Corazón Mulato
Llegó el día de retirarle el levín,desaparecer los sueros,el entubamiento y todos aquellos estúpidos recursos para activar su computadora de carne,que ya había agotado todas sus posibilidades de reflejo.
A veces sonreía.Era cuando recordaba a Sebastián Carmenate,"el gran Amor de su vida",al que se opuso toda su familia,pero que ella supo defender con el valor que luego le faltó para otras cosas.
La muerte se llevó prematuramente su felicidad conyugal y solo le dejó tres frutos suaves,pequeños y escalonados como conformidad.
Felicita tuvo que arar sola el pedazo de tierra con sus muchachos en la cabecera de los surcos.Con las manos sucias daba de mamar a la más pequeña si lloraba.
Llegaba con su prole al bohío,encendía la leña y mientras se ponía a punto,despicaba y pelaba los boniatos y las yucas del almuerzo.
Felicita tenía el trauma de la muerte de su padre,encerrado,con la camisa de fuerza,en un cuarto con candado.Tenía cierto cargo de conciencia porque su locura se hubiera acelerado con su escapada con Sebastián.
Al poco tiempo de la desgracia del difunto,Demetrio Carmenate,primo de Sebastián,empezó a visitarla con frecuencia,y ella lo admitía solo porque eran parientes.Pasaron los meses y él le propuso juntarse.
Era mucho el exceso de trabajo y su salud se resquebrajaba y complació a Demetrio.
El vendía yaguas de palmas y una de ellas fue su fatalidad.De nuevo Felicita enviudó,esta vez para siempre.Pero antes tuvo varios nuevos hijos con él para que su miseria creciera.
Su familia se fue corrompiendo lentamente.Los dos bandos de hijos se celaban mutuamente.Los más pequeños a veces almorzaban las raspas de los calderos de arroz de los más grandes,lo que lejos de hacerlos agradecidos,los hizo sentir inferiores.
Ya adultos todos Felicita acabó tomando cervezas con bistecs de caballos como saladitos que robaba o compraba en bolsa negra su hijo Alejandrito y aceptando todos los productos malhabidos que llevaban sus hijas al hogar.El sexo de varias de ellas se prostituyó con el disimulo de la pobreza exterior.
Ni aún el día del velorio de Felicita Pasos Alejandrito se pudo contener.Ahogaba su dolor(si es que lo sentía)en el patio con tragos de gualfarina.Así paleaba también su" mala suerte"en el ilícito y ya generalizado juego de azar(de dominó).
Hemenegilda Carmenate(su medio-hermana)tuvo que hacer de tripas corazón para soportar que profanara así la solemne y triste ceremonia.A cada rato Alejandrito tambaleándose se acercaba al ataúd y entre eructos,sollozos y lágrimas de cocodrilo,bendecía a su pobre madre,que se había pasado la vida llevándole a él y a su hermano Ignacio jabas(bolsas de comida) a los Centros de Menores y Penitenciarios de Torrens,El Tránsito,Jaruco(Los Diablitos) y Kilo 5(de la Carretera a Luis Lazo).
A menudo se aparecían los rubios niños de Ignacio descalsos y semidesnudos a mirar llorosos a la abuela que se había secado luchando por ellos en las malas rachas de las que apenas escampaban con los delitos.
Felicita estaba quieta pese a todo y sonreía para adentro pues al fín se reencontraría con Sebastián Carmenate:su hombre.
Con su segundo marido tuvo que lavar para fuera,colocarse,colocar a Nemecia y a Hemenegilda de criadas y por eso las más chicas vendieron el cuerpo,el alma y todo lo que pudieron.
Felicita recuerda todo lo que corrió y dio a los abogados,jueces,brujos y santeros para que lo de Alejandrito quedara en 10 años de prisión solamente.
Veo todo el pueblo llorando en la tumba de Felicita Pasos y cómo sale corriendo Hemenegilda como una loca hacia la tumba de Miguelito muy cercana y allí cae infartada sobre su corazón mulato.
Llegó a casa y abro mi Biblia en: Mateo 15:1-20.
Nota:.... La primera versión fue escrita en los años 90.
(Cuento de Ficción)
Por: Diana M. Cantón
Felicita Pasos había cumplido su ciclo vital,pero la ética médica y los compasivos parientes se empeñaban en prolongar su absurda existencia.
Todos sufrían.Pero ella anhelaba llegar al Purgatorio.Sabía que Dios se apiadaría de su fe,perdonaría sus pecados y enviaría su alma al Paraíso(al menos eso creía).
Todos padecían mucho a su alrededor,pero ella tenía la esperanza reflejada en su rostro,que se marchitaba paulatinamente.
Llegó el día de retirarle el levín,desaparecer los sueros,el entubamiento y todos aquellos estúpidos recursos para activar su computadora de carne,que ya había agotado todas sus posibilidades de reflejo.
A veces sonreía.Era cuando recordaba a Sebastián Carmenate,"el gran Amor de su vida",al que se opuso toda su familia,pero que ella supo defender con el valor que luego le faltó para otras cosas.
La muerte se llevó prematuramente su felicidad conyugal y solo le dejó tres frutos suaves,pequeños y escalonados como conformidad.
Felicita tuvo que arar sola el pedazo de tierra con sus muchachos en la cabecera de los surcos.Con las manos sucias daba de mamar a la más pequeña si lloraba.
Luego proseguía su labor.Mudaba los animales,llenaba las pipas de agua en el río como el más laborioso de los guajiros de la zona.
Llegaba con su prole al bohío,encendía la leña y mientras se ponía a punto,despicaba y pelaba los boniatos y las yucas del almuerzo.
A veces la harina se demoraba mucho y enfriaba algunas viandas (o raíces )y se las lanzaba a los pequeños a la hamaca o a la columbina(cama).
Felicita tenía el trauma de la muerte de su padre,encerrado,con la camisa de fuerza,en un cuarto con candado.Tenía cierto cargo de conciencia porque su locura se hubiera acelerado con su escapada con Sebastián.
Pero cada noche se le aparecía el espíritu divino y la tranquilizaba diciéndole que lo había hecho por Amor.
Dios tenía un sitio en su corazón para todos los que se arrepintieran,supieran esperar y tuvieran fe en la recompensa eterna.
Al poco tiempo de la desgracia del difunto,Demetrio Carmenate,primo de Sebastián,empezó a visitarla con frecuencia,y ella lo admitía solo porque eran parientes.Pasaron los meses y él le propuso juntarse.
Ella se resistió hasta que el hambre y la soledad la vencieron.
Aún así no dejó de soñar con reencontrarse en el otro mundo con su mitad real.Ya entonces sus hijos tendrían alas y luz propia-pensó.
Aún así no dejó de soñar con reencontrarse en el otro mundo con su mitad real.Ya entonces sus hijos tendrían alas y luz propia-pensó.
Era mucho el exceso de trabajo y su salud se resquebrajaba y complació a Demetrio.
El vendía yaguas de palmas y una de ellas fue su fatalidad.De nuevo Felicita enviudó,esta vez para siempre.Pero antes tuvo varios nuevos hijos con él para que su miseria creciera.
Su familia se fue corrompiendo lentamente.Los dos bandos de hijos se celaban mutuamente.Los más pequeños a veces almorzaban las raspas de los calderos de arroz de los más grandes,lo que lejos de hacerlos agradecidos,los hizo sentir inferiores.
Ya adultos todos Felicita acabó tomando cervezas con bistecs de caballos como saladitos que robaba o compraba en bolsa negra su hijo Alejandrito y aceptando todos los productos malhabidos que llevaban sus hijas al hogar.El sexo de varias de ellas se prostituyó con el disimulo de la pobreza exterior.
Ni aún el día del velorio de Felicita Pasos Alejandrito se pudo contener.Ahogaba su dolor(si es que lo sentía)en el patio con tragos de gualfarina.Así paleaba también su" mala suerte"en el ilícito y ya generalizado juego de azar(de dominó).
Hemenegilda Carmenate(su medio-hermana)tuvo que hacer de tripas corazón para soportar que profanara así la solemne y triste ceremonia.A cada rato Alejandrito tambaleándose se acercaba al ataúd y entre eructos,sollozos y lágrimas de cocodrilo,bendecía a su pobre madre,que se había pasado la vida llevándole a él y a su hermano Ignacio jabas(bolsas de comida) a los Centros de Menores y Penitenciarios de Torrens,El Tránsito,Jaruco(Los Diablitos) y Kilo 5(de la Carretera a Luis Lazo).
Desde lactante él le gateaba las soleras de la casa de madera y guano-decía Felicita- y de párbulo andaba todo el camino de polvo amarrado con la cadena del taburete para que no se le escapara del hogar a la atormentada madre-decían los vecinos.
A menudo se aparecían los rubios niños de Ignacio descalsos y semidesnudos a mirar llorosos a la abuela que se había secado luchando por ellos en las malas rachas de las que apenas escampaban con los delitos.
Se parecían a la guajira de Las Minas de Matahambre llena de piojos que al mes de Alejandrito matar a su sobrino Miguelito se juntó con Ignacio para procrearlos a ellos.(A Hemenegilda y a otros les pareció monstruoso.).Pero en aquel desierto cualquier rareza era relativamente normal.
Allí hubo hombres juntos en la misma casa primero con la madre y después con su hija ,y mujeres abandonadas por hombres que criaron los hijos de ellos con sus hijas propias.
Felicita estaba quieta pese a todo y sonreía para adentro pues al fín se reencontraría con Sebastián Carmenate:su hombre.
Con él todo habría sido bien distinto-pensaba.Recordó cuando sus padres le hicieron la guerra a su idilio de modo tan cruel al rechazar la niña(a Nemecia) al considerarla malnacida y alimentarla con la leche de aquella vaca enferma.Por eso a los cinco años pesaba quince libras.
A Felicita no le quedó otra opción que irse con Sebastián a escondidas para salvar la criaturita. Después nacieron Israel y Hemenegilda.
Con su segundo marido tuvo que lavar para fuera,colocarse,colocar a Nemecia y a Hemenegilda de criadas y por eso las más chicas vendieron el cuerpo,el alma y todo lo que pudieron.
Mas antes de morir hizo Felicita lo indicado y ahora escucho al orador que despide el duelo resaltando su origen humilde,su sencillez,"la unidad y honradez de su familia"?
Felicita recuerda todo lo que corrió y dio a los abogados,jueces,brujos y santeros para que lo de Alejandrito quedara en 10 años de prisión solamente.
Veo todo el pueblo llorando en la tumba de Felicita Pasos y cómo sale corriendo Hemenegilda como una loca hacia la tumba de Miguelito muy cercana y allí cae infartada sobre su corazón mulato.
Llegó a casa y abro mi Biblia en: Mateo 15:1-20.
Nota:.... La primera versión fue escrita en los años 90.
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