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Wednesday, May 15, 2013

Libro de Juan:

1 En [el] principio+ la Palabra*+ era, y la Palabra estaba con Dios,*+ y la Palabra era un dios.*+ 2 Este estaba en [el] principio+ con Dios.+ 3 Todas las cosas vinieron a existir por medio de él,+ y sin él ni siquiera una cosa vino a existir.
Lo que ha venido a existir 4 por medio de él era vida,+ y la vida era la luz+ de los hombres.* 5 Y la luz resplandece en la oscuridad,+ mas la oscuridad no la ha subyugado.
6 Se levantó un hombre que fue enviado como representante de Dios:+ su nombre era Juan.*+ 7 Este [hombre] vino para testimonio,+ a fin de dar testimonio acerca de la luz,+ para que gente de toda clase creyera por medio de él.+ 8 Él no era aquella luz,+ sino que había de dar testimonio+ acerca de aquella luz.
9 La luz verdadera+ que da luz+ a toda clase de hombre+ estaba para venir al mundo.* 10 Estaba en el mundo,+ y el mundo vino a existir por medio de él,+ pero el mundo no lo conoció. 11 Vino a su propia casa, pero los suyos no lo recibieron.+ 12 No obstante, a cuantos sí lo recibieron,+ a ellos les dio autoridad de llegar a ser hijos de Dios,+ porque ejercían fe en su nombre;+ 13 y ellos nacieron, no de sangre,* ni de voluntad carnal, ni de voluntad de varón, sino de Dios.+
14 De modo que la Palabra vino a ser carne+ y residió* entre nosotros, y tuvimos una vista de su gloria, gloria como la que pertenece a un hijo unigénito+ de parte de un padre; y estaba lleno de bondad inmerecida y verdad.+ 15 (Juan dio testimonio acerca de él, sí, realmente clamó —este fue el que [lo] dijo— diciendo: “El que viene detrás de mí se me ha adelantado, porque existió antes que yo”.)+ 16 Porque todos nosotros recibimos de su plenitud,+ sí, bondad inmerecida sobre bondad inmerecida.+ 17 Porque la Ley fue dada por medio de Moisés,+ la bondad inmerecida+ y la verdad+ vinieron a ser por medio de Jesucristo. 18 A Dios ningún hombre lo ha visto jamás;+ el dios unigénito*+ que está en [la posición del] seno+ para con el Padre es el que lo ha explicado.+
19 Ahora bien, este es el testimonio* de Juan cuando los judíos le enviaron sacerdotes y levitas desde Jerusalén para preguntarle: “Tú, ¿quién eres?”.+ 20 Y él confesó y no negó, sino confesó: “Yo no soy el Cristo”.+ 21 Y le preguntaron: “¿Qué, entonces? ¿Eres Elías?”.*+ Y dijo: “No lo soy”. “¿Eres El Profeta?”+ Y contestó: “¡No!”. 22 Por lo tanto le dijeron: “¿Quién eres?, para que demos respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices acerca de ti mismo?”.+ 23 Dijo: “Yo soy la voz de alguien que clama en el desierto: ‘Hagan recto el camino de Jehová’,* así como dijo el profeta Isaías”.+ 24 Ahora bien, aquellos enviados venían de los fariseos. 25 De modo que le interrogaron y le dijeron: “¿Por qué bautizas,+ pues, si tú mismo no eres el Cristo, ni Elías, ni El Profeta?”. 26 Juan les contestó, diciendo: “Yo bautizo* en agua. En medio+ de ustedes está de pie uno a quien ustedes no conocen,+ 27 el que viene detrás de mí, pero a quien no soy digno de desatar la correa de su sandalia”.+ 28 Estas cosas sucedieron en Betania,* al otro lado del Jordán, donde Juan estaba bautizando.+
29 Al día siguiente contempló a Jesús que venía hacia él, y dijo: “¡Mira, el Cordero+ de Dios que quita el pecado+ del mundo!*+ 30 Este es aquel de quien dije: Detrás de mí viene un varón que se me ha adelantado, porque existió antes que yo.+ 31 Ni siquiera yo lo conocía, pero la razón por la cual yo vine bautizando en agua fue para que él fuera puesto de manifiesto a Israel”.+ 32 Juan también dio testimonio, y dijo: “Vi el espíritu bajar como paloma del cielo, y permaneció sobre él.+ 33 Ni siquiera yo lo conocía, pero El Mismo que me envió+ a bautizar en agua me dijo: ‘Sobre quienquiera que veas el espíritu descender y permanecer, este es el que bautiza en espíritu santo’.+ 34 Y yo [lo] he visto, y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios”.+
35 De nuevo, al día siguiente, Juan estaba de pie con dos de sus discípulos, 36 y al mirar a Jesús que iba andando, dijo: “¡Miren, el Cordero+ de Dios!”. 37 Y los dos discípulos le oyeron hablar, y siguieron a Jesús. 38 Entonces Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les dijo: “¿Qué buscan?”. Ellos le dijeron: “Rabí (que, traducido, significa Maestro), ¿dónde estás alojado?”. 39 Les dijo: “Vengan, y verán”.+ Por lo tanto, fueron y vieron dónde estaba alojado, y se quedaron con él aquel día; era como la hora décima.* 40 Andrés+ el hermano de Simón Pedro era uno de los dos que oyeron lo que Juan dijo y siguieron a [Jesús].* 41 Primero* halló este a su propio hermano, Simón, y le dijo: “Hemos hallado al Mesías”*+ (que, traducido, significa Cristo).+ 42 Lo condujo a Jesús. Cuando Jesús lo miró,+ dijo: “Tú eres Simón,+ hijo de Juan;*+ tú serás llamado Cefas”* (que se traduce Pedro).*+
43 Al día siguiente, deseó partir para Galilea. De modo que Jesús halló a Felipe+ y le dijo: “Sé mi seguidor”.+ 44 Ahora bien, Felipe era de Betsaida,+ de la ciudad de Andrés y Pedro. 45 Felipe halló a Natanael+ y le dijo: “Hemos hallado a aquel de quien Moisés, en la Ley,+ y los Profetas+ escribieron, a Jesús, hijo de José,+ de Nazaret”. 46 Pero Natanael le dijo: “¿De Nazaret puede salir algo bueno?”.+ Felipe le dijo: “Ven y ve”. 47 Jesús vio a Natanael venir hacia él y dijo de él: “Mira, un israelita de seguro, en quien no hay engaño”.+ 48 Le dijo Natanael: “¿Cómo es que me conoces?”. En respuesta, Jesús le dijo: “Antes que Felipe te llamara, mientras estabas debajo de la higuera, te vi”. 49 Natanael le contestó: “Rabí, tú eres el Hijo de Dios,+ tú eres el Rey+ de Israel”. 50 En respuesta, Jesús le dijo: “¿Porque te dije que te vi debajo de la higuera crees? Cosas mayores que estas verás”. 51 Le dijo además: “Muy verdaderamente* les digo: Verán el cielo abierto y a los ángeles*+ de Dios ascendiendo y descendiendo al* Hijo del hombre”.+
2 Ahora bien, al tercer día se efectuó un banquete de bodas en Caná+ de Galilea, y estaba allí la madre+ de Jesús. 2 Jesús y sus discípulos también fueron invitados al banquete de bodas.
3 Cuando faltó el vino, la madre+ de Jesús le dijo: “No tienen vino”. 4 Pero Jesús le dijo: “¿Qué tengo que ver contigo,* mujer?+ Todavía no ha llegado mi hora”.+ 5 Su madre dijo a los que ministraban: “Todo cuanto les diga, háganlo”.+ 6 Sucedió que había puestas allí seis tinajas de piedra para agua según lo exigido por los reglamentos de purificación+ de los judíos, cada una de las cuales podía contener dos o tres medidas de líquido.* 7 Jesús les dijo: “Llenen de agua las tinajas de agua”. Y las llenaron hasta el borde. 8 Y les dijo: “Saquen un poco ahora y llévenlo al director del banquete”. De modo que ellos lo llevaron. 9 Pues bien, cuando el director del banquete probó el agua que había sido convertida en vino,+ pero no sabía de dónde venía, aunque lo sabían los que ministraban que habían sacado el agua, el director del banquete llamó al novio 10 y le dijo: “Todo otro hombre pone primero el vino excelente,+ y cuando la gente está embriagada, el inferior. Tú has reservado el vino excelente hasta ahora”. 11 Jesús ejecutó esto en Caná de Galilea como principio de sus señales, y puso de manifiesto su gloria;+ y sus discípulos pusieron su fe en él.
12 Después de esto, él y su madre y hermanos+ y sus discípulos bajaron a Capernaum,+ pero no se quedaron allí muchos días.
13 Pues bien, se acercaba la pascua+ de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén.+ 14 Y halló en el templo a los que vendían ganado vacuno y ovejas y palomas,+ y a los corredores de cambios en sus asientos. 15 Por consiguiente, después de hacer un látigo de cuerdas, expulsó del templo a todos aquellos junto con las ovejas y el ganado vacuno, y desparramó las monedas de los cambistas y volcó sus mesas.+ 16 Y dijo a los que vendían las palomas: “¡Quiten estas cosas de aquí! ¡Dejen de hacer de la casa+ de mi Padre una casa de mercancías!”.+ 17 Sus discípulos recordaron que está escrito: “El celo por tu casa me consumirá”.+
18 Por lo tanto, en respuesta, los judíos le dijeron: “¿Qué señal+ tienes para mostrarnos, ya que haces estas cosas?”. 19 En respuesta, Jesús les dijo: “Derriben este templo,*+ y en tres días lo levantaré”. 20 Por eso dijeron los judíos: “Este templo fue edificado en cuarenta y seis años, ¿y tú en tres días lo levantarás?”. 21 Pero él hablaba acerca del templo+ de su cuerpo. 22 Sin embargo, cuando fue levantado de entre los muertos, sus discípulos recordaron+ que él solía decir esto; y creyeron la Escritura y el dicho que Jesús dijo.
23 Sin embargo, cuando estuvo en Jerusalén en la pascua, en la fiesta+ de esta, muchos pusieron su fe en el nombre de él+ al ver las señales que él ejecutaba.+ 24 Pero Jesús mismo no se confiaba+ a ellos, porque los conocía a todos 25 y porque no tenía necesidad de que nadie diera testimonio acerca del hombre, porque él mismo conocía lo que había en el hombre.+
3 Ahora bien, había un hombre de los fariseos, Nicodemo+ era su nombre, un gobernante de los judíos. 2 Este vino a él de noche+ y le dijo: “Rabí,+ sabemos que tú como maestro+ has venido de Dios;+ porque nadie puede ejecutar estas señales+ que tú ejecutas a menos que Dios esté con él”.+ 3 En respuesta, Jesús le dijo:+ “Muy verdaderamente te digo: A menos que uno nazca de nuevo,*+ no puede ver el reino de Dios”.+ 4 Nicodemo le dijo: “¿Cómo puede nacer el hombre cuando es viejo? No puede entrar en la matriz de su madre por segunda vez y nacer, ¿verdad?”. 5 Jesús contestó: “Muy verdaderamente te digo: A menos que uno nazca del agua+ y del espíritu,*+ no puede entrar en el reino de Dios. 6 Lo que ha nacido de la carne, carne es, y lo que ha nacido del espíritu, espíritu es.+ 7 No te maravilles a causa de que te dije: Ustedes tienen que nacer otra vez.+ 8 El viento*+ sopla donde quiere, y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va. Así es todo el que ha nacido del espíritu”.+
9 En respuesta, Nicodemo le dijo: “¿Cómo pueden suceder estas cosas?”. 10 En respuesta, Jesús le dijo: “¿Eres tú maestro de Israel, y sin embargo no sabes estas cosas?+ 11 Muy verdaderamente te digo: Lo que sabemos hablamos, y de lo que hemos visto damos testimonio,+ pero ustedes no reciben el testimonio que damos.+ 12 Si les he dicho cosas terrenales y sin embargo no creen, ¿cómo creerán si les digo cosas celestiales?*+ 13 Además, ningún hombre ha ascendido al cielo+ sino el que descendió del cielo,+ el Hijo del hombre.+ 14 Y así como Moisés alzó la serpiente+ en el desierto, así tiene que ser alzado el Hijo del hombre,+ 15 para que todo el que cree en él tenga vida eterna.+
16 ”Porque tanto amó+ Dios al mundo* que dio a su Hijo unigénito,+ para que todo el que ejerce fe+ en él no sea destruido,+ sino que tenga vida eterna.+ 17 Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para que juzgara+ al mundo, sino para que el mundo se salve+ por medio de él. 18 El que ejerce fe en él no ha de ser juzgado.+ El que no ejerce fe ya ha sido juzgado, porque no ha ejercido fe en el nombre del Hijo unigénito de Dios.+ 19 Ahora bien, esta es la base para el juicio, que la luz+ ha venido al mundo,+ pero los hombres han amado la oscuridad más bien que la luz,+ porque sus obras eran inicuas. 20 Porque el que practica cosas viles+ odia la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean censuradas.+ 21 Pero el que hace lo que es verdad viene a la luz,+ para que sus obras sean puestas de manifiesto como obradas en armonía con Dios”.
22 Después de estas cosas, Jesús y sus discípulos entraron en el país de Judea, y allí pasó algún tiempo con ellos, y bautizaba.+ 23 Pero Juan+ también estaba bautizando en Enón cerca de Salim, porque allí había una gran cantidad de agua,+ y la gente seguía viniendo y bautizándose;+ 24 porque Juan todavía no había sido echado en la prisión.+
25 Por consiguiente, se suscitó una disputa de parte de los discípulos de Juan con un judío acerca de la purificación.+ 26 De modo que vinieron a Juan y le dijeron: “Rabí, el hombre que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tú has dado testimonio,+ fíjate, este está bautizando, y todos están yendo a él”.+ 27 En respuesta, Juan dijo: “El hombre no puede recibir una sola cosa a menos que se le haya dado del cielo.+ 28 Ustedes mismos me dan testimonio de que dije: Yo no soy el Cristo,+ sino que he sido enviado delante de aquel.+ 29 El que tiene la novia es el novio.+ Sin embargo, el amigo del novio, cuando está de pie y lo oye, tiene mucho gozo a causa de la voz del novio. Por eso, este gozo mío se ha hecho pleno.+ 30 Aquel tiene que seguir aumentando, pero yo tengo que seguir menguando”.
31 El que viene de arriba está sobre todos los demás.*+ El que es de la tierra, de la tierra es y habla de las cosas de la tierra.+ El que viene del cielo está sobre todos los demás.+ 32 Lo que ha visto y oído, de esto da testimonio,+ pero ningún hombre acepta su testimonio.+ 33 El que ha aceptado su testimonio ha puesto su sello a esto: que Dios es veraz.+ 34 Porque aquel a quien Dios envió habla los dichos de Dios,+ porque él no da el espíritu por medida.*+ 35 El Padre ama+ al Hijo y ha entregado en su mano todas las cosas.+ 36 El que ejerce fe+ en el Hijo tiene vida eterna;+ el que desobedece al Hijo no verá la vida,+ sino que la ira de Dios permanece sobre él.+
4 Ahora bien, cuando el Señor* se dio cuenta de que los fariseos habían oído que Jesús hacía y bautizaba+ más discípulos que Juan 2 —aunque, en realidad, Jesús mismo en ningún caso bautizaba, sino sus discípulos— 3 salió de Judea y partió otra vez para Galilea. 4 Pero era necesario que pasara por Samaria.+ 5 Por consiguiente, vino a una ciudad de Samaria llamada Sicar,* cerca del campo que Jacob había dado a José su hijo.+ 6 De hecho, allí estaba la fuente de Jacob.+ Ahora Jesús, cansado del viaje, estaba sentado junto a la fuente tal como estaba. La hora era a eso de la sexta.*
7 Llegó una mujer de Samaria a sacar agua. Jesús le dijo: “Dame de beber”. 8 (Pues sus discípulos se habían ido a la ciudad a comprar víveres.) 9 Por lo tanto, la mujer, la samaritana, le dijo: “¿Cómo es que tú, a pesar de ser judío, me pides de beber a mí, que soy mujer samaritana?”. (Porque los judíos no se tratan con los samaritanos.)*+ 10 En respuesta, Jesús le dijo: “Si hubieras conocido la dádiva gratuita+ de Dios, y quién+ es el que te dice: ‘Dame de beber’, tú le habrías pedido, y él te habría dado agua viva”.+ 11 Ella le dijo: “Señor, ni siquiera tienes un cubo para sacar agua, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes esta agua viva? 12 Tú no eres mayor+ que nuestro antepasado Jacob, que nos dio el pozo y que bebió de él él mismo junto con sus hijos y su ganado vacuno, ¿verdad?”. 13 En respuesta, Jesús le dijo: “A todo el que bebe de esta agua le dará sed otra vez. 14 A cualquiera que beba del agua que yo le daré de ningún modo le dará sed jamás,+ sino que el agua que yo le daré se hará en él una fuente de agua+ que brotará para impartir vida eterna”.+ 15 La mujer le dijo: “Señor, dame esta agua, para que ni tenga sed ni siga viniendo acá a este lugar a sacar agua”.
16 Él le dijo: “Ve, llama a tu esposo y ven a este lugar”. 17 En respuesta, la mujer dijo: “No tengo esposo”. Jesús le dijo: “Bien dijiste: ‘No tengo esposo’. 18 Porque has tenido cinco esposos, y el que ahora tienes no es tu esposo. Esto lo has dicho verazmente”. 19 Le dijo la mujer: “Señor, percibo que eres profeta.+ 20 Nuestros antepasados adoraron en esta montaña;+ pero ustedes dicen que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar”.+ 21 Jesús le dijo: “Créeme, mujer: La hora viene cuando ni en esta montaña ni en Jerusalén+ adorarán ustedes+ al Padre. 22 Ustedes adoran lo que no conocen;+ nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación se origina de los judíos.+ 23 No obstante, la hora viene, y ahora es, en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre con espíritu+ y con verdad,+ porque, en realidad, el Padre busca a los de esa clase para que lo adoren.+ 24 Dios es un Espíritu,*+ y los que lo adoran tienen que adorarlo con espíritu y con verdad”.+ 25 La mujer le dijo: “Yo sé que el Mesías+ viene, el que se llama Cristo.+ Cuando llegue ese, él nos declarará todas las cosas abiertamente”. 26 Jesús le dijo: “Yo, el que habla contigo, soy ese”.+
27 En esto, pues, llegaron sus discípulos, y se admiraban de que hablara con una mujer. Por supuesto, nadie dijo: “¿Qué buscas?”, o: “¿Por qué hablas con ella?”. 28 La mujer, por lo tanto, dejó su cántaro de agua y se fue a la ciudad y dijo a los hombres: 29 “Vengan acá, vean a un hombre que me ha dicho todas las cosas que hice. ¿Acaso no es este el Cristo?”.+ 30 Ellos salieron de la ciudad y empezaron a venir a él.
31 Entretanto, los discípulos estaban instándole, diciendo: “Rabí,+ come”. 32 Pero él les dijo: “Yo tengo alimento para comer del cual ustedes no saben”. 33 Por lo tanto, los discípulos empezaron a decirse unos a otros: “Nadie le ha traído de comer, ¿verdad?”. 34 Jesús les dijo: “Mi alimento+ es hacer la voluntad+ del que me envió y terminar su obra.+ 35 ¿No dicen ustedes que todavía hay cuatro meses antes que venga la siega? ¡Miren! Les digo: Alcen los ojos y miren los campos, que están blancos para la siega.+ Ya 36 el segador está recibiendo salario y recogiendo fruto para vida eterna,+ a fin de que el sembrador+ y el segador se regocijen juntos.+ 37 En este sentido, realmente, es verdadero el dicho: Uno es el sembrador y otro el segador. 38 Yo los despaché a segar aquello en que ustedes no han hecho labor. Otros han labrado,+ y ustedes han entrado en el provecho de la labor de ellos”.
39 Ahora bien, muchos de los samaritanos de aquella ciudad pusieron fe+ en él a causa de la palabra de la mujer que había dicho en testimonio: “Me dijo todas las cosas que hice”.+ 40 Por eso, cuando los samaritanos vinieron a él, se pusieron a pedirle que se quedara con ellos; y él se quedó allí dos días.+ 41 Por consiguiente, muchos más creyeron a causa de lo que él dijo,+ 42 y empezaron a decir a la mujer: “Ya no creemos a causa de tu habla; porque hemos oído por nosotros mismos+ y sabemos que este hombre es verdaderamente el salvador+ del mundo”.
43 Después de los dos días, partió de allí para Galilea.+ 44 Jesús mismo, sin embargo, dio testimonio de que el profeta no tiene honra en su propia tierra.+ 45 Por lo tanto, cuando llegó a Galilea, lo recibieron los galileos, porque habían visto todas las cosas que había hecho en Jerusalén en la fiesta,+ porque ellos también habían ido a la fiesta.+
46 Así que fue otra vez a Caná+ de Galilea, donde había convertido el agua en vino.+ Ahora bien, había cierto servidor del rey cuyo hijo estaba enfermo en Capernaum.+ 47 Cuando este hombre oyó que Jesús había venido de Judea a Galilea, se fue a donde él y se puso a pedirle que bajara y sanara a su hijo, porque este estaba a punto de morir. 48 Sin embargo, Jesús le dijo: “A menos que ustedes vean señales+ y prodigios,+ de ninguna manera creerán”. 49 El servidor del rey le dijo: “Señor,* baja antes que mi niñito muera”. 50 Jesús le dijo: “Ponte en camino;+ tu hijo vive”.+ El hombre creyó la palabra que Jesús le habló, y se fue. 51 Pero ya mientras iba bajando sus esclavos lo encontraron para decirle que su muchachito vivía.+ 52 De modo que él se puso a inquirir de ellos la hora en que mejoró de salud. Por consiguiente, le dijeron: “Ayer a la hora séptima* lo dejó la fiebre”.+ 53 De manera que el padre supo que era en la misma hora+ en que Jesús le había dicho: “Tu hijo vive”. Y él y toda su casa creyeron.+ 54 De nuevo, esta fue la segunda señal+ que Jesús ejecutó cuando vino de Judea a Galilea.
5 Después de estas cosas hubo una* fiesta+ de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. 2 Pues bien, en Jerusalén, junto a la puerta de las ovejas,+ hay un estanque designado en hebreo Betzata,* que tiene cinco columnatas. 3 En estas yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y los que tenían miembros secos. 4* —— 5 Pero estaba allí cierto hombre que llevaba treinta y ocho años en su enfermedad. 6 Al ver a este hombre acostado, y dándose cuenta de que ya por mucho tiempo había estado [enfermo],+ Jesús le dijo: “¿Quieres ponerte bien de salud?”.+ 7 El enfermo le contestó: “Señor, no tengo un hombre que me meta en el estanque cuando se revuelve el agua; y entretanto que yo voy, otro baja antes que yo”. 8 Jesús le dijo: “Levántate, toma tu camilla y anda”.+ 9 Con eso, el hombre inmediatamente se puso bien de salud, y tomó su camilla y echó a andar.
Ahora bien, aquel día era sábado.+ 10 Por lo tanto, los judíos se pusieron a decir al sanado: “Es sábado, y no te es lícito+ llevar la camilla”. 11 Pero él les contestó: “El mismo que me sanó me dijo: ‘Toma tu camilla y anda’”. 12 Le preguntaron: “¿Quién es el hombre que te dijo: ‘Tómala y anda’?”. 13 Pero el sanado no sabía quién era, porque Jesús se había apartado, puesto que había una muchedumbre en el lugar.
14 Después de estas cosas, Jesús lo halló en el templo y le dijo: “Mira, te has puesto bien de salud. Ya no peques, para que no te suceda algo peor”. 15 El hombre se fue y dijo a los judíos que había sido Jesús quien lo había puesto bien de salud. 16 De modo que a causa de esto los judíos empezaron a perseguir+ a Jesús, porque hacía estas cosas durante el sábado. 17 Pero él les contestó: “Mi Padre ha seguido trabajando hasta ahora, y yo sigo trabajando”.+ 18 A causa de esto, realmente, los judíos procuraban con más empeño matarlo,+ porque no solo quebraba el sábado, sino que también llamaba a Dios su propio Padre,+ haciéndose igual+ a Dios.
19 Por eso, en respuesta, Jesús* pasó a decirles: “Muy verdaderamente les digo: El Hijo no puede hacer ni una sola cosa por su propia iniciativa,* sino únicamente lo que ve hacer al Padre.+ Porque cualesquiera cosas que Aquel hace, estas cosas también las hace el Hijo de igual manera. 20 Porque el Padre le tiene cariño al Hijo+ y le muestra todas las cosas que él mismo hace, y le mostrará obras mayores que estas, a fin de que ustedes se maravillen.+ 21 Porque así como el Padre levanta a los muertos y los vivifica,+ así el Hijo también vivifica a los que él quiere.+ 22 Porque el Padre no juzga a nadie, sino que ha encargado todo el juicio al Hijo,+ 23 para que todos honren al Hijo+ así como honran al Padre. El que no honra al Hijo no honra al Padre que lo envió.+ 24 Muy verdaderamente les digo: El que oye mi palabra y cree al que me envió tiene vida eterna,+ y no entra en juicio, sino que ha pasado de la muerte a la vida.+
25 ”Muy verdaderamente les digo: La hora viene, y ahora es, cuando los muertos+ oirán la voz+ del Hijo de Dios, y los que hayan hecho caso vivirán.+ 26 Porque así como el Padre tiene vida en sí mismo,*+ así ha concedido también al Hijo el tener vida en sí mismo.+ 27 Y le ha dado autoridad para hacer juicio,+ por cuanto es Hijo del hombre.+ 28 No se maravillen de esto, porque viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas+ oirán su voz 29 y saldrán, los que hicieron cosas buenas a una resurrección de vida,+ los que practicaron cosas viles a una resurrección de juicio.*+ 30 No puedo hacer ni una sola cosa por mi propia iniciativa;* así como oigo, juzgo; y el juicio que yo dicto es justo,+ porque no busco mi propia voluntad, sino la voluntad+ del que me envió.
31 ”Si yo solo doy testimonio+ acerca de mí mismo, mi testimonio no es verdadero.+ 32 Hay otro que da testimonio acerca de mí, y sé que el testimonio que él da+ acerca de mí es verdadero. 33 Ustedes han despachado hombres a Juan, y él ha dado testimonio de la verdad.+ 34 Sin embargo, yo no acepto el testimonio de parte de hombre, pero digo estas cosas para que ustedes se salven.+ 35 Aquel hombre era una lámpara que ardía y resplandecía, y ustedes por un poco de tiempo estuvieron dispuestos a regocijarse mucho en su luz.+ 36 Pero yo tengo el testimonio mayor que el de Juan, porque las obras mismas que mi Padre me asignó realizar, las obras mismas que yo hago,+ dan testimonio acerca de mí, de que el Padre me despachó. 37 También, el Padre que me envió ha dado testimonio él mismo acerca de mí.+ Ustedes ni han oído su voz en ningún tiempo ni visto su figura;+ 38 y no tienen su palabra permaneciendo en ustedes, porque al mismísimo que él despachó no creen.
39 ”Ustedes escudriñan las Escrituras,+ porque piensan que por medio de ellas tendrán la vida eterna; y estas son las mismas que dan testimonio acerca de mí.+ 40 Y con todo, ustedes no quieren venir a mí para que tengan vida.+ 41 Yo no acepto gloria de parte de los hombres,+ 42 pero bien sé que no tienen el amor de Dios en ustedes.+ 43 Yo he venido en el nombre de mi Padre,+ pero ustedes no me reciben; si algún otro llegara en su propio nombre, recibirían a ese. 44 ¿Cómo pueden creer ustedes, cuando aceptan gloria+ unos de otros y no buscan la gloria que proviene del único Dios?*+ 45 No piensen que yo los acusaré ante el Padre; hay quien los acusa, Moisés,+ en quien ustedes han puesto su esperanza. 46 En realidad, si creyeran a Moisés, me creerían a mí, porque aquel escribió de mí.+ 47 Pero si no creen los escritos de aquel,+ ¿cómo creerán mis dichos?”
6 Después de estas cosas, Jesús partió para el otro lado del mar de Galilea, o Tiberíades.+ 2 Pero una gran muchedumbre continuó siguiéndole, porque contemplaban las señales que él ejecutaba en los que estaban mal.+ 3 De modo que Jesús subió a una montaña,+ y allí estaba sentado con sus discípulos. 4 Ahora bien, estaba cerca la pascua,+ la fiesta de los judíos. 5 Por lo tanto, cuando Jesús alzó los ojos y observó que una gran muchedumbre venía a él, dijo a Felipe: “¿Dónde compraremos panes para que estos coman?”.+ 6 Sin embargo, decía esto para probarlo, porque él mismo sabía lo que iba a hacer. 7 Felipe le contestó: “Doscientos denarios* de pan no les bastan, para que cada uno reciba un poco”.+ 8 Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: 9 “Aquí está un muchachito que tiene cinco panes de cebada+ y dos pescaditos. Pero ¿qué son estos entre tantos?”.+
10 Jesús dijo: “Hagan que los varones se reclinen como en una comida”.+ Bueno, había mucha hierba en el lugar. Entonces los hombres se reclinaron, en número de unos cinco mil.+ 11 De modo que Jesús tomó los panes y, después de dar gracias, los distribuyó a los que estaban reclinados; igualmente también todo lo que querían de los pescaditos.+ 12 Pero cuando se hubieron saciado+ dijo a sus discípulos: “Recojan los trozos que sobran, para que nada se desperdicie”. 13 Por lo tanto los recogieron, y llenaron doce cestas de trozos de los cinco panes de cebada, que les sobraron a los que habían comido.+
14 Por consiguiente, cuando los hombres vieron las señales que él ejecutó, empezaron a decir: “Con certeza este es el profeta+ que había de venir al mundo”. 15 Por lo tanto, Jesús, sabiendo que estaban a punto de venir y prenderlo para hacerlo rey, se retiró+ otra vez a la montaña, él solo.
16 Al anochecer, sus discípulos bajaron al mar,+ 17 y, subiendo a una barca, se pusieron a cruzar el mar en dirección a Capernaum. Pues bien, ya había oscurecido, y Jesús aún no había venido a ellos. 18 También, el mar empezó a agitarse a causa de un viento fuerte que soplaba.+ 19 Sin embargo, cuando hubieron remado unos cinco o seis kilómetros,* contemplaron a Jesús que andaba sobre el mar y se acercaba a la barca; y se sobrecogieron de temor.+ 20 Pero él les dijo: “¡Soy yo; no teman!”.+ 21 Por lo tanto estuvieron dispuestos a recibirlo en la barca, y en seguida la barca llegó a la tierra a la cual trataban de ir.+
22 Al día siguiente, la muchedumbre que estaba de pie al otro lado del mar vio que no había allí otra barca sino una pequeña, y que Jesús no había entrado en la barca con sus discípulos, sino que solo sus discípulos habían partido; 23 pero barcas de Tiberíades llegaron cerca del lugar donde habían comido el pan después que el Señor* hubo dado gracias. 24 Por lo tanto, cuando la muchedumbre vio que no estaba allí Jesús, ni sus discípulos, subieron a sus barquillas y fueron a Capernaum para buscar+ a Jesús.
25 Entonces, al hallarlo al otro lado del mar, le dijeron: “Rabí,+ ¿cuándo llegaste acá?”. 26 Jesús les contestó y dijo: “Muy verdaderamente les digo: Ustedes me buscan, no porque vieron señales, sino porque comieron de los panes y quedaron satisfechos.+ 27 Trabajen, no por el alimento que perece,+ sino por el alimento que permanece para vida eterna,+ que el Hijo del hombre les dará; porque sobre este el Padre, sí, Dios, ha puesto su sello [de aprobación]”.+
28 Por lo tanto le dijeron: “¿Qué haremos para obrar las obras de Dios?”. 29 En respuesta, Jesús les dijo: “Esta es la obra de Dios: que ejerzan fe+ en aquel a quien Ese ha enviado”.+ 30 Por consiguiente le dijeron: “¿Qué ejecutas tú de señal,+ entonces, para que [la] veamos y te creamos? ¿Qué obra haces? 31 Nuestros antepasados comieron el maná+ en el desierto, así como está escrito: ‘Pan del cielo les dio a comer’”.+ 32 Entonces Jesús les dijo: “Muy verdaderamente les digo: Moisés no les dio el pan del cielo, pero mi Padre sí les da el verdadero pan del cielo.+ 33 Porque el pan de Dios es aquel que baja del cielo y da vida al mundo”. 34 Por lo tanto le dijeron: “Señor, siempre danos este pan”.+
35 Jesús les dijo: “Yo soy el pan de la vida. Al que viene a mí, de ninguna manera le dará hambre, y al que ejerce fe en mí no le dará sed nunca.+ 36 Pero yo les he dicho: Ustedes hasta me* han visto, y sin embargo no creen.+ 37 Todo lo que el Padre me da vendrá a mí, y al que viene a mí de ninguna manera lo echaré;+ 38 porque he bajado del cielo+ para hacer, no la voluntad mía, sino la voluntad del que me ha enviado.+ 39 Esta es la voluntad del que me ha enviado, que no pierda nada de todo lo que me ha dado, sino que lo resucite+ en el último día. 40 Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que contempla al Hijo y ejerce fe en él tenga vida eterna,+ y yo lo resucitaré en el último día”.+
41 Por lo tanto, los judíos se pusieron a murmurar de él porque había dicho: “Yo soy el pan que bajó del cielo”;+ 42 y empezaron a decir:+ “¿No es este Jesús, hijo de José,+ cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo es que ahora dice: ‘Yo he bajado del cielo’?”. 43 En respuesta, Jesús les dijo: “Dejen de murmurar entre ustedes. 44 Nadie puede venir a mí a menos que el Padre, que me envió, lo atraiga;+ y yo lo resucitaré en el último día.+ 45 Está escrito en los Profetas: ‘Y todos ellos serán enseñados* por Jehová’.*+ Todo el que ha oído de parte del Padre, y ha aprendido, viene a mí.+ 46 No que hombre alguno haya visto al Padre,+ salvo aquel que es de Dios; este ha visto al Padre.+ 47 Muy verdaderamente les digo: El que cree tiene vida eterna.+
48 ”Yo soy el pan+ de la vida. 49 Los antepasados de ustedes comieron el maná+ en el desierto y sin embargo murieron. 50 Este es el pan que baja del cielo, para que cualquiera pueda comer de él y no morir. 51 Yo soy el pan vivo que bajó del cielo; si alguien come de este pan vivirá para siempre; y, de hecho, el pan que yo daré es mi carne+ a favor de la vida del mundo”.+
52 Por eso, los judíos se pusieron a contender unos con otros, y decían: “¿Cómo puede este hombre darnos a comer su carne?”. 53 Entonces Jesús les dijo: “Muy verdaderamente les digo: A menos que coman la carne+ del Hijo del hombre y beban su sangre,+ no tienen vida+ en ustedes. 54 El que se alimenta de mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré+ en el último día; 55 porque mi carne es verdadero alimento, y mi sangre es verdadera bebida. 56 El que se alimenta de mi carne y bebe mi sangre permanece en unión conmigo,* y yo en unión con él.+ 57 Así como me envió el Padre viviente+ y yo vivo a causa del Padre, así también el que se alimenta de mí, sí, ese mismo vivirá a causa de mí.+ 58 Este es el pan que bajó del cielo. No es como cuando sus antepasados comieron y sin embargo murieron. El que se alimenta de este pan vivirá para siempre”.+ 59 Estas cosas las dijo enseñando en asamblea pública en Capernaum.
60 Por lo tanto, muchos de sus discípulos, al oír esto, dijeron: “Este discurso es ofensivo; ¿quién puede escucharlo?”.+ 61 Pero Jesús, conociendo en sí mismo que sus discípulos murmuraban acerca de esto, les dijo: “¿Esto los hace tropezar?+ 62 ¿Qué hay, pues, si contemplaran al Hijo del hombre ascender a donde estaba antes?+ 63 El espíritu es lo que es dador de vida;+ la carne no sirve para nada. Los dichos que yo les he hablado son* espíritu+ y son vida.+ 64 Pero hay algunos de ustedes que no creen”. Porque Jesús supo desde [el] principio quiénes eran los que no creían y quién era el que lo traicionaría.+ 65 Así que pasó a decir: “Por esto les he dicho: Nadie puede venir a mí a menos que se lo conceda el Padre”.+
66 Debido a esto, muchos de sus discípulos se fueron a las cosas de atrás,+ y ya no andaban con él.+ 67 Por eso Jesús dijo a los doce: “Ustedes no quieren irse también, ¿verdad?”. 68 Simón Pedro+ le contestó: “Señor, ¿a quién nos iremos?+ Tú tienes dichos de vida eterna;+ 69 y nosotros hemos creído y llegado a conocer que tú eres el Santo de Dios”.+ 70 Jesús les contestó: “Yo los escogí a ustedes, a los doce,+ ¿no es verdad? No obstante, uno de ustedes es calumniador”.*+ 71 Hablaba, en realidad, de Judas [hijo] de Simón Iscariote; porque este iba a traicionarlo,+ aunque era uno de los doce.
7 Ahora bien, después de estas cosas Jesús continuó andando por Galilea, pues no quería andar por Judea, porque los judíos procuraban matarlo.+ 2 Sin embargo, estaba cerca la fiesta de los judíos, la fiesta de los tabernáculos.+ 3 Por eso sus hermanos+ le dijeron: “Sal de aquí y ve a Judea, para que tus discípulos también contemplen las obras que haces. 4 Porque nadie hace cosa alguna en secreto mientras él mismo procura ser conocido públicamente. Si haces estas cosas, manifiéstate al mundo”. 5 Sus hermanos,+ de hecho, no ejercían fe en él.+ 6 Por lo tanto, Jesús les dijo: “Mi debido tiempo todavía no está presente,+ pero el debido tiempo de ustedes siempre está disponible. 7 El mundo no tiene razón para odiarlos a ustedes, pero a mí me odia, porque doy testimonio, respecto a él, de que sus obras son inicuas.+ 8 Ustedes suban a la fiesta; yo no subo todavía a esta fiesta, porque mi debido tiempo+ todavía no ha llegado cabalmente”.+ 9 Así fue que, después de decirles estas cosas, permaneció en Galilea.
10 Pero cuando sus hermanos hubieron subido a la fiesta, entonces él mismo también subió, no abiertamente, sino como en secreto.+ 11 Por consiguiente, los judíos se pusieron a buscarlo+ en la fiesta y a decir: “¿Dónde está ese?”. 12 Y había mucha habla restringida acerca de él entre las muchedumbres.+ Algunos decían: “Es hombre bueno”. Otros decían: “No lo es, sino que extravía a la muchedumbre”. 13 Nadie, por supuesto, hablaba de él públicamente, por temor a los judíos.+
14 Cuando la mitad de la fiesta ya había pasado, Jesús subió al templo y se puso a enseñar.+ 15 Por eso los judíos se admiraban, y decían: “¿Cómo tiene este hombre conocimiento de letras,+ cuando no ha estudiado* en las escuelas?”.+ 16 Jesús, a su vez, les contestó y dijo: “Lo que yo enseño no es mío, sino que pertenece al que me ha enviado.+ 17 Si alguien desea hacer la voluntad de Él, conocerá respecto a la enseñanza si es de Dios+ o si hablo por mí mismo.* 18 El que habla por sí mismo busca su propia gloria; pero el que busca la gloria+ del que lo envió, este es veraz, y no hay injusticia en él. 19 Moisés les dio la Ley,+ ¿no es verdad? Pero ninguno de ustedes obedece la Ley. ¿Por qué procuran matarme?”.+ 20 La muchedumbre contestó: “Demonio tienes.*+ ¿Quién procura matarte?”. 21 En respuesta, Jesús les dijo: “Un hecho ejecuté,+ y todos ustedes están admirados. 22 Por esto Moisés les ha dado la circuncisión+ —no que sea de Moisés, sino que es de los antepasados+— y ustedes circuncidan a un hombre en sábado. 23 Si un hombre recibe la circuncisión en sábado para que no sea quebrada la ley de Moisés, ¿se encolerizan violentamente contra mí porque hice que un hombre quedara completamente bien de salud en sábado?+ 24 Dejen de juzgar por la apariencia exterior, pero juzguen con juicio justo”.+
25 Por lo tanto, algunos de los habitantes de Jerusalén se pusieron a decir: “Este es el hombre a quien procuran matar,+ ¿no es verdad? 26 Y sin embargo, ¡miren!, habla en público,+ y no le dicen nada. Los gobernantes no han llegado a conocer con certeza que este sea el Cristo, ¿verdad?+ 27 Antes bien, nosotros sabemos de dónde es este hombre;+ sin embargo, cuando venga el Cristo, nadie ha de saber de dónde es”.+ 28 Por lo tanto, Jesús clamó mientras enseñaba en el templo, y dijo: “Ustedes me conocen, y también saben de dónde soy.+ Además, yo no he venido por mi propia iniciativa,+ pero el que me ha enviado es real,+ y ustedes no lo conocen.+ 29 Yo lo conozco,+ porque soy representante de parte de él, y Aquel me ha enviado”.+ 30 Por consiguiente, empezaron a buscar cómo apoderarse de él,+ pero nadie le echó mano, porque todavía no había llegado su hora.+ 31 Aun así, muchos de la muchedumbre pusieron fe en él;+ y empezaron a decir: “Cuando llegue el Cristo, él no ejecutará más señales+ que las que ha ejecutado este hombre, ¿verdad?”.
32 Los fariseos oyeron a la muchedumbre que murmuraba estas cosas acerca de él, y los sacerdotes principales y los fariseos despacharon oficiales para que se apoderaran de él.+ 33 Por lo tanto Jesús dijo: “Continúo con ustedes un poco de tiempo todavía antes de irme al que me ha enviado.+ 34 Ustedes me buscarán,+ pero no me hallarán, y donde yo esté ustedes no pueden venir”.+ 35 Por consiguiente, los judíos dijeron entre sí: “¿Adónde piensa ir este, de modo que nosotros no hayamos de hallarlo? No piensa ir a los [judíos] dispersos*+ entre los griegos y enseñar a los griegos, ¿verdad? 36 ¿Qué significa este dicho que dijo: ‘Me buscarán, pero no me hallarán, y donde yo esté ustedes no pueden venir’?”.
37 Ahora bien, en el último día, el gran día de la fiesta,+ Jesús estaba de pie, y clamó, diciendo: “Si alguien tiene sed,+ venga a mí y beba. 38 El que pone fe en mí,+ así como ha dicho la Escritura: ‘De su parte más interior fluirán corrientes de agua viva’”.+ 39 Sin embargo, dijo esto respecto al espíritu que estaban para recibir los que ponían fe en él; porque aún no había espíritu,+ por cuanto Jesús todavía no había sido glorificado.+ 40 Por eso, algunos de la muchedumbre que oyeron estas palabras se pusieron a decir: “Este con certeza es El Profeta”.+ 41 Otros decían: “Este es el Cristo”.+ Pero algunos decían: “El Cristo+ no viene realmente de Galilea, ¿verdad?+ 42 ¿No ha dicho la Escritura que el Cristo viene de la prole de David,+ y de Belén,+ la aldea donde David solía estar?”.+ 43 Así que se produjo una división respecto a él entre la muchedumbre.+ 44 Algunos de ellos, pues, querían apoderarse de él, pero nadie echó las manos sobre él.
45 Por lo tanto, los oficiales volvieron a los sacerdotes principales y fariseos, y estos les dijeron: “¿Por qué no lo trajeron?”. 46 Los oficiales respondieron: “Jamás ha hablado [otro] hombre así”.+ 47 A su vez, los fariseos contestaron: “Ustedes no se han dejado extraviar también, ¿verdad? 48 Ni uno de los gobernantes o de los fariseos ha puesto fe en él, ¿verdad?+ 49 Pero esta muchedumbre que no conoce la Ley son unos malditos”.+ 50 Nicodemo, que antes había venido a él, y que era uno de ellos, les dijo: 51 “Nuestra ley no juzga a un hombre a menos que primero haya oído+ de parte de él y llegado a saber lo que hace, ¿verdad?”. 52 En respuesta, le dijeron: “Tú no eres también de Galilea, ¿verdad? Escudriña, y ve que de Galilea no ha de ser levantado ningún profeta”.+
Los manuscritos אBSys omiten los versículos 53 hasta el capítulo 8, versículo 11, que dicen (con algunas variantes en los diversos textos y versiones griegos) como sigue:
53 Entonces se fueron cada uno a su casa.