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Wednesday, February 27, 2013

Utilidad del libro de Marcos:

Libro bíblico número 41: Marcos
Escritor: Marcos
Dónde se escribió: Roma
Cuándo se completó: c. 60–65 E.C.
Tiempo que abarca: 29–33 E.C.
CUANDO Jesús fue arrestado en Getsemaní y los apóstoles huyeron, lo seguía “cierto joven que llevaba puesta sobre su cuerpo desnudo una prenda de vestir de lino fino”. Cuando la muchedumbre trató de asirlo a él también, el joven “dejó atrás su prenda de lino y se escapó desnudo”. Por lo general se cree que aquel era Marcos. Hechos lo describe como “Juan el que tenía por sobrenombre Marcos”, y puede que Marcos fuera de una familia acomodada de Jerusalén, pues su familia tenía su casa propia y servidumbre. María, su madre, también era cristiana, y la congregación primitiva usaba su hogar como lugar de reuniones. Cuando el ángel libró a Pedro de la prisión, el apóstol fue a aquella casa y halló a los hermanos congregados allí. (Mar. 14:51, 52; Hech. 12:12, 13.)
2 El misionero Bernabé, un levita de Chipre, era primo de Marcos. (Hech. 4:36; Col. 4:10.) Cuando Bernabé fue con Pablo a Jerusalén en misión de socorro por el hambre que había, Marcos también conoció a Pablo. El asociarse con personas como estas en la congregación, y con celosos ministros visitantes, indudablemente infundió en Marcos el deseo de emprender el servicio misional. De modo que lo vemos como compañero y servidor de Pablo y Bernabé en el primer viaje misional de estos. No obstante, por alguna razón Marcos los dejó en Perga de Panfilia y regresó a Jerusalén. (Hech. 11:29, 30; 12:25; 13:5, 13.) Debido a aquello Pablo rehusó llevar consigo a Marcos en la segunda gira misional, y como resultado hubo un rompimiento entre Pablo y Bernabé. Pablo llevó consigo a Silas, mientras que Bernabé llevó consigo a su primo Marcos y se embarcó con él para Chipre. (Hech. 15:36-41.)
3 Marcos se acreditó en el ministerio, y no solo llegó a ser ayuda valiosa para Bernabé, sino también, después, para los apóstoles Pedro y Pablo. Marcos estuvo con Pablo (c. 60-61 E.C.) durante el primer encarcelamiento de Pablo en Roma. (File. 1, 24.) Luego encontramos a Marcos con Pedro en Babilonia entre los años 62 y 64 E.C. (1 Ped. 5:13.) Pablo estuvo de nuevo en prisión en Roma probablemente en el año 65 E.C., y en una carta le pide a Timoteo que traiga a Marcos consigo “porque me es útil para ministrar”. (2 Tim. 1:8; 4:11.) Esta es la última mención de Marcos en el registro bíblico.
4 La composición de este Evangelio, el más breve, se atribuye a Marcos. Este fue un colaborador de los apóstoles de Jesús y uno que puso su propia vida al servicio de las buenas nuevas. Pero Marcos no fue uno de los 12 apóstoles ni fue compañero íntimo de Jesús. ¿De dónde obtuvo los detalles de conocimiento íntimo que hacen que su relato del ministerio de Jesús realmente viva desde el principio hasta el fin? Según la tradición más antigua de Papías, Orígenes y Tertuliano, esa fuente fue Pedro, con quien Marcos estuvo en estrecha asociación*. ¿No lo llamó Pedro “mi hijo”? (1 Ped. 5:13.) Pedro fue testigo ocular de casi todo lo que Marcos puso por escrito, de modo que este pudo haberse informado por Pedro de muchos detalles descriptivos que faltan en los otros Evangelios. Por ejemplo, Marcos habla de “los asalariados” que trabajaban para Zebedeo, del leproso que le suplicó a Jesús “de rodillas”, del endemoniado que estaba “cortándose con piedras”, y menciona que Jesús dio su profecía sobre la ‘venida del Hijo del hombre con gran poder y gloria’ mientras estaba sentado en el monte de los Olivos “con el templo a la vista”. (Mar. 1:20, 40; 5:5; 13:3, 26.)
5 Pedro mismo era un hombre de emociones profundas, de modo que podía comprender los sentimientos y emociones de Jesús y describírselos a Marcos. Por eso Marcos con frecuencia registra cómo se sentía y reaccionaba Jesús; por ejemplo, que miró “en derredor con indignación, estando él cabalmente contristado”, que “suspiró profundamente”, y que “gimió profundamente con su espíritu” (3:5; 7:34; 8:12). Es Marcos quien nos describe los sentimientos de Jesús para con el joven gobernante rico, al decir que “sintió amor por él” (10:21). ¡Y qué afecto encontramos en el relato de que Jesús no solamente puso de pie a un niñito en medio de sus discípulos, sino que también “lo rodeó con los brazos”, y que en otra ocasión “tomó a los niños en los brazos” (9:36; 10:13-16)!
6 Algunas de las características de Pedro se ven en el estilo de Marcos, que es impulsivo, vivo, vigoroso, enérgico y descriptivo. Parece que se le hace difícil relatar los sucesos con la rapidez que quiere. Por ejemplo, la frase “inmediatamente” aparece vez tras vez, y contribuye al dramatismo del estilo.
7 Aunque Marcos tenía acceso al Evangelio de Mateo y solo el 7% de su registro no está contenido en los demás Evangelios, sería un error creer que Marcos simplemente condensó el Evangelio de Mateo y añadió algunos detalles especiales. Mientras que Mateo había pintado a Jesús como el Mesías y Rey prometido, Marcos ahora considera su vida y sus obras desde otro punto de vista. Pinta a Jesús como el Hijo de Dios que hace milagros, el Salvador victorioso. Marcos destaca las actividades de Cristo, más bien que sus sermones y enseñanzas. Solamente se informa una pequeña proporción de las parábolas, y solo uno de los discursos más largos de Jesús, y se omite el Sermón del Monte. Esto hace más breve que los demás el Evangelio de Marcos, aunque contiene tanta acción como ellos. Hay referencia específica a por lo menos 19 milagros en este Evangelio.
8 Mientras que Mateo escribió su Evangelio para los judíos, es evidente que Marcos escribió principalmente para los romanos. ¿Cómo sabemos esto? Se menciona la Ley de Moisés solo cuando se relatan conversaciones con referencias a ella, y se omite la genealogía de Jesús. Se da importancia universal al evangelio de Cristo. Marcos hace comentarios explicativos sobre costumbres y enseñanzas judías, con las cuales los lectores no judíos quizás no estarían familiarizados (2:18; 7:3, 4; 14:12; 15:42). Traduce las expresiones arameas (3:17; 5:41; 7:11, 34; 14:36; 15:22, 34). Modifica con explicaciones nombres geográficos y vegetales palestinos (1:5, 13; 11:13; 13:3). El valor de las monedas judías se da en dinero romano (12:42, nota). Usa más palabras latinas que los demás escritores de los Evangelios; por ejemplo: speculator (uno de la guardia), praetorium (palacio del gobernador), y centurio (oficial del ejército) (6:27; 15:16, 39).
9 Puesto que es patente que Marcos escribió principalmente para los romanos, con toda probabilidad escribió en Roma. Tanto la tradición más antigua como el contenido del libro permiten la conclusión de que su Evangelio se compuso en Roma, fuera durante el primer o el segundo encarcelamiento del apóstol Pablo, y por lo tanto durante los años 60-65 E.C. En aquellos años Marcos estuvo en Roma por lo menos una vez, y a lo mejor dos veces. Todas las autoridades principales de los siglos II y III confirman que Marcos fue el escritor. El Evangelio ya circulaba entre los cristianos a mediados del siglo II. El que esté en todos los catálogos primitivos de las Escrituras Griegas Cristianas confirma la autenticidad del Evangelio de Marcos.
10 Sin embargo, la conclusión larga y la conclusión corta que algunas veces se añaden después del capítulo 16, versículo 8, no han de considerarse auténticas. Faltan en la mayoría de los manuscritos antiguos, como el Sinaítico y el Vaticano núm. 1209. Eusebio y Jerónimo, eruditos del siglo IV, concuerdan en que el registro auténtico concluye con las palabras “porque temían”. Las otras conclusiones probablemente se añadieron con el fin de suavizar la brusquedad con la cual concluye el Evangelio.
11 La exactitud del relato de Marcos se puede ver por la armonía completa de su Evangelio no solo con los demás Evangelios, sino también con todas las Santas Escrituras desde Génesis hasta Revelación. Además, vez tras vez se muestra a Jesús como alguien que tiene autoridad no solamente en su palabra hablada, sino también sobre las fuerzas de la naturaleza, sobre Satanás y los demonios, sobre las enfermedades y las dolencias, sí, sobre la muerte misma. De modo que Marcos empieza su relato con la impresionante introducción: “El principio de las buenas nuevas acerca de Jesucristo”. La venida y el ministerio de Jesús significaban “buenas nuevas”, y por eso el estudio del Evangelio de Marcos debe ser provechoso para todos los lectores. Los sucesos que Marcos describe abarcan el período desde la primavera de 29 E.C. hasta la primavera de 33 E.C.
CONTENIDO DE MARCOS
12 Bautismo y tentación de Jesús (1:1-13). Marcos comienza las buenas nuevas identificando a Juan el Bautizante. Él es el mensajero predicho, enviado a proclamar: “Preparen el camino de Jehová, hagan rectas sus veredas”. De Aquel que pronto vendría, el bautizante dice: ‘Es más fuerte que yo’. Sí, él bautizará, no con agua, sino con espíritu santo. Jesús viene ahora desde Nazaret de Galilea, y Juan lo bautiza. El espíritu desciende sobre Jesús en forma de paloma, y se oye desde los cielos una voz que dice: “Tú eres mi Hijo, el amado; yo te he aprobado” (1:3, 7, 11). Jesús es tentado por Satanás en el desierto, y los ángeles le ministran. Todos estos sucesos dramáticos se condensan en los primeros 13 versículos de Marcos.
13 Jesús empieza su ministerio en Galilea (1:14–6:6). Después del arresto de Juan, Jesús va a predicar las buenas nuevas de Dios en Galilea. ¡Qué mensaje asombroso tiene! “El reino de Dios se ha acercado. Arrepiéntanse y tengan fe en las buenas nuevas” (1:15). Llama a Simón y Andrés y a Santiago y Juan para que dejen sus redes de pescar y se hagan discípulos suyos. El sábado empieza a enseñar en la sinagoga de Capernaum. La gente queda atónita, pues les enseña “como quien tiene autoridad, y no como los escribas”. Demuestra su autoridad como “el Santo de Dios” al expulsar de un hombre poseído un espíritu inmundo, y al curar a la suegra de Simón, que estaba enferma con fiebre. Las noticias de esto se difunden como un relámpago, y esa noche “toda la ciudad” se ha congregado fuera de la casa de Simón. Jesús cura a muchos que están enfermos y expulsa muchos demonios (1:22, 24, 33).
14 Jesús declara su misión: “Para que predique” (1:38). Predica por toda Galilea. Adondequiera que va, expulsa demonios y sana a los enfermos, incluso a un leproso y a un paralítico a quien dice: “Tus pecados son perdonados”. Algunos de los escribas razonan en el corazón: ‘Esto es blasfemia. ¿Quién puede perdonar pecados sino uno solo, Dios?’. Jesús discierne lo que piensan estos y prueba que “el Hijo del hombre tiene autoridad para perdonar pecados” diciéndole al paralítico que se levante y se vaya a su casa. La gente glorifica a Dios. Cuando Leví (Mateo), el recaudador de impuestos, se hace seguidor suyo, Jesús dice a los escribas: “No vine a llamar a justos, sino a pecadores”. Demuestra que es “Señor hasta del sábado” (2:5, 7, 10, 17, 28).
15 Jesús ahora forma el grupo de 12 apóstoles. Sus parientes manifiestan alguna oposición, y entonces algunos escribas de Jerusalén lo acusan de expulsar demonios por medio del gobernante de los demonios. Jesús les pregunta: “¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás?”. Y les advierte: “Cualquiera que blasfema contra el espíritu santo no tiene perdón jamás, sino que es culpable de pecado eterno”. Durante la discusión, su madre y sus hermanos vienen a buscarlo, y Jesús se ve impulsado a declarar: “Cualquiera que hace la voluntad de Dios, este es mi hermano y hermana y madre” (3:23, 29, 35).
16 Jesús empieza a enseñar “el secreto sagrado del reino de Dios” por medio de ilustraciones. Habla del hombre que siembra la semilla que cae sobre varias clases de tierra (ilustrando las distintas clases de oidores de la palabra) y de la lámpara que brilla desde su candelero. En otra ilustración, Jesús dice que el Reino de Dios es como cuando un hombre arroja semillas sobre la tierra: “Por sí misma la tierra gradualmente fructifica: primero el tallo de hierba, luego la espiga, finalmente el grano lleno en la espiga” (4:11, 28). También da la ilustración de un grano de mostaza, que, aunque es la más pequeña de todas las semillas, alcanza gran tamaño, con ramas grandes que pueden servir de albergue.
17 Mientras Jesús y sus discípulos cruzan el mar de Galilea, milagrosamente Jesús hace que un viento violento se apacigüe, y el mar agitado se calma cuando ordena: “¡Silencio! ¡Calla!” (4:39). Al otro lado, en el país de los gerasenos, Jesús expulsa una “legión” de demonios de un solo hombre y permite que los demonios entren en una piara de unos 2.000 cerdos, los cuales entonces se precipitan por un despeñadero y se ahogan en el mar (5:8-13). Después de esto Jesús cruza de regreso a la orilla opuesta. Una mujer que tiene un flujo de sangre que ha sido incurable por 12 años se sana con solo tocar la prenda exterior de vestir de Jesús, mientras él va en camino a levantar a la vida a la hija de 12 años de Jairo. ¡Ciertamente, el Hijo del hombre tiene autoridad tanto sobre la vida como sobre la muerte! Con todo, la gente del propio territorio de Jesús cuestiona su autoridad. Él se admira de la falta de fe de ellos, pero sigue ‘recorriendo las aldeas en circuito, enseñando’ (6:6).
18 El ministerio de Galilea se ensancha (6:7–9:50). Jesús envía a los 12 de 2 en 2 con instrucciones y autoridad para predicar y enseñar, curar a la gente y expulsar demonios. El nombre de Jesús se va conociendo, y algunos creen que es Juan el Bautizante levantado de entre los muertos. Esta posibilidad preocupa a Herodes, porque en su fiesta de cumpleaños Juan había sido decapitado. Los apóstoles regresan de su gira de predicación y le dan a Jesús un informe de su actividad. Una gran muchedumbre sigue a Jesús por Galilea y él ‘se enternece por ellos, porque son como ovejas sin pastor’. Por lo tanto, empieza a enseñarles muchas cosas (6:34). Manifiesta también amor al proveer alimento material: alimenta a 5.000 hombres con cinco panes y dos pescados. Poco después, cuando los discípulos se ven en apuros en su barca, luchando contra una tormenta de viento mientras van hacia Betsaida, Jesús viene a ellos caminando sobre el mar y calma el viento. ¡Con razón hasta sus discípulos ‘se asombran mucho’ (6:51)!
19 En el distrito de Genesaret, Jesús entra en una discusión con los escribas y fariseos de Jerusalén en cuanto a comer sin lavarse las manos, y él los reprende por ‘soltar el mandamiento de Dios y asirse firmemente de la tradición de los hombres’. Jesús dice que no es lo que entra de afuera lo que contamina a un hombre, sino lo que procede de adentro, del corazón, a saber, “razonamientos perjudiciales” (7:8, 21). Dirigiéndose al norte a las regiones de Tiro y Sidón, Jesús realiza un milagro para una gentil al expulsar a un demonio de la hija de una mujer sirofenicia.
20 De regreso en Galilea, Jesús nuevamente siente compasión por la muchedumbre que lo sigue y alimenta a 4.000 hombres con siete panes y unos cuantos pescaditos. Advierte a sus discípulos contra la levadura de los fariseos y la levadura de Herodes, pero en aquel momento ellos no captan el sentido. Después efectúa otro milagro: la curación de un ciego en Betsaida. En una conversación en camino a las aldeas de Cesarea de Filipo, Pedro identifica convincentemente a Jesús como “el Cristo”, pero entonces se opone enérgicamente cuando Jesús menciona los sufrimientos y la muerte inminentes del Hijo del hombre. Por esto, Jesús lo censura: “Ponte detrás de mí, Satanás, porque tú no piensas los pensamientos de Dios, sino los de los hombres” (8:29, 33). Jesús exhorta a sus discípulos a seguirlo continuamente por amor a las buenas nuevas; si se avergüenzan de él, él se avergonzará de ellos cuando llegue en la gloria de su Padre.
21 Seis días después, cuando están sobre una montaña elevada, Pedro, Santiago y Juan tienen el privilegio de ver “el reino de Dios ya venido en poder” al contemplar a Jesús transfigurado con gloria (9:1). Jesús nuevamente demuestra su autoridad expulsando de un muchacho a un espíritu mudo, y por segunda vez habla de su sufrimiento y muerte venideros. Aconseja a sus discípulos que no dejen que nada les impida entrar en la vida. ¿Te hace tropezar tu mano? ¡Córtala! ¿Tu pie? ¡Córtalo! ¿Tu ojo? ¡Tíralo! Es mucho mejor entrar en el Reino de Dios mutilado que ser arrojado entero al Gehena.
22 Ministerio en Perea (10:1-52). Jesús llega a las fronteras de Judea y “al otro lado del Jordán” (a Perea). Los fariseos ahora lo interrogan acerca del divorcio, y él aprovecha la oportunidad para declarar principios piadosos para el matrimonio. Un joven rico le pregunta acerca de heredar la vida eterna, pero queda apesadumbrado al enterarse de que, para tener tesoros en el cielo, debe vender sus posesiones y hacerse seguidor de Jesús. Jesús dice a sus discípulos: “Más fácil es que un camello pase por el ojo de una aguja que el que un rico entre en el reino de Dios”. Da estímulo a los que lo han dejado todo por causa de las buenas nuevas al prometerles “el céntuplo ahora [...] con persecuciones, y en el sistema de cosas venidero vida eterna” (10:1, 25, 30).
23 Jesús y los 12 ahora emprenden el camino a Jerusalén. Jesús les habla por tercera vez de los sufrimientos que le esperan, y también de su resurrección. Les pregunta si pueden beber la misma copa que él bebe, y les dice: “El que quiera ser el primero entre ustedes tiene que ser el esclavo de todos”. Al salir de Jericó, un mendigo ciego llama desde un lado del camino: “¡Hijo de David, Jesús, ten misericordia de mí!”. Jesús hace que el ciego vea... su última curación milagrosa según el registro de Marcos (10:44, 47, 48).
24 Jesús en Jerusalén y sus alrededores (11:1–15:47). ¡El relato adelanta rápidamente! Jesús entra en la ciudad montado en un pollino, y la gente lo aclama como Rey. El día siguiente él limpia el templo. Los sacerdotes principales y los escribas le cobran temor y buscan matarlo. “¿Con qué autoridad haces estas cosas?”, preguntan (11:28). Diestramente, Jesús les devuelve la pregunta y hace la ilustración de los cultivadores que mataron al heredero de la viña. Ellos captan el sentido de esto, y lo dejan.
25 Después envían a algunos fariseos para pillarlo en la cuestión del impuesto. Jesús pide un denario y pregunta: “¿De quién es esta imagen e inscripción?”. Responden: “De César”. Jesús entonces dice: “Paguen a César las cosas de César, pero a Dios las cosas de Dios”. ¡Con razón se maravillan de él (12:16, 17)! Ahora los saduceos, que no creen en la resurrección, tratan de pescarlo con la pregunta: ‘Si una mujer tuvo siete esposos consecutivamente, ¿de cuál de ellos será esposa en la resurrección?’. Jesús responde prestamente que los que se levantan de la muerte serán “como los ángeles en los cielos”, pues no se casarán (12:19-23, 25). “¿Cuál mandamiento es el primero de todos?”, pregunta uno de los escribas. Jesús responde: “El primero es: ‘Oye, oh Israel, Jehová nuestro Dios es un solo Jehová, y tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente y con todas tus fuerzas’. El segundo es este: ‘Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo’” (12:28-31). Después de esto nadie se atreve a interrogarle. La autoridad de Jesús como el maestro perfecto queda establecida. La gran muchedumbre escucha con placer, y Jesús les advierte contra los pomposos escribas. Luego, hablando a sus discípulos, elogia a la viuda pobre que echó más en las arcas de la tesorería del templo que los demás, pues sus dos monedas pequeñas eran “cuanto poseía, todo lo que tenía para vivir” (12:44).
26 Sentado en el monte de los Olivos con el templo a la vista, Jesús dice en privado a cuatro de sus discípulos cuál será “la señal” de la conclusión de estas cosas. (Este es el único discurso largo que Marcos registra, y es un paralelo del que se encuentra en los capítulos 24 y 25 de Mateo.) Concluye con la advertencia de Jesús: “Respecto a aquel día o la hora, nadie sabe, ni los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre. Pero lo que les digo a ustedes, a todos lo digo: Manténganse alerta” (13:4, 32, 37).
27 En la cercana Betania una mujer unge a Jesús con costoso aceite perfumado. Algunos protestan diciendo que aquello es un desperdicio, pero Jesús dice que es una obra buena, un preparativo para su entierro. Al tiempo señalado Jesús y los 12 se congregan en la ciudad para la Pascua. Jesús identifica al que lo va a traicionar e instituye la cena conmemorativa con sus discípulos fieles, y él junto con ellos salen hacia el monte de los Olivos. En el camino Jesús les dice que a todos se les hará tropezar. “A mí no se me hará”, exclama Pedro. Pero Jesús le dice: “Esta noche, antes que un gallo cante dos veces, hasta tú me repudiarás tres veces”. Al llegar al lugar que se llama Getsemaní, Jesús se aparta para orar, y pide a sus discípulos que se mantengan alerta. Su oración culmina con las palabras: “Abba, Padre, todas las cosas te son posibles; remueve de mí esta copa. No obstante, no lo que yo quiero, sino lo que tú quieres”. Tres veces Jesús vuelve a donde están sus discípulos, y tres veces los encuentra durmiendo, ¡hasta “en una ocasión como esta”! (14:29, 30, 36, 41). ¡Pero la hora ha llegado! ¡Miren!... ¡el traidor!
28 Judas se acerca a Jesús y lo besa. Esta es la señal para que los hombres armados de los sacerdotes principales lo arresten. Lo llevan al tribunal del sumo sacerdote, donde muchos dan falso testimonio contra él, pero sus testimonios no concuerdan. Jesús mismo guarda silencio. Finalmente, el sumo sacerdote le pregunta: “¿Eres tú el Cristo el Hijo del Bendito?”. Jesús responde: “Lo soy”. El sumo sacerdote exclama: ‘¡Blasfemia!’, y todos lo condenan al declararlo expuesto a muerte (14:61-64). Abajo en el patio, Pedro ha negado tres veces a Jesús. Un gallo canta por segunda vez, y Pedro, al recordar las palabras de Jesús, queda abatido, y llora.
29 Al amanecer, el Sanedrín consulta inmediatamente y envía a Jesús atado a Pilato. Este pronto reconoce que Jesús no es un criminal, y trata de librarlo. Sin embargo, ante la insistencia de la chusma incitada por los sacerdotes principales, finalmente entrega a Jesús para que sea fijado en un madero. Se lleva a Jesús a Gólgota (que significa: “Lugar del Cráneo”) y se le fija en un madero, con esta acusación contra él escrita arriba: “El rey de los judíos”. Los que pasan cerca lo injurian: “A otros salvó; ¡a sí mismo no se puede salvar!”. A mediodía (la hora sexta) cae una oscuridad sobre todo el país hasta las tres de la tarde. Entonces Jesús clama con voz fuerte: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”, y fallece. Al ver estas cosas, un oficial del ejército exclama: “Ciertamente este hombre era Hijo de Dios”. José de Arimatea, uno del Sanedrín pero quien creía en el Reino de Dios, le pide a Pilato el cuerpo de Jesús y lo pone en una tumba labrada en la roca (15:22, 26, 31, 34, 39).
30 Sucesos después de la muerte de Jesús (16:1-8). Bien temprano el primer día de la semana, tres mujeres van a la tumba. Para sorpresa suya encuentran que la piedra grande de la entrada ha sido quitada. “Un joven” que está sentado dentro les dice que Jesús ha sido levantado (16:5). Ya no está allí, sino que va delante de ellas a Galilea. Ellas huyen de la tumba, temblando y con temor.
POR QUÉ ES PROVECHOSO
31 Por esta vívida descripción escrita de Jesucristo, todos los lectores de Marcos, desde los tiempos del cristianismo primitivo hasta ahora, han podido notar el cumplimiento de muchas profecías de las Escrituras Hebreas acerca del Mesías. Desde la cita de apertura: “¡Mira! Envío a mi mensajero delante de tu rostro”, hasta las palabras de agonía de Jesús en el madero: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”, el relato entero de su ministerio celoso, tal como Marcos lo puso por escrito, concuerda con lo que las Escrituras Hebreas predijeron. (Mar. 1:2; 15:34; Mal. 3:1; Sal. 22:1.) Además, sus milagros y obras maravillosas, su enseñanza saludable, sus refutaciones sin tacha, su dependencia absoluta de la Palabra y el espíritu de Jehová, y su tierno pastoreo de las ovejas... todas estas cosas lo identifican como Aquel que vino con autoridad como el Hijo de Dios. Enseñó “como quien tiene autoridad”, autoridad que recibió de Jehová, e hizo resaltar como su obra principal aquí en la Tierra la ‘predicación de las buenas nuevas de Dios’, a saber, que “el reino de Dios se ha acercado”. Su enseñanza ha resultado de provecho inestimable a todos los que le han prestado atención. (Mar. 1:22, 14, 15.)
32 Jesús dijo a sus discípulos: “A ustedes se les ha dado el secreto sagrado del reino de Dios”. Marcos usa la expresión “reino de Dios” 14 veces, y expone muchos principios guiadores para los que quieran adquirir la vida mediante el Reino. Jesús declaró: “El que pierda su alma por causa de mí y de las buenas nuevas, la salvará”. Debe quitarse todo impedimento para adquirir la vida: “Mejor te es entrar con un solo ojo en el reino de Dios que con dos ojos ser arrojado al Gehena”. Jesús declaró además: “El que no reciba el reino de Dios como un niñito, de ninguna manera entrará en él”, y: “¡Cuán difícil les será a los que tienen dinero entrar en el reino de Dios!”. Dijo que el que discierne que guardar los dos grandes mandamientos vale mucho más que todas las ofrendas quemadas y sacrificios ‘no está lejos del reino de Dios’. Estas y otras enseñanzas del Reino que hallamos en el Evangelio de Marcos contienen muchos buenos consejos que podemos aplicar en nuestra vida diaria (4:11; 8:35; 9:43-48; 10:13-15, 23-25; 12:28-34).
33 Las buenas nuevas “según Marcos” se pueden leer completamente en una o dos horas, y le dan al lector un repaso emocionante, rápido y dinámico del ministerio de Jesús. Tal lectura sin interrupción de este relato inspirado y el estudio más profundo de este junto con meditación siempre resultarán provechosos. El Evangelio de Marcos es tan provechoso para los cristianos perseguidos de hoy día como lo fue en el primer siglo, pues los cristianos verdaderos ahora se enfrentan con “tiempos críticos, difíciles de manejar”, y necesitan una guía inspirada como la que se halla en este registro acerca de nuestro Dechado, Jesucristo. Léalo, emociónese con su acción dramática, y derive estímulo para seguir en las pisadas del Agente Principal y Perfeccionador de nuestra fe, Jesús, con el mismo gozo invencible que él desplegó. (2 Tim. 3:1; Heb. 12:2.) Sí, véalo como un hombre de acción, imbúyase de su celo, e imite su integridad intransigente y su valor en medio de pruebas y ante oposición. Consuélese con esta valiosa porción de las Escrituras inspiradas. ¡Que le aproveche en su búsqueda de la vida eterna!
[Nota a pie de página]
Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2, página 310.
[Preguntas del estudio]
1. ¿Qué se sabe de Marcos y su familia?
2, 3. a) Según parece, ¿qué movió a Marcos a emprender el servicio misional? b) ¿Qué asociación tuvo con otros misioneros, especialmente con Pedro y Pablo?
4-6. a) ¿Cómo pudo Marcos obtener los detalles íntimos para su Evangelio? b) ¿Qué indica que tuvo asociación estrecha con Pedro? c) Dé ejemplos de las características de Pedro que se ven en este Evangelio.
7. ¿Cómo se distingue el Evangelio de Marcos del de Mateo?
8. ¿Qué rasgos indican que evidentemente el Evangelio de Marcos se escribió para los romanos?
9. ¿Dónde y cuándo se escribió el libro de Marcos, y qué confirma su autenticidad?
10. ¿Cómo deben considerarse las conclusiones larga y corta de Marcos, y por qué?
11. a) ¿Qué prueba que el Evangelio de Marcos es exacto, y qué autoridad se recalca? b) ¿Por qué es esto “buenas nuevas”, y qué período abarca el Evangelio de Marcos?
12. ¿Qué se condensa en los primeros 13 versículos de Marcos?
13. ¿De qué maneras demuestra Jesús, temprano en su ministerio, su autoridad como “el Santo de Dios”?
14. ¿Cómo prueba Jesús que tiene autoridad para perdonar pecados?
15. ¿Qué declara Jesús en cuanto a los que niegan sus milagros, y qué dice de los lazos familiares?
16. ¿Qué enseña Jesús acerca “del reino de Dios” mediante ilustraciones?
17. ¿Cómo demuestran los milagros de Jesús el alcance de su autoridad?
18. a) ¿Cómo se ensancha el ministerio de Jesús? b) ¿Qué impulsa a Jesús a enseñar y a realizar milagros?
19, 20. a) ¿Cómo censura Jesús a los escribas y fariseos? b) ¿Qué circunstancias llevan a que Pedro también sea censurado?
21. a) ¿Quiénes ven “el reino de Dios ya venido en poder”, y cómo? b) ¿Cómo recalca Jesús el poner en primer lugar el Reino?
22. ¿Qué consejo se destaca en el ministerio de Jesús en Perea?
23. ¿Qué conversación y qué milagro suceden en camino a Jerusalén?
24, 25. a) ¿Con qué obras testifica Jesús en cuanto a su autoridad? b) ¿Con qué argumentos responde a sus adversarios? c) ¿Qué advertencia da Jesús a la muchedumbre, y qué acto elogia ante sus discípulos?
26. ¿Cuál es el único discurso largo que registra Marcos, y con qué advertencia termina?
27. Describa los sucesos que llevan a que se traicione a Jesús en Getsemaní.
28. Describa las circunstancias del arresto de Jesús y su comparecencia ante el sumo sacerdote.
29. ¿Qué relata Marcos respecto al juicio final y la ejecución de Jesús, y cómo se muestra que existe una cuestión en cuanto al Reino?
30. ¿Qué sucede en la tumba el primer día de la semana?
31. a) ¿Qué testimonio da Marcos en cuanto a que Jesús sea el Mesías? b) ¿Qué da prueba de la autoridad de Jesús como el Hijo de Dios, y qué hizo resaltar él?
32. ¿Cuántas veces usa Marcos la expresión “reino de Dios”, y cuáles son algunos de los principios guiadores que él expone para adquirir la vida mediante el Reino?
33. a) ¿Cómo podemos beneficiarnos del Evangelio de Marcos? b) Marcos debe animarnos a seguir ¿qué derrotero, y por qué?