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Sunday, February 23, 2014

Novela de Ficción La Violación Capítulo 54 " Las pérdidas y "la mala suerte"?".

Por: Diana Margarita Cantón Martinez.

"1980 llegaba cargado de grandes pérdidas: Juan de los Cielos y Pedro José del Sol. Pero también con los trastornos postraumáticos del divorcio de mis padres, de la muerte de mi hermano Miguelito en la Guerra de Angola, de la salida de parte de mi familia por el Puerto del Mariel rumbo a Miami. Ya nada sería igual. Ya no volvería a ser la misma jamás.
Parecía ser la de la mala suerte no solo en el Amor.
Cada día habría más extremismo y oportunismo e inmoralidad en mi país.
En el Comité de Base de la Juventud Comunista llegaron a sancionar a alguien por servir de intermediario sin interés alguno a una Doctora en la compra de un litro de leche diario para su madre con úlcera en el estómago. Los platos rotos los pagó también la médico y su esposo militar por haber permitido tal violación-supuestamente porque la vendedora se la quitaba a sus propios hijos para tener dinero para comprar cigarros, comida o váyase a ver qué cosas?.
 El promotor de tales medidas disciplinarias, como tantos en la escuela, tenía al menos dos mujeres en el centro. La infidelidad de las parejas era pública y notoria. El Director también hacía de las suyas para dar el mal ejemplo. Pero todo se veía relativamente normal por la mayoría.
Las reuniones políticas eran de noche o a las seis de la mañana muchas veces y había que llevar a los niños hasta de lugares muy lejanos, si no tenías quién te los cuidara en esos horarios absurdos. El transporte cada vez más desastroso. Hasta a clases había que llevarlos en ocasiones y someterlos a presiones, amenazas y probable golpes de algunos alumnos que luego se convirtieron en represores de toda la sociedad. Proliferaba la violencia que incipientemente se manifestaba con motes o apodos y hasta botellazos o pedradas o gritos o mujidos o chillidos desde ventanas y balcones a compañeros, maestros y directores escolares. Muchos eran hijos de Oficiales y o de dirigentes. El centro parecía un campo de Guerra o un Zoológico con el orden alterado. La Granja de Orwell se quedaba pequeña e inverosímil ante tanto militarismo y anarquía. Los grandes lo enseñaban dando rienda suelta al nacionalismo y patriotismo vulgar de las masas ignorantes y manipuladas por el poder. Pero yo no era muy consciente de eso todavía. Cuando la economía empeorara después del derrumbe de los aliados comunistas todo llegaría a niveles descomunales no previstos por nadie entonces.Pero sí captaba la hipocrecía y el miedo de los subalternos sobre todo cuando se avecinaban los Controles del Ejército.
Así las cosas se creaba el perfecto caldo de cultivo para los balseros, las jineteras, la borrachera casi masiva, el anexionismo, el apoliticismo, el egoismo, la enajenación, la desesperanza, la frustración, la crisis antropológica y el desastre nacional en todos los aspectos.
Pero esta década en lo económico tuvo una prosperidad relativa, las vacas estuvieron bien gordas y lactaban mercaditos con precios paralelos superiores pero asequibles aún a los bolsillos de muchos. Podías agarrar una máquina o auto de Pinar-Habana por quince pesos cubanos-por ejemplo.
En ese contexto todavía aceptable y hasta halagueño conocí a José Luis de La Luna con quien tuve a mis nuevos hijos: Juniar, Gertrudis, Juan Pedro, José Gabriel, Gabriela, Delmira, Dulce María, Isabel Luisa y Alfonsina. Así honré a mis escritores y poetisas favoritos y a todo mi pasado literario y amoroso. Ellos y sus propios hijos andan todos diseminados por el mundo, por todos los hemisferios, continentes, islas y territorios del planeta. Del Sol, De La Luna y yo somos el tronco común, ellos nuestras frondosas y o endebles ramas. Todos nosotros ganancia y pérdidas".