Ahora que se ha destapado el caso del 'pequeño Nicolás' del que tanto se habla en España, un niñato de veinte años que se coló hasta con los Reyes, el CNI y el alcalde Regalado de Miami, por sólo citar unas cuantas de sus fechorías, haciéndose de grandes sumas de dinero, y que llegó a alquilar una residencia de lujo y pagaba hasta 2000 euros por un puesto en una discoteca de Mallorca, el caso me recuerda a otros casos de "pequeños Nicolás" que yo conozco.
Conozco a una específicamente, cubano, que ha pasado de ser un jineterito de azafatas a estar publicado en Tusquets y hasta en Planeta, según me dicen. El jineterito de azafatas, además de pinguero, era ladrón. Le robó a la pintora cubana Gina Pellón, de ochenta años en la época, aprovechándose de su amistad, un sinfín de objetos de valor. Luego los revendió en Miami, a los mismos amigos de la pintora. A mi me vendió un mapa de Cuba del siglo XVII que le había robado a Pellón. Pero no sólo le robó a la Pellón, le robó a los pintores Agustín Ferrer y a Ramón Alejandro, y a mi misma. El "pequeño Nicolás" cubano iba por todas partes presentándose como profesor en la Sorbona y como miembro de la Academia Francesa, todo falso. Así conquistó a unos cuantos en Miami, se coló en casa de Carlos Saladrigas, a quien luego criticó diciendo que su mujer era una campesina que sólo hablaba de sus gallos, sin reparar sus propios orígenes de guajiro de monte adentro hasta los huesos.
El "pequeño Nicolás" cubano le ha sacado sumas de dinero hasta a los presos políticos cubanos, publicándolos y quedándose con los derechos de autor, además de introducirse en familias de cierta posición en España, Francia, y hasta en Arabia Saudí, y siempre sacándole suculentas tajadas a esas relaciones.
Después, entre los disidentes cubanos, ya tenemos unos cuantos "pequeños Nicolases", que han mentido con sus biografías, las inflan o esconden informaciones según el medio en el que se encuentren.
Los ejemplos de estos tartufos son tantos que el post no alcanzaría. Algunos de ellos, como el pequeño Nicolás español, ya tienen hasta película y libros asegurados, por obra y gracia de la decadencia mundial.
Lo que trajo el barco.
Zoé Valdés.