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Wednesday, August 07, 2013

Del Libro de Jeremias:

“COMO QUE JEHOVÁ VIVE [...] EN JUSTICIA”
14 Hay personas que han pasado años en la cárcel por crímenes que no cometieron. Incluso ha habido casos en que un tribunal ha condenado a muerte a un reo y después de la ejecución han aparecido pruebas de su inocencia. En varios países es tanta la pobreza que hay padres que venden a algunos de sus hijos como esclavos para alimentar al resto de la familia. ¿Cómo se siente usted cuando oye de tamañas injusticias? ¿Cómo se sentirá Jehová? La Biblia señala que él desea eliminar todas las causas de sufrimiento, y él es el único que tiene el poder de hacerlo. Por eso, los pobres y los inocentes que sufren pueden cobrar ánimo: Jehová, el Dios de justicia, está tomando las medidas necesarias para librarlos de sus angustias (Jer. 23:5, 6).
[Ilustración de la página 146]
15 En el día de Jeremías, algunos eran conscientes de la elevada justicia de Dios. Por ejemplo, el profeta planteó la posibilidad de que Israel se arrepintiera de sus pecados y manifestara su cambio de actitud con una expresión similar a esta: “¡Tan ciertamente como que Jehová vive en verdad, en justicia y en rectitud!” (Jer. 4:1, 2). Eso es cierto porque la injusticia no tiene cabida en el propósito de Jehová. Pero existen más testimonios de que él ama la justicia.
16 Innegablemente, Dios cumple su palabra y no miente. Si bien muchos hombres rompen sus promesas, Jehová nunca lo hace. Incluso las leyes de la naturaleza, que él ha implantado y de las que nosotros nos beneficiamos, son inquebrantables (Jer. 31:35, 36). Asimismo, podemos confiar en sus promesas y en sus decisiones judiciales porque siempre son buenas (léase Lamentaciones 3:37, 38).
17 A la hora de juzgar, Jehová nunca se queda satisfecho con la apariencia de un asunto. Va más allá: escudriña el trasfondo para conocer todos los detalles y evalúa los motivos de las personas implicadas. Los médicos emplean instrumentos y técnicas especiales para observar el corazón mientras late o estudiar los riñones mientras filtran la sangre, lo que les permite ver cuál es su estado. Pues bien, Jehová hace mucho más que eso. Examina tanto el corazón como los riñones simbólicos para evaluar los motivos y los sentimientos más profundos de una persona. Así se asegura de qué fue lo que la impulsó a actuar de determinada manera y qué opina de tal proceder. El Todopoderoso puede manejar a la perfección la gran cantidad de detalles que revela tal examen. Superando por mucho al juez humano más agudo, emplea todos estos datos acertada y equilibradamente a fin de emitir un juicio justo (léanse Jeremías 12:1a y 20:12).
18 Tenemos razones de sobra para confiar en Jehová, aunque sintamos de vez en cuando remordimientos de conciencia por errores cometidos. Nunca olvidemos que Jehová no es un fiscal inflexible que trata de encontrar un motivo para castigarnos, sino que es un Juez compasivo que quiere ayudarnos. Si a alguien le inquieta su conducta pasada o tiene pendiente algún asunto con otra persona, que le pida a Jehová que se encargue de “las contiendas”, o sus luchas internas, para que pueda enterrar el asunto.* Con su ayuda, verá la importancia que Dios le otorga a su participación continua en el servicio sagrado (léase Lamentaciones 3:58, 59).
19 Como es normal, el Dios de justicia perfecta espera que quienes buscan su aprobación practiquen la justicia (Jer. 7:5-7; 22:3). Predicar las buenas nuevas sin prejuicio es una importante manera de manifestar la justicia divina. Cuando somos concienzudos haciendo revisitas y dirigiendo estudios bíblicos, reflejamos de manera muy provechosa la elevada justicia de Dios, pues él desea que toda clase de gente lo conozca y obtenga la salvación (Lam. 3:25, 26). ¡Qué gran privilegio tenemos de colaborar con Dios y reflejar su justicia en esta obra salvadora!
¿Cómo nos conforta la justicia de Jehová? ¿Cómo podemos confortar a otros imitando la justicia divina?
“NO ME QUEDARÉ RESENTIDO HASTA TIEMPO INDEFINIDO”
20 Mucha gente considera los libros de Jeremías y Lamentaciones como simples denunciaciones de la maldad de una nación. Pero tal idea pasa por alto las afectuosas ofertas de perdón que Jehová le hace a su pueblo. Por ejemplo, él instó a los judíos: “Vuélvanse, por favor, cada uno de su camino malo, y hagan buenos sus caminos y sus tratos”. En otra ocasión, Jeremías los exhortó: “Hagan buenos sus caminos y sus tratos, y obedezcan la voz de Jehová su Dios, y Jehová sentirá pesar por la calamidad que ha hablado contra ustedes” (Jer. 18:11; 26:13). En la actualidad, Jehová sigue perdonando a todos los que se arrepienten sinceramente y dejan sus malos hábitos.
21 Jehová no solo habla del perdón, sino que actúa en consecuencia. A Jeremías le mandó que instara al pueblo: “Vuélvete, oh renegada Israel [...]. No haré caer mi rostro airadamente sobre ustedes [...]. No me quedaré resentido hasta tiempo indefinido” (Jer. 3:12). Dios no guarda rencor ni animosidad contra ninguno de sus siervos a quienes ha perdonado. Aunque se haya cometido un mal, Jehová quiere restaurar las buenas relaciones. A pesar de los pecados cometidos, si la persona está verdaderamente arrepentida y busca el perdón, Jehová la ‘traerá de vuelta’, es decir, le otorgará su favor y bendición (Jer. 15:19). Estas palabras deberían animar a regresar al Dios verdadero a cualquiera que se haya alejado de él. ¿No es verdad que el perdón de Jehová nos acerca a él? (Léase Lamentaciones 5:21.)
[Ilustración de la página 152]
22 ¿Imitamos a Dios cuando alguien nos ofende con palabras y acciones irreflexivas? Tocante a los antiguos judíos, Jehová dijo que ‘purificaría’ a quienes perdonara (léase Jeremías 33:8). Él es capaz de purificar en el sentido de que olvida el error de los que se arrepienten; hace como reza el dicho: borrón y cuenta nueva. Por supuesto, el que la persona obtenga el perdón de Dios no significa que se la limpie de la imperfección heredada y quede perfecta, sin pecado. Con todo, hay algo que podemos aprender de lo que Dios dijo sobre purificar a los hombres. Nosotros debemos esforzarnos por borrar el error de nuestro ofensor, lo que equivale, por decirlo así, a purificar el concepto que albergamos de él en el corazón. ¿Cómo hacerlo?
23 Imaginemos que alguien nos regala un valioso jarrón antiguo. Si se manchase por alguna razón, ¿lo echaríamos a la basura automáticamente? No. Lo más seguro es que procuráramos limpiarlo con cuidado a fin de quitarle las manchas, porque lo que deseamos es que luzca bonito y brillante. De igual modo, debemos esforzarnos por eliminar cualquier rencor o animosidad que sintamos hacia un hermano que nos haya ofendido. Resistamos la tendencia a dar vueltas y vueltas a las palabras o acciones que nos dolieron. Cuando logramos borrarlas de la mente, purificamos la imagen y los recuerdos del hermano al que hemos perdonado. Una vez eliminados de nuestro corazón los pensamientos negativos, estaremos más dispuestos a volver a disfrutar de la estrecha amistad que nos unía.
24 A medida que conocemos mejor a Jehová, salen a la luz sus cualidades y cómo las utiliza al tratar con su pueblo. Hemos examinado solo algunas, pero hemos visto que los beneficios personales de conocerlo íntimamente son una poderosa motivación para adorarlo como él acepta. Si lo llegamos a conocer al mismo grado que el rey Josías, nuestra vida rebosará de felicidad, que es otro aspecto de la personalidad de Dios.
25 Conocer mejor a Jehová enriquecerá nuestra relación con el prójimo. Si nos esforzamos por imitar a Dios manifestando bondad amorosa, justicia y perdón, nuestras amistades en la congregación se profundizarán y nos llegarán a ser más preciosas. Estaremos incluso mejor capacitados para enseñar en las revisitas y lograr que progresen nuestros estudiantes de la Biblia. De hecho, las personas interesadas se sentirán más cómodas con nosotros porque habremos adoptado el modelo de conducta cristiana. Por tanto, estaremos mejor preparados para ayudarles a servir a Jehová de manera acepta, a seguir “el buen camino” (Jer. 6:16).
¿Qué mensaje nos transmite Lamentaciones 5:21?
[Notas]
Tocante al trágico final del rey, véase el capítulo 4, párrafo 12, de este libro.
La Palabra de Dios para Todos vierte así las palabras de Jehová: “Con amor eterno te he amado y por eso te sigo mostrando mi fiel amor”.
Si un hermano ha participado en conducta que viola claramente la ley de Dios, se debe traer el pecado a la atención de los ancianos para que lo traten y suministren la ayuda espiritual necesaria (Sant. 5:13-15).