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Friday, April 25, 2014

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Tomado de Diario de Cuba:
VENEZUELA
La inflación se duplica durante el primer año de Maduro
AGENCIAS | Caracas | 19 Abr 2014 - 1:17 pm. 
 
Los problemas económicos y la violencia acosan al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y atizan las protestas contra su Gobierno, un año después de haber asumido con la promesa de mantener el legado de su mentor, Hugo Chávez, y frenar la inflación y el crimen, reporta la AFP.
Maduro, autoproclamado "hijo" de Chávez, asumió el gobierno el 19 de abril de 2013. Venezuela, en camino hacia el "socialismo del siglo XXI", sobrellevaba ya una inflación que rozaba los 30 puntos y contaba unos 17.000 homicidios anuales.
Menos de un año después, Caracas y otras ciudades se convirtieron en escenario de protestas con saldo de 41 muertos por el salto hacia arriba de ambas cifras: 57,3% de inflación anualizada y cerca de 25.000 homicidios, según datos de una ONG especializada.
"Los números y el malestar social son espantosos. Hay un desmoronamiento del estatus quo que se tenía con Chávez (...) una falta de claridad de gestión, de proyecto", dijo a la AFP la psicóloga social Colette Capriles, autora del libro La revolución como espectáculo.
Maduro, electo el 14 de abril luego de una vertiginosa campaña electoral, resultó ganador por un estrecho margen de 1,5% de votos contra el líder opositor Henrique Capriles.
"Se ve su afán de legitimarse como autoridad, como un presidente que toma decisiones no solo con (respecto a) la oposición, sino a lo interno. Poco a poco, Maduro se ha ido personalizando", agregó Colette Capriles.
Así, al celebrar el martes pasado el primer año de su proclamación, el presidente cambió el rostro y los ojos de Chávez estampados en las camisetas y gorras de su militancia por diseños de su tupido bigote negro y su rostro sonriente con la consigna "Maduro es pueblo".
Una crisis más profunda
Con las mayores reservas petroleras del mundo, Venezuela atraviesa una crisis económica con la inflación más alta de América Latina, un déficit fiscal de entre el 15 y el 18% del PIB, una escasez de productos básicos del 28% y una sequía de dólares para importadores.
Analistas económicos explican la situación en una caída en la producción de bienes (incluido el petróleo, fuente casi única de divisas), once años de férreo control cambiario, alza de las importaciones de productos básicos y el pago de deuda.
Ante la crisis, Maduro ha denunciado incesantemente una supuesta "guerra económica de la burguesía". Ha entregado parte de la gestión a los militares e impuesto medidas que van desde rebajas forzosas de precios y fijar un máximo del 30% de ganancias a los comerciantes, hasta una flexibilización del mercado cambiario.
Las protestas iniciadas en febrero pasado han sido calificadas por el mandatario como un "golpe de estado en desarrollo".
"Desde hace dos meses Maduro ha tratado de sostenerse en medio de ese huracán tratando de enfocar la agenda hacia una crisis política y disimular una crisis más profunda del sistema, en lo económico y en lo social", dijo la politóloga Carmen Beatriz Fernández.
A pesar de endilgar los conflictos de su Gobierno a diversos complot y como resultado del diálogo iniciado con la oposición hace diez días a raíz de las protestas, Maduro retomó la propuesta de una agenda común con sus detractores para enfrentar las "dificultades económicas" del país.
"Al Gobierno le hace falta mucha estabilidad, pero no puede lograrla en medio de una tensión permanente (...) eso pasa por lograr el equilibrio económico", afirmó Colette Capriles que, sin embargo consideró que no hay un "Gobierno amenazado" por la crisis del país.
Gobernando para el extremismo
Con epítetos como "oligarquía fascista", "extrema derecha" y "derecha imperialista", comunes en el discurso chavista, Carmen Beatriz Fernández piensa que Maduro ha gobernado este año "desde el extremismo y para el extremismo" en lugar de garantizarse "una amplitud que le permita ganar gobernabilidad".
La reducida ventaja con la que fue electo representa para la experta "un claro empate de dos fuerzas políticas de idéntico tamaño en la sociedad" por lo que considera que el mandatario debería "dirigir los destinos de un país completo" y no de su 30% más radical.
El politólogo Nicmer Evans, identificado con el chavismo, dijo a una radio local que, sin duda, este primer año de Gobierno ha sido "difícil" por la ausencia del líder Chávez, por las cifras económicas y la "brecha tan pequeña" del resultado de abril.
Según Evans, a Maduro solo le queda "reconfigurar el escenario político para ampliar la base de su proceso revolucionario" y así redimensionar "muy rápidamente" su proyecto político.
VENEZUELA
Los controles de Maduro convierten los centros comerciales en 'territorios fantasma'
AGENCIAS | Caracas | 19 Abr 2014 - 1:20 am.
 
Vitrinas desnudas, tiendas sin mercancía, horarios reducidos, instalaciones en deterioro: los centros comerciales en Venezuela trabajan a medio gas, resultado de numerosos controles gubernamentales en la distribución de divisas, el porcentaje de ganancias y el arrendamiento de locales, reporta la AFP.
En el país con las mayores reservas petroleras mundiales y donde el consumismo fue la norma —incluso bajo el socialismo chavista— hoy los negocios cerrados abundan en los centros comerciales más lujosos, los que abren exhiben anaqueles semivacíos y la sensación de "pueblo fantasma" se refuerza semana tras semana.
"Los centros comerciales son como una fachada del país y quien venga a Venezuela se dará cuenta de que de 2013 a como estamos ahora ha habido un deterioro del sector, hay un caos", comentó a la AFP Claudia Itriago, directora ejecutiva de la Cámara Venezolana de Centros Comerciales (CAVECECO).
El sector da trabajo a 586.000 personas, por lo que Itriago alertó sobre el golpe que implicaría el derrumbamiento de este sector para la economía venezolana, aquejada ya por una inflación del 57% y un magro crecimiento.
En las últimas semanas, los representantes de los centros comerciales y de los sectores del calzado y textil se han reunido con el presidente, Nicolás Maduro, y con representantes de su Gobierno, en un intento por llegar a acuerdos que les den viabilidad.
La 'guerra económica' de Maduro
La escasez de alimentos y productos básicos es un mal crónico en Venezuela, pero los centros comerciales habían permanecido funcionando, con tiendas surtidas de mercancías, incluidas renombradas marcas internacionales y productos de lujo.
El cambio se aceleró desde noviembre de 2013, cuando Maduro emitió leyes para controlar el comercio y lanzó operativos para forzar a los empresarios a bajar los precios hasta en un 70% desde electrodomésticos hasta tornillos, pasando por ropa y calzado.
Alegando una supuesta "guerra económica" de la oposición y el sector privado, el Gobierno emitió la llamada "ley de precio justo", que limitó las ganancias comerciales al 30%.
"Con las rebajas, nos hemos quedado sin nada, sacamos lo último que teníamos y no tenemos fecha para la llegada de nuevas prendas", comentó a la AFP la encargada de una tienda de la popular firma Zara. Esta tienda, ubicada en una plaza del este de Caracas, que diariamente tenía a clientes de todas las edades haciendo largas filas cargados de ropa, luce unas cuantas prendas en un rincón mientras los empleados —cuyos salarios se han reducido al perder los bonos por ventas— matan el tiempo con sus teléfonos móviles.
Reponer mercancía es una ardua tarea en Venezuela, que importa la gran mayoría de los bienes que consume, en medio de un control cambiario impuesto por el Gobierno que entrega a cuentagotas los dólares.
La existencia de tres tipos de cambio oficial, que van de 6,30 a casi 50 bolívares, además del ilegal mercado paralelo, que a mediados se abril supera los 60 bolívares, complica el panorama.
"Para importar, pedimos dólares, pero no siempre nos autorizan la cantidad que necesitamos y antes completábamos con dólar paralelo, pero con esto del control de precios es imposible seguir así", dijo el encargado de otra tienda, que pidió no ser identificado.
La "ley de precio justo" tiene confundidos a los comerciantes, especialmente aquellos que importan bienes y mercancías, advirtió Profranquicias, que reúne a 500 empresas y 12.800 establecimientos.
"Pretender que quien vende hamburguesas tenga la misma utilidad que la empresa que vende tornillos o ropa o zapatos es imposible. La utilidad de una empresa tiene que ver con muchas cosas, sobre todo ante una inflación tan alta", comentó a la AFP José de Martín, presidente de la junta directiva de Profranquicias.
'No funciona, en mantenimiento, cerrado'
"Fuera de servicio, se requieren piezas importadas", advierte un letrero en las escaleras mecánicas de un lujoso centro comercial caraqueño, que también tiene cerrados la mitad de los baños por falta de recursos para su limpieza.
Y es que, en otro frente de la "guerra económica", Maduro emitió un decreto que establece en el equivalente a cuatro dólares mensuales (a la tasa del paralelo) el arrendamiento comercial máximo por metro cuadrado. También se ordenaron fuertes rebajas en los cobros por mantenimiento a los comerciantes.
"Todos estos controles han hecho que la operatividad del centro comercial se vea totalmente afectada y, si esto no cambia, nuestro sector se hace inviable", comentó Itriago.
El deterioro de los centros comerciales impacta duramente la vida cotidiana, subrayó De Martín, y evocó la sensación de "seguridad" que ofrecen en un país con el segundo mayor índice de homicidios mundial.
"Los centros comerciales son un refugio, un lugar seguro donde las familias se reúnen, hacen sus compras, comen, van al cine. Estamos sufriendo una pérdida en calidad de vida como consecuencia de un enfoque equivocado", concluyó el presidente de Profranquicias.