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Monday, February 11, 2013

"Leyendo a Cabrera Infante" ( Crónica):

Por: Diana Margarita Cantón Martínez.
Novela La Violación.

Es 15 de enero de 2004. El tren llega a Artemisa. La caña quemada y el viento nos han llenado de ollín que entra libremente por las ventanillas imposibles de cerrar. El transporte hoy salió en hora-gracias a Jehová..
Leo los amores cinéfilos de Cabrera Infante y recuerdo aquel mío que comenzó en el cine de Artemisa-precisamente: amor militar y ruso, película de zar o zares y creo que de diamantes. Di esa tarde una clase de Historia Moderna y o Contemporánea. Las tenía fresquecitas en mi cerebro de 20 años.El séptimo Arte no es mi preferido; me fascina la abstracción, la imaginación; pero entonces y antes no era tan así. Casi no sé nada de películas ni de actores y aquella historia que impartía casi la he olvidado ya. Ahora descubro gracias a Las Bibliotecas Independientes de Cuba " La Habana para un Infante Difunto".
Me viene a la mente una cinta que vi en el cine Arenal, creo que el 22 de mayo de 1970: " Romance Inacabado". Iba a cumplir 17 años y a cuenta gotas, desde enero me iba enamorando de un profesor-cañero, como ya saben, de figura alta y esbelta. Fue mi primer gran  Amor de verdad. Pudo convencerme de que un romance podía ser para toda la vida; fue tan elocuente!.
Pero en realidad estaba muy enamorada de mi Jefe de Cátedra de entonces,algo mayor que yo, pero tan tímido, que otra profesora madura llegó a proponerme que lo enamorara yo misma porque sino lo perdería, pero no tuve esa audacia y lo dejé pasar-seguro que para mal.
El experto con quien casi empecé a ir al cine, al parque Almendares, a la pizzería de La Copa en Miramar..., acabó seduciéndome. Entre sus ardides de viejo zorro estuvo descubrir que amaba al otro y decirme que había verificado que no era correspondida.
Después una amiga de época me contó que vio al perdido amor con lágrimas en los ojos  cuando le mostró una hoja de papel con dos corazones sangrantes dibujados y un letrero que decía que Juan de los Cielos y yo nos amábamos y éramos novios. Pero no me consta, él jamás me dijo absolutamente nada.
Solo me buscaba mucho-eso sí-para trabajar, estudiar, ir al cine dos o tres veces a la semana, y se reía mucho cuando un recluta o militar iba a buscarme a la escuela ( lo conocí en un viaje  en guagua de Pinar del Río a La Habana y tuve un deslumbramiento efímero por él, y pasé trabajo para que me dejara con mi soledad de amante silente por mi primer profesor).
Ya no hay ángeles en el techo, ni cine, ni teatro, ni Limonada Joe?, ni Teatro Milanés. Para mi ni Picuala siquiera en esa estancia y mucho menos comidas exquisitas y baratas al frente, en el restaurante "La Casona" en mi ciudad natal. Allí esperé a veces películas y puestas teatrales como la de Santa Camila de La Habana Vieja, La berbena de La Paloma ( esa vez no en el Teatro Nacional  con José del Sol y mi pequeño hijo en uno de nuestros viajes a La Habana, cuando casi siempre nos quedábamos en el Hotel San Carlos, tan barato y céntrico, cerca del Paseo del Prado, del restaurante español tan asequible en los años 70 a nuestros bolsillos de Subteniente y profesora de Secundaria Básica...)
Se acabó para mí casi el cine y el adorable teatro, por lo menos desde 1986 y sobre todo desde 1989. Adiós: Z, Terror en el bosque,Rosas en el Mar, Liberación y todas sus partes,...., La Felicidad que tanto me recomendó Juan de los Cielos, con quien finalmente la vi. Nunca me dijo por qué tenía un especial interés porque la viera?. Supongo quería sugerirme que él necesitaba también por lo menos dos mujeres: una casi puro sexo y otra casi puro espíritu.Yo -en cambio.....

Continuará....