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Thursday, October 03, 2013

Concepción amatoria:


La Violación. Novela de ficción. Continuación.

Capítulo: Mi concepción amatoria:

Por: Diana Margarita Cantón Martínez ( Ruiz).
 

“Dice mi amiga Marina, la filósofa filosa, que cuando Carlos Marx escribió El Capital y todo lo demás, ni comía, ni hacía el amor; solo fumaba tabacos y tomaba café y se pasaba los días en eso. Pero yo no, tengo que  cocinar picadillo de soya, o lo que se recolecte, caze, pesque, luche. Tengo que fregar,limpiar, lavar, barrer, sacudir alguna telaraña…y además escribir.

Juan me enseñó a vencer los miedos, el hambre, la espera, la fatiga, las largas colas en pizzerias, restaurantes, cafeterias, terminales de ómnibus. Siempre " resolvía” porque era el más socio de todos los socios, me colaba con él en todas partes.

 Con él vivía como en castillos medievales aéreos, azules, rosados. Me había penetrado tanto que hasta me había cambiado la personalidad en algunos aspectos como un demiurgo omnipotente, tanto me había marcado que su esqueleto primario siempre junto a mí se dormíría, se embriagaría en mis copas y vasos, oiría mis canciones, danzaría en mis fiestas, reiría mi risa, lloraría mis penas y me las consolaría, aunque las provocara.

 Eso sucedería siempre lo mismo en los Cielos, que en el Sol, que en la Luna, que en la Tierra, que hasta en las Estrellas más imposibles y desangrantes!.

Su nombre en mis labios hizo nidos, cascadas, echó  raíces. A veces ante el espejo del baño lo pronuncié en los lugares más inapropiados, en ocasiones  con unos tragos de más.Me penetró tanto Juan de los Cielos que morí con su muerte Amatoria que lo convirtió en un misterioso cadáver primario.

Muchas veces salí a buscarlo como una loca -que ya era, no solo en la aldea, sino por las calles de La Habana, por sus playas. Le mandaba recados con todos  para que fuera a verme, para saludarlo. Sabía que sería para la misma bobería de siempre: vernos, saludarnos, contarnos y nada más. Le era imposible ser solo mi amigo.

A veces casualmente nos encontrábamos en casa de una amiga común, cerca de la piscina de un hotel. Y siempre me preguntaba por los hijos ajenos. Siempre me creía embarazada. Varias veces quemé, rompí o lancé al mar mi papelería personal. Pocas cosas se salvaron de los naufragios nihilistas de mi pasado.
Aquel Amor nuestro  nunca prometió nada serio, jamás tuvo garantías legales ni de ningún tipo; solo pidió cariño, libertad, verdad. Solo prohibió ataduras, convencionalismos. Fue muy responsible-para mí al menos.. Me di, lo acogí. No pedí nombramientos, artificios, formales apariencias. Lo seguí amando hasta hoy, hasta siempre ( aunque ya sin sexo), como ama el sol a la mañana, el vapor a la nube, el agua a las depresiones. Para mí esa era la pureza en el Amor: hallar, dejar, encontrar, estar en alguien para siempre ( de algún modo), dejar a alguien para siempre en uno ( su lugar) ( de alguna manera) ( del modo más importante: en el espíritu, en la mente, en la memoria personal y hasta ajena a través del arte: la literatura).

En mi concepción amatoria “no hay dueños”, nadie es el primero, o el primero puede ser intrascendente ( no sensibilizarnos, no dejar huellas profundas), el último puede ser el primero, puede amarse a varios a la vez ( de maneras diferentes, en viajes cósmicos diferentes). Nadie conquista a otro de por vida ( su piel, su carne, sus órganos, su corazón figurativo, su mente, su alma, su espíritu).
 Siempre el Amor será un reto, una Aventura inacabada, un “romance inacabado”-como aquella película; la vida es un darse a otro (s) constante, una conquista permanente de aromas, perfumes, colores, olores, sabores, imágenes, formas, un despertar los sentidos y cosas más profundas y esenciales.
 Nadie es un objeto, una cosa de la que otro tenga derecho a adueñarse de por vida ( egoistamente). Nadie es un propietario perpetuo de otro. El Amor es sembrar, cultivar, trabajar. No es vagancia, complacencia, parasitismo, corrupción. No tiene los brazos cruzados.
El Amor es una lucha, una guerra que genera paz. Es un desafío permanente, una autosuperación”.