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Tuesday, February 16, 2010

Culturales:


Recordatorio:

El sabado 20 de febrero del 2010 , a las 6:00 p.m , se efectuara la proxima sesion del Taller Literario que radica en la sede de la Guarderia Infantil "El Principito" en 1106 N. Elk Ln Sp 156, Boise, ID, 83704, Telefono ( 208)-322-3497 . Puede traer varias copias, si es mecanografiadas mejor, de algun poema, cuento, relato, historia, carta, testimonio, biografia, obra de teatro, critica literaria, capitulo de novela, fragmento de diario.., escrito por usted, para someterlo a la valoracion de los otros para recibir sugerencias o recomendaciones para mejorar, si usted quiere, su escritura y nivel artistico literario. Recibira ayuda sobre la tecnica para escribir, lo que unido a su talento ( buen corazon), podra permitirle obtener una obra superior. Puede venir tambien con ninos que les guste escribir y dar a conocer lo que hacen. Sus obras pueden ser puestas en el mural y o publicadas en este blog, si tienen un minimo de calidad requerida.
Podran traer grabadoras, camaras de videos y fotograficas.
Les sugiero buscar en Internet informacion sobre El Principito o El Pequeno Principe de A, Exupery.


El principito

El principito
Lepetitprince.jpg
Título originalLe Petit Prince
AutorAntoine de Saint-Exupéry
TraductorManuel Alba Bauzano
IlustradorAntoine de Saint-Exupéry
PaísBandera de Francia Francia
IdiomaFrancés
GéneroCuento
EditorialGallimard
FormatoImpreso
Páginas109

El principito (en francés: Le Petit Prince), publicado el 6 de abril de 1943, es el relato corto más conocido del escritor y aviador francésAntoine de Saint-Exupéry. Lo escribió mientras se hospedaba en un hotel en Nueva York y fue publicado por primera vez en los Estados Unidos. Ha sido traducido a ciento ochenta lenguas y dialectos.

Puede parecer un libro infantil por la forma en la que está escrito y por la historia en un principio simple, pero en realidad el libro es una metáfora en el que se tratan temas tan profundos como el sentido de la vida, la amistad y el amor.

Sinopsis [editar]

En esta novela, un aviador —Saint-Exupèry lo fue— se encuentra perdido en el desierto del Sahara, después de haber tenido una avería en su avión. Entonces aparece un pequeño príncipe. En sus conversaciones con él, el narrador revela su propia visión sobre la estupidez humana y la sencilla sabiduría de los niños que la mayoría de las personas pierden cuando crecen y se hacen adultos.

El relato viene acompañado por ilustraciones dibujadas por el autor.1

El principito vive en un pequeño planeta, el asteroide B 612, en el que hay tres volcanes (dos de ellos activos y uno no) y una rosa. Pasa sus días cuidando de su planeta, y quitando los árboles baobab que constantemente intentan echar raíces allí. De permitirles crecer, los árboles partirían su planeta en pedazos.

Un día decide abandonar su planeta, quizás cansado de los reproches y reclamos de la rosa, para explorar otros mundos. Aprovecha una migración de pájaros para emprender su viaje y recorrer el universo; es así como visita seis planetas, cada uno de ellos habitado por un personaje: un rey, un vanidoso, un borracho, un hombre de negocios, un farolero y un geógrafo, los cuales, a su manera, demuestran lo vacías que se vuelven las personas cuando se transforman en adultas.

El último personaje que conoce, el geógrafo, le recomienda viajar a un planeta específico, la Tierra, donde entre otras experiencias acaba conociendo al aviador que, ya habíamos comentado, estaba perdido en el desierto.

Obra como metáfora [editar]

Este libro es una metáfora que hay que entender, es más, está lleno de pequeñas metáforas que si no se develan cuesta entender el significado de la obra. De esta forma también podemos encontrar que una misma cosa es interpretada por distintas personas de formas diferentes. Cada opinión es una verdad, desde su punto de vista, no habiendo una única forma de ver e interpretar las "insinuaciones" que hace el autor, ni nadie que puede decir qué es lo correcto o cómo se tiene que interpretar tal o cual cosa.

La historia comienza con una crítica sarcástica a las cosas importantes de la vida y a los adultos, a cómo se condiciona a los niños y se los conduce por el camino "correcto". Una de las frases que ejemplifican esta crítica es: "La geografía, en efecto, me ha servido de mucho; al primer vistazo podía distinguir perfectamente la China de Arizona. Esto es muy útil, sobre todo si se pierde uno durante la noche".

Estas críticas a las cosas "importantes" y al mundo de los adultos van salpicando el libro a lo largo de la narración.


Personajes principales [editar]

Asteroide B 612.
La rosa.
  • El Principito: Personaje principal del libro, toda la historia está basada en él. Es un niño que viaja de planeta en planeta haciendo preguntas que se dan por hechas, y que no interesan a nadie. Vive en un pequeño planeta que podríamos identificar, no como un planeta sino, como su propia vida, así el resto de planetas que visita son en realidad las vidas de otras personas que conoce. El hecho de que su planeta sea tan pequeño viene a decirnos que tiene mucho por vivir y aprender.2
  • El narrador: Coprotagonista, es un adulto que intenta razonar y actuar como un niño, pero sabe que en realidad no lo es, que lo ha perdido pero intenta recuperarlo. Es nuestra propia imagen, nuestro reflejo en la historia, el personaje que nos identifica dentro de la novela y que nos hace ver cómo deberíamos ver las cosas y cómo en realidad las vemos, cuando nos critica con frases como: "Si les decimos a las personas mayores: "He visto una casa preciosa de ladrillo rosa, con geranios en las ventanas y palomas en el tejado", jamás llegarán a imaginarse cómo es esa casa. Es preciso decirles: "He visto una casa que vale cien mil francos". Entonces exclaman entusiasmados: "¡Oh, qué preciosa es!"" Por sus características, podemos identificar al narrador con el propio autor que nos va guiando a lo largo de la historia.3
  • El cordero: Personaje aparentemente irrelevante pero de gran significado. Es un amigo que lo ayudará a librarse de los problemas que pueda tener o surgirle, pero como todos los amigos sin querer, algún día, pueden volverse en tu contra y hacernos daño.4
  • La caja: En un achaque de ira por no saber dibujar el cordero, el autor dibuja una caja y dice: "Esta es la caja. El cordero que quieres está dentro". Imaginación es lo que se necesita para ver lo que hay dentro, la caja es una alusión a la imaginación que los adultos ya no suelen usar.5
  • Los baobabs: Son los problemas, hay que solucionarlos antes que sean demasiado complicados, es la moraleja que nos deja el autor, cuando nos alerta: "¡Niños, atención a los baobabs!" Los niños somos nosotros. Hay que tener disciplina, cuidado, estar atento siempre para diferenciar lo bueno de lo malo y actuar en consecuencia.6
  • Los volcanes: Tareas comunes del día a día, no son un problema como los baobabs, son simplemente cosas que hay que hacer para que todo vaya bien, y hay que hacerlo aunque no nos guste, aquí se vuelve a hacer hincapié en la disciplina.7
  • La Rosa: Personaje que nos pone de manifiesto el amor del principito, la Rosa no es una flor cualquiera, es su amor, es espléndida, es magnífica entre otras muchas, es única en su "planeta", ha habido otras, pero ésta es la que ha "florecido" y perdura, es la metafora de la mujer que ama, que se ha quedado para siempre en su corazón. Bonita, huele bien, perfecta y, al mismo tiempo, llena de imperfecciones, es frágil, hay que cuidarla, mimarla, estar siempre atento; además es orgullosa, es vanidosa, egoísta y mentirosa. Aun así es su flor, única entre otras. Pone de manifiesto la inocencia del principito, su inexperiencia. Responsable de la huida del principito por crearle una gran confusión con su forma de hacer y/o decir las cosas.8
  • El fanal o globo: La protección, los celos y/o los mimos y cuidados que hay que tener para que la "rosa" se sienta protegida y querida aunque realmente no los necesita.9
  • El zorro: Personaje medular de la historia, quien le hace ver al principito la esencia, pero tambien las dificultades y costos de la amistad.

Viaje por los planetas y sus habitantes [editar]

Cuando el principito se "cansa" de su relación con la "rosa", comienza un viaje que le lleva a conocer una serie de "mundos" y personajes.

  • El rey: Es sinónimo de autoridad, pero lo que nos quiere decir, la experiencia del encuentro con este personaje, es que no tienes por qué hacer caso a nadie, no hay por qué cumplir lo que te ordenan, nadie tiene autoridad sobre ti por muy rey que sea, la última voluntad de hacer o no hacer algo es cosa de uno mismo. La autoridad de alguien dura lo que aguanta la sumisión de otros. También puede representar la "Ambición de Poder", pero de alguna manera es un Poder Racional, ya que ordena hacer cosas que obviamente se harían de cualquier modo.10
  • El vanidoso: Representa la vanidad y el egoísmo del hombre, encarna el deseo de reconocimiento y admiración social. Este personaje nos recuerda que la apariencia no es lo importante, no sirve para nada, no es realmente importante si estás solo, la vanidad es un defecto que todos tenemos, queremos ser más y sentir que somos mejores, y como dice el principito: ¿para qué te sirve?. Decididamente, las personas grandes son muy extrañas.11
  • El borracho: Simboliza la falta de fuerza de voluntad y superación humana. El borracho bebe para olvidar que tiene vergüenza de beber... El círculo cerrado en el que se encuentra este personaje es una ventana a cómo un problema nos puede llevar a un callejón sin salida si no ponemos suficiente empeño en superarlo.12
  • El hombre de negocios: Representa la avaricia y la ambición económica que poseemos, el personaje se encuentra siempre ocupado contando las estrellas que piensa poseer; planea utilizarlas para comprar más estrellas. Sin tiempo para sí ni para nadie, esclavo del trabajo que le hace rico y libre, no disfruta de las cosas de la vida, no vive.13
  • El farolero: Este personaje que hace lo que debe, encender un farol cuando empieza la noche y apagarlo cuando comienza el día, se gana el respeto y la amistad del principito precisamente por eso, pero la realidad es que su compromiso y lealtad lo llevan a una situación absurda en la que enciende y apaga el farol cada minuto, que es lo que dura un día en su planeta. Sin tiempo para nada más, su "mundo" es muy pequeño precisamente por esto. En realidad este adulto no difiere de los demás, y nos muestra como hacer lo que uno debe nos puede quitar la posibilidad de hacer lo que uno realmente quiere. También podría decirse que representa la lealtad y la responsabilidad, es el único personaje de alma positiva que conoce el principito en su viaje (Aparte del aviador, claro).14
  • El geógrafo: Personaje sabio, inteligente y estudioso, que pasa todo el tiempo encerrado en su gabinete, elaborando mapas, pero jamás deja su escritorio para explorar. Interesado en las cosas eternas invariables, no como las "flores". Su mundo es mayor que el de los otros, por una vida más plena dedicada al conocimiento, pero cometiendo el error de no experimentar por sí mismo lo que puede ofrecerle esto. Este personaje le aporta al Principito la idea de que puede que su "Rosa" ya no esté cuando él decida regresar. La idea de lo "efímero" trastoca a nuestro personaje. También representaría la pasión laboral que lo aísla del mundo. Puramente por interés profesional, el geógrafo solicita al principito que describa su asteroide. El principito describe los volcanes y la rosa. El geógrafo rehúsa incluir la rosa, argumentando que las flores son efímeras. El principito queda conmocionado y herido al saber que su rosa desaparecerá algún día. El geógrafo le recomienda visitar la Tierra porque tiene muy buena reputación.15

Una vez en la Tierra, el principito encuentra toda una hilera de rosales y se deprime, porque pensaba que su rosa era única en todo el universo.

El zorro.

En la Tierra el Principito conoce al zorro, quien le enseña el verdadero sentido de la amistad y la esencia de las relaciones humanas, le explica al principito que su rosa es única y especial porque es la que él ama. En su despedida, el zorro le regala su secreto:

Sólo con el corazón se puede ver bien. Lo esencial es invisible para los ojos.
Antoine de Saint-Exupéry. El principito, pág. 83.

Cuando el principito conoce al narrador le pide que dibuje un cordero. Al no saber cómo, el narrador dibuja lo que sabe, una boa con el estómagohinchado, un dibujo que otras personas siempre habían interpretado como un sombrero. El principito, sin embargo, interpreta el dibujo de inmediato y exclama que no quiere una boa con un elefante dentro, sino un cordero. El narrador intenta dibujar algunos corderos, pero el principito las rechaza. Finalmente dibuja una caja y explica al principito que el cordero se encuentra dentro. El principito, quien puede ver el cordero dentro de la caja con tanta facilidad como ve el elefante dentro de la boa, lo acepta.

En el desierto, el principito conoce una serpiente que tiene el poder de devolverlo a su planeta. Después de pensarlo, el principito se despide emotivamente del narrador y deja que la serpiente lo muerda. El principito queda blanco como la nieve y, cuando el narrador busca su cuerpo al día siguiente, éste ya no está ya que al morir vuelve a su planeta.


Número 320. Semana del 16 de Febrero de 2010


J. A. MONROY

`El pequeño príncipe´ en busca de Dios

Al cumplirse 65 años de la extraña muerte de Saint-Exupery, revistas especializadas en literatura están publicando trabajos sobre el autor francés. PROTESTANTE DIGITAL se suma al recuerdo.


Cuando Antoine de Saint-Exupery escribe su obra póstuma publicada en 1948, es decir, cuatro años después de su muerte, con el título CIUDADELA, parece intuir su último y definitivo vuelo al espacio que se extiende al otro lado de las estrellas. El personaje que habla en primera persona es sin duda un reflejo del autor. El tema de CIUDADELA, que de un modo velado o evidente domina todo el libro, recuerda a San Juan de la Cruz en el CASTILLO DEL ALMA. El escritor francés, apasionado de los vuelos aéreos, habla de “esa marcha hacia Dios, que sólo puede satisfacerte, pues de signo en signo lo alcanzarás: Él, que se liga a través de la trama; Él, el sentido del libro del cual digo las palabras; Él, la sabiduría; Él, el que Es; Él, del cual todo recibo en retorno, pues de etapa en etapa te anuda los materiales a fin de extraer su significado; Él, el Dios que es Dios también de los poblados y de las fuentes”.

Para el autor de EL PRINCIPITO, la vida del hombre es un peregrinar continuo hacia Dios. Quien cree en Él lo lleva a su lado a lo largo de todo el recorrido, de la cuna a la tumba; quien no cree en Él se encuentra bruscamente con el Eterno cuando se cierra definitivamente el libro de la vida y la muerte le enfrenta a una realidad celestial que se empeñó en negar: “Toda obra es una marcha hacia Dios y no puede acabarse sino con la muerte”, dice en CIUDADELA.

Antoine de Saint- Exupery nació en Lyon, Francia, el 29 de junio de 1900. Estudió en Suiza y Francia. El servicio militar lo hizo en Estrasburgo, en el cuerpo de aviación, su pasión de niño. A los 26 años ingresó en una sociedad de aviación comercial. Realizó importantes vuelos a varios países de África, Asia, Europa y Sudamérica.

En 1930, con un prólogo de André Gide, publicó su primera obra, VUELO DE NOCHE. En 1935, al intentar la travesía aérea Paris-Saigón, hubo de efectuar un aterrizaje forzoso en el desierto egipcio. Fue salvado por una caravana de beduinos tras cinco días de penosa marcha. En 1939 recibió el gran premio de novela de la Academia Francesa por su libro TIERRA DE LOS HOMBRES. Una misión militar al inicio de la segunda guerra mundial le inspiró la novela PILOTO DE GUERRA, publicada en 1941. Tras la derrota de Francia en África del Norte marchó a Nueva York, donde residió hasta 1943. Aquí escribió y publicó la obra que más fama le dio, EL PRINCIPITO o EL PEQUEÑO PRÍNCIPE, según las distintas ediciones.

De regreso a Francia, el 31 de julio de 1944 despegó de Córcega para una misión de guerra de la que nunca volvió. Su muerte ha quedado en el misterio. Se han barajado diferentes hipótesis. Hay quienes dicen que el general De Gaulle, que odiaba al escritor, ordenó matarle. Otros afirman que los cazas alemanes derribaron su aparato, que se perdió en las profundidades marinas. También se ha hablado de suicidio. Ahora, cuando se han cumplido 65 años de su muerte, el enigma sigue. Con este motivo, su obra vuelve a interesar. Muchas de sus páginas, que parecen vagas y prolijas, infunden un carácter casi de mensaje espiritual procedente de los espacios celestes y destinado a la tierra de los hombres.

Además de los libros citados, Saint-Exupery escribió otros: CORREO DEL SUR, CARTA A UN REHÉN y los volúmenes póstumos CIUDADELA, CARNETS y UN SENTIDO DE LA VIDA. Todos ellos muestran la concepción épica que el autor tenía de la grandeza humana.

EL PRINCIPITO es el libro más conocido de Saint-Exupery, el más leído. Aunque está dedicado a los niños y catalogado como un libro para niños, en realidad no corresponde a la literatura especialmente concebida para niños. Más que para una cierta edad, el libro tiene un mensaje para todos los seres vulnerables a la soledad, a la amistad, a la ternura.

Único habitante de pequeños planetas en los que cada mañana cuidaba de limpiar el hollín de los volcanes, el pequeño Príncipe aprovecha una emigración de pájaros salvajes para su evasión.

Más allá de la acción y del misticismo, hay en EL PRINCIPITO el mito de la inocencia y de la infancia recordada. El tema central del libro es la soledad vencida por la amistad: “Más aislado que un náufrago sobre una balsa en medio del océano… me despertó una extraña vocecita que decía: dibújame un cordero”.

Aún cuando no sea fácil advertirlo, EL PRINCIPITO encarna casi todos los grandes valores del Cristianismo, del Cristianismo de Cristo. El reino de los cielos está aquí abajo, en la tierra, donde necesitamos a Dios habitando junto a nosotros.
“En tu tierra –dijo el principito- los hombres cultivan cinco mil rosas en un mismo jardín…. Y no encuentran lo que buscan…. Y, sin embargo, lo que buscan podría encontrarse en una sola rosa o en un poco de agua…. Pero los ojos están ciegos. Es necesario buscar con el corazón…”.

Si el Invisible no se hace visible al ojo humano es porque los hombres están ciegos, porque no buscan con el corazón. Son incapaces de ser fieles a una sola flor.

EL PRINCIPITO aborda el tema de la fe de una manera más comprensible que en algunas obras de teología. Es la fe personal, la del individuo. La fe íntima. No sólo fe en la belleza, en la amistad, en la vida; también fe en Dios. Esa fe a la que se llega a través del corazón. La razón es incapaz de concebir a Dios en toda su plenitud. Una fe sencilla, llena de sorpresas, como la del principito, es la que nos introduce al reino invisible. Ver con el corazón no es otra cosa que sentir a Dios.

Con todo, es en CIUDADELA donde Saint-Exupery vierte sus más importantes pensamientos en torno a las relaciones Dios-hombre. Quienes ven en CIUDADELA un cúmulo de notas desordenadas, tiradas al azar dentro del magnetofón, sin propósito ni orden, no están en lo cierto. CIUDADELA es el libro que más claramente revela el concepto de Dios en éste hombre que siempre anduvo volando las alturas. Todas las páginas del libro siguen la línea que conduce a Dios, partiendo del hombre.
“Aparéceme, Señor, pues todo es duro cuando se pierde el gusto de Dios”.

Sólo en la libertad el ser humano puede hallar a Dios. Encadenado a ideas y conceptos materialistas, el camino a Dios se le antoja lleno de dificultades.
“El hombre es en todo semejante a la ciudadela. Destruye los muros para asegurarse la libertad; pero ya es sólo una fortaleza desmantelada y abierta a las estrellas. Entonces comienza la angustia de no ser….La verdad se cava como un pozo. La mirada que se dispersa pierde la visión de Dios…”.

Para el autor de EL PRINCIPITO no hay más que una libertad. La que nos lleva a la búsqueda de Dios. Esta libertad, como la verdad misma, no se halla en la superficie de las cosas. Hay que cavar hondo hasta encontrar los pozos de agua viva a los que se refirió Jesús, los manantiales que fluyen del interior del hombre.

Las líneas que siguen, de una belleza extraordinaria, son de claras reminiscencias bíblicas. Vamos a Dios a través del hombre. Como el samaritano de la parábola. Como el dador de un vaso de agua a los pequeños.
“Señor, decía a Dios, te has retirado de mí, por esto abandono a los hombres”.

Para Saint-Exupery, el silencio de Dios, tema que últimamente viene llenando muchas páginas, es una prueba de su existencia.
“Señor, llego hasta ti porque he trabajado en tu nombre. Para ti las simientes. Yo he edificado este sirio. A ti corresponde encenderlo. Yo he edificado este templo. A ti corresponde habitar tu silencio”.

Según algunos biógrafos, en los últimos años de su vida Antoine de Saint-Exupery fue desarrollando un sentido religioso y espiritual de la existencia. André A. Devaux dice que el día de su desaparición, aquel 31 de julio de 1944, el autor de EL PRINCIPITO pudo repetir a Dios las palabras aquí reseñadas de CIUDADELA: “Señor, yo he edificado este cirio. A ti corresponde encenderlo”.

J. A. Monroy es escritor y conferenciante internacional.


© J.A. Monroy, ProtestanteDigital.com (España, 2009).