Testamento(1992-93)

Lejanía "...No te he dicho que el azul no hay que tocar?"
Rubén Darío.

Has vuelto, padre,
a convocarme el llanto
con estos versos de Darío,
ahora que lejos,
apenas puede
ser gentil el pensamiento
a pesar de tu esfuerzo por contar.
La mar sigue linda
Hay esencia en el viento
que funde naranjos y cantos de alondra
Sigues rey
con palacio de vidrio sin brillo,
sin tienda, esmeralda, ni sol,
sin rebaño, sin kiosko, sin manto,
ni princesa( sin mi)
Sigo empeñada en las estrellas todavía,
en cortar con el afán los astros,
como siempre, sin contar contigo
Sigo decorando el prendedor
con verso, pluma, perla...
Cortando lirios y cortando rosas
Sigo así
Sigo niña de cielo y mar,
cortando las estrellas de mi anhelo
Sigo allá, camino arriba,
rebasando lunas,
sin permiso alguno,
envuelta siempre de dulce fulgor.
Y bajo con el pecho ardiente,
sin mentir jamás
Sigue mi terquedad tocando azules
cuando te me hundes en la bruma
sin tus cuatrocientos elefantes
Sigo loca y caprichosa
por las olas, por el viento
Enojándote, sin remedio
Sin castigo
porque robo cosas
que no tienen dueño
Me entristezco
si mi dulce flor de luz
tuviera que devolver
Nadie me la regaló
pero sueño, pienso...
Sigues lejos, rey,
pero mi verso es gentil
y se levanta
Aquí donde tú, elefante viejo,
quisieras tener tu cementerio.

(Poema premiado en Concursos locales en Pinar del Río en el Instituto Superior Pedagógico y en los Talleres Literarios por Armando González Martín y otros. Fue del agrado de Lina de Feria sobre todo los versos finales. Véase la Antología Ojos Abiertos Voces Nuevas de la Literatura cubana del Proyecto de Bibliotecas Independientes de Cuba Concurso El Heraldo , editado en 2003 y 2004 en México, Epístola La Sagrada Familia, página 82-87 y Testimonio Hay locuras que no vale la pena curar, pág. 129-135).