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Wednesday, November 21, 2012

La ideología y la música contemporánea


Ser como Noé


Tomado de WWW.jw.org
Miércoles 21 de noviembre
[Noé] hizo precisamente así (Gén. 6:22). 

Jehová le informó a Noé que iba a enviar un diluvio para traer “el fin de toda carne” (Gén. 6:13, 17). Entonces le ordenó construir una gran arca, una especie de cajón gigante. De inmediato, el patriarca y su familia pusieron manos a la obra. Obedecieron a Dios y así demostraron que estaban listos para afrontar el juicio que iba a traer. ¿Qué cualidades los impulsaron a actuar así? Su fe sólida y su profundo temor de Dios (Heb. 11:7). Como cabeza de familia, Noé se mantuvo espiritualmente alerta y no imitó la maldad de sus contemporáneos (Gén. 6:9). Sabía que los miembros de su casa tampoco debían copiar la conducta violenta ni la actitud desafiante de la gente. Ninguno de ellos podía darse el lujo de enfrascarse en las actividades cotidianas. Dios les había asignado una misión, y su vida dependía de que la llevaran a cabo (Gén. 6:14, 18). Nos alegra muchísimo ver hoy a tantos cabezas de familia esforzándose al máximo por imitar a Noé. w11 15/3 3:6, 7, 9

Camina con Dios


Cánticos Bíblicos.


Jonás y su vigencia


 
Biblia en línea
TRADUCCIÓN DEL NUEVO MUNDO DE LAS SANTAS ESCRITURAS

Jonás 1:1–17


    
1Y la palabra de Jehová empezó a ocurrirle a Jonás hijo de Amitai, diciendo:2“Levántate, ve a Nínive la gran ciudad, y proclama contra ella que la maldad de ellos ha subido delante de mí”.
3Y Jonás procedió a levantarse y huir a Tarsis de delante de Jehová; y finalmente bajó a Jope y halló una nave que iba a Tarsis. Por lo tanto, pagó su pasaje y bajó y entró en ella, para irse con ellos a Tarsis de delante de Jehová.
4Y Jehová mismo arrojó un gran viento en el mar, y llegó a haber una gran tormenta en el mar; y en cuanto a la nave, estaba a punto de ser destrozada.5Y los marineros empezaron a temer y a clamar por socorro, cada uno a su dios. Y siguieron arrojando al mar los objetos que había en la nave, para aligerar[la] de ellos. Pero Jonás mismo había bajado a las partes más recónditas de aquel barco de cubierta, y procedió a acostarse y a quedar profundamente dormido.6Al fin el capitán de la nave se le acercó y le dijo: “¿Qué te pasa, dormilón? ¡Levántate, clama a tu dios! Quizás el Dios [verdadero] muestre que le importamos, y no perezcamos”.
7Y empezaron a decirse unos a otros: “Vengan, y echemos suertes, para que sepamos por causa de quién tenemos esta calamidad”. Y siguieron echando suertes, y finalmente la suerte cayó sobre Jonás.8De modo que le dijeron: “Dinos, sí, por favor, ¿por causa de quién tenemos esta calamidad? ¿Cuál es tu trabajo, y de dónde vienes? ¿Cuál es tu país, y de qué pueblo eres?”.
9Ante aquello, él les dijo: “Soy hebreo, y temo a Jehová el Dios de los cielos, Aquel que hizo el mar y la tierra seca”.
10Y los hombres empezaron a temer en gran manera, y pasaron a decirle: “¿Qué es esto que has hecho?”. Porque los hombres habían llegado a saber que era de delante de Jehová de donde él huía, porque les había dicho esto.11Finalmente le dijeron: “¿Qué debemos hacerte, para que el mar se nos aquiete?”. Porque continuamente el mar se hacía más tempestuoso.12Así que él les dijo: “Álcenme, y arrójenme al mar, y el mar se les aquietará; porque me doy cuenta de que por causa de mí está sobre ustedes esta gran tormenta”.13Pero los hombres trataron de abrirse camino para traer [la nave] de vuelta a tierra seca; pero no pudieron, porque el mar se hacía continuamente más tempestuoso contra ellos.
14Y procedieron a clamar a Jehová y decir: “¡Ah, pues, oh Jehová, por favor no perezcamos por causa del alma de este hombre! ¡Y no pongas sobre nosotros sangre inocente, puesto que tú mismo, oh Jehová, has hecho según aquello en que te has deleitado!”.15Entonces alzaron a Jonás y lo arrojaron al mar; y el mar empezó a detenerse de su enfurecimiento.16Ante esto, los hombres empezaron a temer en gran manera a Jehová, y por lo tanto ofrecieron un sacrificio a Jehová e hicieron votos.
17Ahora bien, Jehová asignó un gran pez para que se tragara a Jonás, de modo que Jonás llegó a estar en las entrañas del pez tres días y tres noches.