IX- Mi felicidad en Miami no era absoluta, ya se sabe!. Mi pasado a veces me desesperaba y marcaba mi presente y mi futuro. Eramos "la escoria"....." los marielitos". Pero mis tres hijos me llenaban de orgullo, eran suficiente para borrar todos mis sinsabores. Me habían enseñado un camino desconocido hasta entonces: el indicado. Dios nos daba su sol, su lluvia...a nosotros también.Ojalá mis criaturas hubieran llegado antes, mucho antes.
Todavía tendría de por vida el trauma del pionero que perdí en el Hospital de Maternidad de mi ciudad natal. Tuvieron que transfundirme por las pérdidas de sangre. Estaba soltera; nunca me casé por papeles con nadie. Dicen que tengo suerte para los hombres, pero no lo creo así. Es cierto que todavía se enamoran fácilmente de mi, por mi charisma, mi alegría aparente, mi coquetería..., pero no es tan sencillo como parece.
Después de mi Aventura con "el habichuela" seguí con mis locuras hasta que nació El Machy. Lo tuve con el delincuente y abusadorde mi marido, el que me picó, me golpeó toda la vida, me traicionó mil veces desde siempre...Al principio negó su paternidad por celos e inseguridad de m y de él mismo. La canastilla la hice con mis propias manos y con la ayuda financier de mi Hermana y el Viejo de la cuartería más cercano a mí; el fotógrafo.
Solo después del nacimiento del Machy, Roberto aceptó a su hijo. Todavía le gusto y me quiere a su manera rara, machista. El sí podia serme infiel pública y notoriamente. Machy salió con muchos de sus rasgos, camina y habla como él, lo adora, y él lo amó rápidamente, creo que por lo simpatico y cariñoso que siempre ha sido, se ganó su corazón.
Roberto me paseaba sus mujeres delante de mi cara y las llevaba a casa de mi suegra. Cuando regresé de la cárcel la última vez, me contagion con ladilla y otras enfermedades veréneas que por suerte pudimos entonces curarnos, gracias a Dios y a los médicos. Lo perdoné? por unos años, hasta que me cansé de que me amara de un modo tan extraño. Creo que