Estimados amigos en huelga de hambre en el Oriente de Cuba:
Como saben, porque lo he dicho en infinidad de oportunidades, yo estoy en contra de esas huelgas de hambre que sólo sirven para debilitarlos a ustedes. Soy de las que piensa, y no soy la única, que personas tan valientes como ustedes, que lo están dando todo en el interior del país, deben resistir fuertes, saludables, enteros. Porque son ustedes los que salen a las calles y son ustedes a mi juicio, en estos momentos, los más grandes luchadores dentro de esa isla, luchadores a pie, día a día, viviendo en condiciones paupérrimas, y aún así enfrentándose a diario a la tiranía.
Sin embargo, mientras ustedes han decidido ponerse en huelga de hambre, otro grupo cada vez más voluminoso de disidentes han podido salir de Cuba autorizados por ese mismo régimen que los reprime a ustedes en las calle violentamente. Esos disidentes ahora se desplazan sin dificultades de ningún tipo por el mundo entero, me alegro por ellos, y ojalá puedan regresar a nuestro país, lo que a muchos exiliados se nos tiene prohibido. Aparto de cualquier generalidad a Rosa María Payá, a quien considero como a ustedes una persona íntegra, la más íntegra de todos. Nacida en la disidencia, como ella misma ha dicho, Rosa María Payá no escogió que la asesinaran a su padre y a su amigo, ella debió asumir junto a su madre, hermanos, y demás miembros, el liderazgo de una organización, el MCL, muy importante dentro de Cuba, creada por su padre y por los miembros del Movimiento Cristiano Liberación. Aparto también a Berta Soler, y a pocos menos. El resto se pasea por el mundo dándose autobombo, retratándose con cualquier peje gordo del primer partido político que les brinde un podium, escenario, o plató televisivo, partidos políticos tanto de la diestra como de la siniestra; lo que aceptan sin ningún tipo de escrúpulos, y con los oídos rebosantes de elogios por no llamarle a ese deplorable espectáculo guataquería barata y caprichosa. Ninguno de ellos, por cierto, se ha detenido a mencionar los nombres de los presos políticos, y si lo han hecho lo hacen presionados por su interlocutor cuando la pregunta urge ser respondida de lo contrario quedarían todavía peor, tampoco hasta ahora han mencionado los nombres de los huelguistas, ni la huelga de hambre que desde hace más de diez días llevan algunos miembros de la UNPACU y de otras organizaciones, creo que ya son 30 huelguistas en total alrededor de la isla.
Me duele anunciarles que al mundo no le interesa esa huelga de hambre, porque ni siquiera a los disidentes viajantes, empresarios de la causa cubana, ni a sus guatacones en el planeta, les interesa esa huelga de hambre, ni el esfuerzo que ustedes hagan, ni mucho menos la libertad total en Cuba. Ahora, eso sí, en cuanto muera alguno de ustedes ya verán (lo verán los que vivan para contarlo) cómo enseguida corren a retratarse con el cadáver. Porque la foto carroñera con el cádáver sí que les anota puntos, mientras que por el contrario un huelguista a punto de expirar no sólo les resta puntos, a ellos, los travelers shows of the dissidence, además los deja encueros frente a la verdad. Pero, siento añadirles que a nadie le importa la verdad en relación a Cuba, nunca le ha importado a nadie. Mientras más show mejor, eso sí, mientras más mentira mejor; lo que asegura la eternidad del castrismo y de una transición previamente pactada con los Castro, para que los Castro más jóvenes hereden lo que no les pertenece. Eso fue lo que no se cansó de denunciar y quiso probar Payá, y por eso lo mataron. Lo entendimos demasiado tarde.
Espero que sean ustedes más sensibles a esta realidad de lo que han podido serlo, de lo que lo hemos sido nosotros, y escojan seguir viviendo saludablemente. No les pediré que depongan la huelga porque no es mi papel imponerles nada. Solamente sugiero que repiensen su situación en comparación con la de otros. Y si se van a morir, mejor muéranse en las calles peleando en contra del castrismo. Al menos el mundo obtendrá las imágenes que probarán que los Castro no siguen matando en silencio como siempre hicieron, o bajo artilugios enmascarados en accidentes de tráfico, al menos tendrán las imágenes de valientes opositores enfrentándose al régimen en las calles de nuestro querido país.
Un abrazo,
Zoé Valdés.
