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Monday, March 09, 2009

Martí y la Mujer:


Camagüey, Cuba, Lunes, 9 de Marzo de 2009




10:5Especial sobre José Martí en ocasión del 150 aniversario de su natalicio
Por Raisa Mestril Gutiérrez

Martí y el amor a la mujer
Nuestro José Martí estudió la mujer como compañera. En carta a Carmita, a María y a su hermana Amelia siempre está presente el consejo, cual un maestro de amor trasmite enseñanzas que son sus propios argumentos, sus propios sufrimientos y contradicciones. En ellas habla de lo hermoso que es el decoro de las mujeres y enseña a enfrentar la vida y a desarrollar cualidades dignas en el ser humano
A María le pide que no tenga miedo sufrir : "Sufrir bien, por algo que lo merezca da juventud y hermosura, mira a una mujer generosa, hasta vieja es bonita y niña siempre, que es lo que dicen los chinos, que sólo es grande el hombre que nunca pierde su corazón de niño: y mira a una mujer egoísta que aún de joven , es vieja y seca"
La incita a prepararse para la vida y le aconseja pensar en el trabajo libre y virtuoso: "Para que la deseen los hombres buenos, para que la respeten los malos y para no tener que vender la libertad de su corazón y su hermosura por la mesa y el vestido"
Para Martí es muy importante en una mujer la honradez de su alma: "Un alma honrada, inteligente y libre, da al cuerpo más elegancia y más poderío a la mujer que las modas más ricas de las tiendas, lo vital es, no la belleza física, sino la belleza interior, quien lleva mucho afuera tiene poco adentro y quiere disimular lo poco que tiene. Es necesario pasar callado entre la gente vanidosa, sentirse limpia y ligera como la luz, dejar a un lado el mundo frívolo, es imprescindible sentirse amado porque "poco hace en el mundo quien no se siente amado".
En carta a su hermana Amelia aparecen sentencias de extraordinario valor: "¿Tú ves un árbol? ¿Tú ves como tarda en colgar la naranja dorada o la granada roja de la rama gruesa?, pues ahondando en la vida, se ve que todo sigue igual proceso: El amor, como el árbol, ha de pasar de semilla a arbolito, a flor y a fruto."
José Martí aconseja que una mujer inteligente debe distinguir entre el placer que semeja el amor sin serlo y el amor definitivo y grandioso por su entrega y felicidad, en sus escrito encontramos ideas que muestran que fue un conocedor del alma femenina.
Es defensor de la necesidad de que la mujer estudie y tenga medios honestos para asegurar su dicha porque: "Enalteciendo su mente con sólidos estudios, vivirá a la par del hombre como compañera y no a sus pies como juguete hermoso y porque bastándose a si no tendrá prisa en colgarse del que pasa, como aguinaldo de muro, sino que conocerá y escogerá y desdeñará al ruin y al engañador y tomará al laborioso y sincero".
Fue incansable en sus criterios sobre el cultivo intelectual de la mujer: "En la vida de dos no hay ventura sino cuando no se le lleva demasiada ventaja o resalta con demasiada diferencia uno de los dos". "No deben ser el hábito, la compasión y el deber, lo que una a dos seres, sino una inefable compenetración de espíritu, que no quiere decir servil acatamiento de un cónyuge a las opiniones del otro."
Hay más precisiones Martianas sobre esa unión afectiva: "Es sabroso ese apretamiento de las almas en que sean semejantes sus opiniones, capacidades y alimentos, aún cuando sus pareceres sean distintos" y consideró el divorcio intelectual un mal terrible para una pareja
Tal importancia concede Martí al cultivo intelectual de la mujer que jamás se vio envuelto en vulgar galantería ni amó a mujeres vulgares. En "Patria" publica numerosos artículos de elogio a mujeres que en distintos campos de la vida social eran ejemplo de virtudes, llegando a valorar la importancia de la labor de la mujer en defensa del ideal de justicia: "Las ideas no están seguras hasta que las mujeres no las aman".

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