¿Y si no encajo en ningún sitio?
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Lo que puedes hacer
Primero, identifica la clase de personas con las que te es más difícil encajar.
Edad:
No encajo con las personas...
- ... más jóvenes
- ... de mi edad
- ... mayores
Habilidades:
No encajo con las personas...
- ... atléticas
- ... talentosas
- ... intelectuales
Personalidad:
No encajo con las personas...
- ... seguras de sí mismas
- ... populares
- ... que andan siempre con su grupito
Segundo, identifica cuál es tu reacción típica cuando te encuentras entre personas como las que acabas de señalar.
- Finjo tener los mismos intereses o habilidades que ellas.
- Ignoro sus intereses y hablo solo de los míos.
- Me quedo callado y trato de escabullirme a la primera oportunidad.
Tercero, da el primer paso. No puedes esperar siempre que los demás vengan a buscarte a ti. Tú tienes que buscar a los demás (Filipenses 2:4). ¿Cómo?
Busca fuera de tu grupo de edad. Piensa por un momento: ¿qué sentido tiene limitar la búsqueda a los de tu misma edad y luego quejarte de que no encuentras amigos? Sería como morirse de hambre en una isla desierta cuando hay tantos peces nadando en el mar.
“Mi madre me animaba a hablar con personas mayores que yo. Decía que me sorprendería ver cuántas cosas tenía en común con ellas. Y no se equivocaba. ¡Ahora tengo muchos amigos!” (Helena, 20 años.)
Aprende a conversar. La clave está en 1) escuchar, 2) hacer preguntas y 3) interesarse de verdad (Santiago 1:19).
“Procuro escuchar en vez de hablar. Y cuando hablo, trato de no hablar de mí misma ni hablar mal de nadie.” (Serena, 18 años.)
“Si alguien quiere hablar sobre un tema desconocido para mí, le pido que me lo explique; espero que así se sienta motivado a seguir hablando conmigo.” (Jared, 21 años.)
“Soy tímida y tengo que obligarme a conversar. Pero para hacer amigos hay que ser amigable, así que ahora trato de entablar conversaciones.” (Leah, 16 años.)
