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Monday, March 09, 2009

A todos mis amigos y lectores:

Saludos a todos.
Y bien..... Cómo están?
Pues voy a ser breve; solo quiero compartir con ustedes por este medio algo que me gustaría se dieran la oportunidad de mirar ya sea por internet o personalmente con alguien que con mucho gusto les visitaría (llamaría) de parte mía. Se trata de un proyecto mercantil directo a gran escala, el cual es visual y yo quisiera que después que lo vean me den su opinión.
Para mi su opinión es muy importante. Recuerden que los aprecio mucho.
No importa dónde vivan!

Saludos desde Boise Idaho,

Diana M Cantón

Diálogo amigo:


:
Hola Diana como andas?
Estoy en el trabajo pero como no pude hablar contigo el otro dia queria saludarte
todo bien?
me preguntabas por Pedro
Hace rato que no te comunicas con el ?
Esta trabajando en una cia de un amigo y sigue en lo suyo de la politica, se mudo ....pero sigue con el mismo telelefono
Yo:
Estoy bien, ... Sigo estudiando Inglés y trabajando solo 5 horas en un Taco Bell.
También ando en los negocios de Quixtar Away Global y Melaleuca que aun me dan poco, pero tengo esperanzas de mejorar en ellos. Vendo de todo...
Ademas cuido mi nieto como siempre
.....
Bueno al menos veo que etas ocupada
Yo:
Sí, válgame eso
Pero a lo que más me dedico es a predicar el Reino de Jehová a tiempo completo:70 horas al mes. Soy Precursora . También mantengo mi blog personal casi a diario.
.....
pues eso esta bien, lo importante es estar bien de animo y con resolucion de echar pa'lante porque ya que estamos en este tren tenemos que seguir en el como sea y mientras sea con salud y algo de economia mejor entonces ja ja
Yo:
Yo si le saqué el pie a la política; aunque allá no se lo creen. Pero eso mismo le ocurrió a Jesús, a quien imito.
Sí; eso que hago, me da ánimo, fuerzas, poder, energías, deseos de vivir, propósito, esperanza...
Hoy escribí sobre la Mujer en el blog, cosas de la Biblia y también de Martí.

...
y sobre todo estando con la familia tambien le hace mucho bien a uno por eso supongo que estaras disfrutando con tu nieto. Ah pues mira voy a entrar en el a leerlo. bueno ahora sigo que todavia ando en la oficina y quiero irme temprano. Me alegro que estes bien, seguimos en contacto. chao
Yo:
Chao.

Desde Cuba:

hola margot que dificil todo lo que me cuentas pero gracias a ti tambien ok ya entiendo todo la situacion entre ustedes y juana bueno de lo de escritora y pintora se sigue como aficion lo de pintura pero lo escribir no lo explote jamas, y mami nada esta foto de frente acaba con las personas y era la unica que tenia ahora es actual y si tambien que esta mas acabadita y enferma se pasa los dias llenas de dolores con una artrosis generaluiizada que no tiene columna y los desdos de las manos todos jorobados y llenos de dolor y sin medicamento casi de que le consigo las vitaminas en inyeccion a que las vuelvo a conseguir imaginate a base pe perorsican y pastillas del dolor pero nada ahi batallando te dejo hoy es un dia atareado un beso te escribo mas despues

Martí y la elegancia de la Mujer en Carta a María Mantilla:

…"es como la elegancia, mi Maria, que está en el buen gusto, y no en el costo. La elegancia del vestido, la grande y verdadera, está en la altivez y fortaleza del alma. Un alma honrada, inteligente y libre dá al cuerpo más elegancia, y más poderío a la mujer, que las modas más ricas de las tiendas. Mucha tienda, poca alma. Quien tiene mucho adentro, necesita poco afuera. Quien lleva mucho afuera, tiene poco adentro, y quiere disimular lo poco. Quien siente la belleza, la belleza interior, no busca afuera belleza prestada: se sabe hermosa, y la belleza echa luz. Procurará mostrarse alegre, y agradable a los ojos, porque es deber humano causar placer en vez de pena, y quien conoce la belleza la respeta y cuida en los demás y en sí. Pero no pondrá en un jarrón de China un jazmín: pondrá el jazmín, solo y ligero, en un cristal de agua clara. Ésa es la elegancia verdadera: que el vaso no sea más que la flor. Y esa naturalidad, y verdadero modo de vivir, con piedad para los vanos y pomposos, se aprende con encanto en la historia de las criaturas de la tierra".

Martí y la Mujer:

A su hermana Amelia
Cartas de José Martí
Algunas de las cartas de José Martí a su hermana Amelia.
[Nueva York, 1880]
Tengo delante de mí, mi hermosa Amelia, como una joya rara, y de luz blanda y pura tu cariñosa carta. Ahí está tu alma serena, sin mancha, sin locas impaciencias. Ahí está tu espíritu tierno, que rebosa de tí como la esencia de las primeras flores de Mayo. Por eso quiero yo que te guardes de vientos violentos y traidores, y te escondas en tí a verlos pasar: que como las aves de rapiña por los aires, andan los vientos por la tierra en busca de la esencia de las flores. Toda la felicidad de la vida, Amelia, está en no confundir el ansia de amor que se siente a tus años con ese amor soberano, hondo y dominador que no florece en el alma sino después del largo examen, detenidísimo conocimiento, y fiel y prolongada compañía de la criatura en quien el amor ha de ponerse. Hay en nuestra tierra una desastrosa costumbre de confundir la simpatía amorosa con el cariño decisivo e incambiable que lleva a un matrimonio que no se rompe, ni en las tierras donde esto se puede, sino rompiendo el corazón de los amantes desunidos. Y en vez de ponerse el hombre y la mujer que se sienten acercados por una simpatía agradable, nacida a veces de la prisa que tiene el alma en flor por darse al viento, y no de que otro nos inspire amor, sino del deseo que tenemos nosotros de sentirlo; -en vez de ponerse doncel y doncella como a prueba, confesándose su mutua simpatía y distinguiéndola del amor que ha de ser cosa distinta, y viene luego, y a veces no nace, ni tiene ocasión de nacer, sino después del matrimonio, se obligan las dos criaturas desconocidas a un afecto que no puede haber brotado sino de conocerse íntimamente. -Empiezan las relaciones de amor en nuestra tierra por donde debieran terminar. -Una mujer de alma severa e inteligencia justa debe distinguir entre el placer íntimo y vivo, que semeja el amor sin serlo, sentido al ver a un hombre que es en apariencia digno de ser estimado, -y ese otro amor definitivo y grandioso, que, como es el apegamiento inefable de un espíritu a otro, no puede nacer sino de la seguridad de que el espíritu al que el nuestro se une tiene derecho, por su fidelidad, por su hermosura, por su delicadeza, a esta consagración tierna y valerosa que ha de durar toda la vida. -Ve que yo soy un excelente médico de almas, y te juro, por la cabecita de mí hijo, que eso que te digo es un código de ventura, y que quien olvide mí código no será venturoso. He visto mucho en lo hondo de los demás; y mucho en lo hondo de mí mismo. Aprovecha mis lecciones. No creas, mí hermosa Amelia, en que los cariños que se pintan en las novelas vulgares, y apenas hay novela que no lo sea, por escritores que escriben novelas porque no son capaces de escribir cosas más altas -copian realmente la vida, ni son ley de ella. Una mujer joven que ve escrito que el amor de todas las heroínas de sus libros, o el de sus amigas que los han leído como ella empieza a modo de relámpago, con un poder devastador y eléctrico -supone, cuando siente la primera dulce simpatía amorosa, que le tocó su vez en el juego humano, y que su afecto ha de tener las mismas formas, rapidez e intensidad de esos afectillos de librejos, escritos -créemelo Amelia- por gentes incapaces de poner remedio a las tremendas amarguras que origina su modo convencional e irreflexivo de describir pasiones que no existen, o existen de una manera diferente de aquella con que las describen. ¿Tú ves un árbol? ¿Tú ves cuanto tarda en colgar la naranja dorada, o la granada roja, de la rama gruesa? Pues, ahondando en la vida, se ve que todo sigue el mismo proceso. El amor, como el árbol, ha de pasar de semilla, a arbolillo, a flor, y a fruto. -Cuéntame Amelia mía, cuanto pase en tu alma. Y dime de todos los lobos que pasen a tu puerta; y de todos los vientos que anden en busca de perfume. Y ayúdate de mí para ser venturosa, que yo no puedo ser feliz, pero sé la manera de hacer feliz a los otros.
No creas que aquí acabo mi carta. Es que hacía tiempo que quería decirte eso, y he empezado por decírtelo -De mí, te hablaré otro jueves. En éste sólo he de decirte que ando como piloto de mí mismo, haciendo frente a todos los vientos de la vida, y sacando a flote un noble y hermoso barco, tan trabajado ya de viajar, que va haciendo agua. -A papá que te explique esto que él es un valeroso marino. Tú no sabes, Amelia mía, toda la veneración y respeto tiernísimo que merece nuestro padre. Allí donde lo ves, lleno de vejeces y caprichos, es un hombre de una virtud extraordinaria. Ahora que vivo, ahora sé todo el valor de su energía y todos los raros y excelsos méritos de su naturaleza pura y franca. Piensa en lo que te digo. No se paren en detalles, hechos para ojos pequeños. Ese anciano es una magnífica figura. Endúlcenle la vida. Sonrían de sus vejeces. El nunca ha sido viejo para amar.
Ahora, adiós de veras.
Escríbeme sin tasa y sin estudio, que yo no soy tu censor, ni tu examinador, sino tu hermano. Un pliego de letra desordenada y renglones mal hechos, donde yo sienta palpitar tu corazón y te oiga hablar sin reparos ni miedos -me parecerá más bella que una carta esmerada, escrita con el temor de parecerme mal. -Ve: el cariño es la más correcta y elocuente de todas las gramáticas. Dí ¡ternura! y ya eres una mujer elocuentísima.
Nadie te ha dado nunca mejor abrazo que éste que te mando.
¡Que no tarde el tuyo!
Tu hermano
J. Martí
New York, Febrero 28 [1883]
Mi muy querida Amelia:
Tú no me lo querrás creer, por estos odios míos, siempre crecientes, a poner en el papel las cosas íntimas del alma; pero el día en que supe tus bodas, como te creí dichosa, me sentí de fiesta. Hice visitas, cante un poco, y hable algo más (que) de ordinario. -Porque me estoy volviendo silencioso. -Tu marido me parece noble persona, y me inspira confianza. -Y tú tienes tantas y tan sólidas virtudes, y has salido de tal escuela de abnegación, y recibiste de la naturaleza tales prendas de calor de corazón y de bondad que, de seguro, cualesquiera que sean tus dolores naturales, serás dichosa. Hacerte sufrir, sería como estrujar con manos brutales un lirio. ¿Serás dichosa? -Porque para serlo es sólo necesario -aun en medio de los tormentas más recias de la fortuna- sentirse amado, encalorado, acompañado, bien cuidado, bien envuelto por alguien. -Pero este bien no se tiene sino ocasionando otro semejante. Nadie se dará jamás -sino a quien se dé a el. -E irresistiblemente, cuando una criatura se siente con la dulce dueñez de otra, se vuelve a ella, como cordero a su madre, cuando llueve o nieva, y se refugia en ella. Tú eres abierta, sincera, caliente de corazón, caritativa, pura, generosa. Quien no lo es, -es odioso, cualesquiera que sean sus galas de inteligencia o de hermosura. -Y si la falta de todas esas buenas cualidades es lamentable en el hombre, -en la mujer, que creemos urna y hogar natural de ellas, es abominable. -Pero así como el alma se aparta con disgusto de los de corazón frío, y mente calculadora y reservada, así se entrega con júbilo y sin rebozo a los de espíritu sencillo y ardiente, mano acariciadora, y pensamiento abierto. Es ley natural infalible que los que esto dan, -esto tengan; -y que los que esto no dan, no tengan esto, Se que tu marido te estima, y que tú eres como la luz del sol, que mientras más se la goza, se la gusta más. Pero esas dotes de alma en que tú abundas pueden tanto, que aunque te tuviera algún día en menos de lo que tú vales, volvería a ti de nuevo, afligido de lo que hubiese visto, y más enamorado despues de la experiencia del contraste, de tu alma luminosa y serena. -No puedo hacerte en mis grandes pobrezas, regalo mejor que esta profecía en tu mes de boda. De mamá he de hablarte ahora. -Meses hace que tengo ya pensado, y dicho, lo que intento hacer. Papá vendrá a mi lado, como imagino que el lo desea, apenas cedan los fríos, que será para marzo, o para fines de abril.
Anoche puse fin a la traducción de un libro de lógica, que me ha aparecido -a pesar de tener yo por maravillosamente inútiles tantas reglas pueriles- preciosísimo libro, puesto que con el producto de su traducción puedo traer a mi padre a mi lado. Papá es, sencillamente, un hombre admirable. Fue honrado, cuando ya nadie lo es. Y ha llevado la honradez en la médula, como lleva el perfume una flor, y la dureza una roca. Ha sido más que honrado: ha sido casto. -Sangre invisible, me ha caído dentro del alma a torrentes. -En mí hay una especie de asesinado, y no diré yo quien sea el asesino. Pero nada me ha hecho verter tanta sangre como las imágenes dolientes de mis padres y mi casa. -Ahora, ya engrueso. Vds. reposan. Nadie más que yo trabaja. Papá puede venir a descansar. Me aflige sólo que mamá tenga que vivir en casa extraña. Desde el mes de abril recibirá, mes por mes, veinte o veinticinco pesos oro. Este, no le puedo mandar más que diez, que acaso vayan, sino hallo otro modo más seguro, dentro de esta misma carta, en un billete americano, que tu buen José me hará el favor de cambiar para mamá. Dos razones hay que me impiden pensar, -como de otro modo hubiera sin vacilación resuelto, -que mamá y Antonia viniesen también a mi lado. La más importante es -que traer acá a Antonia, que es ahora rosal en flor, sería como encarcelarla en un castillo de nieve. Y mamá, a poco, suspiraría con razón por volver a la tierra donde están sus hijas y sus amigas, y cuanto halaga y mantiene vivo al corazón, que aquí sólo de fuerza heroica si es mozo, o de haber resuelto ya, por matrimonio o por haber vivido bastante, los problemas de la existencia, -queda vivo.
Ya no tengo un momento. Si he de escribir una línea a Carmen, no puedo contestar hoy a José. Esta carta es ya para él y el sábado le escribiré la suya.
Tú me pides muchas cartas, tú -feliz -escribeme sin cesar, y oblígame a ellas. Y no me mires como a hermano alejado, sino como a parte de tu mismo cuerpo.
J. Martí

Martí y la Mujer:


Camagüey, Cuba, Lunes, 9 de Marzo de 2009




10:5Especial sobre José Martí en ocasión del 150 aniversario de su natalicio
Por Raisa Mestril Gutiérrez

Martí y el amor a la mujer
Nuestro José Martí estudió la mujer como compañera. En carta a Carmita, a María y a su hermana Amelia siempre está presente el consejo, cual un maestro de amor trasmite enseñanzas que son sus propios argumentos, sus propios sufrimientos y contradicciones. En ellas habla de lo hermoso que es el decoro de las mujeres y enseña a enfrentar la vida y a desarrollar cualidades dignas en el ser humano
A María le pide que no tenga miedo sufrir : "Sufrir bien, por algo que lo merezca da juventud y hermosura, mira a una mujer generosa, hasta vieja es bonita y niña siempre, que es lo que dicen los chinos, que sólo es grande el hombre que nunca pierde su corazón de niño: y mira a una mujer egoísta que aún de joven , es vieja y seca"
La incita a prepararse para la vida y le aconseja pensar en el trabajo libre y virtuoso: "Para que la deseen los hombres buenos, para que la respeten los malos y para no tener que vender la libertad de su corazón y su hermosura por la mesa y el vestido"
Para Martí es muy importante en una mujer la honradez de su alma: "Un alma honrada, inteligente y libre, da al cuerpo más elegancia y más poderío a la mujer que las modas más ricas de las tiendas, lo vital es, no la belleza física, sino la belleza interior, quien lleva mucho afuera tiene poco adentro y quiere disimular lo poco que tiene. Es necesario pasar callado entre la gente vanidosa, sentirse limpia y ligera como la luz, dejar a un lado el mundo frívolo, es imprescindible sentirse amado porque "poco hace en el mundo quien no se siente amado".
En carta a su hermana Amelia aparecen sentencias de extraordinario valor: "¿Tú ves un árbol? ¿Tú ves como tarda en colgar la naranja dorada o la granada roja de la rama gruesa?, pues ahondando en la vida, se ve que todo sigue igual proceso: El amor, como el árbol, ha de pasar de semilla a arbolito, a flor y a fruto."
José Martí aconseja que una mujer inteligente debe distinguir entre el placer que semeja el amor sin serlo y el amor definitivo y grandioso por su entrega y felicidad, en sus escrito encontramos ideas que muestran que fue un conocedor del alma femenina.
Es defensor de la necesidad de que la mujer estudie y tenga medios honestos para asegurar su dicha porque: "Enalteciendo su mente con sólidos estudios, vivirá a la par del hombre como compañera y no a sus pies como juguete hermoso y porque bastándose a si no tendrá prisa en colgarse del que pasa, como aguinaldo de muro, sino que conocerá y escogerá y desdeñará al ruin y al engañador y tomará al laborioso y sincero".
Fue incansable en sus criterios sobre el cultivo intelectual de la mujer: "En la vida de dos no hay ventura sino cuando no se le lleva demasiada ventaja o resalta con demasiada diferencia uno de los dos". "No deben ser el hábito, la compasión y el deber, lo que una a dos seres, sino una inefable compenetración de espíritu, que no quiere decir servil acatamiento de un cónyuge a las opiniones del otro."
Hay más precisiones Martianas sobre esa unión afectiva: "Es sabroso ese apretamiento de las almas en que sean semejantes sus opiniones, capacidades y alimentos, aún cuando sus pareceres sean distintos" y consideró el divorcio intelectual un mal terrible para una pareja
Tal importancia concede Martí al cultivo intelectual de la mujer que jamás se vio envuelto en vulgar galantería ni amó a mujeres vulgares. En "Patria" publica numerosos artículos de elogio a mujeres que en distintos campos de la vida social eran ejemplo de virtudes, llegando a valorar la importancia de la labor de la mujer en defensa del ideal de justicia: "Las ideas no están seguras hasta que las mujeres no las aman".

La Biblia y las mujeres:

"Que su adorno no sea el de trenzados externos del cabello y el de ponerse ornamentos de oro ni el de usar prendas exteriores de vestir, sino que sea la persona secreta del corazón en la vestidura incorruptible del espíritu tranquilo y apacible, que es de gran valor a los ojos de Dios".(1 Pedro 3:3,4).
Esto implica una actitud equilibrada respecto al arreglo y la ropa, y dar más énfasis al adorno espiritual.
"Deseo que las mujeres se adornen en vestido bien arreglado, con modestia y buen juicio, no con estilos de cabellos trenzados y oro o perlas o traje muy costoso, sino de la manera que es propia de mujeres que profesan reverenciar a Dios , a saber, por medio de obras buenas".(1 Timoteo 2:9, 10).
Dios toma en cuenta la condición de corazón de una.Dios aprueba a las mujeres que son modestas y manifiestan juicio sano en el uso de cosméticos y joyas, y cuyo adorno principal son las cualidades piadosas y la conducta cristiana.
El simple hombre ve lo que aparece a los ojos, pero Jehová ve el corazón (1 Samuel 16:7).
"El encanto puede ser falso, y la belleza puede ser vana, pero la mujer que teme a Jehová es la que se procura alabanza". (Proverbios 31:30).

Mujer:

MUJER...
Que nadie haya sido tan afortunado de darse cuenta la mina de oro que tú eres, no significa que brilles menos.
Que nadie haya sido lo suficientemente inteligente para darse cuenta que mereces estar en la cima, no te detiene para lograrlo.
Que nadie se haya presentado aún para compartir tu vida, no significa que ese día está lejos.
Que nadie haya notado los avances en tu vida, no te da permiso para detenerte.
Que nadie se haya dado cuenta la hermosa mujer que tú eres, no significa que no seas apreciada.
Que nadie haya venido a alejar la soledad con su amor, no significa que debas conformarte con lo que sea.
Que nadie te haya amado con esa clase de amor que has soñado, no significa que tengas que conformarte con menos.
Que aún no hayas recogido las mejores cosas de la vida, no significa que la vida sea injusta.
Que Dios está pensando en un hermoso príncipe para ti, no significa que tú no seas ya una reina.
Solo porque tu situación no parece estar progresando por ahora, no significa que necesites cambiar nada.
Sigue brillando.
Sigue corriendo.
Sigue esperando.
Sigue viviendo.
Sigue siendo exactamente como ya tú eres:
¡Una Mujer Completa!
de tu amigo y compañero