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Wednesday, November 28, 2012

Proteger el cuerpo, la mente y el espíritu

Hoyes12 págs. 108-118 Noviembre

Tomado de WWW.j.w.org/es


Martes 27 de noviembre



Presenten sus cuerpos como sacrificio vivo, santo, acepto a Dios (Rom. 12:1).



Si deseamos recibir el favor divino, debemos mantener nuestro cuerpo en un estado que Jehová acepte. Él lo rechazaría como sacrificio si lo estuviéramos contaminando con el abuso del alcohol o el consumo de tabaco, hojas de coca, nueces de betel u otras drogas (2 Cor. 7:1). También lo consideraría ofensivo si tuviéramos una conducta inmoral, pues “el que practica la fornicación peca contra su propio cuerpo” (1 Cor. 6:18). Ciertamente, es preciso que los hombres y mujeres que desean agradar a Dios sean “santos [...] en toda su conducta” (1 Ped. 1:14-16). Otro sacrificio que Jehová recibe con gusto tiene que ver con la facultad del habla. Así es, las personas que aman a Dios siempre hablan bien de él (Sal. 34:1-3). Al leer los Salmos 148 a 150, observamos con cuánta frecuencia se nos invita a alabarlo. No hay duda: “la alabanza [a Jehová] es propia”, siempre y cuando venga “de parte de los rectos” (Sal. 33:1). Una excelente manera de glorificar a nuestro Padre celestial es participando en la predicación de las buenas nuevas, obra a la que concedió gran importancia Jesús, nuestro Modelo (Luc. 4:18, 43, 44). w11 15/2 2:12, 13