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Tuesday, September 25, 2012

Revista ¡DESPERTAD! SEPTIEMBRE DE 2012

La fascinación por el fin del mundo

¿LO PONE nervioso el futuro? Si es así, usted no es el único. Desde la antigüedad, los hombres han especulado sobre el porvenir, y muchos han llegado a la conclusión de que las perspectivas no son precisamente de color de rosa. La posibilidad de que el mundo se acabe ha intrigado y fascinado a la gente por milenios.
Tome como ejemplo las obras modernas de ficción. Historietas, programas de televisión, películas y libros, por centenares y millares, tejen historias en torno a un apocalipsis inminente. Es como si hubiera un ejército inagotable de fuerzas listas para abalanzarse sobre la humanidad y asolarla: robots asesinos, monstruos de todo tipo, extraterrestres, zombis, fantasmas, dragones, simios, aves, ratas mutantes y avispas gigantescas. Claro, difícilmente se tomará alguien en serio esos cuentos.
Sin embargo, hay otras historias y teorías que ponen a la gente mucho más nerviosa, algunas de las cuales son consideradas científicas. Una pronostica que la corteza terrestre sufrirá un desplazamiento masivo que provocará violentos tsunamis, terremotos y explosiones volcánicas. Otra sostiene que un día se producirá la perfecta alineación de todos los planetas, lo que intensificará los vientos solares y causará estragos en la Tierra. Y otra postula que los polos magnéticos se invertirán repentinamente y harán que la radiación solar nos mate a todos. Estas teorías cautivan la imaginación colectiva.
 ¿Y qué decir del sinnúmero de libros y sitios de Internet que vaticinan el fin del mundo para el 21 de diciembre del presente año? Una de las cosas que se dicen es que un supuesto planeta llamado Nibiru (o Planeta X) está en curso de colisión con la Tierra y que llegará este diciembre. Esta y otras teorías sin fundamento se han relacionado con las interpretaciones de un antiguo calendario maya, el cual, según algunos, termina en el solsticio de invierno del 2012.
Persuadidos por predicciones fatídicas como estas, algunos han construido refugios en el patio de sus casas o han reservado —a precios altísimos — alojamiento en búnkeres comunales subterráneos. Otros se han mudado a las montañas y se han hecho autosuficientes en la obtención de agua, electricidad y calefacción.
Desde luego, no falta quien no crea en nada de esto y desdeñe la idea de que el mundo se vaya a acabar. Por ejemplo, los científicos de la NASA aseguran que “nada malo le va a pasar a la Tierra en el 2012. Nuestro planeta se las ha arreglado bien durante más de cuatro mil millones de años, y ningún científico serio del mundo sabe de amenaza alguna asociada con el 2012”.
No obstante, sería un error concluir que el género humano no corre ningún peligro o que solo los ingenuos creen que el fin del mundo es algo más que ficción y fantasía. Lo sabio sería preguntarse si en realidad vendrá el fin del mundo y, de ser así, cómo y cuándo.