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Tuesday, July 07, 2015

La bondad:

Racimos de uvas maduras en una vid
CAPÍTULO 27

‘¡Oh cuán grande es su bondad!’


1, 2. ¿Quiénes se benefician de la bondad de Dios, y con cuánta contundencia se expresa la Biblia sobre esta cualidad?
ENVUELTOS en la cálida luz del atardecer, unos viejos amigos cenan al fresco mientras disfrutan de la vista entre risas y animada charla. Lejos de allí, un labrador mira sus campos y sonríe satisfecho al ver que se han juntado negros nubarrones y comienza a llover sobre la sedienta plantación. En otro lugar, unos padres contemplan embelesados los vacilantes primeros pasos de su hijo.
2 Sean conscientes de ello o no, todos se benefician de lo mismo: la bondad de Jehová. Algunas personas religiosas repiten con frecuencia la frase “Dios es bueno”; pero la Biblia es más contundente al decir: “¡Oh cuán grande es su bondad[!]” (Zacarías 9:17). Sin embargo, parece que pocos comprenden el verdadero significado de dichas palabras. ¿Qué implica esta cualidad divina, y cómo nos afecta a cada uno de nosotros?

Maravillosa faceta del amor divino

3, 4. ¿Qué es la bondad, y por qué sería mejor describirla en el caso de Jehová como una expresión de su amor?
3 En muchos idiomas modernos, el término bondad es un tanto impreciso. Pero de ningún modo es así en el caso de la cualidad de que habla la Biblia, que se refiere, sobre todo, a la virtud y la excelencia moral. En cierto sentido, podríamos afirmar que impregna la personalidad de Jehová, cuyos atributos —incluidos su poder, justicia y sabiduría— son absolutamente buenos. No obstante, quizá sea mejor describirla como expresión del amor divino. ¿Por qué?
4 La bondad es una cualidad activa, que se traduce en obras. El apóstol Pablo señaló que, en el caso del ser humano, es aún más atrayente que la justicia (Romanos 5:7). Aunque se da por descontado que el justo cumplirá con minuciosidad las leyes, el bueno hará algo más: tomará la iniciativa y buscará formas de ayudar al prójimo. Como veremos, es innegable que Jehová demuestra dicha bondad, que obviamente brota de su infinito amor.
5-7. ¿Por qué no aceptó Jesús que lo llamaran “Buen Maestro”, y qué profunda verdad confirmó de este modo?
5 La bondad de Jehová es también incomparable. Cuando no faltaba mucho para que Jesús muriera, se le acercó cierto hombre y le planteó una pregunta, dirigiéndose a él como “Buen Maestro”. Cristo replicó: “¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino uno solo, Dios” (Marcos 10:17, 18). Esta respuesta pudiera desconcertarnos. ¿Por qué lo corrigió? ¿Acaso no era Jesús un “Buen Maestro”?
6 Es obvio que aquel hombre usó “Buen Maestro” como título adulador. Por ello, Jesús fue modesto y dirigió tal gloria al Padre celestial, que es bueno en sumo grado (Proverbios 11:2). Además, así confirmó una profunda verdad: Jehová es el único criterio moral, pues solo él posee el derecho soberano a determinar qué está bien y qué está mal. Adán y Eva trataron de usurpar esa prerrogativa al rebelarse y comer del árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo. Cristo, en cambio, es humilde y deja que el Padre fije las normas.
7 Por otro lado, Jesús sabía que Jehová es la fuente de todo verdadero bien. Es el Dador de “toda dádiva buena y todo don perfecto” (Santiago 1:17). Observemos cómo se evidencia la bondad de Dios en su generosidad.

Testimonios de la abundante bondad de Jehová

8. ¿Cómo ha mostrado Jehová bondad a toda la humanidad?
8 El conjunto de las personas que han vivido se ha beneficiado de la bondad divina. En efecto, Salmo 145:9 indica que “Jehová es bueno para con todos”. ¿Qué ejemplos hay de esta cualidad que beneficia a la entera humanidad? Dice la Biblia: “No se dejó a sí mismo sin testimonio, por cuanto hizo bien, dándoles lluvias desde el cielo y épocas fructíferas, llenando por completo sus corazones de alimento y de alegría” (Hechos 14:17). ¿No es verdad que a veces una comida sabrosa nos levanta el ánimo? Pues no habría alimentos de no ser por la bondad de Dios al dotar la Tierra de un sistema de reciclaje continuo del agua, que unido a la existencia de “épocas fructíferas” permite el crecimiento de muchas plantas. El Creador no solo ha mostrado tal bondad a quienes lo aman, sino a todos. Como enseñó Jesús, “hace salir su sol sobre inicuos y buenos y hace llover sobre justos e injustos” (Mateo 5:45).
Jehová nos da “lluvias desde el cielo y épocas fructíferas”
9. ¿Cómo ilustra el manzano la bondad de Jehová?
9 Dado que el sol, la lluvia y las épocas fructíferas se suceden sin cesar, muchos dan por sentada la inmensa generosidad de que goza el hombre. Tomemos por caso la manzana. Aunque común en todas las regiones templadas, es un fruto bello, delicioso y repleto de agua refrescante y nutrientes esenciales. Ahora bien, ¿sabía usted que existen unas siete mil quinientas variedades, de colores rojos, amarillos o verdes, y tamaños que van desde el de una cereza muy grande al de una toronja? Si sostenemos en la mano una de sus semillitas, parece insignificante, pero puede convertirse en uno de los árboles más hermosos (El Cantar de los Cantares 2:3). De hecho, el manzano se cubre en primavera de una corona de flores y en otoño se llena de frutos, al grado de producir un promedio anual de veinte cajas de 19 kilos durante quizás setenta y cinco años.
Semilla de manzana y manzanos llenos de fruta
Esta semillita será un árbol que dará alimento y placer por décadas


10, 11. ¿Cómo revelan los sentidos la bondad divina?
10 En su infinita bondad, Dios nos ha dotado con un cuerpo “maravillosamente hecho”, cuyos sentidos fueron concebidos para que percibiéramos Sus obras y nos complaciéramos en ellas (Salmo 139:14). Recordemos las escenas del principio del capítulo. ¿Qué deleita nuestra vista en tales momentos? Las mejillas coloradas de un niño feliz, los aguaceros que caen en los campos y los tonos rojizos, dorados y violáceos del ocaso. En efecto, los ojos perciben más de trescientos mil colores. Y el oído capta los matices de las voces amadas, el susurro del viento entre los árboles y la risa eufórica de un pequeñín. ¿Por qué podemos disfrutar de tales imágenes y sonidos? La Biblia da la respuesta: “El oído que oye y el ojo que ve... Jehová mismo ha hecho aun a ambos” (Proverbios 20:12). Pero estos son tan solo dos de los sentidos.
11 El olfato es otra muestra de la bondad divina. Con la nariz distinguimos unos diez mil olores. Pensemos en algunos, como los que desprenden nuestra comida favorita cocinándose, las flores, las hojas muertas o el tenue humo de un fuego acogedor. El tacto, por su parte, hace posible que sintamos la caricia de la brisa en el rostro, el alentador abrazo de un ser amado o la placentera suavidad de la fruta que sostenemos en la mano. Cuando mordemos un pedazo, entra en juego el gusto. Al detectar las papilas los delicados matices de la composición química del fruto, nos sorprende una sinfonía de sabor. Efectivamente, tenemos sobradas razones para decirle a Jehová: “¡Cuán abundante es tu bondad, que has guardado cual tesoro para los que te temen!” (Salmo 31:19). Pero, ¿cómo la ha “guardado cual tesoro” para quienes le temen?

Bondad que reporta beneficios eternos

12. ¿Qué dádivas de Jehová son las más importantes, y por qué?
12 Jesús dijo: “Está escrito: ‘No de pan solamente debe vivir el hombre, sino de toda expresión que sale de la boca de Jehová’” (Mateo 4:4). Así es: las dádivas espirituales del Creador nos benefician aún más que las materiales, pues nos conducen a vida eterna. Como ya vimos en el capítulo 8 de este libro, durante los últimos días en que vivimos Dios ha utilizado su poder restaurador para establecer un paraíso espiritual, una de cuyas características más importantes es la abundancia de alimento espiritual.
13, 14. a) ¿Qué visión recibió el profeta Ezequiel, y qué significado tiene para nosotros? b) ¿Qué dones vivificantes ha hecho Jehová a sus siervos fieles?
13 En una de las grandes profecías bíblicas de restauración, el profeta Ezequiel recibió la visión de un templo restablecido y glorificado del cual manaba una corriente que iba ganando anchura y profundidad hasta convertirse en un “torrente de doble tamaño”. A lo largo de su curso llevaba consigo bendiciones, y en sus orillas florecían árboles que brindaban alimento y curación. Aquel río llegaba a impartir vida y fertilidad a un lago salado y estéril: el mar Muerto (Ezequiel 47:1-12). ¿Qué significaba esa descripción?
14 La visión indicaba que Jehová restablecería su sistema para la adoración pura, representado por el templo que observó Ezequiel. Como el río simbólico, las disposiciones divinas para la vida fluirían hacia sus siervos cada vez con mayor abundancia. Desde que él restableció la adoración pura, en 1919, ha bendecido a su pueblo con dones vivificantes. ¿Cómo? Las Biblias, publicaciones cristianas, reuniones y asambleas se han usado para llevar verdades vitales a millones de personas. Con tales medios, el Todopoderoso les ha explicado la mayor dádiva que ha hecho para impartir vida: el sacrificio redentor de Cristo, que permite que quienes aman y temen a Jehová de todo corazón tengan una condición limpia ante él y la esperanza de vida eterna.* En sentido espiritual, durante los últimos días el mundo sufre hambre, pero el pueblo de Dios goza de un banquete (Isaías 65:13).
15. ¿En qué sentido recibirá la humanidad fiel la bondad de Jehová durante el Reinado Milenario de Cristo?
15 El río de la visión de Ezequiel no se secará al terminar este viejo sistema de cosas. Por el contrario, su caudal será cada vez mayor durante el Reinado Milenario de Cristo. Jehová se valdrá del Reino mesiánico para aplicar todo el valor del sacrificio de Jesús y elevar gradualmente a la perfección a la humanidad fiel. ¡Cuánto regocijo sentiremos gracias a la bondad de Dios!

Otras facetas de la bondad de Jehová

16. ¿Cómo indica la Biblia que la bondad de Jehová abarca otros atributos, y cuáles son algunos?
16 La bondad del Creador no es solo generosidad. Él le dijo a Moisés: “Haré que toda mi bondad pase delante de tu rostro, y ciertamente declararé el nombre de Jehová delante de ti”. El relato luego añade: “Jehová fue pasando delante del rostro de él y declarando: ‘Jehová, Jehová, un Dios misericordioso y benévolo, tardo para la cólera y abundante en bondad amorosa y verdad[’]” (Éxodo 33:19; 34:6). Por consiguiente, la bondad divina abarca varios atributos magníficos. Examinemos tan solo dos.
17. ¿Qué es la benevolencia, y cómo la ha demostrado Jehová en el trato con simples personas imperfectas?
17 “Benévolo.” Este adjetivo nos dice mucho del trato que dispensa Jehová a sus criaturas. En vez de ser —como tantos poderosos— brusco, frío o tiránico, actúa con dulzura y suavidad. Por ejemplo, dijo a Abrahán: “Alza los ojos, por favor, y mira desde el lugar donde estás, hacia el norte y hacia el sur y hacia el este y hacia el oeste” (Génesis 13:14). Aunque muchas versiones omiten aquí la expresión “por favor”, los biblistas reconocen que el original hebreo emplea una partícula que transforma las órdenes en peticiones corteses. Hay otros casos similares (Génesis 31:12; Ezequiel 8:5). Imaginémoslo: ¡el Soberano universal pide las cosas “por favor” a simples seres humanos! En un mundo donde predominan la rudeza y la agresividad, ¿verdad que nos reconforta pensar en la benevolencia de nuestro Dios, Jehová?
18. ¿En qué sentido es Jehová “abundante [...] en verdad”, y por qué resultan reconfortantes estas palabras?
18 “Abundante en [...] verdad.” En la actualidad, lo habitual es la falta de honradez. Pero la Biblia nos recuerda que “Dios no es hombre para que diga mentiras” (Números 23:19). De hecho, Tito 1:2 señala que “no puede mentir”. Sí, es tan bueno que le resulta imposible hacerlo. Por consiguiente, sus promesas resultan totalmente confiables, y el cumplimiento de sus palabras está garantizado. A Jehová se le llega a llamar “el Dios de la verdad” (Salmo 31:5). No solo se abstiene de contar falsedades, sino que prodiga la verdad. No es reservado ni secretista; por el contrario, ilumina generosamente a sus siervos fieles con su infinito caudal de sabiduría.* Hasta les enseña a vivir en conformidad con las verdades que revela a fin de que “sig[an] andando en la verdad” (3 Juan 3). Pues bien, en líneas generales, ¿qué efecto debe tener en nosotros la bondad divina?

“Se pondrán radiantes por la bondad de Jehová”

19, 20. a) ¿Cómo trató Satanás de minar la confianza de Eva en la bondad de Jehová, y cuáles fueron las consecuencias? b) ¿Qué efecto debería tener en nosotros la bondad de Jehová, y por qué?
19 Cuando Satanás tentó a Eva en el jardín de Edén, empezó minando sutilmente su confianza en la bondad de Jehová, quien le había dicho a Adán: “De todo árbol del jardín puedes comer hasta quedar satisfecho”. Aunque solo estaba prohibido uno de los miles de ejemplares que deben de haber adornado el paraíso, observemos cómo planteó el Diablo su primera pregunta a la mujer: “¿Es realmente el caso que Dios ha dicho que ustedes no deben comer de todo árbol del jardín?” (Génesis 2:9, 16; 3:1). De esta manera manipuló las palabras divinas para hacer creer a Eva que el Altísimo se estaba guardando algo bueno para sí. Por desgracia, la treta surtió efecto. Como a tantos hombres y mujeres que vivieron después, a ella le entraron dudas sobre la bondad del Creador, de quien había recibido cuanto poseía.
20 Bien sabemos cuánto sufrimiento desencadenaron tales dudas. Por consiguiente, tomémonos muy en serio las palabras de Jeremías 31:12: “Ciertamente [...] se pondrán radiantes por la bondad de Jehová”. Sin duda, la bondad divina debería ponernos radiantes de gozo. Nunca tenemos que cuestionar la motivación de nuestro bondadoso Dios, quien merece nuestra total confianza, pues solo desea el bien de quienes lo aman.
21, 22. a) ¿De qué maneras le gustaría corresponder a la bondad de Jehová? b) ¿Qué cualidad analizaremos en el próximo capítulo, y en qué se diferencia de la simple bondad?
21 Además, nos complace tener oportunidades de hablar de la bondad divina. En Salmo 145:7 leemos lo siguiente de los siervos de Jehová: “Rebosarán con la mención de la abundancia de [su] bondad”. Dado que cada día nos beneficia de algún modo esta cualidad del Creador, ¿por qué no adquirimos la costumbre de darle las gracias por ella cotidianamente, siendo tan específicos como nos sea posible? Si reflexionamos sobre su bondad, la agradecemos a diario y hablamos de ella, nos será más fácil imitar a nuestro buen Dios. Si, como él, buscamos formas de obrar el bien, nos acercaremos cada vez más a su persona. El anciano apóstol Juan escribió: “Amado, no seas imitador de lo que es malo, sino de lo que es bueno. El que hace el bien se origina de Dios” (3 Juan 11).
22 La bondad de Dios guarda relación con otros atributos. Por citar uno, él es “abundante en bondad amorosa”, o amor leal (Éxodo 34:6). La simple bondad beneficia a mayor número de personas que la bondad amorosa, ya que Jehová demuestra esta cualidad solo a sus siervos fieles. En el próximo capítulo veremos de qué modo.
No hay mayor demostración de la bondad divina que el rescate. De entre los millones de criaturas espirituales que tenía a su disposición, Jehová eligió a su amado Hijo unigénito para que muriera por nosotros.
Con razón se relacionan en la Biblia la verdad y la luz. Por ejemplo, el salmista cantó: “Envía tu luz y tu verdad” (Salmo 43:3). En efecto, Jehová derrama en abundancia su luz espiritual sobre todos los que desean que él los ilumine, o enseñe (2 Corintios 4:6; 1 Juan 1:5).