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Sunday, May 11, 2014

Diana y Luis Ruiz:


De casa en casa, "hasta los Cabos de la Tierra"


Diana Margarita Cantón:


Menos mal que yo no fui cuando me invitaron ( Bloguista):

¡Libertad y Vida! Publicación digital de Zoé Valdés Zoé Valdés ¡Libertad y Vida! publicó:"Debo agradecer a todos los amigos que tan bien se portaron conmigo en Buenos Aires, ellos saben quiénes son. Agradezco también a la Feria del Libro y a su d
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Zoé Valdés ¡Libertad y Vida! publicó:"Debo agradecer a todos los amigos que tan bien se portaron conmigo en Buenos Aires, ellos saben quiénes son. Agradezco también a la Feria del Libro y a su directora Grabiela Adamo, junto a su equipo, que pese a todo tuvieron la generosidad de invitarme. "
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Entrada nueva en ¡Libertad y Vida! Publicación digital de Zoé Valdés

Editorial: Mi estancia en Buenos Aires y… “los de siempre con la candanga de siempre”

by Zoé Valdés ¡Libertad y Vida!
Debo agradecer a todos los amigos que tan bien se portaron conmigo en Buenos Aires, ellos saben quiénes son. Agradezco también a la Feria del Libro y a su directora Grabiela Adamo, junto a su equipo, que pese a todo tuvieron la generosidad de invitarme.
Aunque debo señalar, para que nada se quede en el tintero, que durante mi estancia ocurrieron cosas más que raras. Como el que la llave del gas de mi habitación fue rota a martillazo limpio -como bien confirmó el técnico que la compuso-. Tras tres días respirando gas a todo pulmón lo que me obligó a dormir con las ventanas abiertas, por fin el hotel se dignó a enviar a alguien para repararlo. El plomero que se extrañó de ver la rotura, la cual -según él- no existía en días anteriores hizo lo que pudo. Una de las empleadas de la recepción inclusive me aseguraba, cada vez que yo iba a protestar, que el gas había sido cerrado, lo que no era cierto porque yo veía la llamita del calentador del agua del baño encendida. No había manera de cambiar de hotel. Y ahí seguí hasta que finalmente lo arreglaron a medias. El olor a gas era insoportable, y como soy asmática se me dificultó respirar y en consecuencia dormir. También una de las mucamas se mostró excesivamente fan mía y de mis libros, los que había leído con gran atención. Pero bueno, ya sabemos que los argentinos todos leen.
Durante mi primera conferencia en el stand del periódico La Nación la intervención pasó muy bien, y agradezco al periódico y a la periodista y escritora que me presentó, Natalia Blanc, su excelente trabajo de lectura de mi novela y sus preguntas, todas literarias.
Mis libros escasearon, no fue culpa de la Feria, desde luego.
Durante mi segunda participación, en la Sala Adolfo Bioy Casares, junto a los escritores Eduardo Lalo, Jorge Baradit, Horacio Convertini y Ricardo Romero Mussi transcurrió todo bien al inicio y durante las intervenciones. Hablamos de literatura que era de lo que se trataba, y de los retos personales de cada uno a la hora de escribir. Sin embargo, cuando pasaron el micrófono a la sala, aparecieron los mismos de siempre, o la misma de siempre. La señora que me sacó aquello de que la revolución me hizo escritora, y la "maravillosa educación fidelista" que yo traicioné exiliándome, más o menos era el sentido de su comentario, que no pregunta. A eso ya estoy acostumbrada y respondí -después de pedir permiso a mis colegas- tal como yo sé responder: con la verdad. Agradezco también a los escritores de la mesa, que se portaron todos como lo que son, como verdaderos escritores libres, democráticos, y locos, que también es de lo que se trata. Porque hay que estar muy loco para después de pasar unas maravillosas vacaciones en Japón y allí recobrar la calma, la creencia en el ser humano, y sobre todo en los árboles, y recobrar una cierta filosofía de la vida en Japón, volver a América Latina y asumir mi compromiso de escritora y de 'ser cubano' en un país tan dividido políticamente como lo está la Argentina en la actualidad, por culpa precisamente de la ideología castrista. Gracias entonces a la locura tan cuerda de estos escritores que con los que tuve la suerte de compartir experiencias y opiniones.
Al final, se acercó un anciano con bastón, para decirme en plena cara que si quería ver libros buenos publicados me dirigiera al stand de Cuba. Esto ha sido lo que más me ha molestado. No sólo había pasado ya por el stand de Cuba, donde como es habitual en ellos hicieron una demostración de su "buena educación" subiendo la música a tope en el momento en que yo pasaba (de casualidad, por cierto), además vi cómo venden mis libros y los de Lydia Cabrera, así como los de otros exiliados, que hemos sido prohibidos y continúan prohibidos en nuestro país. Así se lo señalé al anciano 'revolucionario' del bastón. De esas ventas yo no recibo ni un céntimo de derechos de autor. Quiero que quede claro. De modo que si bien me prohiben en Cuba, afuera venden mi novela 'Sangre Azul' y mi poemario 'Respuestas para vivir', sin pagarme nada. NADA. Eso se llama robo.
Abajo de estas líneas decidí colgar las fotos de los de siempre, de los miembros del geriátrico de "hasta la victoria siempre", seremos desde luego asmáticos. Esperando quizás su próximo viajecito a la Cuba de los extranjeros, aunque ellos, como argentinos, ya no cuentan mucho para los jerarcas del castrismo, porque ahora lo que importa es el millonario americano que aporta 'juaniquiqui' y no el vejete pobretón e ideologizante.
Lo que trajo el barco.
Zoé Valdés.
Vean al hombre canoso durante la presentación que recordarán del libro de Hilda Molina
Vean al hombre canoso durante la presentación que recordarán del libro de Hilda Molina
 
La misma foto más cercana
La misma foto más cercana
 
El mismo personaje, el canoso, en la conferencia en la que participé en esta Feria, en la Sala Adolfo Bioy Casares
El mismo personaje, el canoso, en la conferencia en la que participé en esta Feria, en la Sala Adolfo Bioy Casares
 
La señora mientras hacía la famosa pregunta; sentado delante de ella el anciano del bastón
La señora mientras hacía la famosa pregunta; sentado delante de ella el anciano del bastón, con espejuelos
 
Fotos Ibis García Alonso.
Zoé Valdés ¡Libertad y Vida! | mayo 11, 2014 en 12:29 pm | Etiquetas: argentina, Buenos Aires, Zoé Valdés | Categorías: Cultura, Literatura, Política | URL: http://wp.me/pivAk-hdU
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Espíritu de sacrificio:

Mantengamos un espíritu de sacrificio

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19:16
“Si alguien quiere venir en pos de mí, repúdiese a sí mismo.” (MATEO 16:24)
1. ¿Por qué fue Jesús un ejemplo perfecto de espíritu de sacrificio?
JESÚS fue un ejemplo perfecto de espíritu de sacrificio. Cuando estuvo en la Tierra, sacrificó sus propios deseos y su comodidad para hacer lo que Dios quería (Juan 5:30). Él fue fiel a Dios, hasta cuando lo colgaron en un madero y lo mataron. Así demostró que estaba dispuesto a sacrificar todo por otros (Filipenses 2:8).
2. a) ¿Cómo demostramos que tenemos espíritu de sacrificio? b) ¿Por qué debemos tenerlo?
2 Si somos discípulos de Jesús, debemos tener su mismo espíritu de sacrificio. ¿Y qué es tener espíritu de sacrificio? Es estar dispuestos a renunciar a nuestros deseos para ayudar a otros. En cierto sentido, es lo contrario a ser egoístas (lea Mateo 16:24). Si tenemos este espíritu, los sentimientos y las preferencias de los demás serán más importantes que los nuestros (Filipenses 2:3, 4). Pero ¿por qué debemos tener espíritu de sacrificio? Jesús enseñó que sus verdaderos discípulos se reconocerían por su amor cristiano (Juan 13:34, 35). Y este amor hace que se sacrifiquen por los demás. Así que no se puede servir a Dios sin tener espíritu de sacrificio. En todo el mundo nuestros  hermanos demuestran este espíritu de sacrificio. ¡Y cuánto nos beneficia esto!
3. ¿Qué podría hacernos perder el espíritu de sacrificio?
3 ¿Hay algo que puede hacernos perder poco a poco el espíritu de sacrificio? Sí, nuestra tendencia a ser egoístas. Pensemos en Adán y Eva. Ella fue egoísta porque quiso ser como Dios, y él fue egoísta porque prefirió agradar a Eva antes que a Dios (Génesis 3:5, 6). El Diablo consiguió que ellos dejaran de servir a Dios. Y desde entonces siguió intentando que el resto de la gente también fuera egoísta. ¡Hasta lo intentó con Jesús! (Mateo 4:1-9.) Hoy día ha engañado a la mayoría de las personas para que sean egoístas. Y si no tenemos cuidado, el egoísmo de este mundo también podría influir en nosotros (Efesios 2:2).
4. a) ¿Podemos eliminar nuestra tendencia a ser egoístas? b) ¿Qué preguntas contestaremos en este artículo?
4 El egoísmo es como el óxido. El aire y la lluvia pueden hacer que una estructura de hierro empiece a oxidarse. Pero si no queremos que el óxido se extienda y al final haga caer toda la estructura, tenemos que hacer algo. Pasa algo parecido con la imperfección y la tendencia a ser egoístas. Aunque no podemos eliminarlas, tenemos que luchar contra ellas. Si no, pueden hacer que perdamos nuestro espíritu de sacrificio (1 Corintios 9:26, 27). Pero ¿cómo podemos saber si nos estamos volviendo egoístas? ¿Y qué podemos hacer para aumentar nuestro espíritu de sacrificio? Veamos.

LA BIBLIA NOS AYUDA A VER SI NOS ESTAMOS VOLVIENDO EGOÍSTAS

5. a) ¿En qué se parece la Biblia a un espejo? (Vea el dibujo del principio del artículo.) b) Si queremos usar la Biblia para ver si nos estamos volviendo egoístas, ¿qué no podemos hacer?
5 La Biblia se parece a un espejo. El espejo nos permite ver si necesitamos corregir nuestro aspecto. Y la Biblia nos permite ver si necesitamos corregir nuestra personalidad (lea Santiago 1:22-25). Claro, el espejo solo nos sirve si lo usamos bien. Si nos miramos deprisa, quizás no veamos lo que está mal. Y si nos miramos desde un lado y no de frente, quizás veamos a otra persona y no a nosotros. Lo mismo pasa con la Biblia. Si queremos usarla para ver si nos estamos volviendo egoístas, no podemos leerla deprisa ni usarla para ver los defectos de otra persona.
La Biblia nos permite ver si necesitamos corregir nuestra personalidad
6. ¿Cómo persistimos en la ley perfecta de la Palabra de Dios?
 6 Podemos leer la Biblia todos los días y, aun así, no ver que nos estamos volviendo egoístas. ¿Por qué? La Biblia lo explica. Cuando Santiago habló del hombre que mira su rostro en un espejo, no estaba hablando de un hombre que se mira de cualquier manera, sino de uno que examina su rostro con cuidado. Aun así, hace algo mal. Después de mirarse en el espejo, “se va e inmediatamente olvida qué clase de hombre es”. En otras palabras, no hace nada para corregir los defectos que ve. En cambio, el hombre que tiene éxito no solo “mira con cuidado en la ley perfecta”, sino que también “persiste en ella”. Esto quiere decir que este hombre no olvida la ley perfecta de la Palabra de Dios, sino que se esfuerza por obedecerla. Jesús destacó esta misma idea cuando dijo: “Si permanecen en mi palabra, verdaderamente son mis discípulos” (Juan 8:31).
7. ¿Cómo podemos usar la Biblia para luchar contra el egoísmo?
7 La Biblia nos ayuda a luchar contra el egoísmo. Si la leemos con atención, veremos lo que necesitamos corregir. Pero no basta con leerla, también debemos pensar en lo que leemos. Para eso, tenemos que estudiarla con profundidad. Debemos tratar de imaginar lo que leemos y preguntarnos: “¿Qué haría yo en esta situación? ¿Haría lo que está bien?”. Pero lo más importante es que después debemos tratar de poner en práctica lo que hemos leído (Mateo 7:24, 25). Veamos dos ejemplos que nos ayudarán a no perder el espíritu de sacrificio: el rey Saúl y el apóstol Pedro.

EL MAL EJEMPLO DEL REY SAÚL

8. ¿Cómo era Saúl cuando se convirtió en rey de Israel? ¿Cómo lo demostró?
8 El ejemplo del rey Saúl nos enseña que el egoísmo puede hacernos perder el espíritu de sacrificio. Cuando Saúl se convirtió en rey de Israel, era modesto y humilde y no se creía mejor que los demás (1 Samuel 9:21). ¿Cómo lo demostró? Por su forma de reaccionar cuando algunos israelitas criticaron que él fuera rey. Saúl podía haberlos castigado, porque Jehová lo había elegido a él como rey. Pero decidió no hacerlo (1 Samuel 10:27). También demostró que era humilde cuando se dejó guiar por el espíritu de Dios en una guerra contra los ammonitas. Y cuando ganó, reconoció que había sido gracias a Jehová (1 Samuel 11:6, 11-13).
9. ¿Cómo empezó Saúl a hacerse egoísta?
9 Pero Saúl empezó a pensar en sí mismo y en lo que él quería. Y en vez de luchar contra el orgullo y el egoísmo, dejó que estos defectos crecieran en él como el óxido. Como resultado, dejó de obedecer a Jehová. Por ejemplo, en una guerra contra los amalequitas, Dios le mandó que destruyera todas las riquezas de sus enemigos. Pero Saúl se quedó con ellas. Además, Saúl mandó que le hicieran un monumento (1 Samuel 15:3, 9, 12). Cuando  el profeta Samuel le dijo que a Jehová no le gustaba lo que había hecho, Saúl puso excusas. Habló de lo que había hecho bien, pero no reconoció lo que había hecho mal. En vez de eso, le echó la culpa a otros (1 Samuel 15:16-21). Además, demostró que le importaba más su reputación que su amistad con Dios (1 Samuel 15:30). Pues bien, usemos el ejemplo de Saúl como un espejo y veamos qué tenemos que hacer para no perder el espíritu de sacrificio.
10, 11. a) ¿Qué nos enseña el ejemplo de Saúl? b) ¿Qué podemos hacer para no parecernos a Saúl?
10 El ejemplo de Saúl nos enseña dos cosas. Primero, aprendemos que no debemos confiarnos y pensar que nunca vamos a perder el espíritu de sacrificio. Debemos esforzarnos constantemente por mantenerlo (1 Timoteo 4:10). No olvidemos que al principio Saúl hacía las cosas como Dios quería. Pero como no se esforzó por rechazar las ideas egoístas que empezó a tener, acabó desobedeciendo a Dios y perdiendo su amistad.
11 Segundo, aprendemos que no debemos centrarnos solo en lo que hacemos bien y olvidarnos de lo que tenemos que mejorar. Sería como mirar en un espejo cómo nos queda una prenda de vestir nueva y no darnos cuenta de que tenemos la cara manchada. Puede que no seamos tan orgullosos ni confiados como Saúl. Aun así, no queremos acabar pareciéndonos a él. Para evitarlo, debemos luchar contra cualquier cosa que indique que nos estamos volviendo egoístas. Y si nos corrigen, no debemos poner excusas o echarles la culpa a otros, como hizo Saúl. Al contrario, debemos hacer caso a los consejos que nos den (lea Salmo 141:5).
No debemos centrarnos solo en lo que hacemos bien y olvidarnos de lo que tenemos que mejorar
12. Si cometemos un pecado grave, ¿por qué debemos demostrar espíritu de sacrificio?
12 Recordemos que a Saúl le importaba  más su reputación que su amistad con Jehová. Y por salvar su reputación, dejó de ser amigo de Jehová. Por eso, si cometemos un pecado grave, no hagamos como Saúl. Demostremos que tenemos espíritu de sacrificio y pidamos ayuda aunque nos dé vergüenza (Proverbios 28:13; Santiago 5:14-16). Veamos un ejemplo. Un hermano comenzó a ver pornografía cuando tenía 12 años y siguió haciéndolo a escondidas durante más de 10 años. Cuenta que le costó decírselo a su esposa y a los ancianos. Pero cuando por fin lo hizo, sintió que le quitaban un gran peso de encima. Reconoce que decepcionó a algunos de sus amigos cuando dejó de ser siervo ministerial. Pero él dice: “Sé que ahora Jehová está más contento con mi servicio que cuando veía pornografía, y lo que él piense es lo único que de verdad importa”.

EL BUEN EJEMPLO DE PEDRO

13, 14. ¿Qué ejemplos demuestran que Pedro tenía que esforzarse para no ser egoísta?
13 El apóstol Pedro demostró que tenía espíritu de sacrificio cuando estaba con Jesús (Lucas 5:3-11). Aun así, tuvo que esforzarse para no volverse egoísta. Una vez se molestó mucho cuando Santiago y Juan le pidieron puestos importantes en el Reino de Dios a Jesús. Tal vez creía que él merecía un puesto importante, porque Jesús ya había dicho que él tendría un privilegio especial (Mateo 16:18, 19). ¿Qué hizo Jesús? Les dijo a Santiago, Juan, Pedro y a los demás apóstoles que no fueran egoístas ni actuaran como si fueran mejores que sus hermanos (Marcos 10:35-45).
14 Pero esa no fue la única vez que Pedro demostró que tenía que esforzarse para no ser egoísta. Cuando Jesús dijo que los apóstoles lo abandonarían durante un tiempo, Pedro dijo que él sería el único que no lo abandonaría (Mateo 26:31-33). Pedro confiaba demasiado en sí mismo. Pero esa misma noche demostró que le faltaba espíritu de sacrificio. Por miedo a morir, negó tres veces conocer a Jesús (Mateo 26:69-75).
15. ¿Por qué nos anima el ejemplo de Pedro?
15 Es verdad que Pedro fue egoísta algunas veces. Pero su ejemplo nos anima porque fue capaz de mejorar gracias a su esfuerzo y a la ayuda del espíritu santo de Dios. Con el tiempo aprendió a controlarse y demostró espíritu de sacrificio (Gálatas 5:22, 23). Así pudo aguantar situaciones difíciles que antes quizás no habría aguantado. Por ejemplo, cuando Pablo lo corrigió delante de otra gente, Pedro fue humilde (Gálatas 2:11-14). Y después no le guardó rencor a Pablo ni pensó que había manchado  su reputación. Siguió llamando “amado hermano” a Pablo (2 Pedro 3:15). El ejemplo de Pedro nos ayuda a mejorar nuestro espíritu de sacrificio.
Pablo corrigiendo a Pedro delante de otros
¿Qué hizo Pedro cuando lo corrigieron? ¿Habríamos hecho lo mismo nosotros? (Vea el párrafo 15)
16. ¿Cómo podemos demostrar espíritu de sacrificio en situaciones difíciles?
16 Pensemos en cómo reaccionamos en situaciones difíciles. Una vez metieron a Pedro y los apóstoles en la cárcel y los golpearon por predicar. ¿Cómo se sintieron? Estaban orgullosos de “sufrir deshonra” por ser seguidores de Jesús (Hechos 5:41). Cuando nos persigan, nosotros también podemos aprovechar para imitar a Pedro y demostrar el mismo espíritu de sacrificio que Jesús (lea 1 Pedro 2:20, 21). También podemos demostrar este espíritu cuando nos corrijan los ancianos. En vez de ofendernos, seamos humildes como Pedro (Eclesiastés 7:9).
Cuando nos persigan, podemos aprovechar para demostrar el mismo espíritu de sacrificio que Jesús
17, 18. a) ¿Qué deberíamos preguntarnos sobre nuestras metas? b) ¿Qué podemos hacer si notamos que nos hemos puesto metas por razones un poco egoístas?
17 El ejemplo de Pedro también nos ayuda a ponernos metas en nuestro servicio a Jehová. Queremos esforzarnos por conseguir esas metas demostrando espíritu de sacrificio. Claro, debemos tener cuidado y no ponernos metas solo para ser importantes. Por eso, preguntémonos: “¿Por qué quiero mejorar? ¿Por qué quiero hacer más para Jehová? ¿Es porque quiero que me alaben o que me den más autoridad, como Santiago y Juan?”.
18 Tal vez notemos que nos hemos puesto algunas metas por razones un poco egoístas. En ese caso, pidámosle a Jehová que nos ayude a corregir nuestra actitud y nuestros sentimientos. Y luego esforcémonos para honrar a Jehová y no a nosotros mismos (Salmo 86:11). Otra opción es ponernos metas que no llamen la atención sobre nosotros mismos. Quizás podríamos esforzarnos por mejorar alguna cualidad cristiana que nos cuesta demostrar. Es posible que nos preparemos muy bien para subir a la plataforma, pero quizás no nos guste limpiar el Salón del Reino. En ese caso, podríamos hacer lo que sugiere Romanos 12:16 (léalo).
No olvidemos que todos somos imperfectos
19. Cuando vemos nuestros defectos en el espejo de la Biblia, ¿qué podemos hacer para no desanimarnos?
19 Cuando nos miramos con atención en el espejo de la Biblia, podemos desanimarnos al ver defectos como el egoísmo. Si nos pasa eso, recordemos lo que dice Santiago 1:25. Allí se habla de un hombre que tuvo éxito. Pero ¿por qué tuvo éxito? No se dice cuánto tardó en corregir sus defectos ni si los corrigió todos. Lo que sí se dice es que siguió estudiando “la ley perfecta” y obedeciéndola. El hombre recordó los defectos que vio en el espejo y siguió esforzándose por mejorar. Lo mismo podemos hacer nosotros. Así que seamos positivos y no olvidemos que todos somos imperfectos (lea Eclesiastés 7:20). Jehová quiere ayudarnos igual que ha ayudado a muchos otros cristianos. Si seguimos los consejos de la Biblia y no perdemos el espíritu de sacrificio, Dios estará contento con nosotros y nos bendecirá.

Sobre el matrimonio, la hermandad y el amor:

Domingo 11 de mayo
Confía en Jehová con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento. En todos tus caminos tómalo en cuenta, y él mismo hará derechas tus sendas (Prov. 3:5, 6).
Muchos matrimonios que parecían condenados al fracaso han podido solucionar sus problemas. A menudo, los cristianos que no se apresuran a separarse de su cónyuge ven recompensados sus esfuerzos. Eso puede suceder en un hogar dividido en sentido religioso. El apóstol Pedro escribió: “Ustedes, esposas, estén en sujeción a sus propios esposos, a fin de que, si algunos no son obedientes a la palabra, sean ganados sin una palabra por la conducta de sus esposas, por haber sido ellos testigos oculares de su conducta casta junto con profundo respeto” (1 Ped. 3:1, 2). En efecto, por la conducta excelente de su cónyuge, el no creyente puede abrazar la fe verdadera. Un matrimonio que supera sus problemas y sigue adelante le trae honra a Dios y puede ser una fuente de gran felicidad para el esposo, la esposa y los hijos que pueda haber. w12 15/5 2:8, 9
 
Tomado de www.jw.org/es
 
 

Desde que te conozco ( Poema breve de Diana Margarita Cantón Martínez):

Desde que te conozco
solo he tenido un amor.