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Wednesday, April 17, 2013

Lucas 13-17:

13 En aquel mismo tiempo estaban presentes algunos que le informaron acerca de los galileos+ cuya sangre Pilato había mezclado con los sacrificios de ellos. 2 Y en respuesta les dijo él: “¿Se imaginan ustedes que porque estos galileos han sufrido estas cosas eso prueba que ellos eran peores pecadores+ que todos los demás galileos? 3 No, les digo en verdad; más bien, a menos que ustedes se arrepientan, todos ustedes igualmente serán destruidos.+ 4 O aquellos dieciocho sobre quienes cayó la torre de Siloam,* matándolos, ¿se imaginan ustedes que con eso se probó que fueran mayores deudores que todos los demás hombres que habitaban en Jerusalén? 5 No, les digo en verdad; más bien, a menos que ustedes se arrepientan, todos ustedes serán destruidos de la misma manera”.+
6 Entonces pasó a decirles esta ilustración: “Cierto hombre tenía una higuera plantada en su viña,+ y vino buscando fruto en ella,+ pero no lo halló.+ 7 Luego dijo al viñador: ‘Mira que ya van tres años+ que he venido buscando fruto en esta higuera, pero no lo he hallado. ¡Córtala!+ ¿Por qué, realmente, debe hacer que la tierra permanezca inútil?’. 8 En respuesta él le dijo: ‘Amo, déjala+ también este año, hasta que cave alrededor de ella y le eche estiércol; 9 y si entonces produce fruto en el futuro, [bien está]; pero si no, la cortarás’”.*+
10 Ahora bien, estaba enseñando en una de las sinagogas en día de sábado. 11 Y, ¡mira!, una mujer que tenía un espíritu+ de debilidad desde hacía dieciocho años, y estaba encorvada y no podía levantarse de manera alguna. 12 Al verla, Jesús se dirigió a ella y le dijo: “Mujer, se te pone en libertad+ de tu debilidad”. 13 Y puso las manos sobre ella; y al instante ella se enderezó,+ y se puso a glorificar a Dios. 14 Pero, en respuesta, el presidente de la sinagoga, indignado porque Jesús había hecho la curación en sábado, empezó a decir a la muchedumbre: “Seis días hay en que se debe hacer trabajo;+ en estos, por lo tanto, vengan y sean curados, y no en día de sábado”.+ 15 Sin embargo, el Señor* le contestó y dijo: “Hipócritas,+ ¿no desata del pesebre cada uno de ustedes en día de sábado su toro o su asno y lo lleva a beber?+ 16 ¿No era propio, pues, que esta mujer que es hija de Abrahán,+ y a quien Satanás tuvo atada, ¡fíjense!, dieciocho años, fuera desatada de esta ligadura en día de sábado?”. 17 Pues bien, cuando él dijo estas cosas, todos sus opositores empezaron a avergonzarse,+ pero toda la muchedumbre empezó a regocijarse de todas las cosas gloriosas que él había hecho.+
18 Por lo tanto, siguió diciéndoles: “¿A qué es semejante el reino de Dios, y a qué lo compararé?+ 19 Es semejante a un grano de mostaza que un hombre tomó y puso en su huerto, y este creció y se hizo árbol, y las aves del cielo+ se albergaron en sus ramas”.+
20 Y de nuevo dijo: “¿A qué compararé el reino de Dios? 21 Es semejante a la levadura, que una mujer tomó y escondió en* tres medidas grandes* de harina hasta que toda la masa quedó fermentada”.+
22 Y pasó de ciudad en ciudad y de aldea en aldea, enseñando y continuando su viaje hacia Jerusalén.+ 23 Entonces le dijo cierto hombre: “Señor, ¿son pocos los que se salvan?”.+ Él les dijo: 24 “Esfuércense+ vigorosamente* por entrar por la puerta angosta,+ porque muchos, les digo, tratarán de entrar, pero no podrán,+ 25 una vez que el amo de casa se haya levantado y [haya] asegurado la puerta con cerradura, y ustedes comiencen a quedar de pie afuera y a tocar a la puerta, diciendo: ‘Señor, ábrenos’.+ Pero en respuesta él les dirá: ‘No sé de dónde son’.+ 26 Entonces ustedes comenzarán a decir: ‘Comimos y bebimos delante de ti, y enseñaste en nuestros caminos anchos’.+ 27 Pero él hablará y les dirá: ‘No sé de dónde son. ¡Apártense de mí, todos ustedes los obradores de lo injusto!’.+ 28 Allí es donde será [su] llanto y el crujir de [sus] dientes,+ cuando vean a Abrahán y a Isaac y a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios,+ pero a ustedes echados fuera. 29 Además, vendrá gente de partes orientales y occidentales, y del norte y del sur,+ y se reclinarán a la mesa en el reino de Dios.+ 30 Y, ¡miren!, hay aquellos últimos que serán primeros, y hay aquellos primeros que serán últimos”.+
31 En aquella misma hora ciertos fariseos se acercaron, y le dijeron: “Sal y vete de aquí, porque Herodes* quiere matarte”. 32 Y él les dijo: “Vayan y digan a esa zorra:+ ‘¡Mira! Echo fuera demonios y llevo a cabo curaciones hoy y mañana, y al tercer día terminaré’.*+ 33 No obstante, tengo que seguir mi camino hoy y mañana y el día siguiente, porque no es admisible que un profeta sea destruido fuera de Jerusalén.+ 34 Jerusalén, Jerusalén, la que mata+ a los profetas y apedrea+ a los que son enviados a ella... ¡cuántas veces quise reunir a tus hijos de la manera como la gallina reúne su pollada debajo de las alas,+ pero ustedes no [lo] quisieron!+ 35 ¡Miren! Su casa+ se les deja abandonada a ustedes. Les digo: No me verán de ningún modo hasta que digan: ‘¡Bendito es el que viene en el nombre de Jehová!’”.*+
 
14 Y en una ocasión cuando entró en la casa de cierto gobernante de los fariseos en día de sábado para tomar una comida,+ lo estaban observando detenidamente.+ 2 Y, ¡mira!, estaba delante de él cierto hombre que tenía hidropesía. 3 De modo que, tomando la palabra, Jesús habló a los que estaban versados en la Ley y a los fariseos, y dijo: “¿Es lícito curar en sábado, o no?”.+ 4 Mas ellos guardaron silencio. Con eso, él se asió [del hombre], lo sanó y [lo] despachó. 5 Y les dijo: “¿Quién de ustedes, si su hijo o su toro cae en un pozo,+ no lo saca inmediatamente en día de sábado?”.+ 6 Y no pudieron contestar respecto a estas cosas.+
7 Entonces pasó a decir a los invitados una ilustración, puesto que reparó en cómo escogían para sí los lugares más prominentes, y les dijo:+ 8 “Cuando alguien te invita a un banquete de bodas, no te recuestes en el lugar más prominente.+ Puede que alguien más distinguido que tú haya sido invitado por él en ese tiempo, 9 y que venga el que los invitó a ti y a él y te diga: ‘Deja que este tenga el lugar’. Y entonces tendrás que irte con vergüenza a ocupar el lugar más bajo.+ 10 Pero cuando se te invita, ve y reclínate en el lugar más bajo,+ para que cuando venga el que te haya invitado te diga: ‘Amigo, sube más arriba’. Entonces tendrás honra delante de todos los demás convidados contigo.+ 11 Porque todo el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado”.+
12 En seguida prosiguió a decir también al que lo había invitado: “Cuando des una comida o una cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos. Quizás alguna vez ellos también te inviten a ti en cambio, y esto llegue a ser tu pago correspondiente. 13 Pero cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los cojos, a los ciegos;+ 14 y serás feliz, porque ellos no tienen con qué pagártelo. Pues se te pagará en la resurrección+ de los justos”.
15 Al oír estas cosas, cierta persona de entre los convidados con él le dijo: “Feliz es el que coma pan* en el reino de Dios”.+
16 [Jesús]* le dijo: “Cierto hombre daba una gran cena, e invitó a muchos.+ 17 Y a la hora de la cena envió a su esclavo a decir a los invitados: ‘Vengan,+ porque las cosas ya están listas’. 18 Pero todos a una comenzaron a rogar que se les excusara.+ El primero le dijo: ‘Compré un campo y tengo que salir a verlo; te pido: Excúsame’.*+ 19 Y otro dijo: ‘Compré cinco yuntas de bueyes y voy a examinarlas; te pido: Excúsame’.+ 20 Uno más dijo: ‘Acabo de casarme+ con una esposa, y por eso no puedo ir’. 21 De modo que el esclavo vino al amo y le informó estas cosas. Entonces el amo de casa se airó, y dijo a su esclavo: ‘Sal pronto a los caminos anchos y a las callejuelas de la ciudad, y trae acá a los pobres y a los lisiados y a los ciegos y a los cojos’.+ 22 Andando el tiempo, el esclavo dijo: ‘Amo, se ha hecho lo que ordenaste, y todavía hay lugar’. 23 Y el amo dijo al esclavo: ‘Sal a los caminos+ y a los lugares cercados, y oblígalos a entrar, para que se llene mi casa.+ 24 Porque les digo a ustedes: Ninguno de aquellos varones que fueron invitados gustará mi cena’”.+
25 Ahora bien, grandes muchedumbres viajaban con él, y él se volvió y les dijo: 26 “Si alguien viene a mí y no odia a su padre y madre y esposa e hijos y hermanos y hermanas, sí, y hasta su propia alma,*+ no puede ser mi discípulo.+ 27 El que no lleva su madero de tormento* y viene en pos de mí no puede ser mi discípulo.+ 28 Por ejemplo, ¿quién de ustedes que quiere edificar una torre no se sienta primero y calcula los gastos,+ a ver si tiene lo suficiente para completarla? 29 De otra manera, pudiera poner el fundamento, pero no poder terminarla, y todos los que miraran pudieran comenzar a burlarse de él, 30 diciendo: ‘Este hombre comenzó a edificar, pero no pudo terminar’. 31 ¿O qué rey, al marchar al encuentro de otro rey en guerra, no se sienta primero y delibera si puede con diez mil soldados hacer frente al que viene contra él con veinte mil?+ 32 En realidad, si no puede hacerlo, entonces, mientras aquel todavía está lejos él envía un cuerpo de embajadores y pide paz.+ 33 Por consiguiente, puedes estar seguro: ninguno de ustedes que no se despida de todos sus bienes+ puede ser mi discípulo.
34 ”La sal, de seguro, es excelente. Pero si hasta la sal pierde su fuerza, ¿con qué será sazonada?+ 35 Ni para la tierra, ni para el estiércol es apropiada. La echan fuera. El que tiene oídos para escuchar, escuche”.+
 
15 Ahora bien, todos los recaudadores de impuestos+ y los pecadores+ seguían acercándose a él para oírle. 2 Por consiguiente, tanto los fariseos como los escribas seguían murmurando, diciendo: “Este hombre recibe con gusto a pecadores, y come con ellos”.+ 3 Entonces él les habló esta ilustración, y dijo: 4 “¿Qué hombre de ustedes que tiene cien ovejas, al perder una de ellas, no deja las noventa y nueve atrás en el desierto y va en busca de la perdida hasta que la halla?+ 5 Y cuando la ha hallado, la pone sobre sus hombros y se regocija.+ 6 Y cuando llega a casa convoca a sus amigos y a sus vecinos, y les dice: ‘Regocíjense conmigo, porque he hallado mi oveja que estaba perdida’.+ 7 Les digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente+ que por noventa y nueve justos que no tienen necesidad de arrepentimiento.+
8 ”¿O qué mujer que tiene diez monedas de dracma,* si pierde una moneda de dracma, no enciende una lámpara y barre su casa y busca cuidadosamente hasta que la halla? 9 Y cuando la ha hallado, convoca a sus amigas y vecinas, y dice: ‘Regocíjense conmigo, porque he hallado la moneda de dracma que perdí’. 10 Así, les digo, surge gozo entre los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente”.+
11 Entonces dijo: “Cierto hombre tenía dos hijos.+ 12 Y el más joven de ellos dijo a su padre: ‘Padre, dame la parte que me corresponde de la hacienda’.+ Entonces él les dividió su medio de vivir.+ 13 Más tarde, no muchos días después, el hijo más joven recogió todas las cosas y viajó al extranjero a un país distante, y allí malgastó su hacienda viviendo una vida disoluta.+ 14 Cuando lo hubo gastado todo, ocurrió un hambre severa por todo aquel país, y él comenzó a padecer necesidad. 15 Hasta fue y se acogió a uno de los ciudadanos de aquel país, y este lo envió a sus campos a guardar cerdos.+ 16 Y deseaba saciarse de las algarrobas que comían los cerdos, y nadie le daba [nada].+
17 ”Cuando recobró el juicio, dijo: ‘¡Cuántos asalariados de mi padre tienen pan en abundancia, mientras yo aquí perezco de hambre! 18 Me levantaré y haré el viaje+ a donde mi padre, y le diré: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.*+ 19 Ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo. Hazme como uno de tus asalariados”’. 20 De modo que se levantó y fue a donde su padre. Mientras él estaba todavía lejos, su padre alcanzó a verlo, y se enterneció, y corrió y se le echó sobre el cuello y lo besó tiernamente. 21 Entonces el hijo le dijo: ‘Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.*+ Ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo. Hazme como uno de tus asalariados’.*+ 22 Pero el padre dijo a sus esclavos: ‘¡Pronto!, saquen una ropa larga, la mejor, y vístanlo+ con ella, y pónganle un anillo+ en la mano y sandalias en los pies. 23 Y traigan el torillo cebado,+ degüéllenlo,* y comamos y gocemos, 24 porque este hijo mío estaba muerto y volvió a vivir;+ estaba perdido y fue hallado’. Y comenzaron a gozar.
25 ”Pues bien, su hijo mayor+ estaba en el campo; y a medida que venía y se acercaba a la casa oyó un concierto de música y danzas. 26 De modo que llamó a sí a uno de los sirvientes e inquirió qué significaban estas cosas. 27 Él le dijo: ‘Tu hermano+ ha venido, y tu padre+ degolló el torillo cebado, porque lo recobró en buena salud’. 28 Pero él se airó, y no quiso entrar. Entonces su padre salió y se puso a suplicarle.+ 29 En respuesta, él dijo a su padre: ‘Hace ya tantos años que he trabajado para ti como un esclavo, y ni una sola vez transgredí tu mandamiento, y, no obstante, a mí ni una sola vez me diste un cabrito para que gozara con mis amigos.+ 30 Pero tan pronto como llegó este hijo tuyo+ que se comió tu medio de vivir con las rameras,+ le degollaste el torillo cebado’.+ 31 Entonces él le dijo: ‘Hijo, tú siempre has estado conmigo, y todas las cosas que son mías son tuyas;+ 32 pero simplemente teníamos que gozar y tener regocijo, porque este hermano tuyo estaba muerto y llegó a vivir, y estaba perdido y fue hallado’”.+
 
16 Entonces pasó a decir también a los discípulos: “Cierto hombre era rico y tenía un mayordomo,*+ y este fue acusado ante él de manejar sus bienes en forma despilfarradora.+ 2 De modo que él lo llamó y le dijo: ‘¿Qué es esto que oigo de ti? Entrega la cuenta+ de tu mayordomía, porque ya no puedes tener a tu cargo la casa’. 3 Entonces el mayordomo dijo dentro de sí: ‘¿Qué he de hacer, ya que mi amo+ va a quitarme la mayordomía? No tengo las fuerzas para cavar, me da vergüenza mendigar. 4 ¡Ah!, sé lo que haré, para que, cuando sea depuesto de la mayordomía, haya quienes me reciban en sus hogares’.+ 5 Y llamando a sí a cada uno de los deudores de su amo, pasó a decir al primero: ‘¿Cuánto debes a mi amo?’. 6 Él dijo: ‘Cien medidas de bato* de aceite de oliva’. Le dijo: ‘Toma otra vez tu acuerdo escrito y siéntate y escribe pronto cincuenta’. 7 Luego dijo a otro: ‘Y tú, ¿cuánto debes?’. Dijo él: ‘Cien medidas de coro* de trigo’. Le dijo: ‘Toma otra vez tu acuerdo escrito y escribe ochenta’. 8 Y su amo alabó al mayordomo, aunque era injusto, porque obró con sabiduría práctica;+ porque los hijos de este sistema de cosas,* en su trato con los de su propia generación, son más sabios, de manera práctica, que los hijos de la luz.+
9 ”También, les digo a ustedes: Háganse amigos+ por medio de las riquezas injustas,*+ para que, cuando las tales fallen, se los reciba en los lugares de habitación eternos.*+ 10 La persona fiel en lo mínimo es fiel también en lo mucho, y la persona injusta en lo mínimo es injusta también en lo mucho.+ 11 Por lo tanto, si ustedes no han demostrado ser fieles en lo que tiene que ver con las riquezas injustas, ¿quién les encomendará lo que es verdadero?+ 12 Y si no han demostrado ser fieles en lo que tiene que ver con lo ajeno,+ ¿quién les dará lo que es para ustedes mismos?* 13 Ningún sirviente de casa puede ser esclavo de dos amos; porque, u odiará al uno y amará al otro, o se adherirá al uno y despreciará al otro. No pueden ser esclavos de Dios y de las Riquezas”.*+
14 Ahora bien, los fariseos, que eran amantes del dinero, escuchaban todas estas cosas, y le hacían gestos de desprecio.+ 15 Por consiguiente, él les dijo: “Ustedes son aquellos que se declaran a sí mismos justos delante de los hombres,+ pero Dios conoce sus corazones;+ porque lo que entre los hombres es encumbrado, cosa repugnante es a la vista de Dios.+
16 ”La Ley y los Profetas eran hasta Juan.+ Desde entonces se declara el reino de Dios como buenas nuevas,* y toda clase de persona se adelanta con ardor hacia él.+ 17 En realidad, más fácil es que pasen el cielo y la tierra+ que el que quede sin cumplirse+ una pizca+ de una letra de la Ley.
18 ”Todo el que se divorcia de su esposa y se casa con otra comete adulterio,* y el que se casa con una mujer divorciada* de un esposo comete adulterio.+
19 ”Pero cierto hombre+ era rico, y se ataviaba de púrpura y lino, y gozaba de día en día con magnificencia.+ 20 Pero a su puerta solían colocar a cierto mendigo,* de nombre Lázaro,* lleno de úlceras 21 y deseoso de saciarse de las cosas que caían de la mesa del rico. Sí; además, los perros venían y le lamían las úlceras. 22 Pues bien, con el pasar del tiempo el mendigo murió,+ y fue llevado por los ángeles a [la posición del] seno*+ de Abrahán.+
”También, el rico murió+ y fue sepultado. 23 Y en el Hades* él* alzó los ojos, mientras existía en tormentos,+ y vio de lejos a Abrahán y a Lázaro en [la posición del] seno con él. 24 De modo que llamó y dijo: ‘Padre Abrahán,+ ten misericordia de mí y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua y refresque mi lengua,+ porque estoy en angustia en este fuego llameante’.+ 25 Pero Abrahán dijo: ‘Hijo, acuérdate de que recibiste de lleno tus cosas buenas en tu vida, pero Lázaro correspondientemente las cosas perjudiciales. Ahora, sin embargo, él tiene consuelo aquí, pero tú estás en angustia.+ 26 Y además de todas estas cosas, se ha fijado una gran sima+ entre nosotros y ustedes,+ de modo que los que quieran pasar de aquí a ustedes no pueden, ni se puede cruzar de allá a nosotros’.+ 27 Entonces dijo: ‘En tal caso te pido, padre, que lo envíes a la casa de mi padre, 28 porque tengo cinco hermanos, para que les dé un testimonio cabal, a fin de que no entren ellos también en este lugar de tormento’. 29 Pero Abrahán dijo: ‘Tienen a Moisés+ y a los Profetas;+ que escuchen a estos’.+ 30 Entonces él dijo: ‘No, por cierto, padre Abrahán, pero si alguien va a ellos de entre los muertos se arrepentirán’. 31 Pero él le dijo: ‘Si no escuchan a Moisés+ y a los Profetas, tampoco se dejarán persuadir si alguien se levanta de entre los muertos’”.
 
17 Entonces dijo a sus discípulos: “Es inevitable que vengan causas de tropiezo.+ Sin embargo, ¡ay de aquel por medio de quien vienen!+ 2 Más ventajoso le sería que le suspendieran del cuello una piedra de molino y lo arrojaran al mar+ que el que él hiciera tropezar a uno de estos pequeños.+ 3 Presten atención a ustedes mismos. Si tu hermano comete un pecado, dale una reprensión;+ y si se arrepiente, perdónalo.+ 4 Aun si siete veces al día peca contra ti y siete veces vuelve a ti, diciendo: ‘Me arrepiento’, tienes que perdonarlo”.+
5 Ahora bien, los apóstoles dijeron al Señor:* “Danos más fe”.+ 6 Entonces el Señor dijo: “Si ustedes tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, dirían a este moral:* ‘¡Sé desarraigado y plantado en el mar!’, y les obedecería.+
7 ”¿Quién hay de ustedes que tenga un esclavo arando, o cuidando el rebaño, que diga a este cuando vuelva del campo: ‘Ven acá en seguida y reclínate a la mesa’? 8 Por el contrario, ¿no le dirá: ‘Prepárame algo para que cene, y ponte un delantal y sírveme hasta que yo haya acabado de comer y beber, y después tú puedes comer y beber’? 9 Él no se sentirá agradecido al esclavo porque este haya hecho las cosas asignadas, ¿verdad? 10 Así también ustedes, cuando hayan hecho todas las cosas que se les hayan asignado, digan: ‘Somos esclavos que no servimos para nada.+ Lo que hemos hecho es lo que deberíamos haber hecho’”.
11 Y mientras iba a Jerusalén pasaba por en medio de Samaria y Galilea.+ 12 Y en el momento en que entraba en cierta aldea lo encontraron diez varones leprosos,+ pero se pusieron de pie a lo lejos. 13 Y levantaron la voz y dijeron: “¡Jesús, Instructor, ten misericordia+ de nosotros!”. 14 Y cuando él alcanzó a verlos, les dijo: “Vayan y muéstrense a los sacerdotes”.+ Entonces, mientras se iban, se efectuó su limpieza.+ 15 Uno de ellos, cuando vio que había sido sanado, volvió atrás, glorificando+ a Dios en alta voz. 16 Y cayó sobre su rostro a los pies [de Jesús],*+ y le dio gracias; además, era samaritano.+ 17 En respuesta Jesús dijo: “Los diez fueron limpiados, ¿no es verdad? Entonces, ¿dónde están los otros nueve? 18 ¿No se halló ninguno que volviera atrás a dar gloria a Dios, sino este hombre de otra nación?”. 19 Y le dijo: “Levántate y ponte en camino; tu fe te ha devuelto la salud”.*+
20 Pero cuando los fariseos le preguntaron cuándo vendría el reino de Dios,+ les contestó y dijo: “El reino de Dios no viene de modo que sea llamativamente observable, 21 ni dirán: ‘¡Miren acá!’, o, ‘¡Allá!’.+ Porque, ¡miren!, el reino de Dios está en medio de ustedes”.*+
22 Entonces dijo a los discípulos: “Vendrán días en que desearán ver uno de los días del Hijo del hombre, mas no [lo] verán.+ 23 Y les dirán: ‘¡Miren allá!’, o, ‘¡Miren acá!’.+ No salgan ni corran tras [ellos].+ 24 Porque así como el relámpago,+ por su relampagueo, resplandece desde una parte debajo del cielo hasta otra parte debajo del cielo, así será el Hijo del hombre.+ 25 Primero, sin embargo, tiene que pasar por muchos sufrimientos y ser rechazado por esta generación.+ 26 Además, así como ocurrió en los días de Noé,+ así será también en los días del Hijo del hombre:+ 27 comían, bebían, los hombres se casaban, las mujeres se daban en matrimonio, hasta aquel día en que Noé entró en el arca, y llegó el diluvio* y los destruyó a todos.+ 28 De igual modo, así como ocurrió en los días de Lot:+ comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban. 29 Pero el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre y los destruyó a todos.+ 30 De la misma manera será en aquel día en que el Hijo del hombre ha de ser revelado.+
31 ”En aquel día, el que esté en la azotea, pero cuyas cosas movibles estén dentro de la casa, no baje a recogerlas; e, igualmente, el que esté en el campo no vuelva a las cosas atrás. 32 Acuérdense de la esposa de Lot.+ 33 Cualquiera que procure mantener segura su alma* para sí mismo la perderá, pero cualquiera que la pierda la conservará viva.+ 34 Les digo: En aquella noche estarán dos [hombres] en una cama; uno será llevado, pero el otro será abandonado.+ 35 Habrá dos [mujeres] moliendo en el mismo molino; una será llevada, pero la otra será abandonada”.+ 36* —— 37 Así que, en respuesta, le dijeron: “¿A dónde, Señor?”.* Él les dijo: “Donde esté el cuerpo,+ allí también se reunirán las águilas”.+