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Thursday, April 17, 2014

Quien a hierro mata, a hierro muere:

ABNER
(Padre Es una Lámpara).
Hijo de Ner, de la tribu de Benjamín. Primero de Samuel 14:50, 51 dice que Abner era “tío de Saúl”, aunque el idioma hebreo permite aplicar esta frase tanto a Abner como a Ner, su padre. Josefo habla de Abner como el primo de Saúl, y de sus respectivos padres, Ner y Quis, como hermanos. (Antigüedades Judías, libro VI, cap. VI, sec. 6.) Sin embargo, la historia inspirada, registrada en 1 Crónicas 8:33 y 1Cr 9:39, indica que Quis era el hijo de Ner y, por lo tanto, el hermano de Abner. Según esto, Abner sería tío de Saúl. (Véase también el cuadro del artículo ABIEL núm. 1.)
Abner fue el jefe del ejército de Saúl, y sus fuerzas de combate a veces alcanzaron grandes proporciones, hasta más de doscientos mil hombres. (1Sa 15:4.) En ocasiones especiales se sentó al lado del rey en la mesa de los banquetes. (1Sa 20:25.) Aunque no cabe duda de que era un hombre poderoso y valiente, fue reprendido por David, cuando este residía como fugitivo en el desierto de Zif, por no haber protegido debidamente la persona de Saúl, que era su señor y “el ungido de Jehová”. (1Sa 26:14-16.)
Tras la muerte de Saúl en la aplastante derrota que le infligieron los filisteos, Abner se retiró a Mahanaim de Galaad, al otro lado del Jordán, llevando consigo a Is-bóset, el hijo de Saúl. Aunque la tribu de Judá había proclamado rey a David en Hebrón, Abner coronó a Is-bóset como rey rival en Mahanaim. Como obviamente él era el hombre de influencia tras el trono, con el tiempo consiguió que todas las tribus, salvo la de Judá, apoyaran a Is-bóset. (2Sa 2:8-10.)
Llegó el día en que los ejércitos de los dos reyes se encontraron en el estanque de Gabaón, en el territorio de Benjamín, como a una tercera parte del camino entre Hebrón y Mahanaim, para demostrar cuál era el más fuerte. Después de observarse mutuamente los dos ejércitos, Abner propuso un combate entre doce guerreros jóvenes de cada bando. Ambos bandos estaban tan bien equilibrados que murieron los veinticuatro, lo que desencadenó un combate total entre los dos ejércitos. Las fuerzas de Abner perdieron dieciocho hombres por cada soldado de Joab que murió, y se retiraron al desierto. (2Sa 2:12-17, 30, 31.)
El veloz Asahel, hermano de Joab, persiguió a Abner, quien le instó repetidas veces a que fuera tras otro para que no tuviera que matarlo. No obstante, Asahel no hizo caso y Abner terminó por atravesarle el abdomen con el cuento de su lanza. (2Sa 2:18-23.) Ante la petición de Abner, Joab abandonó la persecución a la puesta del Sol y los dos ejércitos emprendieron el regreso a sus respectivas capitales. La gran resistencia de estos hombres puede verse por el hecho de que las fuerzas de Abner marcharon ochenta kilómetros o más, bajando a la cuenca del Jordán, cruzando el río y luego subiendo por el valle del Jordán a las colinas de Galaad hasta llegar a Mahanaim. Después de enterrar a Asahel en Belén (quizás al día siguiente), los hombres de Joab anduvieron más de veintidós kilómetros en una noche a través de las montañas hasta llegar a Hebrón. (2Sa 2:29-32.)
Abner apoyó el decadente régimen de Is-bóset, pero también fortaleció su propia posición pensando quizás en ser rey, puesto que, después de todo, él era el hermano del padre de Saúl. Cuando Is-bóset lo reprendió por tener relaciones con una de las concubinas de Saúl (algo que solo le estaba permitido al heredero del difunto rey), Abner, encolerizado, le anunció su intención de apoyar a David. (2Sa 3:6-11.) Le hizo propuestas a David, presentándose a sí mismo como virtual gobernante de todo Israel con la excepción de Judá. Una vez satisfecha la petición de David de que le fuera devuelta su esposa Mical, Abner habló en privado con los cabezas de las once tribus a fin de fomentar el apoyo a David, el rey nombrado de Jehová. (2Sa 3:12-19.) Más tarde, David le dio una afectuosa acogida en Hebrón, su capital, y aquel mismo día Abner partió para persuadir a todas las tribus de que hicieran un pacto con David. No obstante, cuando Joab regresó de una incursión, denunció a Abner como espía confabulado y después de conseguir que volviera a Hebrón, astutamente “lo condujo aparte, dentro de la puerta, para hablar con él en quietud” y lo mató. (2Sa 3:20-27.)
Muerto Abner, desapareció todo posible apoyo para Is-bóset, a quien al poco tiempo asesinaron unos traidores. Con esto terminó definitivamente la gobernación de la casa de Saúl. (2Sa 4:1-3, 5-12.)
Muchos años después, cuando se acercaba el tiempo de su propia muerte, David recordó la de Abner (así como la de Amasá) y encargó a Salomón la responsabilidad de borrar la mancha por derramamiento de sangre que Joab había echado sobre la casa de David. (1Re 2:1, 5, 6.) Al poco tiempo, Salomón ordenó la ejecución de Joab, el asesino de Abner. (1Re 2:31-34.)
Solo hay registro de un hijo de Abner, llamado Jaasiel, que fue un caudillo de la tribu de Benjamín durante el reinado de David. (1Cr 27:21.) Primero de Crónicas 26:28 también menciona las contribuciones que Abner aportó para el tabernáculo, procedentes de despojos que consiguió como jefe del ejército.
 
Tomado de Perspicacia para comprender Las Escrituras, pág. 28-29 del Volumen 1.