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Thursday, November 25, 2010

La Poesía:

Alejo Urdaneta



REFLEXIONES ACERCA DE LA POESÍA



La literatura como actividad artística es creación con la palabra y, mediante ella, productora de imágenes con las que hace la representación del mundo. Es imaginación –espiritual y sensual - y lenguaje para comunicar algo que sólo de esa manera puede comunicarse. Las herramientas del lenguaje son las palabras, trátese de una carta comercial o de una narración literaria. Lo mismo ocurre con los elementos que componen la música: están en el ambiente como sonidos, y los utiliza toda persona que quiere expresar algo con tales signos sonoros: la advertencia de una sirena de bomberos o una sinfonía de Mozart. Con esos instrumentos: la palabra y la música, el hombre construye el producto que llamamos Arte, que posee una finalidad contingente y por ello no necesaria como es la de la ciencia. Lo dicho, sin mencionar otras creaciones artísticas.

Hay arte intencional y arte intuitivo. Ya conocemos los géneros literarios: Poesía, narrativa, teatro y ensayo, cada uno con características propias. Sin embargo, la poesía, que es hechura de la intuición no deliberada, aun cuando luego el poeta labre y labre la forma, puede estar entodos los demás sin desfigurar en cada uno su carácter propio. La poesía es un acto de origen infuso, y se disipa en el halo de niebla que deja el poema.

El cuento puede tener un fondo poético, pero no prescindir de su función de narrar algo, algún suceso que forma una línea que puede cerrarse o dejar una apertura a nuevas lecturas, y siempre en torno a una situación única. Por el contrario, el poema, en un extremo no muy lejano delcuento, nombra las cosas, la palabra es la cosa en sí misma, recreada libremente en el giro poético.

Un poema crea una relación entre elementos y situaciones aparentemente incompatibles y desemejantes, que por obra de la metáfora establece analogías no nacidas del pensamiento racional. Y todo se logra mediante la imagen como recurso indispensable de la poesía.  

Los temas de toda creación poética son los del hombre como universo: la muerte, el amor, la pasión de vivir desplegada en líneas geométricas que se cruzan y dirigen hacia el infinito. O también la elegía del dolor o la proclama del heroísmo.  La
palabra nombra la idea y no da un sentido unívoco del significado cuando es poema. Está hecha de sustancia inmaterial, semejante al aire; se desvanece apenas la pronunciamos, igual que la cosa que ha mentado el poeta. 

       Lo que el poema canta guarda su tensión interior y no expresa con exactitud lógica las pasiones o emociones unidas por lazos invisibles en el ámbito espiritual del
autor. “El hombre interior es uno” (Coleridge), y en la totalidad de la expresión poética hay un contenido infuso dentro de un espacio preciso, la sugerencia de la intención que la palabra quiere delimitar pero que  hasta al autor escapa. El poema remite siempre a referencias que están fuera del texto, a lo inexpresable que quieren
decir sus palabras. Por el contrario, en la narrativa, sea novela o cuento, todo suceso o peripecia – exterior o no a la conciencia de los personajes – quedan siempre dentro de su ámbito. El terreno en el que se desarrolla la obra narrativa, y que ella debe descubrir, es la vida misma en su carácter concreto, corporal.

 La crítica ha afirmado que el hecho literario es la actitud consciente, y además las consecuencias que resultan de la intencionada utilización estética del lenguaje. La poesía no tiene intencionalidad concreta y parece que nacieran de un estado “otro”, más allá de la voluntad deliberada de hacer estética del lenguaje: está emparentada con la fantasía y el inconsciente. Nace del deseo y el impulso desconocido de la conciencia, como el sueño.

Novalis identifica de modo expreso el poema con el sueño:  la correspondencia entre la iluminación exterior y el fondo psíquico. La noche favorece una ensoñación mística y permite a las cosas agruparse en un orden poético conforme con la libertad del
creador. Es el llamado "Idealismo mágico" de Novalis, basado en la analogía que existe entre el alma individual y el cuerpo humano, por una parte, y la que se da entre el alma y el Universo.

Siempre se ha hablado de la proximidad existente entre la magia y la poesía. Esta semejanza ha venido decayendo y ha disminuido la cosmovisión mágica de la percepción de las cosas, para darle entrada a las articulaciones de la ciencia: dominio de la razón razonante por encima de la intuición poética.

Por eso debo insistir en el carácter analógico de la poesía, y para ello citaré el ejemplo que Julio Cortázar propone para explicarlo. Se trata de una estrofa de un poema de Ezra Pound: “el ciervo es un viento oscuro.” A nadie se le ocurrirá pensar que el poeta estadounidense pensó que ciervo y viento fuesen la misma cosa: No son dos cosas que son simultáneamente una y la misma. Lo que el poeta expresa es una participación o relación de conceptos entre ambas cosas: ciervo y viento oscuro. Porque la participación consiste en borrar la dualidad, infringiendo el principio aristotélico de no contradicción, que es una de las leyes del pensamiento lógico: “NADA PUEDE SER Y NO SER SIMULTÁNEAMENTE.” El poeta Ezra Pound quebranta el principio de no contradicción y es el mismo poeta quien da la intuición de simultaneidad al borrar la dualidad.

Concluiré estas reflexiones diciendo que la poesía no es la palabra ordenada de una forma determinada, y tampoco el ritmo que posea el canto, aunque el poema ha de tener un ritmo interior y no colocado a la fuerza. Es quizás por esa razón que música
y poesía están hermanadas. Musa es inspiración, y es el origen de la palabra ‘música’. Tanto la poesía como la música expresan la armonía de signos contrarios y unificación de términos discordantes.

Veamos esta estrofa del poema “Elevación del ser”, del poeta venezolano Vicente Gerbasi:

Quieren olvidar que Dios resplandece a través del arcoíris;
que la brisa, en las calles tumultuosas,
es un recuerdo de las flautas escondidas en los bosques.
Quieren olvidar que en mí los días se mueven en el canto de las aves.
Que en las noches yo enciendo una alta fuente luminosa
para llenar de colores mi fabulosa ciudad dormida.


Un juego musical de palabras que componen frases unidas por la contradicción que las unifica en el verso.