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Tuesday, September 16, 2014

El resentimiento en el matrimonio:

 AYUDA PARA LAS FAMILIAS | MATRIMONIO

Cómo superar el resentimiento

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EL PROBLEMA

Usted no logra olvidar las cosas que su esposo le ha dicho o le ha hecho. * Las palabras hirientes y las acciones desconsideradas se han grabado en su mente. El cariño que antes sentía por él se ha convertido en resentimiento. Parece que no queda más remedio que vivir en un matrimonio sin amor... y eso hace que le guarde aún más resentimiento.
Las cosas pueden mejorar. Pero primero hay que entender por qué es tan dañino el resentimiento.

LO QUE DEBE SABER

Pareja montada en una bicicleta para dos sin poder avanzar por culpa de un ancla
El resentimiento es como un ancla que no deja avanzar al matrimonio
El resentimiento puede destruir su matrimonio. ¿Por qué? Porque desgasta el amor, la confianza y la lealtad, cualidades fundamentales en el matrimonio. En cierto sentido, el resentimiento no es el síntoma de un problema de pareja, es la enfermedad. Por eso dice la Biblia que nos deshagamos de los sentimientos de amargura (Efesios 4:31).
El que guarda resentimiento es el que sufre. Guardar resentimiento es como darse una bofetada y esperar que la otra persona sienta el dolor. En su libro Healing from Family Rifts (Cómo sanar las heridas familiares), Mark Sichel explica: “Puede ser que el familiar al que le tiene resentimiento esté de lo más tranquilo y ni siquiera se imagine que hay un problema”. De modo que “el más lastimado de los dos termina siendo usted”.
Guardar resentimiento es como darse una bofetada y esperar que la otra persona sienta el dolor
El resentimiento se puede evitar. Hay quienes opinan lo contrario. “Si me siento así es por culpa de mi esposo —quizás diga una esposa—. No lo puedo evitar.” El problema con ese razonamiento es que se concentra en algo que no es posible controlar: la conducta de los demás. La Biblia sugiere una opción mejor: “Cada uno debe examinar su propia conducta” (Gálatas 6:4, Biblia en Lenguaje Sencillo). No podemos controlar las acciones de los demás, pero sí podemos decidir cómo vamos a reaccionar, y el resentimiento no es la única opción.

 LO QUE PUEDE HACER

Luche contra el resentimiento. Claro está, es más fácil echarle la culpa a su esposo. Pero recuerde que hay varias opciones, y una de ellas es el perdón. Puede seguir este consejo bíblico: “No se ponga el sol estando ustedes [enojados]” (Efesios 4:26). Si sabe perdonar, podrá hacerle frente a sus problemas de pareja con una mejor actitud. (Principio bíblico: Colosenses 3:13.)
Hágase un examen sincero. La Biblia dice que algunas personas estallan con facilidad (Proverbios 29:22). ¿Podría ser ese su caso? Pregúntese: “¿Soy rencorosa? ¿Me ofendo con facilidad? ¿Tiendo a exagerar las cosas?”. La Biblia advierte que insistir en un asunto puede separar a los amigos (Proverbios 17:9; Eclesiastés 7:9). También en el matrimonio puede pasar eso. Si descubre que es rencorosa, trate de ser más paciente con su esposo. (Principio bíblico: 1 Pedro 4:8.)
Pregúntese si merece la pena discutir. La Biblia dice que hay un “tiempo de callar y [un] tiempo de hablar” (Eclesiastés 3:7). No es bueno reclamar por todas las ofensas. En ocasiones lo mejor es seguir este consejo: “Digan lo que quieran en su corazón, sobre su cama, y callen” (Salmo 4:4). Si cree que hay algo de lo que tiene que hablar, espere hasta que se le haya pasado el enojo. Una mujer llamada Beatriz dice: “Cuando me siento herida, trato de calmarme primero. A veces me doy cuenta de que el problema no es tan grave y eso me ayuda a hablar con respeto”. (Principio bíblico: Proverbios 19:11.)
Medite en el significado de la palabra perdonar. En la Biblia hay una palabra griega que a veces se traduce “perdonar”. Esa palabra transmite la idea de dejar pasar algo. Por lo tanto, perdonar no significa restarle importancia a la ofensa o hacer como si nunca hubiera sucedido; más bien, significa dejarla pasar porque uno se da cuenta de que el resentimiento podría perjudicar la salud y el matrimonio más que la ofensa misma.

Notas

^ párr. 4 Para simplificar, nos dirigiremos a la esposa, pero los consejos también son para el esposo.