II-
En 1980, desde la cárcel, le escribí a ella:
Qué grande es el universo, en cambio, qué escaso de sensibilidad. Por mi parte, no dejo de comprender tampoco que casi siempre he formado parte del grupo de los insensibles, de aquellos que no se detienen a pensar en el resultado de su actitud. He sido de aquellos que tan solo han mirado el presente que viven y basta.Hoy por hoy me considero más razonable y por ello sufro más profundamente y con mayor intensidad el resultado de mis locuras.
Ciertamente, mis deseos de vivir, pese a todo, son inmensos. Actualmente necesito espacio y lugar, necesito vida. Es extraño!. Antes lo veía todo oscuro y diferente, hoy en cambio me pregunto por qué luchan todos los seres humanos?. Esta incógnita me demuestra que la vida tiene sus bellos colores, lo que no todos escogemos el camino de la verdad. No obstante a ello, me molesta cada vez que pienso en los días que aún debo transitar entre lo falso; será esta parte la más dura y la más desesperante, pero aún creo tener fuerzas y no flaquear.
Al recordarte, madre, me siento invadida por una serie de sentimientos a veces contradictorios, porque a pesar del cariño tan inmenso que me inspiras, hay dudas que me inquietan demasiado. Pruebas suficientes me has brindado como muestras de tu afecto maternal, sin embargo me siento insegura, a veces pienso que mis faltas son imperdonables.
No quiero que el sentido de esta carta tome un matiz diferente a como lo pretendí. Tal vez parezca un poco anacrónica, pero crèeme,estoy hablándote con el corazón.
Desde niña me sentí muy sola. Aparentemente estaba rodeada de muchas personas y hasta alegre y feliz. Pero un gran vacío hay en mi vida. Le temía a mi padrastro. Nunca me hizo nada, pero desconfiaba de él, lo rehuía y fue tan rígido como mi madre en asuntos de crianza de hijos.En 1980, desde la cárcel, le escribí a ella:
Qué grande es el universo, en cambio, qué escaso de sensibilidad. Por mi parte, no dejo de comprender tampoco que casi siempre he formado parte del grupo de los insensibles, de aquellos que no se detienen a pensar en el resultado de su actitud. He sido de aquellos que tan solo han mirado el presente que viven y basta.Hoy por hoy me considero más razonable y por ello sufro más profundamente y con mayor intensidad el resultado de mis locuras.
A veces yo misma no me conozco.Jamás he hablado contigo cosas de este tipo, aunque en realidad, te he dicho casi todas mis verdades con frialdad y crudeza. Claro, jamás lo he hecho de la forma adecuada y comprensible. Quizás no me he sentido con la suficiente seguridad en mi misma y este hecho me ha cohibido.
Con mi hermana me he dado más a entender porque he visto en ella a alguien más o menos de mi edad y siempre me supo comprender bastante. Sin embargo, lo profundo de una, lo más íntimo, lo que nos martiriza y destruye, es inexplicable, tal vez no existan palabras para expresarlo, o tal vez manifestarlo lleve a que se nos considere una persona defraudada y llena de pesimismo, en fin anormal.Ciertamente, mis deseos de vivir, pese a todo, son inmensos. Actualmente necesito espacio y lugar, necesito vida. Es extraño!. Antes lo veía todo oscuro y diferente, hoy en cambio me pregunto por qué luchan todos los seres humanos?. Esta incógnita me demuestra que la vida tiene sus bellos colores, lo que no todos escogemos el camino de la verdad. No obstante a ello, me molesta cada vez que pienso en los días que aún debo transitar entre lo falso; será esta parte la más dura y la más desesperante, pero aún creo tener fuerzas y no flaquear.
Al recordarte, madre, me siento invadida por una serie de sentimientos a veces contradictorios, porque a pesar del cariño tan inmenso que me inspiras, hay dudas que me inquietan demasiado. Pruebas suficientes me has brindado como muestras de tu afecto maternal, sin embargo me siento insegura, a veces pienso que mis faltas son imperdonables.
No quiero que el sentido de esta carta tome un matiz diferente a como lo pretendí. Tal vez parezca un poco anacrónica, pero crèeme,estoy hablándote con el corazón.
La felicitaba entonces por su día, le mostraba mis deseos de poder estar junto a ella y mi pequeño Machy, el cual quedó a su cargo cuando volví a ser detenida. Reunirnos era imposible y trataba de remediarme con mis recuerdos, con el seguro propósito de que en los años futuros, nunca más por razones de esta índole nos volveríamos a separar.Cuando mi hijo cumplió el primer añito de vida estaba cumpliendo una causa pendiente. Mi madre y yo estábamos muy tristes, teníamos que ser Fuertes y confiar en que la vida tendría otros desenvolvimientos. Le pedía que me cuidara mucho el niño. En él me iba todo mi ser. Agradecía todo lo que hizo por su nieto y por mi y lamentaba los grandes dolores de cabeza y corazón que le había dado.
En mi subconsciente parece que le reclamaba más amor aún a mi madre. Desconfiaba de todos sin darme cuenta, de su entrega, ya que parecía amar más a mi padrastro que a sus hijos. Dudaba de la pureza y bondad de mi padre. Hasta sospechaba que de niña me acarició íntimamente, cuando dormíamos juntos en la misma cama en tiempos de conflictos maritales entre ellos. Ella lo expulsaba de su cama y venía a la mía, no había otra sola para él.Todo estaba escaso. No estaba segura de nada, no lo estoy todavía. Pude haberlo soñado o imaginado. No quiero ser injusta!.
Solo una vez hablé esto con mi hermana, y ella me contó también de sus temores y sospechas sobre nuestro padrastro. En su adolescencia notó que la miraba extraño, con codicia. Dormían en cuartos y camas separados, pero los cuartos eran contiguos y sin puertas. Una noche ella gritó mientras dormíamos porque le pareció o soñó que la besaba. Todos se despertaron y nunca dijo nada. Para ella quedó oscura siempre la irrealidad de aquel incidente.
Otra vez nuestro padre invitó a mi hermana a ir al campo a ver a nuestro abuelo y ella se negó. Sospechó de él que bebía desenfrenadamente, como yo.Se enfureció mucho, pero no pudo obligarla, y no fue, Tal vez ya éramos paranoicas, pero habían signos anormales también en la conducta de los adultos con los que nos relacionábamos y por eso siempre andábamos evadiéndonos de ellos. Realmente les temíamos mucho, aunque probablemente de modo desproporcionado con el peligro real. . Nunca comentamos nuestros temores y sus causas con nadie.
También nos resultó raro que no tuve ni dolor ni sangramiento en mi supuesta o real primera relación sexual a los quince años. Fue distinto de lo que me contaron que sucedía generalmente. Tuve juegos sexuales con mis novios anteriores, pero sin penetración. Estoy segura de que la primera vez que lo hice fue con Tavo, pero él no me lo creyó. Nunca se lo dije a mi madre, a un psicólogo, a nadie que no fueran él y mi hermana. Las dos nos aterramos con que se armara un rollo grandísimo.Y total, tal vez por gusto. Y si dañábamos a personas inocentes?. Y si nosotras éramos locas o demasiado fantasiosas?. Por eso nunca pusimos un padrastro a nuestras hijas hembras viviendo en la misma casa!.
Una vez mi hermana fue besada de noche de verdad mientras dormía y acusó a un muchacho y después no pudo demostrar que lo había hecho. En realidad no pudo verle el rostro porque era oscuro. Los expertos acabaron diciendo que tenía una predisposición negativa contra el victimario acusado por ella y al final dijeron que este era inocente.
Se trataba de un alumno de mi hermana, un sangaletón, y ella pobrecita, tenía solo diecisiete años y trabajaba en una Escuela en el Campo.El Director tenía diecinueve añitos. Al final los psicólogos y policías tuvieron que ser ellos mismos y descubrieron que había sido Elio , un ex-hippie, quien besó a mi hermana. Revisaron los expedientes y descubrieron que el vicioso había mirado huecos antes a todas las rusas del Reparto Alamar, eso fue antes de llevarse la Escuela fija para Cangrejeras y Ceiba del Agua.
Así se ganó el odio, la ira y el desprecio de su alumno, que le dijo palabras obscenas que asustaron sus oídos.
Los demás muchachos le contaron después quién era el que de verdad se babeaba y todo por ella durante sus clases.
El Director que era muy maduro lo empezó a vigilar y lo sorprendieron al poco tiempo cerca del techo de las letrinas casi que mirando a una mujer que había movilizado para el mismo campamento-escuela el Ministerio de la Construcción porque "las naranjas se iban a perder" si no se hacía una ofensiva.
Las otras mujeres dormían con las profesoras y usaban los mismos baños y letrinas. Los varones estaban al lado, en otro albergue paralelo. Todos muy cerca de las mujeres.
Habían mandado castigados a los alumnos, por diversos motivos desde graves hasta tan simples como robarse por hambre parte de una lata de leche condensada en la beca. Después fue que se empezó a generalizar eso de quitar las Escuelas Urbanas en todas partes.
En fin, una constructora movilizada allí con mi hermana, fue quien identificó a Elio como el mirahuecos que se le asomó por encima de su letrina. Todo después de que el astuto Director mandó a todos los estudiantes a ponerse en fila india tapándose las caras con las manos y dejando afuera solo las cejas y la frente.Enseguida la mujer fue derechito a Elio, y para colmo estaba con los pantalones mojados por el rocío de la mañana tropical y los rabos de gato vegetales los tenía adheridos a la tela como prueba irrefutable de su culpabilidad.
Del tiro los burócratas de Educación desintegraron la Escuela Experimental improvisada y hasta permitieron que los jóvenes pedagogos eligieran a dónde querían irse a trabajar, y por supuesto que se fueron a Miramar, al centro de la urbe capitalina.
Otra amiguita profesora recordaba el incidente de Elio diciéndole a Normita:
"Elio, que bembas más ricas tienes". Y mi hermana se molestaba muchísimo.
A esa amiguita Normita la correteó una noche con un machete por todo el campamento-escuela porque se asustó cuando la tocó porque pensó que era Elio otra vez. Desde entonces mi herma ya no fue la misma. Y su amiguita lo que tenía era un ataque de asma y quería que mi hermana la ayudara a buscar unas medicinas.
Se trataba de un alumno de mi hermana, un sangaletón, y ella pobrecita, tenía solo diecisiete años y trabajaba en una Escuela en el Campo.El Director tenía diecinueve añitos. Al final los psicólogos y policías tuvieron que ser ellos mismos y descubrieron que había sido Elio , un ex-hippie, quien besó a mi hermana. Revisaron los expedientes y descubrieron que el vicioso había mirado huecos antes a todas las rusas del Reparto Alamar, eso fue antes de llevarse la Escuela fija para Cangrejeras y Ceiba del Agua.
Casi ningún profesor experimentado quiso irse a "esa tarea de choque" con la que le fregaron el cerebro a ilusos como mi hermanita que se creyeron los héroes que construirían "al Hombre Nuevo".
Parece que que fue injusta ella al acusar al que creyó ver en las penumbras del albergue campestre de madera y fibras blancas de techo en el que durmió valiente y sola aquella noche y que al parecer se le quedó alguna ventana con el pestillo sin pasar.Así se ganó el odio, la ira y el desprecio de su alumno, que le dijo palabras obscenas que asustaron sus oídos.
Los demás muchachos le contaron después quién era el que de verdad se babeaba y todo por ella durante sus clases.
El Director que era muy maduro lo empezó a vigilar y lo sorprendieron al poco tiempo cerca del techo de las letrinas casi que mirando a una mujer que había movilizado para el mismo campamento-escuela el Ministerio de la Construcción porque "las naranjas se iban a perder" si no se hacía una ofensiva.
Las otras mujeres dormían con las profesoras y usaban los mismos baños y letrinas. Los varones estaban al lado, en otro albergue paralelo. Todos muy cerca de las mujeres.
Habían mandado castigados a los alumnos, por diversos motivos desde graves hasta tan simples como robarse por hambre parte de una lata de leche condensada en la beca. Después fue que se empezó a generalizar eso de quitar las Escuelas Urbanas en todas partes.
En fin, una constructora movilizada allí con mi hermana, fue quien identificó a Elio como el mirahuecos que se le asomó por encima de su letrina. Todo después de que el astuto Director mandó a todos los estudiantes a ponerse en fila india tapándose las caras con las manos y dejando afuera solo las cejas y la frente.Enseguida la mujer fue derechito a Elio, y para colmo estaba con los pantalones mojados por el rocío de la mañana tropical y los rabos de gato vegetales los tenía adheridos a la tela como prueba irrefutable de su culpabilidad.
Del tiro los burócratas de Educación desintegraron la Escuela Experimental improvisada y hasta permitieron que los jóvenes pedagogos eligieran a dónde querían irse a trabajar, y por supuesto que se fueron a Miramar, al centro de la urbe capitalina.
Otra amiguita profesora recordaba el incidente de Elio diciéndole a Normita:
"Elio, que bembas más ricas tienes". Y mi hermana se molestaba muchísimo.
A esa amiguita Normita la correteó una noche con un machete por todo el campamento-escuela porque se asustó cuando la tocó porque pensó que era Elio otra vez. Desde entonces mi herma ya no fue la misma. Y su amiguita lo que tenía era un ataque de asma y quería que mi hermana la ayudara a buscar unas medicinas.
A mi hermana le encantaba el Malecón, el Focsa, la Rampa, Quince Pisos, las rotondas, las arboledas residenciales ..., pero siempre, la pobre, acababa en las tierras pedregosas, los futuros naranjales nuevos y en la épica educacional.
Mi hermana duró mucho tiempo callada, sin acusar a nadie más, sin estar bien segura de las cosas. Por eso guardamos cómplicemente nuestros secretos e inseguridades, hasta que se le volvió un día a soltar la lengua.
Mi hermana quiso rescatarme de la marginalidad y convertirme a su manera virtuosa de ser y actuar, pero yo escogí mi propio camino , como varios, para huir del hambre y las angustias de nuestra tierra.