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Wednesday, July 17, 2013

Libro de Jeremias:

Capítulo 12
“¿No era ese un caso de conocerme?”
JEHOIAQUIM estaba construyendo una casa, una casa grandiosa, con al menos dos plantas, amplias estancias y grandes ventanales para que corriera la brisa y entrara el sol a raudales. Sería un palacio en el que el rey y su familia se sentirían cómodos. Quería forrar las paredes de aromático cedro del Líbano y darles con bermellón —una tintura importada— el suntuoso tono rojizo tan apreciado por las clases altas de otras civilizaciones (Jer. 22:13, 14).
2 El costo de las obras era alto. Y por si fuera poco, en aquella época la defensa del país y las exigencias tributarias de Egipto habían dejado vacías las arcas del tesoro (2 Rey. 23:33-35). No obstante, el monarca encontró un modo de sufragar la construcción de su nuevo hogar: retener los salarios de los obreros. Jehoiaquim los esclavizó y tomó sus sudores como un generoso aporte al sostén de la monarquía.
3 Mediante Jeremías, Dios condenó a Jehoiaquim por su egoísmo.* Le recordó que su padre, Josías, había sido sumamente bueno y dadivoso con los trabajadores y los pobres, incluso los había defendido en los tribunales. Dirigiendo la atención de Jehoiaquim hacia la consideración que Josías tuvo por los menos favorecidos, Jehová preguntó: “¿No era ese un caso de conocerme?” (léase Jeremías 22:15, 16).
4 A medida que la situación se deteriora en el mundo del Diablo, necesitamos la ayuda y protección que Jehová da a quienes lo conocen íntimamente. Por tanto, debemos acercarnos cada vez más a Él. Además, es preciso imitar sus magníficas cualidades a fin de tener éxito al predicar las buenas nuevas. De ahí que surja la pregunta: “¿Cómo pueden los cristianos conocer a Jehová tan bien como el rey Josías?”.
QUÉ SIGNIFICA CONOCER A DIOS
5 Reflexionemos en cómo un buen padre influye en sus hijos. Al verlo compartir lo que tiene con otros menos favorecidos, es probable que ellos se sientan impulsados a ser generosos. Observar que trata con amor y respeto a su esposa los motivará a ser considerados con el sexo opuesto. Y saber que es justo y honrado en cuestiones de dinero, los llevará a ser también justos y honrados. En efecto, conocer las cualidades del padre y ver cómo actúa hará que los hijos crezcan con el deseo de imitarlo.
6 De igual modo, el cristiano que conoce a Jehová al mismo grado que Josías no solo reconoce que es el Soberano Universal; mediante la lectura de la Biblia percibe cómo trata su Padre celestial a sus siervos y siente el deseo de imitarlo. Su amor por él crece a medida que en su vida diaria tiene en cuenta lo que le agrada y lo que le desagrada. Por el contrario, la persona que no hace caso de las leyes y recordatorios del Dios verdadero y rechaza su influencia, no llega a conocerlo. Es semejante a Jehoiaquim, quien arrojó al fuego la palabra escrita de Jehová transmitida por Jeremías (léase Jeremías 36:21-24).
7 El éxito de nuestro servicio sagrado y nuestras esperanzas de vivir en el nuevo mundo dependen de que conozcamos de verdad a Jehová (Jer. 9:24). Examinemos algunas cualidades de la personalidad de Dios reveladas en los escritos de Jeremías y, al hacerlo, busquemos maneras de conocerlo e imitarlo personalmente como hizo Josías.
¿Por qué decimos que el rey Josías conocía a Jehová íntimamente? ¿Qué implica conocer a Jehová al mismo grado que Josías?
“HASTA TIEMPO INDEFINIDO ES SU BONDAD AMOROSA”
8 La faceta de la personalidad divina que conocemos como bondad amorosa, o amor leal, es difícil de definir en muchos idiomas. Según un diccionario bíblico, el término hebreo engloba tres significados que siempre interactúan: fuerza, constancia y amor. La misma obra señala: “Cualquier traducción del término que no expresa las tres acepciones inevitablemente perderá algo de su riqueza”. Así, la persona que manifiesta bondad amorosa es más que buena; pone todo su empeño en ayudar a los demás a que satisfagan sus necesidades, sobre todo las espirituales. La razón principal por la que obra de manera tan desinteresada es su deseo de agradar al Todopoderoso.
[Ilustraciones de la página 143]
Josías y Jehoiaquim respondieron de forma diferente a las palabras de Dios
9 La mejor manera de captar la esencia de la expresión bíblica “bondad amorosa” es estudiando cómo trató Dios a sus siervos a lo largo de la historia. Jehová protegió y alimentó a los israelitas mientras vagaron cuarenta años por el desierto. En la Tierra Prometida les proporcionó jueces para rescatarlos de sus enemigos y hacerlos regresar a la adoración pura. Dado que Jehová estuvo a su lado durante siglos, tanto en los buenos como en los malos tiempos, pudo decirle a la nación: “Con un amor hasta tiempo indefinido te he amado. Por eso te he atraído con bondad amorosa” (Jer. 31:3).*
[Ilustración de la página 144]
10 Hoy, Jehová sigue mostrando bondad amorosa de maneras que benefician directamente a sus siervos. Pensemos en la oración. Él oye todas las oraciones sinceras, pero presta especial atención a las de sus siervos dedicados. Aunque le hablemos de los mismos problemas por años, no pierde la paciencia con nosotros ni se cansa de oír nuestros ruegos. En cierta ocasión, Jehová le mandó a Jeremías que entregara un mensaje a un grupo de judíos cautivos en Babilonia. Estaban a 800 kilómetros (500 millas) del templo, alejados de sus familiares y amigos en Judá. Sin embargo, el hecho de estar tan lejos del templo no impidió que Jehová oyera sus ruegos y sus expresiones de alabanza. Teniendo presente lo que sentimos cuando obtenemos respuesta a nuestras oraciones sinceras, imaginémonos el consuelo que sintieron aquellos judíos al oír las palabras divinas recogidas en Jeremías 29:10-12 (léase).
11 Observamos otra muestra de la bondad amorosa de Jehová en su actitud positiva. Al aproximarse la caída de Jerusalén y no cesar la rebelión de sus habitantes —lo que en realidad equivalía a rebelarse contra Dios—, ¿qué les aguardaba a estos en el futuro? ¿Tal vez morir de inanición o a manos de los caldeos? En el mejor de los casos, un largo exilio y la muerte en tierras extrañas. Jehová, en cambio, tenía una “buena palabra” para los que se arrepintieran y cambiaran. Prometió ‘dirigirles su atención’ y ‘restaurarlos a su lugar’, es decir, llevarlos de vuelta a su patria desde la lejana Babilonia (Jer. 27:22). Por ello, se les oiría exclamar: “¡Elogien a Jehová de los ejércitos, porque Jehová es bueno; porque hasta tiempo indefinido es su bondad amorosa!” (Jer. 33:10, 11).
12 Por su bondad amorosa, Jehová es una fuente de ánimo para cuantos se hallan en una situación desesperada desde la óptica humana. Hay quienes en su día formaron parte de la congregación cristiana, pero recibieron justa y merecida disciplina. A estos quizás los embarguen sentimientos de culpa y duden en volver al pueblo de Dios. Es posible que se pregunten si alguna vez podrán alcanzar el perdón y el favor de Jehová. Pero el Todopoderoso tiene una “buena palabra” para ellos: pueden obtener ayuda amorosa para realizar cualquier cambio necesario en su manera de pensar y actuar. Lo que leímos en el párrafo anterior puede aplicárseles por extensión a ellos, a saber, que Jehová ‘los restaurará a su lugar’ dentro de Su pueblo feliz (Jer. 31:18-20).
13 Jehová, el Dios de bondad amorosa, también apoya lealmente a sus siervos fieles. En estos últimos días del mundo de Satanás tenemos razones para confiar en que sostendrá y protegerá a todos los que buscan primero el Reino. No olvidemos que durante los últimos días de Jerusalén, Jeremías dependió de Jehová para protección y alimento, y él nunca le falló (Jer. 15:15; léase Lamentaciones 3:55-57). Al hallarnos bajo cualquier tipo de presión, nunca dudemos de que Jehová recuerda nuestros actos de lealtad. Su bondad amorosa lo impulsa a apoyarnos para que ‘no nos acabemos’ (Lam. 3:22).
¿Qué aspecto de la bondad amorosa de Jehová le resulta más atrayente? ¿Por qué?
“COMO QUE JEHOVÁ VIVE [...] EN JUSTICIA”
14 Hay personas que han pasado años en la cárcel por crímenes que no cometieron. Incluso ha habido casos en que un tribunal ha condenado a muerte a un reo y después de la ejecución han aparecido pruebas de su inocencia. En varios países es tanta la pobreza que hay padres que venden a algunos de sus hijos como esclavos para alimentar al resto de la familia. ¿Cómo se siente usted cuando oye de tamañas injusticias? ¿Cómo se sentirá Jehová? La Biblia señala que él desea eliminar todas las causas de sufrimiento, y él es el único que tiene el poder de hacerlo. Por eso, los pobres y los inocentes que sufren pueden cobrar ánimo: Jehová, el Dios de justicia, está tomando las medidas necesarias para librarlos de sus angustias (Jer. 23:5, 6).
[Ilustración de la página 146]
15 En el día de Jeremías, algunos eran conscientes de la elevada justicia de Dios. Por ejemplo, el profeta planteó la posibilidad de que Israel se arrepintiera de sus pecados y manifestara su cambio de actitud con una expresión similar a esta: “¡Tan ciertamente como que Jehová vive en verdad, en justicia y en rectitud!” (Jer. 4:1, 2). Eso es cierto porque la injusticia no tiene cabida en el propósito de Jehová. Pero existen más testimonios de que él ama la justicia.
16 Innegablemente, Dios cumple su palabra y no miente. Si bien muchos hombres rompen sus promesas, Jehová nunca lo hace. Incluso las leyes de la naturaleza, que él ha implantado y de las que nosotros nos beneficiamos, son inquebrantables (Jer. 31:35, 36). Asimismo, podemos confiar en sus promesas y en sus decisiones judiciales porque siempre son buenas (léase Lamentaciones 3:37, 38).
17 A la hora de juzgar, Jehová nunca se queda satisfecho con la apariencia de un asunto. Va más allá: escudriña el trasfondo para conocer todos los detalles y evalúa los motivos de las personas implicadas. Los médicos emplean instrumentos y técnicas especiales para observar el corazón mientras late o estudiar los riñones mientras filtran la sangre, lo que les permite ver cuál es su estado. Pues bien, Jehová hace mucho más que eso. Examina tanto el corazón como los riñones simbólicos para evaluar los motivos y los sentimientos más profundos de una persona. Así se asegura de qué fue lo que la impulsó a actuar de determinada manera y qué opina de tal proceder. El Todopoderoso puede manejar a la perfección la gran cantidad de detalles que revela tal examen. Superando por mucho al juez humano más agudo, emplea todos estos datos acertada y equilibradamente a fin de emitir un juicio justo (léanse Jeremías 12:1a y 20:12).
18 Tenemos razones de sobra para confiar en Jehová, aunque sintamos de vez en cuando remordimientos de conciencia por errores cometidos. Nunca olvidemos que Jehová no es un fiscal inflexible que trata de encontrar un motivo para castigarnos, sino que es un Juez compasivo que quiere ayudarnos. Si a alguien le inquieta su conducta pasada o tiene pendiente algún asunto con otra persona, que le pida a Jehová que se encargue de “las contiendas”, o sus luchas internas, para que pueda enterrar el asunto.* Con su ayuda, verá la importancia que Dios le otorga a su participación continua en el servicio sagrado (léase Lamentaciones 3:58, 59).
19 Como es normal, el Dios de justicia perfecta espera que quienes buscan su aprobación practiquen la justicia (Jer. 7:5-7; 22:3). Predicar las buenas nuevas sin prejuicio es una importante manera de manifestar la justicia divina. Cuando somos concienzudos haciendo revisitas y dirigiendo estudios bíblicos, reflejamos de manera muy provechosa la elevada justicia de Dios, pues él desea que toda clase de gente lo conozca y obtenga la salvación (Lam. 3:25, 26). ¡Qué gran privilegio tenemos de colaborar con Dios y reflejar su justicia en esta obra salvadora!
¿Cómo nos conforta la justicia de Jehová? ¿Cómo podemos confortar a otros imitando la justicia divina?
“NO ME QUEDARÉ RESENTIDO HASTA TIEMPO INDEFINIDO”
20 Mucha gente considera los libros de Jeremías y Lamentaciones como simples denunciaciones de la maldad de una nación. Pero tal idea pasa por alto las afectuosas ofertas de perdón que Jehová le hace a su pueblo. Por ejemplo, él instó a los judíos: “Vuélvanse, por favor, cada uno de su camino malo, y hagan buenos sus caminos y sus tratos”. En otra ocasión, Jeremías los exhortó: “Hagan buenos sus caminos y sus tratos, y obedezcan la voz de Jehová su Dios, y Jehová sentirá pesar por la calamidad que ha hablado contra ustedes” (Jer. 18:11; 26:13). En la actualidad, Jehová sigue perdonando a todos los que se arrepienten sinceramente y dejan sus malos hábitos.
21 Jehová no solo habla del perdón, sino que actúa en consecuencia. A Jeremías le mandó que instara al pueblo: “Vuélvete, oh renegada Israel [...]. No haré caer mi rostro airadamente sobre ustedes [...]. No me quedaré resentido hasta tiempo indefinido” (Jer. 3:12). Dios no guarda rencor ni animosidad contra ninguno de sus siervos a quienes ha perdonado. Aunque se haya cometido un mal, Jehová quiere restaurar las buenas relaciones. A pesar de los pecados cometidos, si la persona está verdaderamente arrepentida y busca el perdón, Jehová la ‘traerá de vuelta’, es decir, le otorgará su favor y bendición (Jer. 15:19). Estas palabras deberían animar a regresar al Dios verdadero a cualquiera que se haya alejado de él. ¿No es verdad que el perdón de Jehová nos acerca a él? (Léase Lamentaciones 5:21.)
[Ilustración de la página 152]
22 ¿Imitamos a Dios cuando alguien nos ofende con palabras y acciones irreflexivas? Tocante a los antiguos judíos, Jehová dijo que ‘purificaría’ a quienes perdonara (léase Jeremías 33:8). Él es capaz de purificar en el sentido de que olvida el error de los que se arrepienten; hace como reza el dicho: borrón y cuenta nueva. Por supuesto, el que la persona obtenga el perdón de Dios no significa que se la limpie de la imperfección heredada y quede perfecta, sin pecado. Con todo, hay algo que podemos aprender de lo que Dios dijo sobre purificar a los hombres. Nosotros debemos esforzarnos por borrar el error de nuestro ofensor, lo que equivale, por decirlo así, a purificar el concepto que albergamos de él en el corazón. ¿Cómo hacerlo?
23 Imaginemos que alguien nos regala un valioso jarrón antiguo. Si se manchase por alguna razón, ¿lo echaríamos a la basura automáticamente? No. Lo más seguro es que procuráramos limpiarlo con cuidado a fin de quitarle las manchas, porque lo que deseamos es que luzca bonito y brillante. De igual modo, debemos esforzarnos por eliminar cualquier rencor o animosidad que sintamos hacia un hermano que nos haya ofendido. Resistamos la tendencia a dar vueltas y vueltas a las palabras o acciones que nos dolieron. Cuando logramos borrarlas de la mente, purificamos la imagen y los recuerdos del hermano al que hemos perdonado. Una vez eliminados de nuestro corazón los pensamientos negativos, estaremos más dispuestos a volver a disfrutar de la estrecha amistad que nos unía.
24 A medida que conocemos mejor a Jehová, salen a la luz sus cualidades y cómo las utiliza al tratar con su pueblo. Hemos examinado solo algunas, pero hemos visto que los beneficios personales de conocerlo íntimamente son una poderosa motivación para adorarlo como él acepta. Si lo llegamos a conocer al mismo grado que el rey Josías, nuestra vida rebosará de felicidad, que es otro aspecto de la personalidad de Dios.
25 Conocer mejor a Jehová enriquecerá nuestra relación con el prójimo. Si nos esforzamos por imitar a Dios manifestando bondad amorosa, justicia y perdón, nuestras amistades en la congregación se profundizarán y nos llegarán a ser más preciosas. Estaremos incluso mejor capacitados para enseñar en las revisitas y lograr que progresen nuestros estudiantes de la Biblia. De hecho, las personas interesadas se sentirán más cómodas con nosotros porque habremos adoptado el modelo de conducta cristiana. Por tanto, estaremos mejor preparados para ayudarles a servir a Jehová de manera acepta, a seguir “el buen camino” (Jer. 6:16).
¿Qué mensaje nos transmite Lamentaciones 5:21?
[Notas]
Tocante al trágico final del rey, véase el capítulo 4, párrafo 12, de este libro.
La Palabra de Dios para Todos vierte así las palabras de Jehová: “Con amor eterno te he amado y por eso te sigo mostrando mi fiel amor”.
Si un hermano ha participado en conducta que viola claramente la ley de Dios, se debe traer el pecado a la atención de los ancianos para que lo traten y suministren la ayuda espiritual necesaria (Sant. 5:13-15).
[Preguntas del estudio]
1, 2. ¿Por qué no fue prudente que Jehoiaquim emprendiera la construcción de un palacio?
3. ¿Qué contraste hubo entre Jehoiaquim y su padre, y a qué se debió?
4. ¿Por qué es importante que conozcamos a Jehová?
5, 6. a) ¿Cómo influye un buen padre en sus hijos? b) En contraste con el mal ejemplo de Jehoiaquim, ¿a qué nos debe mover el conocimiento de los caminos de Jehová?
7. ¿Por qué debemos conocer a Jehová como Josías?
8. ¿Qué es la bondad amorosa?
9. ¿Qué demostró el trato que Jehová le dio a Israel?
10. Según lo ejemplifica el caso de los judíos en Babilonia, ¿cómo manifiesta Jehová bondad amorosa al escuchar las oraciones?
11, 12. a) ¿Qué tenía pensado Jehová para la gente de Jerusalén? b) ¿Con qué ayuda cuenta la persona que ha recibido la disciplina que necesitaba?
13. ¿Por qué nos debe animar el apoyo que Jehová le dio a Jeremías?
14. ¿Qué injusticias se han visto últimamente?
15, 16. a) ¿Qué realidad acerca de Jehová destaca Jeremías? b) ¿Por qué podemos confiar en las leyes y promesas de Dios?
17. a) ¿Qué hace Jehová a la hora de juzgar? b) ¿Por qué podemos confiar en los ancianos cuando tratan problemas de la congregación? (Véase el recuadro “Juzgan para Jehová”, de la página 148.)
18, 19. ¿Qué efecto tiene en nosotros conocer la justicia de Dios?
20. a) ¿Qué aspecto del modo de tratar Jehová a su pueblo subrayó Jeremías? b) ¿Qué tiene que ver ‘sentir pesar’ con el perdón de Jehová? (Véase el recuadro “¿Cómo ‘siente pesar’ Jehová?”.)
21. ¿Cuál es el objetivo de Jehová al perdonar a alguien?
22, 23. Al imitar a Jehová en el tema del perdón, ¿cuál debe ser nuestra meta?
24, 25. ¿Qué beneficios obtendremos si llegamos a conocer a Jehová al mismo grado que el rey Josías?
[Ilustraciones de la página 143]
Josías y Jehoiaquim respondieron de forma diferente a las palabras de Dios
[Ilustración de la página 144]
[Ilustración de la página 146]
[Recuadro de la página 148]
JUZGAN PARA JEHOVÁ
Mediante su Palabra escrita y la congregación, Jehová ha enseñado a los ancianos a juzgar. Los ha autorizado para que lo representen al manejar los problemas de la congregación. Tales hermanos son imperfectos y no pueden leer el corazón —como hace Jehová—, pero desean tratar a sus hermanos en consonancia con el ejemplo que les da el Dios todopoderoso. Para ello, le piden su guía y procuran imitarlo aplicando los principios bíblicos pertinentes para ‘juzgar con justicia’ (Jer. 11:20). Por tanto, tenemos buenas razones para confiar en los ancianos, “porque ellos están velando por” nosotros “como los que han de rendir cuenta” (Heb. 13:17).
[Recuadro de la página 151]
¿CÓMO ‘SIENTE PESAR’ JEHOVÁ?
La grandeza del perdón de Dios se percibe en la manera como trata a quienes han practicado el pecado pero luego cambian de actitud. Cuando ve que dan un giro a su vida y le obedecen, ‘siente pesar’ (Jer. 18:8; 26:3). ¿En qué sentido?
Dios es perfecto y nunca yerra en sus juicios, de modo que no siente pesar en el sentido de que se arrepiente de haber dado un fallo erróneo, como le puede suceder a un ser humano. Más bien, siente pesar en el sentido de que modifica su manera de obrar, de acuerdo con el cambio de actitud que observa.
No se trata simplemente de que Jehová anule la condena, sino que cambia sus sentimientos hacia los pecadores arrepentidos. Según algunos eruditos, el origen del verbo hebreo que se traduce “sentir pesar” en los versículos anteriores alude al acto de “respirar profundamente”, quizás hasta dando un suspiro. Esto puede dar a entender que cuando Jehová ve auténtico remordimiento en el corazón, respira profundamente, por así decirlo, dando un suspiro de alivio. Ahora puede mostrarle al arrepentido la afectuosa atención de la que disfrutan quienes tienen su aprobación. Es verdad que el pecador quizás tenga que afrontar ciertas consecuencias, pero a Dios le complace su cambio de actitud y amortigua “la calamidad”, o disciplina, que de otro modo merecería (Jer. 26:13). ¿Qué juez humano tiene esa disposición a reconocer el verdadero arrepentimiento? A Jehová le deleita hacerlo (Jer. 9:24).
[Ilustración de la página 152]