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Tuesday, September 16, 2014

Prensa:

Prensa

Se conmemora en Sachsenhausen la ejecución de un testigo de Jehová

El 16 de septiembre de 2014, la Fundación de los Lugares Conmemorativos de Brandeburgo celebrará un acto para conmemorar el 75 aniversario de la ejecución de August Dickmann en el campo de concentración de Sachsenhausen. Él fue el primer objetor de conciencia ejecutado públicamente por los nazis en Alemania durante la Segunda Guerra Mundial.

Recomendación:

Les recomiendo visitar el sitio JW.ORG

Justicia divina:

¿Era justa e imparcial la Ley que Dios le dio a Israel?

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HACE algún tiempo, los tribunales de cierto país de Occidente sentenciaron a muerte a dos hombres acusados de asesinato. En ambos juicios, las pruebas presentadas fueron muy débiles. Cuando se descubrió el error, y tras mucho esfuerzo, los abogados lograron que se liberara a uno de los condenados. Pero ni los mejores abogados hubieran podido hacer nada por el otro, pues ya había sido ejecutado.
Este tipo de errores se pueden dar en el sistema judicial de cualquier país. Por eso, la Biblia manda: “La justicia debes seguir” (Deuteronomio 16:20). Cuando los jueces actúan con justicia, todos nos sentimos protegidos. Dios le dio a la nación de Israel una Ley que era imparcial y justa. Analicémosla para ver si es verdad que los “caminos [de Dios] son justicia” (Deuteronomio 32:4).

JUECES SABIOS, SENSATOS Y EXPERIMENTADOS

Los jueces son una protección para la sociedad si están bien preparados, son justos y no se dejan sobornar. La Ley de Dios valoraba mucho a esa clase de jueces. De hecho, al principio del éxodo de Israel por el desierto se le dijo a Moisés que buscara a “hombres capaces, temerosos de Dios, hombres dignos de confianza, que [odiaran] la ganancia injusta” (Éxodo 18:21, 22). Cuarenta años después, Moisés recalcó la importancia de conseguir “hombres sabios y [sensatos] y experimentados” para que fueran jueces (Deuteronomio 1:13-17).
Siglos después, Jehosafat, * rey de Judá, ordenó a los jueces: “Vean lo que hacen, porque no es para el hombre que ustedes juzgan, sino que es para Jehová; y él está con ustedes en el asunto de juicio. Y ahora, que el pavor de Jehová llegue a estar sobre ustedes. Tengan cuidado y actúen, porque con Jehová nuestro Dios no hay injusticia ni parcialidad ni aceptación de soborno” (2 Crónicas 19:6, 7). De este modo, el rey les recordó que si se dejaban llevar por la codicia o los prejuicios, Dios los haría responsables por cualquier daño que causaran.
Cuando los jueces respetaban estas normas, toda la nación se sentía segura. Pero además de normas, la Ley de Dios les dio un conjunto de principios que les ayudarían a tomar decisiones justas, incluso en los casos más difíciles. Veamos algunos de esos principios.

PRINCIPIOS SABIOS, SENTENCIAS JUSTAS

Aunque los jueces tenían que ser hombres sabios y capaces, no contaban solamente con sus habilidades y su inteligencia; Jehová Dios les dio principios que les servirían de guía para llegar a la decisión correcta. Por ejemplo:
Investigar a fondo cada caso. Mediante Moisés, Jehová ordenó a los jueces de Israel: “Al celebrar audiencia entre sus hermanos, tienen que juzgar con justicia” (Deuteronomio 1:16). Un juez solamente puede dictar un fallo justo si conoce todos los detalles del caso. Por esta razón, Dios mandó  a quienes dirigían un juicio que investigaran a fondo el asunto. Los jueces tenían que asegurarse de que las acusaciones fueran válidas antes de iniciar el proceso (Deuteronomio 13:14; 17:4).
Escuchar a los testigos. Las declaraciones de los testigos eran vitales en una investigación. La Ley establecía: “Ningún testigo solo debe levantarse contra un hombre respecto a cualquier error o cualquier pecado, en el caso de cualquier pecado que él cometa. Por boca de dos testigos o por boca de tres testigos debe quedar establecido el asunto” (Deuteronomio 19:15). Y a los testigos, la Ley de Dios les prohibía repetir historias falsas y ponerse de acuerdo con gente mala para mentir en un juicio (Éxodo 23:1).
Actuar con transparencia. El castigo por dar falso testimonio servía de advertencia a todos los que participaban en un juicio. La Ley indicaba: “Los jueces tienen que [investigar] cabalmente, y si el testigo es testigo falso y ha presentado una acusación falsa contra su hermano, entonces ustedes tienen que hacerle tal como él había tramado hacer a su hermano, y tienes que eliminar lo que es malo de en medio de ti” (Deuteronomio 19:18, 19). Por ejemplo, si un hombre mentía para quedarse con la herencia de alguien, se le condenaba a pagar una cantidad equivalente. Y si mentía para conseguir que se ejecutara a un inocente, tenía que ser ejecutado. Esta ley era un poderoso incentivo para que la gente dijera la verdad.
Juzgar con imparcialidad. Cuando tenían todas las pruebas, los jueces las analizaban y emitían un veredicto. En esta etapa del proceso había que tomar en cuenta una orden sobresaliente de la Ley de Dios: “No debes tratar con parcialidad al de condición humilde, y no debes preferir la persona de un grande. Con justicia debes juzgar” (Levítico 19:15). En todos los casos, los jueces tenían que decidir basándose en los hechos, no en la apariencia o la posición social de los implicados.
 Estos principios, expuestos con claridad hace siglos en la Ley que Dios dio a Israel, pueden ser muy valiosos en los tribunales de nuestros días. Si se aplican, pueden evitar juicios nulos y sentencias injustas.
Un juez escucha a dos hombres en un tribunal en la actualidad
Si se siguen los principios de la Ley de Dios, se pueden evitar las sentencias injustas

LA NACIÓN QUE DISFRUTÓ DE VERDADERA JUSTICIA

Moisés les hizo la siguiente pregunta a los israelitas: “¿Y qué gran nación hay que tenga disposiciones reglamentarias y decisiones judiciales justas como toda esta ley que estoy poniendo delante de ustedes hoy?” (Deuteronomio 4:8). Lo cierto es que ninguna otra nación disfrutó de un sistema judicial así. Durante el reinado de Salomón, quien en su juventud procuró seguir las leyes de Jehová, los israelitas estuvieron “morando en seguridad” y tuvieron paz y prosperidad; todos “comían y bebían y se regocijaban” (1 Reyes 4:20, 25).
Lamentablemente, los israelitas acabaron por darle la espalda a Dios. Mediante el profeta Jeremías, Dios dijo: “Ellos han rechazado la mismísima palabra de Jehová, y ¿qué sabiduría tienen?” (Jeremías 8:9). Como consecuencia, Jerusalén se convirtió en una “ciudad culpable de sangre”, y se llenó de “cosas detestables”. Al final fue destruida y quedó abandonada por setenta años (Ezequiel 22:2; Jeremías 25:11).
El profeta Isaías vivió en una de las épocas más difíciles de la historia de Israel. Al recordar el pasado, se sintió impulsado a reconocer una gran verdad sobre Jehová y su Ley: “Cuando hay juicios procedentes de ti para la tierra, justicia es lo que los habitantes de la tierra [...] aprenden” (Isaías 26:9).
Isaías también profetizó lo siguiente sobre el gobierno del Rey Mesiánico, Jesucristo: “Él no juzgará por la mera apariencia de las cosas a sus ojos, ni censurará simplemente según lo que oigan sus oídos. Y con justicia tiene que juzgar a los de condición humilde” (Isaías 11:3, 4). ¡Qué futuro tan maravilloso les espera a los que vivan bajo el Reino de Dios y su Rey Mesiánico! (Mateo 6:10.)

Notas

^ párr. 6 El nombre Jehosafat significa “Jehová Es Juez”.

Noticias:

LEER EN

¡DESPERTAD! SEPTIEMBRE DE 2014

Observando el mundo

Internacional

Mujer víctima de la violencia doméstica
La violencia contra las mujeres se ha convertido en “un problema de salud global de proporciones epidémicas”, afirma la Organización Mundial de la Salud. Un 35% de las mujeres “experimentarán hechos de violencia ya sea en la pareja o fuera de ella en algún momento de sus vidas [...;] la violencia de pareja es el tipo más común de violencia contra la mujer, ya que afecta al 30% de las mujeres en todo el mundo”.

Gran Bretaña

Una iglesia
De las 64.303 personas que participaron en una encuesta, el 79% dijo que “la religión es una de las causas del sufrimiento y los conflictos actuales”. Por otro lado, según el censo del 2011 de Inglaterra y Gales, solo el 59% de los habitantes dijeron ser cristianos, mientras que en el 2001 la cifra era del 72%. En ese período de diez años, la cantidad de personas que afirmaban no pertenecer a ninguna religión pasó del 15 al 25%.

China

Padres chinos de edad avanzada
Según diversos medios de comunicación, recientemente se modificó una ley para exigir a los hijos adultos que visiten con frecuencia a sus padres ancianos y velen por sus “necesidades emocionales”. Sin embargo, “no se ha establecido ningún castigo” para los hijos que no cumplan la ley.

Europa

Productos falsificados
El crimen organizado está falsificando productos de consumo tan comunes como cosméticos, detergentes y hasta artículos alimenticios. “Basta con que un ingrediente tenga cierto valor económico para que corra el riesgo de ser falsificado”, asegura el presidente de una empresa consultora en seguridad de alimentos. Un especialista estima que el 10% de los productos alimenticios que se venden en los países industrializados están adulterados.

Diabetes:

Disminuya el riesgo de sufrir diabetes

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LA DIABETES se está convirtiendo rápidamente en una epidemia mundial. Existen dos tipos principales de diabetes: tipo 1, que comienza sobre todo en la niñez y hasta el momento no se puede prevenir, y tipo 2, que afecta al 90% de los diabéticos. En este artículo hablaremos de la diabetes tipo 2.
Aunque en el pasado la tipo 2 se consideraba una diabetes exclusiva de adultos, cada vez está afectando a más niños. Afortunadamente, los expertos aseguran que el riesgo de padecerla se puede disminuir. Sin duda le beneficiará conocer mejor esta peligrosa enfermedad. *

¿Qué efectos tiene la diabetes?

La sangre lleva glucosa, o azúcar, a las células para alimentarlas. Pero la diabetes dificulta el paso del azúcar a las células, por lo que esta se acumula en la sangre. Como resultado, los órganos vitales sufren daños y la circulación sanguínea se entorpece. A veces el problema es tan grave que obliga a amputar los dedos del pie o el pie completo, además de producir ceguera y problemas de riñón. Muchos diabéticos mueren por infarto o derrame cerebral.
El exceso de grasa corporal es uno de los principales factores de riesgo. En opinión de los especialistas, la acumulación de grasa en el abdomen y la cintura es una señal de peligro. Además, se piensa que la grasa en el páncreas y el hígado impide la regulación de azúcar en la sangre. ¿Qué puede hacer para disminuir los riesgos?

 Tres pasos para reducir los riesgos

1. Si está en el grupo de riesgo, verifique sus niveles de azúcar. Con frecuencia, antes de la diabetes aparece la prediabetes. En esta etapa, los niveles de azúcar están ligeramente elevados. Tanto la diabetes como la prediabetes son malas, pero hay una diferencia entre las dos. La diabetes aún no tiene cura, aunque se puede controlar. En cambio, algunos prediabéticos han logrado bajar su concentración de azúcar a niveles normales. Como la prediabetes no presenta síntomas, es muy difícil de detectar. Según informes, hay más de 300 millones de prediabéticos en el mundo y la mayoría no lo sabe. Tan solo en Estados Unidos, el 90% de los prediabéticos ignoran que lo son.
Además de llevar a la diabetes, la prediabetes aumenta el riesgo de desarrollar demencia, según las últimas investigaciones. Si usted tiene sobrepeso, hace poco ejercicio o tiene familiares diabéticos, es muy probable que ya sea prediabético. Un examen de sangre lo sacará de dudas.
2. Coma alimentos sanos. Siempre que pueda, haga lo siguiente: consuma porciones más pequeñas; sustituya los refrescos o gaseosas y los jugos de fruta por agua, té o café; coma pan, arroz y pasta integrales, y hágalo con moderación; consuma también carnes con menos grasa, pescado y alimentos como las nueces, las almendras, los garbanzos, las lentejas y los frijoles.
1. Una ensalada; 2. Una persona pesándose
3. Manténgase activo. El ejercicio le ayudará a reducir su nivel de azúcar y a bajar esos kilos de más. Un experto recomienda dedicar menos tiempo a la televisión y más al ejercicio.
No podemos cambiar nuestros genes, pero sí nuestro estilo de vida. ¿Verdad que vale la pena el esfuerzo por mejorar la salud?

Notas

^ párr. 3 ¡Despertad! no recomienda ninguna dieta ni ejercicio en particular. Cada persona debe evaluar detenidamente las opciones y consultar al médico antes de tomar decisiones relacionadas con la salud.

El resentimiento en el matrimonio:

 AYUDA PARA LAS FAMILIAS | MATRIMONIO

Cómo superar el resentimiento

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EL PROBLEMA

Usted no logra olvidar las cosas que su esposo le ha dicho o le ha hecho. * Las palabras hirientes y las acciones desconsideradas se han grabado en su mente. El cariño que antes sentía por él se ha convertido en resentimiento. Parece que no queda más remedio que vivir en un matrimonio sin amor... y eso hace que le guarde aún más resentimiento.
Las cosas pueden mejorar. Pero primero hay que entender por qué es tan dañino el resentimiento.

LO QUE DEBE SABER

Pareja montada en una bicicleta para dos sin poder avanzar por culpa de un ancla
El resentimiento es como un ancla que no deja avanzar al matrimonio
El resentimiento puede destruir su matrimonio. ¿Por qué? Porque desgasta el amor, la confianza y la lealtad, cualidades fundamentales en el matrimonio. En cierto sentido, el resentimiento no es el síntoma de un problema de pareja, es la enfermedad. Por eso dice la Biblia que nos deshagamos de los sentimientos de amargura (Efesios 4:31).
El que guarda resentimiento es el que sufre. Guardar resentimiento es como darse una bofetada y esperar que la otra persona sienta el dolor. En su libro Healing from Family Rifts (Cómo sanar las heridas familiares), Mark Sichel explica: “Puede ser que el familiar al que le tiene resentimiento esté de lo más tranquilo y ni siquiera se imagine que hay un problema”. De modo que “el más lastimado de los dos termina siendo usted”.
Guardar resentimiento es como darse una bofetada y esperar que la otra persona sienta el dolor
El resentimiento se puede evitar. Hay quienes opinan lo contrario. “Si me siento así es por culpa de mi esposo —quizás diga una esposa—. No lo puedo evitar.” El problema con ese razonamiento es que se concentra en algo que no es posible controlar: la conducta de los demás. La Biblia sugiere una opción mejor: “Cada uno debe examinar su propia conducta” (Gálatas 6:4, Biblia en Lenguaje Sencillo). No podemos controlar las acciones de los demás, pero sí podemos decidir cómo vamos a reaccionar, y el resentimiento no es la única opción.

 LO QUE PUEDE HACER

Luche contra el resentimiento. Claro está, es más fácil echarle la culpa a su esposo. Pero recuerde que hay varias opciones, y una de ellas es el perdón. Puede seguir este consejo bíblico: “No se ponga el sol estando ustedes [enojados]” (Efesios 4:26). Si sabe perdonar, podrá hacerle frente a sus problemas de pareja con una mejor actitud. (Principio bíblico: Colosenses 3:13.)
Hágase un examen sincero. La Biblia dice que algunas personas estallan con facilidad (Proverbios 29:22). ¿Podría ser ese su caso? Pregúntese: “¿Soy rencorosa? ¿Me ofendo con facilidad? ¿Tiendo a exagerar las cosas?”. La Biblia advierte que insistir en un asunto puede separar a los amigos (Proverbios 17:9; Eclesiastés 7:9). También en el matrimonio puede pasar eso. Si descubre que es rencorosa, trate de ser más paciente con su esposo. (Principio bíblico: 1 Pedro 4:8.)
Pregúntese si merece la pena discutir. La Biblia dice que hay un “tiempo de callar y [un] tiempo de hablar” (Eclesiastés 3:7). No es bueno reclamar por todas las ofensas. En ocasiones lo mejor es seguir este consejo: “Digan lo que quieran en su corazón, sobre su cama, y callen” (Salmo 4:4). Si cree que hay algo de lo que tiene que hablar, espere hasta que se le haya pasado el enojo. Una mujer llamada Beatriz dice: “Cuando me siento herida, trato de calmarme primero. A veces me doy cuenta de que el problema no es tan grave y eso me ayuda a hablar con respeto”. (Principio bíblico: Proverbios 19:11.)
Medite en el significado de la palabra perdonar. En la Biblia hay una palabra griega que a veces se traduce “perdonar”. Esa palabra transmite la idea de dejar pasar algo. Por lo tanto, perdonar no significa restarle importancia a la ofensa o hacer como si nunca hubiera sucedido; más bien, significa dejarla pasar porque uno se da cuenta de que el resentimiento podría perjudicar la salud y el matrimonio más que la ofensa misma.

Notas

^ párr. 4 Para simplificar, nos dirigiremos a la esposa, pero los consejos también son para el esposo.

Tomado de JW.org

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¡DESPERTAD! SEPTIEMBRE DE 2014

 TEMA DE PORTADA

Cómo combatir el agotamiento

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Anil, víctima del agotamiento en el empleo
ANIL no podía más. Había aceptado un nuevo empleo en el que tenía un puesto más elevado y un mejor salario. Sin embargo, ahora tenía que trabajar hasta muy tarde y también los fines de semana. A veces pasaba hasta ochenta horas a la semana en la empresa. “Había muy poca organización —comenta— y toda la responsabilidad caía sobre mí. Me preguntaba: ‘¿En dónde me he metido? Si no hago algo, esto me va a matar’.” El empleo lo estaba quemando.
El agotamiento laboral va más allá del estrés que se experimenta día a día en el trabajo. La persona que lo sufre está siempre cansada y se siente frustrada e impotente. Pierde la motivación por su empleo y es menos productiva. Hay estudios que indican que el agotamiento laboral provoca muchas enfermedades físicas y emocionales.
¿Qué causa el agotamiento laboral? Principalmente, el exceso de trabajo. Debido a la situación económica, algunas compañías les exigen a sus empleados que trabajen más horas y a veces por menos dinero. Además, la tecnología está borrando la línea que separa el trabajo de la vida personal, pues ahora los empleados son más fáciles de localizar. Otras causas de agotamiento son el temor a perder el empleo, la falta de control sobre aspectos importantes del trabajo, los problemas con los compañeros, sentirse explotado y no tener claro lo que se espera de uno.
En ocasiones, uno mismo podría ser el causante del agotamiento. A fin de escalar puestos en la empresa y ganar más dinero, hay quienes aceptan cada vez más y más responsabilidades. Pero lo único que logran es sobrecargarse y quemarse.
Si ese es su caso, ¿qué puede hacer? Quizás se sienta atrapado por las circunstancias y piense que no hay salida. Pero la realidad es que tiene más opciones de las que se imagina. Veamos cuatro de ellas.

 1. DEFINA SUS PRIORIDADES.

Una familia feliz
¿Qué es lo más importante para usted? Para muchas personas, la familia y la salud están entre sus principales prioridades. Pues precisamente esas son las cosas que se van a perjudicar si se quema en el empleo.
Tenga claras sus prioridades; así estará mejor preparado para tomar decisiones difíciles y negociar. Por ejemplo, tal vez se dé cuenta de que su trabajo lo está agotando, pero cree que no puede renunciar ni trabajar menos horas porque necesita su sueldo. Es cierto que todos necesitamos dinero. Ahora bien, ¿cuánto necesitamos en realidad? ¿Y qué estamos dispuestos a arriesgar para conseguirlo?
No se deje presionar por quienes lo rodean. Lo más seguro es que las prioridades de la empresa sean diferentes a las suyas. Para muchos, el trabajo es lo más importante en la vida, pero usted no tiene por qué pensar lo mismo.
PRINCIPIO BÍBLICO: “[INCLUSO] CUANDO UNO TIENE EN ABUNDANCIA, SU VIDA NO RESULTA DE LAS COSAS QUE POSEE”. (LUCAS 12:15)

2. SIMPLIFIQUE SU VIDA.

Una comida sencilla
Si quiere disminuir el estrés y tener más tiempo para lo que usted considera importante, piense en trabajar menos horas o en pedirle a su jefe que le quite un poco de trabajo. Quizás no haya más opción que cambiar de empleo. Decida lo que decida, es probable que tenga que hacer cambios en su presupuesto y su estilo de vida. Pero no crea que es imposible; puede que sea más fácil de lo que parece.
Vivimos en una sociedad consumista que intenta convencernos de que la felicidad depende de cuánto ganamos y de cuánto podemos comprar. Eso no es cierto; llevar una vida sencilla da más libertad y nos hace más felices. Sin embargo, ese cambio requiere preparación. Reduzca sus gastos, ahorre y baje al máximo sus deudas. Explíquele a su familia por qué necesitan hacer cambios y trate de conseguir su apoyo.
PRINCIPIO BÍBLICO: “TENIENDO, PUES, SUSTENTO Y CON QUÉ CUBRIRNOS, ESTAREMOS CONTENTOS CON ESTAS COSAS”. (1 TIMOTEO 6:8)

 3. APRENDA A DECIR QUE NO.

Si está sobrecargado o tiene algún otro problema en el trabajo, hable con su jefe. De ser posible, preséntele soluciones que los beneficien a ambos. Asegúrele que está comprometido con su trabajo y dígale qué cosas está dispuesto a hacer y qué cosas no. Exprésese con claridad y firmeza.
Un hombre señalando su reloj
Sea previsor y realista. Si le pide a su jefe que le quite trabajo, puede que él quiera bajarle el sueldo. O tal vez lo amenace con despedirlo, por lo que es bueno tener una respuesta preparada. Recuerde que es más fácil conseguir otro trabajo mientras sigue empleado.
Si logra llegar a un acuerdo con su jefe, cumpla con su parte. De este modo, si con el tiempo le quiere aumentar el trabajo, usted estará en mejor posición de pedirle que cumpla con lo que habían acordado.
PRINCIPIO BÍBLICO: “SIGNIFIQUE SU PALABRA SÍ, SÍ, SU NO, NO”. (MATEO 5:37)

 4. RENUEVE LAS ENERGÍAS.

Aunque no tenga problemas graves en su trabajo, habrá ocasiones en las que se enfrentará al estrés, a personas difíciles y a situaciones poco agradables. Por eso, saque tiempo para descansar y divertirse. Recuerde que no tiene que gastar mucho para pasar un buen rato con su familia.
Una mujer descansando un poco
Realice actividades y haga amistades fuera del trabajo. Además, evite caer en el error de medir su valor por el tipo y la cantidad de trabajo que realiza. Como dice el libro La bolsa o la vida, uno vale mucho más que su empleo. Recuerde que si su autoestima depende principalmente del trabajo, se le hará más difícil verlo en su justa medida.
PRINCIPIO BÍBLICO: “MEJOR ES UN PUÑADO DE DESCANSO QUE [DOS] DE DURO TRABAJO Y ESFORZARSE TRAS EL VIENTO”. (ECLESIASTÉS 4:6)
¿Es posible hacer los cambios necesarios para combatir el agotamiento? Claro que sí. Anil, mencionado al principio de este artículo, lo logró. Él comenta: “Llamé a mi anterior jefe, le pregunté si podía volver y me dijo que sí. Tuve que encontrarme de nuevo con mis antiguos compañeros después de haber presumido que había conseguido un mejor trabajo. ¡Qué vergüenza! Además, me bajaron el sueldo. Pero ahora estoy más tranquilo y tengo más tiempo para mi familia y para las cosas que considero más importantes”.