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Wednesday, July 22, 2009

La humildad mental:

Miércoles 22 de julio
Todos ustedes sean [...] de mente humilde (1 Ped. 3:8).
Para ser amigos de Dios, tenemos que ser “de mente humilde” (Sal. 138:6). La importancia de la humildad se destaca en una parábola registrada en el capítulo 9 de Jueces. En ella, el olivo, la higuera y la vid representaron a hombres honorables que nunca buscaron reinar sobre sus hermanos israelitas. En cambio, el cambrón representó el reinado de un asesino ávido de poder: el orgulloso Abimélec, quien finalmente sufrió una muerte violenta (Jue. 9:8-15, 22, 50-54). ¿Verdad que es mucho mejor ser “de mente humilde”? En el siglo primero de nuestra era, mientras el rey Herodes Agripa pronunciaba un discurso público, la multitud reunida gritó: “¡Voz de un dios, y no de un hombre!”. Como Herodes no rechazó aquellas alabanzas ni “dio la gloria a Dios”, fue herido por un ángel de Jehová y murió de manera espantosa (Hech. 12:20-23). Pues bien, ¿qué se espera de nosotros si somos buenos oradores o maestros hábiles de la Biblia? Que le demos el mérito a Dios por lo que nos permite hacer (1 Cor. 4:6, 7; Sant. 4:6).