Translate a otros idiomas

Tuesday, September 17, 2013

Novela " La Violación " Continuación:

Capítulo: Jamás tuvo esta flor dos primaveras.

Por: Diana Margarita Cantón Martínez.

" Ni aquella Primavera ni aquel Verano con Juan de Los Cielos se repetiría. A finales de agosto tuve que regresar a Miramar para iniciar el nuevo curso escolar 1970-71. Creo que esa misma semana o en los primeros días de septiembre conocí casualmente en la pizería de La Copa a Antonio?. Tony? era un hombre bien parecido y culto. Vivía también en un albergue, era ingeniero en algo vinculado al azúcar.
De besos y apretones no pasó aquella breve aventura "para olvidar las penas"o"sacar el clavo"-como ya se decía.Comparaba su estatura más baja, su esqueleto más lleno, su musculatura mayor, su pene ( solo palpado por encima del pantalón en las sombras de los nigth clubs Sherezada?, La  Zorra y el Cuervo,...infinitos, perdidos en la memoria, en el Vedado, en La Rampa, cerca de Línea y Calzada?. Aquello duró bien poco y por mi culpa. (O por culpa de mi Amor por Juan de los Cielos Perdido en La Tierra Natal).
Rápidamente apareció una "tarea de choque" pedagógica, de la Revolución, de la Juventud Comunista: me habían escogido para trabajar en una Escuela Especial en el campo. Yo de un origen marginal tendría que reorientar la conducta de los estudiantes que la Región Becas había desahuciado desde por mirar huecos a todas las rusas de Alamar, como el mulato de las bembas grandes, hasta por robarse una lata de leche condensada por hambre. Pobre Jasiel, no el Jorobado de París, sino El Derecho de Cuba.
Allí los hubo delincuentes, semidelincuentes y maravillosos que cayeron en desgracia, todos eran varones.Antes la Escuela había reorientado? a "los hippies".El profesor de Geografía era un poco raro. Un día lo sorprendimos tocando con el puntero el trasero de un alumno. Todos éramos demasiado jóvenes: el Director, el Mayor, de dieciocho años.
Estuvimos como un mes en una fase preparatoria y vacacionando en las tarde-noches en los cines, cafeterías...Nos fuimos conociendo y haciendo las amistades y noviazgos.Andamos toda La Ciudad de La Habana , antes de partir casi permanentemente a la zona agraria.
Antonio me iba a recoger-la última vez con una camisa blanca de mangas largas. Después de los paseos me acompañaba hasta el elevador de Quince Pisos en El Vedado. Nos despedíamos y así iban pasando los días del Olvido-Recuerdo.
Pero antes de que se acabara septiembre resucitó Juan, y ni sé cómo logré deshacerme esos días y para siempre de Tony de los Azúcares. Menos mal que no coincidieron nunca.Mas ya el guajiro -aunque estaba enamoradísimo de mí-lo sé-estaba también en fase final de extinción-no por Tony, del que dudo se haya enterado jamás, sino por sus arrastres. Andaba en realidad ultimando lo de su traslado laboral y político y vino a interrumpirme el Borrón pretendido.
Por dos o tres años no hubo nada verdaderamente importante en mi vida amorosa. Solo efímeras, esporádicas, intrascendentes historias, hasta que llegó Pedro del Sol.
Tony insistió al principio, pero se cansó de mi indiferencia y rechazonada cruel, o simplemente se enteró de todo, o yo no le importaba tanto.Salió de mi vida con la misma rapidez que entró!. Tiempo después, cuando quise recuperarlo, no contestó mis llamadas y mi amiga se hizo pasar por mí sin decir mi nombre y sin timidez y con gran coquetería para recuperármelo, pero nos mandó a freir tusas a las dos.Así partimos juntas a nuestro Proyecto Pedagógico y perdimos la gran ciudad casi por completo.
Algunos fines de semana parábamos en su casa, pero ya con escaso tiempo. Vendrían otros sustos campestres y alguna que otra eventualidad, riesgo, peligro nuevo en la capital!.
Ya en La Finca recibí una sola y única carta de Juan de La Tierra Natal, muy linda, contestando  las extensísimas y frecuentes  mías y mi lluvia de nostálgicos poemas de Amor que Juana de Los Caprichos seguro descubría, leía, rompía, quemaba?.
Recibí mi carta y la leí mientras oía a Nino Bravo:
Fumaba o me hacía la que fumaba los cigarros suaves que nos regalaban o vendían muy baratos para calmar nuestras ansiedades adolescentes. No absorbía el humo.
Mi Amado en aquella carta demasiado madura para mí, me decía o citaba el viejo Proverbio:" Una retirada a tiempo puede ser victoria".