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Thursday, September 05, 2013

Novela "La violación". Continuación.

Por: Diana Margarita Cantón.

Capítulo:
La parentela:

"Solo una tía de Juan en la aldea, que vivía en la calle Santa Rosa-que yo sepa-mostró una hostilidad manifiesta hacia mí, aunque en realidad no le veían futuro a aquella relación amorescente..El ya había fracasado hasta con la Doctora nieta del gran mambí Donato Mármol. Me la presentó y todo un día en La Alameda!. Me contó toda la historia de ellos, cómo la frustró con sus celos y su locura enfermiza Juana; total para después acabar traicionando? a su imprescindible con un militar oriental con el que duró muchos años-según me contó hace poco la hermana de Juan en persona.
Juan me habló de los detalles y hasta de sus intimidades con la Doctora y otras de sus relaciones, ella estuvo muy enamorada de él y su hermana lo confirmaba..Me dijo de los bistécs que tenían que comerse cuando acababan de amarse ( si es que  poadían consumirlos, pues ya la carne animal estaba escasa y se había encarecido mucho con el comunismo que culpaba a su vez al bloqueo norteamericano). Me mostró el texto de la canción "Luna de miel", que él conservaba escrito de puño y letra de ella., me la cantó y todo.Y mi Amor no era celoso. Lo escuché con atención.Sabía que se la cantaba a ella y o la cantaban juntos. Pero nuestra comunicación era excelente. Eramos amigos ante todo.Saber esas cosas de su pasado y hasta de su presente me ayudaba a conocerlo y a tratar de superar aquellas vivencias de un modo original, espontáneo que lo marcara también de otro modo, y de más está decir que le contaba también algunas cosas de mi breve vitae amorosa, cosa que a él si le molestaba, pero no tanto. Siempre quedó claro que el pasado no contaba, pero la fidelidad, la lealtad presente y futura ( sobre todo la espiritual), sí. Y por eso estoy al volante de esta escritura !.
Como ya dije las camas de nuestro Amor Celestial fueron a veces de cemento y loza, a veces rodeadas de espejos, en los que podíamos contemplarnos durante el coito en todas las posiciones que me enseñó y a las que daba diferentes y ocurrentes nombres desde tijera....hasta infinito.. No dejaba de reir a su lado.Ni de pensar en que la vejez, el dolor..., la muerte no existían. Eran pura invención de los mortales.
Una noche después de las perdidas de Juan, que se iba volviendo de la Tierra y no de los Cielos, le conté a mi suegra que mi padre desde que yo tenía como doce años estaba medio-loco, y ella se asustó mucho, pues temió por la vida del villano? de su hijo. Pero la tranquilicé con que " lo protegería siempre". Y así fue: le dije a mi padre que Juan no me interesaba, que yo me iría sola en septiembre a la capital. Parece que mi madre no le contó nada de  la visita de Juana a nuestro hogar, aunque tuve evidencias de que él lo intuía todo.
Años después supe por una tía que dudaba mucho que hubiera llegado virgen al matrimonio después de tantos años sin familia  en La Habana".