En 1993 mi madre y yo nos empezamos a preocupar seriamente por el estado de salud mental de mi hermano Fidel, el cual llegó incluso a botarme de su casa a pesar de que me quiso mucho siempre.El 21 de noviembre me pidió perdón por sus apasionamientos políticos y religiosos. Vino a mi casa y me dijoque había comprendido que la sangre era lo más importante. No reconoció que lo que me había dicho en general era errado, pero parecía un paso de avance en el que seguramente había influido mi madre. Lo acogí muy bien, me alegraba infinitamente de su reacción, yo también lo quiero mucho y es mi hermano menor. Me contó que Maritza, mi hermana, tenía ingresada a su hija Blanca Mary por problemas psiquiátricos en Estados Unidos. Lo supo a través de Blanca, la suegra de ella, que vive en Cuba, pero habló por teléfono con su hijo, Ricardo Vento, el ex esposo de Maritza y padre de sus tres hijos. Mi hermana le había enviado 100 dólares a mi madre en esos días, pero no escribían ni ella ni mi papá desde hacía un año, al parecer para no dar malas noticias de las que de todos modos nos enteramos por Blanca.Todavía no imaginaba que muy pronto mi madre y yo conoceríamos El Manicomio de Intramuros sobre el cual escribí un Diario original que destruí y del que solo conservo esta versión que readaptaré otra vez.
30 de noviembre de 1993.
Fui a ver a Mima y Fidel. Confirmé lo de Maritza y Blanca Mary, mi sobrina. Las dos tienen tratamiento psiquiátrico(una en la casa y la otra en el hospital). Ricardo pensaba venir pronto a Cuba con su hija. Soñé con ayudarla mucho si venía.
27 de diciembre:
El viernes 24 estuve en casa de Mima. A Fidel le habían dado la orden de ingreso en Guanito, en el Hospital Psiquiátrico Provincial de Pinar del Río, pero se negaba a ir. Le diagnosticaban esquizofrenia , alusinaciones, agresividad implícita...
Continuará...
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