.
25 ”Pues bien, su hijo mayor+ estaba en el campo; y a medida que venía y se acercaba a la casa oyó un concierto de música y danzas. 26 De modo que llamó a sí a uno de los sirvientes e inquirió qué significaban estas cosas. 27 Él le dijo: ‘Tu hermano+ ha venido, y tu padre+ degolló el torillo cebado, porque lo recobró en buena salud’. 28 Pero él se airó, y no quiso entrar. Entonces su padre salió y se puso a suplicarle.+ 29 En respuesta, él dijo a su padre: ‘Hace ya tantos años que he trabajado para ti como un esclavo, y ni una sola vez transgredí tu mandamiento, y, no obstante, a mí ni una sola vez me diste un cabrito para que gozara con mis amigos.+ 30 Pero tan pronto como llegó este hijo tuyo+ que se comió tu medio de vivir con las rameras,+ le degollaste el torillo cebado’.+ 31 Entonces él le dijo: ‘Hijo, tú siempre has estado conmigo, y todas las cosas que son mías son tuyas;+ 32 pero simplemente teníamos que gozar y tener regocijo, porque este hermano tuyo estaba muerto y llegó a vivir, y estaba perdido y fue hallado’”.+
 
16 Entonces pasó a decir también a los discípulos: “Cierto hombre era rico y tenía un mayordomo,*+ y este fue acusado ante él de manejar sus bienes en forma despilfarradora.+ 2 De modo que él lo llamó y le dijo: ‘¿Qué es esto que oigo de ti? Entrega la cuenta+ de tu mayordomía, porque ya no puedes tener a tu cargo la casa’. 3 Entonces el mayordomo dijo dentro de sí: ‘¿Qué he de hacer, ya que mi amo+ va a quitarme la mayordomía? No tengo las fuerzas para cavar, me da vergüenza mendigar. 4 ¡Ah!, sé lo que haré, para que, cuando sea depuesto de la mayordomía, haya quienes me reciban en sus hogares’.+ 5 Y llamando a sí a cada uno de los deudores de su amo, pasó a decir al primero: ‘¿Cuánto debes a mi amo?’. 6 Él dijo: ‘Cien medidas de bato* de aceite de oliva’. Le dijo: ‘Toma otra vez tu acuerdo escrito y siéntate y escribe pronto cincuenta’. 7 Luego dijo a otro: ‘Y tú, ¿cuánto debes?’. Dijo él: ‘Cien medidas de coro* de trigo’. Le dijo: ‘Toma otra vez tu acuerdo escrito y escribe ochenta’. 8 Y su amo alabó al mayordomo, aunque era injusto, porque obró con sabiduría práctica;+ porque los hijos de este sistema de cosas,* en su trato con los de su propia generación, son más sabios, de manera práctica, que los hijos de la luz.+
9 ”También, les digo a ustedes: Háganse amigos+ por medio de las riquezas injustas,*+ para que, cuando las tales fallen, se los reciba en los lugares de habitación eternos.*+ 10 La persona fiel en lo mínimo es fiel también en lo mucho, y la persona injusta en lo mínimo es injusta también en lo mucho.+ 11 Por lo tanto, si ustedes no han demostrado ser fieles en lo que tiene que ver con las riquezas injustas, ¿quién les encomendará lo que es verdadero?+ 12 Y si no han demostrado ser fieles en lo que tiene que ver con lo ajeno,+ ¿quién les dará lo que es para ustedes mismos?* 13 Ningún sirviente de casa puede ser esclavo de dos amos; porque, u odiará al uno y amará al otro, o se adherirá al uno y despreciará al otro. No pueden ser esclavos de Dios y de las Riquezas”.*+
14 Ahora bien, los fariseos, que eran amantes del dinero, escuchaban todas estas cosas, y le hacían gestos de desprecio.+ 15 Por consiguiente, él les dijo: “Ustedes son aquellos que se declaran a sí mismos justos delante de los hombres,+ pero Dios conoce sus corazones;+ porque lo que entre los hombres es encumbrado, cosa repugnante es a la vista de Dios.+
16 ”La Ley y los Profetas eran hasta Juan.+ Desde entonces se declara el reino de Dios como buenas nuevas,* y toda clase de persona se adelanta con ardor hacia él.+ 17 En realidad, más fácil es que pasen el cielo y la tierra+ que el que quede sin cumplirse+ una pizca+ de una letra de la Ley.
18 ”Todo el que se divorcia de su esposa y se casa con otra comete adulterio,* y el que se casa con una mujer divorciada* de un esposo comete adulterio.+
19 ”Pero cierto hombre+ era rico, y se ataviaba de púrpura y lino, y gozaba de día en día con magnificencia.+ 20 Pero a su puerta solían colocar a cierto mendigo,* de nombre Lázaro,* lleno de úlceras 21 y deseoso de saciarse de las cosas que caían de la mesa del rico. Sí; además, los perros venían y le lamían las úlceras. 22 Pues bien, con el pasar del tiempo el mendigo murió,+ y fue llevado por los ángeles a [la posición del] seno*+ de Abrahán.+
”También, el rico murió+ y fue sepultado. 23 Y en el Hades* él* alzó los ojos, mientras existía en tormentos,+ y vio de lejos a Abrahán y a Lázaro en [la posición del] seno con él. 24 De modo que llamó y dijo: ‘Padre Abrahán,+ ten misericordia de mí y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua y refresque mi lengua,+ porque estoy en angustia en este fuego llameante’.+ 25 Pero Abrahán dijo: ‘Hijo, acuérdate de que recibiste de lleno tus cosas buenas en tu vida, pero Lázaro correspondientemente las cosas perjudiciales. Ahora, sin embargo, él tiene consuelo aquí, pero tú estás en angustia.+ 26 Y además de todas estas cosas, se ha fijado una gran sima+ entre nosotros y ustedes,+ de modo que los que quieran pasar de aquí a ustedes no pueden, ni se puede cruzar de allá a nosotros’.+ 27 Entonces dijo: ‘En tal caso te pido, padre, que lo envíes a la casa de mi padre, 28 porque tengo cinco hermanos, para que les dé un testimonio cabal, a fin de que no entren ellos también en este lugar de tormento’. 29 Pero Abrahán dijo: ‘Tienen a Moisés+ y a los Profetas;+ que escuchen a estos’.+ 30 Entonces él dijo: ‘No, por cierto, padre Abrahán, pero si alguien va a ellos de entre los muertos se arrepentirán’. 31 Pero él le dijo: ‘Si no escuchan a Moisés+ y a los Profetas, tampoco se dejarán persuadir si alguien se levanta de entre los muertos’”.
 
17 Entonces dijo a sus discípulos: “Es inevitable que vengan causas de tropiezo.+ Sin embargo, ¡ay de aquel por medio de quien vienen!+ 2 Más ventajoso le sería que le suspendieran del cuello una piedra de molino y lo arrojaran al mar+ que el que él hiciera tropezar a uno de estos pequeños.+ 3 Presten atención a ustedes mismos. Si tu hermano comete un pecado, dale una reprensión;+ y si se arrepiente, perdónalo.+ 4 Aun si siete veces al día peca contra ti y siete veces vuelve a ti, diciendo: ‘Me arrepiento’, tienes que perdonarlo”.+
5 Ahora bien, los apóstoles dijeron al Señor:* “Danos más fe”.+ 6 Entonces el Señor dijo: “Si ustedes tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, dirían a este moral:* ‘¡Sé desarraigado y plantado en el mar!’, y les obedecería.+
7 ”¿Quién hay de ustedes que tenga un esclavo arando, o cuidando el rebaño, que diga a este cuando vuelva del campo: ‘Ven acá en seguida y reclínate a la mesa’? 8 Por el contrario, ¿no le dirá: ‘Prepárame algo para que cene, y ponte un delantal y sírveme hasta que yo haya acabado de comer y beber, y después tú puedes comer y beber’? 9 Él no se sentirá agradecido al esclavo porque este haya hecho las cosas asignadas, ¿verdad? 10 Así también ustedes, cuando hayan hecho todas las cosas que se les hayan asignado, digan: ‘Somos esclavos que no servimos para nada.+ Lo que hemos hecho es lo que deberíamos haber hecho’”.
11 Y mientras iba a Jerusalén pasaba por en medio de Samaria y Galilea.+ 12 Y en el momento en que entraba en cierta aldea lo encontraron diez varones leprosos,+ pero se pusieron de pie a lo lejos. 13 Y levantaron la voz y dijeron: “¡Jesús, Instructor, ten misericordia+ de nosotros!”. 14 Y cuando él alcanzó a verlos, les dijo: “Vayan y muéstrense a los sacerdotes”.+ Entonces, mientras se iban, se efectuó su limpieza.+ 15 Uno de ellos, cuando vio que había sido sanado, volvió atrás, glorificando+ a Dios en alta voz. 16 Y cayó sobre su rostro a los pies [de Jesús],*+ y le dio gracias; además, era samaritano.+ 17 En respuesta Jesús dijo: “Los diez fueron limpiados, ¿no es verdad? Entonces, ¿dónde están los otros nueve? 18 ¿No se halló ninguno que volviera atrás a dar gloria a Dios, sino este hombre de otra nación?”. 19 Y le dijo: “Levántate y ponte en camino; tu fe te ha devuelto la salud”.*+
20 Pero cuando los fariseos le preguntaron cuándo vendría el reino de Dios,+ les contestó y dijo: “El reino de Dios no viene de modo que sea llamativamente observable, 21 ni dirán: ‘¡Miren acá!’, o, ‘¡Allá!’.+ Porque, ¡miren!, el reino de Dios está en medio de ustedes”.*+
22 Entonces dijo a los discípulos: “Vendrán días en que desearán ver uno de los días del Hijo del hombre, mas no [lo] verán.+ 23 Y les dirán: ‘¡Miren allá!’, o, ‘¡Miren acá!’.+ No salgan ni corran tras [ellos].+ 24 Porque así como el relámpago,+ por su relampagueo, resplandece desde una parte debajo del cielo hasta otra parte debajo del cielo, así será el Hijo del hombre.+ 25 Primero, sin embargo, tiene que pasar por muchos sufrimientos y ser rechazado por esta generación.+ 26 Además, así como ocurrió en los días de Noé,+ así será también en los días del Hijo del hombre:+ 27 comían, bebían, los hombres se casaban, las mujeres se daban en matrimonio, hasta aquel día en que Noé entró en el arca, y llegó el diluvio* y los destruyó a todos.+ 28 De igual modo, así como ocurrió en los días de Lot:+ comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban. 29 Pero el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre y los destruyó a todos.+ 30 De la misma manera será en aquel día en que el Hijo del hombre ha de ser revelado.+
31 ”En aquel día, el que esté en la azotea, pero cuyas cosas movibles estén dentro de la casa, no baje a recogerlas; e, igualmente, el que esté en el campo no vuelva a las cosas atrás. 32 Acuérdense de la esposa de Lot.+ 33 Cualquiera que procure mantener segura su alma* para sí mismo la perderá, pero cualquiera que la pierda la conservará viva.+ 34 Les digo: En aquella noche estarán dos [hombres] en una cama; uno será llevado, pero el otro será abandonado.+ 35 Habrá dos [mujeres] moliendo en el mismo molino; una será llevada, pero la otra será abandonada”.+ 36* —— 37 Así que, en respuesta, le dijeron: “¿A dónde, Señor?”.* Él les dijo: “Donde esté el cuerpo,+ allí también se reunirán las águilas”.+