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Wednesday, December 19, 2012

Sofonias.

Tomado del Libro Toda Escritura en WWW.j.w.org/es

Libro bíblico número 36: Sofonías




Escritor: Sofonías



Dónde se escribió: Judá



Cuándo se completó: Antes de 648 a.E.C.



TEMPRANO en el reinado del rey Josías de Judá (659-629 a.E.C.), cuando cundía con desenfreno la adoración de Baal y “los sacerdotes del dios extranjero” llevaban la delantera en esta adoración inmunda, el pueblo de Jerusalén debe haberse sorprendido por el mensaje que proclamó el profeta Sofonías. Aunque él probablemente era descendiente del rey Ezequías, de la casa real de Judá, Sofonías criticó severamente las condiciones en que se hallaba la nación. (Sof. 1:1, 4.) Su mensaje anunciaba ruina. El pueblo de Dios se había hecho desobediente, y solo Jehová podía restaurarlo a la adoración pura y bendecirlo para que sirviera como “un nombre y una alabanza entre todos los pueblos de la tierra” (3:20). Sofonías señaló que solo por intervención divina podría alguien ‘ser ocultado en el día de la cólera de Jehová’ (2:3). ¡Cuán apropiado era su nombre Tsefan·yáh (en hebreo), que significaba “Jehová Ha Ocultado (Atesorado)”!



2 Los esfuerzos de Sofonías dieron fruto. El rey Josías, quien ascendió al trono a la edad de ocho años, empezó “a limpiar a Judá y Jerusalén” en el duodécimo año de su reinado. Desarraigó la adoración falsa, reparó “la casa de Jehová” y volvió a instituir la celebración de la Pascua. (2 Cró., caps. 34 y 35.) Sin embargo, las reformas del rey Josías fueron solo temporales, pues le sucedieron tres de sus hijos y uno de sus nietos, y todos estos hicieron “lo que era malo a los ojos de Jehová”. (2 Cró. 36:1-12.) Todo esto fue en cumplimiento de las palabras de Sofonías: “Yo ciertamente daré atención a los príncipes, y a los hijos del rey, y a [...] los que llenan de violencia y engaño la casa de sus amos”. (Sof. 1:8, 9.)



3 De lo ya mencionado parece que “la palabra de Jehová [...] le ocurrió a Sofonías” algún tiempo antes de 648 a.E.C., el año duodécimo de Josías. Aparte de que en el primer versículo se indica que Sofonías habla en Judá, el conocimiento detallado que él tiene de lugares y costumbres de Jerusalén indica que residía en Judá. El mensaje del libro es doble; contiene tanto amenaza como consuelo. Se concentra principalmente en el día de Jehová, un día de terror que es inminente, pero al mismo tiempo predice que Jehová restaurará a un pueblo humilde que ‘realmente se refugiará en el nombre de Jehová’ (1:1, 7-18; 3:12).



4 La autenticidad de este libro profético no puede ser disputada con éxito. Jerusalén fue destruida en 607 a.E.C., más de 40 años después que Sofonías lo predijo. No solo tenemos la palabra de la historia seglar para esto, sino que la Biblia misma contiene prueba interna de que esto sucedió exactamente como lo había profetizado Sofonías. Poco después de la destrucción de Jerusalén, Jeremías escribió el libro de Lamentaciones, y, mientras todavía estaban vívidos en su mente, describió los horrores que había visto. Una comparación de varios pasajes prueba que el mensaje de Sofonías ciertamente es ‘inspirado de Dios’. Sofonías advierte que es necesario arrepentirse “antes que venga sobre ustedes la cólera ardiente de Jehová”, mientras que Jeremías hace referencia a algo que ya ha sucedido cuando dice: “Jehová [...] ha derramado su ardiente cólera”. (Sof. 2:2; Lam. 4:11.) Sofonías predice que Jehová ‘causará angustia a la humanidad, y ciertamente andarán como ciegos. Y su sangre realmente será derramada como polvo’. (Sof. 1:17.) Jeremías menciona esto como un hecho consumado: “Han andado errantes como ciegos en las calles. Se han contaminado con sangre”. (Lam. 4:14; compárense también Sofonías 1:13 con Lamentaciones 5:2; Sofonías 2:8, 10 con Lamentaciones 1:9, 16 y Lam 3:61.)



5 La historia también informa sobre la destrucción de las naciones paganas de Moab y Ammón, así como de Asiria, con su capital Nínive, según la predicción de Sofonías bajo dirección divina. Tal como el profeta Nahúm predijo la destrucción de Nínive (Nah. 1:1; 2:10), así Sofonías declaró que Jehová “hará de Nínive un yermo desolado, una región árida como el desierto”. (Sof. 2:13.) Esta destrucción fue tan completa que apenas 200 años después el historiador Heródoto describió el Tigris como “el río sobre el cual se hallaba antiguamente el pueblo de Nínive”*. Alrededor de 150 E.C. el escritor griego Luciano escribió que “no queda rastro alguno de ella”*. The New Westminster Dictionary of the Bible (1970), página 669, declara que los ejércitos invasores “recibieron mucha ayuda de una subida repentina del Tigris, que se llevó gran parte de la muralla de la ciudad y dejó indefendible el lugar. Tan completa fue la desolación que en los tiempos de los griegos y los romanos Nínive casi era un mito. No obstante, durante todo aquel tiempo parte de la ciudad estaba enterrada bajo montículos de lo que aparentemente era basura”. En la página 627 el mismo libro muestra que Moab también fue destruida como se había profetizado: “Nabucodonosor subyugó a los moabitas”. Josefo también informa que Ammón fue subyugada*. Con el tiempo, tanto los moabitas como los ammonitas dejaron de existir como pueblos.



6 Los judíos siempre han dado a Sofonías su lugar legítimo en el canon de las Escrituras inspiradas. Las declaraciones de este libro, pronunciadas en el nombre de Jehová, se han cumplido notablemente, para la vindicación de Jehová.



CONTENIDO DE SOFONÍAS



7 El día de Jehová está cerca (1:1-18). El libro empieza con un tono de condenación. “‘Sin falta pondré fin a todo de sobre la superficie del suelo’, es la expresión de Jehová” (1:2). Nada escapará, ni de hombre ni de bestia. Los adoradores de Baal, los sacerdotes de dioses extranjeros, los que suben a los techos para adorar los cielos, los que mezclan la adoración de Jehová con la de Malcam, los que se alejan de Jehová y los que no están interesados en buscarle... todos deben perecer. El profeta manda: “Guárdese silencio delante del Señor Soberano Jehová; porque el día de Jehová se acerca” (1:7). Jehová mismo ha preparado un sacrificio. Los príncipes, los violentos, los engañadores y los de corazón indiferente... a todos se les dará atención. Sus riquezas y posesiones serán reducidas a nada. ¡El gran día de Jehová está cerca! Es un “día de furor, día de angustia y de zozobra, día de tempestad y de desolación, día de oscuridad y de tenebrosidad, día de nubes y de densas tinieblas”. La sangre de los que pecan contra Jehová será derramada como polvo. “Ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día del furor de Jehová.” El fuego de su celo devorará toda la tierra (1:15, 18).



8 Busquen a Jehová; las naciones serán destruidas (2:1-15). Antes de que pase aquel día como el tamo, que los mansos “busquen a Jehová [...] Busquen justicia, busquen mansedumbre”, y quizás se les “oculte en el día de la cólera de Jehová” (2:3). La declaración de Jehová continúa, y él pronuncia ayes sobre la tierra de los filisteos, la cual en el futuro llegará a ser “una región para los restantes de la casa de Judá”. Las orgullosas naciones de Moab y Ammón serán desoladas como Sodoma y Gomorra “porque vituperaron y siguieron dándose grandes ínfulas contra el pueblo de Jehová de los ejércitos”. Sus dioses perecerán con ellos (2:7, 10). La “espada” de Jehová también dará muerte a los etíopes. ¿Qué hay de Asiria, con su capital Nínive, al norte? Llegará a ser un desierto desolado y una morada para animales salvajes, sí, “un objeto de pasmo”, de modo que “todo el que pase junto a ella silbará” de asombro (2:12, 15).



9 La Jerusalén rebelde llamada a rendir cuentas; el resto humilde es bendecido (3:1-20). ¡Es ¡ay!, también, para Jerusalén, la ciudad rebelde y opresiva! Sus príncipes, “leones rugientes”, y sus profetas, “hombres de traición”, no han confiado en su Dios, Jehová. Él les pedirá cuentas de todo. ¿Temerán los habitantes de ella a Jehová y aceptarán la disciplina? No, porque obran “con prontitud al hacer ruinosos todos sus tratos” (3:3, 4, 7). Es la decisión judicial de Jehová recoger las naciones y derramar sobre ellas toda su cólera ardiente, y toda la tierra será devorada por el fuego de su celo. Pero ¡hay una promesa maravillosa! Jehová ‘dará a pueblos el cambio a un lenguaje puro, para que todos invoquen el nombre de Jehová, para servirle hombro a hombro’ (3:9). Los que se alborozan altivamente serán removidos, y un resto humilde que hace justicia hallará refugio en el nombre de Jehová. Gritos gozosos, gritos de alegría, regocijo y alborozo estallan en Sión, porque Jehová, el Rey de Israel, está en medio de ellos. Este no es tiempo de temer ni de dejar caer las manos, pues Jehová salvará y se alborozará sobre ellos en su amor y gozo. “‘Porque haré que sean un nombre y una alabanza entre todos los pueblos de la tierra, cuando recoja de vuelta a sus cautivos delante de los ojos de ustedes’, ha dicho Jehová” (3:20).



POR QUÉ ES PROVECHOSO



10 Uno que escuchó el mensaje de advertencia de Sofonías fue el rey Josías, y esto le fue muy provechoso. Este rey emprendió una gran campaña de reforma religiosa. Con esto también salió a luz el libro de la Ley, el cual se había perdido cuando dejó de darse atención a la casa de Jehová. Josías se sintió afligido cuando le leyeron del libro de la Ley sobre las consecuencias de la desobediencia, pues el libro confirmaba por boca de otro testigo, Moisés, lo que Sofonías había estado profetizando hasta entonces. Josías se humilló ahora ante Dios, con el resultado de que Jehová le prometió que la destrucción predicha no vendría en sus días. (Deu., caps. 28-30; 2 Rey. 22:8-20.) ¡Se había librado de desastre al país! Pero no por mucho tiempo, pues los hijos de Josías no siguieron el buen ejemplo que él dio. Con todo, les resultó muy provechoso en verdad a Josías y su pueblo el prestar atención a “la palabra de Jehová que le ocurrió a Sofonías”. (Sof. 1:1.)



11 En su famoso Sermón del Monte, Jesucristo, el mayor profeta de Dios, apoyó a Sofonías como profeta verdadero de Dios al hablar palabras que son notablemente similares al consejo de Sofonías en el capítulo 2, versículo 3: “Busquen a Jehová, todos ustedes los mansos de la tierra [...] Busquen justicia, busquen mansedumbre”. El consejo de Jesús fue: “Sigan, pues, buscando primero el reino y la justicia de Dios”. (Mat. 6:33.) Los que buscan primero el Reino de Dios deben guardarse de la indiferencia de que advirtió Sofonías cuando habló de “los que están retrayéndose de seguir a Jehová y [...] los que no han buscado a Jehová ni han inquirido de él” y “que dicen en su corazón: ‘Jehová no hará bien, y no hará mal’”. (Sof. 1:6, 12.) En su carta a los Hebreos, Pablo habla igualmente de un día de juicio venidero y advierte contra el retraerse. Añade: “Ahora bien, nosotros no somos de la clase que se retrae para destrucción, sino de la clase que tiene fe que resulta en conservar viva el alma”. (Heb. 10:30, 37-39.) No es a los que abandonan fácilmente lo que han iniciado ni a los que no muestran aprecio, sino a los que humilde y solícitamente buscan a Jehová con fe a quienes el profeta dice: “Probablemente se les oculte en el día de la cólera de Jehová”. ¿Por qué dice “probablemente”? Porque la salvación final depende del derrotero que siga la persona. (Mat. 24:13.) Esto también nos recuerda que no podemos abusar de la misericordia de Dios. La profecía de Sofonías no deja dudas en cuanto a lo repentinamente que llegará ese día sobre el que esté confiado. (Sof. 2:3; 1:14, 15; 3:8.)



12 Aquí, pues, hay un mensaje que anuncia destrucción para los que pecan contra Jehová, pero que a la misma vez suministra brillantes vistas por anticipado de bendiciones para los que se arrepienten y ‘buscan a Jehová’. Los que se arrepienten así pueden cobrar ánimo, porque, como dice Sofonías, “el rey de Israel, Jehová, está en medio de ti”. No es tiempo para que Sión ceda al temor ni deje caer las manos en inactividad. Es tiempo de confiar en Jehová. “Como Poderoso, salvará. Se alborozará sobre ti con regocijo. Se hará silencioso en su amor. Estará gozoso acerca de ti con gritos felices.” ¡Felices también son los que ‘buscan primero Su reino’ y esperan Su protección amorosa y bendición eterna (3:15-17)!



[Notas a pie de página]



Cyclopedia de McClintock y Strong, reimpresión de 1981, tomo VII, página 112.



Lucian, traducción al inglés por A. M. Harmon, 1968, tomo II, página 443.



Antigüedades de los judíos, Libro X, capítulo IX, sección 7.



[Preguntas del estudio]



1. a) ¿Por qué era apropiado para su tiempo el mensaje de Sofonías? b) ¿Cómo se ajustaba a la situación el significado de su nombre?



2. ¿Qué fruto dieron los esfuerzos de Sofonías, pero por qué fue solo temporal esto?



3. ¿Cuándo y dónde profetizó Sofonías, y qué mensaje doble contiene el libro?



4. ¿Qué prueba que el libro de Sofonías es auténtico e inspirado de Dios?



5. ¿Cómo muestra la historia que la profecía de Sofonías se cumplió con exactitud?



6. Entonces, ¿por qué tiene Sofonías un lugar legítimo en el canon de la Biblia?



7. ¿Qué significará para los enemigos de Jehová Su gran día?



8. a) ¿Cómo se puede hallar protección? b) ¿Qué ayes se pronuncian contra las naciones?



9. a) ¿Por qué es ¡ay! para Jerusalén, y cuál es la decisión judicial de Jehová respecto a las naciones? b) ¿Con qué nota gozosa concluye la profecía?



10. ¿De qué provecho fue la profecía de Sofonías en los días del rey Josías?



11. a) ¿Cómo se relaciona Sofonías con el Sermón del Monte y con la carta de Pablo a los Hebreos cuando da consejo sano? b) ¿Por qué dice Sofonías que “probablemente se les oculte“?



12. ¿Qué base para tener ánimo da Sofonías a los que ‘buscan a Jehová’?