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Wednesday, August 26, 2009

La salvación de Jehová:

“Estén firmes y vean la salvación de Jehová”
“Jehová está de mi parte; no temeré. ¿Qué puede hacerme el hombre terrestre?” (SALMO 118:6.)
LA HUMANIDAD se enfrenta hoy a calamidades sin precedentes. Jesús se refirió a nuestro tiempo cuando advirtió a sus discípulos: “Habrá gran tribulación como la cual no ha sucedido una desde el principio del mundo hasta ahora, no, ni volverá a suceder. De hecho, a menos que se acortaran aquellos días, ninguna carne se salvaría; mas por causa de los escogidos aquellos días serán acortados” (Mateo 24:21, 22).
2 Aunque no podemos verlas, las fuerzas celestiales están sujetando los vientos de esa gran tribulación. El anciano apóstol Juan tuvo el privilegio de ver por qué los sujetan. Leamos su propia descripción de la revelación que recibió mediante Jesús: “Vi a cuatro ángeles de pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, reteniendo los cuatro vientos de la tierra [...]. Y vi a otro ángel que ascendía del nacimiento del sol, teniendo un sello del Dios vivo; y clamó con voz fuerte a los cuatro ángeles [...]: ‘No hagan daño a la tierra ni al mar ni a los árboles, hasta después que hayamos sellado en la frente a los esclavos de nuestro Dios’” (Revelación [Apocalipsis] 7:1-3).
3 El sellado final de los ungidos, “los esclavos de nuestro Dios”, está a punto de completarse, de modo que los cuatro ángeles están listos para soltar esos vientos destructivos. Cuando lo hagan, ¿qué ocurrirá primero? Un ángel responde: “Con lanzamiento veloz será arrojada abajo Babilonia la gran ciudad, y nunca volverá a ser hallada” (Revelación 18:21). ¡Qué alegría habrá en los cielos cuando eso ocurra, cuando se destruya al imperio mundial de la religión falsa! (Revelación 19:1, 2.)
4 Todas las naciones de la Tierra se habrán aliado contra los siervos de Jehová. ¿Conseguirán acabar con estos fieles cristianos? Pudiera parecer que sí. Sin embargo, los ejércitos celestiales al mando de Cristo Jesús se encargarán de destruir a esos enemigos (Revelación 19:19-21). Y, por último, se arrojará al Diablo y sus ángeles a un abismo simbólico donde no harán más daño. Ya no podrán engañar a la humanidad, pues permanecerán atados por mil años. ¡Qué inmenso alivio significará eso para la gran muchedumbre de sobrevivientes! (Revelación 7:9, 10, 14; 20:1-3.)
5 Estos sucesos impresionantes están a las puertas. Todos ellos se relacionan con la soberanía universal de Jehová, es decir, con la vindicación de su derecho a gobernar. Y pensemos en lo siguiente: si nos mantenemos leales a Jehová y firmes a favor de su soberanía, tendremos la oportunidad de contribuir a que su nombre se santifique y su propósito se cumpla. ¿Verdad que este será un gran honor?
6 ¿Estamos preparados para estos acontecimientos tan importantes? ¿Tenemos fe en el poder salvador de Jehová? ¿Confiamos en que él vendrá en nuestra ayuda en el momento justo y del mejor modo imaginable? Al responder a estas preguntas personales, tengamos presente lo que el apóstol Pablo escribió a los cristianos de Roma: “Todas las cosas que fueron escritas en tiempo pasado fueron escritas para nuestra instrucción, para que mediante nuestro aguante y mediante el consuelo de las Escrituras tengamos esperanza” (Romanos 15:4). Entre las cosas que se escribieron para nuestra instrucción, así como para darnos consuelo y esperanza, figura el relato de la liberación de los israelitas de las crueles garras de Egipto. Puesto que nosotros aguardamos expectantes la cercana gran tribulación, será muy animador examinar los emocionantes sucesos que Jehová provocó para salvar a los hijos de Israel.
Jehová rescata a su pueblo
7 Retrocedamos al año 1513 antes de nuestra era. Jehová ya ha golpeado con nueve plagas a los egipcios. Tras la novena plaga, el faraón despide de su presencia a Moisés con estas bruscas palabras: “¡Vete de mí! ¡Cuídate! No trates de volver a ver mi rostro, porque en el día que veas mi rostro morirás”. A lo que Moisés responde: “De esa manera has hablado. Ya no trataré de ver tu rostro” (Éxodo 10:28, 29).
8 A continuación, Jehová le revela a Moisés que asestará un golpe final a aquella nación. El 14 de abib (nisán), el primogénito de todo hombre egipcio y de todo animal tendrá que morir. Sin embargo, las familias israelitas se librarán de esa plaga si obedecen al pie de la letra las instrucciones que Dios le da a Moisés. Deben salpicar la sangre de un cordero sobre los postes y la viga superior de la puerta de sus casas, y quedarse dentro de ellas. ¿Qué ocurre esa noche? Dejemos que Moisés mismo conteste: “Sucedió que a medianoche Jehová hirió a todo primogénito en la tierra de Egipto”. Inmediatamente, el faraón llama a Moisés y Aarón, y les dice: “Levántense, salgan de en medio de mi pueblo, [...] y vayan, sirvan a Jehová, tal como han declarado”. Los israelitas parten enseguida, probablemente más de tres millones de personas junto con “una vasta compañía mixta” de no israelitas, cuyo número no se declara (Éxodo 12:1-7, 29, 31, 37, 38).
9 La ruta más corta que pueden tomar es la que bordea el mar Mediterráneo y cruza la tierra de los filisteos. Pero ese es territorio enemigo. Por lo tanto, quizá para que su pueblo no tenga que pelear, Jehová lo conduce a través del desierto del mar Rojo. Aunque son millones de personas, no avanzan de manera desordenada. De hecho, la Biblia informa que “fue en orden de batalla como subieron los hijos de Israel de la tierra de Egipto” (Éxodo 13:17, 18).
“Vean la salvación de Jehová”
10 Entonces ocurre algo sorprendente. Jehová da este mandato a Moisés: “Habla a los hijos de Israel, que se vuelvan y acampen delante de Pihahirot, entre Migdol y el mar, a vista de Baal-zefón”. Por seguir estas instrucciones, aquella gran multitud se ve acorralada entre las montañas y un brazo del mar Rojo. No parece haber escapatoria. Pero Jehová sabe lo que hace. Le dice a Moisés: “Yo realmente dejaré que se haga obstinado el corazón de Faraón, y él ciertamente correrá tras ellos, y yo me conseguiré gloria por medio de Faraón y de todas sus fuerzas militares; y los egipcios ciertamente sabrán que yo soy Jehová” (Éxodo 14:1-4).
11 El faraón, convencido de que ha cometido un error dejando marchar a los israelitas, escoge 600 carros de guerra y sale tras ellos en feroz persecución. Al divisar al ejército egipcio, los israelitas se aterrorizan y le gritan a Moisés: “¿Es porque no hay absolutamente ninguna sepultura en Egipto por lo que nos has traído acá a morir en el desierto?”. Con plena confianza en que Jehová los salvará, Moisés responde: “No tengan miedo. Estén firmes y vean la salvación de Jehová, que él ejecutará para ustedes hoy. [...] Jehová mismo peleará por ustedes, y ustedes mismos guardarán silencio” (Éxodo 14:5-14).
12 En conformidad con las palabras de Moisés, Jehová mismo lucha por los israelitas. A partir de ese momento, fuerzas sobrenaturales asumen el control. Milagrosamente, el ángel de Jehová traslada a la retaguardia la columna de nube que los ha estado guiando. Mientras que a los egipcios los sume en la oscuridad, a los israelitas los alumbra (Éxodo 13:21, 22; 14:19, 20). Al mandato de Jehová, Moisés extiende la mano. El relato prosigue: “Jehová empezó a hacer que el mar se retirara por un fuerte viento del este durante toda la noche [...]. Por fin los hijos de Israel fueron por en medio del mar sobre tierra seca, mientras las aguas eran un muro para ellos a su derecha y a su izquierda”. Los perseguidores se lanzan tras ellos, pero Jehová está con su pueblo. Primero siembra la confusión en el campamento egipcio, y luego le dice a Moisés: “Extiende tu mano sobre el mar, para que las aguas se vuelvan sobre los egipcios, sus carros de guerra y sus soldados de caballería”. Cuando esto sucede, la destrucción es tan completa que ni un solo soldado queda con vida (Éxodo 14:21-28; Salmo 136:15).
Lo que aprendemos de la salvación de Israel
13 ¿Qué efecto tuvo esta milagrosa liberación en los sobrevivientes? Pues bien, Moisés y los hijos de Israel rompieron a cantar en alabanza a Jehová: “Cante yo a Jehová, porque se ha ensalzado soberanamente. [...] Jehová reinará hasta tiempo indefinido, aun para siempre” (Éxodo 15:1, 18). Como vemos, en lo primero que pensaron fue en alabar a Dios. La soberanía de Jehová había quedado demostrada.
14 ¿Qué nos enseñan estos emocionantes sucesos? ¿Qué consuelo y esperanza nos dan? Aprendemos que Jehová está listo para ayudar a sus siervos a superar cualquier prueba y que puede resolver cualquier problema al que se enfrenten. Por ejemplo, hizo que el mar Rojo no fuera obstáculo para Israel cuando levantó aquel viento fuerte del este. Además, pudo hacer que sus aguas se convirtieran en la tumba de los ejércitos del faraón. Al pensar en ello, nos identificamos con el salmista que dijo: “Jehová está de mi parte; no temeré. ¿Qué puede hacerme el hombre terrestre?” (Salmo 118:6). Asimismo, nos consuelan y animan las palabras de Pablo que se hallan en Romanos 8:31: “Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros?”. ¡Cuánta confianza nos dan estos pasajes inspirados! En realidad, disipan todos los temores y dudas que podamos tener y nos llenan de esperanza. En vista de esto, es muy apropiado que el texto del año 2008 sea: “Estén firmes y vean la salvación de Jehová” (Éxodo 14:13).
15 ¿Qué más aprendemos del éxodo de Israel? Que debemos obedecer a Jehová sin importar lo que nos pida. Los israelitas obedecieron sus instrucciones preparando todos los detalles para la Pascua y quedándose dentro de sus casas la noche del 14 de nisán. Y cuando por fin salieron de Egipto, lo hicieron “en orden de batalla” (Éxodo 13:18). De igual manera, hoy es de suma importancia que sigamos las instrucciones que recibimos mediante “el esclavo fiel y discreto” (Mateo 24:45). Tenemos que prestar mucha atención a la “palabra” de Dios que oímos detrás de nosotros: “‘Este es el camino. Anden en él’, en caso de que ustedes se fueran a la derecha o en caso de que se fueran a la izquierda” (Isaías 30:21). Conforme nos acercamos a la gran tribulación, es muy posible que recibamos algunas instrucciones concretas. Solo tendremos un viaje seguro a través de esos días de angustia si avanzamos al mismo paso que los demás siervos leales de Jehová.
16 Recordemos, asimismo, que Jehová desvió a los israelitas hacia una ruta que aparentemente los dejó atrapados entre las montañas y el mar Rojo. Sencillamente, aquello no parecía lo más acertado. Pero Jehová tenía la situación bajo control, y todo sirvió para su alabanza y la salvación de su pueblo. Hoy día, quizá no comprendamos del todo por qué se toman ciertas decisiones en la organización de Jehová. No obstante, tenemos muchas razones para confiar en la guía que Dios nos da mediante su fiel conducto de comunicación. A veces puede parecer que nuestros enemigos se están saliendo con la suya. Desde nuestro limitado punto de vista, tal vez no veamos el cuadro completo. Sin embargo, Jehová puede intervenir en el momento justo, tal como lo hizo con los israelitas (Proverbios 3:5).
Confiemos por completo en Jehová
17 ¿Nos imaginamos la confianza que debían sentir los israelitas al recordar la columna de nube y fuego que los acompañaba día y noche? Era una señal evidente de que “el ángel del Dios verdadero” los estaba guiando (Éxodo 13:21, 22; 14:19). De igual modo, hoy podemos confiar en que Jehová está con su pueblo para guiarlo, protegerlo y liberarlo. Tenemos sobradas razones para confiar en esta promesa: “[Jehová] no dejará a los que le son leales. Hasta tiempo indefinido ciertamente serán guardados” (Salmo 37:28). Nunca olvidemos que a los siervos de Dios de hoy día también nos respaldan poderosas fuerzas angélicas. Con su apoyo, podemos ‘estar firmes y ver la salvación de Jehová’ (Éxodo 14:13).
18 ¿Qué nos permitirá ‘estar firmes’ en el camino de la verdad? Llevar puesta la armadura espiritual que Pablo describió en su carta a los Efesios. Observemos que el apóstol nos insta a ponernos “la armadura completa que proviene de Dios”. ¿Llevamos puestas todas sus piezas? En el año 2008, a todos nos convendrá revisar nuestra armadura para asegurarnos de que todas las piezas estén en su lugar y en buenas condiciones. El enemigo, Satanás, quien conoce nuestras debilidades, trata de agarrarnos desprevenidos o de atacar algún punto vulnerable. En efecto, “tenemos una lucha” contra fuerzas espirituales malignas. Pero con el poder de Jehová, saldremos victoriosos (Efesios 6:11-18; Proverbios 27:11).
19 Jesús dijo a sus seguidores: “Mediante el aguante de parte de ustedes adquirirán sus almas” (Lucas 21:19). Hagamos lo sumo posible por hallarnos entre los que aguantan fielmente cualquier dificultad. De ese modo, por la bondad inmerecida de Dios, tendremos el privilegio de ‘estar firmes y ver la salvación de Jehová’.
¿Qué respondería?
• ¿Qué emocionantes sucesos están a las puertas?
• ¿Cómo demostró Jehová su poder salvador en el año 1513 antes de nuestra era?
• ¿Qué está usted decidido a hacer de ahora en adelante?
[Preguntas del estudio]
1. ¿A qué sucesos trascendentales se enfrenta la humanidad?
2. ¿Por qué se están sujetando los vientos de la gran tribulación?
3. ¿Qué ocurrirá primero cuando estalle la gran tribulación?
4. ¿Qué acontecimientos tienen que suceder todavía?
5. ¿Qué honor tendrán los que se mantengan leales a Jehová?
6. En vista de los sucesos que se aproximan, ¿qué es oportuno que examinemos?
7. ¿Qué tensa situación se desarrolló en Egipto en el año 1513 antes de nuestra era?
8. ¿Qué instrucciones se dieron a los israelitas para sobrevivir, y qué sucedió?
9. ¿Qué ruta escogió Dios para sacar a los israelitas de Egipto, y por qué?
10. ¿Por qué ordenó Dios a Israel que acampara delante de Pihahirot?
11. a) ¿Qué hizo el faraón a continuación, y cómo reaccionaron los israelitas? b) ¿Cómo respondió Moisés a las quejas de los israelitas?
12. ¿Cómo rescató Jehová a su pueblo?
13. ¿Qué hicieron los hijos de Israel cuando se vieron liberados?
14. a) ¿Qué nos dice acerca de Jehová la experiencia por la que atravesó Israel? b) ¿Cuál es el texto del año 2008?
15. ¿Cuánta importancia tuvo la obediencia en la liberación de Israel, y cuánta importancia tiene hoy?
16. ¿Qué aprendemos al ver cómo controló Jehová la situación para liberar a los israelitas?
17. ¿Por qué podemos confiar por completo en la guía divina?
18. ¿Por qué necesitamos ponernos “la armadura completa que proviene de Dios”?
19. ¿Qué privilegio podremos tener si aguantamos?
[Comentario de la página 20]
El texto del año 2008 será: “Estén firmes y vean la salvación de Jehová” (Éxodo 14:13).
[Ilustración de la página 17]
“Todas las cosas que fueron escritas en tiempo pasado fueron escritas para nuestra instrucción”
[Ilustración de la página 18]
La terquedad del faraón trajo la calamidad sobre Egipto
[Ilustración de la página 19]
Los israelitas sobrevivieron porque obedecieron a Jehová en todo.

El poder de Jehová:

Finalmente, sigan adquiriendo poder en [el] Señor y en la potencia de su fuerza. 11 Pónganse la armadura completa que proviene de Dios para que puedan estar firmes contra las maquinaciones del Diablo; 12 porque tenemos una lucha, no contra sangre y carne, sino contra los gobiernos, contra las autoridades, contra los gobernantes mundiales de esta oscuridad, contra las fuerzas espirituales inicuas en los lugares celestiales. 13 Por esta causa tomen la armadura completa que proviene de Dios, para que puedan resistir en el día inicuo y, después de haber hecho todas las cosas cabalmente, estar firmes.

Tomar en cuenta a Jehová:

. 5 Confía en Jehová con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento. 6 En todos tus caminos tómalo en cuenta, y él mismo hará derechas tus sendas.

No tengan miedo:

13 Entonces Moisés dijo al pueblo: “No tengan miedo. Estén firmes y vean la salvación de Jehová, que él ejecutará para ustedes hoy. Pues a los egipcios que ustedes realmente ven hoy, no los volverán a ver, no, nunca jamás. 14 Jehová mismo peleará por ustedes, y ustedes mismos guardarán silencio”.

Jehová no dejará a los leales:

Porque Jehová es amador de la justicia,
y no dejará a los que le son leales.
ע [‛Á·yin]
Hasta tiempo indefinido ciertamente serán guardados;
pero en cuanto a la prole de los inicuos, esta en verdad será cortada.

Confiar en Jehová:

Miércoles 26 de agosto
Confía en Jehová con todo tu corazón (Pro. 3:5).
Aunque quizá no comprendamos del todo por qué se toman ciertas decisiones en la organización de Jehová, tenemos muchas razones para confiar en la guía que Dios nos da mediante su fiel conducto de comunicación. A veces puede parecer que nuestros enemigos se están saliendo con la suya. Desde nuestro limitado punto de vista, tal vez no veamos el cuadro completo. Sin embargo, Jehová puede intervenir en el momento justo. Podemos confiar en que él está con su pueblo para guiarlo, protegerlo y liberarlo. Tenemos sobradas razones para confiar en esta promesa: “[Jehová] no dejará a los que le son leales. Hasta tiempo indefinido ciertamente serán guardados” (Sal. 37:28). Nunca olvidemos que a los siervos de Dios de hoy día también nos respaldan poderosas fuerzas angélicas. Con su apoyo, podemos ‘estar firmes y ver la salvación de Jehová’ (Éxo. 14:13). También nos ayudará a ‘estar firmes’ llevar puesta la armadura espiritual que Pablo describió (Efe. 6:11-18).