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Thursday, May 08, 2014

Tomado de Baracutey Cubano ( Temas económicos y políticos de la relación de U.S.A y América Latina y Cuba):

jueves, mayo 08, 2014



Eduardo Galeano, símbolo de la izquierda intelectual latinoamericana, sepultó de manera lapidaria su famoso y polémico libro Las venas abiertas de América Latina



Tomado de https://adriboschmagazine.wordpress.com/

Galeano Sepulta “Las Venas Abiertas de América Latina”

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El polémico autor uruguayo confiesa que “no volvería a leer” su libro y que lo escribió “sin conocer debidamente de economía y de política”.
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Redacción de ContactoMagazine.com

El escritor uruguayo Eduardo Galeano, símbolo de la izquierda intelectual latinoamericana, sepultó de manera lapidaria su famoso y polémico libro Las venas abiertas de América Latina al confesar públicamente, en la II Bienal del Libro y la Lectura de Brasilia, en mayo de 2014, que “no sería capaz de leer el libro de nuevo” porque “esa prosa de izquierda tradicional es pesadísima”. Galeano reconoció, además, que lo había escrito “sin conocer debidamente de economía y de política”.


El autor admitió que no se arrepentía de haber escrito Las venas abiertas… , que ha sido la Biblia de la izquierda latinoamericana, pero subrayó que era “una etapa superada” y reconocía que al escribirlo “no tenía la formación necesaria”. Esta obra de la ensayística anticapitalista, se publicó en 1971 y fue prohibida por las dictaduras militares que gobernaban Argentina y Chile en aquel momento y Uruguay a partir de 1973, año en que Galeano debió marchar al exilio. Otros libros, canciones y películas han hecho referencia de ese texto desde entonces.

En el momento de su publicación, Las venas abiertas… recibió una mención honorífica del Premio Casa de las Américas, que se concede en La Habana, Cuba. El libro se propone demostrar que los países latinoamericanos han sido saqueados por las potencias occidentales desde la etapa colonial hasta nuestros días, principalmente por Gran Bretaña y Estados Unidos desde el siglo XIX.

Fue, además, el libro que el líder venezolano Hugo Chávez, fallecido en 2013, regaló al presidente norteamericano Barack Obama, como símbolo de la lucha antiimperialista del llamado Socialismo del Siglo XXI. Desde 1997, las ediciones de Las venas abiertas… han sido prologadas por Isabel Allende.

El economista y legislador uruguayo Hernán Bonilla, publicó un artículo en el diario El País de Uruguay con el título de La confesión de Galeano, en el que señala que “con estas declaraciones Eduardo Galeano se suma a la lista de intelectuales latinoamericanos de izquierda que luego de haber influido de forma nefasta en las ideas de millones de personas admiten, al menos parcialmente, sus errores”.

Según Bonilla, la confesión de Galeano llega “demasiado tarde, quizás después de haber causado demasiado daño”. El autor indica que se debe entender que Galeano “fue un profeta de la complacencia con nosotros mismos y el odio que impidió que el Uruguay y otros países del continente buscaran las respuestas a sus problemas en sus propias equivocaciones”.

Tres autores latinoamericanos trataron de desmitificar las teorías de Galeano, basadas fundamentalmente en el marxismo, con otros cuatro libros que escribieron en equipo. Estos autores son el cubano Carlos Alberto Montaner, el colombiano Plinio Apuleyo Mendoza y el peruano Alvaro Vargas Llosa, hijo del Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa. Sus dos primeros textos, Manual del perfecto idiota latinoamericano y Fabricantes de miseria, salieron a la luz en la década de los 90. Un tercer libro, El regreso del idiota, fue publicado en 2007 cuando el proceso venezolano encabezado por Chávez ya se había radicalizado. Y en 2014 acaba de salir Ultimas noticias del nuevo idiota latinoamericano.


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Félix Luís Viera: LAS BUENAS MANERAS, LA CULTURA PERDIDA EN CUBA






LAS BUENAS MANERAS, LA CULTURA PERDIDA

Por Félix Luís Viera

Causa escozor leer sobre esas campañas que en la actualidad ha emprendido el régimen en contra de la chabacanería.

Casi inmediatamente después del triunfo de la revolución de 1959, Fidel Castro fue estableciendo un orden que más tarde extinguiría no pocos de los rasgos de la cultura cubana. Si entendemos por cultura las tantas aristas, meandros, detalles en ocasiones sectoriales que componen la presencia, esencia y evolución de una sociedad. Hoy uno se reiría, si no fuese tan triste, cuando en congresos culturales y de intelectuales en Cuba, estos, ecos del régimen, persisten en valorar la cultura de la Isla, y declarar unos y otros detalles de la misma, atrincherados en el insuficiente concepto de cultura como arte y literatura y varios de sus conexos.

Desde principios de la década de 1960, bien por razones económicas —veamos la pobreza de géneros que desde entonces se fue gestando—, o bien por los decretos que establecían una sociedad atea, materialista, marxista-leninista, etcétera, numerosos componentes de las tradiciones culturales del cubano, y por consiguiente de su cultura, se fueron desvaneciendo hasta la extinción.

¿O acaso no formaban parte de nuestra “cultura diaria” la pulpa de tamarindo, el chilindrón de chivo, el coquito prieto, el boliche mechado, las frituras de bacalao, el cucurucho de maní, el dulce de coco rallado, el guarapo, el casco de guayaba, el chivirico, la champola, la galleta de manteca, las chambelonas de anís o las fritas de carne magra?

El cancionero fue diezmado a granel: para fuera las canciones de tinte “pesimista” como esas que proponían lo efímero, lo inconsistente del vivir o lo poco que vale la vida, etcétera; o esas otras letras que, en fin, no aportaban positivamente para el advenimiento de un ser optimista-materialista, el “hombre nuevo”, una imagen de piedra manufacturada para actuar de acuerdo con los mandatos establecidos en los manuales del comunismo; o esas de corte “diversionista” como aquel Negrito de Batey que proclamaba el ánimo de ocio, la decisión de no sumarse al “trabajo creador”. Y para fuera asimismo las piezas que alababan a Santa Bárbara, San Lázaro, San Antonio y los demás, que desde entonces no serían motivo de velorios y otros festejos y sus imágenes y postales desaparecerían de los expendios, sustituidas en buena medida por las de Vladimir Ilich Lenin. Y bueno, si ya no existían los cucuruchos de maní, languidecía también una de las melodías de un género en exterminio, el pregón. Por otra parte, tal vez para que no fuese objeto de una “lectura adversa” por algún segmento de la población, sería restringida hasta finalmente desaparecer del dial y de las emisiones en público aquella Clave aMartí, que en algunos de sus versos proclamaba: “Si Martí no hubiera muerto,/otro gallo cantaría,/ la patria se salvaría/ y Cuba sería feliz”.

Los santeros, espiritistas y los religiosos de todas las órdenes serían proscritos y en ocasiones enviados a campos de reeducación. Quedaría abolida la Lotería Nacional y sus afluentes como “La Bolita” y demás juegos de azar.

Ya en la década de 1960 se impondría una prensa —plana, radial, televisiva—, explayada en una sola dirección, la de la “moral revolucionaria”; de modo que, posteriormente, el cubano carecería de interactuación con segmentos de la cultura nacional y extranjera, y en buena medida de lo que llaman cultura general. En el caso específico de las revistas impresas, desaparecieron aquellas que, en este sentido, mostraban información sobre hechos y tradiciones culturales tanto de Estados Unidos como de otros importantes países de Occidente; lo que incluía diferentes aspectos de las artes populares y la contracultura y de igual modo de diversas manifestaciones culturales nacientes en la propia Latinoamérica.

En el decenio citado, fueron exterminadas las verbenas que antes se realizaban por diversas tradiciones, religiosas o no, y en los carnavales —que más tarde se convertirían en potreros con música y cuadrángulos expedidores de toda la cerveza que durante el año anterior no se habían podido beber los cubanos—, fueron prohibidos los disfraces y ciertas conmemoraciones de índole regional que mostraban argumentos que no se avenían con la “moral socialista”. Igualmente resultaron extirpadas las fiestas navideñas, incluido algo tan candoroso como el Día de los Reyes Magos. El castrismo se empecinó en algo improcedente y diabólico: una cultura sin fantasía.

En cuanto a la poesía, por ejemplo, resultaron omitidos tantos de los poemas que formaban parte del imaginario popular y se iría estableciendo algo tan terrible como el llamado Realismo Socialista, que estimularía a los escritores que entrasen por ese cauce y condenaría al olvido, o al menos a una promoción muy baja, a quienes se apartaran o no abrevaran en esa corriente. Cualquier joven poeta se vería censurado bajo el rótulo de Pesimista, por solo escribir unos versos con algún salpique de llanto debido a la añoranza por la amante o por un familiar lejano. Entonces se espoleó hasta la gloria un verso así como “No me dan pena los burgueses vencidos”, que anunciaba la impiedad, la intolerancia presente y por venir.

El amante del cine, de la narrativa literaria, se vio anegado por una filmografía soviética, unilineal y triunfalista como igual por novelas y cuentos de la misma estirpe.

Así tenemos que, tan temprano como en 1960, se fue inoculando la utilización de los términos “compañero”, “compañera”, “compañerito” y “compañerita” para dirigirse a hombres, mujeres, niños y niñas. Todo el mundo así denominado. Desaparecieron los vocablos señor, señora, señorita, el joven, la joven, dama, caballero, para dirigirse o aludir a los demás. Todo el mundo, desde un ratero, pasando por un policía, un anciano asilado o un juez hasta un misionero, debía ser llamado “compañero”. O sea, todos eran “compañeros”; aun en diversos documentos oficiales. Si bien muchísimos cubanos no lo interiorizaran, aunque utilizaran el término; algo propio de un pueblo zorro, agachado, de débil identidad, que antes de la revolución bautizaba a sus hijos como Jacqueline, Marilyn, Richard o Bobby, y ya en la primera década de 1960, cuando la Unión Soviética influía manifiestamente en la Isla, comenzaron a registrarlos como Katiuska, Liudmila, Nadiezhda, Pável, Yuri o Boris.

Como todo el mundo era compañero, ya no tenía razón de ser cederle el asiento en el autobús a una dama o un viejecito o darles prioridad en un paso peatonal. Como en las escuelas fueron abolidas las clases de educación cívica y de civismo en general no era menester que el niño ofreciera las buenas noches a un visitante que llegara a casa o se pusiera de pie si se presentaba una “persona mayor”. Como el lenguaje bestial de las congas revolucionarias se fue imponiendo —Somos socialistas/ lo dijo el Caballo/ y al que no le guste/ que lo parta un rayo—, ¿qué sentido tenía para un niño decirle “usted” a una persona mayor, ya fuese hombre o mujer? Como todos eran iguales, el relajo en el tratamiento de alumnos y maestros se fue acentuando exponencialmente hasta terminar en la carencia total de respeto de estamentos y de este modo la relajación de las normas se hiciera patente no únicamente en la disciplina, sino además en la entrega y recepción de conocimientos.

Visto lo anterior, hoy resulta, cuando menos ingenuo, exigirles a las nuevas generaciones la decencia, el cumplimiento de las normas de conducta, los valores éticos que deben formar parte de una cultura específica. De modo que causa escozor leer sobre esas campañas que en la actualidad ha emprendido el régimen en contra de la chabacanería, el mal gusto en el lenguaje y otros detalles de categoría semejante. Y así resulta cínico que los gobernantes cubanos, respaldados por un grupo de intelectuales servidores del régimen, acusen a la población de tantos males de este corte de los que ella no tiene la menor culpa, puesto que fueron sembrados y cultivados por el quehacer castrista, por la indecencia, la puerilidad y la hediondez establecida por este.

De igual manera, se enmarca dentro de lo injusto exigirles a los cubanos hoy residentes en su país, de la edad que fueren (consideremos que las personas que nacieron con la revolución de 1959 hoy tienen 55 años), un gusto estético adecuado y a la vez contestatario, si vieron la luz y se criaron en un medio donde había sido decretada una cultura unidireccional; aparte de que el cubano de hoy, sin acceso a lo “malo” y lo “bueno”, por ejemplo, de la música popular, es natural que reaccione, como cualquier ser humano confinado, apropiándose, si es posible, de todo aquello para sí desconocido, no obstante resulte de lo peor del “más allá”.

Luego de que en Cuba se dé la transición hacia el mundo real, hacia la vida lógica, o hacia la vida que transcurra con una lógica verdaderamente humana en concordancia con una sociedad “natural” con costumbres, raíces y proyectos definidos por la espontaneidad, pasarán muchos años para que se recupere lo perdido a causa de la imposición, precisamente inhumana, de un modo de vida concebido en un laboratorio, el laboratorio castrista. Entonces se podrá hablar nuevamente de una cultura nacional, dialogante real y libremente con lo extranjero, en la cual resulte valorable lo mismo la pieza de una ópera que un San Lázaro de yeso, pasando por el respeto y reconocimiento incondicional al prójimo y el enaltecimiento de la gandinga en salsa.

Ya ven. Así van las cosas.



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Jaime Suchlicki: DETERMINISMO ECONÓMICO EN LA POLÍTICA ESTADOS UNIDOS-CUBA




Tomado de http://www.lanuevanacion.com

DETERMINISMO ECONÓMICO EN LA POLÍTICA ESTADOS UNIDOS-CUBA

Por Jaime Suchlicki

ctp.iccas@miami.edu.

El enfoque de muchos de los miembros de la clase política dirigente de Estados Unidos hacia la Cuba de los Castro se encuentra influido por una serie de suposiciones. En primer lugar, existe la convicción de que las consideraciones económicas pueden influir en las decisiones políticas de los Castro y de que una situación económicamente deteriorada forzaría a los dirigentes cubano a conducir a Cuba a una economía de mercado y, con el tiempo, a reformas políticas.

También muchos en Estados Unidos opinan que el embargo es la causa de los males económicos de Cuba. Esta noción ha sido continuamente propagada por el régimen de Castro, en un intento de forzar a Estados Unidos a levantar las sanciones unilateralmente. En realidad, la razón de los problemas económicos de Cuba no radica en el embargo, sino en un sistema económico fallido. Al igual que las economías soviética y de los países de Europa del este, el sistema cubano es obsoleto, ineficiente y corrupto, carente de estímulos a la productividad y a la iniciativa individual. Para Cuba, el mercado norteamericano es el más cercano, pero no el más barato; por ello lo que realmente anhela el gobierno de Castro es el acceso al turismo norteamericano y a créditos que le permitan perpetuarse en el poder sin verse obligado a efectuar cambios económicos importantes.

Una tercera suposición es que los dirigentes de otras naciones se asemejan a los líderes norteamericanos-influenciados por racionalidad económica-, con la única diferencia de que utilizan un idioma diferente. Esta percepción sobre otros líderes permitiría negociar con ellos los problemas mutuos y hallar un terreno común para airear las diferencias. La opinión, largamente sostenida por Estados Unidos, de que a través de negociaciones e incentivos es posible influir en el comportamiento de Castro, se ha visto anulada por la falta de voluntad del propio Castro de hacer concesiones a líderes norteamericanos u occidentales: el liderazgo Castrista prefiere sacrificar el bienestar económico de su pueblo antes que ceder a las demandas por una Cuba política y económicamente diferente.

Todo ello conduce a la obvia conclusión de que no todas las diferencias y problemas en los asuntos internacionales pueden ser resueltos a través de negociaciones. Existen disputas internacionales que nos son negociables y pueden solucionarse únicamente a través del uso de la fuerza, o de una extrema paciencia, a la espera de que desaparezca el liderazgo existente o cambie la situación. Algunas diferencias pueden ser resueltas mediante negociaciones, otras son irreconciliables.

Aun así, la creencia de que la crisis económica de Cuba conducirá a importantes cambios políticos, continúa definiendo el pensamiento norteamericano, que se aferra a un anticuado determinismo económico al tratar de comprender los acontecimientos en otras sociedades, así como las motivaciones de sus líderes.
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 El embargo cubano enfrenta nueva campaña



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La polémica sobre el levantamiento del embargo a Cuba se intensifica
Publicado 18 febrero 2014
Febrero 18 | ¿Traerá el levantamiento del embargo la democracia a Cuba? Jorge Riopedre salió en busca de opiniones en el primero de una serie de reportajes sobre tan polémico tema.

 Campaña anti-embargo moviliza al exilio cubano en Miami

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Existe consenso en Estados Unidos sobre las causas del Embargo
  
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El Senador Bob Menéndez habla con Televisión Martí sobre el Embargo a la tiranía de los Castro en Cuba

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La polémica sobre el levantamiento del embargo a Cuba.


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BENGHAZI: LA INFAMIA QUE PERSIGUE AL PRESIDENTE BARACK OBAMA Y QUE AMENAZA A HILLARY CLINTON




BENGHAZI: LA INFAMIA QUE PERSIGUE A OBAMA Y QUE AMENAZA A HILLARY

Por Alfredo M. Cepero
Director de www.lanuevanacion.com

Sígame en: http://twitter.com/@AlfredoCepero

Hasta hace sólo unos días Barack Obama, Hillary Clinton y el alto mando del Partido Demócrata estaban seguros de que Benghazi era un tema olvidado y que no ejercería efecto alguno sobre las consultas electorales que se avecinan en el 2014 y el 2016. Estaban convencidos de que la campaña de mentiras para encubrir su infamia, divulgada profusamente por una prensa comprometida con proteger a su Mesías, había culminado en un rotundo éxito. Pero la organización conservadora, Judicial Watch, les aguó la fiesta cuando interpuso una demanda que obligó al gobierno a revelar el contenido de documentos comprometedores que había ocultado al Congreso por casi dos años. Un tiempo durante el cual el Presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, se había resistido al pedido de sus colegas conservadores de nombrar un comité selecto que investigara el escándalo.

Pero la revelación de correos electrónicos sobre el tema originados un día después de la masacre por el asesor presidencial Ben Rhodes destapó una caja de pandora que tiene el potencial de convertirse en el Watergate del gobierno de Obama. Rhodes, un funcionario de nivel medio de la Casa Blanca que no habría actuado sin órdenes superiores, instruye a Susan Rice, Embajadora de los Estados Unidos en las Naciones Unidas, sobre la forma en que debía explicar los acontecimientos de Benghazi en el curso de cinco comparecencias televisadas el domingo 16 de septiembre del 2012. La interrogante que aún no ha tenido la respuesta que desenredará este nudo gordiano es cuan alto estaba el funcionario que le dio la orden a Rhodes.

Siguiendo las instrucciones de Rhodes, la Embajadora Rice repitió en todas sus comparecencias la fábula de que el ataque al Consulado Norteamericano en Benghazi había sido una reacción espontánea contra un video aficionado donde se atacaba al Profeta Mahoma y no un acto terrorista organizado. Como veremos más adelante, los hechos demostrarían todo lo contrario. Por ahora, lo importante es que, ante la abrumadora evidencia de encubrimiento del crimen, John Boehner no tuvo otra alternativa que acceder a la creación de un comité selecto que investigue el asunto.

Al igual que en el caso de Watergate, una vez aprobado por la Cámara de Representantes, este comité selecto reuniría las atribuciones de varios comités del Congreso que ahora investigan a Benghazi y tendría el poder de emitir citaciones judiciales compulsorias a los testigos que desee interrogar. Fuentes de la Cámara afirman que Boehner busca pruebas concluyentes de que el encubrimiento fue manejado desde la Casa Blanca y añaden que se propone nombrar al congresista por Carolina del Sur, Trey Gowdy como presidente del comité. Quienes conocen a Gowdy, un ex fiscal de distrito famoso por su agresividad como interrogador, afirman que, si Gowdy preside el comité, el escándalo de Benghazi podría resultar más dañino que el de Watergate. En este punto es oportuno apuntar que en el escándalo de Watergate no fueron asesinados por terroristas islámicos cuatro funcionarios norteamericanos.

Continuando con la comparación de ambos escándalos, estos correos electrónicos de Ben Rhodes podrían producir un efecto semejante a las cintas grabadas de Watergate. En el curso de un interrogatorio del asesor presidencial, Alexander Butterfield, el 13 de julio de 1973, éste reveló ante el Senado la existencia de cintas magnetofónicas en las cuales Nixon grababa sus conversaciones oficiales. En un principio, muy pocos analistas dieron importancia a esta revelación pero, según destacados juristas, sin la prueba contundente de la cintas, Nixon no se habría visto obligado a renunciar para evitar un juicio político.

No creo, sin embargo, que Barack Obama, por su condición de haber sido el primer presidente negro, corra riesgo alguno de ser sometido a un juicio político. El establecimiento republicano no está preparado para desatar violentos disturbios populares y darle a la prensa un nuevo argumento para ser tachado de racista. Al mismo tiempo, no quiere poner en peligro sus altas probabilidades de ganar el control del Senado en el 2014 y de la Casa Blanca en el 2016. Pero lo que sí es altamente probable es que Obama continúe su descenso vertiginoso en el favor de sus conciudadanos. Y un presidente herido es el tiro de gracia para los candidatos de su partido.

El que debe de estar perdiendo el sueño por estos días es el matrimonio político de Hillary y Bill Clinton. Hilary viendo como Obama frustra por segunda vez su sueño de ser la primera mujer presidente de los Estados Unidos y Bill mortificado por haber perdido la oportunidad de ser el primer Primer Damo de la nación con acceso irrestricto a un harem de jovencitas becarias en la Casa Blanca. Porque, el hecho de que se escondió de la prensa y demoró su comparecencia ante el Congreso, es un indicio bastante sólido de que Hillary estuvo en el centro de todo este encubrimiento.

Por otra parte, esta vez la ungida por su partido no podrá contar con el contubernio de una prensa que hasta ahora había decidido ignorar el escándalo atribuyéndolo a motivos políticos de los republicanos y a resabios ideológicos de la cadena conservadora de Fox News. A esa prensa, nauseabunda por su sumisión, se le han acabado las excusas. Tengo, por lo tanto, la casi certeza de que los documentos que saldrán a la luz en los próximos meses lesionarán las probabilidades presidenciales de Hillary Clinton en el 2016.

Tomando en cuenta que Obama es agua corrida sin probable regreso y de que Hillary podría ser la futura abanderada de la izquierda virulenta que se aferra al poder para desfigurar a este país me concentro en la conducta de esta dama de las mil caras dentro de este bochornoso e infame proceso de encubrimiento. Veamos:

1- A las 10:00 PM, hora estándar del este, del 11 de septiembre del 2012, en el mismo momento en que estaban bajo ataque los diplomáticos norteamericanos en Benghazi, la señora Clinton estaba en el teléfono con el Presidente Obama y, una hora después, su propio Departamento de Estado emitió un comunicado condenando al consabido video por la masacre en Benghazi.

2- El 14 de septiembre, dos días antes de las declaraciones de Susan Rice en televisión y el mismo día en que Rhodes escribía el correo electrónico, Hillary daba el pésame a los familiares que recibieron los restos de los asesinados en el Base Aérea de Andrews y les prometía perseguir al autor del mencionado video. Solamente una madre con el corazón endurecido por la ambición desmedida es capaz de mentir de esta manera a las madres de quienes habían muerto en forma tan ignominiosa.

3- El 24 de enero del 2013, tres meses y medio después de la masacre y de haber sido citada en varias ocasiones, la señora Clinton decidió comparecer ante el Congreso. En una actuación digna de un Oscar de sus amigos de Hollywood, la Clinton golpeó la mesa y preguntó: "Con el debido respeto, el hecho es que tuvimos cuatro estadounidenses muertos. ¿Se debió a una protesta o a que unos tipos salieron a caminar por la noche y decidieron asesinar a algunos estadounidenses? ¿Cuál es la diferencia?"

La diferencia Hillary es que Chris Stevens, Sean Smith, Tyron Woods y Glen Doherty no merecían ser tratados como cuatro muertos inoportunos que eran un obstáculo a las aspiraciones reeleccionistas de Obama y a tus propias aspiraciones presidenciales en el 2016. Eran cuatro seres humanos con padres, esposas, hijos y hermanos. Cuatro patriotas que cayeron sirviendo los ideales de los Estados Unidos y defendiendo la libertad en el mundo. Tratar sus muertes como algo intrascendente fue un acto de suprema villanía que seguramente pagarás algún día.

Aunque estoy consciente de que él no necesita de mi asesoramiento, concluyo sugiriendo algunas preguntas al congresista Trey Gowdy. Por ejemplo: ¿Qué información tenía Hillary para adelantarse a la propia Casa Blanca en atribuir el ataque a un inocuo video que nadie había visto? ¿Por qué enviaron a Susan Rice y no a Hilary Clinton, jefa de la diplomacia y de los diplomáticos masacrados, a explicar ante la prensa los acontecimientos en Benghazi? ¿Qué sabía Obama, cuándo lo supo y qué le dijo el Secretario de Defensa, León Panetta, quien estaba en la Casa Blanca en ese momento, sobre la verdadera naturaleza del ataque? Estoy convencido de que León Panetta es la llave maestra para abrir esta caja de pandora.

A mayor abundamiento, ¿dónde estaba el presidente en el mismo momento en que sus diplomáticos eran asesinados? Fuentes confiables han dicho que no estaba, como estaba obligado a estar, en el llamado "situation room" de la Casa Blanca. El mismo "situation room" donde se hizo retratar con actitud triunfalista durante el merecido pase de cuenta a Osama Bin Laden. ¿Cuándo supo Obama que el ataque no había sido motivado por un video? ¿Por qué repitió la fábula del video en varias entrevistas una semana después y quince días más tarde ante la Asamblea General de las Naciones Unidas?¿Por qué se ha empecinado su gobierno en mantener este prolongado silencio y ha amenazado a los funcionarios que deseaban declarar ante el Congreso? Las respuestas a estas preguntas podrían muy bien impactar la política y determinar el futuro de los Estados Unidos en los próximos años. ¡Dios quiera que este pueblo haya aprendido la lección de un fraude llamado Obama!


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Cuba El MININT anuncia la captura de cuatro residentes en Miami y los acusa de planear 'acciones terroristas'



 Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

¿ Será algo similar  a lo que sucedió en el año 1970 en que del más alto nivel de la tiranía se le ordenó a a un agente Castrista (¿ Panchito?)  infiltrado en la organización Alfa 66 que organizara una agresión  para poder anunciar el fracaso de la Zafra de los 10 millones?. Esa agresión fue el secuestro de 11 pescadores cubanos a los cuales no les pasó absolutamente nada  durante el secuestro. El espía después fue detenido en Nueva York, según me expresó  el director de un muy visitado blog antiCastrista, el cual le confesó a una agencia federal  esa misión.

¿ Será una  puesta en escena parecida a la que le  tenían asignada al espia Castrista Juan Pablo Roque  cuando el derribo de las avionetas de civiles desarmadas de Hermanos al Rescate el 24 de febrero de 1996?  

Recuerdo cuando  a principios de los años 90s del pasado siglo XX , en el momento  más terrible del mal llamado ¨Período Especial,  después de concluida una conferencia de Jorge Enrique Mendoza  en el centro de educación superior en que yo trabajaba en Cuba, el ex capitán del Ejercito Rebelde y ex director del diario Granma y entonces Director del Instituto de Historia de la Revolución Cubana, le expresó a un ex combatiente y entonces profesor de marxismo: ! Qué falta hace una agresión para unir a este pueblo !
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 Arrestan en Cuba a residentes de Miami acusados de terrorismo

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El MININT anuncia la captura de cuatro residentes en Miami y los acusa de planear 'acciones terroristas'

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Los vincula con Santiago Álvarez Fernández Magriñá, Osvaldo Mitat y Manuel Alzugaray, quienes 'mantienen estrechos vínculos' con Luis Posada Carriles, dice.
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DDC
La Habana
7 Mayo 2014


El Ministerio del Interior (MININT) informó este martes de la captura en la Isla de cuatro cubanos residentes en Miami, a los que acusó de planificar "acciones terroristas en el territorio nacional".

Fueron identificados como José Ortega Amador, Obdulio Rodríguez González, Raibel Pacheco Santos y Félix Monzón Álvarez.

Según una nota publicada en el diario oficial Granma, los arrestos se produjeron el pasado 26 de abril.

El MININT dijo que los "detenidos reconocieron que pretendían atacar instalaciones militares con el objetivo de promover acciones violentas".

(Edificios A y B del MININT)

Tres de ellos habían realizado varios viajes a la Isla "para estudiar y modelar su ejecución", afirmó el ministerio en la nota.

"Declararon además, que estos planes se han estado organizando bajo la dirección de los terroristas Santiago Álvarez Fernández Magriñá, Osvaldo Mitat y Manuel Alzugaray, quienes residen en Miami y mantienen estrechos vínculos con el connotado terrorista Luis Posada Carriles", añadió.

Indicó que las autoridades cubanas "realizarán las gestiones pertinentes con las autoridades estadounidenses competentes para investigar estos hechos y evitar oportunamente que la actuación de elementos y organizaciones terroristas radicados en ese país pongan en peligro la vida de personas y la seguridad de ambas naciones".

Exiliados sospechan del operativo en La Habana contra supuestos terroristas
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miércoles, mayo 07, 2014



CINCO AÑOS CON EL PRESIDENTE BARACK H. OBAMA: LA VERDADERA HISTORIA. 5 Years of Obama: The Real Story. By Michael Sargent



Tomado de http://www.nuevoaccion.com

CINCO AÑOS CON OBAMA: LA VERDADERA HISTORIA

Por Michael Sargent
Heritage Foundation
May 7, 2014


Teniendo en cuenta el débil crecimiento económico del país, de sólo un 0.1% el trimestre pasado, merece la pena reflexionar sobre las iniciativas de recuperación que tanto el presidente Obama como sus seguidores pregonan que han sido un éxito. En su mayor parte, los defensores de las políticas económicas del presidente comentan que los principales indicadores económicos (concretamente el PIB, el empleo y la bolsa) se han recuperado en gran medida desde que la recesión tocó fondo en 2009.

Es cierto: nuestra economía está mejor a día de hoy que durante los peores momentos de la recesión. Pero se trata de la consecución de un pobre objetivo, puesto que a medida que una economía se recupera del fin de una recesión (especialmente de una recesión profunda), los indicadores económicos tales como el PIB y el empleo siempre mejoran. Lo realmente importante es la fuerza de la recuperación y lo rápido que esa recuperación impulsa el crecimiento económico.

OBAMABARACKCuando se compara con anteriores recuperaciones, la recuperación con Obama ha sido la más lenta y la más débil desde la Gran Depresión. Como observa el Wall Street Journal, el promedio de crecimiento trimestral del PIB para todas las recuperaciones posteriores a 1960 fue del 4.1%, con un crecimiento total del 21.1%. Compárese con la anémica recuperación con Obama, que se anotó un promedio del 2.2% de crecimiento trimestral y un total de sólo el 11.1%, es decir, alrededor de la mitad del promedio histórico.

Incluso más marcada es la diferencia entre la recuperación con Obama y la recuperación con Reagan entre 1982 y 1983, que logró un crecimiento del PIB del 23.1% a lo largo de 17 trimestres (un 25.6% en el total de la recuperación). Según el Comité Económico Conjunto, esto se traduce en un déficit de crecimiento de $2 billones entre la recuperación con Obama y con el presidente Reagan. Eso son $2 billones más que estarían en estos momentos en manos de las empresas y trabajadores de Estados Unidos, cuando, a pesar de la alegría de los seguidores de Obama, muchas familias americanas todavía lo están pasando mal financieramente.

Al estar la economía estancada en la rutina del crecimiento al 2%, la diferencia de resultados entre los estímulos de gasto de Obama y la agenda de Reagan en pro del crecimiento no podría ser más absoluta. Aunque a la economía le está yendo mejor, propiciar la recuperación más lenta de la posguerra no debería ser un motivo de orgullo, especialmente cuando se ha producido a costa de las familias trabajadoras de Estados Unidos.
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http://blog.heritage.org/2014/05/04/5-years-obama-real-story/

5 Years of Obama: The Real Story

By Michael Sargent
May 4, 2014


Then-Sen. Barack Obama (D-Ill.) campaigning for his presidential campaign in 2008. (Photo: Newscom)

Considering the country’s weak economic growth of just 0.1 percent last quarter, it is worth reflecting on the recovery effort that President Obama and his supporters tout as a success. Mostly, the defenders of the president’s economic policies note that main economic indicators—specifically GDP, unemployment, and the stock market—have recovered a good deal since the recession hit rock bottom in 2009.

This is true—our economy is better off today than it was during the severe recession. But that is a low standard to meet; as an economy recovers from the end of a recession—especially a deep recession—economic indicators such as GDP and unemployment invariably improve. What really matters is the strength of the recovery and how fast that recovery propels economic growth.

When compared with those in the past, the Obama recovery has been the slowest and weakest since the Great Depression. As The Wall Street Journal notes, the average quarterly GDP growth for all post-1960 recoveries was 4.1 percent, with total growth of 21.1 percent. Compare that to the anemic Obama recovery, which posted an average of 2.2 percent quarterly growth and a total of just 11.1 percent—about half the historic average.

Even more marked is the difference between the Obama recovery and the 1982–1983 Reagan recovery, which resulted in GDP growth of 23.1 percent over 17 quarters (25.6 percent for the entire recovery). According the Joint Economic Committee, this translates to a growth deficit of $2 trillion between Obama’s recovery and that under President Reagan. That is $2 trillion more that would be in the hands of U.S. businesses and workers today, when—despite the Obama supporters’ cheery sentiment—many American families are still aching financially.

As the economy is stuck in a 2 percent growth rut, the difference in results between  Obama’s big-spending stimulus and Reagan’s pro-growth agenda could not be starker. Although the economy is faring better, fostering the slowest post-war recovery should not be a point of pride—especially when it has come at the expense of hard-working American families.