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Wednesday, April 16, 2014

Cuba y Venezuela:

Tomado de Baracutey Cubano.

Una diferencia oportuna entre Cuba y Venezuela
   
Por Ángel Santiesteban
desde una prisión Castrista

Gracias al Dios de los medios de comunicación,  en Venezuela las televisoras nacionales y extranjeras que no están vendidas al chavismo, reportan lo que acontece de inmediato, sin importar las represarías.

En Cuba enfrentamos otra realidad. Las televisoras extranjeras (las nacionales independientes no existen), pocas veces se las ve detrás de la noticia que perjudique al gobierno, se les acabarían de inmediato las largas vacaciones que se toman en el archipiélago viviendo en hoteles cinco estrellas.

Cuba todos los medios al servicio del poder


Las veces que asistí acompañando a las Damas de Blanco, jamás vi una televisora reportando, sabiendo que de alguna manera, estar allí las protege de los arrestos y abusos. Si cumplieran con su deber, las imágenes de nuestros acontecimientos hablarían solos, y los activistas se arriesgarían más.  Pero en la mayoría de las ocasiones, nos propinan las golpizas y nos arrestan sin que quede un testimonio que nos defienda, salvo las veces que la misma oposición puede grabar y subirlo a Internet .
Antes de entrar a prisión, el único medio de comunicación radicado en la Isla que se me acercó, fue  Associated Press (AP)  a través de Andrea Rodríguez, su corresponsal. Toda la oposición me aconsejó que no le concediera la entrevista, pues la tildaban de agente de la Seguridad cubana, acostumbrada a tergiversar los testimonios, manipularlos y dar la noticia favorable al gobierno comunista y perjudicar al opositor. De todas formas accedí porque quien no tiene nada que ocultar no evade conversar, y caí en la trampa. La noticia que dio a conocer fue mi versión amputada y un artículo fantasma, evidentemente oficialista, de alguna de esas escritoras que luego firmaron las cartas en mi contra en la UNEAC. La autora -que además se negó a dar su nombre y la reportera en ese caso lo respetó-  ponía en duda mis palabras y daba como posible la versión oficial. A raíz de eso tuve un intercambio con la corresponsal y le dije que entendía poco ético que si yo daba mi testimonio con mi nombre, ella buscara personas que ponían en duda mi palabra y luego no lo asumían con el suyo, quedando en la sombra, pues esa postura no era trasparente.

(Andrea Rodriguez AP)

Luego me dijeron que esa “periodista” estaba casada con un ex oficial de la policía política. No importa hasta dónde sean ciertos los comentarios si su falta de imparcialidad la tenemos comprobada.


La oposición carece de cobertura mediática ante el mundo en cuanto a la noticia directa y real, y eso marca la gran diferencia con el resto de los países que en los últimos años han logrado grandes movimientos sociales.

Necesitamos periodistas que nos acompañen en esta guerra contra la dictadura.