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Monday, February 18, 2008

La Preprimaria:

Por: Diana M. Cantón


A los cinco años la caminata matinal era más corta:Solo de Santa Rosa a 26 de Julio,que entonces tendría otro nombre,pues los de la Sierra aún no habían bajado al Llano a cambiar los libros y todo.
Eran apenas dos cuadras y no casi dos kilómetros por caminos empolvados y fangosos con un arroyo que crecido en los Cuatro Caminos obligaba a quitarse los zapatos,cruzar por debajo de las cercas a las orillas tratando de no engancharse como yo una vez después para quedar marcada de por vida en el brazo derecho por el alambre.

La escuela como otras aún no tenía nombre y mucho menos el nombre de un mártir o patriota o gran hombre.
Era la 14 creo,pues la 15 supongo era la del Fénix,y la 11 (esa si no la confundo)era la de La Alameda,cerca del cementerio católico;era la de la maestra Felicita,de 1er Grado.

La primera maestra fue Zoila Paz.Pienso que era alta.Estoy segura de que no tenía paciencia para tratar conmigo,que ya venía traumada,aunque no abría la boca para responderle.

Mis condiscípulos más recordados son mis tíos René y Estrella Martínez y mi prima Ada Echevarría Martínez pues era con ellos que mandaban a avisar a mis padres por mi mala conducta en la escuela que consistía sobre todo en irme de la clase cuando algo no me gustaba y treparme encima de un montón de pupitres viejos y rotos que formaban casi una montaña de altura a la entrada de la escuelita de tablas y guano roto y podrido donde cuando llovía había que irse rápido para las casas para no empaparse.
Tenía una actitud evasiva,irreverente y rebelde pues no me gustaba el trato de la maestra a los niños.
Supongo era debido a que nos despreciaba y no le gustaba trabajar en aquella escuela con nosotros, y ya me mostraba muy sensible con lo que todos percibían de algún modo pero no los dañaba a ese extremo.Y lo peor era que no lo podía expresar con palabras.
Lo reprimía.René lejos de llegar a la Universidad,se hizo delincuente mucho antes de matar a mi hermano Manolo.Estrella y Adita apenas hicieron el 6to Grado aunque se hicieron mejores domésticas que yo y jamás se becaron en La Habana.
Pero entonces parecía que el desastre escolar y social sería yo.En fín que me imagino que ni terminé ese curso .Por supuesto que no me llevaron a un Psicólogo ni nada de eso.Creo que mis padres ni sabían que existían,ni podían pagarlo.Así es que me dieron un receso largo y en tiempo me mandaron a la escuela 11 y me curó Felicita con su Amor y amabilidad
.Abuela Marcela ayudó antes a mi madre a comprarme un uniforme creo que azul prucia y de tirantes,unas blusas blancas? y unos pañuelitos bordados con el nombre de cada día de la semana y una maletica y unas libretas,libros y lápices de colores que me motivaron bastante.
Mi madre se compró también unos retazos de telas para inventarnos y cosernos algunas ropas (todavía a mano)porque la máquina Singer usada la trajo después abuelita Lola De La Habana-supongo que también en el tren.

Pero si quieren saber las historias de amorescencias y de terror de René,Estrella,Adita,El Calvo,Lorenzo,Armando Castro y otros protagonistas,deberán esperar algún tiempo;y comprar los relatos más íntimos;pues este blog es tan gratuito como los boletines;aún no me da ganancias pues mis conocimientos de Marketing y Computación son insuficientes.
Todavía Web,Software..me huelen a estafa y a maniobras de extraños,no tengo dinero para invertir ni imprimir y no puedo darme el lujo de ser una absoluta mantenida con el trabajo obrero de mi esposo.

Hay rumores de que los blogs,INTERNET y hasta la Telefonía morirán debido a la guerra electrónica terrorista.
Por eso lo imprimo todo en papel para venderlo a tiempo al mejor postor,siempre que no me quite la libertad de encaramarme en lo más alto de la loma de pupitres de mi Imaginación Literaria.

La Creche:


Por: Diana Margarita Cantón


La Creche fue mi primera institución macrosocial educativo-deformativa.

Debo haber estado en ella entre los tres y cuatro años de edad,por lo que calculo fue entre 1956-57.


En realidad a los pocos meses tuvieron que sacarme por mi rechazo manifiesto.Así de criatura dócil pasé a conducta díscola entre los tres a los 6 años (por lo menos),pues ésto dejó una secuela.


La Creche la resolvió a mi madre para mi Matilde Otaño,la prima de mi padre cuando mi progenitora decidió trabajar en la calle.Cosa que formalmente hizo pocas veces en su vida.


Es una mujer hacendosa,pero prefiere la casa compartida cuando podía con algún pequeño negocio,casi siempre clandestino o prohibido como buscar cosas en la vega para revender,hacer cremas,duros fríos o paleticas de frutas en su refrigerador(cuando lo tuvo)para vender,etc.


De las trabajadoras de la Creche solo recuerdo el apodo de una de ellas,La Gallega,que era la que me obligaba a comer unos caldos y sopas de vegetales y carnes muy nutritivos,pero a los cuales no estaba acostumbrada.


Esto junto a que mi padre también en casa me imponía a veces la alimentación,me desarrolló la terquedad que manifestaba botando la comida masticada para abajo de la mesa,cerrando la boca,llorando y hasta comiendo tierra en el patio y los jardines,pese a las reprimendas adultas.


Por suerte para las que me educaban-deformaban apenas recuerdo sus rostros,y mucho menos sus nombres ni direcciones(si están aún vivas).
La tragedia nuestra se iniciaba a las 6 a.m con un baño de agua fría(una ducha)


.A todos nos enjabonaban a la vez hasta la cara,nos restregaban y uno a uno nos enjuagaban y secaban lentamente.Una verdadera tortura!.No era suficiente levantarse temprano,vestirse apresuradamente e ir a pie desde Santa Rosa y Los Cuatro Caminos hasta La Alameda por la Calle Garmendía después de cruzar Alfredo Porta,con un frío,sin los mejores abrigos muchas veces.


En el patio jugábamos,pero siempre con el temor a los castigos en el cuarto oscuro y al cuarto de las papas del antiguo hospital,convertido ya en Escuela Normal para Maestros que bautizamos como la casita de Dios.


Dicen que allí hacían las autopsias antes.Pero para nosotros era una especie de Santuario o Trono desde la distancia.


Quizás era nuestra esperanza de justicia quien nos llevaba a aquella fantasía infantil.Veíamos las muchachas con sus sayas de listas blancas denunciando el año en la carrera.


Eran las futuras maestras desde lejos.Afuera,en la calle las pandillas de muchachos y sus broncas que tan bien describe Fidel Valverde en su novela Yerbabuena.


El día de Reyes Magos fue una gran desilusión:solo me tocó un juego de rompecabezas de cartón,mientras otros tuvieron bicicletas,muñecas...Mi padre sobre todo protestó mucho delante de mi por la desigualdad social.


Mi madre más conforme:"A caballo regalao,no se le mira el colmillo,Tití".


Los juguetes de la Creche,los rutinarios,ni los recuerdo apenas.Sé que habían unas tendederas llenas de ropa lavada al sol y una lavandería y quizás algunos botes y aparatos de diversiones.


Por fín mi madre dejó de trabajar y fui feliz al menos hasta los cinco años.