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Saturday, May 24, 2014

El embargo norteamericano y el pueblo cubano:

Artículos
OPINIÓN
Editorial: Sociedad civil y flexibilización del embargo
DDC | Madrid | 20 Mayo 2014 - 9:25 am.
 
Exfuncionarios, políticos y empresarios han pedido a la Administración de Barack Obama la aplicación de una serie de medidas para flexibilizar el embargo estadounidense. La iniciativa, coordinada por Cuba Study Group (CSG) y el Consejo de las Américas (CA), descansa en dos conceptos que merecen ser examinados: "emprendedores independientes" y "sociedad civil".
¿Quién aseguró a los firmantes de esa carta la existencia de emprendedores independientes en la Isla? Las leyes cubanas prohíben ejercer cualquier actividad profesional de manera autónoma. Y las actividades autorizadas, fundamentalmente artesanales y de supervivencia, tampoco gozan de independencia. Los cuentapropistas no tienen derecho a libre asociación, de manera que no pueden ser considerados como sociedad civil.
Sin embargo, es a esos ficticios emprendedores independientes a los que se refiere esta iniciativa cuando habla de "aumentar el apoyo a la sociedad civil cubana", y en ningún momento considera a posibles asociaciones de ciudadanos, grupos religiosos, sindicatos independientes, organizaciones de derechos humanos o activistas políticos en la oposición.
Con el pretexto de reforzarla, la carta abierta coordinada por CSG y CA supone una versión falseada de lo que es hoy, aunque rudimentaria todavía, la sociedad civil en Cuba. Olvidando que el origen de la crisis cubana es nacional y no de relaciones con EEUU, no exige al castrismo mayores reformas. Y, por otra parte, propone una versión desmovilizadora de sociedad civil.
Antes que la democratización de todo un país, los promotores de esta iniciativa procuran el encumbramiento de unos cuentapropistas. Piden ayuda a Washington para inventar en Cuba el supertimbiriche.
OPINIÓN
El embargo en cuenta regresiva
JORGE OLIVERA CASTILLO | La Habana | 22 Mayo 2014 - 10:44 am. 
 
Por momentos se tiene la impresión que el embargo tiene los días contados. Cada vez son menos sus críticos dentro del establishment norteamericano y mayores las voces que instan a cambiar de perspectiva.
Ahora se trata de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos (USCC). Próximamente, una comitiva de la influyente organización hará acto de presencia en La Habana para entrevistarse con el canciller Bruno Rodríguez, el ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera Rodrigo Malmierca, y Orlando Hernández Guillén, presidente de la Cámara de Comercio de Cuba.
La visita refuerza las señales en torno a acciones que si bien no indican el levantamiento total de las medidas restrictivas, sí favorecen las tesis sobre un relajamiento a mediano y largo plazo.
Es difícil que esto pueda articularse de forma unilateral. La élite verde olivo tendrá que ampliar el margen de las concesiones para incentivar un proceso del cual no puede evadirse como lo hubiera hecho en épocas pasadas.
La crisis económica obliga a una parcial demolición de los muros de la ortodoxia y a emplearse a fondo en la búsqueda de alternativas que pongan fin a los números rojos.
Ante estas disyuntivas, valdría la pena preguntarse: ¿Estaría dispuesto Raúl Castro a ampliar el alcance de las reformas económicas? ¿Y qué hay del resto de las demandas como condición para suspender el embargo, como el respeto a los derechos humanos?
Sin el toma y daca será imposible la consolidación de acuerdos entre ambos países. Y el gobierno cubano ha sido un contumaz infractor de esa regla. ¿Lo haría en esta oportunidad? ¿En qué áreas? ¿Cuáles serían los límites?
Parece que esta vez no estamos ante otra maniobra dilatoria. El momento histórico exige definir posturas, en este caso, con elevados riesgos para la conservación del  unipartidismo y el exhaustivo control del Estado sobre la economía y la sociedad.
De vuelta al tema central de este artículo, diría que no es casual que la corriente antiembargo haya pasado a liderar muchas agendas, incluso de personalidades y grupos de poder que lo apoyaban fervientemente.
El pragmatismo norteamericano vuelve a dejar su impronta y podría deparar sorpresas. Las apuestas por un acercamiento suben de nivel a un ritmo que apunta a acelerarse en los próximos años.
Thomas J. Donahue, el presidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos (USCC), ya decidió venir a conversar con tres personajes claves del castrismo.
En la lista de acompañantes aparecen Steve Van Andel, director de la junta directiva del conglomerado Amway y actual vicepresidente de la USCC, y Patricia A. Woertz, presidente del emporio de productos agrícolas Archer Daniel Midland (ADM), dos descollantes figuras del mundo empresarial estadounidense.
Hay que esperar por el curso que tomen los acontecimientos. Es obvio que estamos en los inicios de un proceso arduo, pese a la presión de quienes favorecen el cese de las hostilidades.
Obama ha hecho lo que ha podido en materia de flexibilización. Aguarda por gestos recíprocos de Raúl Castro. 
La insistencia en el lenguaje de la confrontación de este último ha tenido una respuesta proporcional del mandatario demócrata: Cuba permanece en la lista de los países que apoyan el terrorismo y por añadidura, en los últimos meses, varias empresas subsidiarias de compañías estadounidenses han sido sancionadas con altas multas por comerciar con un país enemigo.
Como detalle de extrema importancia, es preciso destacar la condena que cumple en una cárcel de La Habana el contratista norteamericano Alan Gross, uno de los motivos para moderar las expectativas en relación a un precipitado debilitamiento de las tensiones.
Pese a todos los entuertos, puede que ya exista la hoja de ruta para la construcción de una arquitectura política favorable a la normalidad.
Las visitas de congresistas y hombres de negocios son la parte visible del deshielo.
Un objetivo a completarse antes del 2020.
OPINIÓN
¡Abajo el embargo!
JOSÉ PRATS SARIOL | Miami | 21 Mayo 2014 - 9:02 am. 
 
Un grupo de influyentes estadounidenses, unidos a poderosos círculos comerciales, aparecen en los titulares como "más de 40 personalidades" que abogan por el relajamiento del embargo, mediante órdenes presidenciales que burlarían al Congreso.
Hace unos días, un probable candidato a gobernador de Florida, el ahora demócrata Charlie Crist, afirmaba —parece un hombre de oportuno sentido común— que el longevo embargo de 53 años debe levantarse. Sus declaraciones, además, aparecen adornadas con el anuncio de un viaje a La Habana este verano.
¡Qué bien! ¡Excelente gestión! Porque es obvio: la abrumadora mayoría de cubanos y cubanoamericanos deseamos el fin de la anormalidad. Estamos por el cese definitivo de las causas que lo impusieron, de los causantes de que aún sobreviva. Junto a cualquier persona que sepa o se interese por los destinos de nuestro país —con un mínimo de amor al prójimo, aunque no sea cristiano—, los cubanos de dentro y de fuera abogamos porque pase a la historia, es decir, al pasado.
"¿Usted está a favor del embargo?" —me preguntó un colega en una reciente conferencia en San Francisco.
"¿Cómo se le ocurre semejante barbaridad?" —le contesté airado.
Aunque enseguida le aclaré —los equívocos abundan— que no existe consenso acerca de lo que significa, porque quizás lo primero es bautizarlo como Jano, el dios de la mitología romana con dos caras mirando hacia ambos lados de su perfil.
Su perfil más evidente para los cubanos es el embargo —aquí si cabe llamarlo "bloqueo"— impuesto por la dictadura. Por ejemplo: El unipartidismo y la elección por escalones, de modo tal que para la Asamblea Nacional del supuesto Poder Popular no hay elección directa; como tampoco para el cargo de presidente o para el Consejo de Estado. A lo que se añade que nosotros, los cubanos exiliados que mantenemos a la Isla con la entrada de divisas —entre remesas, viajes, paquetes y financiaciones de cuentapropistas— no tenemos derecho a votar ni siquiera para un infeliz, anodino delegado de circunscripción.
En escueto enunciado: El bloqueo que significa la actual Constitución del país, hecha a la medida totalitaria, tan piramidal como la de 1976 que calcaron de la Unión Soviética, remozada años más tarde con colorete martiano.
Supongo que las 40 personalidades, los de la Cámara de Comercio y Charlie Crist, hablen de derrocar para siempre esta muralla, al igual que el presidente de Uruguay —José Mujica— en su reciente entrevista con Obama, de la que salió muy ilusionado respecto del fin del embargo; desde su saludable honradez y peligrosa austeridad, aún embarrada —hasta donde se lo permiten las leyes democráticas de su país— de guerrilla guevarista.
La cara del dios bifronte que mira hacia adentro de Cuba tiene —para no cansar con un inventario— un bloqueo que pasa por cada uno de los derechos humanos, según evidencias denunciadas una y otra vez, año tras año, hasta la más reciente paliza a las Damas de Blanco o la detención arbitraria de cualquier opositor a la élite militar.
La cara de Jano que nos toca a los exiliados —con estatus de ciudadanos o residentes en cualquier otro país, pero tan cubanos como un recién nacido en Yara— solo está abierta a nuestro dinero. Lo demás es paisaje, promesa, posposición, sobre todo trampa. Trampa sin fe.
¿Entonces? ¿Qué es gritar ¡Abajo el embargo! en 2014, sin hacer la grotesca historieta de su implantación hace más de medio siglo?
Jano era el dios de las puertas, los comienzos y los finales. Por eso le fue consagrado el primer mes del año (que en español pasó del latín Ianuarius a Janeiro y Janero y de ahí derivó a enero). Por lo que —rompiendo la mitología populista en la que se ha convertido en 2014 el llamado "imperialismo yanqui"— la solución está a la vista: eliminemos las verdaderas causas de aquella medida punitiva. Pero las causas de las dos caras de Jano.
Transparente y sencillo. Porque entonces pocos van a dudar de la buena fe de los promotores. Nadie osará la ironía de suponer que no lo hacen por amor al pueblo cubano, tan sufrido, tan en la pobreza espiritual y material. Ningún analista será capaz de suponer un acto de hipocresía mediática, detrás del cual se agazapa un suculento botín inversionista. Tampoco habrá quienes aventuren que se trata de una acción poco realista, a un costado de buenas intenciones.
¿Alguien es tan candoroso que supone relación entre independencia económica e independencia política en un estado totalitario?, podría preguntársele a algún "experto" del lobby antiembargo.
¿Acaso un próspero propietario uruguayo estaba libre de la dictadura militar, de sus cárceles y torturas y desaparecidos?, podría preguntársele a José Mujica.
¿Qué negociante obsesionado con ganancias fabulosas a corto plazo, no sueña con tener mano de obra barata y dócil, funcionarios corruptos y un país en vergonzosa indefensión, capaz de aceptar cualquier migaja?, podría preguntársele a Charlie Crist.
Jano abre puertas, pero como tiene dos caras, no puede pasar si solo abre la de un lado. Tiene que abrir dos puertas a la vez: la del final del castrismo y la del final del embargo. Abrir una sola no sería el comienzo de nada, apenas la prolongación maquillada de la misma pesadilla.
ENTREVISTA
«Toda discusión con el régimen debe basarse en el tema de los derechos y las libertades fundamentales»
PABLO DÍAZ ESPÍ | Madrid | 22 Mayo 2014 - 10:07 am. 
 
Un diálogo con Antonio Rodiles, coordinador de la campaña 'Por otra Cuba' y director del proyecto Estado de Sats.
 
¿Cómo lees el momento actual en el interior del país?
Me atrevería a decir que estamos viviendo hoy la transferencia de poder de la  "vieja guardia" a sus herederos, quienes andan desesperadamente en busca de legitimidad y de acuerdos. Enfrentarse a una Cuba sin sus progenitores no será tarea fácil y no pueden esperar a ese momento para comenzar a atar sus cuerdas dentro y fuera de la Isla.
El ciudadano cubano tiene cada día que lidiar con un poder que le demanda más obligaciones y en reciprocidad otorga muy pocos derechos. Las condiciones de vida se degradan con especial énfasis en sectores vulnerables, como los ancianos. Los supuestos nuevos empresarios nadan en un mar de corrupción y economía informal, y la estampida sigue siendo el objetivo de miles y miles de cubanos, especialmente los jóvenes.
El escenario opositor se encuentra en un claro reacomodo. La escapada de talentos y emprendedores ha generado un vacío muy sensible en el grupo de actores sociales que debían ser el empuje y sustento del cambio. La impunidad con que el Estado practica la violencia deja poco margen para que se puedan articular grupos políticos, pero el crecimiento del descontento genera focos que cada día son controlados con menos efectividad.
Acaba de darse a conocer una muy mediática iniciativa pidiéndole al Presidente Obama un alivio del embargo. ¿Qué crees?
Debemos ser muy claros sobre lo que deseamos para nuestra nación. Necesitamos, primeramente, el restablecimiento de las libertades y derechos fundamentales. La presión internacional, dentro de la que incluyo al embargo norteamericano, es muy necesaria para al menos contener la impunidad que goza el régimen totalitario. Si el ciudadano cubano sigue bajo total indefensión, el costo de los cambios políticos será muy alto. Han sido muy visibles por estos días ciertas actitudes que rayan en el masoquismo y que piden complacencia con quienes han devastado el país. Figuras visibles de la sociedad civil han resultado ser demasiado evasivas y poco claras en sus posicionamientos políticos, lo cual sin dudas brinda beneficios al régimen.
Si bien resultaría inmaduro y poco audaz cerrar todas las puertas, también resulta fatal movernos en un relativismo cómplice sin una base de principios o axiomas que rijan nuestro actuar.
La mentira y la simulación han regido por décadas en nuestra Isla, es hora de que la honestidad y la verticalidad ganen espacio en una nación que ha quedado muy golpeada en cuanto a principios se refiere.
Creo que pedir cambios hacia el régimen sin demandar el respeto a nuestras libertades, es un acto de desprecio hacia quienes enfrentamos directamente a la dictadura cubana, la decencia humana implica verticalidad ante quienes han sido verdugos de nuestra nación. Los que enarbolan un falso discurso de tolerancia y reconciliación y que en aras de la pluralidad de criterios esconden su oportunismo no despiertan mis respetos.
Los intentos de acercamiento del régimen con Estados Unidos se acrecientan a medida que la crisis política y social en Cuba aumenta. Por momentos, el enfoque de las relaciones bilaterales vuelve a ganar protagonismo en detrimento de la situación interna cubana.
La sobrevivencia del régimen siempre ha dependido de su capacidad parásita. Cuba es un país totalmente arruinado, sin la más mínima posibilidad de sustentarse, y los cubanos que están fuera de la Isla poseen un poder que no están usando mientras permiten al régimen seguir beneficiándose del chantaje emocional. Sin las remesas de Miami en la Isla, estaríamos enfrentado una situación aun más extrema.
Hoy los cubanos viven de las remesas enviadas por sus familiares, pero esos recursos no son suficientes para sostener el hipertrofiado aparato represivo. El capital necesario no lo obtendrá este de la Unión Europea, ni de China, ni de Rusia, ese capital solo podría venir del "imperio". Paradójicamente, el "imperio" es la pieza clave para la sobrevivencia del neocastrismo y sobre él está todo el foco. No es extraño que el terreno de batalla en el tema Cuba se mueva a las relaciones Cuba-EEUU, siendo el régimen quien muestra el mayor interés en este desplazamiento. A los actores prodemocráticos no nos queda otra posibilidad que sostener ese duelo.
Sin embargo, es responsabilidad nuestra poner en primer plano el ineludible tema de los derechos y libertades fundamentales. Toda discusión debe ir encaminada a plantear esos derechos como condicionantes para cualquier interacción con el régimen. Las libertades fundamentales de los cubanos no deben ser negocio sino premisa fundamental.
Tengo entendido que la campaña Por Otra Cuba entra en una nueva fase. ¿De qué se trata?
Después de un año y medio sin una respuesta a la petición entregada en la Asamblea Nacional del Poder Popular, estamos convocando a que cada ciudadano cubano dentro y fuera de Cuba, entregue o envíe su propia queja demandando la ratificación de los Pactos de la ONU (firmados por el gobierno cubano en 2008), lo que implica por ley una respuesta del Estado en un período de 60 días. No es lo mismo omitir la respuesta a un ciudadano ante un pedido, que a miles de ciudadanos reclamando ese mismo pedido.  
Por otra parte estamos adelantándonos a una posible maniobra de ratificación sin la implementación requerida. Creo que la posibilidad de empujar al régimen a ratificar es alta, no debemos sentarnos a esperar a que desarrollen una estrategia de evasión, sino que desde ahora mismo debemos tener preparada una respuesta ante tal realidad.
¿Qué ha logrado hasta ahora la campaña Por Otra Cuba?
La campaña ha tenido un incuestionable éxito al poner en un plano principal el tema de la ratificación de los Pactos, que es en esencia el tema de las libertades fundamentales. El ejemplo más notable es la exhortación que durante la pasada cumbre de la CELAC realizó el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, a que el régimen los ratifique.
Al mismo tiempo alrededor de la campaña se ha nucleado un grupo de activistas, profesionales y artistas que ven en esta demanda un vía concreta y efectiva de trabajar por la democratización del país. Entre la población se ha distribuido abundante material impreso y audiovisual con la colaboración de decenas de activistas. Podemos decir que hoy en día, gracias a la campaña, un mayor grupo de cubanos conocen sobre sus derechos.
Sin embargo, siendo realistas, sabemos que el trabajo apenas empieza. La implementación de nuestros derechos fundamentales conlleva un proceso de transición democrática y a nadie hay que decirle lo complicado de este tema tras 55 años de dictadura.
Algunos críticos, o más bien escépticos, argumentan que el régimen podría ratificar los Pactos y luego no implementarlos.
Creo que ese es uno de los escenarios más probables. El régimen se verá obligado a ratificarlos en algún momento no lejano y probablemente intentará hacerlo mediante reservas y aun así tratará de ser evasivo en su implementación. No obstante, el solo hecho de verse forzado a aceptar una demanda de la oposición constituye una victoria nuestra.
¿Cómo responder ante una posible ratificación que se intente usar como maniobra? Pues debemos tener ya listo todo un paquete de transformaciones necesarias en el marco jurídico y en otros órdenes que eviten la violación de los compromisos asumidos. Estamos trabajando en la identificación de todas las posibles violaciones a los derechos fundamentales en que incurre el ordenamiento jurídico actual así como reglamentaciones y disposiciones que se derivan de la estructura totalitaria del régimen y que violan en letra estos convenios internacionales.
Es importante aclarar que estas propuestas irían específicamente encaminadas a temas de directa conexión con los Pactos y no a aquellos que presumen un posible escenario democrático. Creo que no debemos perdernos en un abanico de posibilidades futuras cuando aun no sabemos qué rumbo tomaran las condiciones actuales.
En la campaña, en la nueva fase de la que hablas, ¿se trabajará en comisiones especializadas? Sé que hay algo sobre seguridad jurídica y política tributaria. ¿Por qué empezar por ahí? ¿Cuál es la situación actual y qué propone el borrador a partir del cual trabajan?
El marco jurídico de un país establece las reglas que prevalecerán en la dinámica sociedad. Sin un marco jurídico que garantice las libertades fundamentales el resultado de cualquier proceso resultara demasiado azaroso, nadie puede garantizar el destino final en una sociedad que se maneja mediante el clientelismo político, la violencia de Estado, la corrupción y la falta de unos principios básicos. Tendremos que llegar por alguna vía a restablecer los conceptos básicos que rigen en las sociedades modernas.
Por otra parte, la creación de una base jurídica para la aparición de una clase de micro, pequeños y medianos empresarios es esencial. Un sistema tributario eficiente es también una herramienta fundamental para crear las bases de un Estado sano.
Nuestro trabajo ha comenzado por las transformaciones básicas que tiene que sufrir la Constitución para que los cubanos recuperen sus derechos mínimos de ciudadano. El tema tributario es hoy otro de los que más está golpeando al cubano.
¿Hay otros ámbitos que consideran prioritarios?
Hay varias áreas que tendrán que ser reformadas ante la posible ratificación de estos convenios internacionales, y una de ellas es la de la educación. La desideologización de la educación y la posibilidad de los padres de escoger a qué tipo de escuela asisten sus hijos son un viejo anhelo y una demanda a reclamar con la mayor intensidad.
El sector educativo enfrenta una terrible crisis no solo material, sino de corrupción, y una falta clara de una política educacional. Sin olvidar el desastre que está provocando la ausencia de internet y libre flujo de información.
La interacción entre la oposición interna y las organizaciones del exilio se ha incrementado en los últimos tiempos ¿Te parece positivo el saldo del nuevo ámbito de trabajo? ¿Qué más podría o debería hacerse?
Considero que esta interacción es vital. No puedo decir que siempre haya sido para el beneficio de la lucha prodemocrática. Algunos actores políticos del exilio han tratado de imponer o estimular visiones poco ancladas dentro de la isla, visiones que presumen un escenario inexistente y que lejos de ayudar a un proceso de cambio generan situaciones contraproducentes. Los motivos o intereses son muchos, pero es evidente que varios factores deben sufrir cambios de fondo para que nuevos impulsos prevalezcan. Aciertos y errores son parte del proceso de maduración que debe ocurrir, los tiempos reclaman cambios sustanciales.
El trabajo conjunto entre todos los cubanos que sientan un compromiso con un cambio democrático debe pasar por una colaboración sostenida entre actores dentro y fuera de Cuba sobre todo en el área profesional, del conocimiento. Hemos referido que no se puede pensar la transición y la posterior reconstrucción de la nación sin una amplia participación de todo el capital humano que hoy vive fuera del país.
Sería un salto al vacío ignorar tanto y tanto talento que ha abandonado nuestra querida islita. Sueño con tener a mis amigos al lado trabajando por crear ese país que nos ha sido borrado por tantas décadas.
DISIDENCIA
Grafitis llaman a manifestarse 'por otra Cuba'
PABLO PASCUAL MÉNDEZ PIÑA | La Habana | 21 Mayo 2014 - 5:00 pm. 
 
Una cifra no precisada de grafitis que rezan "por otra Cuba", amanecieron el pasado día 16 de mayo en distintos puntos de la capital, varios de ellos fueron pintados en la calle Línea de la barriada del Vedado. Varios testigos alegaron que carteles idénticos fueron vistos en otras zonas como Santos Suarez y la Víbora, ambas pertenecientes al municipio 10 de Octubre.
Isabel Riverón de 56 años, vecina de Calzada Nº 1105 en el Vedado, alega que entre la una y las dos de la madrugada pasó por la intersección de las calles Línea y 14, advirtiendo que en el muro perimetral de la antigua casa de la familia Loynaz, ya habían pintado uno de estos carteles.
"A juzgar por la precisión de los trazos —comenta Riverón— parece que los grafiteros utilizaron una plantilla y atomizadores spray, además se tomaron todo su tiempo para hacerlo,  pues llovía y se avistaban pocos transeúntes por las calles… (sic). Hay que reconocer que  son unos timbalú".
Varios vecinos que solicitaron el anonimato, emitieron su opinión sobre el cartel, considerando que la imagen de un megáfono y la frase "por otra Cuba" significa un llamado a tomar las calles, a causa de las condiciones infrahumanas en que vive la población, por la escaseces de alimentos, el alto costo de la vida y los altos precios de los artículos de primera necesidad.
Lo simbólico de éste llamado "por otra Cuba", es que el susodicho grafiti apareció en las inmediaciones de un edificio en ruinas cuyos moradores perviven bajo techos con peligro de desplome y, cruzando la calle, una fosa albañal permanece desbordada desde hace más de una década, su pestilencia y la acumulación de excrementos afecta a innumerables vecinos del edificio conocido por Colonial. A pesar de las quejas, los órganos del Poder Popular no han resuelto el problema.
Al anochecer del 16 de mayo y en presencia de este reportero, un uniformado, supuestamente de la Seguridad del Estado, merodeó la zona y, desde distintos ángulos, tomó fotos del grafiti, habló a través de un walkie-talkie y le preguntó a un vecino "si había visto algo sospechoso relacionado con el cartel". Se espera que en las próximas horas sea borrado.
En el país, desde hace 55 años no se permiten manifestaciones públicas que cuestionen la mala gobernabilidad del régimen. Todo aquel que salga a las calles con la intensión de protestar será reprimido brutalmente por la policía política y las turbas de repuesta rápida.
"Para que este pueblo vuelva a tirar piedras como en el maleconazo, tienen que exprimirlo y apabullarlo hasta la tabla… A los cubanos, Fidel y Raúl le cogieron la baja", afirmó un vecino que solicitó el anonimato.