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Wednesday, March 27, 2013

Lucas 5:

5 En cierta ocasión, cuando la muchedumbre se agolpaba sobre él y escuchaba la palabra de Dios, él estaba de pie junto al lago de Genesaret.+ 2 Y vio dos barcas atracadas al borde del lago, pero los pescadores habían salido de ellas y estaban lavando sus redes.+ 3 Subiendo a una de las barcas, que era de Simón, le pidió que se apartara un poco de la tierra. Entonces se sentó, y desde la barca+ se puso a enseñar a las muchedumbres. 4 Cuando cesó de hablar, dijo a Simón: “Rema hasta donde está profundo, y echen sus redes+ para la pesca”. 5 Pero respondiendo Simón, dijo: “Instructor, toda la noche nos afanamos y no sacamos nada,+ pero porque tú lo dices bajaré las redes”. 6 Pues bien, cuando hicieron esto, encerraron una gran multitud de peces. En realidad, se les rompían las redes. 7 De modo que hicieron señas a sus socios [que estaban] en la otra barca para que vinieran y les prestaran ayuda;+ y ellos vinieron, y llenaron ambas barcas, de manera que estas se hundían. 8 Viendo esto, Simón Pedro+ cayó a las rodillas de Jesús, y dijo: “Apártate de mí, porque soy varón pecador, Señor”.*+ 9 Pues, ante la redada de peces que habían pescado, quedaron pasmados él y todos los que con él estaban, 10 y así mismo Santiago y Juan, hijos de Zebedeo,+ que eran partícipes con Simón. Pero Jesús dijo a Simón: “Deja de tener miedo. De ahora en adelante estarás pescando vivos a hombres”.+ 11 De modo que volvieron a traer las barcas a tierra, y abandonaron todo y le siguieron.+
12 En otra ocasión, mientras él estaba en una de las ciudades, ¡mira!, ¡un varón lleno de lepra! Cuando alcanzó a ver a Jesús, este cayó sobre su rostro y le rogó, diciendo: “Señor, si tan solo quieres, puedes limpiarme”.+ 13 Entonces, extendiendo la mano, él lo tocó, y dijo: “Quiero. Sé limpio”. Y al instante desapareció de aquel la lepra.+ 14 Y él dio al hombre órdenes de no decirlo a nadie:+ “Mas vete y muéstrate al sacerdote,+ y haz una ofrenda+ relacionada con tu limpieza, así como prescribió Moisés, para testimonio* a ellos”.+ 15 Pero su fama se extendía cada vez más, y se juntaban grandes muchedumbres para escucharle y para ser curados de sus enfermedades.+ 16 Sin embargo, él continuaba en retiro en los desiertos áridos, y orando.+
17 En el transcurso de uno de los días, estaba enseñando, y estaban sentados allí fariseos y maestros de la ley que habían venido de toda aldea de Galilea y de Judea y de Jerusalén; y el poder de Jehová* estaba allí para que él hiciera curaciones.+ 18 Y, ¡mira!, unos varones que llevaban en una cama a un hombre paralítico, y buscaban la manera de introducirlo y ponerlo delante de él.+ 19 Por eso, al no hallar la manera de introducirlo a causa de la muchedumbre, subieron al techo, y por las tejas lo bajaron con la camita en medio de los que estaban enfrente de Jesús.+ 20 Y cuando él vio la fe de ellos, dijo: “Hombre, tus pecados te son perdonados”.+ 21 Por lo tanto, los escribas y los fariseos comenzaron a razonar, diciendo: “¿Quién es este que habla blasfemias?+ ¿Quién puede perdonar pecados sino Dios solo?”.+ 22 Pero Jesús, discerniendo lo que razonaban, les dijo en respuesta: “¿Qué razonan en sus corazones?+ 23 ¿Qué es más fácil?, ¿decir: ‘Tus pecados te son perdonados’, o decir: ‘Levántate y anda’?+ 24 Pero para que sepan que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados... —dijo al paralítico—: Te digo: Levántate y toma tu camita y ponte en camino a tu casa”.+ 25 Y al instante este se levantó delante de ellos, tomó aquello en que antes se había acostado, y se fue a su casa, glorificando a Dios.+ 26 Entonces un éxtasis+ se apoderó de todos sin excepción, y se pusieron a glorificar a Dios, y se llenaron de temor, y decían: “¡Cosas extrañas hemos visto hoy!”.+
27 Ahora bien, después de estas cosas él salió y vio a un recaudador de impuestos de nombre Leví sentado en la oficina de los impuestos, y le dijo: “Sé mi seguidor”.+ 28 Y dejándolo todo+ atrás, él se levantó y se puso a seguirlo. 29 También, Leví le hizo un gran banquete de recepción en su casa; y había una gran muchedumbre de recaudadores de impuestos y otros que estaban con ellos reclinados a la mesa.+ 30 Por esto los fariseos y sus escribas se pusieron a murmurar, y decían a los discípulos de él: “¿Por qué comen y beben ustedes con recaudadores de impuestos y pecadores?”.+ 31 Respondiendo, Jesús les dijo: “Los que están sanos no necesitan médico,+ pero los que se hallan mal sí.+ 32 No he venido a llamar a justos, sino a pecadores a arrepentimiento”.+
33 Ellos le dijeron: “Los discípulos de Juan ayunan frecuentemente, y hacen ruegos, y así mismo los de los fariseos; pero los tuyos comen y beben”.+ 34 Jesús les dijo: “Ustedes no pueden hacer ayunar a los amigos del novio* mientras el novio está con ellos, ¿verdad?+ 35 Sin embargo, vendrán días en que el novio+ sí les será quitado;+ entonces ayunarán en aquellos días”.+
36 Además, siguiendo, les dio una ilustración: “Nadie corta un remiendo de una nueva prenda de vestir exterior y lo cose en una vieja prenda de vestir exterior; pero si lo hace, entonces el remiendo nuevo se arranca, y, además, el remiendo de la prenda nueva no hace juego con la vieja.+ 37 Por otra parte, nadie pone vino nuevo en odres viejos; pero si lo hace, entonces el vino nuevo revienta los odres,+ y se vierte, y los odres se echan a perder.+ 38 Pero el vino nuevo tiene que ponerse en odres nuevos. 39 Nadie que haya bebido vino añejo quiere el nuevo; porque dice: ‘El añejo+ es exquisito’”.*